James Hunt murió el 15 de junio de 1993. Tenía solo 45 años y su
corazón ya no aguantó más tras una vida de excesos. Niki Lauda nació por
segunda vez el 1 de agosto de 1976. Por entonces era ya Campeón del Mundo de
Fórmula 1 con 27 años y se encaminaba con paso seguro hacia su segundo título
consecutivo.
Hace unos meses se estrenó “Rush”, la última película hasta el
momento de Ron Howard, una de las grandes sorpresas de los últimos años y con toda seguridad la mejor película de su
director. Es Ron Howard eso que llaman los que entienden de cine un artesano,
un director solvente, pero al que siempre le faltó ese último peldaño para
lograr una obra maestra.
Yo no sé si "Rush" se puede considerar una obra maestra, pero sí sé que
es una magnífica película y muy posiblemente la que mejor recoge el mundo de la
Fórmula 1, situando además la acción en la década de los 70, posiblemente la
década dorada de la competición junto con la de los 80.
Era sin duda un proyecto arriesgado el de Howard, un director
absolutamente americano que no sabía ni una palabra de Fórmula 1, un deporte
muy minoritario en EEUU, donde no es seguido apenas por nadie. Sin embargo, la
película se apoya en un soberbio guión de Peter Morgan y cuenta como asesor con
el propio Niki Lauda, que además aparece en un brevísimo cameo en la última y
magnífica escena.
Como el experto en cine es el propietario de este blog, dejemos la
crítica cinematográfica para él y hablemos de sus protagonistas.
Hunt y Lauda son dos de los pilotos sin duda más recordados de la
historia de la Fórmula 1. De caracteres muy distintos, fueron a coincidir en el
Gran Circo en la década de los 70 y allí escribieron más de una página
memorable en un deporte que por entonces era mucho más peligroso y mucho más
atractivo que el espectáculo cansino en el que Bernie Ecclestone lo va
convirtiendo año a año a golpe de restricciones técnicas y de seguridad.
Aunque al principio de la película se cuenta que la rivalidad entre
ambos pilotos nació en el campeonato de Fórmula 3 de 1970, esto no sucedió
nunca. De hecho, Lauda no corrió en la Fórmula 3 en 1970, sino que en ese año
participaba en carreras de turismos mientras buscaba financiación para llegar a
la Fórmula 1. En cualquier caso, sí que es cierto que Hunt tuvo ese accidente
que se cuenta en la cinta, concretamente el 3 de octubre de 1970 en Crystal
Palace, donde fue embestido por Dave Morgan mientras luchaban por la segunda
posición de la carrera.
El coche de Hunt acabó destrozado y Morgan, por los suelos tras ser
agredido por Hunt. Tras la investigación del accidente, Hunt sería exculpado y
Morgan sancionado por un año. En la película se toma este incidente como el
comienzo de la enemistad entre los dos protagonistas, en lo que es claramente
una licencia del film sobre la que construir la historia posterior.
Tampoco en 1970 Hunt corría para Lord Hesketh, ni se corría las
juergas morenas que el Barón montaba en el paddock, por la sencilla razón de
que Lord Alexander Fermor-Hesketh, Tercer Barón de Hesketh, no se metió en el
mundo de las carreras hasta 1972. En esos años Hunt se encontraba encuadrado en
el equipo STP-March. Las juergas junto a Hesketh en los paddock se las
correría, pero un poco después. De momento podemos decir que actuaba solo.
En cualquier caso, perdonando estas inexactitudes, el recurso que
emplea Howard para presentar los personajes funciona muy bien para contar una
enemistad entre Hunt y Lauda que tampoco es que existiera nunca…
Porque en realidad Hunt y Lauda eran enemigos dentro de la pista, pero
se llevaban muy bien fuera de ella. Pese a ser dos tipos con caracteres
bastante distintos, siempre mantuvieron una buena relación, llegando incluso a
compartir apartamento en sus duros comienzos en la Fórmula 1 y a beber juntos
tras las carreras. Sí es cierto que la rivalidad que mantuvieron ambos en el
Mundial de 1976 es de las mayores que ha dado esta competición, pero solo
dentro de la pista.
En la película se cuenta que Lauda, tras una fuerte discusión con su
padre, tiene que endeudarse hasta las cejas para poder correr en Fórmula 1.
