El día de la votación. 31 de enero de 1865.
Una votación donde varios negros estarán presentes, para
sorpresa de algunos. El aplauso de los republicanos y la pasividad de los
demócratas. “¡Bienvenidos a su casa!”. La votación será propuesta con el apoyo
de los republicanos conservadores.
La noticia de la llegada de la comisión de Richmond ocultada
por el presidente es la excusa para que los demócratas pidan la anulación de la
votación a la enmienda. Además tendrán el apoyo de los conservadores
republicanos lo que provocará una divertida y rápida carrera desde el Capitolio
del grupo de captadores de votos, con Spader a la cabeza, hasta darle el
mensaje al presidente.
Incluso en estos momentos de máxima tensión Lincoln mantendrá
la calma y Spielberg introducirá aspectos familiares, como ese momento con
el pequeño Thomas entrando a la carrera y dando un abrazo a su padre mientras
prosigue su juego… La respuesta al señor Wood será otro acto de brillantez
basado en sus conocimientos legales, por eso se preocupará mucho de asegurarse
si la nota recibida es exactamente a lo que quiere que responda el demócrata.
Una hábil treta jurídica del presidente.
El momento de la votación es de gran emotividad, un montaje
paralelo donde se nos muestra lo que hacen varios de los personajes,
expectantes por el resultado, Ulysses S. Grant, Robert Lincoln en el ejército, las
sorpresas en la cámara de representantes antes los votos en apoyo a la enmienda
de algunos de los demócratas… Resulta valiente, sobre todo en estos tiempos que
corren donde no suele darse tal circunstancia, el reiterar la palabra “demócrata” en la cinta para reseñar
el horror que defendían. La cámara de representantes, el ejercito, los
telégrafos… todos haciendo cuentas.
Un momento significativo lo tendremos cuando Yeaman, el
demócrata al que Lincoln trató de convencer, tenga que emitir su voto. Su
visceral “sí”, sacándose su natural timidez, será una liberación. Lincoln
consiguió persuadirle.
En la espera Spielberg nos dejará un bellísimo plano, una estampa digna de John Ford, algo habitual en sus películas, en ese momento íntimo entre padre e hijo, Lincoln y Thomas, mirando un libro en una mecedora mientras el futuro de la nación y los hombres se decide. Un montaje paralelo donde política y familia corren juntos.
La emoción se desborda, hasta el presidente de la cámara
votará, se ganará la enmienda con dos votos de diferencia.
Spielberg logra, en su contenida narración, una emoción
sincera, realmente profunda, con el
estallido de júbilo y esos planos del gran Lincoln en soledad, y luego junto a
su hijo, donde su rostro aparece casi oculto por una cortina que se mece, una
invisibilidad que en esta ocasión lo transforma en icono, en mito.
También es notable el mimo que le dedica a ese pedazo de
papel con la enmienda, aunque Stevens se la llevará para dejarnos otro bello y
poético gesto, al entregársela a su ama de llaves, también negra, con la que
mantiene una relación. Un precioso regalo para ella. Un detalle maestro. Una
escena bellísima de homenaje al personaje de Thaddeus Stevens, magistralmente
encarnado por Tommy Lee Jones, en esa lectura de la enmienda en intimidad, en
la cama junto a su ama de llaves, sin su peluca… No es poesía esa lectura, pero
merece la pena emocionarse. Spielberg lo retratará a la perfección, del plano
general de la pareja al primer plano del visceral republicano.
Lincoln frente a la comisión de Richmond.
La conversación con los emisarios es un ejemplo de concisión,
sobriedad y precisión en la puesta en escena. Todo muy clasicista.
Primer plano del vicepresidente de los Estados Confederados, Alexander Stephens (Jackie Earle Haley), grúa hacia atrás en movimiento semicircular que encuadra a todos los reunidos y se coloca del lado sureño. Plano y contraplano con planos cada vez más cortos de los intervinientes cuando se trata algún tema
más personal. Nueva grúa que invierte el movimiento inicial, aunque más breve y corto, para volver a un primer plano del vicepresidente, planos y contraplanos hasta centrarse en Lincoln y Stephens. Plano general trasero para ver al sureño que se levanta de la mesa enfadado por la situación planteada. Nuevos planos y contraplanos más generales, con primeros planos en el ataque personal de Stephens a Lincoln. Acercamiento de la cámara, paulatino, al rostro de Lincoln en su contundente contestación, dando énfasis a la misma. Lincoln gana todos sus debates. Maestría y precisión clásica, seguridad total en la dirección.
