El mundo del deporte ha dado infinidad de títulos al cine, unos con mayor fortuna que otros y unos deportes han demostrado también ser más cinematográficos que otros. El boxeo, por ejemplo, sería el top 1 de los deportes cinematográficos.
La cinta que nos ocupa pone la mirada en un deporte que también ha dado una buena cantidad de títulos, algunos de ellos muy aceptables, a la historia del cine. El beisbol.
El boxeo no sólo es que haya dado innumerables títulos es que ha dejado absolutas obras de arte, “Toro salvaje” (Martin Scorsese, 1980), “Cuerpo y alma” (Robert Rossen, 1947), soberbios títulos de Robert Wise como “Marcado por el odio” (1956) o ”Nadie puede vencerme” (1949) las cintas de Mark Robson “El ídolo de barro” (1949) y “Más dura será la caída” (1956)…
Incluso el fútbol ha dejado algún título simpático como “Evasión o victoria” de nada más y nada menos que John Huston (1981) donde pudimos ver a Pelé compartiendo plano con Silvester Stallone, cosas del cine. O el hockey con la estupenda “El castañazo” (George Roy Hill, 1977).
En cuanto al béisbol han sido muchas, y serán más, desde obras extraordinarias como “El orgullo de los yanquis” (Sam Wood, 1942), a cosas más que discretas como “Ellas dan el golpe” (Penny Marshall, 1992).
En este pequeño repaso deportivo no puedo omitir un peculiar género de imprescindible mención, el “KevinCostnerBall”, con títulos como “Campo de sueños” (Phil Alden Robinson, 1989), “Los Búfalos de Durham” (Ron Shelton, 1988), “Tin Cup” (Ron Shelton, 1996) o “Entre el amor y el juego” (Sam Raimi, 1999). Un crack el Kevin.
Lo bueno de la cinta que nos ocupa es que, en contra de mis reticencias iniciales, la mirada que los guionistas Aaron Sorkin y Steven Zaillian y el director Bennett Miller es novedosa y resulta un gozoso placer de principio a fin.
La trastienda de un equipo y el seguimiento a su manager general que revoluciona el mundo del béisbol con nuevos métodos de gestión, es un tema original que hará las delicias de todo amante a los entresijos del deporte.
Una cinta sobria, clásica y verdaderamente brillante cuyos pocos defectos hay que encontrarlos en la convencional dirección de Bennett que se limita a cumplir, algo que con el soberbio guión que tiene entre manos no es gran cosa, y en la parte final en la que se recurren a ciertos tic tópicos del habitual cine deportivo, ya se sabe, las consabidas cámaras lentas, agonía de un partido bigger than life, el todo o nada en un momento…
La historia es tan buena que logra apasionar y atrapa desde la trastienda del juego, una competición de despacho, con extraordinarias escenas en las que conseguir un fichaje es lo mismo que lograr un home run.
Se plantea de inicio el mérito de un modesto equipo que no puede competir contra los grandes presupuestos, una situación que el protagonista verá injusta hasta que comprende que la justicia no tiene que ver con ello. De forma realmente brillante se impondrá a sus frustraciones, sus complejos y al conformismo de su club y colaboradores, que asumen su rol de equipo modesto que debe asumir su condición e intentar mantener su estatus a la espera de que un año puedan dar una sorpresa, como esa misma temporada en la que nos ubica la narración donde llegaron a la final perdiendo el último partido.
Billy Beane (interpretado por un buen Brad Pitt), ex jugador fracasado, hará gala de su competitividad no resignándose a ese panorama y contestará al dinero con talento y matemáticas, pero sobre todo con fe y defensa de sus principios, a costa de ser considerado despótico o dictatorial.
De su inicial frustración que abogaba por reducir los presupuestos de los ricos, entiendes que si son ricos es por méritos propios, algo que también le dirá su fiel colaborador Peter Brand (magníficamente interpretado por Jonah Hill).
Fascina el relato sobre las interioridades deportivas, el derroche de dinero, los intereses, como se mercadea y ficha, el talento de la negociación, la competición con sus victorias y derrotas en un despacho, la poca especialización a nivel de gestión deportiva, la búsqueda de esa especialización y la maximización de recursos a todos los niveles de un club para sacar el mayor partido… A todo aficionado al deporte estoy seguro le gustará.
