martes, 26 de diciembre de 2017

STAR WARS VIII: LOS ÚLTIMOS JEDI (2017) (Preanálisis)

RIAN JOHNSON









Contiene Spoilers




Steven Spielberg fue el único que parecía tener claro que “Star Wars” sería un éxito. Todos los demás pensaban que era una cosa extrañísima, una especie de engendro horroroso, un desastre torpe y manifiesto… Se lo dijeron hasta los amigos… Pero para Spielberg esto no era así. Para él, la ingenuidad, la inocencia, la pureza de la propuesta, que entroncaba con la forma de ser de Lucas, estaba destinada a conectar con el público irremediablemente, a convertirse en un éxito sin parangón. Acertó, como casi siempre.

Así era. Lo que propuso Lucas no se había visto, ni siquiera atisbado, jamás. Eso debería ser bastante. Pero por si fuera poco creaba una mitología llena de referencias e influencias culturales que se expandía vigorosamente y sin complejos en su pureza ante los sorprendidos ojos de los espectadores. Los colmó de imaginación, hizo tangible lo que sólo parecía tener cabida en los sueños (literalmente en mi caso, pero eso es otro tema), y lo hizo desde la más absoluta inocencia ante un público que aún no se regodeaba en el cinismo, que estaba dispuesto a dejarse llevar.

Esto ya no es así. “Los Últimos Jedi” está destinada a ser incomprendida, la gran oculta, el film “de culto” de la saga, porque da respuesta a todo esto con una lucidez casi descarnada. Esto despierta aún más mi afinidad hacia esta nueva entrega. Es la respuesta a la ingenuidad que se fue, al cambio de los tiempos, al mundo adulto, es la consciencia plena del contexto en el que se realizó la trilogía original y en el que se gesta esta. Y las diferencias, sobre todo en lo social, no son baladíes. Los blancos y los negros desaparecen, la reflexión queda centrada en los grises, como en ese público más cínico y resabiado.

El mismo inicio, esa mítica introducción (“Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana…"), remite a un pasado o tiempo indeterminado, muy lejano, como la galaxia a la que se hace referencia, donde la pureza era plenamente visible, los negros y los blancos y cómo conectar con ellos. Ahora, aquella lejanía quizá no sea tanta, el espectador está mucho más maleado y, por consiguiente, también los episodios de la saga irán cogiendo otro cariz.





Esta idea fue de las que más me gustaron de “Rogue one” (Gareth Edwards, 2016), sobre todo cuando crecí con muchos fans del “Imperio”, a pesar de que la presentación de ambos mundos, la luz y el lado oscuro, eran radicales, maniqueos incluso. “Rogue one” pretendía sembrar de grises las cosas, matizarlas, con un grupo rebelde que no tiene nada de idílico, alejado de esa bondad casi santificada; y un lado oscuro con miembros más ambiguos en estas nuevas entregas de la saga, con Kylo Ren al frente.

Soy consciente de que pase lo que pase y se haga lo que se haga, habrá críticas en honor al citado cinismo, que elogia al “Imperio contraataca” (Irvin Kershner, 1980) a pesar de repetir la historia de la Estrella de la Muerte, pero mata a “El despertar de la fuerza” (J. J. Abrams, 2015) por la misma razón. Tocar los mitos siempre tiene su castigo.

Estamos ante la película más compleja de toda la saga, además de ser tremendamente inteligente y ambiciosa… lo que no significa que sea perfecta ni la mejor. El episodio donde los blancos y los negros desaparecen, convirtiendo esta fase en la “saga gris”, la que mata a Rousseau.

Los grises, los grises. Los grises, pero no como un lugar de tránsito hacia el obligado destino del blanco o el negro, sino como el lugar del ser y el estar. Y Johnson estructura toda la película, casi cada secuencia, con esa idea del equilibrio, de la mezcla del negro y el blanco, donde son esos colores los que parecen abocados a caer en el gris, y no al revés.

