Woody Allen retoma el vuelo tras el fiasco y la decepción
que supuso para muchos su anterior título, “A Roma con amor” (2012), dentro de su
consabido bajón de prestaciones, con una aceptable comedia dramática que, aunque
no aporta nada a la filmografía del genio neoyorquino, resulta una obra sólida,
bien ejecutada y desarrollada y con algunos puntos fuertes muy reivindicables a
pesar de sus reiterados postulados.
Allen nos cuenta la historia de Jasmine, que viene a ser una
mezcla entre la vida de Carmen Lomana y la de la infanta Cristina y sus
problemas con Urdangarín.
Jasmine es una
atractiva mujer que ha gozado de una vida de lujo, glamur y facilidades, que
cambiará cuando su marido, millonario, sea detenido por estafa, con lo que le
será muy difícil aceptar su nuevo rol.
Si algo destaca en “Blue Jasmine” es la portentosa
interpretación de Cate Blanchett, que le ha proporcionado su segundo Oscar de
forma absolutamente merecida. Ella es Jasmine, que como corresponde a una
película de Woody Allen será una charlatana de primera, alter ego del director,
una Allen femenina.
El Jazz y Blue Moon darán comienzo a la película, una banda
sonora predominante, como es habitual en el cine de Allen.
“Blue Jasmine” presenta una estructura muy fraccionada, con
continuos viajes al pasado en forma de flashback de distinta duración, unas
veces con una escena breve y otras con varias secuencias, que son
rememoraciones de la protagonista, evasiones hacia ese dorado pasado. Allí veremos
cómo se evade de la realidad y de todo lo que le rodea, sin plantearse nada más
allá de disfrutar de los millones y regalos de su marido. Estos flashback
servirán para reflejar añoranzas, por medio de contrastes en ocasiones, como al
ver el discreto apartamento de su hermana, evadirse de la realidad, como ya he
comentado, o intentar justificarse… Algunos la atormentarán sin solución. En
ellos será donde veamos a su marido, Hal (Alec Baldwin). En ocasiones se
redunda lo visto en esos flashbacks con menciones en el tiempo presente, pero
Allen integra muy bien esos flashbacks porque Jasmine es cualquier cosa menos
un narrador fiable.
Si Jasmine es una pija de manual, una Lomana o una infanta
Cristina, Hal, aparte de un sosias de Iñaki Urdangarín, es una especie de Di
Caprio en “El lobo de Wall Street” (Martin Scorsese, 2013). Terminará
desplumando a pobres asilvestrados, como la hermana de Jasmine y su marido, o a
crédulos de todo pelaje. Como Jasmine, tampoco aceptará su nueva situación, por
lo que terminará suicidándose en su celda con una cuerda.
Jasmine aceptará todo en esa relación mientras pueda seguir
disfrutando de lo que le ofrece, por ello no tendrá ningún problema en aceptar
al hijo de su marido, amorosa y comprensiva. Una vez se vea obligada a renunciar a esa
vida de lujo, Jasmine aparecerá lindante con la locura, con una verborrea
incontenible, incluso cuando está sola, como si rememorara aquellos tiempos que
se resiste a abandonar. No acepta su nueva condición.
La película será ambigua inicialmente sobre el conocimiento
que de los chanchullos de su marido tenía Jasmine, arruinada por ese motivo.
El personaje de Jasmine es fascinante, repleto de luces y
sombras, egoísta y egocéntrica, neurótica, medio loca, inteligente, seductora,
elegante, contradictoria… A su hermana, Ginger (Sally Hawkins), la utilizará en
las duras, ya que en las maduras prefería pasar de ella. Ginger se sintió
desplazada por su hermana, ella no era tan glamurosa… El desprecio, la
frialdad, los aires de superioridad con respecto a su hermana por su posición
social y sus capacidades, quedan perfectamente retratadas por Allen. Por cierto,
Janet es el verdadero nombre de la protagonista, pero Jasmine tiene más
empaque…
Mirará para otro lado ante las infidelidades de su marido y
no preguntará por sus negocios, hasta que crea que todo está perdido, momento
en el que actuará.
