“Birdman” pretende ser una visión global y ambiciosa de todo
lo que rodea la dramaturgia artística, sea de cine o teatro, fundiendo
metalingüísticamente sus aspectos externos e internos, pasando del camerino y
las bambalinas a los ensayos, preestrenos y estrenos, además de toda la
parafernalia de periodistas, el sufrimiento del actor y el proceso creativo, crítica
y público, sin pausa…
La esencia conceptual de la película es metalingüística,
desde su concepción en falso plano secuencia a ese juego donde se escenifica todo lo que rodea a una obra
teatral y su duelo con el cine hollywoodiense, una manera de borrar las líneas
que separan vida y arte, de hacer un discurso de más enjundia sobre el tema de
la dramaturgia y su esencia. El plano secuencia fusiona teatro y cine, veremos
los ensayos con sobreactuaciones actorales y una cámara circular que pasa del
camerino a dar vueltas por la mesa donde se ejecuta dicho ensayo de manera que
todo se hace uno…
-El uso de las elipsis en la película supone una reflexión
sobre el lenguaje cinematográfico, con el cual se juega, estira y pervierte
para sacarle todo el partido posible a su propuesta, en coherencia con la
concepción metalingüística de la película.
-Las referencias cinéfilas, literarias o teatrales serán
constantes, un elemento más que añadir a esa aspiración metalingüística. Todo
en unos diálogos que son uno de los puntos más fuertes de la película. Eso sí,
Edward Norton se ve obligado a citar mal a P.T. Barnum, al que se le adjudica
erróneamente la frase “A cada minuto nace un idiota”…
-Metacine con Woody Harrelson y “Los Juegos del Hambre”,
Michael Fassbender y “X-MEN”, Jeremy Renner con “En tierra hostil” (Kathryn Bigelow, 2008) y “Los vengadores” (Joss Whedon, 2012)… que dejará frases gloriosas…
Geraldine Page, Helen Hayes, Jason Robards, Marlon Brando… Un
vagabundo recitando Macbeth de Shakespeare… Más nombres, en este caso referidos
a su talento teatral.
“A otro que le han puesto una capa… ¡No se salva ni Dios!”
¡Más madera! Goldie Hawn, Michael Jackson, George Clooney, Farrah Fawcett, Gustave
Flaubert, “el tío de American Pie”, Martin Scorsese, Ryan Gosling, Justin
Bieber… Raymond Carver, el mentor algo borracho de Riggan y autor del texto que
se adapta en la obra “What we talk about when talk about love”.
-El humor se filtra en todo momento por los resquicios
dramáticos de la obra, uno de los más destacados ingredientes de la película,
que tiene en los excelentes diálogos su pieza clave. Da gusto poder disfrutar
de diálogos trabajados y elaborados, de calidad, que escasean mucho en el cine
actual. Diálogos con ingenio e inteligencia. Diálogos donde las referencias
cinéfilas y artísticas son constantes además.
Hay más ejemplos del uso del humor, por ejemplo las
coincidencias, como esa escena donde buscan un actor y aparece Lesley (Naomi
Watts) con la respuesta a sus inquietudes. Un clásico tan sencillo como
efectivo. Se concluyen muchas escenas con algún toque de humor, especialmente
cuando se pretende relajar algún momento dramático. La escena de la bragueta,
por ejemplo. Más recursos, contradecir con un acto la frase que se dice justo
antes, por ejemplo: “A la gente de aquí se la sudas”… Y aparecer unos fans de
Keaton.
Tronchante es la escena de Riggan dándose un paseo casi
desnudo por Broadway tras ver a su hija acaramelada con Mike y quedarse fuera
del teatro al fumarse un pitillo. Hay mucho de vodevil, enredo amoroso y
comedia dramática, para añadir a los guiños teatrales y metalingüísticos.
-La novia de Riggan, Laura (Andrea Riseborough), dejará otro
detalle metalingüísitco y muy teatral, cuando se dirija a cámara para
explicitar una elipsis, recolocando al espectador temporalmente, haciéndole
consciente de que, aunque no haya habido corte, el tiempo ha pasado.
-La propia esencia del film, donde vemos escenificadas las
ideas de Riggan sobre sus súper poderes, que llega a creerse, es
metacinematográfica, jugando con los elementos del cine y los efectos
especiales para recrear su perturbación, ajeno al realismo o la verosimilitud,
pero Iñárritu no pretende ocultarlo, ya que contradice esas mismas
escenificaciones explicándolas en varias ocasiones, exponiéndolas como falsas.
La más ambigua es la del inicio, cuando un foco cae en el
actor sobreactuado y Riggan manifiesta que ha sido un acto de su voluntad, no
un accidente, lo que lleva a la ambigüedad y al desconcierto al espectador.
-El primer preestreno, con el excelente monólogo de Keaton
que queda interrumpido por un borracho Norton, es otro ejemplo de metalingüismo,
un guiño a la propia película, cuando destroza el escenario y reflexiona sobre
la mentira del teatro ante el público.
