lunes, 31 de marzo de 2014

Crítica: LA FIERA DE MI NIÑA (1938) -Parte 1/5-

HOWARD HAWKS












Si la vida es una bella y absurda locura, “La fiera de mi niña” es vida sublimada, la película más vitalista.

Hawks demuestra ser el maestro absoluto del género, junto a Wilder, tocando todos los palos y aspectos de la comedia, dominando todo tipo de humor y recursos para arrancar, casi sin querer, la carcajada de generación en generación.


En toda lista, antología, clasificación, selección…que se precie, esta película siempre será considerada una de las mejores comedias de la historia, y una de las mejores películas por extensión, la mejor para un buen número de cinéfilos y en el top para todo amante del Séptimo Arte. Una de las más influyentes realizada por uno de los 5 directores más grandes de la historia del cine y, junto a Wilder, el mejor en la comedia (también está ahí Lubitsch, el gran maestro y guía). Este es el currículo de esta obra maestra sin igual, aunque imitada hasta la saciedad.

La importancia de “La fiera de mi niña” en la definición de la comedia es sideral, entre otras cosas porque esta obra maestra de Hawks toca absolutamente todos los palos de la comedia, todas las formas de humor posibles, a través de diálogos, gags visuales, verbales, elipsis humorísticas, suspense cómico, la sugerencia, la ironía, la provocación, la transgresión, el enredo, la confusión, jugando con todos los géneros, el slapstick, el absurdo, el surrealista, la comedia loca, la comedia romántica, la alta comedia, la screwball… Una comedia total. Y lo que es mejor, más alucinante y más sorprendente, principal referente e indiscutible título en todos y cada uno de estos géneros, así como modelo de todos y cada uno de los elementos mencionados… Una asombrosa y mágica maravilla.

La fiera de mi niña” es la piedra angular de la comedia hawksiana, contiene ya todas las claves, que luego reiteraría en sus siguientes joyas, de forma completamente depurada, desarrollada y pocas veces igualada. Del mismo modo es piedra angular de buena parte de aspectos en la filmografía hawksiana, en especial de las relaciones hombre-mujer, que quedan aquí definidas a la perfección. Por extensión es piedra angular de la comedia en general, donde ha sido imitada hasta la saciedad en la mayoría de sus aspectos.



El señor Howard Hawks no sólo demuestra en cada título por qué es uno de los mejores directores de la historia, es que se permitió el lujo de tocar todos los géneros y hacer obras de referencia y maestras en cada uno de ello. Esto no tiene parangón en la historia del cine, teniendo en cuenta que este director no tiene película mala y que la mayoría de ellas, en un porcentaje abusivo, son obras de arte perfectas. Uno de los directores más maravillosos e indiscutibles de la historia, uno de los más influyentes. Indispensables todas y cada una de sus obras para todo amante al buen cine que se precie.

Es difícil decidir en qué género se siente más cómodo Hawks, que era un defensor acérrimo de los géneros puros, ya que en todos parecía sentirse como en su casa. Su estilo universal e invisible, su naturalidad y autenticidad, su cine era pura manifestación de su personalidad, fiel retrato del propio Hawks, su sabiduría mamada del mudo, su puesta en escena dinámica, ágil y vibrante donde el interior del encuadre era pura ebullición, un ritmo desenfrenado, donde los actos se anteponen a las palabras, donde las palabras fueron manejadas por él en los diálogos como nunca antes se había visto… acababan por sacar el máximo partido a sus obras independientemente del género que tratara.



Con todo, el western y la comedia fueron sus géneros más frecuentados, conteniendo todas sus constantes, ya que a su estilo se adaptaba todo. En la comedia, que es el género donde se inserta “La fiera de mi niña” como uno de los principales referentes en la historia del cine, todos los rasgos de estilo acababan sublimados y sublimando el género, le van como anillo al dedo, los diálogos solapados, la velocidad al ejecutarlos exigida por Hawks, el frenesí interno del plano, el ritmo y agilidad de su narración, la locura y el absurdo… terminan por hacer reconocible cualquier título del director, desbordar el ingenio y rendir a los espectadores ante una maestría tan natural que parece crear como si no costara, sin el más mínimo esfuerzo, que casi pasa desapercibida. De hecho pasó desapercibida para los críticos por bastantes vergonzosos años.

