Uno de los nombres más conocidos en el mundo del AOR, Fergie
Frederiksen, nos regala esta pequeña joya que puede estar sin problemas entre lo
mejor de lo mucho y bueno que ha realizado este maestro. Un referente del
género entre otras cosas por ser el vocalista de una de las bandas de
referencia del mismo, Toto.
Hay que mencionar antes de nada que su prestigio no sólo
viene de haber pertenecido a la veterana banda angelina y a su calidad vocal,
sino también de sus trabajos en solitario y proyectos varios, algunos de una
calidad suprema, que han merecido los mayores elogios de la crítica.
Frederiksen estuvo poco tiempo en Toto (1984-1986), con los
que grabó el denostado “Insolation”, la banda sonora de “Dune” (David Lynch,
1984), además de aparecer en un tema de “Farenheit” (1986), concretamente en “Could This Be Love”. Su abandono de la banda se debió a problemas de todo tipo, desde
vocales a malos rollos con algún componente de la misma.
Frederiksen ha demostrado que no tiene complejos en
colaborar con la competencia o compañeros que le son afines, así tenemos su
colaboración con Joseph Williams (“Joseph Williams 3”), su sustituto tras salir
de Toto e hijo del mítico compositor de cine John Williams, o los ejemplos en
este mismo disco, donde vemos la presencia de miembros de Journey, Survivor o
los mismísimos Toto.
Además de su paso por Toto debemos destacar su presencia en
bandas como Le Roux a principios de los 80, RTZ, sus discos junto a Ricky
Phillips, bajista de los míticos Bad English entre otros muchos grupos y que
también aparece en este “Equilibrium” que nos ocupa como el bajista principal.
También realizará un proyecto junto a Tommy Denander, “Frederiksen/Denander”,
magnífico guitarrista de sesión, un clásico en proyectos AOR.
Dicho esto quizá sus dos proyectos más reputados han sido
“Radioactive”, donde ha participado en tres discos, y Mecca, con dos álbumes en el
mercado. El primer disco de Mecca tuvo todos los elogios posibles en el mundillo, un disco notable pero irregular de AOR que no tiene en los temas
cantados por Frederiksen lo mejor del mismo, aunque su voz brilla con luz propia
(es un disco donde Frederiksen y Joe Vana se turnan en las labores vocales).
El disco que nos ocupa es de AOR clásico, con mucho de Toto,
logrando contener su esencia, pero eliminando en gran parte sus elementos más
melosos, salvo en un par de temas. Canciones repletas de melodías, matices y
detalles de calidad. Rock suave con mucha esencia de Toto que se beneficia de
los grandes colaboradores con los que se ha rodeado Frederiksen, que con sus
aportes dan fuerza al conjunto, limando y reduciendo el toque Toto, que aunque
presente está matizado. Un disco muy cohesionado, con un estilo personal y base
clásica de AOR, sintetizando y utilizando elementos eclécticos jazzísticos del
grupo al que perteneció, pero ligado de alguna forma a sus temas más
accesibles. AOR más directo sin perder matices.
La colección de talentos con los que ha contado el bueno de
Frederiksen deslumbra. Descubrimos
en la composición, tocando instrumentos o haciendo coros a gente de la talla de
Neal Schon (Journey), Ricky Phillips (Bad English), Bruce Gowdy (Stone Fury,
Unruly Child), Kelly Hansen (Unruly Child, Foreigner, Hurricane), Ron Wikso
(Foreigner, Richie Sambora, Cher), Tim Pierce (Rick Springfield, John Waite),
Rocket Ritchotte (G. Vanelli, David Lee Roth, Cher), Jeff Scott Soto (Talisman,
Eyes, Takara), Guy Allison (Air Supply), Steve Porcaro (Toto),Michael Monarch (Steppenwolf), Denny Laine
(Wings),Jason Scheff (Chicago), Marcus
Nand (Freak Of Nature), Jim Peterik (Survivor, Pride of Lions)…
La base del grupo la forman Fergie Frederiksen a las voces,
Ron Wikso a la batería, Ricky Phillips al bajo y Bruce Gowdy en las guitarras y
los teclados. El resto de músicos mencionados colabora con sus instrumentos,
haciendo coros o en la composición de los temas.
