“El resplandor” supone además de todo lo comentado una sangrante reflexión sobre la familia. Pulveriza la institución y la mira con recelo por lo que supone de intrusión en la creación artística. Si bien Kubrick siempre fue extremadamente familiar, también era un creador y esa intrusión siempre supone un problema emocional. Es por ello que el hotel, un lugar perfecto para la creación (Torrance quiere escribir un libro) acaba tornando en pesadilla. Son múltiples las recriminaciones que Torrance hace a su mujer al respecto. Hay cierta afinidad de Kubrick con su personaje protagonista en ese sentido. Esto lo vio bien su guionista Diane Johnson.
En Kubrick es común la idea de un destino determinista del que sus personajes no pueden salir pero al que se enfrentan decididamente. En este sentido suele representarse visualmente con esos pasadizos serpenteantes, esos laberintos o rutas sin posible desviación donde los personajes deberán seguirlos sin posibilidad de tomar otro camino. En “El resplandor”, como he señalado, esa idea está siempre presente con esos sinuosos y rocambolescos pasillos y pasadizos, que llegan a su clímax en el laberinto y que con los travellings se recalcan en grado sumo. En “2001: Una odisea en el espacio”, tendremos lo mismo en el viaje de Bowman a otra dimensión, una ruta sin posible desvío, en “Senderos de gloria” está en las trincheras en las que se filman los paseos de los soldados de la misma forma… Ese destino ante el que luchan los personajes y su imposibilidad de cambiarlo suele provocar una transformación en los protagonistas kubrickianos, aquí Jack Torrance pasará de decir “eso no me va a pasar a mí” a hacer exactamente lo mismo que decía que no le pasaría, el protagonista de “2001: Una odisea en el espacio" se verá a sí mismo transformándose y haciéndose más viejo paulatinamente hasta la transformación final en ese feto que vuelve a la Tierra, como les pasó a los monos al inicio de la película, la transformación. Lo mismo le pasará al protagonista de “La naranja mecánica” o a los chicos de “La chaqueta metálica” que en cuanto se rapan no serán jamás los mismos…
Personajes que viven en el azar o en la representación, son muchos los ejemplo donde los personajes están en un escenario, usan máscaras, escafandras o ven una escena, muchos ejemplos en su filmografía. En otros casos la representación no conlleva una máscara como muestran los ejemplos de las miradas alucinadas y terroríficas de los protagonistas de “La naranja mecánica” o “El resplandor”, una confrontación entre realidad y ficción para evadirse de la opresión que les produce su universo, el destino y también el tiempo.
Una filmografía e ideas de coherencia absoluta. Un autor de primer nivel.
Las interpretaciones de los actores no han estado exentas de polémica. Lo cierto es que en líneas generales están bien, de hecho mi mayor pero está con la gran estrella, Jack Nicholson.
Danny Lloyd, el chaval, que fue elegido entre miles, está soberbio, su interpretación, quizá es la más notable, un rostro sugerente, vulnerable y a la par inquietante. Shelley Duvall fue maltratada por Kubrick de mala manera. Ella no le guarda ningún tipo de rencor, al contrario, todo son elogios al director del que dice aprendió mucho. Lo cierto es que ese estrés y tensión que el bueno de Stanley provocó en la actriz surtió sus efectos, una interpretación muy veraz en su histerismo. Muy notable en su papel de mujer dependiente que es capaz de aguantarlo todo. Divierte y a la vez da cierta pena ver documentales donde Stanley Kubrick no para de recriminar el trabajo de la actriz, haciéndola repetir en innumerables ocasiones las escenas, esto no es raro, más bien típico de Kubrick, y ante la desesperación de la actriz oír el tono suave, casi susurrante y relajado, del director poniéndola a parir, cuestionando su trabajo o que hiciera esperar al resto del equipo por no hacer las cosas bien. En cuanto a Jack Nicholson su interpretación me resulta irregular. Steven Spielberg no acababa de entrar en la película precisamente por dicha interpretación, fue su amigo Kubrick quién le explicó que buscaba un James Cagney. Esto hizo replantearse a Spielberg el trabajo de Nicholson. Ciertamente Nicholson está muy bien y efectivo en su faceta más desfasada, la mejor parte de su interpretación y que produce auténtico pavor, pero en sus momentos más distendidos resulta artificial, reiterándose en tics y haciendo una interpretación muy repetitiva. Suelta su frase y sonrisita marca de la casa, como si hubiera contado un buen chiste, una y otra vez… Ahí radica la mayor debilidad en su trabajo.
