Por supuesto, “Perdida” es también un estudio completamente
actual sobre cómo funcionan los medios de comunicación, el poder de la apariencia, el
amarillismo, la opinión publicada y un sistema de control mediático que aspira
a ser un Gran Hermano juzgador con el prejuicio como principal valor.
Amy Dunne (Rosamund Pike) viene a dilapidar eso también, a destruir ese
sistema de control amarillista, de vigilancia y prejuicio, desde dentro. Esta
mujer nietzscheana se sirve del sistema para reírse de él, para descubrir su
mediocridad, su debilidad, su mezquindad, se erige por encima de ese nuevo dios
creado por la sociedad, el dios mediático. Lo vampiriza y corrompe desde dentro,
con las armas propias de dicho sistema. Es la derrota de ese sistema por la novia de
América, título que le otorgó el propio sistema.
-Amy usará falsas pruebas médicas, las nuevas tecnologías,
utilizará el conocimiento de las rutinas procedimentales de la policía, dejará
rastros oportunos para el seguimiento tecnológico de sus pasos llevándoles por caminos falsos, ocultará los que convienen, manejará la sensibilidad de los
medios de comunicación basándose en su cultura del tópico y el prejuicio,
usando la sensiblería, la mujer embarazada, el maltrato… Pura fachada, pura
apariencia.
-La importancia de las apariencias se trasluce en todo
momento durante la narración y Fincher se ocupa de resaltarlo con multitud de
detalles sutiles dentro del desarrollo narrativo. Un primer ejemplo minimalista
lo tenemos en un inocente comentario de Margo (Carrie Coon) a su hermano, aconsejándole el
mejor look para parecer más desamparado ante los padres de Amy, no ducharse ni
adecentarse tanto. Es decir, aparentar para hacer creer, que el resto use el
prejuicio en base a la forma, a la apariencia. Unos padres con los que tendrá
una relación ambivalente y en forma de montaña rusa.
-Nick, al contrario que Amy, no controla los medios ni su
funcionamiento en el mundo, es más simple, ingenuo, un tipo de papel que a Ben
Affleck le va muy bien. Es por ello que sus comportamientos no tienen doblez,
no tienen mala intención, cae en tópicos o gestos habituales, lo que él cree
que es acertado para quedar bien. Dos ejemplos, la sonrisa bobalicona junto a
la foto de Amy en la rueda de prensa y la foto que se hace con la friki que se
le acerca y de la que se arrepiente al instante. En ambos casos pretende quedar
bien, dar una buena imagen, pero se usará en su contra, la imagen y la
apariencia será manipulada y retorcida en base al prejuicio.
-La crisis, otro recurso ineludible en nuestros tiempos y
que es uno de los contextos de la historia, será usado magníficamente a nivel
narrativo, es la justificación al deterioro del matrimonio, y por Amy para
acusar a Nick de forma torticera, donde fondos de un millón de euros son causa
de reproches y recriminaciones, para manipular a todo el mundo. La crisis,
tópico y condena de nuestro tiempo para justificar absolutamente todo.
-Más fachada e imagen, una orgía de la hipocresía, la escena
de la reunión para colaborar en la búsqueda de Amy, con grupos de mujeres
ávidas de codearse con un “famoso” y la aparición del ex novio de Amy, Desi
Collings (Neil Patrick Harris). Esta escena llega a su clímax con la friki que
se hace la foto con Nick, de la que se arrepiente al instante porque sabe cómo
será utilizada por la opinión pública, y con los comentarios del policía a su
jefa acerca de lo poco que le gusta el angustiado marido, acusándole de fingir,
precisamente.
-La televisión es pieza indispensable en este mundo de
apariencia, mentira, prejuicio e hipocresía. Habrá dos presentadoras, una rubia
que conduce un programa amarillista y feminista que interpretará cuanto ve en
base a esos dos postulados, recreándose en el prejuicio, insinuando incestos
entre Nick y su hermana, acusándolo de ser un asesino y un psicópata… y que
cambiará como si tal cosa cuando aparezca Amy, siendo la que haga la entrevista
final a la pareja. Además no reconducirá su proceder tras el error, una vez se
le cae una víctima, Nick, le emprenderá con el asesinado Desi, sin escrúpulos.
