miércoles, 21 de septiembre de 2011

Crítica: LA CAÍDA DE LA CASA USHER (1960)

ROGER CORMAN





Interesante película que sin que apenas pase nada logra un constante desasosiego e inquietud desde que empieza hasta que acaba, merced a una conseguida y envolvente atmósfera. Aunque no se la puede considerar una película de casa encantada estrictamente, sí que está dentro de ese tipo de películas donde la casa que sirve de escenario para la narración es casi un personaje más. No se sabe si la casa alberga un mal por sí misma o es una manifestación del malsano espíritu de la familia que ha vivido allí generación tras generación. Una casa que reacciona según el espíritu de los componentes de esa familia y que se destruye cuando la degradación de ellos es total. Familia y casa morirán a la vez.
Lo más fascinante es que no pasa nada durante casi todo el metraje, abundan los planos en soledad, con un personaje, a menudo el protagonista, deambulando por la casa, abriendo y cerrando puertas, cruzando pasillos, oyendo ruidos y sintiendo cosas extrañas. Todo ello logra crear una atmósfera muy atractiva de terror, junto a la fotografía donde se destacan los rojos, algo que comentaré más adelante, y la dirección artística. La labor de Corman es muy buena y da con la pausa y el tempo necesarios, así como utiliza los movimientos de cámara de forma brillante para transmitir desazón. Sutiles movimientos y trucos de cámara, además de una parte onírica también perturbadora.
Desde el mismo comienzo Corman consigue perturbar al espectador, con los elementos mencionados y también con una gama de personajes realmente inquietantes y extrañísimos, que potencian la malsana atmósfera. El hermano híper sensible (Vincent Price) que tiene sus sentidos a flor de piel, la hermana debilitada y sin saber qué decisión tomar, influida por las palabras de su hermano y el pasado familiar, y el siniestro mayordomo (Harry Ellerbe). El bueno de Philip (Mark Damon) no es de extrañar que lo flipe en colores.
Con la intención de llevarse a Boston a su prometida Madeleine, Philip Winthrop llega a la mansión de los Usher. Allí conocerá al hermano de su prometida (Myrna Fahey), que no quiere dejarla ir porque dice que se encuentra enferma y le queda poco de vida. Mientras esto sucede Philip observa que ocurren cosas muy extrañas en la casa.
La película es una adaptación de una obra de Edgar Alan Poe con ciertas diferencias con respecto al original, pero con su mismo espíritu.
Nada pasa apenas, como he comentado, en la película, la trama es mínima, pero Corman logra que en su hora y cuarto de metraje no se pierda el interés, atmósferas claustrofóbicas en esa casa de la que no se sale, opresivas, con esos tenebrosos pasillos, esas puertas que suenan, ese ataúd cerrado… Pocos medios, poco dinero y poco tiempo pero gran talento de un director acostumbrado a la serie B. Su gran maestro, vamos.
Con tanto sólo 4 actores Corman monta su película, entre ellos hay que destacar al estupendo Vincent Price, brillante como el extraño hermano de Madeleine.

Uno de los aspectos más interesantes del film es el uso del color, en especial del rojo. A menudo se ven sobre todo velas rojas por las estancias que transitan los personajes, generalmente el protagonista, Philip, pero no sólo son velas las que son de este color, también cortinas y muebles o vestuario. Ese color tiene un profundo contenido simbólico y siempre está más presente cuando algo maligno se cierne sobre el protagonista. Philip siempre va de azul y nunca de rojo. Escenas como la caída de la lámpara, la habitación y vestuario de Usher o momentos concretos donde Philip vaga por la casa y ésta parece más amenazante, están bañadas de rojo, como idea de muerte y advertencia. El rojo y la amenaza.