Hawks es puro talento, poderío visual adoptado del mudo y glorificado en el sonoro, es el virtuosismo de la naturalidad y la autenticidad. Un innovador, un pionero…

La comedia hawksiana… la comedia universal.

El universo de Hawks es plenamente reconocible en cada uno de sus trabajos, pero en el género de la comedia en concreto presenta ciertas particularidades exclusivas, que se suman a las generales de la comedia en sí, que aunque pueden aparecer de forma más matizadas en sus trabajos en otros géneros en ocasiones, adquieren en la comedia una importancia definitoria para entender las claves del director. La comedia de Hawks es absolutamente reconocible, con unas constantes siempre presentes y que enriquecen y definen el universo del director, que da rango especial al género sublimando temas e ideas esenciales en su obra al hacerlos aparecer de forma exclusiva o única.

Si he analizado el universo global del director, con todos sus temas, rasgos de estilo, elementos conceptuales y estructurales, merece la pena centrarse en las particularidades de la comedia hawksiana, que por extensión lo son de la comedia en general, de la gran comedia, de la alta comedia, romántica o no. Constantes y elementos que pueden aparecer en ocasiones en otros géneros pero que en la comedia tienen su esencia e importancia definitiva.

-Desde los mismos inicios Hawks frecuentó la comedia, sus primeras participaciones como director en el género fueron en el mudo, con cintas como “Hojas de parra” (1926); el mediometraje “Donde las dan las toman” (1927); “Érase una vez un príncipe” (1927) o “Una chica en cada puerto” (1928), la más brillante de esta época, una pequeña joya. Con “La comedia de la vida” (1934), tenemos la primera comedia sonora, su primera comedia loca, una magnífica cinta que supone el germen de lo que serían sus obras maestras en el género, una cinta innovadora y donde comienzan a apreciarse las constantes del director germinando. No tardó mucho Hawks en sublimar todos sus talentos en la comedia, “La fiera de mi niña” (1938), es su primera obra maestra dentro del género, la cinta que nos ocupa, referente absoluto de la comedia nunca superado y donde ya están todas las claves y constantes del director. “Luna nueva” (1940), otra obra maestra descomunal que varía y matiza ciertas constantes del director, “Bola de fuego” (1941), que mantiene las mismas constantes y encanto que “La fiera de mi niña”, “Nace una canción” (1948), remake musical de “Bola de fuego”, “La novia era él” (1949), donde el enredo sexual y juego de identidades es excelso, “Me siento rejuvenecer” (1952), otra comedia loca absolutamente ejemplar y nueva obra de arte, “Cuatro páginas de la vida” (1952), donde es uno de los directores, “Los caballeros las prefieren rubias” (1953), otra comedia musical y “Su juego favorito” (1964), su última comedia que vuelve a tener como referente “La fiera de mi niña”.

-Hablar en movimiento es una de las claves de la puesta en escena hawksiana y que en la comedia adquiere especial relevancia ya que la dota de un ritmo que el género pide a gritos. “Luna nueva” (1940) sublima este aspecto, presente en todas sus películas, especialmente las comedias. Dinamismo interno en los planos y encuadres, velocidad, movimiento, ritmo trepidante...

-En relación al dinamismo, la velocidad y el ritmo trepidante que buscaba Hawks es obligado mencionar el recurso del solapamiento en los diálogos, algo creado por él e imitado posteriormente hasta la saciedad. Es en “La comedia de la vida” (1934) donde los vemos por primera vez, pero en “Luna nueva” alcanzará su virtuosismo máximo. Aquí, en “La fiera de mi niña”, también lo apreciamos, evidentemente. En definitiva, dar mucha libertad a sus actores, como Ford, era clave en su estilo y en la comedia.





