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sábado, 18 de enero de 2014

FERGIE FREDERIKSEN: Equilibrium (1999)












Uno de los nombres más conocidos en el mundo del AOR, Fergie Frederiksen, nos regala esta pequeña joya que puede estar sin problemas entre lo mejor de lo mucho y bueno que ha realizado este maestro. Un referente del género entre otras cosas por ser el vocalista de una de las bandas de referencia del mismo, Toto.

Hay que mencionar antes de nada que su prestigio no sólo viene de haber pertenecido a la veterana banda angelina y a su calidad vocal, sino también de sus trabajos en solitario y proyectos varios, algunos de una calidad suprema, que han merecido los mayores elogios de la crítica.

Frederiksen estuvo poco tiempo en Toto (1984-1986), con los que grabó el denostado “Insolation”, la banda sonora de “Dune” (David Lynch, 1984), además de aparecer en un tema de “Farenheit” (1986), concretamente en “Could This Be Love”. Su abandono de la banda se debió a problemas de todo tipo, desde vocales a malos rollos con algún componente de la misma.


Frederiksen ha demostrado que no tiene complejos en colaborar con la competencia o compañeros que le son afines, así tenemos su colaboración con Joseph Williams (“Joseph Williams 3”), su sustituto tras salir de Toto e hijo del mítico compositor de cine John Williams, o los ejemplos en este mismo disco, donde vemos la presencia de miembros de Journey, Survivor o los mismísimos Toto.

Además de su paso por Toto debemos destacar su presencia en bandas como Le Roux a principios de los 80, RTZ, sus discos junto a Ricky Phillips, bajista de los míticos Bad English entre otros muchos grupos y que también aparece en este “Equilibrium” que nos ocupa como el bajista principal. También realizará un proyecto junto a Tommy Denander, “Frederiksen/Denander”, magnífico guitarrista de sesión, un clásico en proyectos AOR.

Dicho esto quizá sus dos proyectos más reputados han sido “Radioactive”, donde ha participado en tres discos, y Mecca, con dos álbumes en el mercado. El primer disco de Mecca tuvo todos los elogios posibles en el mundillo, un disco notable pero irregular de AOR que no tiene en los temas cantados por Frederiksen lo mejor del mismo, aunque su voz brilla con luz propia (es un disco donde Frederiksen y Joe Vana se turnan en las labores vocales).

El disco que nos ocupa es de AOR clásico, con mucho de Toto, logrando contener su esencia, pero eliminando en gran parte sus elementos más melosos, salvo en un par de temas. Canciones repletas de melodías, matices y detalles de calidad. Rock suave con mucha esencia de Toto que se beneficia de los grandes colaboradores con los que se ha rodeado Frederiksen, que con sus aportes dan fuerza al conjunto, limando y reduciendo el toque Toto, que aunque presente está matizado. Un disco muy cohesionado, con un estilo personal y base clásica de AOR, sintetizando y utilizando elementos eclécticos jazzísticos del grupo al que perteneció, pero ligado de alguna forma a sus temas más accesibles. AOR más directo sin perder matices.

La colección de talentos con los que ha contado el bueno de Frederiksen deslumbra. Descubrimos en la composición, tocando instrumentos o haciendo coros a gente de la talla de Neal Schon (Journey), Ricky Phillips (Bad English), Bruce Gowdy (Stone Fury, Unruly Child), Kelly Hansen (Unruly Child, Foreigner, Hurricane), Ron Wikso (Foreigner, Richie Sambora, Cher), Tim Pierce (Rick Springfield, John Waite), Rocket Ritchotte (G. Vanelli, David Lee Roth, Cher), Jeff Scott Soto (Talisman, Eyes, Takara), Guy Allison (Air Supply), Steve Porcaro (Toto),  Michael Monarch (Steppenwolf), Denny Laine (Wings),  Jason Scheff (Chicago), Marcus Nand (Freak Of Nature), Jim Peterik (Survivor, Pride of Lions)…



La base del grupo la forman Fergie Frederiksen a las voces, Ron Wikso a la batería, Ricky Phillips al bajo y Bruce Gowdy en las guitarras y los teclados. El resto de músicos mencionados colabora con sus instrumentos, haciendo coros o en la composición de los temas.





