Hugo observará todos los rincones de la estación, incluido el
despacho del policía, una extraordinaria y nuevamente simbólica idea que confronta el
aparente exterior al esencial interior.
Tendremos un momento de humor adulto con la conversación
entre los dos policías, y las dudas sobre la fidelidad de la mujer de uno de ellos, muy
conseguido.
En la nueva visita a la librería la película pega su giro
definitivo y pone la mirada en el cine, el amor de Scorsese ya no se esconde
más y lo declara abiertamente. Referencias a “Robin Hood” interpretado por
Douglas Fairbanks, personaje también referenciado en la maravillosa “The Artist”. Iremos con ellos a un cine donde ponen un festival de cine mudo y
veremos posters de Harold Lloyd, Charles Chaplin, Charley Chase… ¿Qué película
muda se puede entrar a ver teniendo en cuenta los componentes de “La invención
de Hugo”? Exacto. “El hombre mosca” de Harold Lloyd y la mítica escena del reloj,
como es lógico. No puede ser una idea más brillante. Ambos vivirán con pasión
el espectáculo de esa obra maestra, viviendo como si fueran ellos el riesgo que
corre el bueno de Harold Lloyd, sucumbiendo a
la magia del cine y quedando completamente hechizados por el
cinematógrafo.
Más carteles “Judex” (Louis Feuillade, 1916), Rodolfo
Valentino, también referenciado en “The Artist” (Michel Hazanavicius, 2011),
Buster Keaton…
Tras sincerarse Isabelle sobre la oposición de su padrino a
que viera películas será Hugo el que cuente como él iba a menudo con su padre al
cine para evadirse de la muerte de su madre. Una vez más la idea del arte, aquí
el cine, como redentor.
Ya tenemos que el cine para Scorsese es muchas cosas,
redentor, mecanismo de evasión y escapismo, nuestra memoria, olvido, pasión,
generador de sueños, aventura…
Hugo hablará de la primera película que vio su padre y que
le marcó. “Viaje a la Luna”. El padre definió su experiencia como “ver sus
sueños de día”. El cine generador de sueños y viceversa. Scorsese nos va
adentrando en el universo del metacine y el metalingüismo. Hugo contándole a
Isabelle que su padre vio una película de su padrino, sin que ellos mismos
sepan la verdadera identidad de éste. El destino, la conexión… y para realzarlo, Scorsese hará sonar un tren en off cuando Isabelle pregunte a Hugo donde vive.
Ya son tres las veces que un tren se cruza con Hugo, primero
pasó por debajo suya, luego por encima cuando estaba frente a la casa de los
Méliès y ahora en off al mismo nivel en la lejanía, símbolo de su destino, se
va acercando, al llegar a aquella casa se nos indica que va por buen camino, cuando
suena en off al preguntarle Isabelle nos indica que su futura vivienda está
relacionada con ella.
Aparecerá otra vez el tren en un sueño y en la secuencia
final para redondear esta evolución.
Las referencias literarias, nueva vinculación del arte en la
vida, salvará a Hugo, a través de Isabelle, de una situación comprometida con
el policía (Sacha Baron Cohen), en esta ocasión será Christina Rossetti.
Hugo se siente algo despreciado por ser llamado inculto,
palabra que usó Isabelle para salvaguardar su seguridad, y decide dejar a la
chica para irse a su rincón en el reloj, en ese momento una marea de adultos
ajenos al sentir de los críos irrumpe en la estación tirando al suelo a la
chica que desesperada, y con unos planos muy clásicos de Scorsese partiendo la
pantalla, en un uso muy típico también del cine mudo, pide ayuda. Hugo
regresará y será su salvador, ejemplificando su carácter redentor. Es
por ello que en ese momento descubrirá la llave que le falta a su autómata en
el cuello de Isabelle, con lo que invitará e incluirá, por primera vez, a una
persona en su micro universo. De paseo por los humeantes y oscuros pasillos de
las interioridades de la estación Isabelle nos dedicará otra referencia
literaria, Jean Veljean, el protagonista de “Los miserables”.
El ojo de la Luna y el ojo en la cerradura. Los ojos, como vengo comentando, importantes, la mirada, que es el cine. Los críos ya en casa de los Méliès indagan en el significado del dibujo y encerrados en una habitación descubren pinturas de los antiguos trabajos del gran director, con los mencionados recursos visuales de Scorsese alimentando la idea de la unión entre realidad y ficción, la inexistencia del concepto de la realidad que carece de límites. Un misterio, el descubrimiento de un secreto y una aventura apasionante y necesaria para los chicos.
La frustración de Méliès lo lleva a definirse a sí mismo como “un comerciante, un juguete roto”. La coherencia y solidez de los conceptos de la cinta son increíbles.
Christopher Lee regalará el libro de “Robin Hood” a Hugo, en
un reconocimiento de su persona. De las reticencias iniciales del librero con
él, por su aspecto, ahora le incita con ese regalo a ser más él mismo que
nunca. Un acto simbólico de lucidez por parte Monsieur Labisse.
