sábado, 18 de enero de 2014

FERGIE FREDERIKSEN: Equilibrium (1999)












Uno de los nombres más conocidos en el mundo del AOR, Fergie Frederiksen, nos regala esta pequeña joya que puede estar sin problemas entre lo mejor de lo mucho y bueno que ha realizado este maestro. Un referente del género entre otras cosas por ser el vocalista de una de las bandas de referencia del mismo, Toto.

Hay que mencionar antes de nada que su prestigio no sólo viene de haber pertenecido a la veterana banda angelina y a su calidad vocal, sino también de sus trabajos en solitario y proyectos varios, algunos de una calidad suprema, que han merecido los mayores elogios de la crítica.

Frederiksen estuvo poco tiempo en Toto (1984-1986), con los que grabó el denostado “Insolation”, la banda sonora de “Dune” (David Lynch, 1984), además de aparecer en un tema de “Farenheit” (1986), concretamente en “Could This Be Love”. Su abandono de la banda se debió a problemas de todo tipo, desde vocales a malos rollos con algún componente de la misma.


Frederiksen ha demostrado que no tiene complejos en colaborar con la competencia o compañeros que le son afines, así tenemos su colaboración con Joseph Williams (“Joseph Williams 3”), su sustituto tras salir de Toto e hijo del mítico compositor de cine John Williams, o los ejemplos en este mismo disco, donde vemos la presencia de miembros de Journey, Survivor o los mismísimos Toto.

Además de su paso por Toto debemos destacar su presencia en bandas como Le Roux a principios de los 80, RTZ, sus discos junto a Ricky Phillips, bajista de los míticos Bad English entre otros muchos grupos y que también aparece en este “Equilibrium” que nos ocupa como el bajista principal. También realizará un proyecto junto a Tommy Denander, “Frederiksen/Denander”, magnífico guitarrista de sesión, un clásico en proyectos AOR.

Dicho esto quizá sus dos proyectos más reputados han sido “Radioactive”, donde ha participado en tres discos, y Mecca, con dos álbumes en el mercado. El primer disco de Mecca tuvo todos los elogios posibles en el mundillo, un disco notable pero irregular de AOR que no tiene en los temas cantados por Frederiksen lo mejor del mismo, aunque su voz brilla con luz propia (es un disco donde Frederiksen y Joe Vana se turnan en las labores vocales).

El disco que nos ocupa es de AOR clásico, con mucho de Toto, logrando contener su esencia, pero eliminando en gran parte sus elementos más melosos, salvo en un par de temas. Canciones repletas de melodías, matices y detalles de calidad. Rock suave con mucha esencia de Toto que se beneficia de los grandes colaboradores con los que se ha rodeado Frederiksen, que con sus aportes dan fuerza al conjunto, limando y reduciendo el toque Toto, que aunque presente está matizado. Un disco muy cohesionado, con un estilo personal y base clásica de AOR, sintetizando y utilizando elementos eclécticos jazzísticos del grupo al que perteneció, pero ligado de alguna forma a sus temas más accesibles. AOR más directo sin perder matices.

La colección de talentos con los que ha contado el bueno de Frederiksen deslumbra. Descubrimos en la composición, tocando instrumentos o haciendo coros a gente de la talla de Neal Schon (Journey), Ricky Phillips (Bad English), Bruce Gowdy (Stone Fury, Unruly Child), Kelly Hansen (Unruly Child, Foreigner, Hurricane), Ron Wikso (Foreigner, Richie Sambora, Cher), Tim Pierce (Rick Springfield, John Waite), Rocket Ritchotte (G. Vanelli, David Lee Roth, Cher), Jeff Scott Soto (Talisman, Eyes, Takara), Guy Allison (Air Supply), Steve Porcaro (Toto),  Michael Monarch (Steppenwolf), Denny Laine (Wings),  Jason Scheff (Chicago), Marcus Nand (Freak Of Nature), Jim Peterik (Survivor, Pride of Lions)…



La base del grupo la forman Fergie Frederiksen a las voces, Ron Wikso a la batería, Ricky Phillips al bajo y Bruce Gowdy en las guitarras y los teclados. El resto de músicos mencionados colabora con sus instrumentos, haciendo coros o en la composición de los temas.