-Otro detalle metalingüístico, los mutis teatrales, los
veremos en numerosas ocasiones, mutis de los personajes o de la propia cámara…
Del mismo modo tendremos repentinas y oportunas apariciones, recursos muy
teatrales dentro de un film muy particular.
-Las críticas a la crítica, sea frívola o especializada, a
la prensa sensacionalista e indocumentada, o a la sesuda y snob que cita a
filósofos franceses (Roland Barthes) para reflexionar sobre el cambio del cómic
a Carver, también son aspecto de ese fresco global que pretende “Birdman”. Así
se reflexionará sobre ese paso del actor del cómic a Raymond Carver.
“Un hombre se convierte en crítico cuando es incapaz de
hacer arte del mismo modo que se convierte en espía cuando no puede ser
soldado”. Citando a Gustave Flaubert.
La crítica, tan odiada como codiciada. Habrá dos
encontronazos con la crítica más reputada, la que todos temen, de la que todos
quieren una buena crítica, Tabitha (Lindsay Duncan). El primero será con Mike,
desafiante y egocéntrico, pero aunque le lanza invectivas nada amables, parece
confiar en su buen criterio. Riggan, temeroso, se hará el despistado y
escurrirá para no cruzársela…
-Tabitha: ¿No te preocupa que alguna vez te haga una mala
crítica?
-Mike: Seguro que la harás. Cuando mi interpretación sea
mala.
El segundo encuentro será con Riggan y dejará buenas reflexiones sobre la crítica, especialmente en los aspectos más negativos. Se intuye cierto resquemor en los responsables de la cinta, pero se aliviará el asunto en las conclusiones. Magníficos diálogos donde aunque son ciertos algunos de los argumentos de la crítica Tabitha, se recurre en sus líneas de diálogo más a la brocha gorda y el cliché, algo en lo que también cae en ocasiones el personaje de Riggan, pero que cuando concreta sus argumentos, esa crítica a la crítica resulta excelente, con verdades como templos comprobables en el 98% de los casos, donde esas críticas que todos podéis leer son pura opinión sin más fundamento que un gusto personal basado en la nada, la etiqueta, sin argumentos técnicos o conceptuales que las sustenten, meras comparaciones efectistas buscando un juego literario a menudo mediocre. Por fortuna vosotros estáis en Cinemelodic, y aquí tenéis todo lo contrario.
“Oiga, ¿qué tiene que pasarle a uno en la vida para llegar a
decidir que quiere ser crítico?” “Usted la pone etiquetas a todo. ¡Joder, eso
huele a vagancia! Usted es una vaga de cojones.” “Confunde todos esos ruidos
que oye en su cabeza con el conocimiento”. “Aquí no hay nada sobre la técnica,
no hay nada sobre la estructura, no hay nada sobre la intención… Sólo hay un
montón de opiniones cutres que se apoyan en una puta mierda de comparaciones…
Es así, escribe un par de párrafos y, ¿sabe qué? Ninguno de ellos le cuesta un
puto esfuerzo.”
Curiosamente, y lo que da profundidad y complejidad al
asunto, es que Tabitha hará una crítica que convertirá en leyenda a Riggan,
deshaciéndose en elogios por su trabajo. Es excepcional el momento porque
podemos verla entre el público, será la única que no se levante ni aplauda,
incluso se irá de allí antes que nadie, pero finalmente se comportará como una
competente profesional, valorando justamente el trabajo de nuestro
protagonista. De alguna manera hizo su función, llevo al máximo, al límite, a
Riggan.
-Birdman nos recuerda a Batman, superhéroe que interpretó
Michael Keaton en los 90 con Tim Burton, papel que no le llevó al estrellato
como se podía esperar, con lo que todo esto se convierte en puro metalingüismo
a muchos niveles. Birdman, además, fue el primer borrador para Batman que hizo su
creador legal, Bob Kane, que lo llamó así para luego convertirlo en el hombre
murciélago.
-La escena que simula una superproducción hollywoodiense de
superhéroes y el bello y divertido vuelo de Riggan convertido en una especie de
suicida primero y superhéroe después, es otro guiño metalingüístico a esa lucha
entre cine y teatro, comercialidad y prestigio… La conclusión de esta escena es
puro metalingüismo también, pasando del “vuelo del superhéroe” a un viaje en
taxi que fue el modo verdadero de desplazarse del protagonista.
-El día del estreno, en la escena de la conclusión, donde
Riggan intenta suicidarse, variará el texto, que de alguna forma vuelve a
identificar con su vida.
“No existo. Ni siquiera estoy aquí”.
Interesantísimo…
ResponderEliminar…señor crítico cinemayográgico…
Si fuera cineasta o actriz, me encomendaría a los Dioses para q te gustara mi trabajo…
Eres justo y preciso. Observador y cimpetente. Un profesional. El mejor.
Espero la siguiente.
Gracias y besos.
Cinematográfico* ;-P
ResponderEliminarLo entendí! Un beso Reina!
EliminarGracias Reina!!! Jajajaja, has visto que Keaton excluye impícitamente Cinemelodic de sus quejas jajajaja
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