Spielberg vuelve a homenajear a “Lo que el viento se llevó” (Victor Fleming, 1939),
como hizo en su anterior cinta “War Horse” (2011) con un plano lejano, todo
tangencial, similar al del incendio de Atlanta.
3 Abril. Virginia.
Un momento sencillamente extraordinario. Hemos presenciado
los manejos de Lincoln para sacar adelante una enmienda, consciente de las
muertes que el tema de la esclavitud, y otros muchos, siempre relacionados con
el dinero, estaba provocando en la Guerra Civil, una enmienda que aboliría la
esclavitud y para lo que estuvo dispuesto a alargar dicho conflicto unos meses.
Lo hemos visto en despachos cerrados, oscuros, habitaciones, negociando,
discutiendo, convenciendo… cada decisión tenía una consecuencia en ese
conflicto que sonaba como un eco siempre presente pero invisible… hasta el
plano en el que Lincoln a lomos de su caballo presencia las consecuencias tras
el fin de las hostilidades. Una vez todo concluyó, el conflicto que resonaba
pero no veíamos se hace presente a los ojos de Lincoln, cuerpos desmembrados,
mutilados, muertos en masa… el sacrificio, la catarsis para lograr algo que
cambió el mundo.
La bandera de la unión se sobrepondrá a la sudista.
La bandera de la unión se sobrepondrá a la sudista.
El general Ulysses S. Grant (Jared Harris), mencionará el
deterioro físico del presidente en poco tiempo, la tensión vivida. Los
silencios y el tono calmado de Daniel Day-Lewis es un auténtico espectáculo.
Existe una gran complicidad entre estos dos históricos personajes en la cinta,
tanto desde la distancia como en esta conversación que mantienen.
9 de abril. Appanattox Courthouse.
El lugar de la rendición del general Robert E. Lee ante
Ulysses S. Grant. Una respetuosa despedida al general sureño.
Lincoln seguirá con su proceso, el derecho a voto. Todo ya
irá más rodado.
Llegaremos al teatro, pero no a la obra que vio esa noche
Abraham Lincoln, sino al espectáculo que presenciaba su hijo Thomas, por lo que
el asesinato será en over y, como durante toda la película, marcando distancia
emocional, sentido a través de la mirada del crío. La inocencia, imprescindible
en Spielberg, grabando a fuego la pérdida. La América idealista. Lincoln se
convierte en el representante de ese ideal, un ideal que se llevó a la
práctica.
15 de abril.
La sobriedad es máxima, el tacto y pulcritud emocional, su
distancia, cuidadas al máximo. Robert velará y llorará el cadáver de su padre.
La metáfora de la llama, otra transición spielbergiana, como el
legado eterno de Lincoln. Su discurso, sus palabras e ideas. Todo aderezado con
la magnífica música de John Williams, una vez más nominado al Oscar (van 48). El discurso inaugural que dio apelando a
la reconciliación nacional tan solo 10 días antes de su asesinato.
El Lincoln de Spielberg es mitad Quijote y mitad Sancho,
mitad idealismo y mitad pragmatismo, con un todo de brillantez, inteligencia,
visión de futuro, principios elevados, talento...
El retrato que Spielberg hace de Lincoln es denso y
profundo, con resultado hagiográfico, pero no forzado, sino porque es difícil
no idealizarlo, incluso con algunos de sus cuestionable métodos, forzado por las
circunstancias.
Pocas cintas se han centrado en la figura del decimosexto
presidente de los Estados Unidos, algo extraño siendo el más valorado y con el
material que hay para ello. La más conocida es esa joya de John Ford “El joven
Lincoln” (1939), pero hay otras como “Lincoln en Illinois” de John Cromwell
(1940) o esa cosa extraña que es “Abraham Lincoln: Cazador de vampiros” (Timur
Bekmambetov, 2012). En 1930, el gran David W. Griffith también repasó la figura
del gran presidente en “Abraham Lincoln”, su primera película hablada. En 2012
está prevista “Saving Lincoln” de Salvador Litvak. En televisión su figura ha
sido tratada en distintas ocasiones.
Pocas veces se ha mostrado en la gran pantalla una reflexión
y un retrato sobre las interioridades políticas y los distintos tipos de
políticos con esta profundidad, sobre sus matices y recovecos, sobre los
distintos tipos de principios y objetivos o ausencia de ellos, sobre las
distintas maneras de lograrlos…
Spielberg se ha mostrado totalmente discreto, alejado del
efectismo y la espectacularidad, clásico al máximo y donde lo que más destaca son
unas interpretaciones deslumbrantes, todos y cada uno de los miembros del
reparto están sublimes, con menciones especiales para Sally Field, que ha
sorprendido a muchos, y Tommy Lee Jones, que podría conseguir su segundo Oscar
tras “El fugitivo” (Andrew Davis, 1993), al mejor actor secundario.