-Blaze Of Love: Vigoroso inicio de puro AOR con ritmos muy marcados, vivos, y una guitarra solitaria y melódica, rígida, tensa, limpia, casi robótica. La voz de Frederiksen tiene un punto militar, firme, dura, comandando el desfile por las estrofas melódicas y rockeras. No hay guitarras mientras Frederiksen se pone al mando, será la batería su única compañía inicialmente. Apariciones de sintetizador, sutiles, y de la melodía de guitarra se incorporarán de forma intermitente. Puente donde la musicalidad crece, la melodía se hace más marcada, todo se dulcifica para dar paso al enorme estribillo, a pesar de incluirse riffs guitarreros. El estribillo es un auténtico goce, AOR de clase excelsa con coros perfectos y ejecutados en los momentos precisos para subrayar la melodía y las partes más intensas, como cuando se recita el título del tema. También habrá apariciones de la guitarra melódica que mantiene su protagonismo emergiendo episódicamente. La batería vuelve a aparecer solitaria en las nuevas estrofas, con los aportes y presencias intermitentes de guitarra y sintetizador mencionadas. Así recorremos los mismos parajes llegando de nuevo al estribillo que presenta variaciones en los coros. Buen solo de guitarra que pasará por diferentes etapas, intensidad inicial, pausa con mucha presencia del bajo y recuperación virtuosa para engarzarse mediante un soberbio grito de Frederiksen con el estribillo, que sublima sus cualidades en improvisaciones vocales, juegos de coros y armonías de guitarra de fondo ejecutando brillantes punteos. Perfecta conclusión para un tema redondo de AOR clásico inspiradísimo.

-Mata Hari: Sintetizador de base para ritmos clásicos y rockeros comandados por la guitarra rítmica. El ritmo cambia de forma radical y del tono rockero pasamos a insinuaciones jazzísticas con sintetizador que distorsiona, los Toto se hacen más presentes, para presentar la voz de Frederiksen en las estrofas iniciales. La guitarra, muy desnuda, es la que marca muchas de las diferencias. La progresión melódica es perfecta y el tema va subiendo de forma clásica, llegando a un puente que deja en bandeja el estribillo, que es realmente excelente. El estribillo recupera la base rockera con la que se introdujo el tema. La segunda parte del estribillo, con las variaciones melódicas, es lo que da el toque de distinción. Gran estribillo. Vistosos arreglos de sintetizador. Les vuelve a tocar el turno a las estrofas de acompañamiento psicodélicamente jazzísticas, un diálogo de estilos muy conseguido. Llegamos por segunda vez al estribillo, que se hace más intenso en la voz de Frederiksen, que además añade pequeñas improvisaciones. La estrofa añadida que actúa de puente al solo de sintetizador es muy brillante, uno de los grandes momentos del tema. El solo se asentará en la base jazzística y hará retornar al estribillo, donde Frederiksen volverá a dejar sutiles improvisaciones y variaciones. Rico, matizado y magnífico tema.

-Equilibrium: La sutileza y la calma siguen gobernando el disco, base suave y guitarra solista predominante para el tema que da título al disco. Atmosférica base, detalles sueltos de bajo, teclados, batería y línea vocal pausada. Moldeando y haciendo crecer el tema poco a poco. El puente hará aumentar la intensidad, como es lógico, el ritmo se acelera ligeramente, todo se hace más rítmico y engancha con un estupendo y elegante estribillo, un estribillo de esmoquin, donde los coros están de gala. La parte de Frederiksen es excepcional por otro lado. La solitaria guitarra ejerce de bisagra y da paso a las nuevas estrofas. La canción vuelve a levantarse poco a poco, con clase y calidad, deleitando con el puente y el excepcional estribillo que se alarga, doblándose, para nuestro goce y disfrute. Curiosos arreglos de teclado en la transición de guitarra, una pausa sugerente con muchos coros llegando al estribillo más intenso. Todo cobra fuerza y mayor pasión, los arreglos son una maravilla y los coros se agudizan en su acompañamiento a la voz de Frederiksen, que lidera en todo momento. El tema se deja llevar en sutiles improvisaciones para despedirse. Mucha calidad.

