Una escena deslumbrante.
Tommy Lee Jones (Thaddeus Stevens), presidente del comité
del partido republicano y radical defensor del abolicionismo, como he
comentado, recibirá con caballerosidad los reproches de la mujer de Lincoln en
dicha recepción. Mencionará incluso el carácter humilde, su origen, de los
Lincoln. Una divertida escena donde se reivindica a una gran mujer. Otra más.
En esta recepción tendremos otra escena de conversación
realmente notable, la de Lincoln con Thaddeus Stevens en la cocina, en la parte
baja de la casa, llena de oscuridad.
Una maravillosa escena en estricto plano contraplano, de
esas que aburrirá a muchos pero que es puro cine de diálogos deslumbrantes, una
conversación entre la sutileza y la brusquedad, entre el político y la fiera.
Dos hombres en busca del mismo objetivo y puntos de encuentro. Lincoln se destapará
antes Stevens como un grandioso visionario y político, algo que deberá aprender
para cuando le toque actuar. Le hablará de los rodeos que hay que dar para
lograr ese objetivo, para llegar a buen puerto.
“De una brújula aprendí, cuando estaba estudiando, que
aunque te advierte de donde está el norte, no lo hace de sobre los pantanos,
desiertos y abismos que encontrarás en el camino.”
Otro momento magistral. En las situaciones más tensas, de conflicto, con discusiones, siempre aparecerá una historia simpática para distender el ambiente. Es la escena donde se espera noticias del ataque al puerto y la toma de la ciudad de Wilmington. Todo es tensión hasta que un casi oculto Lincoln cuenta una divertida historia sobre Ethan Allen y un retrato de George Washington. Una historia que calmará la tensión, hipnótica, y dibujará una sonrisa en todos los allí presentes, agobiados hasta hacía unos minutos, haciendo olvidar todo eso. Un maravilloso contador de historias, como Spielberg. El puerto tomado, la ciudad resistiendo y muchas bajas será el resultado de la batalla.
La imagen del presidente Obama es fácil que venga a la
cabeza en relación al logró que supuso la decimotercera enmienda y las burlas de
los propios demócratas sobre el derecho a voto de los negros. Lo mismo cabe
decir sobre las mujeres, sin derecho a voto.
James Spader está sorprendente y espléndido, el contrapunto
cómico con esas escenas donde trata de conseguir congresistas. Uno de los
grandes hallazgos, si bien es cierto que siempre ha sido un buen actor no
ha explotado mucho su vertiente cómica. Los esfuerzos, con todo, no dan los
resultados previstos, tenían 12 votos, pero el arrepentimiento de uno de ellos
los dejará en 11.
El general Ulysses S. Grant también aparecerá en la
narración, fiel a Lincoln y con la absoluta confianza del presidente, luchará
por sus ideas. Es el general en jefe de los Estados Unidos.
La soledad y la dureza de la responsabilidad, acabar la
guerra en una semana o alargar el viaje de la comisión rebelde para sacar la
enmienda adelante, con la posibilidad de no lograrlo si quiera. Esos momentos
de duda donde hasta los principios más sólidos se tambalean, muchas vidas en
juego en ese presente. Hace falta mucha visión y responsabilidad para
sacrificar muchas cosas en aras de un beneficio indudable futuro y con tanta
oposición a ello. Esta soledad la visualizará Spielberg con un plano donde
Lincoln adelantará a la cámara que enfocaba un pasillo solitario o cuando le
vemos jugueteando con un reloj, el necesario manejo del tiempo, la pausa y la
calma.
Serán sus reflexiones a las 3.40 de la mañana sobre la
importancia de una vida y una conversación con los encargados del telégrafo
las que acabarán por inclinar la balanza. El agujero del sombrero, con el que Spielberg
inicia la escena con los telegrafistas, simboliza ese pozo sin salida aparente,
un agujero que oculta una carta que parece decidir la vuelta de la comisión
para pactar la paz… Euclides le hará rectificar.