Un impulso y un talento para detectar las claves de la gestión económica hace comprender a Beane dónde está el talento en un club al que va a intentar fichar jugadores, un chaval en apariencia anodino parece ser el principal consejero de manera sorprendente, ya que es joven e inexperto. Su intuición le hará contratarlo.
La llegada del chaval, Peter Brand, será cuesta abajo, en descenso, es evidente que va a un club menor…
Otro punto a tener en cuenta, por lo que tiene de actual, es el factor de los estómagos agradecidos, los pseudos expertos en todo lo relacionado con lo que acontece, los periodistas que sientan cátedra basando sus cambiantes argumentos en los resultados o en sus fobias. Para todo aficionado al Real Madrid será fácil ver las similitudes entre las persecuciones periodísticas, su fobia y su ansia de control al club, campañas concretas con entrenadores, con Mourinho a la cabeza, y eterna contra el propio equipo, lógico al haberlo tenido demasiados años secuestrado, que quedan retratados y siempre contestados y vapuleados por los hechos y el talento de los verdaderos profesionales que trabajan en un club. Aunque esta gente, a la que prestan un micro para que extiendan más allá del bar lo que comentan con los amigotes, no se caigan del guindo por muchos hechos que les aplasten. Talento puro contra suposiciones fóbicas.
Prostitución intelectual se llama.
Las explicaciones que Brand da a Beane acerca de sus estudios es lógico que parecieran de ciencia ficción en su momento, pero el hecho es que fueron reales, aconteció todo en 2001. Equipos millonarios que despilfarran en jugadores por su imagen o dejan de contratarlos por ella misma, por supuestos problemas que crean en el vestuario pero contrastan con los datos objetivos de sus estadísticas, porque juegan raro o estéticamente son poco convencionales o simplemente son feos… Estás explicaciones contrastan con las que daban con sesudos ojeadores, ex jugadores, en su búsqueda de opciones para suplir las bajas del año, donde sus criterios se basaban en la belleza de ejecución de sus golpeos o lanzamientos y demás elementos superficiales.
Es una lástima que Robin Wright, hiperactiva últimamente, apenas aparezca en pantalla.
Es básica, aunque pueda parecer gratuita y un relleno sobrante, la relación del protagonista con su hija. No se dará importancia a la relación con su mujer, de ahí el escaso papel de Robin Wright, porque eso sí sería gratuito, en cambio si veremos varias escenas de la relación de él con su hija, que corre paralela a los altibajos profesionales. Este detalle, la importancia a una relación y que se omita la otra es un ejemplo de que esta idea es intencionada.
La hija actúa de vínculo con lo auténtico en esa constante lucha por mantenerse ajeno a los sentimientos, de mercadear con personas, de actuar para el resto y comerse las cosas solo. Con su hija podrá ser el mismo y dejarse llevar, sentir. Lo veremos en muchos momentos de soledad pero esto tendrá su culmen en la preciosa última escena.
Esta película además merece todo mi cariño porque volverá a sonar Journey y su indispensable “Don’t stop believing” un tema que va camino de convertirse en uno de los más iconográficos del rock melódico y el rock en general. Son incontables las series y películas donde ha sonado, especialmente en los últimos años.
Como curiosidad mencionar que en aras de la rigurosidad histórica saldrá Joe Satriani, uno de los mejores y más virtuosos guitarristas de la actualidad, tocando el himno americano como ocurrió de verdad al principio de esa temporada. Una gozada para los amantes del rock.
Su planteamiento lo entronca de cerca con “La red social” (David Fincher, 2010), esa forma de gestionar la vida desde un ordenador, vivir las vidas desde nuestro trabajo, pero sobre todo a “El ala oeste de la Casa Blanca”, no en balde Aaron Sorkin es guionista en ambas obras.
Bennett Miller usará imágenes de archivo para afianzar más el carácter histórico de la cinta.