-All For Love: Luminosos y jubilosos coros, un tanto étnicos, bonito teclado que sienta las bases de la melodía y bombo latente. El teclado se hace ambiental para saludar la entrada de Frederiksen en unas exquisitas estrofas. Estas estrofas se irán enriqueciendo con las entradas ocasionales de los mencionados coros. La batería arranca para potenciar el puente, delicioso también con Frederiksen elevándose. El estribillo vuelve a ser de categoría, con los peculiares coros étnicos decorándolo y un Frederiksen intenso. No es para menos cuando se da “todo por amor”. Calidad máxima, clase a raudales y un toque Journey y Steve Perry en la parte final del estribillo. Estrofas con coros “totianos” y algún detalle vocal de calidez espectacular decorándolas. Regresamos al estribillo, acogedor como una hoguera  hogareña. Solo de guitarra de Tim Pierce, prestigioso músico de sesión, muy blusero, y retomamos el puente en dirección al estribillo. Lo alargaremos hasta el máximo, sacándole todo el partido, matizándolo con inflexiones vocales, con coros, con improvisaciones… hasta la despedida. Bonito tema de atmósfera exótica, reminiscencias del grupo madre, Toto, y con un calidad y elegancia que rebosa en cada segundo. En la onda de la indispensable “Africa” de Toto.

-Best I Can Be: Este quinto tema está más en la línea de esos Toto melosos y menos directos que ceden a melodías más difusas, ritmos jazzísticos y variados que se alejan de los cánones clásicos aoreros. Así lo muestran el teclado y la guitarra, acompañamiento de Jazz-AOR con cadencia suave de la batería. Estrofas que comparten protagonismo con los coros y muy en la onda de los Toto más jazzeros. Puente más melódico y estribillo muy cincuentero, agradable y con indiscutible calidad. Un tema menos llamativo pero con la clase y el talento de Frederiksen y su grupo. Los eclécticos y variados elementos que van germinando en las estrofas vuelven a repetirse llevándonos al excelente puente y al estribillo. El estribillo se alarga en la clásica estructura que Frederiksen aplica al álbum, donde la primera aparición del estribillo siempre es más corta que las siguientes, que van añadiendo estrofas. Solo de guitarra de buena factura y puente para encarar el estribillo en la parte final, muy modulado. En este tema podemos disfrutar de los coros de Ricky Phillips, bajista de Bad English entre otros importantes grupos, y el gran Jeff Scott Soto. Un tema con calidad pero más anodino, un tema distinto, por debajo del resto.

-Crazy: Uno de mis temas predilectos del disco, con sabor añejo, un estilo antiguo, clásico, casi anacrónico, especialmente en las estrofas que inician los movimientos, que son tremendamente brillantes con una exquisita melodía. Un teclado disonante pone la semilla para la entrada vocal de Frederiksen, que despierta el tema con una memorable estrofa y un rítmico piano. Estrofas delicadas, deliciosas y elegantes que progresan de forma deslumbrante hasta el portentoso estribillo. Estribillo con juegos de coros y una melodía perfecta y clásica. La base de piano recuerda a los clásicos Toto en temas lentos, sencilla y virtuosa. Conforme aumentamos la intensidad también se añadirán nuevos elementos, como la guitarra solista y sutiles detalles que va dejando. El estribillo también se beneficiará de apuntes guitarreros. Estrofa de transición, pletórica y épica, que nos devuelve brillantemente al estribillo, que se desborda en improvisaciones, alardes vocales, armonías de coros y guitarra... Una pequeña genialidad clásica.

-Tell Me Diana: AOR clásico de inicio sugerente y esencia “totera”. Lentas estrofas, acorde con el tono suave del álbum, que rompen bruscamente con la entrada de la batería, la guitarra y los teclados. Así entraremos en el estribillo, puro AOR, otro acierto. La calma vuelve, los matices y los detalles de la base rítmica y la guitarra decorando la voz de Frederiksen hasta la nueva ruptura que nos lleva al estribillo, con más aportes de la guitarra solista y teclados rellenando huecos. Estrofa de melodía alternativa, solo de guitarra y nuevo paso por el estribillo. Las armonías de guitara no cesarán mientras el estribillo se hace más intenso, cabalgando firme y sobre los lomos de grandes coros hacia el final. Buen tema que vuelve a recrearse en el estilo clásico aorero.

