Se inicia así el Mundial de 1976, uno de los más dramáticos
de la historia de la Fórmula 1 y que convirtió a los dos pilotos en leyendas, si
no lo eran ya. Una 1ª carrera en Sao Paulo, Brasil, con victoria de Lauda y la
avería de Hunt; una 2ª carrera en Suráfrica con victoria de Lauda y Hunt
segundo y la victoria de Hunt en España con Lauda detrás, como predijo, son
las primeras pruebas del Mundial. En España Hunt (Chris Hemsworth) fue descalificado por exceder
el ancho reglamentario en el coche. Tras varias alegaciones le devolvieron los puntos. En
Mónaco Hunt no termina y en Bélgica el coche vuelve a fallar, con lo que la
diferencia parece casi definitiva a favor de Lauda nada más empezar, 50 puntos.
Todas estas pruebas son mostradas de forma escueta por Howard, que hará un
excelente resumen del Mundial de ese año.
La escena donde Hunt habla con su mujer para determinar la
separación de la pareja es otro ejemplo de buena dirección que fusiona los
sentimientos de Hunt, su turbulento interior, a través del estilo y la forma.
El piloto ocultará en público entre bromas su dolor, como acostumbra, un gran
actor que manejaba a la perfección a los medios.
Hunt es un espíritu libre, su separación parece devolverle a
su esencia, parece reencontrarse consigo mismo. Es curioso que se vincule el
hecho de la separación con el inicio de la remontada, ganando en Francia
mientras Lauda se retira y en Gran Bretaña con Lauda segundo. En este premio de
Gran Bretaña hay un excelente plano con una elipsis visual para un
adelantamiento donde Lauda va delante de Hunt al entrar en una curva, un árbol
ocultará el trayecto y a la salida de esa curva, cuando el árbol no interfiera,
comprobaremos que Hunt ya va delante, un estupendo detalle de dirección que
apuntala ese estilo semidocumental del film. La rivalidad por las nubes.
“Echándole huevos”.
“… cuando los cerdos vuelen”.
En el actual mundo amanerado donde cualquier vacile o
bravuconería es condenado como si fuera un delito, satisface ver cómo se las
gastaban los pilotos en las ruedas de prensa y ante las cámaras, sin prejuicios
ni poses falsas e hipócritas. Renunciando a la falsa humildad.
España está muy presente en la cinta, vimos el reflejo de
Hunt en un trofeo entregado en España, asistiremos al Gran Premio de España en el que vence
Hunt y seremos testigos de la luna de miel de Niki Lauda (Daniel Brühl) en Ibiza, en una escena
repleta de presagios y metáforas visuales.
A mitad de película recuperamos la escena inicial, los
preparativos para el Gran Premio de Alemania. Antes Howard usó su puesta en
escena para presagiar la desgracia de Lauda, ahora lo subrayará con un
accidente en los entrenamientos, el fan que pide la fecha en el autógrafo “porque podría ser el
último Gran Premio” de Lauda, así como se citará el sobrenombre que tiene el circuito de
Nürburgring, "El cementerio". Howard crear una excelente atmósfera trágica y
tensa.
La decisión de mantener los neumáticos de lluvia de Lauda y
Hunt, por el respeto y admiración que se profesan, se antoja fallida pronto.
Resulta divertido ver la tardanza en cambiar los neumáticos en comparación con
la época actual.
“Rush” peca de un exceso de verbalización para
hacer evidente lo que ya ha quedado claro, no es excesivo pero ocurre en alguna
ocasión. Por el contrario tenemos escenas donde no se dice nada de una fuerza
dramática y conmovedora sensibilidad que deja patente el estado de inspiración
de Howard y todo el equipo de la película. Un ejemplo de esto último, el primer
contacto entre Lauda (Daniel Brühl) y su mujer tras el horrible accidente, él hecho un monstruo con su rostro
desfigurado, una mirada y ella sentándose en la cama para cogerle la mano, sin
palabras, no hace falta decir más. “La bella y la bestia” condensado en unos
breves segundos.