-Blaze Of Love: Vigoroso inicio de puro AOR con ritmos muy
marcados, vivos, y una guitarra solitaria y melódica, rígida, tensa, limpia,
casi robótica. La voz de Frederiksen tiene un punto militar, firme, dura,
comandando el desfile por las estrofas melódicas y rockeras. No hay guitarras
mientras Frederiksen se pone al mando, será la batería su única compañía
inicialmente. Apariciones de sintetizador, sutiles, y de la melodía de
guitarra se incorporarán de forma intermitente. Puente donde la musicalidad
crece, la melodía se hace más marcada, todo se dulcifica para dar paso al
enorme estribillo, a pesar de incluirse riffs guitarreros. El estribillo es un
auténtico goce, AOR de clase excelsa con coros perfectos y ejecutados en los
momentos precisos para subrayar la melodía y las partes más intensas, como
cuando se recita el título del tema. También habrá apariciones de la guitarra
melódica que mantiene su protagonismo emergiendo episódicamente. La batería
vuelve a aparecer solitaria en las nuevas estrofas, con los aportes y presencias
intermitentes de guitarra y sintetizador mencionadas. Así recorremos los
mismos parajes llegando de nuevo al estribillo que presenta variaciones en los
coros. Buen solo de guitarra que pasará por diferentes etapas, intensidad
inicial, pausa con mucha presencia del bajo y recuperación virtuosa para
engarzarse mediante un soberbio grito de Frederiksen con el estribillo, que
sublima sus cualidades en improvisaciones vocales, juegos de coros y armonías
de guitarra de fondo ejecutando brillantes punteos. Perfecta conclusión para
un tema redondo de AOR clásico inspiradísimo.
-Mata Hari: Sintetizador de base para ritmos clásicos y
rockeros comandados por la guitarra rítmica. El ritmo cambia de forma radical y
del tono rockero pasamos a insinuaciones jazzísticas con sintetizador que
distorsiona, los Toto se hacen más presentes, para presentar la voz de
Frederiksen en las estrofas iniciales. La guitarra, muy desnuda, es la que
marca muchas de las diferencias. La progresión melódica es perfecta y el tema
va subiendo de forma clásica, llegando a un puente que deja en bandeja el
estribillo, que es realmente excelente. El estribillo recupera la base rockera
con la que se introdujo el tema. La segunda parte del estribillo, con las
variaciones melódicas, es lo que da el toque de distinción. Gran estribillo.
Vistosos arreglos de sintetizador. Les vuelve a tocar el turno a las estrofas
de acompañamiento psicodélicamente jazzísticas, un diálogo de estilos muy
conseguido. Llegamos por segunda vez al estribillo, que se hace más intenso en
la voz de Frederiksen, que además añade pequeñas improvisaciones. La estrofa
añadida que actúa de puente al solo de sintetizador es muy brillante, uno de
los grandes momentos del tema. El solo se asentará en la base jazzística y hará
retornar al estribillo, donde Frederiksen volverá a dejar sutiles
improvisaciones y variaciones. Rico, matizado y magnífico tema.
-Equilibrium: La sutileza y la calma siguen gobernando el
disco, base suave y guitarra solista predominante para el tema que da título al
disco. Atmosférica base, detalles sueltos de bajo, teclados, batería y línea
vocal pausada. Moldeando y haciendo crecer el tema poco a poco. El puente hará
aumentar la intensidad, como es lógico, el ritmo se acelera ligeramente, todo
se hace más rítmico y engancha con un estupendo y elegante estribillo, un
estribillo de esmoquin, donde los coros están de gala. La parte de Frederiksen
es excepcional por otro lado. La solitaria guitarra ejerce de bisagra y da paso
a las nuevas estrofas. La canción vuelve a levantarse poco a poco, con clase y
calidad, deleitando con el puente y el excepcional estribillo que se alarga,
doblándose, para nuestro goce y disfrute. Curiosos arreglos de teclado en la
transición de guitarra, una pausa sugerente con muchos coros llegando al
estribillo más intenso. Todo cobra fuerza y mayor pasión, los arreglos son una
maravilla y los coros se agudizan en su acompañamiento a la voz de Frederiksen,
que lidera en todo momento. El tema se deja llevar en sutiles improvisaciones
para despedirse. Mucha calidad.
-All For Love: Luminosos y jubilosos coros, un tanto
étnicos, bonito teclado que sienta las bases de la melodía y bombo latente. El
teclado se hace ambiental para saludar la entrada de Frederiksen en unas
exquisitas estrofas. Estas estrofas se irán enriqueciendo con las entradas
ocasionales de los mencionados coros. La batería arranca para potenciar el
puente, delicioso también con Frederiksen elevándose. El estribillo vuelve a
ser de categoría, con los peculiares coros étnicos decorándolo y un Frederiksen
intenso. No es para menos cuando se da “todo por amor”. Calidad máxima, clase a
raudales y un toque Journey y Steve Perry en la parte final del estribillo.