Por supuesto y como siempre, en una categoría aparte está
Daniel Day-Lewis, el mejor actor de la actualidad y por derecho propio uno de los
grandes de la historia. Todo el mundo sabe lo que se ha comentado del actor
inglés y su obsesiva forma de prepararse sus papeles, algo de lo que él rehúye.
La forma en la que aprendió a despellejar y rastrear animales o a hacer canoas para “El último
Mohicano” (Michael Mann, 1992); pasarse todo el rodaje en silla de ruedas pidiendo
que le dieran de comer con cuchara y lo llevaran de un lado para otro, además
de estudiar a gente con el mismo problema del personaje que interpretaba para “Mi
pie izquierdo” (Jim Sheridan, 1989); que alcanzara el nivel, según sus
entrenadores, para luchar por el campeonato de boxeo en su peso para “The boxer”
(Jim Sheridan, 1997); su habilidad contrastada como carnicero tras tomar clases
para su papel en “Gangs of New York” (Martin Scorsese, 2002) o la forma en la que
pidió que lo trataran, encerrándolo en una celda y pidiendo que no le dejaran
dormir lanzándole agua y maltratándole, para meterse en el papel que interpretó en
“En el nombre del padre” (Jim Sheridan, 1993)… No se sabe hasta qué punto es
verdad, según algunos directores parece ser que sí, pero el actor da una de cal
y otra de arena, quizá desmintiendo algunas cosas para evitar dar esa imagen
obsesiva.
Actor perfecto, sin tics, sin fisuras, una depuración y
limpieza en cada trabajo que no parece de este mundo. Hace una encarnación asombrosa,
sus andares, su tono de voz, sus gestos y ademanes… cuando ves su trabajo no
ves al actor, Daniel Day-Lewis se convierte, literalmente, en Lincoln. Sus
silencios, su calma, su tranquilidad, como aguanta las pausas, como las crea,
como hipnotiza con sus historias... Una delicia que en él parece fácil.
El “Lincoln” de Spielberg es una cinta difícil, no es
comercial ni efectista, no recurre a coartadas de ningún tipo, es honesta y
clara, pulcra, densa y clásica. Totalmente perfecta. El espectador debe poner
de su parte, sino es posible que se aburra.
ole ole
ResponderEliminartotalmente de acuerdo
hace años,creo que con Gangs of New York, una película pelín maltratada del gran Scorsese, ya dije que Daniel Day Lewis era el mejor actor vivo. Con There will be blood lo confirmó y con Lincoln pocos (de los que tenemos algo de idea) lo discutimos, es así.
No me extrañaría que hiciera todo eso que se dice, acepta 1 trabajo cada 3 o 4 años y siempre está nominado al Oscar, creo que este año ganará el tercero y con justicia.
No veo a Bradley Cooper compitiendo con él, a Hugh Jackman quizá pero lo dudo. Phoenix no sé como lo hace en The Master y Denzel sólo podría arrebatárselo si hace un papel a la altura de Training Day.
quiero la porra de los Oscars yaaaaaa
Yeah. Hay grandes interpretaciones, como todos los años, pero la depuración de este hombre no tiene rival. Joaquin Phoenix está espectacular en THE MASTER, intensísimo en un papel complicado y muy agradecido, pero Daniel Day-Lewis juega otra liga. Hugh Jackman también realiza el mejor trabajo de su carrera ciertamente.
EliminarLa porra llegará en breve, hemos hecho un podcast con el tema de los Oscar y lo pondremos la próxima semana para no dar mucho la lata con el tema, una semanita para pensarlo jajaja.
Juega su liga,jajaajajja
EliminarJAJAJA eso es.
EliminarComo dices, Sally Field está maravillosa, pero la presencia de Daniel Day-Lewis es tan del más allá, que en el momento que está ella recibiendo a todos los invitados, se me iba la mirada hacia Lincoln:) Pero sí, gran interpretación la de Sally y la de todos los que has ido mencionando en estos 4 post. Gran película. Aunque sé que te gustó mucho "Argo" y que te alegrarías también si se llevase la estatuilla,yo me quedo con Lincoln.Me alegra que le hayas dedicado tan pronto unas entradas!!