Los principios del protagonista podrían ser asimilados en la película “La dama de hierro” (Phyllida Lloyd, 2011), curiosamente se miran desde puntos de vista muy distintos en cuanto a su afinidad. Nuestro protagonista será paciente, tenaz, firme, confiado, despótico en ocasiones, rondando la delgada línea que existe entre que te consideren un loco, un intransigente, un obseso, un dictador, de una persona tenaz, segura, brillante, o de principios…
- ¿Y eso es un problema?
Las mencionadas escenas entre padre e hija (Kerris Dorsey) son de una conmovedora naturalidad, ver como Pitt se emociona al oír contar a su hija, como defiende sinceramente su talento y el apoyo incondicional y preocupado de ella por él, son bellos momentos de la cinta. Además de importantes.
Brad Pitt ha vuelto a ser muy elogiado, además de nominado al Oscar por esta cinta. El actor americano vuelve a estar correcto y en algunos momentos logra conmovernos pero dista de ser una interpretación sobresaliente.
Pitt impondrá sus postulados a pesar del entrenador, circunstancia interesante ésta. La escena donde Brad Pitt entra enfadado en un vestuario que es un jolgorio tras una derrota, provocando el silencio en el mismo, destrozando una cadena musical y diciendo la magnífica frase “Así suena la derrota”, es uno de los grandes momentos de la cinta. Es la idea de un club como un todo, no como grupúsculos individuales, un todo que sigue un plan.
Una de las escenas imprescindibles, que muestran la esencia de la película, un partido de béisbol en la trastienda mientras se crea un equipo, fichando y despidiendo jugadores, un partido, un trabajo, una vida fusionados, es la de la reestructuración del equipo. Una escena con planos, contraplanos y un teléfono como únicos elementos, más las grandes interpretaciones de Pitt y Hill. Una apasionante gozada de escena que emociona por sí sola. Hermana lejana de “Jerry Maguire” (Cameron Crowe, 1996). Un partido de la vida y una victoria.
Pitt aparecerá varias veces en su coche, este actúa de burbuja, allí muestra sus verdaderos sentimientos, le protege de lo ajeno, le cubre, es su coraza. En él veremos su frustración al inicio por la derrota sufrida, le veremos emocionarse cuando van a batir el récord de victorias, cambiando de rumbo incluso, le veremos indeciso dando vueltas ante las dudas que le surgen o emocionarse y tomar una decisión final sobre su vida al oír la cinta con la canción que canta su hija en el radiocasete del mismo automóvil.
La crítica al duro trabajo de los que creen saber más que nadie, y seguirán creyendo saber más que nadie, también está presente en la cinta, y los protagonistas son conscientes, plenamente conscientes. Un trabajo duro, constante, con mucho componente en la fe y la confianza que nadie, salvo los que están allí conocen. La frustración del ojeador ex jugador remite a ese corporativismo y clan que se agarran como garrapatas a sectores, en política se da mucho, porque si se quedan fuera no sabrán qué hacer.
En la parte final tenemos los mencionados tics clásicos de las cintas deportivas, que aquí chocan algo más al estar puesta la mirada en la trastienda del campo de juego. Esa épica y emoción está bien en otros títulos más centrados en el propio juego en sí, las cámaras lentas, efectos de sonido, exacerbar la sensibilidad de cada momento, que son muy efectivas, aunque muy vistas ya. Aquí resulta algo forzado.
Lo tomaremos como un irresistible homenaje que el director hace a la esencia el juego, del béisbol, del deporte, un juego que sea como sea, siempre será imprevisible aunque se puedan maximizar las opciones de cada equipo, sorprendente y cambiante. Un homenaje que se extiende, incluso, al papel del entrenador, con esa decisión improvisada que acaba dando el récord al equipo.
Los Atléticos de Oakland eran, y son, un club modesto que fichando lo que nadie quería y maximizando las cualidades individuales de cada jugador llegó a las finales y batió el record de victorias seguidas, 20. Por supuesto cuando no logró ganar la final, los rencorosos estaban ahí para cobrarse deudas, algo que nuestros protagonistas sabían bien.
El jefe de los Red Shocks, en su entrevista con Beane, para intentar ficharle, dará un magistral speech, de obligada escucha y que saca a la luz muchos de las aspectos aquí mencionados, los estómagos agradecidos, el miedo que supone verse fuera por un visionario, la envidia, la negación de la brillantez…Usará la metáfora del que rompe el muro primero y que siempre acabará sangrando.