Estudio sobre la competitividad y la competencia.
La rivalidad máxima a todos los niveles que escenifica
Howard nos deja profundísimas reflexiones sobre el carácter competitivo, la
competitividad y la competencia. El ansia de Lauda por alcanzar a Hunt en
Alemania acaba reventando su coche, pero del mismo modo ver las victorias de su
rival en televisión mientras se cura de sus heridas le ayudará y motivará a
recuperarse en tiempo récord.
Las victorias de Hunt empezarán a sucederse, lo que
despertará en Lauda sus ansias de recuperación. Gloria de uno y sufrimiento de
otro, en un vínculo antagónico. Se necesitan el uno al otro. Esta lucha
comenzará tras 14 días de cuidados médicos para superar las quemaduras, tras la
nueva victoria de James Hunt (Chris Hemsworth). 28 días después de su entrada
en el hospital, Hunt sigue ganado y reduciendo su diferencia con Lauda, pero
gracias a ello éste va consiguiendo una recuperación en tiempo récord. Howard
enfrenta victorias de Hunt a la dura y escalofriante recuperación de Lauda. Hay
un momento significativo, tratado de forma especial desde lo visual, la escena
donde Lauda se prueba el casco, que se inicia con la sombra del mismo. Una
sombra que sugiere la muerte que evitó cuando llevaba ese mismo casco. La
petición a su mujer de que no dijera nada ante sus sacrificios, la recuperación
fue bestial y casi milagrosa, es un momento conmovedor y que define ese
carácter competitivo y la madera de la que estaba hecho Lauda.
Este comportamiento de Niki denota su competitividad, como
también la demostró Hunt anteriormente cuando se vio sin coche, por ejemplo,
haciendo lo imposible por remontar algo inalcanzable o, posteriormente, cuando en la última
carrera su propio equipo daba el resultado por perdido, jugándoselo todo. Estos
comportamientos definen la competitividad y la competencia como impulso vital,
como motivación vital, esencia definitoria de un ser. La lucha, la superación,
la necesidad de tener un rival, el éxito y la autoexigencia, superarse,
precisamente gracias a tener un rival, dan sentido a la vida, definen el motivo
de la misma. La competencia y la competitividad como conocimiento de uno mismo, un rival, del mayor nivel posible, que nos impulse a conocer nuestros límites, que nos exija para saber y conocer hasta donde somos capaces de llegar, qué somos capaces de hacer, de sacrificar, para dar lo máximo. Explorar lugares ocultos de nuestro yo que no sabíamos que teníamos. Por ello Hunt dirá que estaba dispuesto a morir por ganar a Lauda.
Así, tras las victorias de James Hunt en Österreich y
Niederlande, Niki Lauda regresará para correr en Italia y plantar batalla. Será
en este premio donde Niki confirma a James lo mencionado anteriormente, esa
reflexión sobre la competencia y su motivación, el impulso que supuso para Niki
ver ganar carreras a James. 42 días después, algo realmente sorprendente y que
define a todo un personaje, Niki Lauda está dispuesto para correr en Monza.
El valor del hecho de que Lauda (Daniel Brühl) se metiera en un coche 42
días después no está sólo en su capacidad de superación, su sacrificio, su
recuperación milagrosa y su manera de aguantar el dolor, que en el coche debía ser mucho,
sino en su mentalidad, en superar el miedo y el recuerdo de lo ocurrido con
total entereza. Un ganador, un competidor nato. Como Hunt, que se jugaba la
vida yendo al límite fuera cual fuese la situación y las condiciones de la
pista, asumiendo en cada curva que podía ser la última. Otro luchador, otro
ganador. Hay que tener un carácter extraordinario y estar hecho de una pasta muy especial para lograr esto.
