He comentado en varias ocasiones el tratamiento visual y la
puesta en escena que se dedica a Hannah (Eleanor Parker), siempre enmarcada en
puertas. Cuando Theron vaya a enfrentarse con su padre lo veremos encuadrado
del mismo modo que habitualmente su madre. De esta sutil manera se vincula al
chico con su madre en la misma media que se aleja del padre. Un encuadre que
nos lo muestra fuera del despacho de Wade.
Theron es un juguete roto, un ser puro de valores
intachables corrompido por su propia familia, odios y rencores, por una
competición de caza entre sus propios padres. Reivindicará a su hermanastro,
querrá que sea su igual.
Hamilton será protagonista, por tanto, de otra escena de
intensidad dramática desbordada, ahora junto a Robert Mitchum, que está
espléndido. El bueno de Hamilton aguanta a duras penas a sus dos compañeros de
reparto. Mitchum está poderoso en esta secuencia, en sus explicaciones sobre lo
ocurrido, en su arrepentimiento y en su petición de no ser cuestionado.
Wade intentará reconducir la situación posteriormente, pero
la ruptura parece completa. Cuando Theron abandone la casa volveremos a ver a
Parker en una escalera y enmarcada entre puertas, junto a Mitchum. En
transición, integrada en ese microcosmos enfermizo y viciado. Distancia y
desolación perfectamente visualizado en esa diferencia de alturas entre Wade y
Hannah.
Theron (George Hamilton) parece de ronda, tras las
conversaciones con su madre y su padre es el turno de su hermanastro. Allí
ambos se sincerarán. Nos asombramos con el personaje que interpreta George
Peppard, su dignidad, su discreción… entendemos su comportamiento y lo
admiramos. Una integridad plena. Dos hermanos dignos saliendo de un entorno
enfermo.
“…Al menos tú lo intentas”.
Una escena preciosa entre los dos hermanos, con momentos de
gran emotividad y belleza, como el travelling que se acerca tímidamente a Rafe
mientras cuenta sus duros recuerdos, el mimo con el que Rafe arropa a Theron y
le devuelve el dinero que le ofreció en generoso gesto… Generosidad y cariño
sincero y verdadero, algo de lo que ambos están necesitados. Dos hermanos
recién reconocidos (Rafe ya lo sabía pero calló), cobijándose mutuamente.
Rafe es un personaje fascinante, como un ángel de la guarda
para su padre, ya lo salvó en una ocasión y siempre velará por él, recogiéndolo
del piso de su amante, cuidándolo en sus
momentos menos dignos… Será, precisamente, cuando él no esté a su lado, cuando
no se podrá evitar su atentado. La relación de Rafe y Wade irá progresando,
tras recogerlo en su borrachera del piso de su amante tendrá una conversación
sincera, dura, peculiar e irónica, pero que calará finalmente en su padre,
aunque no dé tiempo a la redención completa.
Una dignidad a prueba de bombas la de Rafe, y una bondad
fuera de rango… Así lo demostrará al casarse con Libby para evitar el escándalo
de su embarazo.
George Peppard hace una interpretación francamente buena,
repleta de matices y autenticidad.
Un travelling descriptivo seguirá a Mitchum en su visita a
la algodonera que da trabajo a su hijo. Su conversación no logrará su propósito.
Dos tozudos, el orgullo de Wade y los firmes
valores de Theron, conflicto aparentemente irresoluble. El momento en el
que Theron se coloca el guante cuando Wade comenta que él resolvía sus
problemas con su padre con un simple apretón de manos es una magnífica sutileza.
“Esta juventud es cruel”.
Imperfecciones, reivindicaciones familiares, defensas
fraternales, derecho a no ser juzgado… Y la maravillosa presencia de Robert
Mitchum. Todo ello se tratará en esta nueva conversación.
“Si Rafe no es un hijo para ti, tú no eres un padre para
mí”.
La enfermedad de Hannah, depresiva por la marcha de su hijo,
marchitándose al desaparecer la persona a la que ha dedicado toda su vida, hará
replantearse toda su existencia a Theron. Será informado en una escalera por el
médico, lugar para la encrucijada, la incertidumbre, la duda, la necesidad de
una decisión.
“Con él llegó el escándalo” recurre en ocasiones a la
narración episódica, bruscos episodios con sucesos inesperados y repentinos que
hacen tambalear a sus personajes. A veces esto puede dar la sensación de falta
de cohesión, sobre todo en el último tercio de película, quizá por servidumbres
narrativas de adaptación.