-Blaze Of Love: Vigoroso inicio de puro AOR con ritmos muy marcados, vivos, y una guitarra solitaria y melódica, rígida, tensa, limpia, casi robótica. La voz de Frederiksen tiene un punto militar, firme, dura, comandando el desfile por las estrofas melódicas y rockeras. No hay guitarras mientras Frederiksen se pone al mando, será la batería su única compañía inicialmente. Apariciones de sintetizador, sutiles, y de la melodía de guitarra se incorporarán de forma intermitente. Puente donde la musicalidad crece, la melodía se hace más marcada, todo se dulcifica para dar paso al enorme estribillo, a pesar de incluirse riffs guitarreros. El estribillo es un auténtico goce, AOR de clase excelsa con coros perfectos y ejecutados en los momentos precisos para subrayar la melodía y las partes más intensas, como cuando se recita el título del tema. También habrá apariciones de la guitarra melódica que mantiene su protagonismo emergiendo episódicamente. La batería vuelve a aparecer solitaria en las nuevas estrofas, con los aportes y presencias intermitentes de guitarra y sintetizador mencionadas. Así recorremos los mismos parajes llegando de nuevo al estribillo que presenta variaciones en los coros. Buen solo de guitarra que pasará por diferentes etapas, intensidad inicial, pausa con mucha presencia del bajo y recuperación virtuosa para engarzarse mediante un soberbio grito de Frederiksen con el estribillo, que sublima sus cualidades en improvisaciones vocales, juegos de coros y armonías de guitarra de fondo ejecutando brillantes punteos. Perfecta conclusión para un tema redondo de AOR clásico inspiradísimo.

-Mata Hari: Sintetizador de base para ritmos clásicos y rockeros comandados por la guitarra rítmica. El ritmo cambia de forma radical y del tono rockero pasamos a insinuaciones jazzísticas con sintetizador que distorsiona, los Toto se hacen más presentes, para presentar la voz de Frederiksen en las estrofas iniciales. La guitarra, muy desnuda, es la que marca muchas de las diferencias. La progresión melódica es perfecta y el tema va subiendo de forma clásica, llegando a un puente que deja en bandeja el estribillo, que es realmente excelente. El estribillo recupera la base rockera con la que se introdujo el tema. La segunda parte del estribillo, con las variaciones melódicas, es lo que da el toque de distinción. Gran estribillo. Vistosos arreglos de sintetizador. Les vuelve a tocar el turno a las estrofas de acompañamiento psicodélicamente jazzísticas, un diálogo de estilos muy conseguido. Llegamos por segunda vez al estribillo, que se hace más intenso en la voz de Frederiksen, que además añade pequeñas improvisaciones. La estrofa añadida que actúa de puente al solo de sintetizador es muy brillante, uno de los grandes momentos del tema. El solo se asentará en la base jazzística y hará retornar al estribillo, donde Frederiksen volverá a dejar sutiles improvisaciones y variaciones. Rico, matizado y magnífico tema.

-Equilibrium: La sutileza y la calma siguen gobernando el disco, base suave y guitarra solista predominante para el tema que da título al disco. Atmosférica base, detalles sueltos de bajo, teclados, batería y línea vocal pausada. Moldeando y haciendo crecer el tema poco a poco. El puente hará aumentar la intensidad, como es lógico, el ritmo se acelera ligeramente, todo se hace más rítmico y engancha con un estupendo y elegante estribillo, un estribillo de esmoquin, donde los coros están de gala. La parte de Frederiksen es excepcional por otro lado. La solitaria guitarra ejerce de bisagra y da paso a las nuevas estrofas. La canción vuelve a levantarse poco a poco, con clase y calidad, deleitando con el puente y el excepcional estribillo que se alarga, doblándose, para nuestro goce y disfrute. Curiosos arreglos de teclado en la transición de guitarra, una pausa sugerente con muchos coros llegando al estribillo más intenso. Todo cobra fuerza y mayor pasión, los arreglos son una maravilla y los coros se agudizan en su acompañamiento a la voz de Frederiksen, que lidera en todo momento. El tema se deja llevar en sutiles improvisaciones para despedirse. Mucha calidad.