-La mujer de Hawks es una de las piezas claves de su cine y en especial de sus comedias. La mujer de sus películas es la mujer que le atraía y gustaba a Hawks, en un detalle más de esa sinceridad, autenticidad y retrato de sí mismo que es el cine de Hawks. Es una mujer especial, mítica, inolvidable, valiente, divertida, lanzada, inteligente, sincera, honesta, poco acomodada, alejada del mundo femenino de fiestas y reuniones de sociedad, prefieren el masculino (“Su juego favorito”, “Bola de fuego”, “La fiera de mi niña”, “Luna nueva”)… Son independientes, agresivas, sexuales, dominadoras, pocas veces crean vínculos o alianzas con otras mujeres, aunque en la comedia haya alguna excepción como en “Los caballeros las prefieren rubias” (1953)… La mujer hawksiana, especialmente en la comedia, no sólo tiene las cosas meridianamente claras siempre con respecto a las relaciones, sino que además no tarda nada en tenerlas (“Bola de fuego”, “La fiera de mi niña”…). La mujer en las relaciones actúa por impulso inmediato, una seguridad pasmosa que se asemeja a un flechazo que no puede fallar. Desde el mismo inicio sabrá cual es su objetivo, su propósito y cómo conseguirlo. Nada más ver al hombre sabrá que lo quiere y no dudará en usar cualquier arma para conquistarle, siempre con éxito.

-En las comedias de Hawks se ve a una mujer masculinizada hasta en sus poses, como en “Luna nueva” (1940) o “La novia era” (1949), sin que por ello pierda un ápice de su feminidad, lo que le permite afianzar ese domino sobre el hombre.

-La mujer hawksiana siempre es la motivadora de la acción, los conflictos y los problemas. Moviliza a los personajes e impulsa e inicia la acción. Es la mujer creada por Furthman para Sternberg, la Marlene Dietrich de “Marruecos“ (1930), y que Hawks adoptó y adaptó a su estilo personal (“La fiera de mi niña”, “Bola de fuego”…). Hawks es uno de los directores que mejor retrató a la mujer y su universo, aunque no se le haya valorado como es debido en este aspecto.

-La mujer perturbará y destruirá el cerrado mundo burbuja de los hombres, aunque en la comedia no sólo existen mujer destructoras de esa burbuja (“La fiera de mi niña”, “Su juego favorito”, “Bola de fuego”…), también las hay integradoras, como en “Me siento rejuvenecer” (1952).

-Los hombres de Hawks son la otra pieza clave de sus comedias. Ellos son ingenuos, despistados, inseguros, olvidadizos, torpes, con lo que suponen un contraste con la mujer, segura, decidida… Será tímido, temeroso y timorato ante la mujer, aspecto que en las comedias queda sublimado (“Me siento rejuvenecer”, “La fiera de mi niña”, “Bola de fuego”…). No son independientes, gustan y buscan la protección del mundo laboral y el orden (“Su juego favorito”, “La fiera de mi niña”…). Los hombres hawksianos en las comedias suelen ser intelectuales o científicos con los que el director ironiza o a los que satiriza, les hace todas las perrerías que se le ocurren con la mujer como principal medio (“Bola de fuego”, “Me siento rejuvenecer”, “La fiera de mi niña”). Será manipulado, humillado y zarandeado por la mujer (“La novia era él”, “La fiera de mi niña”…). Así transgrede lo convencional, lo serio, lo establecido, que representaría este personaje. Es su filosofía de vida, su defensa de la vitalidad y lo instintivo.

-Los hombres en las comedias de Hawks viven en una burbuja, son tranquilos y tienen una vida asentada y rodeada de control que la mujer viene a destruir (“La fiera de mi niña”, “Bola de fuego”, “Su juego favorito”…). Maduran gracias a ellas. Los hombres, poco experimentados en el amor o víctimas de un pasado decepcionante en este tema, querrán alejarse o alejar a esa mujer inmediatamente, síntoma de que se sienten atraídos. La mujer se quedará siempre, por supuesto.