ResponderEliminarUn abrazo,
Patricia
Ciertamente todo el reparto está muy bien, pero este señor está en otro nivel. Jajaja es cierto que me encantó ARGO, aunque le puse menos nota, también soy de LINCOLN, creo que es la favorita y la que ganará pero si ARGO se lleva algo no me voy a enfadar, sería digna también.
EliminarGracias a ti por pasarte, Patricia.
Un abrazo.
Bueno, pues estupendo análisis.
ResponderEliminarDaniel Day Lewis es un actorazo. Mi pie izquierdo me emociona, y en El último Mohicano (un libro que leí y releí de jovencita) me hizo vibrar, una peli a la q tgo especial cariño. Paisajes, la música…
Ojalá le dieran el Oscar.
Ya seguiré el tema en este mi blog cinemelódico de cabecera!!
;-D
Besazos!
No nos puedes faltar Reina, recuerdo que me ayudaste mucho el año pasado jijiji. Hemos hecho un podcast sobre los Oscar que pondremos el próximo domingo a ver que tal ha quedado.
EliminarDay-Lewis es el mejor...
Besos guapísima.
Quisiera añadir una pequeña reflexion historica: Esta de moda en ciertos circulos decir que a Lincoln lo que le importaban eran los derechos de aduana o la Union y que la esclavitud era solo un pretexto. Nos sacan ciertos discursos electorales, los que les convienen, y la famosa carta abierta donde dice que solo le importa la Union. En un ciudadano de a pié serian pruebas..
ResponderEliminarPero Lincoln es un politico, es decir alguien que tiene responsabilidades. Par abolir la esclavitud lo primero es ser elegido y para ello necesita ganar en Ohio si o si, un estado libre pero donde los abolicionistas eran pocos y los que temian que llevase a la secesion del Sur muchos. Y tras haber sido elegido lo segundo es ganar la guerra y cuando hace esa declaracion de que solo le importa la Union los estados el alto Sur todavia no han decidido si haran secesion, Mas tarde tiene que contar con las reacciones de los estados esclavistas que han permanecido leales, de varios de sus mejores oficiales que provienen del Sur y de que no todo el mundo en el Norte es abolicionista y mucho menos esta dispuesto a morir por ella. La reflexion que podemos hacernos es que finalmente un politico en el poder o cerca de él no tiene menos libertad de palabra que cualquier ciudadano
Podemos sin embargo considerar dos actos significativos: tanto en las conversaciones de Hampton Roads que vemos en la pelicula como en las que tuvieron lugar entre su eleccion y su toma de cargo se negó a ahcer cualquier concesion sobre la esclavitud. Si de verdad la esclavitud le importaba tan poco y lo que le importaba era la Union y los aranceles aduaneros porque se niega hacer concesiones sobre el tema que importaba y mucho al Sur o sea la esclavitud a cambio de lo que nos dicen que le importaba muchisimo mas y al Sur muchisimo menos?
JFM, maravilloso comentario y apunte histórico. Te doy las gracias. Ahí está la clave, Lincoln es un político con un objetivo e hizo lo que necesitaba para lograrlo, lo que en ocasiones implicaba mentir para conseguir apoyos, esas cosas que tan bien se muestran en la película. Es muy cierta la moda que comentas, sacando discuros de contexto o usándolos para hacer entender lo que no demuestran los hechos, hechos que perfectamente has mostrado y argumentado.
EliminarReitero las gracias por tu gran aporte, JFM.
que finalmente un politico en el poder o cerca de él no tiene menos libertad de palabra que cualquier ciudadano
ResponderEliminarUps. Queria decir que un politico en el poder tiene menos libertad que cualquier ciudadano de decir lo que piensa. (en una democracia claro está).
A Mr Sambo.
Gracias. Es un placer leer tus cronicas. De hecho me propongo un dia de estos leerme una a una todas tus criticas. IMHO son mas profundas y estan mejor escritas que las de muchos criticos profesionales. También son "frescas" porque provienen de un verdadero espectador no de un profesional que, al igual que un Don Juan que tras años seduciendo guapas acaba atraido por las feas e incluso las deformes, tras haver visto demasiadas peliculas por obligacion tiene su "libido cinematografica" deformada y ya solo le gustan bodrios infumables siempre que tengan un tema distinto y/o descabellado.
JFM, lo entendí perfectamente y así es, digamos que la mentira es una necesidad casi, no pueden decir lo que se piensa en muchísimas ocasiones. Aquí está magistralmente reseñado.