Estrofas con coros “totianos” y algún detalle vocal de calidez espectacular
decorándolas. Regresamos al estribillo, acogedor como una hoguerahogareña. Solo de guitarra de Tim Pierce,
prestigioso músico de sesión, muy blusero, y retomamos el puente en dirección
al estribillo. Lo alargaremos hasta el máximo, sacándole todo el partido,
matizándolo con inflexiones vocales, con coros, con improvisaciones… hasta la
despedida. Bonito tema de atmósfera exótica, reminiscencias del grupo madre,
Toto, y con un calidad y elegancia que rebosa en cada segundo. En la onda de la
indispensable “Africa” de Toto.
-Best I Can Be: Este quinto tema está más en la línea de
esos Toto melosos y menos directos que ceden a melodías más difusas, ritmos
jazzísticos y variados que se alejan de los cánones clásicos aoreros. Así lo
muestran el teclado y la guitarra, acompañamiento de Jazz-AOR con cadencia
suave de la batería. Estrofas que comparten protagonismo con los coros y muy en
la onda de los Toto más jazzeros. Puente más melódico y estribillo muy
cincuentero, agradable y con indiscutible calidad. Un tema menos llamativo pero
con la clase y el talento de Frederiksen y su grupo. Los eclécticos y variados
elementos que van germinando en las estrofas vuelven a repetirse llevándonos al
excelente puente y al estribillo. El estribillo se alarga en la clásica
estructura que Frederiksen aplica al álbum, donde la primera aparición del
estribillo siempre es más corta que las siguientes, que van añadiendo estrofas.
Solo de guitarra de buena factura y puente para encarar el estribillo en la
parte final, muy modulado. En este tema podemos disfrutar de los coros de Ricky
Phillips, bajista de Bad English entre otros importantes grupos, y el gran Jeff
Scott Soto. Un tema con calidad pero más anodino, un tema distinto, por debajo
del resto.
-Crazy: Uno de mis temas predilectos del disco, con sabor
añejo, un estilo antiguo, clásico, casi anacrónico, especialmente en las
estrofas que inician los movimientos, que son tremendamente brillantes con una
exquisita melodía. Un teclado disonante pone la semilla para la entrada vocal
de Frederiksen, que despierta el tema con una memorable estrofa y un rítmico
piano. Estrofas delicadas, deliciosas y elegantes que progresan de forma
deslumbrante hasta el portentoso estribillo. Estribillo con juegos de coros y una
melodía perfecta y clásica. La base de piano recuerda a los clásicos Toto en
temas lentos, sencilla y virtuosa. Conforme aumentamos la intensidad también se
añadirán nuevos elementos, como la guitarra solista y sutiles detalles que va
dejando. El estribillo también se beneficiará de apuntes guitarreros. Estrofa
de transición, pletórica y épica, que nos devuelve brillantemente al
estribillo, que se desborda en improvisaciones, alardes vocales, armonías de
coros y guitarra... Una pequeña genialidad clásica.
-Tell Me Diana: AOR clásico de inicio sugerente y esencia
“totera”. Lentas estrofas, acorde con el tono suave del álbum, que rompen
bruscamente con la entrada de la batería, la guitarra y los teclados. Así
entraremos en el estribillo, puro AOR, otro acierto. La calma vuelve, los
matices y los detalles de la base rítmica y la guitarra decorando la voz de
Frederiksen hasta la nueva ruptura que nos lleva al estribillo, con más aportes
de la guitarra solista y teclados rellenando huecos. Estrofa de melodía
alternativa, solo de guitarra y nuevo paso por el estribillo. Las armonías de
guitara no cesarán mientras el estribillo se hace más intenso, cabalgando firme
y sobre los lomos de grandes coros hacia el final. Buen tema que vuelve a
recrearse en el estilo clásico aorero.
-Falling Into Place: Acústicas que casi recrean un amanecer
florido. Estrofas más dramáticas y lentas, pequeña aceleración, una acústica protagonista
tras un toque de batería que desgrana un gran puente y da paso a un memorable
estribillo, positivo, luminoso y perfecto. Otra genialidad. Los coros subrayan
el paso por las nuevas estrofas, apoyados por la predominante acústica.
