jueves, 27 de marzo de 2014

Crítica: CON ÉL LLEGÓ EL ESCÁNDALO (1960) -Última Parte-

VINCENTE MINNELLI












He comentado en varias ocasiones el tratamiento visual y la puesta en escena que se dedica a Hannah (Eleanor Parker), siempre enmarcada en puertas. Cuando Theron vaya a enfrentarse con su padre lo veremos encuadrado del mismo modo que habitualmente su madre. De esta sutil manera se vincula al chico con su madre en la misma media que se aleja del padre. Un encuadre que nos lo muestra fuera del despacho de Wade.


Theron es un juguete roto, un ser puro de valores intachables corrompido por su propia familia, odios y rencores, por una competición de caza entre sus propios padres. Reivindicará a su hermanastro, querrá que sea su igual.

Hamilton será protagonista, por tanto, de otra escena de intensidad dramática desbordada, ahora junto a Robert Mitchum, que está espléndido. El bueno de Hamilton aguanta a duras penas a sus dos compañeros de reparto. Mitchum está poderoso en esta secuencia, en sus explicaciones sobre lo ocurrido, en su arrepentimiento y en su petición de no ser cuestionado.





Wade intentará reconducir la situación posteriormente, pero la ruptura parece completa. Cuando Theron abandone la casa volveremos a ver a Parker en una escalera y enmarcada entre puertas, junto a Mitchum. En transición, integrada en ese microcosmos enfermizo y viciado. Distancia y desolación perfectamente visualizado en esa diferencia de alturas entre Wade y Hannah.




Theron (George Hamilton) parece de ronda, tras las conversaciones con su madre y su padre es el turno de su hermanastro. Allí ambos se sincerarán. Nos asombramos con el personaje que interpreta George Peppard, su dignidad, su discreción… entendemos su comportamiento y lo admiramos. Una integridad plena. Dos hermanos dignos saliendo de un entorno enfermo.

“…Al menos tú lo intentas”.





Una escena preciosa entre los dos hermanos, con momentos de gran emotividad y belleza, como el travelling que se acerca tímidamente a Rafe mientras cuenta sus duros recuerdos, el mimo con el que Rafe arropa a Theron y le devuelve el dinero que le ofreció en generoso gesto… Generosidad y cariño sincero y verdadero, algo de lo que ambos están necesitados. Dos hermanos recién reconocidos (Rafe ya lo sabía pero calló), cobijándose mutuamente.



Wade y Rafe.

Rafe es un personaje fascinante, como un ángel de la guarda para su padre, ya lo salvó en una ocasión y siempre velará por él, recogiéndolo del piso de su amante, cuidándolo en sus momentos menos dignos… Será, precisamente, cuando él no esté a su lado, cuando no se podrá evitar su atentado. La relación de Rafe y Wade irá progresando, tras recogerlo en su borrachera del piso de su amante tendrá una conversación sincera, dura, peculiar e irónica, pero que calará finalmente en su padre, aunque no dé tiempo a la redención completa.







Una dignidad a prueba de bombas la de Rafe, y una bondad fuera de rango… Así lo demostrará al casarse con Libby para evitar el escándalo de su embarazo.

George Peppard hace una interpretación francamente buena, repleta de matices y autenticidad.

Un travelling descriptivo seguirá a Mitchum en su visita a la algodonera que da trabajo a su hijo. Su conversación no logrará su propósito. Dos tozudos, el orgullo de Wade y los firmes  valores de Theron, conflicto aparentemente irresoluble. El momento en el que Theron se coloca el guante cuando Wade comenta que él resolvía sus problemas con su padre con un simple apretón de manos es una magnífica sutileza.




Esta juventud es cruel”.

Imperfecciones, reivindicaciones familiares, defensas fraternales, derecho a no ser juzgado… Y la maravillosa presencia de Robert Mitchum. Todo ello se tratará en esta nueva conversación.

Si Rafe no es un hijo para ti, tú no eres un padre para mí”.

La enfermedad de Hannah, depresiva por la marcha de su hijo, marchitándose al desaparecer la persona a la que ha dedicado toda su vida, hará replantearse toda su existencia a Theron. Será informado en una escalera por el médico, lugar para la encrucijada, la incertidumbre, la duda, la necesidad de una decisión.





Con él llegó el escándalo” recurre en ocasiones a la narración episódica, bruscos episodios con sucesos inesperados y repentinos que hacen tambalear a sus personajes. A veces esto puede dar la sensación de falta de cohesión, sobre todo en el último tercio de película, quizá por servidumbres narrativas de adaptación.