Esto no es que sea cierto, es que tuvo que hacerlo dos veces: en 1971 tuvo que
pedir un crédito de 30.000 libras para comprar un asiento en el equipo March de
Fórmula 2 y posteriormente, en 1973, un segundo crédito para hacerse un hueco en
el equipo Marlboro BRM.
Tras lograr su plaza con March, Lauda llegaría a debutar en la Fórmula
1 en 1971, en el Gran Premio de su país, donde no pudo terminar la carrera. Al
año siguiente participó en 11 de las 12 carreras del calendario, acabando en siete
de ellas y logrando un séptimo puesto como mejor resultado. Aunque Lauda ya
empezaba a llamar la atención, el equipo March pasaba por graves problemas y al
término de la temporada el austriaco buscaría otro destino.
En el equipo BRM, Lauda lograría sus primeros puntos en la Fórmula 1,
al acabar quinto en el Gran Premio de Bélgica. Fue su único buen resultado de
la temporada, pero tal y como se cuenta en la película, esa temporada coincidió
en el equipo con Clay Regazzoni, que a final de temporada sería fichado por
Ferrari, que, tras encadenar su cuarto año nefasto en 1973, hizo limpia
completa de su equipo, dando manos libres a Luca di Montezemolo para
reconstruirlo. Di Montezemolo se trajo a Regazzoni y le preguntó por un
compañero de equipo. El piloto suizo se lo debió pensar poco antes de
recomendar a Lauda, que realmente había ido muy rápido con un coche al que no
se le podía sacar mucho jugo.
Por su parte, James Hunt también se metió en el mundo de las carreras
contra el parecer de su familia. Tras unos comienzos difíciles, incluido el
incidente reseñado antes, en 1972 se cruzaría en su camino Lord Hesketh, que
viene a ser algo así como el paradigma del aristócrata británico excéntrico.
Hesketh, podrido de dinero, apasionado del lujo, los coches, la buena comida,
el vino y las mujeres, encontró en la Fórmula 2 un lugar donde vivir a todo
trapo y con Hunt formó un equipo insuperable en este sentido.
Es cierto que el piloto británico vomitaba antes de cada Gran Premio.
Por un lado, por los nervios de la carrera. Por otro, consecuencia de la resaca
tras las correrías de la noche anterior. También es verdad la vida de
desenfreno de Hunt, siempre rodeado de chicas y coqueteando con la cocaína
incluso poco antes de subirse al monoplaza.
Avanzando un poco en el tiempo,
de entre todas las mujeres que rodeaban a Hunt, sin duda destaca la supermodelo
Suzy Miller, a la que conoció en España y con la que se casaría en 1974 tras
solo dos semanas de relación. El matrimonio se rompería a finales de 1975, cuando
la Miller abandonó a Hunt por Richard Burton, que rompió su segundo matrimonio
con Liz Taylor por la modelo. El acuerdo de divorcio de los Hunt le saldría a
Burton por un millón de dólares, que Hunt no dudó en agradecer públicamente.
“Tranquilo, Richard. Me has hecho un maravilloso
favor quedándote con la cuenta de gastos más alarmante del país” (James Hunt)
Retomando el orden cronológico de la historia, sea como fuere, el
equipo Hesketh corrió en 1972 en Fórmula 3 y al término de la temporada, Lord Hesketh
echó un par de número gordos y descubrió que la diferencia de costes entre la
Fórmula 3 y la Fórmula 1 no era tan grande. En realidad, Lord Hesketh se había
equivocado en mucho, pero afortunadamente, no se daría cuenta del error hasta
tres años después.
“Antes de subirme al coche, vomité por todas partes
y en la parrilla. Estaba hecho un desastre.” (James Hunt, sobre su debut en la
Fórmula 1)
Así que llegado el sexto Gran Premio la temporada de 1973, nada menos
que en Montecarlo, el equipo Hesketh se presentaba en el paddock con un March
731 sin ninguna publicidad, pintado en blanco y con unas franjas con los
colores de la Union Jack más un par de banderitas de Inglaterra y Escocia como
todo adorno. El circo de Hesketh llegaba al Gran Circo y Hunt cumplía su sueño
de pilotar en la Fórmula 1. Terminaría en un muy meritorio noveno puesto en su
debut en la máxima competición del automovilismo.