Dentro del ambiente enfermizo en el que habita Theron hay
muchos momentos para la extrema dignidad. Otro ejemplo lo tenemos en su novia.
Él se alejará de ella por remordimientos y temor a hacerla daño si siguen juntos y tienen una familia. Al sincerarse con ella concluirá que lo mejor es que
se separen. Libby, en otro momento de generosidad máxima y amor, mucho más que
por temor ya que en nada le beneficiaba el silencio, callará que está
embarazada de él, con el problema que esto le generará en un pueblo sureño de
Texas donde todo son cotilleos y habladurías, para no comprometerle ni hacerle
sufrir.
Theron, en el momento en el que mayor consciencia tiene de
su vida, de su faceta de presa y arma a la vez en la guerra de sus padres, es
cuando más daño hace a una de las personas que más quiere. Miedo a forjar una
familia como la suya que haga daño a Libby y a su hijo... Quizá su decisión no
fue del todo incorrecta con respecto a Libby, aunque él acabará destrozado.
El retrato de la sociedad sureña en “Con él llegó el
escándalo” es excelente. El chismorreo, el rumor, el cotilleo, producto del
aburrimiento, el resentimiento, el prejuicio, la envidia, el rencor… es el
sustento de la sociedad que retrata Minnelli. Vimos como los lugareños hablaban
y se reían de Theron por su ingenuidad y la envidia a su padre; vemos como
Hannah no es capaz de perdonar a su marido por una mancha en su reputación,
afectada por el qué dirán, ni tampoco es capaz de dejarle por ese mismo motivo; vemos como el padre de Libby prejuzga a Theron por
la reputación de su padre; vemos como el padre de Libby va a suplicar el casamiento de Theron con su hija para ocultar su embarazo antes del matrimonio
por miedo a la crítica y el chismorreo, una escena rodada magistralmente con el padre de Libby en situación digna de superioridad al inicio que acaba abatido y en posición de inferioridad con respecto a Wade al final; vemos como de nuevo los lugareños
especulan sobre quién es el verdadero padre del hijo de Libby, lo que provoca
el rapto de locura en el padre de la chica que acaba con el asesinato de Wade; vemos como la
propia Libby se arrastra coqueteando con cualquiera para conseguir un marido
que la ayude a evitar el escándalo de su embarazo, con la fortuna de encontrar
a Rafe… Wade es el único que se mantiene ajeno a esta influencia en su
proceder, pero será el que más pague las consecuencias.
Las apariencias se hacen imprescindibles, la hipocresía es
la comida con la que subsiste esa sociedad, por ello sufrirá Libby al ver que
va a tener un hijo sin marido, debe guardar las apariencias, por ello Hannah y
Wade no rompen su matrimonio, para mantener las apariencias...
“Todos nuestros hijos merecen mejores padres”.
El padre de Libby no sabrá soportar la presión social, el
juzgador de Theron pagando sus prejuicios.
“Sí, flirteo”.
La relación entre Libby y Rafe también es interesante.
Fundamentada en la mentira, al menos acaba resultando pura y sin servidumbres
emocionales. Predestinados a comenzar algo bonito y verdadero. La conversación
donde se sella el pacto será en un plano sostenido sobre la pareja con un
ligero zoom para acentuar el momento de la propuesta de matrimonio, con
planos-contraplanos ocasionales. Con todo resulta algo confuso que Rafe no
hable con Theron, a pesar de las reticencias de Libby (Luana Patten).
Los coqueteos de ella, la discreción de él, el respeto…
“No ocurrirá nada entre nosotros que tú no quieras que
ocurra”.
La noche de pasión tras la pesadilla de ella. Hay que
indicar que en algunos contraplanos de esta escena Libby aparece bastante más
destapada, mientras Rafe se está sincerando, que en los planos generales… Lo
que no se puede negar es que Libby es una chica muy caliente.
El sufrimiento y el tormento de Theron al menos tiene un
punto positivo, la mejora de su madre, que viéndolo taciturno intentará, por
fin, reconducir la situación familiar, en concreto la suya con su marido, en
una magnífica escena donde podemos ver a Mitchum junto a sus rifles, símbolos
fálicos, en el mismo encuadre y a Parker junto
a un reclamo… Un lugar para la esperanza, para la redención, donde
Mitchum adoptará una actitud suplicante apelando a la posibilidad del perdón y
al recuerdo de Nápoles. Un sonrisa de esperanza…y una sombra de muerte.