La precisión matemática de la puesta en escena y de todos los elementos cinematográficos que tiene a su disposición Kubrick la he reseñado varias veces. A este respecto cabría comentar la curiosidad numérica de la cinta que Thomas Allen Nelson propuso en su libro “Kubrick. Inside a film artist’s maze”. En él dice ”Danny lleva el número 42 en su jersey y ve en la tele con su madre “Verano del 42” de Mulligan. 42 es el doble de 21 (el retrato de la pared al final de la película es de 1921 y hay 21 cuadros en la pared del pasillo dorado). El número 12 es la imagen especular de 21; el número de radio para llamar al Overlook es KDK 12. La película tiene unos subtítulos que indican en qué momento estamos, los dos últimos se corresponden a horas, las 8 am y 4 pm, 8+4=12. Con esto tenemos que en la película los números que se usan doblan y dividen la numeración de 2001, su anterior película, si se omiten los ceros. En “2001: Una odisea del espacio”, el cumpleaños de HAL es el 12 de enero de 1992 que invierte el número del título (12) y además si sumamos los números del 1992, nos da 21 (1+9+9+2=21). En la novela sale una habitación con el número 217, Kubrick la cambió por el 237, si se suman (2+3+7+=12). Todo esto ha llevado a interpretar que “El resplandor” es la inversa de 2001, al menos numéricamente.”
Son más los paralelismos entre “2001: Una odisea del espacio” y “El resplandor”, por ejemplo a nivel temático y narrativo. Si “2001” hay que considerarla por su propia concepción, como una sinfonía de la ciencia ficción, “El resplandor” es, sin duda, la sinfonía del horror de Kubrick, como bien la han bautizado en diversos sitios, todo ello por esa idea del cine como música, que une ambas películas de forma evidente. Además en las dos cintas un reducido grupo representante de la civilización queda recluido en un lugar, y conforme su consciencia sobre su verdadera labor se hace mayor creará conflictos y asesinatos. Bowman y Torrance realizarán un viaje sin retorno y en él se transformarán, de hecho la nueva dimensión que visita Bowman en “2001” tiene su analogía en esa relación temporal que surge al descubrirse la foto en la escena final de “El resplandor”, una dimensión temporal.
Quizá por el mismo género al que pertenece, aunque la ciencia ficción también tiene este problema, “El resplandor” ha perdido cierta vigencia para alguna gente, no por ella, que es modélica y referencial, sino por los subproductos y copias. Esto en nada resta la maestría de una obra excepcional del género, que no tiene la culpa de las vulgarizaciones posteriores.
Stephen King era de los que creían que Kubrick desconocía los códigos del género, no le gustó nada la adaptación. Kubrick por su parte alabó la inventiva y la imaginación para las tramas y las historias del escritor, muy por encima de las cualidades literarias de King. No le gustó el final, en cambio, que le parecía predecible y convencional.
Stephen King no quería a Jack Nicholson por nada del mundo para el papel protagonista, pero aunque lo intentó todo no pudo evitarlo e imponerse a la decisión de Kubrick.
Por su parte la escritora y guionista de la película, Diane Johnson, se despachó a gusto: “El resplandor está lejos de la gran literatura, es eficaz, da miedo, funciona. Pero no es nada bueno. Es interesante ver como un libro bastante malo puede ser muy eficaz. La idea, el argumento es muy bueno. Stephen King piensa que es mejor escritor de lo que en realidad es. El resplandor es bastante pretencioso… pero se sienten menos escrúpulos al saber que no estás cortando una gran obra de arte…”
Nabokov: “Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía.”
Jack Torrance: “Wendy querida, luz de mi vida, no voy a hacerte daño, sólo voy a aplastarte los sesos”.
En Kubrick no hay coincidencias. Aquí se invierten las frases.
Se ha criticado, no sin cierta razón, que Kubrick recurriera a ciertas escenas innecesarias en función de la concepción que él plantea, sobre todo la de la sangre saliendo del ascensor o la de la mujer desnuda en el baño. Lo cierto es que Kubrick rodó muchas escenas más donde se incluían algunos golpes de efectos o trucos con el propósito de asustar, más tópicos del género. Todas estas escenas fueron eliminadas dejando claro cuál era la idea de su director y la concepción que quería darle a la obra. Las dos escenas mencionadas serían de las pocas que quedan en ese sentido pero lo cierto es que no se corresponden exactamente al estereotipo mencionado, por ello, supongo, Kubrick decidió dejarlas. Kubrick se mostró especialmente dubitativo a la hora de hacer los cortes. Hizo 18 cortes eliminando 25 minutos de metraje. Entre estos cortes está un final más alargado donde el director del hotel visitaba a Wendy en el hospital y se excusaba de lo sucedido ofreciéndole ayuda, luego, antes de irse, hablaba con Danny mientras éste jugaba y le decía que tenía algo para él. Sacaba la pelota amarilla que las gemelas le lanzaron y el chico la cogía tras dar ésta dos botes (estuvieron todo un día para que la pelota botara de forma correcta, o como Kubrick quería), Danny miraba con asombro al darse cuenta de que el director estaba al corriente de todo lo que acontecía en el hotel.