Otra metáfora la tenemos en el video que le muestra Brand a Beane para apoyar sus argumentos sobre la verdadera victoria que ha logrado. La conversación anterior entre los dos tiene cierto aspecto circular y de madurez, cuando Brand hace entender a Beane que sus quejas por las injusticias de competir contra clubs de más presupuesto no tenían sentido. Brand le dice que a los jugadores que les pagan tanto lo merecen y éstos no se van por dinero esencialmente sino por lo que representa ese hecho. En la metáfora del video viene representado lo comentado, el darse cuenta de una victoria cuando crees que has perdido, el hecho de que en la peor de las derrotas estás, quizá, teniendo la gran victoria. Una gran última parte.
En la película, como tantas veces en la vida, los mejores partidos se jugarán en pequeños despachos o privadas habitaciones.
Billy Beane es un aparente perdedor, no consiguió ganar las series finales, pero un perdedor puede ser en realidad un ganador. Sólo se es un perdedor si uno mismo decide serlo. Sólo uno mismo.
Se puede ser un perdedor en la victoria y un absoluto vencedor en la derrota. Se puede haber firmado tu sentencia en el mayor triunfo y creado tu mayor fracaso en el mejor de tus éxitos.
Las interpretaciones son muy buenas, especialmente la de Jonah Hill, firme candidato al Oscar de este año. “Moneyball” cuenta además con la participación del siempre talentoso Philip Seymour Hoffman. El guión es realmente excepcional y la dirección, clásica, convencional pero sin mordiente. Artesanal. No hay nada especialmente reseñable en la puesta en escena, que se limita a cumplir con eficacia pero sin ningún tipo de personalidad. De todas formas se agradece su clasicismo.
El resultado final es una obra inteligente, brillante, emocionante y original que ha tirado por tierra mis prejuicios y de la que se disfruta sin lugar a dudas.
Pese a no ser ni de Mou ni de Pep, aquí me tienes.
ResponderEliminarLas pelis de deporte...sí: épica, autoestima, valores de equipo, mezquindades interiores, decisión, liderazgo...
Como dices " Sólo se es un perdedor si uno mismo decide serlo. Sólo uno mismo.
Se puede ser un perdedor en la victoria y un absoluto vencedor en la derrota. Se puede haber firmado tu sentencia en el mayor triunfo y creado tu mayor fracaso en el mejor de tus éxitos."
Eso es lo que más me gusta de ese tipo de cintas y, ¿Sabes? Ellas dan el golpe es una peliculilla entretenida, que he visto varias veces y que a mis hijos les chifla...
Además de agradecerte, como siempre, tu trabajo para traernos aquí este estudio siempre detallado, hoy me quedo con el entrecomillado.
Porque a veces, las películas también sirven para eso, para recordarnos cosas que olvidamos.
Mil gracias por todo y un beso, sensei!
R
Sí R, en realidad también soy un poeta, aunque lo muestro a cuenta gotas en los textos como es lógico jejeje. La mirada de la película es bastante original y distinta, nada tiene que ver con las pelis de béisbol habituales, aunque caiga en algún tópico. Merece mucho la pena. Reconfortante.
ResponderEliminarBuena reseña, Sambo.
ResponderEliminarLástima que hayan cerrado megaupload... , si no, esta noche caía.. ;-)
Echo de menos en la lista de pelis sobre beisbol a "El Mejor", de Robert Redford, no por nada, simplemente porque le tengo cariño.
Un saludo.
La peli no me gusto, me parecio lenta y algo aburrida, como no conozco a los personajes de verdad no se si estan bien interpretados, pero Pitt no me gusto, el chaval Hill si.
ResponderEliminarMuchas gracias Eddie, algunas faltan como es lógico, gracias por traerla tú, así se completa más la cosa. Cuando la veas ya nos contarás.
ResponderEliminarRay, ya sabes que Pitt da lo que da, también es cierto que la película con Ray Liotta quedaría mejor, pero no se puede tener todo jajaja.
Un abrazo.
You're not doing for the money, you're doing it for what the money says.
ResponderEliminarEsa frase y la voz en off del periodista echando mierda sobre el equipo tras la derrota..."Nobody reinvents the game."
