sábado, 31 de enero de 2015

Crítica: EL FRANCOTIRADOR (2014)

CLINT EASTWOOD













Si algo me ha gustado de la última película de Clint Eastwood, uno de los mejores directores vivos, es cómo ha soliviantado al "progrerío" más rancio. Sólo por eso ha merecido la pena el visionado. Lo demás resulta bastante decepcionante en líneas generales. Una película nominada al Oscar que no es ni de lejos una de las mejores del año, y eso que ha sido flojito.

El francotirador” cuenta la historia de Chris Kyle, un SEAL que de cowboy pasó a convertirse en leyenda del ejército americano por ser el francotirador que más muertes de enemigos tiene en su haber. Eastwood se centrará en los cuatro viajes a Irak, sus cuatro misiones, y cómo afectan estas a su vida personal, un biopic superficial y hagiográfico de sentido patriotismo pero lleno de convencionalidad y ligereza.



Eastwood no logra evitar la sensación de esquematismo y superficialidad que emerge en su impresionista narración en casi ningún momento del metraje. Tan solo hacia el final de la cinta parece querer darle algo más de enjundia al retrato del personaje y su entorno, pero hasta ese momento sólo tenemos una sucesión de hechos casi inconexos que no parecen ir a ninguna parte, reduciendo el poder dramático que supongo pretendería.

Chris Kyle es retratado como un hombre de una pieza, un hombre de valores claros y afianzados que Eastwood vinculará a su infancia. Kyle es un hombre eminentemente práctico. Aunque parezca que se deben a las enseñanzas del padre, en realidad Kyle actúa por su propia forma de ser, que quedará consolidada por los valores que le enseña su progenitor. Religión y caza, ser un perro pastor, un protector, no una débil oveja ni un fiero lobo… La religión será importante para Kyle, al menos se supone, Eastwood tampoco desarrolla esto, ya que veremos una Biblia aparecer en varias ocasiones siempre junto a él, aunque no se llegue a nada con ese tema, como con tantos. Kyle protegerá a su hermano siguiendo este patrón, pero antes de que oiga esa enseñanza, su forma de ser. Desde pequeño demostrará ser hábil con el rifle.

Esa falta de complejidad en el personaje queda plasmada en el esquematismo de la narración, sólo perturbada por el impacto del horror lógico que la guerra tendrá en él. Kyle es un pura sangre, como ese que ve cabalgando al inicio de la película, actuará en función de sus valores clásicos, de lo que cree justo, sin concesiones, sin torturas psicológicas excesivas, como con su novia cuando la descubre en una infidelidad, rompiendo por lo sano.

No me parece un personaje poco interesante, pero Eastwood apenas le saca partido y recrea su vida como si de un documental de comida rápida se tratara, mera exposición apresurada e inconexa de hechos de su vida. Cowboy; descubrimiento de infidelidad; pulsión patriótica al ver una notica en la televisión, lo que le llevará a reclutarse; escenas de duro adiestramiento en plan “Oficial y caballero” (Taylor Hackford, 1982) o “La teniente O’ Neil” (Ridley Scott, 1997); ocio asilvestrado lanzándose dardos a la espalda y relación con la que será su mujer; sexo; compromiso; boda; tiros de entrenamiento; 11-S; SEAL; misión; hijo en camino… Sorprendentemente esquemático y rápido, que parece plantea las cosas para comenzar una reflexión sobre algo, pero que en realidad no será así, manteniéndose esta concepción hasta el final, una exposición semi documental de tono indefinido y sin que sepamos muy bien hacia donde quiere ir.




Un esquematismo tal que esboza ideas, personajes, pero jamás profundiza, ahí tenemos al hermano, el cual sabemos que también se alista pero sólo sabremos de él en una escena donde aparece perturbado tras el horror de la guerra. La familia, más allá de la mujer, como concepto vago. Un dibujo de personajes bastante mediocre.

La narración turnará la vida laboral en combate de Kyle con la personal, de la que es cada vez más ajeno, blindándose, una escisión, diversificación que queda claramente esbozada pero que no se logra desarrollar con acierto, aspecto sólo salvado en la parte final con alguna buena escena. Esto es algo habitual, ver cómo afecta la guerra o un trabajo en lo cotidiano.