La puesta en escena, los aspectos conceptuales y temáticos, todo gira en torno a la idea de equilibrio, de grises, de matizar los extremos, de ver aspectos necesarios en lo oscuro para entender la luz, de ver matices en el abstracto anhelo de los bondadosos…

Los antiguos villanos, tras pasar por los grises, cayeron en la luz, único destino posible (otros donde se buscaba desarrollar la luz cayeron en el lado oscuro), pero ahora desde ambos lados van mezclándose, aprendiendo unos de otros, entendiendo que para que el bien exista es necesario el mal, que algunos valores no son negativos o positivos per se, sino que serán de una u otra manera dependiendo de la intencionalidad, que la misma intencionalidad positiva puede llevar al desastre… Es lo que explica Yoda a Luke. Es necesario explicar la luz, pero también lo que no lo es.

Enséñale lo que aprendiste: fuerza, dominio… pero también la debilidad, la tontería, el fracaso… Sí, sobre todo el fracaso. El maestro más grande el fracaso es”.




Observen cómo juegan con los personajes, donde todos giran o se equivocan, donde los aparentes villanos se tornan en bondadosos, donde lo que parecen errores en realidad son grandes planes (Laura Dern), donde las decisiones de los personajes más positivos están equivocadas (Poe), así como sus juicios, donde nada es lo que parece, donde no podemos dar nada por sentado y todo gira de improviso.

Cuando vemos a Poe (Oscar Isaac) rebelarse ante Holdo (Laura Dern), tomamos partido por el primero enseguida. Johnson juega con el conocimiento y el pasado del espectador. Confiamos en Poe porque sabemos que no es un traidor, en cambio Holdo puede serlo tranquilamente, nos lo han demostrado en infinidad de películas y en la misma saga. Si no es una traidora será una incompetente, nuestros héroes lo solucionarán… Pero nada de esto es así. Ni hay traición ni incompetencia, de hecho, será el plan de Finn (John Boyega), Poe y Tico (Kelly Marie Tran) el que se demostrará incompetente y traerá la traición a la Rebelión. El prejuicio derruido, la bondad y la competencia sabida llevando al fracaso y casi la desgracia, la supuesta traidora e incompetente siguiendo un brillante plan, sacrificándose incluso por todo… Holdo no tenía ni debía contar su plan a Poe, como he leído en algunos sitios que debía hacer, siempre que las jerarquías se tomen en serio. Poe no tenía por qué hacer lo que hizo, aunque todos lo apoyáramos en su momento.

Poe tuvo un conflicto anterior con Leia (Carrie Fisher) acerca de su desobediencia e impetuosidad, en la primera secuencia del film, donde consigue un éxito pero favorece un contexto problemático.

El personaje de Benicio del Toro viene a ser una condensación de toda esa idea. Un tipo que de inicio es sospechoso, el típico buscavidas sin principios que busca su beneficio, y al que nuestros héroes utilizarán también cuando lo necesiten. Luego parecerá que traiciona, luego que en el fondo es bueno, para terminar demostrando que no es ni una cosa ni otra, sino exactamente lo que parecía ser, un buscavidas que va con el que le proporciona un mayor beneficio. De nuevo los grises.

Una escena capital en este sentido, que riza el rizo, la tenemos con la historia que vincula a Luke y Kylo Ren. Se nos contará la historia tres veces. En primer lugar lo hará Luke, ciñéndose a lo que suponemos, una maldad intrínseca de Kylo que se volvió contra él, que entraría en consonancia con lo que se va viendo de ese personaje de alguna forma (prejuicio). La segunda versión corre a cargo de Kylo, y da la vuelta a la situación, colocando como villano al que creíamos bueno y explicando la situación del que pensábamos malo, en consonancia con cierto rumor e idea que podría tener el espectador sobre el cambio de Luke (prejuicio). Del blanco al negro…

Y queda la tercera, que vuelve a correr a cargo de Luke. Aquí nuestro mítico héroe reconoce una debilidad, fugaz, efímera, pero que no justificaría la reacción de Kylo bajo ningún concepto, que por temor, vergüenza o debilidad, una vez es descubierto su interior, reacciona de manera excesiva y tremebunda agarrándose a un matiz. Desde luego Kylo no habría hecho lo que hizo, al menos en ese momento, sin esa debilidad que tuvo Luke, pero esa debilidad tampoco le obligaba a ello. Es decir… Los grises.