Aunque el equipo Hesketh se veía como una excentricidad de su
propietario, en la octava carrera del Mundial Hunt acababa sexto en Francia. A
esto le seguían un cuarto puesto, un tercero y un segundo en la última carrera
de la temporada, con lo que Hunt lograba un sorprendente octavo lugar en la
clasificación del Mundial de 1973 con 14 puntos.
La temporada de 1974 sería la primera en la que Lauda de verdad
mostraría sus grandes habilidades para poner a punto un monoplaza. Durante gran
parte de la temporada Lauda acarició el título, con dos victorias y tres
segundos puestos, pero la poca fiabilidad del coche le hizo abandonar en ocho
carreras, entre ellas las cinco últimas, esfumándose sus opciones de ser
campeón del mundo. Al final lograba un buen cuarto puesto en el Mundial con 38
puntos que de paso sacaban a Ferrari del pozo.
Mientras tanto, Hunt repetía con Hesketh. Sólo completaría 6 de las 15
carreras del Mundial, pero lograría tres terceros puestos que le darían de
nuevo el octavo lugar en el Mundial con 15 puntos. Hasta entonces, Hunt y Lauda
se puede decir que competían en divisiones distintas. Mientras Lauda tenía a su
disposición los grandes recursos de Ferrari, Hunt competía con un equipo
modesto.
Todavía se mantendría este desequilibrio un año más, el primero en el
que Lauda sería campeón del mundo. Eso sí: esa temporada de 1975 Hunt sería ya
uno de los animadores del campeonato.
Ciertamente, el inicio de temporada de 1975 sería mejor para Hunt que
para Lauda: un segundo y un sexto puesto en las dos primeras carreras frente a
un sexto y un quinto. Pero mientras Hunt acumulaba cuatro abandonos consecutivos,
el Ferrari de Lauda poco a poco se iba entonando para, tras un quinto puesto y
un abandono, encadenar tres victorias, un segundo puesto y otra victoria más
que le darían un sólido liderato en el Mundial. Lauda acabaría primero con 64,5
puntos esa temporada, mientras Hunt, con su primera victoria en Fórmula 1 en el
Gran Premio de Holanda y tres segundos puestos acabó el Mundial en cuarta
posición con 33 puntos.
La temporada de 1976, que es en la que se centra la película, es
ciertamente una de las más recordadas y más apasionantes de la historia de la
Fórmula 1.
Empezó fatal para James Hunt, que veía como Lord Hesketh se declaraba
en bancarrota al haber subestimado los costes de la competición, más aún tras
correr durante tres temporadas con un monoplaza sin publicidad. Como se puede
ver en el film, Hunt será contratado por McLaren para suplir la baja de Emerson
Fittipaldi, que había firmado por el equipo de su hermano, el
Copersucar-Fittipaldi.
McLaren se encontró con que no había pilotos disponibles en el mercado
y recurrió a Hunt, al que sin embargo fichó con un salario muy bajo de 200.000
dólares. El acuerdo estuvo a punto de venirse abajo pues la muy británica
McLaren quería imponer en el contrato de Hunt una cláusula por la que el piloto
siempre aparecería en público vestido de traje, a lo que se negó completamente.
Y es que Hunt siempre se presentaba en todas partes en vaqueros y camiseta y
muchas veces incluso descalzo. Afortunadamente, las diferencias se pudieron
resolver y James Hunt se presentó a la primera carrera de 1976 con el McLaren
M23.
Las siete primeras carreras de la temporada fueron un paseo triunfal
para Niki Lauda: 4 primeros puestos, dos segundos y un tercero que
prácticamente dejaban el Mundial en bandeja para el austriaco.
Mientras tanto, Hunt sufría con la falta de fiabilidad de su
monoplaza, retirándose en cuatro de esas siete carreras, obteniendo un segundo
y un quinto puesto y ganando en el Gran Premio de España.
“McLaren hizo una chapuza espectacular en España. ¡Ni
siquiera se preocuparon de comprobar el coche tras la carrera!” (Hunt cargando
contra su propio equipo tras su descalificación)
Pero sería en ese Gran Premio de España, cuarto de la temporada, donde
empezaría la polémica de ese año: durante el pesaje y medición del monoplaza
tras la carrera, los comisarios detectan que el eje trasero supera en 18
milímetros el ancho máximo permitido por el reglamento y Hunt es descalificado,
pasando la victoria a manos de Lauda.