Y es que Eastwood pretende retratar la vida de Kyle y una historia real, pero no se aprecia un especial realismo, hay más sensación de cine espectáculo que otra cosa, lo que congenia mal con ese esquematismo y exposición inconexa de acontecimientos en la vida del francotirador… Ejemplos, esa llamada furtiva al francotirador sirio, como si de un thriller se tratara, de una mujer sin peso en la película; la extrema perspicacia, pericia y competencia a todos los niveles del protagonista, que se da cuenta de absolutamente todo, como en la escena de la falsa hospitalidad en la modesta casa iraquí que oculta un arsenal de armas…



Otra cosa que me desagrada del Eastwood menos cuidadoso, es que un director como él salte tanto de plano y de eje, hasta 4 posiciones de cámara distintas para una sencilla conversación en un bar, la que tienen Kyle y Taya (Sienna Miller), la que será su mujer. Esto lo hemos visto en otros títulos donde también me molestó, como “Más allá de la vida” (2010), denota inseguridad y es extraño en un director tan clásico.

El momento del cambio en Kyle, cuando decide alistarse al ver una noticia sobre un ataque a una embajada americana en Nairobi, Kenia, será resaltado con un contrapicado acercándose a nuestro protagonista, un Bradley Cooper que está correcto aunque se ha sobrevalorado bastante su actuación.

No todo es malo, el film es correcto y de buena factura, tiene alguna idea interesante y varias buenas escenas sueltas, lo que decepciona es el conjunto, el superficial y vacuo resultado final y, sobre todo, que siendo obra de Clint Eastwood resulte tan vulgar.



La primera escena es francamente poderosa, una escena que retomaremos poco después, en su primera misión en Faluya, cuando Kyle se vea obligado a matar a una mujer y un niño que amenazaban a sus compañeros con una poderosa granada. Escalofriante. Las escenas con niños como protagonistas en Irak son de las más conseguidas, especialmente por su tensión, así tendremos otro momento similar cuando otro niño amenace con un bazuca a los soldados americanos y Kyle lo tenga en su punto de mira deseando que lo suelte para no tener que apretar el gatillo, cosa que ocurrirá para su alivio.






Espeluznante, de las escenas más terroríficas de la película, será el momento donde un nuevo niño es torturado y ejecutado con un taladro delante de su padre y ante la impotencia de los soldados americanos.

Kyle queda convertido en leyenda por su eficacia y competencia como francotirador, por el récord de muertes en su haber, aunque se muestran pocas en realidad, no se acaba de apreciar de donde viene esa gloria más allá de varios disparos certeros.



La idea del francotirador, excelso en este caso, como una deidad, un protector desde las alturas que hace sentirse a todos más seguros e invencibles por la fe que le profesan, es de las más interesantes de la película. De hecho, esa seguridad y sentimiento de invencibilidad de los soldados gracias a él se verbalizará explícitamente.


Cobra interés la película con el duelo de francotiradores, Kyle contra el sirio campeón Olímpico (veremos una foto de su éxito), que nos hace rememorar la estupenda “Enemigo a las puertas” (Jean-Jacques Annaud,  2001), aunque mucho menos conseguida. Un duelo bien modulado que termina con el disparo perfecto de Kyle, todo muy espectacular. Con esa escena y el tiroteo posterior llegamos al clímax de acción, que tendrá un epílogo dramático que es de lo más notable de la cinta. Un tiroteo con buenos planos generales, planos espía, puntos de vista subjetivo para dar realismo, una tormenta de arena para hacerlo todo claustrofóbico y confuso… Buen suspense.

 








 











Pierde interés, aunque deje alguna aceptable secuencia de acción, cuando el protagonista baja al ruedo a combatir puerta a puerta.