Seguimos con la evolución de las, aparentemente, historias
superfluas de la película con la entrañable escena de seducción del policía a
la florista (Emily Mortimer), que nos recuerda a la chapliniana de “Luces en la
ciudad” (Charles Chaplin, 1931). Un paso definitivo en el personaje del policía
que queda aquí humanizado dando mayor cohesión a su posterior evolución.
Personajes secundarios perfectamente dibujados. El personaje de la florista
está más difuso pero lo suficientemente cuidado para intuir su soledad y
necesidad de dar cariño.
Allí descubren la magia e importancia de los orígenes que,
como he comentado, es tema básico en la película, descubren el cine como
generador de sueños y la formación de un nuevo lenguaje.
La idea de mostrar alguna película de los Lumière es también
un homenaje al documental (es lo que son las cintas de los Lumière), un género
que Scorsese frecuenta con tanta devoción y proliferación como el de ficción.
Una vez más lo biográfico y profundamente personal, traspasa la pantalla.
En esta escena Scorsese recreará momentos de las épocas
sobre las que los chavales leen, una vez más la imaginación de Hugo se verá
reflejada como en un proyector, un cuadro pintado en el techo de la biblioteca
de un hombre que lanza un rayo de luz desde su dedo se convertirá en el
artilugio y veremos escenas de múltiples películas mudas, entre ellas un
vaquero que nos dispara a los espectadores que a todo seguidor de Scorsese le
recordará a Joe Pesci disparándonos al final de “Uno de los nuestros” (1990).
Una espectacular escena que homenajea a los pioneros.
“Las películas tienen el poder de capturar los sueños”.
“Salida de los obreros de la fábrica” (Louis Lumière, 1895), “Llegada del tren
a la estación” (Louis Lumière, 1895), “El hombre mosca” (Fred C. Newmeyer, Sam
Taylor, 1923), “La caja de Pandora” (Georg Wilhelm Pabst, 1928), “El ladrón de
Bagdad” (Raoul Walsh, 1924), “El maquinista de la general” (Buster Keaton,
1926) , “El chico” (Charles Chaplin, 1921), “El gabinete del doctor Caligari” (Robert
Wiene, 1920), “Los 4 jinetes del apocalipsis” (Rex Ingram, 1921), “La hija del
agua” (Jean Renoir, 1925), “El hijo de la pradera” (King Baggot, William S.
Hart, 1925), “Asalto y robo de un tren” (Edwin S.Porter, 1903), “Intolerancia”
(D. W. Griffith, 1916), “Hell’s Hinger (Charles Swickard, 1916), “Dickinson
experimental sound film” (1894), “Corbett and Courtney before the Kinetograph" (William K. L Dickson, William Heise, 1894), “The Kiss” (William Heise, 1896)...
René Tabard (Michael Stuhlbarg) nos narrará sus recuerdos y
sueños con el propósito de ayudar a los chavales, un fan de Méliès. Estos
recuerdos también serán mostrados con los encuadres difuminados por los bordes.
Un autor que conserva todos los fetiches y recuerdos posibles del gran cineasta
francés y que al conocer que está vivo acompañará a los chicos a conocer al
director. En esos recuerdos Scorsese nos sumerge en el rodaje de ese maestro
pionero, una auténtica gozada para los cinéfilos donde veremos “cómo y dónde se
crean los sueños”, los juegos de perspectiva que con el 3D cobran aún más
sentido e impacto y toda la magia del creador. Si, como se dice en la película,
todos estamos aquí por una razón y cada uno debe hacer lo que sabe, el creador
debe crear.
Precioso momento de la película este vídeo que has puesto..
ResponderEliminarBuenas.
Si esta película me ha ganado por algo,desde el primer momento,ha sido por los planos tan bellos que hace de la Ciudad de La Luz, cómo te dije al empezar a verla, después,todo lo demás,es lo que suma a que sea mágica.
Una de las cosas que mas me fascinaron son los "decorados".
El momento en el que Hugo le cuenta a Isabelle que su padre le llevaba al cine mientras caminan por un puente y de fondo tener una maravillosa imagen de la fantástica Notre Dame que va apareciendo poco a poco igual que desaparece...
Cuando se asoma al gran reloj y ve todo París iluminado, funcionando,lleno de vida...
El entrar a la biblioteca y ver la gran cantidad de libros perfectamente desordenados...
Las flores recién cortadas en el puesto que tiene la floristera..
Imagen de los croissants recién hechos..
Las grandes ruedas del reloj funcionando lentamente..
Todo es delicadamente precioso y con los colores apropiados.
Gracias Mr :)
Gran escena, hermosa.
ResponderEliminarMuy bien descrito Luna. Muchas gracias por todo.
alguien sabe como se llama la cancion que suena cuando estan recordando a los grandes del cine? como por ejemplo a charles chaplin?
ResponderEliminarEn Grooveshark puedes encontrar la banda sonora completa de la pelicula http://grooveshark.com/#!/album/Hugo+Original+Soundtrack/7530574
ResponderEliminarNo sé cual es la canción que buscas porque no la he escuchado, pero supongo que será una de estas y podrás localizarla :)