Jasmine es una contradicción andante, sólo vive para el
lujo, por ello, aunque no tenga dinero para nada y tenga que irse a vivir con su
hermana… viajará en primera clase.
Augie es el ex marido de Ginger, la hermana de Jasmine, y
está interpretado por Andrew Dice Clay, el mítico Ford Fairlane. Ellos también
están separados, por culpa de un mal de negocio en el que invirtieron por culpa
de Hal y Jasmine.
El toque Allen.
-Allen presenta un mundo de familias desestructuradas, niños
adoptados y padres divorciados. Recordemos que el hijo de
Hal vivirá junto a Jasmine, hijo de una antigua relación; ella y su hermana son adoptadas y los hijos de Ginger
sufren el divorcio de sus padres…
-A nivel estilístico la película es clásica de Allen a
grandes rasgos, diálogos continuos y frenéticos que los personajes se pisan
unos a otros, planos secuencia largos siguiendo a los personajes mientras
hablan y pasean, ya sea en interiores o exteriores, personajes que abandonan la
habitación mientras siguen hablando dejando vacio el encuadre, entrando y
saliendo del mismo, al estilo Bresson, la cotidianeidad y la intimidad… Por
supuesto también habrá las imprescindibles conversaciones de pareja en
intimidad. Con todo, se añora el estilo más aparentemente descuidado, que no lo
era en absoluto, de su mejor época, más que este tan esteticista que
disfrutamos en la actualidad, tan pulcro, que de alguna forma resta verismo y
fuerza a sus historias y diálogos.
-Los tonos ocres y amarillentos están siendo bastante
utilizados por el cineasta estos últimos y pulcros años.
-Uno de los temas básicos de Allen, el conflicto entre
realidad y ficción, está de nuevo en “Blue Jasmine” de forma esencial y
evidente. Jasmine vivirá una fantasía de lujo, pastillas y joyas, ajena a
cualquier tipo de problema, ante los que cerrará los ojos por conveniencia,
como los chanchullos de su marido. La gran mayoría de los personajes de Allen
se debaten entre la realidad y la ficción sin saber cual elegir, unos se evaden
de la realidad o cobijan en el universo de su arte y sus relatos (“Desmontando
a Harry”, 1997), del teatro (“Balas sobre Broadway”, 1994), la fama y el éxito
(“Celebrity”, 1998), un pasado idealizado (“Midnight in Paris”, 2011), en el
cine (“La Rosa Púrpura del Cairo”, 1985)… y otros acaban decidiéndose por la realidad
(“La rosa púrpura del Cairo", 1985). Jasmine vivió en su mundo de fantasía, al que
convirtió en real, de forma que cuando la arrancan de él a la fuerza, no es
capaz de vivir en esa realidad que la perturba, quedando en el limbo de la locura, otra forma de
evasión. Incapaz de pasar página.
-Uno de los aspectos más brillantes de la película es su
genialidad en la progresión dramática, realmente conseguida, equilibrada y cuidada,
parece obra de un científico, el mejor detalle del genio de Allen. La mezcla de
comedia y drama está perfectamente equilibrada, pero Allen dará mayor
importancia a la comedia, los enredos, las frivolidades y la ligereza en los
dos primeros tercios de la película, para ir filtrando el drama casi sin que
nos demos cuenta de forma paulatina, aumentando su intensidad de una manera
sencillamente magistral hasta llegar a los últimos 15 minutos, donde ese drama
se desborda y deja los mejores y más intensos momentos de la película. Hay
trucos de guión, pero todo está tan medido y equilibrado que es lo de menos,
apoyado por unas interpretaciones antológicas donde Cate Blanchett luce con luz
propia.