-All For Love: Luminosos y jubilosos coros, un tanto étnicos, bonito teclado que sienta las bases de la melodía y bombo latente. El teclado se hace ambiental para saludar la entrada de Frederiksen en unas exquisitas estrofas. Estas estrofas se irán enriqueciendo con las entradas ocasionales de los mencionados coros. La batería arranca para potenciar el puente, delicioso también con Frederiksen elevándose. El estribillo vuelve a ser de categoría, con los peculiares coros étnicos decorándolo y un Frederiksen intenso. No es para menos cuando se da “todo por amor”. Calidad máxima, clase a raudales y un toque Journey y Steve Perry en la parte final del estribillo. Estrofas con coros “totianos” y algún detalle vocal de calidez espectacular decorándolas. Regresamos al estribillo, acogedor como una hoguera  hogareña. Solo de guitarra de Tim Pierce, prestigioso músico de sesión, muy blusero, y retomamos el puente en dirección al estribillo. Lo alargaremos hasta el máximo, sacándole todo el partido, matizándolo con inflexiones vocales, con coros, con improvisaciones… hasta la despedida. Bonito tema de atmósfera exótica, reminiscencias del grupo madre, Toto, y con un calidad y elegancia que rebosa en cada segundo. En la onda de la indispensable “Africa” de Toto.

-Best I Can Be: Este quinto tema está más en la línea de esos Toto melosos y menos directos que ceden a melodías más difusas, ritmos jazzísticos y variados que se alejan de los cánones clásicos aoreros. Así lo muestran el teclado y la guitarra, acompañamiento de Jazz-AOR con cadencia suave de la batería. Estrofas que comparten protagonismo con los coros y muy en la onda de los Toto más jazzeros. Puente más melódico y estribillo muy cincuentero, agradable y con indiscutible calidad. Un tema menos llamativo pero con la clase y el talento de Frederiksen y su grupo. Los eclécticos y variados elementos que van germinando en las estrofas vuelven a repetirse llevándonos al excelente puente y al estribillo. El estribillo se alarga en la clásica estructura que Frederiksen aplica al álbum, donde la primera aparición del estribillo siempre es más corta que las siguientes, que van añadiendo estrofas. Solo de guitarra de buena factura y puente para encarar el estribillo en la parte final, muy modulado. En este tema podemos disfrutar de los coros de Ricky Phillips, bajista de Bad English entre otros importantes grupos, y el gran Jeff Scott Soto. Un tema con calidad pero más anodino, un tema distinto, por debajo del resto.

-Crazy: Uno de mis temas predilectos del disco, con sabor añejo, un estilo antiguo, clásico, casi anacrónico, especialmente en las estrofas que inician los movimientos, que son tremendamente brillantes con una exquisita melodía. Un teclado disonante pone la semilla para la entrada vocal de Frederiksen, que despierta el tema con una memorable estrofa y un rítmico piano. Estrofas delicadas, deliciosas y elegantes que progresan de forma deslumbrante hasta el portentoso estribillo. Estribillo con juegos de coros y una melodía perfecta y clásica. La base de piano recuerda a los clásicos Toto en temas lentos, sencilla y virtuosa. Conforme aumentamos la intensidad también se añadirán nuevos elementos, como la guitarra solista y sutiles detalles que va dejando. El estribillo también se beneficiará de apuntes guitarreros. Estrofa de transición, pletórica y épica, que nos devuelve brillantemente al estribillo, que se desborda en improvisaciones, alardes vocales, armonías de coros y guitarra... Una pequeña genialidad clásica.

-Tell Me Diana: AOR clásico de inicio sugerente y esencia “totera”. Lentas estrofas, acorde con el tono suave del álbum, que rompen bruscamente con la entrada de la batería, la guitarra y los teclados. Así entraremos en el estribillo, puro AOR, otro acierto. La calma vuelve, los matices y los detalles de la base rítmica y la guitarra decorando la voz de Frederiksen hasta la nueva ruptura que nos lleva al estribillo, con más aportes de la guitarra solista y teclados rellenando huecos. Estrofa de melodía alternativa, solo de guitarra y nuevo paso por el estribillo. Las armonías de guitara no cesarán mientras el estribillo se hace más intenso, cabalgando firme y sobre los lomos de grandes coros hacia el final. Buen tema que vuelve a recrearse en el estilo clásico aorero.

-Falling Into Place: Acústicas que casi recrean un amanecer florido. Estrofas más dramáticas y lentas, pequeña aceleración, una acústica protagonista tras un toque de batería que desgrana un gran puente y da paso a un memorable estribillo, positivo, luminoso y perfecto. Otra genialidad. Los coros subrayan el paso por las nuevas estrofas, apoyados por la predominante acústica. Soberbio puente, mucho más potente con guitarras acústicas y la caja de la batería pidiendo paso. El estribillo transmite esperanza, ilusión y vitalidad, una auténtica gozada. Como es menester la cosa se va haciendo más intensa, con añadidos de coros sublimando el estribillo. Retornamos a las estrofas protagonizadas por acústicas y un sutil bajo para progresar en la forma consabida por el enorme puente y el portentoso estribillo, que nos acompañará hasta el final, sacando partido a todos los elementos posibles con coros y armonías de guitarra junto a un Frederiksen forzando. Un tema más que vuelve a deslumbrar.