Soberbio puente, mucho más potente con guitarras acústicas y la caja de la
batería pidiendo paso. El estribillo transmite esperanza, ilusión y vitalidad,
una auténtica gozada. Como es menester la cosa se va haciendo más intensa, con
añadidos de coros sublimando el estribillo. Retornamos a las estrofas
protagonizadas por acústicas y un sutil bajo para progresar en la forma
consabida por el enorme puente y el portentoso estribillo, que nos acompañará
hasta el final, sacando partido a todos los elementos posibles con coros y armonías
de guitarra junto a un Frederiksen forzando. Un tema más que vuelve a
deslumbrar.
-Died In The Midst Of A Dream: Teclados melódicos y una
guitarra continua definiendo una sutil melodía dan entrada a la batería. Toques
orientales en los teclados mientras Frederiksen nos canta las primeras estrofas.
Puente más suave y sensual, almibarado, en uno de los temas más melosos del
disco, muy en la onda de los Toto cuando apuestan por este tipo de melodías y
temas lentos de corte jazzístico. Lo cierto es que el estribillo, a pesar de
todo, es de una calidad excepcional. Nuevas estrofas acompañadas de esos
teclados de sutil influencia orientalnos vuelven a llevar al estribillo. Estrofa de melodía algo alterada con
coros preciosistas y paso al último estribillo donde Frederiksen fuerza la voz
y la guitarra aparece de forma sutil al fondo con nuevos ejemplos de clase.
Gran tema aunque algo menos de mi gusto.
-The Truth Is Good Enough: Precioso piano que inicia el
tema, con estrofas deliciosas que va desnudando Frederiksen. Así iremos
avanzando por el puente y el encantador estribillo, otra maravilla compuesta a
dúo por Jim Peterik y el propio Frederiksen. Se nota la mano del miembro de
Survivor. Todo esto sin que entre la batería. La batería, suave, entrará en la
segunda tanda de estrofas, una auténtica gozada que va creciendo
majestuosamente. Un tema lento de melodía perfecta. El estribillo emociona y
crece, añadiéndose más estofas que en su primera aparición. Un puente o
estrofa de transición intenso y muy emotivo da paso al solo de guitarra, un
tema muy clásico de AOR, más en la onda de Survivor que de Toto. La calma llega
brevemente creando una atmósfera perfecta. La cadencia volverá a hacerse más
intensa para hipnotizarnos con el estribillo, que acaba con un último momento
intenso de Frederiksen. Una preciosidad. Imprescindible.
-Language Of Love: No se puede concluir mejor, otro temazo
tranquilo, luminosoy de brillantísima
melodía. Las primeras estrofas tienen un toque también muy clásico, de música de
décadas pasadas, sesenteras. Acompañamiento sutil de guitarra. Excelente
puente, realmente inspirado, la guitarra solista eléctrica deja unas cuantas
notas para que entre la batería y prepare todo para el momento álgido, el
soberbio estribillo. El estribillo acelera todo un poco, los ritmos se hacen
más fluidos y todo más convencional, un estribillo largo lleno de clase y
calidad. La guitarra sirve de bisagra entre estrofas, en los pasos hacia el
puente y hacia el estribillo. La batería se hará presente de forma constante,
aunque con ritmos entrecortados que sólo se harán fluidos en el estribillo. La
eléctrica aparece cada vez más ganando en protagonismo, haciendo armonías
ocasionales. Transición breve de sintetizador y brillantísimo y ágil solo de
guitarra de Neal Schon, inconfundible… Más estrofas, puente y pausa sentida
antes del último arrebato de melodía con el estribillo. Schon se hará notar,
espléndido, acompañando a Frederiksen en la sublimación final con los coros
rellenándolo todo. Una apoteósica conclusión repleta de melodía. Perfecto.
AOR clásico, de primera calidad, con muchísima clase y
elegancia, que no pretende innovaciones pero que derrocha talento, nos inunda
de matices, nos deleita con melodías memorables y sacia con solvencia el
apetito de los más exigentes aficionados al género. Si además podemos disfrutar
de colaboraciones de auténtico lujo, como las mencionadas, se me ocurren pocas
cosas más que pedirle a esta joya. Esto es AOR realizado a la perfección, con
sentimiento y saber hacer, un disco sobresaliente de un grande del estilo.
En esta cruzada para reivindicar el rock melódico y todo lo
que se le parezca no podía faltar uno de los proyectos más grandes y
prestigiosos que se han hecho en el género. Una súper banda, con varios
miembros de Journey en ella como comentaré, que tan solo realizó dos discos
pero que están en la antología del Rock melódico. No será difícil que veáis
situados sus dos trabajos, sobre todo este debut, en lo más alto de las listas
de los mejores discos de Rock melódico y AOR. Merecidamente además.