-La clave definitiva en las comedias hawksianas es la guerra de sexos, la relación entre el hombre y la mujer. En las comedias, Hawks gusta de la estructura del cazador y la presa, donde el cazador es la mujer y la presa el hombre, contraviniendo el tópico (“La fiera de mi niña”, “Bola de fuego”…).  La mujer rompe el enclaustrado mundo del hombre, lo destruye, transformando por completo su vida y forma de ser. Ellas son tremendamente urbanas. Todo esto contrasta con los hombres hawksianos de la comedia, inseguros y que descubren a través de la mujer un mundo del que parecían protegerse, sumidos en la mencionada burbuja, en su trabajo. Ellos nunca tienen nada claro durante la película y acaban descubriendo que todo en lo que creían y aquello que mantenían no es en realidad lo que querían (“Su juego favorito”, “Me siento rejuvenecer”, “La novia era él”, “La fiera de mi niña”, “Bola de fuego”…). Sólo al final acaban siendo ellos mismos entregándose a esa mujer que les abre los ojos. Son ellos los que más cambian y evolucionan en ese viaje de autodescubrimiento al que les obliga la mujer, descubrimiento de aspectos que ni siquiera sabían que quisieran satisfacer. En las comedias este descubrimiento tiene que ver con el sexo y su vena más instintiva y vitalista, como el bueno de Cary Grant cediendo y rindiéndose al ímpetu de Katharine Hepburn en “La fiera de mi niña”.

-El destino es parte fundamental en el desarrollo de las relaciones y las historias de las comedias de Hawks. Un destino que más que por una fuerza oculta parece impulsado por el propio subconsciente de los personajes, que aunque pretendan alejarse acaban irremediablemente juntos siempre. Un subconsciente que funciona principalmente en el hombre como fuerza motora, cuando no es la mujer la que se las ingenia para tenerlo siempre cerca. Cuando la mujer parezca ceder y dejar libre al hombre este volverá a ella por esa fuerza invisible que le impulsa, como un imán (“Bola de fuego”, “Me siento rejuvenecer”, “La fiera de mi niña”…).

-Lo visual, la influencia del mudo, siempre tenía primacía en su cine, pero en la comedia, con el uso de los gags visuales y el slapstick, cobra mayor importancia aún. Hawks, aunque completo dominador del uso de los diálogos, como he comentado, no necesitaba palabras para definir situaciones y describir lo que ocurría. Es por ello que Hawks influía mucho en los guiones, cambiándolos, de mismo modo que estaba probando y variando su puesta en escena constantemente, para sacar todo el jugo a las secuencias (“La novia era él”, “Luna nueva”, “La fiera de mi niña”…).



-El dominio técnico de Hawks en todos los aspectos es tan brillante que resulta invisible. Además daba preeminencia a otros aspectos, por encima de la técnica, los actores y el encuadre son la columna vertebral de su estilo. Esto llevó a muchos a creer que su trabajo era despreocupado. Nada más lejos de la realidad.

-La influencia de “La fiera de mi niña” es total en la comedia universal, podemos ver aspectos de ella en multitud de comedias actuales incluso. Peter Bogdanovich, admirador máximo de Hawks, realizó un remake poco encubierto con la estupenda “¿Qué me pasa, doctor?” (1972).

-La ambivalencia de Hawks, cultura e instinto, se define en los dos protagonistas de sus comedias, el hombre cerebral, a menudo científico, la mujer pura vitalidad e instinto. Siempre ganaba el instinto finalmente. Hawks se enfrentaba a sus comedias, sobre todo, de esta forma, poniendo esta ambivalencia sobre el tapete (“Su juego favorito”, “Bola de fuego”, “Me siento rejuvenecer”, “La fiera de mi niña”…).

-Esta ambivalencia, este conflicto, se traduce en la comedia hawksiana en una guerra de sexos. La guerra de sexos es una de las piezas clave de la comedia, especialmente la romántica, y tiene en Hawks su principal maestro y referente. El hombre sensato y cerebral frente a la mujer instintiva y vital que siempre acaba venciendo, sometiendo al hombre que acaba rendido.


-“Luna nueva” es una comedia que plantea ciertas diferencias en los roles mencionados, ya que Cary Grant no se deja manipular, es él el que manipula y aunque ella se muestra masculina y perfectamente integrada en ese mundo de hombres, no en balde el personaje original es un hombre, acabará sometida a él. Esta no es la regla general, normalmente en la comedia es el hombre el que se comporta como la mujer, un rol que comienza en  La comedia de la vida”.