Se matiza al blanco y al negro, al héroe y al villano, podemos entender y criticar las actitudes de ambos.





Hay mucho más. Rey (Daisy Ridley) y Kylo charlarán a distancia (incluso se verán), algo que ya vimos hacer con otros personajes de la saga, pero ambos se dirigen hacia ese gris, un punto neutral que debe mantenerse. Aunque parezca un calco a “El retorno del Jedi” (Richard Marquand, 1983), no lo es en realidad. Kylo usa a Rey para terminar con Snoke, pero también para que comparta con él su visión. Y es que Kylo es el extremismo gris. Manteniéndose en el centro, quiere terminar con todo, el lado oscuro y la luz, y entiende que Rey, como integrante de ese equipo gris, proveniente de una familia “vulgar”, con unos poderes que se supone no debería tener, que no vendrían heredados, está en esa misma línea, sobre todo porque parece comprenderle… Kylo intenta llevarse a su extremismo a Rey, y Rey no quiere… porque incluso en los grises hay extremos. Esto lo escenifica Johnson también desde la puesta en escena, con ese plano del sable láser flotando entre esas dos fuerzas, la de la destrucción y la de la concordia. Y eso que pretende Kylo tiene puntos en común con lo que pretende Luke: cada uno desde su lado pretende eliminar esos poderes, los Jedi, los Sith… Rey viene a armonizar, a corregir, los modos radicales. El limbo gris.

Como desde la puesta en escena se mantiene ese contraste, esa distancia entre Kylo y Rey que desaparece hasta que los vemos en el mismo plano, esas manos que casi se tocan, ese sentir físico de lo que ocurre en el otro lado (agua, un disparo…)… La mezcla. Siempre dos partes divididas, dos partes de un todo, como el colgante que tiene Tico y que tenía su hermana. Dos partes que tienden a mezclarse.

Pero no sólo queda ahí, lo vemos en todo. Finn será un valiente y un sospechoso de cobardía que pretende huir. Kylo quiere acabar con todo, pero cuando intuye a su madre no puede disparar. Luke pretende terminar con los Jedi pero terminará agrandando su leyenda…

Y es que Johnson es consciente de las latentes contradicciones de las originales, donde la impetuosidad, incluso la temeridad, es bien vista según qué momentos o según qué personajes (se consideran defectos en Luke siendo mucho más moderadas, por aquello de ser una especie de monje, como cuando interrumpe su entrenamiento con Yoda para salvar a sus amigos, mientras que a Han Solo, por eso de no ser Jedi, se le mira con simpatía; se considera que determinados aspectos de Luke no aparecían en Obi-Wan cuando tiene muchos paralelismos con éste, incluso en lo que podríamos llamar “defectos”).

La democratización de todo, que se supone busca la sociedad actual, alejándose de elitismos injustificados… para bien o para mal.

Rian Johnson dialoga con la trilogía original, prescindiendo de casi todo lo demás, en un juego de espejos con aquella, una auto reflexión y un encubierto subtexto metalingüístico. Reafirma categóricamente esa ruptura o superación del pasado, la necesidad del respeto a la idea primigenia, como origen de todo, pero la asunción de que esto debe ser otra cosa indispensablemente. Una idea que se representa con guiños metalingüísticos incluso, no sólo desde los aspectos más evidentes de la trama (muerte de mitos), sino con escenas conceptuales como la que nos dedica Johnson con la aparición de Yoda, cuestionando el apego absurdo al pasado, un pasado que genere inmovilismo y falta de evolución. Y eso da pereza, da miedo, sobre todo al fan que vivió el mito en la infancia o adolescencia y ahora quiere sentir lo mismo a los 40 o los 50 con los nuevos episodios, algo completa y necesariamente imposible.