A su vez, McLaren recurre la descalificación, alegando que los
comisarios midieron el coche antes de la carrera, detectaron la irregularidad y
sin embargo les dejaron correr. Tras la pelea en los despachos, a Hunt se le
devuelve la victoria pero los líos no han hecho más que empezar.
En la octava carrera de la temporada, en Francia, Hunt lograba su
segunda victoria de la temporada, mientras Lauda sufría su primer revés,
teniendo que retirarse. Y en la novena, en Gran Bretaña, nuevo lío: en un
intento de Hunt por adelantar a Lauda, que salía primero, sufren un accidente
que deja el McLaren fuera de combate y obliga a parar la carrera. Los
comisarios decretan que la carrera debe reiniciarse y Hunt no obtiene permiso
para correr con el “muleto”, el famoso tercer coche que por entonces tenían
preparado las escuderías para casos como este, pero se presenta en la parrilla
de salida con él y gana la carrera por delante de Lauda. Ferrari recurre y un
par de meses después Hunt es descalificado y la victoria pasa a manos de Lauda.
Por entonces la temporada ya era un lío de despachos pero Lauda
dominaba el mundial con mano de hierro, más que doblando los puntos de Jodi
Scheckter y Hunt.
Y llegamos al 1 de agosto de 1976, una fecha marcada en la historia de
la Fórmula 1 como uno de sus momentos más dramáticos.
Se corría ese día el Gran Premio de Alemania, en el antiguo trazado de
Nürburgring, que entonces era un circuito de 23 kilómetros de longitud que
transcurrían entre bosques y que los pilotos tardaban más de siete minutos en
recorrer en cada vuelta.
Es cierto que Lauda intentó que la carrera no se celebrase. No fue el
día anterior a la carrera, sino una semana antes, pero el austriaco convocó una
reunión de pilotos en la que intentó convencer a sus compañeros de la
conveniencia de suspender la carrera ya que el circuito estaba en pésimas
condiciones de seguridad. Lauda era en realidad el poseedor del récord del
circuito, el único piloto que había rodado allí por debajo de los siete
minutos, pero más de un rival entendió la jugada como un intento de reducir en
una las pruebas del Mundial, lo que le daba aún más ventaja en la
clasificación.
Es verdad que Hunt se opuso a la suspensión y que se formaron dos
grupos de pilotos y es cierto que se votó la suspensión y se acordó correr…
pero por solo un voto de diferencia.
El de Hunt.
“A la mierda la seguridad. Yo solo quiero correr.”
(James Hunt)
Así que el 1 de agosto de 1976 el Gran Circo llegaba al Infierno Verde
de Nürburg y, como temía Lauda, la carrera resulta caótica desde el principio. Tal
vez por la rotura de la suspensión trasera de su Ferrari, en su segunda pasada
por el curvón de izquierdas que precedía a la horquilla de Bergwerk, Lauda se
salía de pista y su coche se incendiaba tras golpear las protecciones antes de
quedar atravesado en la pista donde será embestido por el Surtess-Ford de Brett
Lunger.
Ante la pasividad de las asistencias, entre Lunger, Arturo Merzario,
Guy Edwards y Harald Ertl, que marchaban justo tras Lauda cuando sufre el accidente,
consiguen sacarle del coche, lo que le salvará la vida. Sin embargo, Lauda
sufre graves quemaduras en su cara y sus pulmones quedan dañados por la
inhalación de gases tóxicos procedentes del incendio. A poco de ser sacado del
coche, entra en coma y es evacuado en helicóptero mientras Ferrari se apresura
a firmar a Carlos Reutemann en su lugar, en una de las maniobras más
vergonzosas, por producirse mientras Lauda todavía casi ni había salido del
circuito, que se recuerdan en la historia de la Fórmula 1.
"Sólo viví una sensación igual a la del
accidente un día que fumé marihuana." (Niki Lauda)
Increíblemente, la carrera no se suspenderá, sino que una vez
retirados los restos del monoplaza de Lauda, se reinicia, ganando James Hunt,
que empieza su remontada hacia el título.