En un biopic es evidente que el personaje más desarrollado e interesante será el protagonista, aquí también ocurre dentro de su esquematismo impresionista. Chris Kyle es una roca, un hombre que se blinda para intentar que no le afecte el infierno y el horror que ve, pero que irremediablemente le afecta. Un horror que no deja salir, que lo lleva dentro, lo lleva consigo, lo trae de Irak a su casa y le hace disperso, ausente, evasivo, no quiere hablar del tema, intenta aislarse pero sólo puede pensar en lo que no puede evitar cuando está en casa… Por eso tendrá la tensión por las nubes, como una olla exprés, se mostrará distante, se ensimismará recordando aquel horror que no quiere dejar salir para proteger a su familia y porque está convencido de que es su deber. Kyle tiende a relativizarlo y simplificarlo todo.




Del mismo modo compañeros suyos se cuestionarán la fe tras ver aquel horror y se lo harán saber al creyente Kyle, el absurdo y el salvajismo parecen no encajar, tener sentido, con ella, pero Kyle a pesar de todo se mantendrá firme, no recorre ese camino hacia el descreimiento. Siempre es un elemento tangencial en Eastwood la religión.

En ocasiones le veremos irascible, por ejemplo por la falta de atención a su hija que llora en la cuna o cuando un perro juguetea con el hijo en una barbacoa, estallidos irreflexivos producto de la tensión contenida. Kyle rehúye de la comunicación con su familia, toma todo eso como un martirio asumido, un deber redentor. Lo cotidiano le resulta amenazante, no es capaz de integrarse ni asumir la normalidad tras el horror, un horror que guarda en su interior y sale a relucir en la cotidianeidad a destiempo, como es lógico, al no poder focalizarlo en la violencia bélica.



Eastwood irá dejando detalles, siempre impresionistas, sobre este aspecto, elementos cotidianos que alarman, alertan, perturban o hacen reaccionar a Kyle sin que haya motivo, relacionados con el infierno de la guerra. El destornillador en el taller le hará reaccionar y recordar la truculenta escena comentada con el niño, un sonido en su casa le alarmará, el encuentro con un veterano de guerra al que salvó la vida aunque se quedó sin pierna le incomodará y perturbará, incluso con las alabanzas que hace a su persona a su propio hijo… Ha pasado el tiempo, ya tiene dos críos.




Chris Kyle acaba siendo un ser trascendido, que entiende la protección a un nivel casi místico, incomprensible para su mujer.

Esa idea de viaje al infierno o paso por el horror se va haciendo cada vez más patente según avanza la película, es interesante la progresión dramática en este sentido, con la película haciéndose cada vez más oscura conforme avanzan las misiones, que cada vez afectan más a nuestro protagonista. La escena del niño y el bazuca señalada es un claro ejemplo.

Hay buenas escenas de acción, con “Punisher” como símbolo de los aliados, como el tiroteo tras descubrir el arsenal en la casa que les acoge una noche, la estancia en el infierno cada vez más oscura. Misiones que acaban con un herido en el ojo que terminará falleciendo, otras con una nueva pérdida... Todo cada vez más oscuro en esas escaramuzas puerta a puerta que terminan en sobrios funerales.

Curiosidad, en la escena donde Kyle acuna a su hija mientras habla con su mujer, que ataca su idealismo y le recrimina su actitud, vemos que lo que tiene entre manos es un muñegote, realista pero un muñeco como un armario.





La parte final, el epílogo tras el clímax de acción, eleva algo la película, le da cierto peso dramático y deja algunas de las mejores escenas. Retrata la dificultad para adaptarse a la vida cotidiana de Kyle.

El momento donde vemos a Kyle en su casa con el sonido de la guerra en la estancia, que suponemos del televisor ante el que está para descubrir mediante un travelling circular que está apagado y que eso es lo que retumba en su cabeza mientras sus hijos juegan, es, posiblemente, el mejor plano de la cinta y el de más significación. Luego veremos su reflejo ante la negra pantalla, símbolo del abismo en el que está sumido. Poco antes le vimos también reflejado en el espejo de un bar, será la primera y única vez donde le veamos romperse, aunque finja con su mujer.



El tratamiento psicológico y su actividad con los veteranos de guerra serán claves en la normalización psicológica de Kyle, todo mostrado con el excesivo esquematismo que tiene la cinta. Su labor con los veteranos focaliza y reconduce su ansia de ayuda y protección, lo que le lleva a recuperar a una familia que se le escapaba.