La segunda presentadora es la exitosa conductora del programa donde le hacen la
entrevista a Nick con tan buen resultado
para él, y donde el protagonista fingirá devoción por su esposa, de nuevo
utilizando los medios y la apariencia para sus propósitos, para llegar a la
superficial masa. Antes de dicha entrevista veremos a Nick ante espejos,
regodeándose en la mentira que va a soltar. El mismo Nick se reirá de todo esto, reflexionando sobre cómo pasa la gente de odiarle a amarle sin solución de continuidad.
-Nick (Ben Affleck) intentará por dos veces dar la vuelta a la tortilla de
la opinión pública saliendo a la palestra a usar los medios, a dar la cara. Una
con el discurso ante los congregados junto a su casa para aliviar las dudas que
se ciernen sobre él, con éxito hasta que llega la vecina para calumniarle y
anunciar el embarazo de 6 semanas de su desaparecida esposa, y la segunda en el
programa mencionado de televisión, donde logrará cambiar en parte la visión que
se tiene de él. De nuevo la apariencia, la fachada, la televisión, como
generadores de juicios más allá de los hechos. Nick lanzará un mensaje directo a
través de la televisión a su esposa, un mensaje lleno de mentiras y gestos
privados que provocarán el regreso de Amy.
-Curiosamente, en una cinta que apuesta por la apariencia, la
pose como forma de resultar creíble, de que te crean, de llegar a la masa,
habrá un momento donde el protagonista decidirá ser completamente honesto con
la policía y contarlo todo, confesar cualquier duda o secreto mientras su
abogado busca a su esposa que sabe viva. El abogado recomienda todo lo
contrario, nada de verdades… La verdad en el mundo de “Perdida” y en nuestra
sociedad es una paria.
-La escena final volverá a ser pura mentira, falsedad y
apariencia ante las cámaras que las convierten en verdaderas o reales para el
público. Amy aleccionará a su marido sobre lo que tiene o no que decir del
mismo modo que lo hacía su abogado antes de la otra entrevista. Veremos a Nick
ante un espejo también ensayando como desenmascarar a Amy, algo que
ella evitará con la noticia del embarazo.
-Amy se pondrá de nuevo a actuar en la casa de Desi,
fingiendo una apariencia de felicidad para confiar a su supuesto carcelero,
simulando ser violada y agredida para que lo capten las cámaras, ese medio para
la mentira, la farsa y la apariencia, manipulable. De nuevo Amy usando todos
los elementos a su disposición, la tecnología y el uso del prejuicio para lograr
un propósito.
-La propia Amy reconocerá que fingió ser quien no era, y que
sabe que su marido hizo lo mismo, intentado aparentar la mejor versión de sí
mismos, o una falsa pero complaciente para el otro, para así lograr sus
propósitos.
“Realmente esperaba que le amara sin condiciones”.
La escena más impactante de la película es el asesinato de
Amy a Desi. Tras fingir deseo por él y elaborar de nuevo concienzudamente un
plan mortal, le cortará el cuello con un cutter justo en el momento de la
eyaculación. Es especialmente impactante por el reguero de sangre que cae de Desi
al cuerpo de Amy, algo que Fincher logra gracias a esa fotografía de tonos
fríos que nos ha ido acompañando durante todo el metraje, es un bautismo de
sangre, una resurrección casi ritual de una nueva Amy, que ya está dispuesta
para volver con su marido. La ducha privada junto a Nick que veremos
posteriormente incide en la idea de depuración y renacimiento, cual ave Fénix,
de la relación de ambos protagonistas. Ducha supuestamente depuradora. Como
curiosidad mencionar que Ben Affleck tiene el culo muy metido para dentro…
Es aquí donde encaramos el tercio final con el último giro,
el regreso de Amy como si no hubiera pasado nada… Tirando por tierra todo el
castillo de fatuidad montado contra Nick, su condena, exculpándolo con su
aparición.
Una sociedad enferma.