Neal Schon, Jonathan Cain, guitarrista y teclista,
respectivamente, de Journey y principales compositores; Deen Castronovo, uno de
los mejores baterías de la actualidad que está en la formación de los actuales Journey,
además de haber participado junto a Neal Schon en uno de los mejores discos
que ha dado el Hard Rock melódico, Hardline. Ricky Phillips en el bajo, un
músico que estuvo con John Waite en “The Babys” además de haber participado
en proyectos de David Coverdale, Joe Satriani, Mick Jagger, Glenn Hughes, Joe
Lynn Turner, Steve Lukather, Jimmy Page, Jeff Beck y una multitud más. Como
vocalista el mencionado John Waite, que obtuvo un buen éxito con The Babys y en
su carrera en solitario, seguro que conoceréis el tema “Missing You”, un
cantante de voz realmente peculiar y reconocible, arrítmica, que da un toque
perfecto y personalísimo al grupo. Una superbanda.
John Waite no es Pavarotti, pero sin él Bad English sería
otra cosa muy distinta.
Es verdaderamente complicado elegir entre este debut o su
segundo álbum, “Backlash”, otra joya de antología. Los dos discos presentan las mismas constantes, las mismas virtudes y
la misma ausencia de defectos, dos obras maestras dignas, como no podría ser de
otra forma, de los talentos que componen el grupo. Uno de los proyectos más
indispensable, rotundos y perfectos del Rock melódico y el AOR.
Rock melódico de grandes teclados, pianos y potentes
guitarras, melodías perfectas y elaboradísimas, construcción perfecta de los temas,
estribillos redondos, Rock americano enraizado en el blues y sonidos
auténticos, instrumentistas virtuosos que lo dejan patente, medios tiempos y
baladas sublimes, y que en algunos casos además fueron grandes éxitos (“When I
See You Smile”)… todo lo que puedas pedir y más lo encontrarás en este disco y su
secuela.
Muchos tiran por este debut por ser el primero y el
original, pero abstrayéndonos de ese aspecto sólo podemos decir que ambos son
perfectos.
La música de Bad English se circunscribiría más en el Rock
Melódico que en el AOR, si bien es cierto que también tiene muchos elementos y
algún tema más cercano al segundo estilo. Estas diferencias son entretenidas
para los fans de las etiquetas aunque a veces son complicadas de discernir. De
igual forma se coquetea con elementos bluseros o hardrockeros, todo muy
auténtico y fiel a las características del género.
Muchos desean que “Bad English” (nombre que salió de una
partida de billar entre John Waite y Jonathan Cain), nos regale un nuevo
proyecto, siempre es una tentación, pero todos sabemos que no tendría éxito,
aunque a los fans de este tipo de música y a ellos mismos eso les daría igual.
Desde luego si volvieran con el mismo grado de inspiración que tuvieron, los
seguidores disfrutaríamos enormemente, pero también es cierto que
experimentaciones y reuniones generalmente han acabado desilusionando o
emborronando en cierta medida el recuerdo de algo mágico. La magia está aquí,
en estos dos discos, patente.
Best Of What I Got: El inicio no puede ser más espectacular,
del disco y del propio tema. Un inicio espléndido con unos teclados que
parecen anunciar un tremendo espectáculo, como si de trompetas se tratara, y una
guitarra pletórica, como siempre en manos de Neal Schon, que sirve de
introducción a un tema memorable. Pasado este inicio entramos de lleno en la
canción en sí, teclados, guitarras y John Waite iniciando las primeras estrofas
de un rock melódico simplemente perfecto. Aquí hay una buena muestra de lo que
ofrece este inigualable grupo. Las estrofas acompañadas por los teclados de
Cain de manera preponderante y la voz entrecortada de Waite no pueden ser más
excepcionales, el puente con los detalles guitarreros de Schon ya avisa de lo
que será un gran estribillo, sin grandilocuencias. Schon salpicará de pequeños
detalles el tema. Se disfruta cada frase, cada decoración del teclado,
cada riff rockero. Estrofa de transición al solo de guitarra con unos teclados
soberbios. La entrada del solo y éste en sí son otra maravilla made in Schon.
Volvemos al estribillo como anticipo del final, con un derroche de
improvisación vocal de Waite y un juego constante de los coros, además se añade
Schon a la fiesta con vertiginosos punteos para despedir el tema. Una
presentación perfecta.
Heaven Is A 4 Letter Word: Ritmos pesados y hardrockeros
para comenzar el segundo tema, los teclados se suman en una fusión majestuosa.