Eastwood finaliza la película de forma elíptica, sin mostrar el asesinato de Kyle a manos de un veterano perturbado al que intentaba ayudar, resaltando el hecho en intertítulos e imágenes reales de su funeral. Adapta la autobiografía de Chris Kyle en un guión mediocre, poco cohesionado dramáticamente. Una cinta orgullosa y satisfactoriamente pro americana, que nada tiene que ver con islamofobias y estas cosas a las que se recurren habitualmente, pero fallida en su ejecución. Un homenaje sentido y agradecido, pero mal ejecutado, de Eastwood al personaje.

El francotirador" es una película fallida, vacua, correcta sin más, excesivamente impresionista, a la que le falta profundidad y elaboración en sus ideas, que son vagas y ligeras. No deja de ser entretenida, pero poco más, hay más habilidad de veterano a la hora de contar la historia que verdadero calado y enjundia en la misma. No se aprecia el talento del maestro, sólo hay la apariencia de trascendencia y desgarro, no autenticidad.




 
 

8 comentarios:

  1. Entonces esta casi que no me lo apunto. Lo de muñegote es un pelín cutre jeje.

    Un beso Mr. Sambo ;)

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  2. Hola Mister,

    Ayer mismo escribía esta reseña sobre el Francotirador:
    "El francotirador es una película entretenida, pero no pasa de ahí. Y no pasa de ahí por ser lo que es, un biopic. Para pasar al estadio de gran película o peli emocionante, harían falta 2 cosas, o bien saltarse la parte civil de la historia y convertirla en la nueva "Duelo en OK Corral" o bien esperarse 50 años a rodarla y que el paso del tiempo permita modelar el guión en beneficio de la épica, sin que cante demasiado. Y claro está, todo esto redundaría en la verosimilitud del guión.
    Clint hace un trabajo impecable, y le da a la película un ritmo inimaginable para un octogenario. No vayáis a verla cansados o acabaréis agotados.
    Id a verla solo si sois fans de Clint, del cine bélico o tenéis curiosidad periodística sobre el conflicto en Irak."
    Y es que de Clint siempre esperamos mucho más y no le podemos perdonar la indeficición que muestra sobre que película quiere hacer. Al final, el resultado acaba lejos de nuestras expectativas.

    Un abrazo.

    Vicent N

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    1. Muy correcto Vincent, me alegra verte por aquí. Brillantísima tu reflexión sobre esperar para dotarla de épica y emoción.

      Un abrazo!

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  3. Pues a mi hubo algo que me conmovio profundamente y fué, durate los credits, el homenaje (quizas no de Clint Esastwood sino footing del verdadero homenaje) que los corderos rinden al que los ha protegido contra los lobos.

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    1. Hola, JFM. Es algo que ha comentado más gente y, efectivamente, es uno de los mejores detalles. Un sentido homenaje fuera de las demagogias progres.

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  4. Y también me intersó la reflexion sobre el precio que hay que pagar cuando el ser humano combate al horror. Un horror capaz de torturar a un crio con un taladro. Me acordé de la ultima frase de una pelicula de Chabrol: "Para que muera la bestia el hombre también debe morir" (Pour que la bête meure l'homme doit mourir aussi). Kyle sale de su prueba de fuego casi completamente destruido y no muy lejos del punto de no retorno tras el cual se deslizaria paulatinamente en la locura o el suicidio. Porque sigue siendo humano. Ni el sniper arabe ni el del taladro tendrian ese problema.

    PS: Hay que tener en cuenta que el fisico de Kyle limitaba las opciones para elegir al actor principal y ambos limitaban las opciones de Eastwood. No puedes rodar "Los sufrimientos del joven Werther" con Arnold Schwarzenegger (joven) de personaje principal.

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    1. Bueno, hay actores que se musculan o musculados muy competentes. Cooper hace un buen trabajo, pero sobrevalorado al meterlo entre los mejores de este año.

      Siendo cierto lo que comentas y el blindaje al que hago referencia en el análisis, Eastwood muestra a un Kyle redimido y reencontrándose con su vida gracias a ciertas ayudas, muestra ya su recomposición.

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