Muy grandes momentos.
ResponderEliminarVista. Ay, el señor Herrero. Parte de lo que él llama "flashback inicial" se ve... tras una hora y tres cuartos.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en que Pitt está mejorable, pero no me estropea la película.
En cuanto al ritmo, sí es lenta, podría haber sido un poco más rápida, pero me parece que está dentro del margen en que debía moverse. Menos de 1:50 hubiera sido demasiado precipitada, según mi impresión.
Me ha gustado mucho. La dirección, como dices, correcta sin meterse en innovaciones. A mí me gusta. Entiendo que el director debería intentar siempre ir más allá de lo simplemente correcto según fórmulas habituales y eso hace que en una escala 0-10 le quite medio punto, tal vez dos según lo demás. Considerando lo que me ha gustado el conjunto en 0-10 le puedo quitar 1 punto. De 0-5 no le quito más de 0,5. He votado 5.
La dirección por la que quito muchos puntos es la del que se adorna haciendo tomas o movimientos de cámara evidentes, esos parecen estar pisando la obra para decir "¡Eh, mira qué cosas raras hago con la cámara! ¡Soy un genio! ¡Admiradme!". Ahí estoy con Garci: un buen trabajo de dirección es uno que no se nota. Al menos mientras ves la película.
Hay que verla.
Evidente y completamente de acuerdo, además como he comentado varias veces el clasicismo ha vuelto, la gala de Oscar de este año es un buen ejemplo, películas de direcciones muy clásicas. La crítica a la elección del director no está tanto en su estilo, que es mí preferido, el clásico, sino a la falta de imaginación en la puesta en escena, es convencional. No molesta pero seguramente podría haber volado a más altura aún.
ResponderEliminarA mi no me resultó verosímil la serendipia por la que encuentra a Peter Brand. Es una decisión de segundos (al menos en la pantalla) que resulta de enorme transcendencia en el club.
ResponderEliminarHola José María, supongo que es economía de guión, con todo está basada en un hecho real, aunque desconozco si fue exactamente así.
ResponderEliminarUn placer leer tu opinión. Un abrazo
Hola a todos.
ResponderEliminarTengo que reconocer que esperaba algo más de la película porque había leído muy buenas críticas. Al final no estuvo mal, pero no fue para tanto. Campo de Sueños, sin embargo, sí que me encantó.
A cuidarse.
Sí Pablo, es una perspectiva distinta y desde ese punto de vista creo que a muchos les pudo decepcionar.
ResponderEliminarUn saludo.
Después de leer las tres partes de "Lincoln" (imagino que mañana tendremos la cuarta, y ahí sí, tocarás al FENÓMENO Day-Lewis en toda su grandeza, ¿o no?- he visto que también tenías post de esta película. Rápidamente he pasado a leerla, porque me gustó mucho. También me pareció una forma original, diferente de abordar este deporte.
ResponderEliminarEs cierto que Pitt quizá no es el mejor actor, pero para algunas personas, entre las que me cuento, es como el pastelito para picar y llevarnos directas a ver una película que sin un reclamo como él, igual nos hubiese dado más pereza:-)y me hubiese perdido esta película estupenda. Pitt tiene sus limitaciones, pero también hay que reconocer que con el tiempo ha sabido meterse en proyectos más interesantes y arriesgados. Como "Moneyball". Y estar prácticamente toda la película en chándal y resultar sexy no es tarea para cualquiera, jeje.
Por otra parte, me da la sensación que la peli no tuvo la taquilla que igual se merecía. No sé si por tratarse de un deporte que a lo mejor por aquí no interesa tanto.
Como siempre, un placer pasarse por aquí.
Un abrazo,
Patricia
Pues das muy en el clavo querida Patricia. Brad Pitt me cae muy bien, pero siempre acabo comentando que se le sobrevalora, tiene muchísimos adeptos que lo consideran un actor magnífico. No estoy de acuerdo. Brad Pitt es un auténtico profesional, se nota que le apasiona su profesión y no ha ido jamás de estrellita buscando proyectos taquilleros, se arriesga como pocos sex symbols a salir sin el menor glamur cuando encarta, lo cual resulta tremendamente gratificante... pero no es un actor con un talento sobresaliente, es simplemente correcto.
