Un día, saliendo del cine, vi el primer cartel promocional
de “Noé” y mi pensamiento fue inmediatamente el de ver la nueva película de
Russell Crowe como un nuevo “Gladiator" en tono bíblico, lo curioso del caso es
que mi acompañante manifestó en alto lo mismo que yo estaba pensando… y es que
la imagen no podía llevarnos a otra deducción…
Lo triste es que una vez vista la película y con todos los
matices que queramos, no estábamos muy desencaminados…
El autor bajo sospecha, algo sobrevalorado como he comentado
en alguna ocasión, Darren Aronofsky, quiere entregar un bíblico de autor
espectacular y profundo, pero que se queda a medio camino de todas sus
intenciones. La cinta conserva muchas de sus señas de identidad, que le han llevado
a ser director de culto y a tener numerosos fans que elogian entusiastamente cada una
de sus películas, llegando a la sublimación de “Cisne negro” (2010), cinta que le
hizo incontestable para muchos, a pesar de ser un remedo, brillante, de los
postulados conceptuales y visuales de David Cronenberg, especialmente.
El “Noé” de Aronofsky tiene apreciables virtudes y grandes
defectos, le falta valentía para acometer lo que se insinúa pretendía, quedando
como resultado un estrafalario relato que vaga entre el fantástico más
estrambótico y el mensaje espiritual profundo.
Desde un punto de vista fantasioso la narración irá
definiendo y encontrando su mensaje espiritual, atravesando el drama humano en
el interior del Arca. Esto es una idea interesante pero tiene el problema
comentado de quedarse en medio de la nada, no se apuesta por el relato
fantástico decididamente, la película no sabe elegir si decantarse por el
mainstream comercial en estado puro o decantarse por un relato más personal y
atrevido, transgresor, por lo que queda varado en un extraño y extravagante, en
ocasiones, punto intermedio… un barco a la deriva.
Con todo, el mensaje final es bastante fiel a pesar de las
múltiples licencias con respeto al relato original.
Noé recibe la misión divina de construir un Arca para salvar
a la creación de un diluvio que va a asolar a toda la humanidad para depurarla
por los pecados que la corrompen.
No pretende Aronofsky ser estricto y fiel a las escrituras,
sino indagar en sus puntos muertos, que en la historia de Noé permiten una gran libertad para la
interpretación y el desarrollo de ideas.
Se inicia hablando de los 3 hijos de Adán y Eva, como tres
grandes estirpes, de una de ellas, la de Seth, es de donde procede Noé.
El Noé de Aronofsky.
Este inicio se plantea también como un conflicto entre industrialización, los malos, contra naturalismo, los buenos. La industrialización comandada por la estirpe de Caín, que amenaza con acabar con el mundo, contra el naturalismo de la estirpe de Seth, que valora lo bueno de la creación y defiende a sus criaturas… Esto no se desarrollará en medio del popurrí de ideas, planteamientos y divagaciones de la película. Noé es modesto, temeroso de Dios, naturalista, vegetariano, un ecologista, de los Verdes, seguramente… Sólo coge lo que necesita, gran enseñanza para sus hijos, nada de ambiciones, en contraposición con la estirpe de Caín, ansiosos de riquezas. Una cinta antimonopolio, antimercantilismo y antiindistrualización…
La concepción vegetariana de la cinta queda plasmada también
visualmente, aparte de por el escándalo que supone para Noé que se maten
animales para comerlos, con los desagradables planos, vinculados al rey y su
pueblo, de carne cortada para el consumo… Un pueblo que pasa hambre porque no
lucha…
Noé (Russell Crowe) se nos descubrirá también como un experto luchador, el
homenaje a “Gladiator” (Ridley Scott, 2000) tenía que salir por algún lado… Así que nuestro
protagonista es ecologista, pero pacifista no parece. Desde luego con los animalicos
es más amable que con los humanos, a los que zurra sin contemplaciones como si
no hubiera mañana. Se crea un conflicto, que tampoco se desarrollará de forma
especial, con su propia naturaleza, con su propia especie, a la que desprecia.
Noé es un personaje clásico de Aronofsky, aunque pueda
parecer ajeno inicialmente, tiene una pulsión interior que le lleva al cambio,
un tormento que debe descifrar y aliviar. Un ser incomprendido con una visión y
objetivo, obsesivo, que camina firme hacia él en base a ese pulsión interna que
he comentado.
El poder visual de Aronofsky.