Lincoln dictará la carta tras un cristal que Spielberg sitúa ante su cámara, un travelling vertical salvará dicho cristal tras terminar la lectura y guardar la misiva, ejemplo perfecto de uso de la puesta en escena y elementos del decorado con poder expresivo, un cristal como símbolo de duda, de distanciamiento hacia lo que está leyendo, una renuncia a sus principios, a la decimotercera enmienda. Otra historia, la justicia matemática de Euclides, un político de gran cultura y conocimientos aplicados, corregirá ese impulso, lo que significará más muertes por algo que las evitará en el futuro. Se mostrará firme y alargará la vuelta de la comisión de Richmond, a la que mantendrá navegando… Una maravillosa escena íntima que reflexiona sobre la responsabilidad y la frialdad que debe tener el gobernante, que tendrá muchos momentos de duda y debilidad.
Lincoln es consciente de que se adelantó a su tiempo.
Escenas pausadas, densas, largas, de cuidado tempo, lento,
clásico, seguro y preciso.
La continuación de la guerra.
Otra escena magnífica, el momento en el que Tommy Lee Jones
debe mostrarse moderado, algo que va contra su naturaleza de forma radical, ya
que toda la prensa está presente en el congreso. Las peticiones de los miembros
de su grupo y los planos majestuosos de su perfil en ligero contrapicado aumentando
su dignidad, dan gran solemnidad y emoción a la escena. Sumado a la música del
maestro John Williams. El necesario uso político de la mentira… Así son las
cosas, especialmente en determinadas épocas.
Thaddeus Stevens, 30 años de lucha por la igualdad racial,
pero parece que el discurso de Lincoln en aquella cocina le caló hondo.
Panorámica vertical al rosto de Fernando Wood (Lee Pace), el
autocontrol de Stevens, que admira la propia Mary Todd… quizá Thaddeus Stevens
tenga a un político en su interior… Una mirada en contrapicado de Stevens a Mary Todd sellará el vínculo que el acto del presidente del comité del partido
republicano acaba de realizar. La emoción llegará a la sirvienta negra de los
Lincoln y al propio secretario de estado Seward. Sublime escena con un Tommy
Lee Jones absolutamente enorme.
Magistral es también la escena donde Lincoln lleva a su hijo a ver
a los mutilados de guerra, siempre por delante de lo que pensará el resto. Su
hijo intuirá su intención de atemorizarle en esa visita y no entrará con él,
pero no era ese el propósito de su padre. Un plano de Robert (Joseph Gordon-Levitt), esperando en la
carroza visto desde dentro del hospital, saldremos fuera y veremos una carreta
que pasa junto a él, la seguirá… el impacto. Montones de brazos y piernas a enterrar.
Con todo y a pesar de la sorpresa e impacto que eso provocó en Robert, el chico
insistirá en alistarse, un duro conflicto con su padre, que no podrá convencerle y
no querrá obligarle, aunque como él dice es el único padre que podría.
La siguiente escena mantiene el mismo nivel de excelencia que la anterior. Una conversación entre Lincoln y su mujer, otra más. Comenzará con un plano de una cortina ocultando el rostro de Lincoln. Spielberg usa estos recursos, como mencioné con anterioridad, en los momentos de duda del presidente, cuando se ve obligado a hacer algo que no quiere. Un travelling se aleja al inicio de la discusión. Pasaremos del plano general al plano-contraplano en la conversación, que suelen incluir a los dos intervinientes, salvo en momentos de especial significación que pasan a ser primerísimos planos. Lincoln pedirá ayuda a su mujer para sobrellevar la carga en una intensa conversación donde la muerte de su hijo vuelve a salir. Una escena muy emocionante. A partir de aquí la actitud de Mary cambiará.
La interpretación de Daniel Day-Lewis y Sally Field es
soberbia. Los silencios y el manejo del tempo del genial actor son simplemente
perfectos. Ya habrá tiempo para elogiarle en su justa medida más adelante.
Su apuesta por los interiores, su clasicismo, su encierro…
la emparenta con el retrato que Clint Eastwood hizo de J. Edgar Hoover en 2011
en “J. Edgar”.
La escena en la ópera donde Mary Todd amenaza a su marido
con responder ante ella si no consigue los votos suficientes tiene ecos
trágicos, un antecedente a su asesinato. Una vez más se mezcla y vincula
política y familia, ya que el reproche de su mujer es por tener que aceptar que
su hijo se aliste. Abraham Lincoln es el ejemplo perfecto del sueño americano.