En cambio, uno de los problemas de “Blue Jasmine” es que no aporta
absolutamente nada nuevo a este tema ya tratado por Allen. “Celebrity” (1998), sin ir
más lejos, indagaba en todas estas cuestiones del lujo y la fama con mayor
profundidad, eficacia, talento, sarcasmo y capacidad crítica. Jasmine es pura
apariencia, clasismo en estado puro, mostrándose incómoda al tener que codearse
con gente de otro nivel social más bajo.
Otro de estos problemas está en lo que era uno de los puntos
fuertes de Allen, el humor, las situaciones cómicas y los diálogos. El humor en
“Blue Jasmine” no resulta especialmente brillante, algún chispazo que levanta
la sonrisa, pero los momentos de comedia no están entre los más sublimes de los regalados por el maestro, precisamente, que son muchos y muy buenos. Ahora las réplicas no son
mordaces y carecen del ingenio y la chispa de antaño, en general. Incluso muchas
suenan a refrito de anteriores películas de Allen. Hay escenas simpáticas, pero
chispa, indudablemente, no. Un ejemplo lo tenemos en la escena de celos de Chili y
Ginger en el supermercado, planteada como momento álgido de comedia, que se
queda en un quiero y no puedo…
Los enredos amorosos, las infidelidades, los descubrimientos… son temas clásicos de Allen, pero en la cinta que nos ocupa recurre para mostrarlos a algunos trucos de guión muy pobres, mediocres, como cuando Ginger descubre una infidelidad de Hal durante los días que va a pasar con su hermana mientras da un paseo en coche y por pleno Manhattan, como si Manhattan y San Francisco fueran un micro pueblo donde todos se encuentran… Chili (Bobby Cannavale) también descubrirá la infidelidad de Ginger como si no costara… Es muy previsible también el conflicto con la hermana, de hecho, toda la trama de Ginger es previsible y aporta más bien poco al conjunto, y lo que aporta resulta muy simplista. Muchas lagunas y trucos de guión.
Los entornos lujosos y las fiestas son también ambientes
que gusta mostrar al bueno de Woody Allen, que es bastante sibarita. Se hace evidente la
incomodidad de Jasmine dentro del entorno de Ginger, por ejemplo en la escena
con el novio de ésta y su amigo, que estará rodada en estricto plano y
contraplano, algo muy logrado por parte de Allen.
“Yo no puedo hacer un trabajo mecánico”.
No la he visto. Como tantas. Podría estar encerrada un año tirando corto con todo lo q quisiera poder ver.
ResponderEliminarHace mucho q no veo pelis de Allen. Las últimas las recuerdo demasiado previsibles. Como cdo lees una saga larga con un protagonista estrella; al final sabes q va a hacer.
Cierto q es un buen director, y por eso, supongo, como dices está correcto y sabe emplear su técnica creada al largo del tiempo, pero precisamente x eso, no está genial y falta chispa aunq sepa aplicar la medida justa para el paso de vomedia a drama. Se le da muy bien. Siempre se le ha dado bien.
Cate Blanchett. Cómo me gusta esa mujer!! Tiene las facciones de una muñeca de porcelana, pero la he visto casi siempre de correcta a estupenda en distintos registros.
Gracias por la crítica!! Una peli a esa lista que desde q me permites acercarme a esta tu casa, crece y crece y crece y crece…
Bss!!!
Sí, Reina, es la misma sensación que tenemos muchos, ha perdido esa chispa. Esta le ha salido bien, pero no logra dar el paso a algo magnífico y se repite más allá de dar vueltas a sus obsesiones, repite las historias, y eso es más grave.
EliminarSiempre dejará gotas de talento y seguro ofrecerá grandes títulos de vez en cuando, es lo que tienen los genios, pero es que yo me he estudiado a Woody Allen desde hace mucho, con tres décadas increíbles a peli por año. Inaudito!
Esta siempre es tu casa y me encantará que reduzcas la lista viendo muchas.
Un beso