Cuando Snoke ridiculiza el uso la máscara a Kylo estamos asistiendo al cambio de modelo, una máscara que muchos querían mantener (¡lo que tuvo que aguantar Adam Driver al quitársela! Un buen actor que ha trabajado con Spielberg, los Coen, Scorsese, Soderbergh, Jarmusch, Gilliam…), plasmando la muerte de aquella ingenuidad, el icono, por algo más complejo, más adulto. Curiosamente, actor y director han logrado su propósito, casi nadie se acuerda ya de la máscara y están comprendiendo a Kylo Ren como uno de los personajes más interesantes de esta nueva trilogía.

Además Johnson redefine la figura del héroe, manteniendo su esencia. Ya no procede de un elitismo, de una genética, de un don divino, sino de la elección individual. El respeto es el mismo, pero se amalgaman todas las figuras hasta fundirse y confundirse, el antiguo Han y el antiguo Luke en un Poe una Rey o un Finn. Donde todos buscaban paralelismos y a la nueva versión de su héroe o personaje predilecto, tenemos una amalgama en todos ellos completamente mezclados. Donde las virtudes y los defectos están combinados, porque es la oda al gris. Donde apenas hay maestros o están condenados a morir.





La misión que emprende Rian Johnson y Disney es compleja, porque no va (ni puede ir) destinada solamente a su público potencial, el infantil y adolescente, sino también a aquellos que fueron niños y adolescentes hace 40 años y que siguen atrapados en “La Fuerza”. Pero, ¿cómo manejar a estos? ¿Dándoles más de lo mismo, como se criticó a la primera entrega de la nueva trilogía (El despertar de la Fuerza)? ¿Entregándoles algo que les hizo disfrutar cuando eran adolescentes? ¿Dando un tono más acorde a su edad sin perder el vínculo con aquello que fue? ¿Cómo se hace eso? Si cedes al público cuarentón, te arriesgas a perder al más joven, que está en una onda completamente distinta que la que había hace 40 años, ¿es eso conveniente? ¿Los adolescentes de hoy valoran lo mismo que los de hace 40 años, verían Star Wars como algo nunca visto o tras el universo Marvel y el auge de la era digital hay que engancharlos de otra forma, ofreciendo algo distinto?

Valorar o querer sentir lo mismo que te transmite una película con 12 años a los 40 es absurdo. ¿Cómo vas a sentir lo mismo? ¡Y si sientes lo mismo no será por las mismas cosas! Preguntad a los chavales qué les parece, no os lo preguntéis a vosotros mismos.

Johnson ha apostado por un cambio radical, que será tremendamente criticado como lo fue la anterior, que básicamente repetía ideas de la trilogía original, puede que aún más, ya que los cambios son peor recibidos casi siempre, pero su valentía resulta satisfactoria porque hace evolucionar a un mito hacia algo que se venía atisbando largo tiempo, que da cosas a las nuevas generaciones para que la llama de la Fuerza siga con la misma energía.

Son absurdas las críticas a la evolución de Luke, así como llegar a pensar que se convierte en un ser perfecto sin debilidades. Ni Yoda ni Obi-Wan coincidían en todo. Luke sigue el mismo camino, cada uno con sus motivos (no tan diferentes en sus alumnos díscolos), que su maestro Obi-Wan, al que conocimos también como un ermitaño apartado del mundo. Son absurdas las críticas a Leia ejerciendo la Fuerza, algo que muchos pedían, que se intuía, de hecho era algo casi necesario en alguien que no ha practicado esas virtudes, y me parece absolutamente lógico que la manifestación de su poder llegue en un momento extremo, no para levantar unas piedras… Me parecen absurdas y poco concluyentes la mayoría de críticas leídas, basadas más en la propia obsesión y amor hacia el mito que los impulsa a “su” idea personal, que nunca será saciada o complacida, para los que no tocar la saga hubiera sido lo mejor. Y quizá tengan razón, pero el hecho es que todos hemos aceptado los nuevos capítulos, así que hay que limpiar la mente.