Es gracioso oír los comentarios de los periodistas que
narran las pruebas, llenos de tópicos como en todos lados. Al menos nos dan la
sensación de que nosotros mismos podríamos narrar cualquier carrera sin tener
mucha idea y hacer juicios críticos sin ver más allá de lo evidente, intentando
adivinar, uno de los hobbys favoritos de los periodistas, y errando casi
siempre en esa nula capacidad de análisis y precipitación… Como sale gratis…
La carrera en Italia se saborea más, mejor rodada, además
tiene planos soberbios, como ese sobre el Ferrari de Lauda desde el número 1
del morro hasta el rostro del piloto. Es el inicio de la remontada. Un heroico
Lauda terminará 4º mientras que Hunt debe retirarse.
Una bestial tormenta mantiene a los pilotos expectantes, la
diferencia entre Lauda y Hunt es de 3 puntos (68-65). Tensión perfectamente
modulada ante una carrera que parece no debía celebrarse, pero la presión de las
televisiones impulsó a ello por ser la prueba final de un Mundial sin decidir.
Howard modula el tempo a la perfección, alargando los
preparativos, deleitándose en los detalles, como el cordial saludo en la
rivalidad, la habitual vomitona de Hunt o los agujeros en los cascos para
evitar la condensación. También recurrirá a espectaculares cámaras lentas de
la permanente lluvia que cae torrencialmente, un juego de ritmos que apuesta por
la pausa, la tensa espera, la cadencia tranquila y expectante antes del
arranque frenético de los monoplazas.
A cuatro vueltas del final será adelantado, saldrá de boxes 6º y
seguirá 5º a dos vueltas del final.
“A la mierda”.
Lamentablemente la épica queda algo difuminada en la
confusión del final, en aras de ser fiel a lo que aconteció y su propuesta
documental se pierde cierta intensidad en el momento de la consecución del
Mundial por parte de Hunt. Con todo se alcanzan momentos de una tremenda
intensidad y se logra transmitir la locura del pilotaje y las carreras, especialmente en
condiciones tan adversas. Emoción. El caso es que Hunt consiguió su ansiado
título, jugándose la vida y yendo al límite, como vivió su vida, siendo fiel a
él mismo.
Este final de Mundial nos remite a la primera carrera en la que
compitieron juntos, donde la temeridad de Hunt sobrepasó a la prudencia de
Lauda.
En Bolonia, Italia, tendremos el escenario de la preciosa
escena final, que rubrica todos los elementos comentados con anterioridad, así
como la esencia de la relación de esos dos personajes. Una hermosa y magnífica
conversación compendio de las claves de su relación y la propia película. La
motivación, la competencia, la competitividad, el deporte y su esencia…
“Un sabio saca más de sus enemigos que un necio de sus
amigos”.
“La gente piensa en nosotros como rivales, pero era de los
pocos que me caía bien… y de los poquísimos a los que respetaba”.
La competencia sana, la competencia pura, la competencia
esencial que desemboca en amistad. Las bonitas palabras de Niki al final de la
cinta, esa declaración de amistad hacia ese hombre que le “tocaba las pelotas”,
esa amistad detrás de la rivalidad, la admiración, respeto y cariño mutuos en
sus antagónicos caracteres, el sentimiento por su muerte… es la conclusión
perfecta para la película. Una declaración final que queda enmarcada con imágenes
documentales donde apreciamos la buena relación que en realidad tenían ambos
pilotos y que emocionan sin duda.
“Sigue siendo la única persona a la que envidié”.
El propio Niki Lauda ha asesorado en la película, así como
Alastair Cadwell (que hace un cameo), el que fuera manager de McClaren, por poner algún ejemplo de ilustres colaboradores.
“Rush” habla de amistad, rivalidad, de la necesidad de
competencia, de la competitividad, de la competición como forma de forjar individualidades, de formas de vivir, de la necesidad de un
objetivo, incluso desde enfoques radicalmente opuestos, de la vida como
motivación, de las motivaciones para vivir, del riesgo, de la individualidad,
de la búsqueda de la propia esencia y la autoafirmación… Una joya, de lo mejor
que se ha visto en un año excelente de cine, una obra redonda que además es la
película que mejor ha tratado y mostrado el mundo de la Fórmula 1. Una
experiencia que merece mucho la pena porque no siempre tenemos el gusto de ver
trabajos indiscutibles de este nivel. Es muy difícil que no te guste, aunque la
Fórmula 1 te deje frío. Ha sido ignorada en los premios, pero se la recordará
como una de las grandes películas deportivas que se han rodado jamás.