EliminarLa gran clave de Brad Pitt es un inteliegencia, lo que has comentado, se involucra en proyectos tremendamente brillantes y si vas a una película suya sabes que generalmente habrá buen cine, ese sí es su gran talento. Por lo demás su presencia y físico está fuera de toda duda jaja.
Sí, aquí no fue muy bien, no sé en otros lados, quizá por no ser una cinta de beisbol clásica... En cualquier caso un magnífico título y posiblemente el mejor guión del año pasado.
Un abrazo.
bolsonxx: 1.- Veo el enlace en EPRV. 2.- Leo tu crítica. 3.- Veo la película. ¿Es este el orden correcto? Veremos. Je, je.
ResponderEliminarCasillas ha sido todo un ganador a lo largo de su exitosa carrera. Al hilo de tu crítica, ¿será su victoria sobre Mou si principal derrota?.
Es cierto que el boxeo y los deportes de lucha son los más fotogénicos; que decir de la saga Rocky. Me gustan también las de rugby como la de los quebrantahuesos. O la genial el último boy scout. El futbol con el cine nunca ha sintonizado bien, salvo quizá las ibéricas, jajajaja.
Totalmente de acuerdo en la opinión sobre Brad Pitt. Aunque yo le subiría la nota por encima de correcto. Diría que es un muy buen actor sin llegar al nivel de Tom Cruise, por ejemplo, sin irnos a clásicos de más díficil comparación. Y como todo el mundo ha ido mejorando con los años. Anoche vi con mi hijo 12 monos y su interpretación de loco cuando están en el manicomio deja bastante que desear. Me gustan las películas de Brad Pitt.
Magnífico aporte y comentario, Bolsonxx. Muy de acuerdo, lo bueno de Pitt, como dices, son sus películas.
EliminarEl orden no sé si es el correcto, a lo mejor en ocasiones hay que verlas antes de leerla por eso de los spoilers jajajajaja
LAS IBÉRICAS son TOP jajaja.
Tu reflexión sobre Casillas es muy acertada, es más que posible, ha quedado señalado y expuesto, cualquier descenso del nivel ya no se perdonará igual.
Un saludo crack.
bolsonxx: A pesar de los spoilers, es lo bueno del blog. No hay tiempo para verlo todo y siempre es mejor ver una peli que te han recomendado; y si encima la crítica es buena pues te animas a verla. O descubrir alguna joyita antigua.
EliminarUn abrazo Mr. Sambo.
Sí, también hay gente que lo prefiere, me alegra que sea así y muchas gracias por tus palabras, mi admirado Bolsonxx.
Eliminarbolsonxx: Pelis de beisbol me gustó mucho una de Keanu Reeves donde entrenaba un equipo de niños, no me acuerdo como se llamaba.
ResponderEliminarLa peli de Reeves es HARDBALL, pero no la he visto.
Eliminarbolsonxx: Animate a verla hasta el final. Me sorprendió agradablemente.
EliminarApuntada queda y ya estoy en ello jiji
EliminarFui a ver a Moneyball por interés profesional: el uso de le estadistica para mejorar el rendimiento de una empresa en este caso un equipo. Eres un poco injusto diciendo que los otros equipos se fiaban del estilo de un jugador o de su belleza. De hecho también hacen analisis estadisticos sobre por ejemplo la velocidad de la pelota de un jugador. El problema es que son variables equivocadas: el chico listo de la pelicula (y de la realidad) mira los porcentajes de exito y se deja de estilos o velocidades de la pelota (la cual es favorecida por un buén estilo). No sé si viviste el periodo de esplendor de John McEnroe. Su saque no era ni con mucho el mas potente del circuito pero era el mas dificil de adivinar y de devolver. Con su poiscion de espaldas a la red era muy dificil saber donde iba mandar la pelota y ademas podia dar mas angulo. Por ello marcaba un monton de aces o de servicios no devueltos y cauano no lo hacia obligaba al adversario a irse tres anfiteatros a la izquierda que daban a McEnroe una volea a "puerta vacia". Por ello se temia mas a su servicio que al de jugadores que servian 20 o 30 km mas rapido. Pues eso es mas o menos lo que pâsa con los jugadores descubiertos gracias a los metodos del equipo de MoneyBall.