-Died In The Midst Of A Dream: Teclados melódicos y una guitarra continua definiendo una sutil melodía dan entrada a la batería. Toques orientales en los teclados mientras Frederiksen nos canta las primeras estrofas. Puente más suave y sensual, almibarado, en uno de los temas más melosos del disco, muy en la onda de los Toto cuando apuestan por este tipo de melodías y temas lentos de corte jazzístico. Lo cierto es que el estribillo, a pesar de todo, es de una calidad excepcional. Nuevas estrofas acompañadas de esos teclados de sutil influencia oriental  nos vuelven a llevar al estribillo. Estrofa de melodía algo alterada con coros preciosistas y paso al último estribillo donde Frederiksen fuerza la voz y la guitarra aparece de forma sutil al fondo con nuevos ejemplos de clase. Gran tema aunque algo menos de mi gusto.

-The Truth Is Good Enough: Precioso piano que inicia el tema, con estrofas deliciosas que va desnudando Frederiksen. Así iremos avanzando por el puente y el encantador estribillo, otra maravilla compuesta a dúo por Jim Peterik y el propio Frederiksen. Se nota la mano del miembro de Survivor. Todo esto sin que entre la batería. La batería, suave, entrará en la segunda tanda de estrofas, una auténtica gozada que va creciendo majestuosamente. Un tema lento de melodía perfecta. El estribillo emociona y crece, añadiéndose más estofas que en su primera aparición. Un puente o estrofa de transición intenso y muy emotivo da paso al solo de guitarra, un tema muy clásico de AOR, más en la onda de Survivor que de Toto. La calma llega brevemente creando una atmósfera perfecta. La cadencia volverá a hacerse más intensa para hipnotizarnos con el estribillo, que acaba con un último momento intenso de Frederiksen. Una preciosidad. Imprescindible.

-Language Of Love: No se puede concluir mejor, otro temazo tranquilo, luminoso y de brillantísima melodía. Las primeras estrofas tienen un toque también muy clásico, de música de décadas pasadas, sesenteras. Acompañamiento sutil de guitarra. Excelente puente, realmente inspirado, la guitarra solista eléctrica deja unas cuantas notas para que entre la batería y prepare todo para el momento álgido, el soberbio estribillo. El estribillo acelera todo un poco, los ritmos se hacen más fluidos y todo más convencional, un estribillo largo lleno de clase y calidad. La guitarra sirve de bisagra entre estrofas, en los pasos hacia el puente y hacia el estribillo. La batería se hará presente de forma constante, aunque con ritmos entrecortados que sólo se harán fluidos en el estribillo. La eléctrica aparece cada vez más ganando en protagonismo, haciendo armonías ocasionales. Transición breve de sintetizador y brillantísimo y ágil solo de guitarra de Neal Schon, inconfundible… Más estrofas, puente y pausa sentida antes del último arrebato de melodía con el estribillo. Schon se hará notar, espléndido, acompañando a Frederiksen en la sublimación final con los coros rellenándolo todo. Una apoteósica conclusión repleta de melodía. Perfecto.


AOR clásico, de primera calidad, con muchísima clase y elegancia, que no pretende innovaciones pero que derrocha talento, nos inunda de matices, nos deleita con melodías memorables y sacia con solvencia el apetito de los más exigentes aficionados al género. Si además podemos disfrutar de colaboraciones de auténtico lujo, como las mencionadas, se me ocurren pocas cosas más que pedirle a esta joya. Esto es AOR realizado a la perfección, con sentimiento y saber hacer, un disco sobresaliente de un grande del estilo.


domingo, 25 de noviembre de 2012

BAD ENGLISH: Bad English (1989)









En esta cruzada para reivindicar el rock melódico y todo lo que se le parezca no podía faltar uno de los proyectos más grandes y prestigiosos que se han hecho en el género. Una súper banda, con varios miembros de Journey en ella como comentaré, que tan solo realizó dos discos pero que están en la antología del Rock melódico. No será difícil que veáis situados sus dos trabajos, sobre todo este debut, en lo más alto de las listas de los mejores discos de Rock melódico y AOR. Merecidamente además.