Aunque se han procurado dar ciertas explicaciones a defectos e incongruencias de la anterior, son poco concluyentes, y además se sigue sin dar respuesta al contexto genérico de la situación de la galaxia, el por qué se está en esta situación, qué ocurrió tras derrumbar al Imperio…

No se preocupen los odiadores, aunque la mayor parte de la crítica ha elogiado la película, muchos fans están disgustados con la vertiente oscura que se le ha dado a Luke Skywalker, aspecto que el propio Mark Hamill comparte y con el que estaba (y está), poco conforme. Claro, es lo que tiene cumplir años, lo que vemos de una forma a los 15 suele haber cambiado a los 50, lo que ves de una forma como alumna da una vuelta completa cuando toda ser maestro, lo que parece cuando eres hijo no es cuando eres padre…

Y claro que hay defectos. El más evidente es que toda la trama que tiene que ver con Benicio del Toro, el descenso a Canto Bright, no aporta absolutamente nada (más allá de los citados subrayados), pudiendo prescindirse de ella de pleno sin que la historia se resintiera, y además tiene ciertas insinuaciones políticas, ideológicas, que sobran completamente en la saga. Además Disney va a hacer su agosto con la cantidad de bichejos entrañables y “¡tan ricos!” que ha incluido en la película, y que son legión, sin mucho sentido (esos pingüinos gritones, los animalicos de cristal, los que usan de caballos de carreras… Porgs, Vulptex, Faithiers, para los que quieran los nombres oficiales). Todos tienen caras achuchables y son tan encantadores como intrascendentes.

Por lo demás, me deja perplejo el tipo de “errores” o “defectos” que buscan a la película para denigrarla o tirarla, la mayoría insertados de lleno en el mero gusto personal.


En definitiva, la película más compleja y arriesgada del toda la saga, que con el tiempo, si todo va bien, debería ser reivindicada.


20 comentarios:

  1. INCREIBLE!! Necesitaba leer algo así!! Coincido en la mayoria de argumentos, iba al cine asustado con tanta critica de la gente, pero he salido feliz de no haberme encontrado algo muy tipico y que haya sido tan complejo, sobretodo las complejidad de los personajes.Si que hay un poco de pesadez en distintas partes de la pelicula, pero se solucionan y dan paso a grandes cosas. Que opinas de el personaje del General Hux?? A mi es de lo poco que no me calado... Enhorabuena por esta estupenda critica!!

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    1. Muchas gracias, Javier! Me alegra que te haya gustado tanto la película como el análisis.

      Del General Hux comparto tu opinión, no es que me desagrade, pero es poco concluyente, con un algo humorístico que hace que no te lo puedas tomar muy en serio como amenaza jeje.

      Un abrazo.

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  2. En general bien la peli. Sin embargo, momentos muy muy lentos y realmente tediosos y una gran, enorme sensación de vergüenza ajena cuando Rey le dice al chico malote Kylo cuando va enseñando pechote...Ponte algo encima!!
    Se supone que el contacto telepático tiene un componente místico, y más bien parece en cada escena una vídeoconferencia de Rajoy desde Berlín.
    Por lo demás, realmente cierto que Poe es un perfecto idiota, y es muy pobre la comparación de pícaro simpático con el maravilloso Han Solo.
    La estética muy cuidada y fantástica. La ambientación Zen-Ninja de la sala del emperador es absolutamente acojonante, con una escena de lucha tremendamente buena. Por cierto, esa especie de luchadores de kendo con armaduras rojas...¿no serían los compañeros de Kylo que huyeron con él de la escuela jedi de Luke? (una aportación de mi mujer, caso típico de sagacidad femenina).
    En fin, en general buena peli, pero alargada en media hora, con una abuso del dúo Pimpinela de los poderes mentales, y una pseudo historia de amor interracial entre el piloto negro y la enanita oriental que da casi vergüenza ajena.
    Lo mejor, sin duda, la búsqueda de nuevos caminos huyendo de la añoranza casi enfermiza de la anterior peli, y sobre todo como bien dices, los grises, la huída de la dicotomía blanco-negro tan típica de la saga.