Dentro del ambiente enfermizo en el que habita Theron hay muchos momentos para la extrema dignidad. Otro ejemplo lo tenemos en su novia. Él se alejará de ella por remordimientos y temor a hacerla daño si siguen juntos y tienen una familia. Al sincerarse con ella concluirá que lo mejor es que se separen. Libby, en otro momento de generosidad máxima y amor, mucho más que por temor ya que en nada le beneficiaba el silencio, callará que está embarazada de él, con el problema que esto le generará en un pueblo sureño de Texas donde todo son cotilleos y habladurías, para no comprometerle ni hacerle sufrir.


Theron, en el momento en el que mayor consciencia tiene de su vida, de su faceta de presa y arma a la vez en la guerra de sus padres, es cuando más daño hace a una de las personas que más quiere. Miedo a forjar una familia como la suya que haga daño a Libby y a su hijo... Quizá su decisión no fue del todo incorrecta con respecto a Libby, aunque él acabará destrozado.




El chismorreo. Esencia social.

El retrato de la sociedad sureña en “Con él llegó el escándalo” es excelente. El chismorreo, el rumor, el cotilleo, producto del aburrimiento, el resentimiento, el prejuicio, la envidia, el rencor… es el sustento de la sociedad que retrata Minnelli. Vimos como los lugareños hablaban y se reían de Theron por su ingenuidad y la envidia a su padre; vemos como Hannah no es capaz de perdonar a su marido por una mancha en su reputación, afectada por el qué dirán, ni tampoco es capaz de dejarle por ese mismo motivo; vemos como el padre de Libby prejuzga a Theron por la reputación de su padre; vemos como el padre de Libby va a suplicar el casamiento de Theron con su hija para ocultar su embarazo antes del matrimonio por miedo a la crítica y el chismorreo, una escena rodada magistralmente con el padre de Libby en situación digna de superioridad al inicio que acaba abatido y en posición de inferioridad con respecto a Wade al final; vemos como de nuevo los lugareños especulan sobre quién es el verdadero padre del hijo de Libby, lo que provoca el rapto de locura en el padre de la chica que acaba con el asesinato de Wade; vemos como la propia Libby se arrastra coqueteando con cualquiera para conseguir un marido que la ayude a evitar el escándalo de su embarazo, con la fortuna de encontrar a RafeWade es el único que se mantiene ajeno a esta influencia en su proceder, pero será el que más pague las consecuencias.





Las apariencias se hacen imprescindibles, la hipocresía es la comida con la que subsiste esa sociedad, por ello sufrirá Libby al ver que va a tener un hijo sin marido, debe guardar las apariencias, por ello Hannah y Wade no rompen su matrimonio, para mantener las apariencias...

Todos nuestros hijos merecen mejores padres”.

 


El padre de Libby no sabrá soportar la presión social, el juzgador de Theron pagando sus prejuicios.

Sí, flirteo”.







La relación entre Libby y Rafe también es interesante. Fundamentada en la mentira, al menos acaba resultando pura y sin servidumbres emocionales. Predestinados a comenzar algo bonito y verdadero. La conversación donde se sella el pacto será en un plano sostenido sobre la pareja con un ligero zoom para acentuar el momento de la propuesta de matrimonio, con planos-contraplanos ocasionales. Con todo resulta algo confuso que Rafe no hable con Theron, a pesar de las reticencias de Libby (Luana Patten).



Un rápido matrimonio, la noche de bodas, la despedida de los padres de ella... con una sutil dirección de actores donde el padre se mostrará incómodo y nervioso a la par que alegre y la madre contenida en otra escalera…


No he visto un cuarto más bonito desde que estuve en el hospital a que me quitarán el apéndice”.

Los coqueteos de ella, la discreción de él, el respeto…

No ocurrirá nada entre nosotros que tú no quieras que ocurra”.

La noche de pasión tras la pesadilla de ella. Hay que indicar que en algunos contraplanos de esta escena Libby aparece bastante más destapada, mientras Rafe se está sincerando, que en los planos generales… Lo que no se puede negar es que Libby es una chica muy caliente.

El sufrimiento y el tormento de Theron al menos tiene un punto positivo, la mejora de su madre, que viéndolo taciturno intentará, por fin, reconducir la situación familiar, en concreto la suya con su marido, en una magnífica escena donde podemos ver a Mitchum junto a sus rifles, símbolos fálicos, en el mismo encuadre y a Parker junto a un reclamo… Un lugar para la esperanza, para la redención, donde Mitchum adoptará una actitud suplicante apelando a la posibilidad del perdón y al recuerdo de Nápoles. Un sonrisa de esperanza…y una sombra de muerte.