Neal Schon, Jonathan Cain, guitarrista y teclista, respectivamente, de Journey y principales compositores; Deen Castronovo, uno de los mejores baterías de la actualidad que está en la formación de los actuales Journey, además de haber participado junto a Neal Schon en uno de los mejores discos que ha dado el Hard Rock melódico, Hardline. Ricky Phillips en el bajo, un músico que estuvo con John Waite en “The Babys” además de haber participado en proyectos de David Coverdale, Joe Satriani, Mick Jagger, Glenn Hughes, Joe Lynn Turner, Steve Lukather, Jimmy Page, Jeff Beck y una multitud más. Como vocalista el mencionado John Waite, que obtuvo un buen éxito con The Babys y en su carrera en solitario, seguro que conoceréis el tema “Missing You”, un cantante de voz realmente peculiar y reconocible, arrítmica, que da un toque perfecto y personalísimo al grupo. Una superbanda.



John Waite no es Pavarotti, pero sin él Bad English sería otra cosa muy distinta.

Es verdaderamente complicado elegir entre este debut o su segundo álbum, “Backlash”, otra joya de antología. Los dos discos presentan las mismas constantes, las mismas virtudes y la misma ausencia de defectos, dos obras maestras dignas, como no podría ser de otra forma, de los talentos que componen el grupo. Uno de los proyectos más indispensable, rotundos y perfectos del Rock melódico y el AOR.





Rock melódico de grandes teclados, pianos y potentes guitarras, melodías perfectas y elaboradísimas, construcción perfecta de los temas, estribillos redondos, Rock americano enraizado en el blues y sonidos auténticos, instrumentistas virtuosos que lo dejan patente, medios tiempos y baladas sublimes, y que en algunos casos además fueron grandes éxitos (“When I See You Smile”)… todo lo que puedas pedir y más lo encontrarás en este disco y su secuela. 

Muchos tiran por este debut por ser el primero y el original, pero abstrayéndonos de ese aspecto sólo podemos decir que ambos son perfectos.

La música de Bad English se circunscribiría más en el Rock Melódico que en el AOR, si bien es cierto que también tiene muchos elementos y algún tema más cercano al segundo estilo. Estas diferencias son entretenidas para los fans de las etiquetas aunque a veces son complicadas de discernir. De igual forma se coquetea con elementos bluseros o hardrockeros, todo muy auténtico y fiel a las características del género.

Muchos desean que “Bad English” (nombre que salió de una partida de billar entre John Waite y Jonathan Cain), nos regale un nuevo proyecto, siempre es una tentación, pero todos sabemos que no tendría éxito, aunque a los fans de este tipo de música y a ellos mismos eso les daría igual. Desde luego si volvieran con el mismo grado de inspiración que tuvieron, los seguidores disfrutaríamos enormemente, pero también es cierto que experimentaciones y reuniones generalmente han acabado desilusionando o emborronando en cierta medida el recuerdo de algo mágico. La magia está aquí, en estos dos discos, patente.



Best Of What I Got: El inicio no puede ser más espectacular, del disco y del propio tema. Un inicio espléndido con unos teclados que parecen anunciar un tremendo espectáculo, como si de trompetas se tratara, y una guitarra pletórica, como siempre en manos de Neal Schon, que sirve de introducción a un tema memorable. Pasado este inicio entramos de lleno en la canción en sí, teclados, guitarras y John Waite iniciando las primeras estrofas de un rock melódico simplemente perfecto. Aquí hay una buena muestra de lo que ofrece este inigualable grupo. Las estrofas acompañadas por los teclados de Cain de manera preponderante y la voz entrecortada de Waite no pueden ser más excepcionales, el puente con los detalles guitarreros de Schon ya avisa de lo que será un gran estribillo, sin grandilocuencias. Schon salpicará de pequeños detalles el tema. Se disfruta cada frase, cada decoración del teclado, cada riff rockero. Estrofa de transición al solo de guitarra con unos teclados soberbios. La entrada del solo y éste en sí son otra maravilla made in Schon. Volvemos al estribillo como anticipo del final, con un derroche de improvisación vocal de Waite y un juego constante de los coros, además se añade Schon a la fiesta con vertiginosos punteos para despedir el tema. Una presentación perfecta.