-El comienzo de la película nos remite a títulos de ciencia
ficción apocalíptica, sobre todo a nivel estético, con extrañas alimañas a las
que Noé y sus hijos defienden de los pérfidos humanos que las persiguen. Look
estilo “Mad Max” (George Miller, 1979) o “The Road” (John Hillcoat, 2009), que vienen fácilmente a la cabeza. Esto sólo es el
comienzo, los bandazos estilísticos y conceptuales serán continuos, de la
ciencia ficción apocalíptica, al género fantástico puro y duro, pasando por el
drama psicológico, el familiar, el relato de aventuras, el bíblico, del cine de
catástrofes, la película de acción, historia romántica… De todo…
Del mismo modo hay un popurrí extravagante, un batiburrillo
pretencioso, forzando las tramas para llegar a situaciones o desarrollar
ideas innecesarias, en una historia que no necesitaba de tanto artificio para dejar multitud de reflexiones… Como ejemplo, esa explicita referencia a
la prueba de fe de Abraham que aquí aparece calcada sin motivo aparente.
El poderío visual de Aronofsky es indudable, y en este
inicio deja muchos momentos extraños, sugerentes y estrambóticos, donde los
sueños, lo onírico y lo simbólico se funden con parajes desérticos.
“Una flor que brotaba de la nada”.
-Símbolos evidentes como la serpiente y la manzana, o la
planta que nace de la nada, como símbolo de la resurrección de la creación tras
la destrucción… aparecen en la visualización onírica del diluvio, del mensaje
de Dios al iluminado Noé. Siluetas expresionistas en la noche, una extraña
puesta en escena de imágenes poderosas e impactantes, extrañas, bellas y
excéntricas. El agua como símbolo depurador y regenerador es evidente y se
usará de distintas maneras a lo largo de la película.
-En relación al agua y la naturaleza, Aronofsky la muestra con nodriza, contenedora de todo lo bueno y necesario. Aronofsky deja imágenes muy sugerentes con esa naturaleza en expansión gracias a una semilla mágica… que acaba atrayendo a los animales hacia el Arca. A destacar el momento de las palomas, las primeras en llegar, tras beber el agua que nace de la semilla, que termina con un esplendoroso plano aéreo para que apreciaremos la construcción del Arca, sus avances, acompañado de una estupenda banda sonora. Este momento, una brillante elipsis además, da comienzo a la segunda parte de la narración.
-Esta concepción visual ilustra la filosofía de Aronofsky,
que debe regir a todos los directores, y que es una de las grandes virtudes del
director, apostar por lo visual para sustituir a lo verbal siempre que
se pueda. Así, la idea de que los mensajes divinos sean sueños, es decir,
escenas visuales, metafóricas, y no verbalizaciones explícitas, es el mejor
ejemplo de la filosofía artística del realizador estadounidense.
-Un buen ejemplo de la filosofía de Aronofsky y su poder visual lo tenemos con el relato que Noé hace a su familia de la creación en el interior del Arca, en un entorno lúgubre e íntimo. Noé la contará cuando peor fama tiene entre los suyos, afectados por la atrocidad que retruena en el exterior. Una historia sobre el todo, el equilibrio, la pureza, el paraíso… hasta que llegó el hombre… La forma en que Aronofsky recrea en imágenes esa historia es peculiar, con múltiples recursos, incluidos momentos expresionistas para la pérdida de la inocencia, con los que se pretende una visión actual y universal, donde el crimen se extiende hasta la época contemporánea, en un guiño al espectador.
Este primer tercio tendrá una estructura de búsqueda, una
misión, llegar a la montaña de Matusalén, el abuelo de Noé… Entre medias nos
adentraremos en el mundo de “El señor de los anillos”, el puro relato
fantástico, que volverá ocasionalmente a nosotros, con monstruos gigantescos de piedra, Los Vigilantes, ángeles caídos que parecen salidos de
“La historia interminable” (Wolfgang Petersen, 1984) y un Anthony Hopkins en el papel de Matusalén, que
parece un Gandalf huraño. Otro papel de oráculo, guía y mentor para Anthony
Hopkins… Matusalén también es muy ecológico, botánico. El peyote será un buen
método para que en la montaña de Matusalén, Noé se comunique con Dios. Hay que
comentar que el chaval que hace de hijo mayor de Noé en esta primera parte, Sem
(Gavin Casalegno), es guapete.
Habrá un Matusalén mago, piedras gigantes que hablan,
semillas milagrosas, no para llegar al cielo pero sí para extender la
naturaleza por los parajes desérticos que rodean todo y así nutrir con lo
necesario a nuestro protagonista… Una mitología que ni “El señor de los anillos”, ciertamente, pero
por la que no se apuesta de manera decidida.