Un tema contundente de riffs y ritmos con una cadencia muy potente que
acompañan perfectamente las estupendas estrofas. El estribillo vuelve a ser
perfecto, ni siquiera busca la comercialidad facilona pero acierta de lleno con
el punto preciso de comercialidad y rock con esencia blusera. Los detalles de
teclado están presente durante todo el álbum, como ocurre con Journey, un gran
trabajo de Cain, en un grupo más arenoso, de melodías más secas y americanas
enraizadas en el Blues. Otra magnífica composición con estrofas, puente y
estribillo en perfecta evolución y progresión. Grandes teclados en el
estribillo. Estrofa lenta anterior al solo, muy buena. Solo de sentimiento
máximo y virtuosismo. Transición instrumental donde se van sumando los
instrumentos, primero el riff junto a la batería y luego los teclados,
estribillo y toques guitarreros en armonía encauzando de forma brillante el
final del tema. Un Schon con un estilo más rockero-blusero. Otra joya.
Possession: Baladón. Hay varias baladas en el disco y todas
alucinantemente buenas. Acústicas junto a un íntimo Waite van haciendo
progresar una melodía maravillosa. La voz entrecortada como contraste a las
exquisitas melodías compuestas da ese toque tan característico al grupo. La
subida de intensidad en el puente desencadena el estribillo, de una belleza
fuera de toda duda. Clase y elegancia a raudales, no hay más que oír las
acústicas y las transicionesde Schon
entre estrofas. Los coros en el estribillo son otra delicia, lo que le da el
toque definitivo, así como la voz doblada de Waite. Tras el segundo estribillo
llegamos al solo, más sentimiento melódico, y una nueva y bella estrofa antes de un
parón acompañado por los teclados y los coros exclusivamente. La parte final
con el estribillo cobra mayor intensidad, los teclados nos llevan con su
melodía al igual que la guitarra, muy melódica, haciendo las armonías. Cálida, bella y preciosa.
Forget Me Not: Más rock del bueno. Bajo expectante y
chillidos de guitarra para un inicio sugerente y tranquilo que pronto saca la
rabia que lleva dentro. Estrofas potentes, gran puente y efectivo estribillo
con leve apoyo de coros. Todo muy elaborado y perfectamente construido. La
autenticidad sale en cada nota como si no costara. Más pausa y riffs tensos de
guitarra, latente, como deseando estallar, lo que tampoco se hace esperar. Puro
rock americano con una mezcla de sequedad y melodía maravillosa, uno de los
rasgos fundamentales del grupo. Solo de guitarra esplendido tras el segundo estribillo
donde Schon se vuelve a lucir. Vuelve la pausa, es un tema de altibajos
rítmicos perfectamente modulados, incluidos en el propio solo de guitarra. Los
detalles de teclados suavizan de manera perfecta la guitarra y la voz rockera y entrecortada de Waite, el
contrapunto perfecto de un talento descomunal como es el de Cain. Recomenzamos
el tema pero para romper hacia el final en una explosión total, Waite
aumentando la intensidad e improvisando, la guitarra haciendo armonías junto
con los coros… y Schon, para finalizar, con otro solo marca de la casa. Otro
clímax perfecto.
When I See You Smile: El mayor éxito del grupo, un tema que
alcanzó el número uno con todo merecimiento. Una power ballad de las que marcan
época paradigmática del estilo. Calidad, sensibilidad y sentimiento por todos
lados. Los teclados de Cain iniciándola, unos teclados perfectamente
reconocibles, seña de identidad del tema. Waite con su voz más sutil y suave en
las primeras estrofas, aumento de la intensidad sin que entre la batería aún,
algo que hace justo en el memorable estribillo. Coros, perfecta melodía,
trabajo de teclados maravilloso. Ideal para ponerse romántico. Las estrofas
siguientes ya reciben el acompañamiento de la batería aunque su tono sigue
siendo suave, salvo en el estribillo, mucho más intenso, perfecta estructura clásica de nuevo. Waite acaba este segundo estribillo con una
gran intensidad para seguir con una estrofa excelente que da entrada al
sencillo y bonito solo de Schon. Abandonaremos la canción deleitándonos con el
estribillo de nuevo, ahora con mayor fuerza si cabe. Waite susurrará las
últimas palabras cerrando el círculo de esta hermosísima canción.