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    1. Muchas gracias por tu aporte y valoraciones, Desconocido. También los de tu mujer!

      Jajaja el "Dúo Pimpinela de los poderes mentales", es bueno.

      Un saludo!

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  3. El problema en este Episodio VIII es que el simbolismo intrínseco en STAR WARS de la esperanza perpetua en cualquier circunstancia aquí está erradicado. Se nos sumerge a la fuerza en una visión (Johnson) pesimista que no está en consonancia con el significado para los fans auténticos.
    No es mala idea en cualquier otra cinta. Pero si en STAR WARS. Luke es el símbolo eterno de la esperanza. De que todo es posible con él. Aquí diría que incluso se le fuerza en un lado cómico que ni le pega ni lo necesita. Diría que Mark Hammill también piensa igual.
    El problema de base desde las precuelas es querer lo imposible. La sorpresa ya pasó. Nada puede ser como en 1977. Y eso hay que reconocerlo y aceptarlo. Cosa que poca gente ha hecho y no están dispuestos tampoco diría.
    The Last Jedi como película es buena. Muy buena. Pero STAR WARS es otra cosa. STAR WARS son los sueños vírgenes e inocentes. Los cambios son difíciles de aceptar

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    1. Muy buenas algunas de tus reflexiones, Anónimo. Podríamos debatir otras. Luke muestra debilidad en muchas ocasiones, por ejemplo en sus entrenamientos con Yoda, son aspectos que considero lógicos y normales. Como le ocurría a Obi-Wan.

      En cualquier caso, muchas gracias por tu aporte, es muy interesante y haces reflexiones que considero muy ciertas.

      Un saludo!

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  4. Sambo, genial como siempre. La debilidad de Luke le da al personaje una gran autenticidad, y eso hace que aún te alegres más al final que consiga engañar a la fuerza bruta de Kylo, y que con su astucia salve a todos sus amigos.

    Entronco a Luke con nuestra situación actual del madridismo. Con todo en contra, con un entrenador en principio débil, con un presidente en principio cobarde, y con unos jugadores en principio ya mayores y vedettistas, y sin la fuerza bruta del dinero y de los árbitros de sus rivales, cada partido ganado sigue siendo una esperanza en la lucha contra el mal del imperio Farsa, aunque Messi es un gris muy blanco, y lo que más pena nos da a los de la Resistencia, es no poder disfrutar con placer de sus jugadas. Un saludo Mr Sambo.

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    1. Muchas gracias, Caba. Muy de acuerdo con lo del personaje de Luke, que creo sale engrandecido en esta película.

      Sepa usted que me costó contenerme para no poner paralelismos con el Madrid, ciertamente jaja

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  5. Muy de acuerdo. En mi reseña no he querido mencionar la parte del casino y me he centrado en lo mal integrado de Benicio del Toro, pero estoy totalmente de acuerdo al respecto.

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  6. Feliz año nuevo a todos.

    Califico esta película como infantil, pero aún asi, entretenida, para pincharla en Antena 3 un domingo cualquiera, me vale.

    No la volveré a ver por propia iniciativa.

    MOVIDAS LAMENTABLES:

    - SuperLeia (¿no podían haber utilizado ese plano para darle un digno final, con un año entre el fallecimiento de Carrie Fisher y el estreno?)
    - Muerte de Snoke (yo pensaba que iba a resucitar o algo, ¿cómo es posible que muera de esa forma el tipo que Gobierna TODA la Galaxia con puño de hierro, que demuestra tener superpoderes increíbles, etc, etc???? )
    - El General ese que no sabes si está de coña o es así de tonto.
    - Carisma de protagonistas INSIGNIFICANTE, en comparación con cualquiera de la Saga original y los de las precuelas.

    Kylo Ren perdería en la comparacíon con cualquier villano decente del cine en general, porque compararle con Vader sería demasiado insultante...