El comportamiento de las rocas andantes, Los Vigilantes, es
gratuito, salvarán a Noé y luego se
dispondrán a castigarlo por ser un hombre, básicamente, raza a la que odian por
llevarlos a la perdición y traicionarlos. Si al menos tuvieran sentido en la
trama… pero esto es lo que hay. Su momento cumbre, más “El señor de los anillos"
que nunca, es la batalla contra el ejército de Tubalcaín (Ray Winstone) para proteger el Arca
y a la familia de Noé. Ese sacrificio, junto a la ayuda prestada a nuestro protagonista,
los redimirá y cuando mueran serán perdonados por el Creador y regresarán junto
a él. Concesiones comerciales que rezuman inseguridad en la idea de no dar
suficiente espectáculo.
En esta fase habrá persecuciones, partes donde parece que
estamos en “The road” de nuevo y rescates a niñas desvalidas y heridas que
pasarán a formar parte de la familia de Noé…Hay intrigantes planos que no
llevan a nada, como el subjetivo desde el punto de vista de la niña rescatada,
Ila (Skylar Burke).
El caso es que Noé, que vio innumerables árboles talados
para su desgracia, se verá obligado a talar salvajemente también para construir
el Arca, pero esto al menos lo manda Dios. Encima recibirá ayuda de las
gigantes piedras parlanchinas, así no falta de nada.
Tras la bella elipsis con las palomas mostrándonos los
avances del Arca, comprobaremos cómo han pasado los años. El amor de Sem
(Douglas Booth) e Ila (Emma Watson), la angustia y soledad de Cam (Logan
Lerman), los animales llegando en manada, aves, reptiles, insectos, mamíferos…
Aquí el personaje de Cam se descubre como el más interesante al ser el
vertebrador del conflicto principal. El casting en general es muy acertado en
cuanto a los parecidos tras el crecimiento de los chicos. Por Russell Crowe, nuestro
Noé, parecen no pasar los años.
Así, Cam ansía una pareja, ya que envidia la que forma su
hermano con Ila. Su rostro reaccionando cuando su padre habla de las parejas de
animales, de la paternidad y la procreación para perpetuar la especie, la
familia como columna vertebral de todo… lo delata y retrata su soledad e
intranquilidad por su situación. Su padre lo tranquilizará a su manera,
apelando a su calma, su conformismo, poniendo como ejemplo a su hermano
pequeño, y dando tiempo al tiempo… Alentador no es… Logan Lerman, que
interpreta a Cam, parece un sosías de Christian Slater en “El nombre de la
rosa” (Jean-Jacques Annaud, 1986), por parecido físico y rol.
Es inteligente plantear el argumento ante las quejas, viendo lo que están viendo, de que cuestionar las decisiones divinas es absurdo e
injusto. Retrata de forma efectiva el inconformismo humano.
¿Está bien eso del reguero de agua de la semilla acaba con el arca siendo construida?. Pues menuda metedura, con la que va a caer para ahogarlo todo no parece el orden adecuado.
ResponderEliminarJajajaja ponen una semilla, sale agua se extiende y crecen árboles, los talan, hacen el Arca y los animales llegan, y luego llueve jajajaja
EliminarY al final buscan a Goku para quitarle las nueve alubias y plantarlas.
EliminarCreo que sale en alguna escena jajajajaja
EliminarLa fotografía está bien, pero es que claro, el argumento es muy malo; y Rusell Crowe hace tiempo que dejó de actuar bien. Para mí, claro.
ResponderEliminarIntuyo que te gustó aún menos que a mí, amigo Alex!
EliminarReleyendo tu analisis hasta anima a ver la pelicula....cosa que como bien sabes creo que no volvere a hacer porque esta pelicula tiene el dudoso honor de ser la primera que logra dormirme en una sala de cine...creo que en el minuto 6 ya habia conectado con el más allá...es que no hay por donde cogerla....es una mezcla de muchas cosas que termina siendo nada...y bueno los hombres piedra esos...es que me dejaron sin palabras...
ResponderEliminarPelicula que pongo en el cajon de las totalmente prescindibles....
Es fallida, pero me parece un gran elogio lo que dices, que mi texto impulse a verla, y eso que no me gustó especialmente. Con todo mencioné sus aciertos, porque debo ser honesto y los tiene, claro jejeje
ResponderEliminarYo tampoco la volverá a ver jajaja
Creo q fuiste muy generoso con el tema de los aciertos jejeje...de verdad es que me pareció un pestiño tremendo!!
ResponderEliminarUn beso
Jajaja ya te digo yo que no lo soy!
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