Mientras Lauda lucha por su vida, Hunt queda cuarto en el Gran Premio
de Austria y se impone en el de Holanda. Estos resultados le meten de lleno en
la lucha por el título mundial, que se empieza a presentar muy favorable para
McLaren.
"La gente quiere "superestrellas" y
Niki es obviamente una de ellas. Su accidente le dio cierta mística, volvió de
la muerte." (Ron Dennis)
Pero seis semanas después de su accidente, Niki Lauda vuelve a correr.
Tras una recuperación milagrosa, Lauda se presenta en la parrilla de salida del
Gran Premio de Italia.
Es cierto que Lauda se presenta en la rueda de prensa previa al Gran
Premio en medio de una gran expectación con su cabeza todavía vendada y es
verdad que un periodista le preguntó por su matrimonio tras quedar desfigurado.
Lo que obviamente no sucedió es que Hunt le metiera una fenomenal paliza a ese periodista tras la rueda de prensa. De
haberlo hecho, habría visto el final de la temporada entre rejas y no subido a
su monoplaza. En cualquier caso, la escena de la película funciona
maravillosamente para explicar la relación entre los dos pilotos.
"No deberías precuparte por tu cara Niki, ya
eras horrible antes del accidente." (James Hunt)
"Prefiero tener mi pie derecho bien que una bella
cara." (Niki Lauda)
Tal y como se ve en la película, Lauda tendrá que usar un casco
especial que no empeore aún más sus heridas y aun con eso, al quitarse las
vendas, estas estarán llenas de sangre. Es ciertamente increíble la
recuperación del austriaco en tan poco tiempo.
El caso es que en Monza Lauda estaba muerto de miedo pero logró un
espectacular cuarto puesto, algo impensable viendo lo que había sucedido mes y
medio antes y las paupérrimas condiciones físicas en las que llegaba a la
carrera. Para meter más leña al fuego, Hunt no terminaba la carrera.
En los dos grandes premios siguientes, Lauda logrará un octavo y un
tercer puesto mientras que Hunt se hará con la victoria en las dos carreras. De
esta forma, se llega al último Gran Premio de la temporada con Lauda
aventajando a Hunt en tres puntos. Por entonces, la temporada ya es de las más
dramáticas y más espectaculares que se recuerdan y todavía tendrá un gran final
inesperado.
Por primera vez la Fórmula 1 se trasladaba a Japón, para correr en el
circuito de Fuji y su recta de kilómetro y medio de longitud. Pero el día de la
carrera un tremendo temporal azotaba el circuito, que quedaba inundado en
algunas zonas. La persistente lluvia y la niebla en algunos puntos del circuito
llevaban a plantear la suspensión de la carrera que al final era rechazada por
los comisarios.
Hunt necesitaba recuperar los tres puntos que le llevaba Lauda de
ventaja y salía segundo tras el Lotus de Mario Andretti. El austriaco salía
tercero.
“Mi vida es más valiosa que un título.” (Niki Lauda)
Hunt se colocó en cabeza desde el inicio de la carrera, con Lauda
cayendo hasta la cuarta plaza tras el Penske de John Watson y el Lotus de
Andretti. En la segunda vuelta, Watson se salía de pista y Lauda se retiraba de
la carrera. Alegaría que no podía pestañear bien como consecuencia de sus
heridas y los ojos se le secaban, impidiéndole ver. Esto dejaba a Hunt como
campeón del mundo virtual y a la vez provocó una ruptura entre Lauda y Ferrari
que sería irreversible. Pero en cualquier caso poco se le podía reprochar a un
piloto que unos meses antes no había muerto de milagro y se había recuperado
aún más milagrosamente de sus heridas.
Hunt se mantuvo en cabeza del Gran Premio hasta la vuelta 62ª de las
73 programadas y todo parecía ir perfecto, pero entonces sus neumáticos de
lluvia dijeron basta según se iba secando el circuito. En esa vuelta cayó al
tercer puesto, que le seguía valiendo para ser campeón del mundo. Dos vueltas
más tarde, Patrick Depallier, que iba segundo con su Tyrrel de seis ruedas,
veía como pinchaba un neumático y tenía que entrar al pit. No sería el único,
pues Hunt sufría el mismo problema y tras el cambio de ruedas volvía a pista en
un quinto puesto que le dejaba contra las cuerdas a ocho vueltas del final.