ResponderEliminarBueno, lo importante es la idea del contraste, que las variables en las que se fijaban unos y otros tenían poco que ver. En la conversación que se ve en la cinta, hablan de estilos raros, feos etc. cuando luego eran efectivos, eso se pretendía señalar. Recuerdo a McEnroe y más aún a Sampras, que sí tenía un servicio potente, pero menos que otros, ahora, lo ponía donde quería y ocurría lo mismo que comentas.
EliminarComo siempre muy acertado JFM, un placer.
Por cierto JFM, me ha intrigado ese tema profesional, ¿haces cosas así?
EliminarMuy buenas Sambo. Hace un par de semanas creo recordar que te dije por twitter que me encantó tu crítica sobre esta película. Y claro, no me he podido resistir ya que esta película la suelo ver (en plan sólo las escenas que quiera en ese momento) para animarme, porque me siento muy identificado con los dos protagonistas. Como dato curioso, yo estudio económicas xD
ResponderEliminarAl principio has nombrado títulos sobre el cine de deportes… ¡Y no hay ni uno de baloncesto! Será posible… jajajaj teniendo Space Jam, Una mala jugada y la magnífica Coach Carter. Esta última es excelente, te la recomiendo si no la has visto. Y si te gusta el deporte (que sé que sí) te gustará más, y si encima ya te gusta el baloncesto… Pero lo dicho, un título excelente. También basada en hechos reales, gran historia, gran guión, muy buena BSO, etc. Y de fútbol me gustaría aportar pues la saga “Goal!”. La tercera parte no la he visto, la segunda aunque salga el Madrid no me gustó nada, y la primera es muy entretenida, pero topicaza hasta decir basta. Ah! Que se me olvidaba… Hay una peli de fútbol curiosa que vi hace ya años sobre una historia basada en hechos reales. La selección de USA que se enfrenta a la selección inglesa, por aquella época con los humos subiditos debido a que fueron ellos los que inventaron el deporte y que los americanos al ser de otros deportes no valdrían tanto para el fútbol... Algo así era, no me acuerdo cómo se llamaba.
Volviendo a Moneyball, esta película es una jodida obra de arte, imprescindible te guste o no el deporte. Porque trata no sólo uno o varios temas sociales, sino que trata sobre la vida en sí. Y si encima es muy entretenida... Aunque pienso que esta cinta sólo la apreciamos los cinéfilos que no nos aburrimos porque nos vendan sólo diálogos y nada de acción (acción no quiere decir solamente tiros). Ha habido muchas decepciones con este film debido a eso, a que la gente se esperaba otra cosa. Yo de hecho me lo esperaba, pensaba que iba a ver una comedia de superación sobre un grupo de empollones que se comen el deporte. Y la primera vez que la vi me aburrió mucho, no sé si es por eso de no esperármela o que no era el momento de verla. Es una película que merece (y necesita) más de un visionado, en mi opinión.
Ya que sacas el tema del Real Madrid y Mou y tal en tu crítica, me gustaría contarte algo que te hará gracia… o a lo mejor te indigna xD. En el foro de Series.ly, en la sección de críticas sobre Moneyball, uno puede ver cómo mucha gente no ha captado o no ha entendido en su totalidad esta joya. Se han quedado con el mensaje de “ricos que lo tienen todo por ser ricos y que malos son, y los pobres que esto y lo otro…”. Cuando tú, por ejemplo, has captado la explicación que le da Peter Brand a Billy Beane sobre todo eso, sobre lo jugadores que ganan mucho dinero, etc. Y han comparado la historia del prota con… EL CHOLO SIMEONE jajajajaj, como lo lees. Ya sabes, lo que nos vende la prensa (y el propio entrenador) aquí cada día desde hace tiempo, que el atlético es el equipo del pueblo y que no tiene tanto presupuesto como el Madrid y que por eso ya son mejores que ellos, son más humildes, más buenos, más de todo. El caso, la peña se quedó con eso de que el “pez chico” se enfrente al grande y pueda vencerle. Una auténtica chorrada, ya que el equipo de esta película es de los que tienen menos presupuesto en toda su liga, y el Atlético de Madrid maneja el tercer mejor presupuesto de la liga española de fútbol. Y no sólo eso, sino que al contrario que el personaje de Brad Pitt, el cholo tiene a la prensa besándole los pies. Y así algunas cosas más.