    Volví a ver anoche Rogue One y me parece que consigue enganchar de forma magistral, al viejo público fan de la primera trilogía, y también al nuevo, sin tanta tontería y chistecito casposo, y con actores semidesconocidos también.

    El último episodio de esta nueva Trilogía lo debería dirigir Gareth Edwards, si lo que se pretende es hacer algo especial.

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    1. - No he visto a Snoke demostrar tanto poder. Sí es cierto que su muerte resulta algo anticlimática, pero lo que llega después me satisface mucho más que cualquier lucha climática con Snoke. Tu crítica es válida, pero para mí el sacrificio merece la pena.

      - SuperLeia: pensé que también iban a cargársela ahí para quitarse problemas con la muerte de la actriz, pero no lo veo descabellado. Es una Skywalker y la fuerza también manipula al usuario. El fallo lo veo no tanto en el uso de la fuerza, sino en que haya sido en una manera tan espectacular; podría haber sido mejor que se produjera de un modo más sutil.
      - Kylo Ren le da mil vueltas al Vader de los episodios V y VI, que viene a ser un villano de tebeo (aunque muy bueno, eso sí, el mejor de lejos de este tipo, villano topérrimo).
      - Tengo que revisar Rogue One pero aun así dudo muchísimo que me guste. Sí creo que mi hateo se reducirá mucho. Gareth Edwards no dirigió mal, pero preferiría tenerlo fuera de la saga principal. Me vale en spin offs.
      - En cuanto al carisma, es menor que el de las originales, a Ren le fastidia más que nada la cara de pingüino de Adam Driver. Pero olvidando su cara de loser es excelente. Los de Rogue One esos sí que tienen cero carisma. Tras acabar la peli no recordaba el nombre de ningún personaje salvo la protagonista de tanto repetirlo, tras un año ni el de ella.
      - En cuanto al general, ahí estoy de acuerdo que es un personaje un tanto flojo. En el ep VII pensaba que podría ser digno sucesor de Tarkin, pero en esta tiene momentos que lo convierten en un hazmerreír. Deberían haberle dado más seriedad, que no estaría reñido con enfrentarse a Kylo y recibir alguna caricia con la fuerza.
      Para chiste el discurso "motivador" de la protagonista antes de la batalla final, parece escrito por Elan, de Order of the Stick.

      Feliz año nuevo.

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    2. No puedo con Kylo Ren, me parece un error de casting brutal. Salvo Poe, todos los demás personajes me parecen irrelevantes y poco trabajados, simplemente comparas el entrenamiento de Luke con Yoda (que tampoco es exagerado) y el que recibe Rei..... No están bien trabajados los personaje, en mi opinión, no me los llego a creer ni a empatizar con ninguno.

      Sí que admito que resulta interesante en el desarrollo de la Saga, lo que comentas de los grises de la peli, el tema de que una decisión que parece que es la mejor, al final no lo es, y que la percepción de algunos personajes vayan variando durante el metraje.

      El tema de Rogue One, es que no hace falta recordar a nadie, sólo al responsable del fallo estructural de la Estrella de la Muerte, que es lo que da sentido al spin off, y ahí Mikelsen está bien, y el General del Imperio, le da mil vueltas al de el Ultimo Jedi, los demás protagonistas, son prescindibles, y en su papel de soldados, deben ser así. A mi me cuadra.

      El final de la película es apoteósico, 20 minutos acojonantes y ese Vader cargándose a espadazos láser y efectos de la fuerza a los soldados, y enganchando con el Episodio IV de manera magistral, para mi es de lo mejor todo Star Wars.

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  7. Esta última entrega se regodea en las sorpresas y los giros. Me encanta leer que espectadores que la critican o elogian no vieron venir lo que vino. Claro, a unos no les gustó, a otros les encantó, depende de esa visión de la que hablo en el artículo.