Heaven Is A 4 Letter Word: Ritmos pesados y hardrockeros para comenzar el segundo tema, los teclados se suman en una fusión majestuosa. Un tema contundente de riffs y ritmos con una cadencia muy potente que acompañan perfectamente las estupendas estrofas. El estribillo vuelve a ser perfecto, ni siquiera busca la comercialidad facilona pero acierta de lleno con el punto preciso de comercialidad y rock con esencia blusera. Los detalles de teclado están presente durante todo el álbum, como ocurre con Journey, un gran trabajo de Cain, en un grupo más arenoso, de melodías más secas y americanas enraizadas en el Blues. Otra magnífica composición con estrofas, puente y estribillo en perfecta evolución y progresión. Grandes teclados en el estribillo. Estrofa lenta anterior al solo, muy buena. Solo de sentimiento máximo y virtuosismo. Transición instrumental donde se van sumando los instrumentos, primero el riff junto a la batería y luego los teclados, estribillo y toques guitarreros en armonía encauzando de forma brillante el final del tema. Un Schon con un estilo más rockero-blusero. Otra joya.

Possession: Baladón. Hay varias baladas en el disco y todas alucinantemente buenas. Acústicas junto a un íntimo Waite van haciendo progresar una melodía maravillosa. La voz entrecortada como contraste a las exquisitas melodías compuestas da ese toque tan característico al grupo. La subida de intensidad en el puente desencadena el estribillo, de una belleza fuera de toda duda. Clase y elegancia a raudales, no hay más que oír las acústicas y las transiciones de Schon entre estrofas. Los coros en el estribillo son otra delicia, lo que le da el toque definitivo, así como la voz doblada de Waite. Tras el segundo estribillo llegamos al solo, más sentimiento melódico, y una nueva y bella estrofa antes de un parón acompañado por los teclados y los coros exclusivamente. La parte final con el estribillo cobra mayor intensidad, los teclados nos llevan con su melodía al igual que la guitarra, muy melódica, haciendo las armonías. Cálida, bella y preciosa.

Forget Me Not: Más rock del bueno. Bajo expectante y chillidos de guitarra para un inicio sugerente y tranquilo que pronto saca la rabia que lleva dentro. Estrofas potentes, gran puente y efectivo estribillo con leve apoyo de coros. Todo muy elaborado y perfectamente construido. La autenticidad sale en cada nota como si no costara. Más pausa y riffs tensos de guitarra, latente, como deseando estallar, lo que tampoco se hace esperar. Puro rock americano con una mezcla de sequedad y melodía maravillosa, uno de los rasgos fundamentales del grupo. Solo de guitarra esplendido tras el segundo estribillo donde Schon se vuelve a lucir. Vuelve la pausa, es un tema de altibajos rítmicos perfectamente modulados, incluidos en el propio solo de guitarra. Los detalles de teclados suavizan de manera perfecta la guitarra y la voz rockera y entrecortada de Waite, el contrapunto perfecto de un talento descomunal como es el de Cain. Recomenzamos el tema pero para romper hacia el final en una explosión total, Waite aumentando la intensidad e improvisando, la guitarra haciendo armonías junto con los coros… y Schon, para finalizar, con otro solo marca de la casa. Otro clímax perfecto.

When I See You Smile: El mayor éxito del grupo, un tema que alcanzó el número uno con todo merecimiento. Una power ballad de las que marcan época paradigmática del estilo. Calidad, sensibilidad y sentimiento por todos lados. Los teclados de Cain iniciándola, unos teclados perfectamente reconocibles, seña de identidad del tema. Waite con su voz más sutil y suave en las primeras estrofas, aumento de la intensidad sin que entre la batería aún, algo que hace justo en el memorable estribillo. Coros, perfecta melodía, trabajo de teclados maravilloso. Ideal para ponerse romántico. Las estrofas siguientes ya reciben el acompañamiento de la batería aunque su tono sigue siendo suave, salvo en el estribillo, mucho más intenso, perfecta estructura clásica de nuevo. Waite acaba este segundo estribillo con una gran intensidad para seguir con una estrofa excelente que da entrada al sencillo y bonito solo de Schon. Abandonaremos la canción deleitándonos con el estribillo de nuevo, ahora con mayor fuerza si cabe. Waite susurrará las últimas palabras cerrando el círculo de esta hermosísima canción.