-Estos cambios de roles tan marcados en las comedias llegan hasta el travestismo incluso, como en “La novia era él” o la que nos ocupa, “La fiera de mi niña”, con Cary Grant y la bata femenina diciendo que se ha transformado en gay en una transgresión sorprendente. Así se cambian los roles habituales, se juega con la confusión sexual, feminizando a los hombres y masculinizando a las mujeres. Las inversiones no son sólo entre hombre y mujer, también pueden ser entre niño y anciano, por ejemplo, como en “Me siento rejuvenecer”.

-Cary Grant era uno de los actores favoritos de Hawks, si no el favorito. “El mejor actor de comedia” para el director, “no hay otro como él”, decía. Sin comparación. Junto a Hepburn eran el clímax. El director siempre manifestó su placer de trabajar con Cary Grant. Su disposición para aceptar consejos y probar cosas nuevas era una de las muchas cualidades que adoraba de él. Hepburn es quizá la actriz más elogiada por el director, que no se prodigaba en elogios a las actrices. Odiaba a los actores del Actor’s Studio, adoraba a los intuitivos, instintivos, sencillos y frescos, que no necesitaban coartadas psicológicas.

-Descubridor de talentos y de parejas irresistibles, ahí tenemos a Bogart y Bacall en el género negro y a Grant y Hepburn en la comedia. Hawks gustaba de los buenos colaboradores, cualquier ocurrencia era bien recibida.


-Los personajes de Hawks viven en el presente, el director le daba vital importancia. Ford miraba más al pasado y su influencia en el futuro. La mujer hawksiana en las comedias vuelve a ser principal representante de esta idea. La gran mayoría de los personajes en sus películas suelen ser tremendamente francos, sin secretos, los conocemos inmediatamente para ponernos a su favor o en su contra.

-Hawks tenía el control absoluto sobre su obra, incluso en el montaje, algo vetado en Hollywood, pero con alguna cinta tuvo problemas, como ejemplo de esto en la comedia tenemos “Su juego favorito” (1964), que fue cortada.

-La comedia siempre suele estar presente en el cine de Hawks, casi lo vertebra. Podemos ver dramas, westerns o cintas de acción donde la comedia surge en cualquier momento o escenas violentas que acaban derivando en comedia… Recordemos que Tarantino ha mamado mucho de Hawks, al que considera el director más ameno de la historia. También suele mezclar  géneros, incluso aunque, como solía ser habitual en Hawks, su cinta estuviera inmersa de forma inconfundible en uno de ellos. Era un defensor de los géneros puros.

-La aventura es indispensable en el cine de Hawks, y en la comedia no iba a ser menos. En “La fiera de mi niña” la aventura es continua, de hecho. Una multitud de situaciones cada una más surrealista y apurada que la anterior. El director siempre reconoció que le encantaba el vínculo entre comedia y aventura, funcionaba a la perfección. Él bien lo demostró. Para Hawks la aventura era una forma de vida, la mejor forma de alcanzar los objetivos, y las mujeres de sus comedias lo demuestran siempre. Esto aparece en todo su cine, una pasión por la aventura indiscutible, de ahí que se prodigase en el cine negro, el western o el puro cine de aventuras.

-Por supuesto los protagonistas suelen lograr sus propósitos, cumplir sus objetivos, pero suelen encontrar otros que no esperan, generalmente amorosos. En “La fiera de mi niña” esto se cumple a raja tabla. De alguna forma esto confirma la idea de que el argumento en Hawks siempre es secundario, lo importante son los personajes, sus relaciones y lo que subyace.



-Aplicaba máximas a todas sus películas, pero que en la comedia eran clave por la dificultad inherente a la misma y para lograr la sorpresa y la risa. Una de ellas es la capacidad de sugerencia, defendía, como Hemingway, íntimo amigo suyo, que en una historia había que mostrar sólo una octava parte de lo que sucedía. Del mismo modo sostenía que mantener una gran tensión durante mucho tiempo tendía a saturar y cansar al espectador.