Muy buenas el Salvilla. Pues creo que no he visto COACH CARTER, al menos así de inicio no me suena, y las que he visto de basket como que no me han llamado en exceso jaja. Apuntada queda para verla sin falta.
EliminarCuriosa anécdota, así es con todo, y en base a una captación superficial de las cosas, limitada por propias limitaciones, se juzgan cosas, se sienta cátedra y se dan lecciones... Claro, debatir con ellos es divertido al inicio, pero acaba resultando aburrido finalmente jaja. Con el Cholo...sí... jajaja.
No hay ni un pero que poner a tu crítica Sambo, salvo la nota que para mí merece un cinco xD. Y te has fijado en las escenas más importantes y más emocionantes, y veo que las aprecias mucho al igual que yo. Son las de los dos protas en la escena del teléfono negociando con otros clubes, el discurso increíble e impecable que le da el dueño del otro club de béisbol a Beane... Sin embargo, hay una escena que no has comentado, o a lo mejor se me ha pasado. Y es cuando Billy se lleva a Brand al aparcamiento a hablar en privado, y este último le explica todo el asunto. Esa escena es para enmarcar. Porque el colega no sólo soltando ese discurso ha resumido y definido el sistema de cómo piensa la gente del béisbol, sino de cómo piensa la sociedad en general respecto a todo. Se dejan llevar por lo que vende, por los tópicos, por lo que les cuentan, etc. Por ejemplo, en política. La gente se deja llevar por los tópicos dichos una y mil veces, por el duelo derecha vs izquierda, por lo que votan sus familiares más cercanos, por lo que le vende la prensa, por el populismo dominante, etc. Como dice Peter Brand: “piensan de forma medieval”. No analizan las cosas, no buscan la verdad, no escuchan ni valoran, no leen los programas que presentan los distintos partidos políticos, las propuestas que pueden ayudarnos a ser mejores como país, etc. Y así luego estamos como estamos. Lo dicho, una escena muy importante la del parking.
ResponderEliminarCambiando de tema y para terminar, Moneyball es idéntica a La Red Social, que no sé si tienes crítica de esta ya que en el buscador al menos no me salía nada sobre ella. El caso. Las dos comparten guionista claro, y la primera es una peli de béisbol que no trata sobre béisbol y la segunda es de facebook pero que no trata sobre facebook. Se basan en lo que da lugar a esos sucesos. Y visualmente son iguales. Aunque La Red Social es más entretenida y emocionante, al menos para mí.
En fin, creo que no me dejo nada xD. Como siempre un placer, Sambo.
Muy cierto, no comento esa escena, al menos no la recuerdo sin revisar el análisis ahora mismo, pero esos postulados creo que sí quedan claros a lo largo de todo ello. Otra escena que me gusta y destaco es la de la bronca en el vestuario tras la derrota. TOP!
EliminarNo tengo LA RED SOCIAL y eso que empecé a escribirla, deje notas y luego no seguí... Es cierto que se parecen, aunque me gustó más esta quizá por el tema deportivo. Llegará seguro!
El placer siempre mio, mi admirado el Salvilla!.
Fíjate, me acabo de dar cuenta de que sí que me dejaba algo. La interpretación de Brad Pitt.
ResponderEliminarSiempre he pensando que a él se le dan mejor los papeles en los que interpreta a un tipo chulo. Como Troya, El club de la lucha, Cerdos y Diamantes... Aunque en Malditos Bastardos en mi opinión estuvo horroroso. Sin carisma y sin nada su interpretación y personaje.
Aquí, en contra de lo que dicen muchos, sí me gusta. Porque tiene que ponerse en la piel de una persona chulesca y reservada, que sufre por dentro. Esto último le viene bien, ya que la expresividad de Pitt cuando se trata de transmitir emociones sentimentales es casi nula.
Aquí sin embargo, la parte sentimental la borda.
Creo que ha analizado usted al señor Pitt con mucho acierto!!!!!!
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