BRAVO.
ResponderEliminarGracias Sambo. Gran final para un gran anánisis de una gran película.
Besos
Después de la informativa, la psicológica y la técnica, llega la filosófica jjaja
EliminarGracias, Reina. Me alegra que te gustara.
Magnifica la serie de cuatro artículos.
ResponderEliminarEl ultimo Gran Premio no se habría corrido seguramente de ser el tercero, pero es que no solo estabas en juego el titulo sino que era la primera vez que la F1 se corría en Japón y además en un circuito recién estrenado. A Lauda le costó su relación con Ferrari el que se retirara, ya que los italianos, contrariamente a lo que se sugiere en la cinta, no lo comprendieron. Era lo normal viendo el deleznable comportamiento de Montezemolo firmando a Reutemann en Alemania sin esperar si quiera a saber si Lauda viviría o no tras el accidente.
Lauda aún siguió un año en la Escudería, seguramente porque costaría más despedirle que mantenerle, y en 1977 apabulló a sus rivales, ganando el Mundial con antelación y mandando a hacer puñetas al equipo dos carreras antes del final.
Por cierto, Hunt consideraba a Reutemann un pésimo piloto y no se mordía la lengua para criticarle.
Grandísima película injustamente tratada por la Academia americana, pero es que es una peli para disfrutarla en Europa.
Eso me pareció, Wsmith, que de no ser el último se habría suspendido. Lo de Japón era un motivo más, claro.
EliminarBuenísimo el detalle de las críticas de Hunt a Reutemann, hubiera quedado genial en la película un momento así.
La comprensión de la escudería es relativa, quiero pensar, es más del que habla con Lauda que general, igual que el malestar de Lauda sólo se sugiere en una rueda de prensa, se aprecia que no era el interés mostrar eso.
Me gusta ese dato que nos revelas de que Lauda se fuera dos carreras antes de Ferrari, lo define mucho y le hace caerme aún mejor. Un ganador repleto de dignidad.
Muchas gracias, amigo mio, ha sido un placer aprender de ti todas estas cosas y disfrutar de tu maravilloso artículo.
Pues muchas gracias tanto a wsmith por enseñarnos la historia real como a Sambo por su genial crítica.
ResponderEliminarA ver si puedo volver a verla este fin de semana.
Poco que decir, si acaso me llama la atención, el gran parecido físico de Lauda y Hunt con los dos actores. De hecho leí que Thor tuvo que adelgazar bastantes kilos para encajar con Hunt.
Un saludo y un placer poder aprender tanto.
Gracias a ti Taillon, ha sido un placer contar con Wsmith, sabía que haría algo espléndido, se lo ha currado.
EliminarSí adelgazó, aunque está excesivamente mazado con todo para lo que era Hunt jajaja.
Un abrazo, amigo mio.
"Es gracioso oír los comentarios de los periodistas que narran las pruebas, llenos de tópicos como en todos lados. Al menos nos dan la sensación de que nosotros mismos podríamos narrar cualquier carrera sin tener mucha idea y hacer juicios críticos sin ver más allá de lo evidente, intentando adivinar, uno de los hobbys favoritos de los periodistas, y errando casi siempre en esa nula capacidad de análisis y precipitación… Como sale gratis…"
ResponderEliminarAquí me viene a la memoria aquello que decían los periodistas cuando un Formula 1 sufría una avería y empezaba a salir humo blanco: "Se ha roto el turbo", lo que no estaría mal si no fuera porque las mismas nubes de humo blanco siguieron apareciendo en los coches averiados DESPUÉS de que los turbos hubieran sido eliminados de la competición.
Jajajajaa ha sido buena, Anónimo.
Eliminar