Hay momentos excelentes y otros escalofriantes, siendo toda la cinta bastante notable en todo momento. La llega a la casa, perdida en ese paisaje yermo y lleno de neblina, te mete de lleno en la inquietud y en la historia de una película que es mucho más sugestiva y sensitiva que narrativa. Una vez dentro de la casa la atmósfera se hace claustrofóbica y son especialmente reseñables las escenas donde nuestro protagonista vaga solo por ella, especialmente cuando parece nadar por un mar de objetos color rojo. En los momentos de más tensión los picados y contrapicados se multiplican, se hacen más presentes dentro de una sobria dirección de sutiles panorámicas y movimientos de cámara, acentuando el pausado ritmo de la cinta y aumentando la tensión. La parte final se hace más trepidante y truculenta, todo sea dicho, así al entierro en vida, magnífico momento cuando poco antes de cerrarse el ataúd vemos mover la mano a Madeleine, le sucede un perturbador sueño, uno de los momentos más desasosegantes. Pero donde el impacto es mayor es con la aparición de una trastornada y enloquecida Madeleine al final de la película, presta a vengarse de su hermano con un maquillaje sumamente expresionista.
El mayor defecto es que siendo una película muy corta el tramo inicial es lento, necesario en esa creación de atmósfera pero algo reiterativo, sumado a los evidentes escasos medios de la cinta, algo de lo que Corman en realidad hace una virtud, ya que con mínimos elementos logra excelentes resultados, un candelabro que se mueve, efectos sonoros de ruidos, resquebrajamientos o chirridos.

Una de las más notables obras de Roger Corman.


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10 comentarios:

  1. Enhorabuena, Sambo, por el blog: No entiendo nada de cine, pero me gustan los análisis que haces: dan ganas de ver la película (y están muy bien escritos).

    He dudado si enviarte este mensaje, por aquello de que “guarde para su recuerdo / esta sentencia el lector: / si el sabio no aprueba, malo / si el necio aplaude, peor”; al final he decidido, como el científico loco de “Viaje al futuro”: ¡qué demonios!

    Un abrazo,
    FG “Lurker”

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  2. FG Lurker, por favor, cuantos más mensajes suyos mejor, donde quiera que escribe sube el nivel. Muchísimas gracias por sus palabras.

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  3. Aprovechando la hora y el feliz paso del Pisuerga por Valladolid, me aventuro a comentar la lista que propones para elegir la mejor comedia.

    He votado a favor de “Ser o no ser” después de dudar entre ésa y “Con faldas y a lo loco”; dos monumentos cinematográficos: sendos dieces para mí. En el cine Cedaceros (no sé si se llamaba así; estaba en esa calle), aún resonarán las carcajadas que solté cuando descubrí allí la joya de Ernst Lubitsch, hace cerca de treinta años.

    “El apartamento” me encanta, pero es otra cosa, no sé; lo mismo podría decir de “Primera plana” (que no está en la lista). “Arsénico por compasión” es deliciosa, y Cary Grant es irrepetible, un lujo. No puedo con “La fiera de mi niña”; se me atraganta irremediablemente la Hepburn (la fea; Audrey es igual que Nefertiti: adorable), y eso no lo puede remediar ni Cary Grant.

    “El verdugo” es un humor tan amargo, tan berlanguiano, que dudo en clasificarla entre las comedias; no obstante, es un peliculón. “Aterriza como puedas” debería estar en el mismo paquete que “Los bingueros” o “El abuelo tiene un plan”: no digo que no sea comedia, lo que digo es que no es cine. Las otras películas no las he visto, ¡toma nivel de conocimientos! (bueno, tampoco he podido aguantar la del avión hasta el final).

    FG “gracias, Sambo, por el espacio y la paciencia” Lurker

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  4. Jajaja completo análisis FGLURKER, las incluí de todo tipo y a mucha gente le gusta "Aterriza", así que me pareció una buena opción y distinta, aunque no tenga la calidad de otras. "Primera Plana" tampoco la puse porque siempre pongo por delante "Luna Nueva" jajaja. Si algunas no las has visto, mi envidia. La envidia de las primeras veces que ya no vuelven.

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  5. Pues a mí "Aterriza como puedas" me parece una película divertidísima y maravillosa. Y también "Los bingueros" y "El abuelo tiene un plan" son muy buenas. Y todas ellas son CINE; no importa lo que algunos digan.

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  6. Estoy totalmente de acuerdo, sobre todo en que son cine. Para mí todas las películas son cine. Unas cine bueno, otras regular y otras malo, pero todas tienen su función.

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  7. Buena adaptación de Poe, película muy digna, muestra de como se hacían las películas de terror en esa época, merece la pena verla

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  8. Sí Iria, muy en esa tendencia de mejor sugerir que mostrar, debe ser muy difícil, porque para ver ahora una película que se acerque a lo que hacían debes rebuscar mucho.

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  9. Bueno, es que ahora no hacen pelis de miedo hacen pelis de asco, jajaja, que da asco verlas vaya, de gore más que nada, con lo bonito que es sugerir, en todos los aspectos...

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  10. La paradoja de que teniendo más libertad y posibilidad de ser explícito, se manifiesta en un descenso de la imaginación y la calidad.

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