Carlos Saura se ocupó de seleccionar y dirigir el doblaje español de la cinta. El resultado no puede ser más desastroso. Lo primero que te viene a la cabeza es cómo un director tan estricto y meticuloso permitió semejante aberración. Se ha criticado especialmente el trabajo de Verónica Forqué, mujer de Saura, con todo merecimiento, si bien es cierto que cuando le ves la cara a la buena de Shelley Duvall casi le pegaría. Pero no en una película como ésta. Forqué pasará a la historia por ello. Todo suena ridículo e impostado y es capaz de sacarte de una película profundamente hipnótica. Se hace menos hincapié en el trabajo de Joaquín Hinojosa, lo cual es injusto más que nada porque es aún peor, absolutamente demencial y terrorífico pero no en el sentido que Kubrick quería con la película. Es mejor verla en versión original, casi obligado, además es una cinta de tal potencia visual que no hacen falta ni diálogos. Para ser justos el resto del dobaje es aceptable.
Kubrick, sin que esto sea restrictivo, es básicamente un cineasta autosuficiente, que tiene en sí mismo su principal influencia. “El resplandor” es una cinta única, guste más o guste menos, no hay otra como ella.
Kubrick es la fusión de la mente privilegiada de un ajedrecista de talento y el sentido visual de un fotógrafo excepcional.
“El resplandor” es en suma una de las obras indispensable del cine de terror, de obligado visionado.
Nicholson, como mejor está, siempre, es en desfase. Es un gran actor del desfase, de la exageración.
ResponderEliminarLa verdad es que sí, aunque en CHINATOWN por ejemplo, está perfecto en su sobriedad.
ResponderEliminarMe apunto Chinatown. A ver que tal es. He buscado información y parece buena.
EliminarDosflores, es espectacular, una de las mejores de cine negro de todos los tiempos, y eso que es a color jeje
EliminarMe he leido el post. Es muy bueno.
ResponderEliminarPero no puedo decir lo mismo de la película. Como "Fan" de Kubrick me parece la peor película con diferencia. Es peor que "Eyes Wide..." que ya es decir. En su día me pareció una decepción. Después de las gloriosas Barry Lyndon y Odisea (ya no pongo comillas para ahorrar, todos nos entendemos).
Entré en Kubrick con Teléfono rojo... que me pareció muy buena, seguí con Espartaco (bien), Atraco perfecto (Obra Maestra), Senderos de Gloria (Casi Obra Maestra), Lolita (floja, pero por encima de la media general), La Naranja Mecánica (original), Odisea (Obra Maestra), Barry Lyndon (Obra Maestra) y El Resplandor (Gran Decepción). Luego llegarían La chaqueta ... (Casi Obra Maestra) y el Bodrio final.
Hoy ya soy mayor y me canso con este cine tan complicado, prefiero el cine facilón y bonito, ahora me gusta ver a Ford, Hawks, Walsh, Truffaut y lo mas intelectual que veo es a Tarkowsky. Osea que me he vuelto un carca, pero ya no soporto este cine tan pretencioso. Sigo viendo a Kubrick pero no puedo terminar de ver ni esta, ni la última y La Naranja ... ya ni la empiezo a ver.
Por cierto no me canso de ver "Pasaje a la India" de Lean. Ese es el cine que te queda cuando te haces mayor.
Sirthomasmoro, muchas gracias, me ha encantado tu comentario y tus pequeñas valoraciones a las películas de Kubrick. Mi preferida quizá sea Senderos de Gloria.
ResponderEliminarSobre lo que comentas del cine más clásico aquí tienes a un fan absoluto, ni ha habido ni habrá una época como esa con cinestas como los que enumeras y otros muchos.
Pásate más, que habrá muchas de esas pelis clásicas. Un abrazo.
Pues debe ser que estoy acostumbrado ya a la película, pero soy incapaz de revisionarla sin el doblaje.
ResponderEliminarA riesgos de que me corran a gorrazos diré que ni veo tan mal el doblaje, de hecho en el de Nicholson, si bien hay partes de la cinta que son mejorables por esa razón, en otras te digo que no serían lo mismo.(Conversaciones en el Bar, el baño rojo, la despensa, por ejemplo), ni veo para nada mediocre la actuación de Nicholson cuando no está loco.