    A mi la muerte me Snoke me parece sorprendente y, finalmente, magistral. Se tiende a poner al lado Oscuro como algo sin fisuras, sin grietas, mucho más poderoso, cuando en realidad no es así, como explican Yoda y Ob-Wan en ocasiones. Se distinguen más fácilmente las debilidades en la Luz, por la piedad, la bondad… Pero es que el lado oscuro, como extremo que es, también las tiene. Esa muerte escenifica de manera magistral todo eso, las debilidades y fallas del lado oscuro: obsesión, cerrazón de miras, fanatismo. Snoke pierde el foco en su odio, en su confianza por el temor que produce y el fanatismo que inculca a sus acólitos, y lo paga por eso de la manera más minimalista. Compensado con la lucha posterior.

    Absolutamente coherente con ese juego con los grises, donde se mueve, confuso aún, Kylo Ren. Cuanto más lo pienso más me gusta. Jajaja

    La misma sorpresa que produjo lo de Leia, lo de Holdo, lo de Luke al final.

    Sobre Leia, reitero que ese uso de la Fuerza en una situación tan extrema es lógica, lo hemos visto más veces en evoluciones de este tipo.

    Lo del general creo que es bastante unánime. Le ponen ojerillas para que parezca más malo y tal, pero claro jajaja.

    A mí también me encantó Rogue One.

    Sobre Adam Driver ya he comentado. Entiendo que su rostro desconcierte, pero es un estupendo actor. Quizá provoque lo mismo que al ver el rostro de Vader, que dejó perplejo a todo el mundo… Es un villano que no lo es tanto, esa cara ambigua creo que es un acierto, pero también entiendo que disguste cuando se espera otra cosa. Si van en la dirección que han tomado me resulta un villano excepcional, rico y distinto.

    Un gozada los comentarios críticos y los que no!

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    1. Con Vader sí se había creado en el espectador una curiosidad por saber qué había debajo de la máscara, me parece diferente al caso de Kylo.

      Sigo pensando que no da la talla como villano, aún entendiendo que se trata de un personaje aún en evolución, pero creo que es exactamente por eso, por lo que no llega.

      Uno espera mucho más de un tipo que manda en toda la Galaxia (como me pasa con Snoke que, momentos antes de morir, encima se jacta de ser el responsable de manejar las mentes de los protagonistas para generar la conexión entre ambos, vaya manejo, sí.. jajaja... ).

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    2. Es que el gran villano, el de los grises, es Kylo. Matar a Snoke es demostrar quién era más poderoso en realidad, o más brillante. El tema de la máscara creo que está también muy bien explicado en la película, cómo se la ridiculiza. Ahora la máscara resulta un recurso infantil que antaño sí funcionaba. Me fascina la autoconsciencia de la película y el mito.

      Qué feo es Snoke. La maldad no sienta bien al cutis! Jajajaja

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  8. Está bien explicado el tema de la máscara, sí, eso lo admito, pero me sigue sin convecer.... será cuestión de gustos... El caso es que no empatizo con nadie de la película, y eso, para mi, la mata....

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    1. Eso es cierto, si no se empatiza te mata todo. Me ha jorobado buenas películas ese aspecto. Reconociendo que son buenas tras analizarlas y tal, pero que no me llegan ni me apetece volver a verlas...

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  9. Existen dos tipos de fans,los viejos como yo que vivimos la experiencia de ver la guerra de las galaxias en el cine y de disfrutar con las secuelas donde el inicio es espectacular seguido de una trama que engancha para terminar en grandes batallas,eso hace grande a star wars y despues estan los jovenes fans nacidos y crecidos rodeados de mil y un efecto especial con poco criterio y que disfrutan con historias dentro del marco de star wars,,the last jedi fui a verla esperando respuestas y batallas y me encontre mas preguntas despues de que el director intentase borrar el despertar de la fuerza para posteriormente encontrarme con unos superheroes que luchan contra los spaceballs, sin gasolina y con humor para crios con historias sobrantes como la de flin y como fondo la pelea de novios re rey y kiko rent,,y no me acuerdo de mas,,en 1978 hicieron un especial de navidad con la familia de crewbaka fue una curiosidad ,pues el episodio8 la pondre a su lado.

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    1. Gracias por el aporte, Anónimo. Siento que no te gustara la peli.

      Un saludo!

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