Aronofsky también logrará transmitir la idea, desde su
concepción fantasiosa, de la vacuidad de la propiedad, que sería exclusiva de
Dios, algo que queda patenta cuando alguien reivindica algo como suyo en la
cinta. Suena insustancial, banal, al espectador. La propiedad como algo para
disfrutar y sacar partido, pero nunca como excusa para el abuso o el ataque
violento al prójimo. Antimonopolio, como comenté anteriormente.
La estirpe de Caín llega para oponerse a Noé (Russell Crowe) en la figura de
Tubalcaín (Ray Winstone), asesino de su padre y poseedor de la piel de
serpiente que pertenecía a la estirpe de Seth. Un rey terrenal que pretende
enfrentarse, como símbolo del progreso y la metalurgia, al Creador. De nuevo el
mensaje anti industrial…
Todo lo relacionado con la depravación, la lascivia, la
avaricia, la violencia, ser relacionará con Tubalcaín y su pueblo, aspectos
ajenos a Noé.
Ila y Noé.
-Uno de los detalles más notables de la película lo tenemos
con las conversaciones que mantienen Ila y Noé, repletas de sinceridad, cariño
y autenticidad. La primera será sobre el tema de la imposibilidad de tener niños de
ella, una mujer yerma para una magnífica idea dramática. Así cobra sentido
cuando la vimos parar las caricias sexuales de su novio Sem. Una conversación
muy bella, dura y sincera donde Noé intentará dar todo su apoyo y comprensión
al tormento de la chica, desesperada por no poder dar un hijo a su amor.
-Al final de la cinta tendremos otra, donde en esta ocasión
es Ila la que levanta a Noé, ayudándole a
perdonarse a sí mismo.
-Las conversaciones entre personajes, su desarrollo
dramático, perfectamente modulado y desarrollado, es uno de los puntos fuertes
de la cinta, alcanzando gran intensidad emocional. Aronofsky dará a cada
personaje su lugar y le permitirá explicar sus motivaciones y sentimientos,
hasta llegar a un clímax de enfrentamiento.
Interesante como reflexión sobre el bien, el mal y los
grises, tenemos la conversación entre Noé y Naameh (la bellísima Jennifer
Connelly) y cómo ven cada uno a sus hijos. Ella ve leal a Sem, amable a Jafet
(Leo McHugh Carroll) e íntegro a Cam, mientras que Noé añade que Sem está
cegado por el deseo, Jafet vive sólo para complacer y Cam es codicioso…
“El tiempo de la compasión ha pasado, ahora comienza nuestro
castigo”.
Esto lleva a la resignación de Noé, que tras ver el
pervertido mundo que reina Tubalcaín, interpreta el mensaje de divino como la
muerte de la humanidad en pleno, incluida su familia, sin descendientes, que
sólo sería la salvadora de las criaturas inocentes de la creación, los
animales, por eso Ila está yerma, por ejemplo… Este será el núcleo central de
conflicto en el interior del Arca.
Gandalf-Hopkins-Matusalén, aplicará sus poderes sobre
Ila-Hermione para hacerla fértil y aumentar el conflicto dramático que se
avecina en el Arca. Una vez se sepa fértil, la calurosa chica irá corriendo a
copular salvajemente con su novio, lo que entendemos perfectamente, ya que
tantos años de calentón contenido no pueden ser buenos…
-A esta familia tan bien avenida, que empieza a mostrar
fisuras, no se le ocurre otra cosa que separarse y ponerse a discutir, tras
muchos años de placentera y calmada convivencia construyendo el Arca, el mismo
día del diluvio universal… Por tocar las narices, supongo…
-El inicio del diluvio comienza con un picado extremo que
desciende, el punto de vista de la primera gota, el plano más adecuado para el
gran momento. Justo en este momento se inicia un clímax de la película,
confluyendo varias tramas para generar tensión y aumentar el suspense, pero de
forma muy artificiosa y forzada. El enfado de Sem, la huida de Cam y la muerte
de la chica que volvía con él, la batalla con Tubalcaín y su ejército…
Espectáculo grandilocuente, flipes de todo tipo, lucha cuerpo a cuerpo, rocas
parlanchinas soldados y Russell Crowe de protagonista.