Los rencores largamente enquistados, la obstinación, no
dejarán apenas margen para la esperanza. Un destino fatal se cierne sobre ese
ambiente viciado, esas vidas enfermizas que aspiraban finalmente a una
posibilidad de redención. Un círculo viciado al que se le impide la posibilidad
de la redención y el perdón, cada esperanza truncada por los prejuicios, los
odios, los complejos, los miedos, las mezquindades sociales… Así, cuando Wade
estaba dispuesto a reciclarse, a hacer las paces con Hannah, cuando ella por
fin abre una puerta en su gélido muro para retomar la relación, el padre de
Libby atentará contra el patriarca de los Hunnicutt. Su sombra premonitoria
avisará. Este hecho lo truncará todo, la reconciliación, los esfuerzos de los
padres por reconducir a su hijo y aliviarle su pesar, las disculpas y
aceptación de Wade a su hijo Rafe, al que pide ver cuando sabe que su vida se le
escapa, pero al que no podrá decir las dos palabras que éste le pide ya que su
agonía se lo impide y no tardará en fallecer… Un Theron que se entregará a la
visceral y primitiva venganza terminando un camino de autodestrucción, dando
caza al asesino de su padre como dio caza al jabalí, en un lugar similar, al
lado del pantano sulfuroso.
El disparo que da muerte a Wade será en over, veremos las
sangrientas consecuencias y la persecución de Theron, su caza, con largos
travellings, como vimos en su persecución al jabalí. Lo cierto es que la pela
entre Theron y Rafe no está del todo bien resuelta, los insertos en la misma
quedan artificiosos, quizá no se les dio bien la coreografía a los actores y
hubo que hacer un apaño en la sala de montaje…
La escena de la despedida entre los hermanos vuelve a ser
hermosa, con Rafe regalándole su cazadora y Theron marchándose y perdiéndose en
la espesura, fundiéndose con la naturaleza, lo primitivo. El adiós a un cariño
sincero.
Así de los bautizos, del hijo de Libby, pasamos a los
funerales, el de Wade. Si rojo era el sofá de Wade roja será su lápida. Allí
tendremos un atisbo de esperanza, de resurrección, de posibilidad para una
familia… Hannah hará un regalo a Rafe, una pequeña consolación, al poner su
nombre en la lápida de Wade como hijo suyo, la mirada final de Rafe a dicha
lápida no oculta su dolor, no logró su propósito, que seguramente hubiera
llegado, pero de alguna manera acepta las cosas. Quería su cariño y tan solo
tendrá un reconocimiento público en una lápida.
Por el contrario Rafe querrá forjar una familia donde no
haya lugar para los miedos, con Hannah, abuela legítima del hijo de Rafe, que
en realidad es de Theron, y con Libby. Una familia disfuncional, formada por
retazos de otras, producto de los miedos y las miserias de la sociedad en la
que viven, que paradójicamente quizá tengan una oportunidad de ser felices. Rafe de alguna manera acaba viviendo la vida que parecía destinada a Theron, mientras que Theron acaba desarraigado, como estuvo Rafe.
“Con él llegó el escándalo” es un perfecto ejemplo del drama
intenso made in Hollywood, cine de calidad, excelso, que hará las delicias de los amantes
de lo clásico y este tipo de historias a lo Tennessee Williams.
Estupendo análisis Sambo. Estoy contigo en que Hamilton parece un actor de instituto en función de fin de curso. Mitchum, Peppard y Parker están muy bien.
ResponderEliminarSiempre he pensado q las obras de T. W. Son para actores de categoría. Es un grande.
Y Minnelli un directorazo.
Ay! Este vacío q deja leer el final de algo bueno!! :-))
Pero…prooonto volvereeemos coooonnn MÁS DIVERSIONEEES…SAMBOOO SAAAMBOOO, nuestro rey…🎶🎶🎶
La verdad es que hay mucha diferencia entre Hamilton y el resto, ciertamente jaja. Pobre mio, demasiado. Esta no es de él, pero tiene toda su esencia y tono, y como bien dices para intérpretes de primera, es fácil caer en la exageración o no dar la talla.
EliminarEn breve LA FIERA DE MI NIÑA entre otras. Esta Semana Santa quiero ampliar el colchón...
(Los cuadraditos son notas musicales!!!)
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