Para mi lo borda y es de lo mejor que he visto.
Punto. ;-)
Vale Eddie pero no te pongas así joe jajajaja
ResponderEliminar" No le gustó el final, en cambio, que le parecía predecible y convencional"
ResponderEliminarNo he visto ni leído El Resplandor, pero me apuesto lo que sea a que a mí tampoco me gustaría el final. Hasta ahora, la mayoría de las obras de Stephen King (o adaptaciones a televisión/cine) que he visto o leído tienen siempre el fallo de un final muy flojo. Curiosamente, este fallo creo que desaparece (o al menos no es tan grave) cuando Stephen King escribe algo que no sea de terror (por ejemplo en Cadena Perpetua).
Anónimo, muchas gracias spor participar, la verdad es que tienes razón, mucha gente opina igual y lo cierto es que el final de la cinta es bastante mejor que el del libro, sobre todo coherente con lo que busca el director. Un abrazo.
ResponderEliminarUn gran blog Mrsambo de acuerdo en el analisis de la pelicula.Ayer vi en la 2 barry lindon por octava vez.la autentica obra maestra de kubrich.
ResponderEliminarMuchas gracias Tommy. Yo también la vi aunque la aprte final nada más, pero te hipnotiza. Pásate más, estás en tu casa.
ResponderEliminarMr, amigo, me has regalado la mas fantastica y personal (antes que nada, perdon por la ausencia de acentos, el virus jodio este ha puesto el teclado de color rosa con topos lilas, de joputa que es)critica de cine que he leido en mi vida, por poco pretenciosa, muy sincera, completa, profunda y buceadora (espantoso palabro) en todos los recovecos imaginables.
ResponderEliminarKubrick es un puto amo, cuando ya has visto el Padrino, al amigo Kane, las sagas galacticas y las del amigo indiana, y te pasa como a mi, que ves la Naranja Mecanica con 24 añitos, se te caen los cojones al suelo.
La gente dira lo que quiera, que esta mal envejecida, que es pretenciosa...un pijo, es apabullante, es tremenda, es unica e inimitable.
Con 2001, idem de idem, desde los jodios monos con el monolito, autentica obra cumbre del cine, la rebelinon del PC gigante, el viaje final...es para morirse de gusto; la poco recordada Barry Lyndon, maravillosa, con esos Chieftains poniendo la musica, Lolita, el Telefono rojo y un gigante Peter Sellers....cada peli es un universo unico, genial e interior.
y digo interior porque el mundo de Kubrick es individual, es una persona y su mente, el mundo es de uno para su interior, no hacia fuera. El mundo sin la mente, sin la inteligencia, no existe, es una emanacion de la misma. En este glorioso Resplandor, en la chaqueta metalica, en 2001, en senderos...todo es lo mismo, una mente atrapada en un cuerpo que es testigo de lo que sucede a su alrededor, que es algo bastante, muy ajeno.
Su universo particular, un paseo por una galeria de cuadros de Mondrian y Kandinsky, un laberinto dodecafonico, una mente que busca respuestas y nunca las encuentra, llegando a la obsesion como forma de perfeccion...tremebundo todo.
En fin, que por razones varias he estado desatendiendo lugares tan encantadores como este, y aun llegando tarde a la encuesta, coincido en señalar a esta peli como la puta obra maestra del terror, aunque con el aliento en el cogote de la Semilla del Diablo y, en otro escalon diferente, la noche del cazador.
Un gran abrazo y a ver que deparan los Oscar.
Te echaba de menos querido Rústico. Impresionante y sentido tu comentario, me encanta cuando se habla o escribe con pasión. Muy de acuerdo en todo, Kubrick es muy grande y por tanto tendrá detractores potentes, es ley de coloso.
ResponderEliminarEn fin que aquí siempre eres bien recibido y muy apreciado y me alegro de que la crítica te haya llegado tanto, un Kubrick es complicado y satisfacer a los seguidores más.
Pásate más zanguangooo. Un abrazo fortísimo.
Coincido con la mayor parte de la crítica y con los comentarios, cine puro y del bueno.
ResponderEliminarLo que más me gusta de El Resplandor (y en general de la filmografía de Kubrick, pues nadie ha jugado con la música mejor que él) es esa capacidad de generarte suspense simplemente con la música o esos brillantes planos.
Genio único.
Hola DAunes, me alegra que compartas gran parte de la critica, Kubrick despierta tantas filias como fobias.
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