Tough Time Don´t Last: Inicio absolutamente genial, con esos
teclados y la guitarra que se anticipan a la batería y al riff principal. Más
rock. La suavidad llega con las primeras estrofas, puro Rock melódico, un grupo
que lo ejemplifica. Waite y su arrítmica voz clava de forma magistral el
puente, para luego hacerse algo más melódica en el espectacular estribillo, uno
de los mejores del disco. Las composiciones son una autentica maravilla, gran
trabajo del bajo en las estrofas y la atmósfera que crea el grupo, la
progresión melódica es perfecta, ejemplar. Nos recreamos con el estribillo de
nuevo y el solo de Schon, que tiene una espectacular entrada, otra muestra del
talento del guitarrista, un solo breve que sigue dando apuntes en la siguiente
estrofa. El estribillo lo tiene todo, los detalles de teclado que lo adornan,
cambios de intensidad, melodía perfecta… y en los últimos momentos además se
añaden unos pletóricos coros para acabar de redondear un tema perfecto. Trabajo
melódico de guitarra en el final haciendo unas armonías simplemente
magistrales. Soberbia joya muy aorera.
Ghost InYour Heart: Tema muy AOR. Gran atmósfera creada con la batería y los
teclados, además de una posterior guitarra que parece rasgar la melodía.
Preciosas estrofas iniciales en la voz de Waite. El tema cobra fuerza y un
acompañamiento rockero de guitarra acompaña a Waite, que solo levanta la
intensidad en el excelente estribillo AOR del tema. La cadencia y la atmósfera
es uno de los puntos fuertes de esta canción. Transiciones guitarreras de Schon. El
trabajo de Waite, mezclando su estilo personal y arrítmico de las estrofas con
el más melódico del estribillo, algo que es común durante todo el álbum, tiene
aquí algunos de sus grandes momentos. La entrada del solo es una auténtica
delicia, agudísimo, y el resto es puro sentimiento que cambia de ritmo para
derretir las seis cuerdas. Parón clásico para una nueva estrofa, delicados
apuntes de todos los instrumentos durante ella, del bajo, los teclados, la
guitarra… hasta que nos recuperamos con el estribillo nuevamente.
Improvisaciones varias y guitarra talentosa y virtuosa en otro clímax excelso.
Price Of
Love: Otra balada. Otra joya. El otro gran éxito del grupo. Una guitarra
llorosa que marca la melodía da paso al teclado de Cain que va definiendo la misma para que la remate Waite con las primeras estrofas. Exquisito. Waite se
muestra delicadísimo, la melodía no puede ser más lograda, el puente hace
crecer el tema de forma magistral hasta un estribillo simplemente sensacional.
Todo es perfecto, el tema se amolda como un guante al estilo arrítmico del
Waite. Los teclados hacen las transiciones tras la intensidad emocional del
estribillo, una breve y bella relajación para volver a sumergirnos en las
deliciosas estrofas. La episódica progresión de la melodía, del tema, es una
auténtica maravilla, y su remate con el estribillo, inconmensurable,
especialmente el momento, con su pausa, donde Waite dice el título del tema.
Solo maravilloso y sentido, escuchad especialmente las notas que Schon no da al
alargarlas y dejar que se apaguen casi por entero en algunos momentos. El
puente y el estribillo se hacen aún más sublimes en la parte final, intensidad
aumentando, guitarra haciendo armonías, Waite alargando las notas con su voz,
geniales sus variaciones al final del tema, acortando o alargando el título de
la canción a conveniencia, realmente magnífico. Una preciosidad.
Ready When You Are: Retomamos el Rock. Una solitaria y potente batería marca el
tono y da paso al riff de guitarra y unos breves punteos. Puro Rock melódico. Estrofas muy vivas, alegres y rítmicas con buenos detalles de teclado. El
puente se hace mucho más melódico, menos entrecortado y rítmico que las
estrofas anteriores o el propio estribillo, muy rockero. La guitarra muy
presente para hacer de puente entre estrofas. Uno de los temas menos melódicos
y más rockeros. Rock de gran talento. Buenos y rockeros coros. La
fase que antecede al solo de Schon, con unos espléndidos teclados, es uno de
los mejores momentos del tema. Schon se vuelve a lucir, como de costumbre. El
bajo es una ametralladora durante el estribillo y durante el tema en general.
Despedida con mucha improvisación de Waite, punteos de guitarra y coros
intermitentes, una jam en toda regla. Mucha clase.
Lay Down: Seguimos con la potencia. Rock blusero y
melódico, Rock melódico americano, seco y con todo el sabor del mundo.