-Falling Into Place: Acústicas que casi recrean un amanecer florido. Estrofas más dramáticas y lentas, pequeña aceleración, una acústica protagonista tras un toque de batería que desgrana un gran puente y da paso a un memorable estribillo, positivo, luminoso y perfecto. Otra genialidad. Los coros subrayan el paso por las nuevas estrofas, apoyados por la predominante acústica. Soberbio puente, mucho más potente con guitarras acústicas y la caja de la batería pidiendo paso. El estribillo transmite esperanza, ilusión y vitalidad, una auténtica gozada. Como es menester la cosa se va haciendo más intensa, con añadidos de coros sublimando el estribillo. Retornamos a las estrofas protagonizadas por acústicas y un sutil bajo para progresar en la forma consabida por el enorme puente y el portentoso estribillo, que nos acompañará hasta el final, sacando partido a todos los elementos posibles con coros y armonías de guitarra junto a un Frederiksen forzando. Un tema más que vuelve a deslumbrar.

-Died In The Midst Of A Dream: Teclados melódicos y una guitarra continua definiendo una sutil melodía dan entrada a la batería. Toques orientales en los teclados mientras Frederiksen nos canta las primeras estrofas. Puente más suave y sensual, almibarado, en uno de los temas más melosos del disco, muy en la onda de los Toto cuando apuestan por este tipo de melodías y temas lentos de corte jazzístico. Lo cierto es que el estribillo, a pesar de todo, es de una calidad excepcional. Nuevas estrofas acompañadas de esos teclados de sutil influencia oriental  nos vuelven a llevar al estribillo. Estrofa de melodía algo alterada con coros preciosistas y paso al último estribillo donde Frederiksen fuerza la voz y la guitarra aparece de forma sutil al fondo con nuevos ejemplos de clase. Gran tema aunque algo menos de mi gusto.

-The Truth Is Good Enough: Precioso piano que inicia el tema, con estrofas deliciosas que va desnudando Frederiksen. Así iremos avanzando por el puente y el encantador estribillo, otra maravilla compuesta a dúo por Jim Peterik y el propio Frederiksen. Se nota la mano del miembro de Survivor. Todo esto sin que entre la batería. La batería, suave, entrará en la segunda tanda de estrofas, una auténtica gozada que va creciendo majestuosamente. Un tema lento de melodía perfecta. El estribillo emociona y crece, añadiéndose más estofas que en su primera aparición. Un puente o estrofa de transición intenso y muy emotivo da paso al solo de guitarra, un tema muy clásico de AOR, más en la onda de Survivor que de Toto. La calma llega brevemente creando una atmósfera perfecta. La cadencia volverá a hacerse más intensa para hipnotizarnos con el estribillo, que acaba con un último momento intenso de Frederiksen. Una preciosidad. Imprescindible.

-Language Of Love: No se puede concluir mejor, otro temazo tranquilo, luminoso y de brillantísima melodía. Las primeras estrofas tienen un toque también muy clásico, de música de décadas pasadas, sesenteras. Acompañamiento sutil de guitarra. Excelente puente, realmente inspirado, la guitarra solista eléctrica deja unas cuantas notas para que entre la batería y prepare todo para el momento álgido, el soberbio estribillo. El estribillo acelera todo un poco, los ritmos se hacen más fluidos y todo más convencional, un estribillo largo lleno de clase y calidad. La guitarra sirve de bisagra entre estrofas, en los pasos hacia el puente y hacia el estribillo. La batería se hará presente de forma constante, aunque con ritmos entrecortados que sólo se harán fluidos en el estribillo. La eléctrica aparece cada vez más ganando en protagonismo, haciendo armonías ocasionales. Transición breve de sintetizador y brillantísimo y ágil solo de guitarra de Neal Schon, inconfundible… Más estrofas, puente y pausa sentida antes del último arrebato de melodía con el estribillo. Schon se hará notar, espléndido, acompañando a Frederiksen en la sublimación final con los coros rellenándolo todo. Una apoteósica conclusión repleta de melodía. Perfecto.


AOR clásico, de primera calidad, con muchísima clase y elegancia, que no pretende innovaciones pero que derrocha talento, nos inunda de matices, nos deleita con melodías memorables y sacia con solvencia el apetito de los más exigentes aficionados al género. Si además podemos disfrutar de colaboraciones de auténtico lujo, como las mencionadas, se me ocurren pocas cosas más que pedirle a esta joya. Esto es AOR realizado a la perfección, con sentimiento y saber hacer, un disco sobresaliente de un grande del estilo.


2 comentarios:

  1. Gracias Sambo.
    Disfrutado. Y archivado para apelar a él por si hay q bailar en terrazas…
    :-)

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