No faltarán las truculencias en muchas de las escenas,
especialmente en esta batalla, tan del gusto de Aronofsky.
-Aronofsky es un director que gusta del dramatismo exacerbado, intenso, llevarlo al límite. En muchos casos lo logra de forma brillante, como en “Cisne negro” (2010), pero en otros se demuestra artificial y forzado, como es este caso. Ya he comentado los mecanismos con los que el director logra transmitir la intensidad dramática y acentuar el suspense en los clímax o puntos álgidos de la película, mezclando sucesos, sumándolos, haciéndolos estallar a la vez, como en el inicio del diluvio, tras haber ido planteándolos, creando la incertidumbre, aumentando el suspense, hasta el estallido final. En la parte final del film volverá a hacerlo con el parto, la traición de Cam y la aparición de Tubalcaín y su lucha con Noé, así como la decisión del protagonista sobre el futuro de los bebés recién nacidos. Por supuesto, se logra una gran intensidad dramática, con montajes paralelos, situaciones extremas que se desbordan y demás, pero se corre el peligro de que resulte tremendamente artificioso y forzado, inverosímil, como es el caso, por el cúmulo de coincidencias, y más cuando se es reincidente en la estructura, como he explicado. Una vez lo ves en el diluvio y vuelves a comprobarlo en la parte final este artificio se hace patente, resultando uno de los defectos del film. Incluso veremos a Tubalcaín intuyendo el parto de Ila (Emma Watson) justo para poder actuar…
Claustrofóbico Arca.
Cuando el agua anega todo y nuestra familia, junto con un
polizón, Tubalcaín, se encuentra a salvo dentro del Arca, tenemos una de las
escenas más escalofriantes y brillantes de la película, los gritos desesperados
y agónicos del exterior en off sobre el rostro de Noé en primer plano y con un
travelling de retroceso. Los posteriores planos exteriores, donde vemos a gente
agarrada a rocas intentando aferrarse inútilmente a la vida, son francamente
apocalípticos.
La imagen del convaleciente Tubalcaín, ayudado por Cam sin
excesiva explicación y tras un par de encuentros, ocultándoselo y
posteriormente traicionando a su padre, parece sacada de “Apocalypse Now”
(Francis Ford Coppola, 1979), un Marlon Brando bíblico. La venganza será su
motivación.
El retrato del mundo de Noé que nos presenta Aronofsky
tampoco es especialmente acertado, parece un mundo despoblado, ajeno al
protagonista, que vive cómodo así, pero lo que provoca esto es que la segunda
parte del film, con el aislamiento en el Arca, pierda impacto, ya que ese
aislamiento no funciona como contraste al haber visto a los personajes ajenos
al mundo durante el metraje.
La maldad y la traición acompañan a la humanidad, por ello
la veremos también en el interior del Arca, lugar que debería estar purificado,
un reducto de paz.
Noé, la roca.
-Crowe está poderoso en su encarnación de Noé, un hombre que
vive un tormento y conflicto interior gigantesco, de proporciones bíblicas,
nunca mejor dicho. Debe sostener sobre él la muerte de la humanidad por mandato
divino. Todo será asumido por su familia, hasta que se descubra el embarazo de
Ila. Noé asumió el encargo desde la idea de que la humanidad no se perpetuaría
con su familia, ya que Ila era yerma y no había posibilidad, lo interpreta como
decisión divina, pero la noticia del embarazo de la chica generará un radical
conflicto en el interior del Arca, donde Noé acabará más solo que nunca.
-La noticia del embarazo se hará pública poco antes de que
cese la lluvia, que parará cuando Noé acepte el encargo, y Aronofsky recalcará
tan importante momento con un excelente plano secuencia siguiendo a Crowe por
el barco subiendo para hacer su plegaria, para desahogarse por una noticia fatal
para él…
Noé anunciará su sentencia de espaldas, reiterada
posteriormente de frente. Una sentencia que no le gusta, pero que tiene que
respetar, de ahí que la anuncie primero de espaldas.
-Aunque siempre tendrá al comprensivo apoyo de su mujer,
será su sostén durante mucho tiempo, llegará un momento en el que quedará solo,
cuando todos se pongan contra él en su decisión de matar a los bebés que tendrá
Ila.