-Hawks necesitaba guiones perfectamente estructurados porque al cambiar muy a menudo, variando los diálogos o la puesta en escena, necesitaba que el conjunto general no se resintiera. Es por ello que contaba con guionistas y escritores de primera línea a los que solía ser bastante fiel. Entre estos guionistas y escritores con los que colaboró citaremos a Ernest Hemingway, Ben Hecht, Seton I. Miller, Jules Furthman, Charles Lederer, William Faulkner, con el que tuvo una magnífica amistad que duró hasta la muerte del escritor, con el que compartía aficiones como la pesca, la caza e incluso la aviación, o Dudley Nichols, el guionista de la cinta que nos ocupa y con el que trabajó también en “Río de Sangre” (1952). Jules Furthman era su guionista favorito, un hombre de inmenso talento aunque por lo que dicen de difícil trato, pero que se compenetraba con Hawks a la perfección. “Río bravo” (1959), “Tener y no tener” (1944), “El sueño eterno” (1946), “Sólo los ángeles tienen alas” (1939)… son algunas de las obras maestras que dejó esta colaboración.

-El uso de objetos es ejecutado de forma virtuosa siempre por parte de Hawks. Aquí serían como recurso cómico, más que para escenificar vínculos como en las más dramáticas, aunque también se da. En “La fiera de mi niña” tenemos la clavícula intercostal o la pelota de golf que une a la pareja, ahí sí hay un objeto vinculador, como pequeños ejemplos de su uso.

-Las dificultades desarrollan y fortalecen relaciones en las cintas de Hawks, es por ello que usa tanto las peripecias y las aventuras. Si bien estás dificultades suelen desarrollar y fortalecer relaciones masculinas en los westerns y cintas de aventuras en las comedias serán las de los hombres y las mujeres.

-También Hawks perturba y pervierte sus constantes en la comedia con respecto a la profesionalidad, si en los demás géneros es algo vital para definir a sus héroes, en las comedias también lo será, pero como símbolo de ese mundo burbuja en el que el protagonista masculino se esconde de la vida.


-El caos y el absurdo abundan en las comedias de Hawks, si en el resto de géneros el director lo muestra como algo negativo, en las comedias y con el tema de la guerra de sexos acaban siendo catárticos, liberadores y claves en la madurez de los personajes y el afianzamiento de su relación (“Bola de fuego”, “Me siento rejuvenecer”, “La novia era él”, “Luna nueva”, “La fiera de mi niña”…). Un caos provocado de forma especial por la mujer, como he comentado.

-Usar animales suele ser muy del gusto de Hawks, pero en las comedias dan un juego especial y ayudan a crear y generar ese tono caótico y absurdo de la trama. Son muchos los ejemplos, los tigres y el perro en “La fiera de mi niña” (1938), los monos en “Me siento rejuvenecer” (1952), la pesca en “Su juego favorito” (1964)… de esta forma simboliza la entrada de lo instintivo en la ordenada y civilizada vida de sus protagonistas.

-He comentado en otras ocasiones que Hawks no tenía problemas en autoplagiarse, de hecho a “La fiera de mi niña” la usará de modelo cada vez que lo considere oportuno. Ahí tenemos los ingredientes comunes que tendrán comedias posteriores o cintas tan similares como “Su juego favorito” o “Bola de fuego”.






 


Dedicada a Juanitoj, que me la pidió en los inicios del blog... casi nada





4 comentarios:

  1. Acabo de recordar la anécdota en la que Hawks apostó con Hemingway a que podía coger su peor relato y conseguir con el hacer una maravilla . El resultado fue Tener o no tener. Más que director para mí era un alquimista.

    Con ansiedad espero las siguientes partes.

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    1. Jajaja cierto, y Hemingway sostenía que con TENER O NO TENER no iba a sacar nada. Hawks es la naturalidad de un genio.

      Un placer verte por aquí, José.

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  2. Vivaaaa vivaaaaa!!!
    Una de las pelis favoritas de mi familia!!!
    Muy interesante la intro. Me quedo con dos cosas: Hawks era un genio.
    Y tu descripción de las mujeres de Hawks.
    No por nada, claro está!! Jajaja!!
    Genial!!
    Muero por empezar a entrar en los gags, situaciones, escenas…
    Cuatro posts!! Biennnnnnn

    Besos!

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    1. Jajajaja un genio, sí.

      Sí, tiene muchos apartaditos, a ver que tal!

      Besos

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