Tough Time Don´t Last: Inicio absolutamente genial, con esos teclados y la guitarra que se anticipan a la batería y al riff principal. Más rock. La suavidad llega con las primeras estrofas, puro Rock melódico, un grupo que lo ejemplifica. Waite y su arrítmica voz clava de forma magistral el puente, para luego hacerse algo más melódica en el espectacular estribillo, uno de los mejores del disco. Las composiciones son una autentica maravilla, gran trabajo del bajo en las estrofas y la atmósfera que crea el grupo, la progresión melódica es perfecta, ejemplar. Nos recreamos con el estribillo de nuevo y el solo de Schon, que tiene una espectacular entrada, otra muestra del talento del guitarrista, un solo breve que sigue dando apuntes en la siguiente estrofa. El estribillo lo tiene todo, los detalles de teclado que lo adornan, cambios de intensidad, melodía perfecta… y en los últimos momentos además se añaden unos pletóricos coros para acabar de redondear un tema perfecto. Trabajo melódico de guitarra en el final haciendo unas armonías simplemente magistrales. Soberbia joya muy aorera.

Ghost InYour Heart: Tema muy AOR. Gran atmósfera creada con la batería y los teclados, además de una posterior guitarra que parece rasgar la melodía. Preciosas estrofas iniciales en la voz de Waite. El tema cobra fuerza y un acompañamiento rockero de guitarra acompaña a Waite, que solo levanta la intensidad en el excelente estribillo AOR del tema. La cadencia y la atmósfera es uno de los puntos fuertes de esta canción. Transiciones guitarreras de Schon. El trabajo de Waite, mezclando su estilo personal y arrítmico de las estrofas con el más melódico del estribillo, algo que es común durante todo el álbum, tiene aquí algunos de sus grandes momentos. La entrada del solo es una auténtica delicia, agudísimo, y el resto es puro sentimiento que cambia de ritmo para derretir las seis cuerdas. Parón clásico para una nueva estrofa, delicados apuntes de todos los instrumentos durante ella, del bajo, los teclados, la guitarra… hasta que nos recuperamos con el estribillo nuevamente. Improvisaciones varias y guitarra talentosa y virtuosa en otro clímax excelso.

Price Of Love: Otra balada. Otra joya. El otro gran éxito del grupo. Una guitarra llorosa que marca la melodía da paso al teclado de Cain que va definiendo la misma para que la remate Waite con las primeras estrofas. Exquisito. Waite se muestra delicadísimo, la melodía no puede ser más lograda, el puente hace crecer el tema de forma magistral hasta un estribillo simplemente sensacional. Todo es perfecto, el tema se amolda como un guante al estilo arrítmico del Waite. Los teclados hacen las transiciones tras la intensidad emocional del estribillo, una breve y bella relajación para volver a sumergirnos en las deliciosas estrofas. La episódica progresión de la melodía, del tema, es una auténtica maravilla, y su remate con el estribillo, inconmensurable, especialmente el momento, con su pausa, donde Waite dice el título del tema. Solo maravilloso y sentido, escuchad especialmente las notas que Schon no da al alargarlas y dejar que se apaguen casi por entero en algunos momentos. El puente y el estribillo se hacen aún más sublimes en la parte final, intensidad aumentando, guitarra haciendo armonías, Waite alargando las notas con su voz, geniales sus variaciones al final del tema, acortando o alargando el título de la canción a conveniencia, realmente magnífico. Una preciosidad.

Ready When You Are: Retomamos el Rock. Una solitaria y potente batería marca el tono y da paso al riff de guitarra y unos breves punteos. Puro Rock melódico. Estrofas muy vivas, alegres y rítmicas con buenos detalles de teclado. El puente se hace mucho más melódico, menos entrecortado y rítmico que las estrofas anteriores o el propio estribillo, muy rockero. La guitarra muy presente para hacer de puente entre estrofas. Uno de los temas menos melódicos y más rockeros. Rock de gran talento. Buenos y rockeros coros. La fase que antecede al solo de Schon, con unos espléndidos teclados, es uno de los mejores momentos del tema. Schon se vuelve a lucir, como de costumbre. El bajo es una ametralladora durante el estribillo y durante el tema en general. Despedida con mucha improvisación de Waite, punteos de guitarra y coros intermitentes, una jam en toda regla. Mucha clase.