Puente melódico pero que no nos lleva al estribillo en primera instancia. Waite
disfrutando con su espíritu más rockero haciendo de su voz arrítmica su
especial virtud. El puente, ahora sí, nos llevará a un gran estribillo que
también remite al clásico sonido americano. La guitarra de Schon no para de
dejar detalles durante todo el tema. El riff rítmico es perfecto para el tema y
el solo derrama más virtuosismo aún. Estribillo de puro Rock melódico coreable
por todo lo alto, cantado a coro con un Waite algo por encima. En el final la
guitarra vuelve a tomar un especial protagonismo como suele suceder en los clímax
del grupo. Cambio de ritmo para despedirnos y mucho sabor de Rock blusero. Para
paladares de primera.
The Restless Ones: Uno de los temas más destacados el disco,
con lo difícil que eso es… Un medio tiempo muy AOR, pero con un gran
regustorockero gracias a esa particular
voz de Waite. Los tecladosy el piano de
Cain son de lujo en este tema… bueno en todos, pero aquí llegan al cielo.
Estrofas de balada con un melódico Waite, exquisitas, una auténtica
preciosidad, que no tardan en aumentar la intensidad con la entrada de la
batería y una guitarra más potente. Gran puente y estribillo de antología. Un
estribillo alargadísimo, con cambios de tono y ritmo, reinicios cuando parece
cesar y detalles de teclado y guitarra majestuosos. La sutileza de esta
composición es increíble, una delicia, una gozada. Toda la melodía, y sus
distintas fases, son sublimes. El final del puente, con la batería haciendo la
introducción contundentemente hacia el estribillo, es una maravilla. Los coros
que se añaden en el estribillo, antes del solo, vuelve a ser una prueba más del
talento excepcional de esta gente. Magnífico solo de Schon, estrofa lenta que
sube en intensidad, piano de Cain cubriendo cualquier hueco y estribillo
desbordado con coros, armonías de guitarra y la excelsa melodía sublimada.
Imprescindible.
Rockin’ Horse: Otra muestra de Rock melódico americano con
toques bluseros. La guitarra de Schon es casi sureña, tema de bar de
carretera, la autenticidad, la esencia del Rock americano. La cadencia, el
ritmo pesado, los detalles de guitarra, la voz rockera de Waite, amoldada
perfectamente al ritmo, el riff… Una gozada para los amantes del Rock con
sabor. Puente potente que mantiene el ritmo y estribillo que va creciendo de
una forma absolutamente magistral, casi épica. El talento para la composición
de los Schon, Cain y compañía es ilimitado. “Bad English” toca todos los palos, Rock, medios tiempos, baladas, con el talento de los que están tocados con la
varita. Tras el segundo estribillo tiempo para Schon, un solo de Hard melódico
con todo el aliento blusero del mundo, pone los pelos de punta con sus agudos y
su cadencia perfectamente acorde con el tema. Más épica con los teclados
llevando una fase de transición. Coros y piano junto a la guitarra improvisando
y los quejidos rockeros de Waite, un cambio de ritmo que va subiendo en
intensidad de forma nuevamente magistral. Un final pletórico. Simplemente
genial.
Don’t Walk Away: La conclusión no puede ser mejor. Una
mezcla de balada y medio tiempo muy AOR para relajar la intensidad del Rock
anterior. Un hit en potencia con una melodía preciosa. Un Waite más melódico de
inicio lleva la melodía por las primeras estrofas. Muy originales los ritmos de
la predominante batería, especialmente en el juego que hace del “Charlie”.
Preciosa melodía con unas inflexiones excelentes por parte de Waite,
especialmente en el exquisito puente. El estribillo es perfecto, otro de esos
estribillos que aciertan de lleno. Muy pausada, sin apenas acompañamiento de
guitarra, que aparece casi sin amplificar, y los teclados como ambientación. Es
la batería la que lleva el peso de la canción, y la línea vocal, esplendorosamente
melódica, de Waite. La estrofa tras el segundo estribillo es magistral, quizá lo
mejor de un tema ya de por sí especialmente inspirado. En el final Waite nos
dejará unos quejidos improvisados para despedirnos por todo lo alto, junto a
algunos coros y detalles de guitarra. La perfecta despedida.
Disco indispensable para los amantes del Rock melódico, el
AOR y la música de calidad en general, producido por Richie Zito, también
guitarrista, el sonido es cristalino y perfecto. Un conglomerado de genialidad
que además se benefició de la colaboración de compositores del nivel de Mark
Spiro oDiane Warren (la Desmond Child
de las damas)… por si fuera poco el talento reunido.
Un referente, un clásico, un imprescindible, una cima del
género… Disco de antología.