EliminarMuchísimas gracias por tus palabras, las valoro especialmente, entre otras cosas porque tus aportes aquí han sido excelentes y muy clarividentes para las posibles conclusiones que se puedan crear por historias interesadas y partidistas que todos conocemos.
Sería un honor que las leas todas como lo es que hayas leído estas. Honrado por cómo las valoras.
Un abrazo.
Bueno, has clavado la crítica, sobre todo al ponerte en el lugar del espectador al que puede desencantar o disgustar el primer visionado de la cinta. Clavao.
ResponderEliminarLo de DDL es asombroso. La mirada que tiene en el porche con USGrant durante unos segundos es portentosa. La mirada. Y su forma de caminar y de alargar los brazos hacia el suelo similar a la de un nosferatu. Asombroso.
Muchísimas gracias, me alegra especialmente que te haya gustado ya que la película te dejó algo frio. Preciosa y acertadísima descripción de esos detalles de Daniel Day lewis, esa mirada y ese silencio eterno... ¡qué talento!, y la referencia a Nosferatu en su forma de andar con esos abrazos alargados... absolutamente TOP, ojalá se me hubiera ocurrido.
EliminarGracias po el aporte, como siempre Antonio.
En mi fcbk, donde he colgado esta crítica, he comentado esto:
ResponderEliminarAyer vi Lincoln. He fallado como espectador, porque Spielberg, en realidad, lo borda. Ayer me disgustó, no me atrapó, me decepcionó algo, porque no me esperaba una película tan íntima, tan alejada del concepto del espectáculo asociado normalmente a Spielberg. En otro momento le daré otra oportunidad, sin el sopor de la siesta y con mis sentidos más atentos.
Tu sentir es perfecto, creo que muchísima gente se ha sentido así, han apreciado más aspecto técnicos que artísticos, salvo a Day Lewis, y no se han sentido atrapados. Creo que es normal debido a la exigencia y quizá a las expectativas "antes de", pero como explico, es justo la peli necesaria y que quería Spielberg. Tu capacidad de análisis de las cintas como de ti como espectador es francamente notable.
EliminarMuchas gracias por compartirla en FB, amigo Antonio.
Es que es innegable la calidad de la factura, todo lo que describes en la crítica, la posición de las cámaras, el lenguaje de Spielberg, el portentoso DDL... hay imágenes increíbles... ese Lincoln recién muerto en la cama, con apariencia marmórea, como si ya fuese su propia estatua... ese vislumbrarlo entre visillos cuando suena la campana... el tratamiento histórico-político alejado de los clichés actuales... y montones de detalles más. Pero detalles que, en su conjunto, no me atraparon. Veía la fría belleza de la cinta.
ResponderEliminarSí puede pecar de fría, yo vi más bien una película de Spielberg que se aleja de esa crítica que ha tenido que aguantar toda su carrera de sensiblero, aquí eso no lo hay, pero si logra calidez y emoción en los momentos adecuados. Con todo he vuelto a leer que era sensiblera, así que imaginate jajaja
EliminarY muchas gracias a ti :)
ResponderEliminarMe causa estupor el hecho de llevar años leyendo y escuchando "el declive de Woody Allen" y no haber leído ni oído aún sobre "el declive de Steven Spielberg".
ResponderEliminarY es que, y lo siento mucho, ni Munich, ni Lincoln, ni Tintin, ni ninguno de sus últimos filmes llega al nivel que tuvo en épocas que quedan ya muy lejos.
Nadie puede negar que Lincoln es un prodigio técnico, o que cuenta con un reparto de excepción (lo cual no es muy dificil si lo encabeza el mejor actor vivo, Lewis, que además está sin duda entre los 5-10 de la historia), pero tampoco creo que sea cuestionable que esta película no entretiene.
Cuando he comenzado a leer la crítica (excepcional desde el punto de vista técnico, como todas las del blog) mi mente ha cambiado el adjetivo "pausado" por "pesado" y es que eso es lo que senti al verla: pesadez y cansancio.
No puedo negar haberme alegrado enormemente de que ni Lincoln ni Spielberg lograran las estatuillas doradas, pues la película, que tenía un potencial tremendo por la historia a contar, es, en una palabra, aburrida.
Alguien debería decirle a Spielberg que su tiempo ya paso.
Ha estado contundente, ciertamente mucha gente piensa como usted, sobre todo con respecto a esta película en concreto.
EliminarMuchas gracias por los aportes que va dejando, muy interesantes y bien expuestos.