-Noé acaba convertido en una amenaza para el resto, solo,
ajeno, atormentado, víctima de una misión a la que no puede negarse. Lo
veremos, tras una elipsis en la que el embarazo ya está muy avanzado, tras unas
cortinas, deambulando, vigilante, desde el punto de vista del resto.
-Esto lleva a nuestro protagonista a un doloroso y necesario
blindaje para poder acometer la dura determinación divina, convertido en una
impermeable roca contra los sentimientos para poder llevar a buen puerto su
misión.
-El momento del perdón a los bebés es tan intenso como
hermoso finalmente, sustituyendo las cuchilladas por besos. Esto llevará a un
perdón generalizado, menos por parte de Cam, que se marchará, y del propio Noé a
sí mismo. De nuevo Aronofsky recurre a lo visual, el beso, antes que a la
verbalización para exponer el perdón.
Tubalcaín apelará a la hombría de Cam y al asesinato como
valor humano en busca de su complicidad en el momento decisivo, matar a su
padre. Todo esto coincidirá con el inicio del parto, en lo que es un forzado
clímax, antes analizado. La balsa ardiendo al fondo del plano, que prende Noé
para evitar que Sem e Ila se marchen, marca el tono dramático de lo que
acontece y acontecerá. Una tensa espera hasta la explosión violenta y
traicionera.
Es previsible que finalmente sea el traidor Cam,
arrepentido, el que acabe matando a Tubalcaín, su protegido hasta ese momento,
en un vaivén psicológico extravagante que chirría demasiado. Lamentablemente a
Noé/Gladiator le tienen que salvar en última instancia, aunque también le
impidieron terminar el asunto cuando debía… Todos en contra.
En esa indecisión se siente en ocasiones cierto
distanciamiento con respecto al relato, como si no se tomara muy en serio.
Buenas interpretaciones de todo al reparto aunque haya
personajes algo difusos o poco desarrollados, como el hermano mayor o el menor.
Menciones especiales para Crowe y su interiorizado papel y Connelly. Añadir
que el doblador de Russell Crowe, Jordi Boixaderas, es excelente.
Una dirección poderosa e irregular, un guión indefinido, una
gran música de Clint Mansell… que redondean una obra poco cohesionada y muy
psicológica. Claros y oscuros.
Me encanta el lenguaje de este post.
ResponderEliminarIntenso pero sobrio y estudiado análisis.
Hay fotogramas muy buenos. Y me parece muy generoso q recuerdes a los dobladores. He visto a Boixaderas en el teatro, y me gusta. :-)
Gracias por tu trabajo y un beso, sensei!!
Muchas gracias Reina, me alegra que te haya gustado. No he tenido el placer de ver actuar a Boixaderas, pero tiene una voz portentosa!
EliminarGracias a ti, un beso.
Sambito, mil perdones, ayer al final no pude escribir pero, como lo prometido es deuda, acabo de leerme tu crítica sobre Noé con un sándwich delante del ordenador (hoy estoy hasta arriba de trabajo).
ResponderEliminarNo quiero sonar pelota, pero tus críticas cinematográficas son siempre muy brillantes (al menos, las que yo he leído:-). Efectivamente, como bien resumes, Noé es una película "indefinida, que se queda a medio camino de casi todo" y estrafalaria. Ya sabes que mi marido quería hasta salirse del cine y yo aguanté y creo que la segunda parte de la película, desde que se embarcan en el arca, remonta, fundamentalmente, me interesó el destino que pudieran correr los bebés inocentes a los que Noé se sentía obligado a sacrificar. En resumen, a mí me pareció una película fallida, aunque con aspectos interesantes. Por cierto, pelín truculento que el incesto fuera la única forma de poblar el mundo;-)
Enhorabuena, como siempre, y mil besos.
Pearlsbu
Jajajaja es verdad Pearls, lo he pensado muchas veces, cómo iría ese tema de los incestos y relaciones un tanto escabrosas para ir poblando el mundo...
ResponderEliminarComo bien dices en la parte del Arca se alcanzan muy buenos momentos de interés dramático, pero no alcanza para salvarla del todo.
Besos para ti y mil gracias por tus palabras.