viernes, 23 de septiembre de 2011

PAUL AUSTER: Invisible

LITERATURA







Iniciando los comentarios, reflexiones o recomendaciones sobre libros he pensado en comenzar con uno reciente de Paul Auster de 2009, uno de mis escritores actuales favoritos. Siempre ha sido considerado por la crítica como uno de los grandes escritores de la actualidad y ha tenido muchos lectores. Ahora en España, con la consecución del Premio Príncipe de Asturias, se ha convertido casi en un escritor de Best Sellers. En cualquier caso no se puede negar su indiscutible clase y calidad que no se queda en lo formal ni en sus continuas experimentaciones en la metaliteratura y la metaficción, sino que cuando recurre a ello, no lo hace siempre, es algo siempre subordinado al profundísimo fondo de sus novelas.
Dentro de la metaliteratura, la metaficción, es evidente que resulta un referente junto con otros majestuosos escritores actuales que nos deleitan o han deleitado con sus libros (David Foster Wallace, triste, muy tristemente fallecido, ya que era reconocido como el gran maestro; el “invisible” Thomas Pynchon, que nos ha dejado una espectacular obra este año, “Contraluz”; Don DeLillo, uno de los escritores más admirados de Auster; Robert Coover…).
Auster, si bien es cierto que a menudo se sumerge en estos océanos estéticos y formales, con suma brillantez además, también lo es que no siempre los utiliza. En cualquier caso sea cual sea su apuesta nunca se queda en la superficie y su uso suele tener todo el sentido, profundidad, sensibilidad y complejidad de la que sólo los grandes autores son capaces.
Invisible” sí se inscribe entre los libros de Auster que apuestan por la metaficción, la metaliteratura. Tenemos un narrador que no conocemos hasta la última parte de libro y se juega con todo ello y los puntos de vista. Este juego de ir contando la historia por partes desde la visión de distintos personajes para ir complementando la historia de forma lo más completa posible, tiene todo el sentido del mundo con respecto a las intenciones de fondo de la obra. Por supuesto, como suele ser habitual en Auster, la sorpresa siempre estará presente y esos puntos de vista que creíamos verdaderos se irán demostrando relativos.
Una historia con crímenes, sexo, seducción, manipulación, suspense, tensión, incesto… tiene muchas de las constantes de su autor, el azar, las apariencias, personajes míticos, el descenso a los abismos, recursos formales… y que ha sido definida como el “Crimen y castigo” o “Las memorias del subsuelo” de Auster, y algo de eso hay.
Centrándonos en la obra en sí, y en las novedades y constantes mencionadas, comenzaremos diciendo que siempre me ha sorprendido la facilidad de Auster para crear personajes míticos, incluso situaciones de este tipo, son muchos los que lo logran, pero la originalidad de Auster radica en que una vez logra fascinarnos con esos personajes y su carácter mítico luego los humaniza con una sencillez pasmosa. Aquí Rudolf parece un gran villano maniqueo de thriller para luego ser visto desde muchos prismas distintos, normalizándolo en muchos casos.
Otro rasgo austeriano, aquí algo más matizado pero muy presente, es que sus personajes a menudo tocan fondo, deben tocar fondo, refundarse, una especie de purificación personal que no obligadamente tiene por qué salir bien. Personajes que tanto para caer en el abismo como para salir de él suelen estar siempre en relación con el azar. El azar, uno de los temas más conocidos de Auster. Aquí nuestro protagonista cae en ese abismo, aunque Auster nos hurta su salida del mismo que explica con breves referencias.
En relación con aspectos formales y de estructura comentaré que Auster suele dar saltos imprevistos en la narración, fragmentándola. Así cuando damos por hecho algo nos plantea líneas narrativas e información que trastocan todo lo que habíamos concebido antes para obligarnos a replantearnos la historia desde el comienzo. La idea de la reinvención continua de la realidad para alcanzar una verdad que no siempre se descubre. Este tema es una de las claves de la novela. Por ello en Auster, como en la vida, no se llega siempre a conclusiones definitivas, sino que nos quedamos con una gran cantidad de puntos muertos o tramas inconclusas, que también es una forma de conclusión al fin y a la postre.
Esta idea anteriormente mencionada, y otras que comentaré, están perfectamente relacionadas con el título de la obra. “Invisible”. Por esta razón el juego de puntos de vista de la narración, los distintos narradores y formas de transmitir la información de cada uno de ellos es magistral. No sabemos quién dice la verdad, los continuos saltos nos hacen replantearnos todo a cada instante. La invisibilidad en la imposibilidad de tener la certeza de algo que no hemos vivido en su totalidad. Una vez más, como en la vida, sólo podemos tener certezas de lo comprobado por nosotros, teniendo que conformarnos con interpretar el resto por testimonios, pruebas o lo que sea, acertando unas veces y errando otras. La imprevisibilidad de la vida, del azar y la absoluta necesidad de la fe para no caer en el inmovilismo y dar continuidad a la vida. Sin creer a los que nos rodean, confiar y tener fe en ellos y en tantas cosas jamás se avanzaría. La fe como pilar del progreso.
Una historia de historias inconclusas.
A quien le apetezca sumergirse en el mundo austeriano después de leer esto espero que le deje el mismo gran sabor de boca que a mí.

2 comentarios:

  1. Querido MrSambo,es un verdadero placer que abras una nueva linea en tu Blog.
    Así como el cine me ha interesado de forma intermitente,y,en los últimos tiempos,poco ,y la música posterior al s.XVIII,la desconozco,la literatura no ha dejado de ser un placer siempre activo.Un vicio,mas bien.
    En el universo austeriano he estado bien sumergida.La publicación de cada libro era un acontecimiento esperado y deseado.
    Y,como tu dices,cada lectura de Auster,te lleva a un mundo complejo y fascinante.

    Ya sabes que te leo siempre con mucho interés.
    Un abrazo.Lunalia.

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  2. Lunalia me alegra que hayas desvirgado este hilo con tu comentario. Compartiremos reflexiones austerianas, viendo que tenemos el mismo aprecio por él. Confío en que te haya gustado la entrada y muchas gracias por seguir leyendo las cosillas que escribo.

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