Con todo perdido, Hunt se lanzaba a una última carga desesperada. En
la vuelta 70ª Depallier recuperaba el segundo puesto. En la 71ª, Hunt superaba
a Alan Jones y a continuación a Clay Regazzoni. En la 73ª, en medio de una gran
confusión, entraba en meta en tercer lugar. Ni él mismo sabía en qué puesto
había acabado, pero era campeón del mundo por un punto. El campeonato de 1976
tenía un final acorde a lo que se había vivido durante todo el año.
“Un hombre sabio aprende más de sus enemigos que un estúpido
de sus amigos.” (Lauda a James Hunt)
La película termina tras el Gran Premio de Japón con una espectacular
escena en la que los dos pilotos se sinceran en un hangar. Realmente, es el
mejor final posible para la historia que se cuenta en la pantalla, aunque ambos
pilotos no se retiraron aún, sino que seguirían compitiendo varios años más.
En 1977, Lauda volvería ser campeón del mundo con Ferrari, firmando
una temporada en la que apenas se bajó del podio y abandonando el equipo dos
carreras antes de terminar la temporada por desavenencias con la Scuderia.
Hunt por su parte sufrió la absoluta falta de fiabilidad del nuevo
McLaren de esa temporada y con un montón de abandonos y tres victorias,
acabaría solamente en quinta posición. Aún correría un año más para McLaren
(decimotercero con solo 8 puntos) antes de firmar por el equipo Wolf en 1979,
equipo que abandonaría a mitad de temporada decepcionado con el pobre
rendimiento de su coche. En 1978 había salvado la vida de Ronnie Peterson, en
una situación parecida al accidente de Lauda en Alemania, al conseguir sacarlo
del coche con la ayuda de Depallier y Regazzoni.
Lauda correría en 1978 y 1979 para Brabham, que en el 78, bajo la
dirección de Bernie Ecclestone, presentó en la parrilla aquel revolucionario
coche que montaba un ventilador tras el alerón trasero. El coche era un cohete,
pero resultaba tan peligroso para los rivales que fue prohibido. Aquello fue un
desastre para el equipo, que apenas logró ningún buen resultado. En 1979, Lauda
se retiró y fundó su propia compañía aérea, Lauda Air.
Volvería en 1982 acuciado por las deudas, fichando con McLaren, donde
protagonizaría una rivalidad, esta vez sí transformada en enemistad fuera de
las pistas, con Alain Prost y donde sería de nuevo campeón del mundo en 1984,
ya en la era de los turbos. En 1985 se retiraría definitivamente. Mientras
tanto, Hunt comentaba las carreras para la BBC.
Esta es someramente la historia de dos de los más grandes pilotos de
la historia de la Fórmula 1. Aunque el guión de “Rush” la altera en muchos
pasajes, la película es absolutamente recomendable para todo apasionado del
deporte y también, por qué no, para todo amante del cine.
"La única victoria importante en este negocio
es el día en el que abandonas el paddock con vida." (Niki Lauda)
Lee aquí la 1ª Parte del análisis de la película.
Lee aquí la 2ª Parte del análisis de la película.
Lee aquí la 3ª Parte del análisis de la película.
Lee aquí la Última Parte del análisis de la película.
Lee aquí la 2ª Parte del análisis de la película.
Lee aquí la 3ª Parte del análisis de la película.
Lee aquí la Última Parte del análisis de la película.
WSMITH (@yosoywsmith)
BRAVO!!!!!
ResponderEliminarMuy interesante conocer la historia que hay detrás de la película, sobre todo para ignorantes de la F1 como la que escribe esto :-) Felicidades a @yosoywsmith por contarla además tan bien. Ahora a esperar entrada sobre la película, que ciertamente, es para amantes del deporte y también del cine, porque es genial.
ResponderEliminarSaludos a los 2,
Patricia
La verdad es que sí, es un gran trabajo de Wsmith :)). Gracias por participar Patricia.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMagnífico amic WSmith, apasionante.
ResponderEliminar¡¡Bravo!!
Enhorabuena Pablo!!! Magnifico trabajo!!! Vi la peli pero no conocía los entresijos de la historia... Me defrauda un poco que no se fuera fiel en todo a la historia entre ambos... pero a pesar de ello sigo pensando que la peli me gusto mucho
ResponderEliminarNo sé qué me ha gustado más, si la película o este artículo. Muy bueno.