Lay Down: Seguimos con la potencia. Rock blusero y melódico, Rock melódico americano, seco y con todo el sabor del mundo. Puente melódico pero que no nos lleva al estribillo en primera instancia. Waite disfrutando con su espíritu más rockero haciendo de su voz arrítmica su especial virtud. El puente, ahora sí, nos llevará a un gran estribillo que también remite al clásico sonido americano. La guitarra de Schon no para de dejar detalles durante todo el tema. El riff rítmico es perfecto para el tema y el solo derrama más virtuosismo aún. Estribillo de puro Rock melódico coreable por todo lo alto, cantado a coro con un Waite algo por encima. En el final la guitarra vuelve a tomar un especial protagonismo como suele suceder en los clímax del grupo. Cambio de ritmo para despedirnos y mucho sabor de Rock blusero. Para paladares de primera.

The Restless Ones: Uno de los temas más destacados el disco, con lo difícil que eso es… Un medio tiempo muy AOR, pero con un gran regusto  rockero gracias a esa particular voz de Waite. Los teclados  y el piano de Cain son de lujo en este tema… bueno en todos, pero aquí llegan al cielo. Estrofas de balada con un melódico Waite, exquisitas, una auténtica preciosidad, que no tardan en aumentar la intensidad con la entrada de la batería y una guitarra más potente. Gran puente y estribillo de antología. Un estribillo alargadísimo, con cambios de tono y ritmo, reinicios cuando parece cesar y detalles de teclado y guitarra majestuosos. La sutileza de esta composición es increíble, una delicia, una gozada. Toda la melodía, y sus distintas fases, son sublimes. El final del puente, con la batería haciendo la introducción contundentemente hacia el estribillo, es una maravilla. Los coros que se añaden en el estribillo, antes del solo, vuelve a ser una prueba más del talento excepcional de esta gente. Magnífico solo de Schon, estrofa lenta que sube en intensidad, piano de Cain cubriendo cualquier hueco y estribillo desbordado con coros, armonías de guitarra y la excelsa melodía sublimada. Imprescindible.

Rockin’ Horse: Otra muestra de Rock melódico americano con toques bluseros. La guitarra de Schon es casi sureña, tema de bar de carretera, la autenticidad, la esencia del Rock americano. La cadencia, el ritmo pesado, los detalles de guitarra, la voz rockera de Waite, amoldada perfectamente al ritmo, el riff… Una gozada para los amantes del Rock con sabor. Puente potente que mantiene el ritmo y estribillo que va creciendo de una forma absolutamente magistral, casi épica. El talento para la composición de los Schon, Cain y compañía es ilimitado. “Bad English” toca todos los palos, Rock, medios tiempos, baladas, con el talento de los que están tocados con la varita. Tras el segundo estribillo tiempo para Schon, un solo de Hard melódico con todo el aliento blusero del mundo, pone los pelos de punta con sus agudos y su cadencia perfectamente acorde con el tema. Más épica con los teclados llevando una fase de transición. Coros y piano junto a la guitarra improvisando y los quejidos rockeros de Waite, un cambio de ritmo que va subiendo en intensidad de forma nuevamente magistral. Un final pletórico. Simplemente genial.

Don’t Walk Away: La conclusión no puede ser mejor. Una mezcla de balada y medio tiempo muy AOR para relajar la intensidad del Rock anterior. Un hit en potencia con una melodía preciosa. Un Waite más melódico de inicio lleva la melodía por las primeras estrofas. Muy originales los ritmos de la predominante batería, especialmente en el juego que hace del “Charlie”. Preciosa melodía con unas inflexiones excelentes por parte de Waite, especialmente en el exquisito puente. El estribillo es perfecto, otro de esos estribillos que aciertan de lleno. Muy pausada, sin apenas acompañamiento de guitarra, que aparece casi sin amplificar, y los teclados como ambientación. Es la batería la que lleva el peso de la canción, y la línea vocal, esplendorosamente melódica, de Waite. La estrofa tras el segundo estribillo es magistral, quizá lo mejor de un tema ya de por sí especialmente inspirado. En el final Waite nos dejará unos quejidos improvisados para despedirnos por todo lo alto, junto a algunos coros y detalles de guitarra. La perfecta despedida.

Disco indispensable para los amantes del Rock melódico, el AOR y la música de calidad en general, producido por Richie Zito, también guitarrista, el sonido es cristalino y perfecto. Un conglomerado de genialidad que además se benefició de la colaboración de compositores del nivel de Mark Spiro o  Diane Warren (la Desmond Child de las damas)… por si fuera poco el talento reunido.



Un referente, un clásico, un imprescindible, una cima del género… Disco de antología.