Una sociedad vertebrada en el prejuicio, en el
desconocimiento, que Amy retrata en el fondo para usarla, que sabe que
venerarán a embarazadas, que creerán sus historias de maltrato, que viven para
la apariencia, el morbo, que sus valores son de quita y pon, manejados según las
circunstancias y aplaudiendo una cosa y la contraria sin rubor, como se
escenifica en el programa amarillista feminista…
La superficialidad de esa masa indefinida e infinita que
hace sus valoraciones en función de lo que dice la televisión o presentadoras
desquiciadas, queda escalofriantemente
patente.
Un sutil ejemplo, dentro de todos esos grandes detalles de
puesta en escena a los que Fincher no parece dar importancia pero de los que
deja constancia, de esa sociedad empobrecida, mezquina, morbosa, lo tenemos en
un fugaz plano de Affleck pasando frente a su bar que está abarrotado de gente
morbosa esperando ver al supuesto asesino o a alguien relacionado con el caso
que sale en las noticias…
Hogar, único reducto de pura intimidad.
Con todo lo mencionado acerca de ese mundo globalizado donde todo se comercializa, todo se publica y todo se generaliza cogiendo la parte, el rumor, la apariencia o la sugerencia por el todo y la verdad absoluta, descubrimos que el único lugar para la verdadera intimidad, para la verdad, aunque sea infernal, es el hogar, el domicilio. Incluso en la conversación cara a cara a nivel particular. Así lo comprobamos constantemente, habrá verdad en las conversaciones de Nick con Margo o con su abogado. Es allí donde conocemos y se nos muestra a la verdadera Amy, en esa ducha privada ajena a micrófonos o cualquier invasión de esa intimidad o en la segurísima casa de Desi. En la casa del ex novio de Amy volvemos a ver a la verdadera psicópata, mientras que lo que sale a la luz exterior, mediante cámaras, es su manipulación, la realidad alterada, falseada. Un hogar que nos muestra la verdad en intimidad, que a menudo es infernal.
Esto se retrata en ese alargado final una vez han pasado los
grandes golpes de efecto, la verdadera intimidad y el verdadero infierno, la
mentira de un matrimonio, Amy destruyendo la institución, dibujándola como
infernal, pero haciéndola pasar como idílica al mundo. Un final al que Nick se
ve abocado, obligado, impotente, un final que define sensitivamente la
impotencia. Nick debe seguir sin poder evitarlo un angustioso camino marcado
que odia y repele profundamente, simplemente porque lo mantiene a salvo…
“Perdida” es un estupendo thriller con defectos y
debilidades, pero su profundidad conceptual, su brillante dirección y su hábil
desarrollo la llevan a alcanzar el notable. Una película que se demora
excesivamente en la fase de exposición, pero que cuando arranca es
completamente absorbente. Sus virtudes no están tanto en su concepción
narrativa como en esas reflexiones que despierta gracias a la cantidad de
matices e ideas que Fincher, un gran autor, va incluyendo paulatinamente.
Un excelente thriller que adapta un libro de éxito
descomunal, “Perdida” de Gillian Flynn.
Un buen título de uno de los autores de referencia del cine moderno.
Por lo que te he leído, la adaptación es casi perfecta. Me ha recordado muchísmos detalles de cuando leí la novela, hace ya algún tiempo.
ResponderEliminarA mí Ben Affleck me parece un buen actor, aunque Clint Eastwood es auténtica debilidad (muy mal lo de calificarlo como no tan buen actor!!! xD) . Ya que estamos con esos dos¿Qué te parece Ben Affleck como director? Yo sólo he visto Adios pequeña adiós, basada en "gone baby gone" de Lehan, novela que no he leído aún. Y me gustó muchísimo esa película. Muy dura.
Un abrazo
Me alegra saberlo, esta peli me ayudó a descifrar todo Fincher, y la verdad que quedé muy contento con el análisis.
EliminarNos pongamos como nos pongamos Eastwood es un actor limitado, como Affleck, pero correctos y eficaces en lo que saben hacer, sus roles más característicos. En esta entrada me opongo a ese ninguneo que se le hace a Affleck.
Como director le veo destinado a cosas grandes, sus parecidos con Clint en esa trayectoria puede darnos grandes alegrías jajaja.
Un abrazo Keyser y gracias por los aportes!