ResponderEliminar¡Muchas gracias a todos y sobre todo a Sambo por proponerme participar en el blog con este artículo!
ResponderEliminarLa verdad que esta película me sorprendió muy gratamente y, aunque no sea totalmente fiel a la historia de Hunt y Lauda, se le perdona, puesto que refleja magníficamente lo que era el mundo de la F1 cuando aún Ecclestone no se había hecho con los mandos de la competición y los pilotos se jugaban la vida de verdad y no tenían que ser políticamente correctos como ocurre ahora.
Leí mientras preparaba el artículo que en los años en que transcurre la historia murieron 13 pilotos en accidentes durante las carreras o los entrenamientos. Ni los coches eran indestructibles como hoy en día ni las medidas de seguridad eran como las actuales. Por ejemplo, el GP de Japón del 76 en el que Hunt se proclama campeón del mundo jamás se hubiera disputado en estas temporadas.
Decía Lauda en otra entrevista que a Hunt le hubiera encantado la película. Estoy seguro de que es cierto.
Ahora a esperar la crítica de Sambo!!! :-)
Gracias a ti amigo mio, esta es tu casa para lo que quieras. Efectivamente se le perdona, las licencias que se toma son muy comprensibles para el conflicto que se quiere remarcar y no pervierte la esencia, dando el propio Lauda su beneplácito.
EliminarEs muy curioso ver el cambio de mentalidad, como explica Wsmith, sobre la seguridad y el espectáculo.
A ver que tal la crítica que llegará el fin de semana seguramente :))
Gran trabajo amigo mio.
Genial artículo, wsmith, felicidades.
ResponderEliminarDesconocía la historia hasta que vi "Rush", que me encantó. Y se agradece mucho este artículo para verlo todo en perspectiva.
Muchas gracias :-)
ResponderEliminarNada que ver esta Fórmula 1 con la actual, tan milimetrada y tan aburrida casi siempre.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMagnífico artículo, pero decir que Rush es una gran película y que recoge mejor que ninguna la F1 es mucho decir existiendo Grand Prix, que sí es una obra maestra y que sí muestra como es la F1, a diferencia de Rush, que no sólo no logra buenas secuencias de las carreras -a diferencia de Gran Prix y el bodrio de Le Mans- sino que es una mala película. Lauda y Hunt son dos perfectos imbéciles -en el film- totalmente insufribles e infantiles. Salvo la escena de auto stop de la chica, y el emotivo final entre Hunt y Lauda en el que por fin se muestran como seres humanos, el resto es prescindible.
ResponderEliminarRespecto a la maniobra "vergonzosa" del fichaje de Reutemann mientras Lauda estaba en el hospital discrepo. El mundial, la vida, seguía, y Ferrari fichó a un piloto para cubrir el hueco. Lauda, cuando regresó, siempre tuvo un coche a su disposición, y no fue despedido.
Cierto que a Niki no le gusto nada el fichaje de Reutemann y además, tuvo más desencuentros con Ferrari -como muchos otros antes- pero con perspectiva -en 1990- el propio Lauda dijo que no le gustó esa maniobra de Ferrari, pero que la entendía, ya que Ferrari tenía que mirar por sus propios intereses. Si el mismo Lauda -que no tiene pelos en la lengua- lo dice, tan vergonzoso no debía ser la cosa.
Ferrari no se tomó a mal la renuncia de Niki en Japón, al menos no mucho, ya que Niki siguió en el equipo y nunca fue despedido. De hecho, fue Niki el que se largó al año siguiente. Por tanto, no hubo ruptura irreversible, ni mucho menos.
En referencia a 1978 y al Brabham de Lauda, precisar que el BT46B con ventilador sólo corrió una prueba, la octava, la de Suecia que ganó y ninguna más, ya que fue prohibido. Por tanto, no es achacable a la prohibición de este modelo los malos resultados de Lauda y Brabham ese año, que por otro lado, no fueron tan malos en principio, donde Lauda mantuvo el tipo. Luego sus resultados se resintieron, sobre todo por fiabilidad, pero ahí no influyó la prohibición del coche ventilador.
Un saludo.