Por supuesto Lincoln se pondrá manos a la obra, visitará al
“equipo de sobornos”, los captores de demócratas, a los que les recitará a
Shakespeare (“Enrique IV”). El presidente moviendo fichas, el lugar de reunión
vuelve a ser oscuro, con poca iluminación, como corresponde a la
actividad clandestina del grupo.
En la primera con Stevens y un congresista demócrata se nos mostrará
la personalidad y dominio de la situación del personaje interpretado por Tommy
Lee Jones, su preponderancia y jerarquía con respecto al desvalido congresista,
ya que veremos la escena desde su punto de vista. Él estará sentado y el
congresista de pie. Un travelling semicircular centrará la escena,
escenificando un duelo, pasando desde la posición de Tommy Lee al centro
encuadrando a ambos personajes. A partir de ahí tendremos la conversación en
plano-contrapalano. Thaddeus Stevens insistirá en decir mal el nombre del
congresista, salvo al final. Se llama Coffroth. Se pretende tener apoyos en los
dos partidos, aunque a los demócratas haya que comprarlos.
Por su parte Lincoln se ocupará del tímido Yeaman, un demócrata abolicionista que está decidido a no apoyar la enmienda porque piensa que la nación aún no está preparada para ello. En esta escena Spielberg también manejará los movimientos de los actores y la puesta en escena de forma maestra. Lincoln se situará en posición dominante, como Stevens en la anterior pero al revés, aquel estaba sentado pero su formalismo y actitud atemorizaban a su partenaire. Lincoln es más sutil, comenzará su intervención de pie, engrandecido, mientras Yeaman está sentado, empequeñecido. Posteriormente Lincoln se acercará y sentará a su lado, buscando la intimidad, la complicidad, la confianza, la cercanía… El resultado de su seductora intervención, si logró convencer al demócrata, lo veremos en la votación a la decimotercera enmienda.
Lincoln lo intentará con otro congresista, el señor Hutton,
en una escena que está planteada con el mismo travelling de retroceso que en la
escena inicial de nuestro protagonista, en esta ocasión no tendrá suerte.
Plantea Spielberg muchas escenas iniciadas con primeros
planos o planos medios de un personaje, que se abren, incluso luego usa el
plano general. Otro ejemplo lo tenemos en la escena donde Lincoln se reúne con
el líder del ala conservadora de su partido y otros de sus allegados. Este
plano general será con la cámara tras Lincoln, su punto de vista. El airado,
brillante y magistral discurso del presidente concluirá con un encuadre que
incluye al líder de los conservadores, Preston Blair (Hal Holbrook), en un
ejemplo de gran planificación y virtuosismo formal. Un discurso tremendamente
visionario y decidido, lindando con la ilegalidad, pero diáfano y clarividente
en sus objetivos. Consciencia visionaria. Se necesitan dos votos, tres
abstenciones o cuatro votos y una abstención…
Lincoln hablará de dignidad humana y de estar encima del
escenario. Imposible no identificarse, imposible que Spielberg no se
identifique.
¿Me lo parece a mi, o Spielberg utiliza los planos permanentemente para mostrarnos a un Lincoln más alto de lo que realmente es el actor?
ResponderEliminarJajaja no, es muy posible, Lincoln era alto así que se las apañará para que lo parezca, con todo Day-Lewis mide 1'87 por lo que parece.
EliminarAbraham Lincoln media 1m93. En junto a Johnson el Presidente americano mas alto de la historia. Y como incluso en America la gente era de menor estatura que hoy en dia el actor hubiese debido medir mas de dos metros para producir la misma impresion "gigantesca" que producia Lincoln. Asi que al no haber un actor que reuniese los tres criterios necesarios: talla, cierto parecido y bueno la unica solucion era hacer que el actor parezca mas alto de lo que es: el espectador y en especial el espectador americano se esta esperando a que Grant (1m73) le llegue a Lincoln a la barbilla no a que Lincoln tenga que levantar la mirada cuando habla con él. En la magnifica "Young Mister Lincoln" John Ford también muestra a "Henry Fonda" (1m85) como mas alto de lo que era.
ResponderEliminarMuchas gracias por el aporte y los datos JFM, un placer.
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