Destino fatal. Destino inapelable. Destino exterminador de esperanzas.

Los rencores largamente enquistados, la obstinación, no dejarán apenas margen para la esperanza. Un destino fatal se cierne sobre ese ambiente viciado, esas vidas enfermizas que aspiraban finalmente a una posibilidad de redención. Un círculo viciado al que se le impide la posibilidad de la redención y el perdón, cada esperanza truncada por los prejuicios, los odios, los complejos, los miedos, las mezquindades sociales… Así, cuando Wade estaba dispuesto a reciclarse, a hacer las paces con Hannah, cuando ella por fin abre una puerta en su gélido muro para retomar la relación, el padre de Libby atentará contra el patriarca de los Hunnicutt. Su sombra premonitoria avisará. Este hecho lo truncará todo, la reconciliación, los esfuerzos de los padres por reconducir a su hijo y aliviarle su pesar, las disculpas y aceptación de Wade a su hijo Rafe, al que pide ver cuando sabe que su vida se le escapa, pero al que no podrá decir las dos palabras que éste le pide ya que su agonía se lo impide y no tardará en fallecer… Un Theron que se entregará a la visceral y primitiva venganza terminando un camino de autodestrucción, dando caza al asesino de su padre como dio caza al jabalí, en un lugar similar, al lado del pantano sulfuroso.





El disparo que da muerte a Wade será en over, veremos las sangrientas consecuencias y la persecución de Theron, su caza, con largos travellings, como vimos en su persecución al jabalí. Lo cierto es que la pela entre Theron y Rafe no está del todo bien resuelta, los insertos en la misma quedan artificiosos, quizá no se les dio bien la coreografía a los actores y hubo que hacer un apaño en la sala de montaje…





La escena de la despedida entre los hermanos vuelve a ser hermosa, con Rafe regalándole su cazadora y Theron marchándose y perdiéndose en la espesura, fundiéndose con la naturaleza, lo primitivo. El adiós a un cariño sincero.



Así de los bautizos, del hijo de Libby, pasamos a los funerales, el de Wade. Si rojo era el sofá de Wade roja será su lápida. Allí tendremos un atisbo de esperanza, de resurrección, de posibilidad para una familia… Hannah hará un regalo a Rafe, una pequeña consolación, al poner su nombre en la lápida de Wade como hijo suyo, la mirada final de Rafe a dicha lápida no oculta su dolor, no logró su propósito, que seguramente hubiera llegado, pero de alguna manera acepta las cosas. Quería su cariño y tan solo tendrá un reconocimiento público en una lápida.





Por el contrario Rafe querrá forjar una familia donde no haya lugar para los miedos, con Hannah, abuela legítima del hijo de Rafe, que en realidad es de Theron, y con Libby. Una familia disfuncional, formada por retazos de otras, producto de los miedos y las miserias de la sociedad en la que viven, que paradójicamente quizá tengan una oportunidad de ser felices. Rafe de alguna manera acaba viviendo la vida que parecía destinada a Theron, mientras que Theron acaba desarraigado, como estuvo Rafe.



Madrastra e hijastro del brazo. Del lodazal naciendo algo bueno.

Se parece a su padre”.

Con él llegó el escándalo” es un perfecto ejemplo del drama intenso made in Hollywood, cine de calidad, excelso, que hará las delicias de los amantes de lo clásico y este tipo de historias a lo Tennessee Williams.



 




3 comentarios:

  1. Estupendo análisis Sambo. Estoy contigo en que Hamilton parece un actor de instituto en función de fin de curso. Mitchum, Peppard y Parker están muy bien.
    Siempre he pensado q las obras de T. W. Son para actores de categoría. Es un grande.
    Y Minnelli un directorazo.
    Ay! Este vacío q deja leer el final de algo bueno!! :-))
    Pero…prooonto volvereeemos coooonnn MÁS DIVERSIONEEES…SAMBOOO SAAAMBOOO, nuestro rey…🎶🎶🎶

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    1. La verdad es que hay mucha diferencia entre Hamilton y el resto, ciertamente jaja. Pobre mio, demasiado. Esta no es de él, pero tiene toda su esencia y tono, y como bien dices para intérpretes de primera, es fácil caer en la exageración o no dar la talla.

      En breve LA FIERA DE MI NIÑA entre otras. Esta Semana Santa quiero ampliar el colchón...

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  2. (Los cuadraditos son notas musicales!!!)

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