“Lincoln” es una película pausada, tranquila, que evita y
omite cualquier concesión comercial, seria, densa, profunda, de interiores,
solemne… justo lo que se espera, por eso entiendo que mucha gente vea en ella
una película que no le divierte, le aburre o la considera poco entretenida o
aburrida incluso. Pero es justo la obra maestra que merecía el tema y el
personaje. Una obra maestra al estilo clásico.
Spielberg se centra en “Lincoln”, como ya comentaré más
extensamente, en los entresijos de la política, sus interioridades, ajena,
omitiendo lo que provoca en el exterior, el conflicto civil americano. Esta
decisión, que es la causa de lo anteriormente mencionado, está conscientemente
buscada.
Una política examinada en profundidad y que desmitifica con
contundencia los tópicos, simplismos y habituales lugares comunes a los que se
suele recurrir a la hora de tratar los temas dependiendo del color o el partido
que se trate. La tendencia siempre ha sido considerar, gracias a un mejor
dominio de la propaganda, a partidos como el republicano como el colmo de lo
antiguo, de lo anquilosado, de lo retrógrado, en contra de las libertades,
ojito, reaccionario… todo lo negativo que se pueda decir. Desde este hermoso
país, donde nos permitimos ir dando consejos de democracia y tal, muchos adoran
a los demócratas americanos mientras desprecian al Partido Popular, por poner
un ejemplo, sin darse cuanta de que si este partido español tiene un referente
o un parecido con uno americano es precisamente con el demócrata, mucho más
cercano a sus postulados que el republicano. Luego, y esto también suele
escaparse, dentro de cada partido, y en Estados Unidos se aprecia enormemente,
hay muchas sensibilidades distintas dentro de la defensa de unos principios
generales, lo que provoca que en muchos casos miembros del mismo partido no estén
de acuerdo en cuestiones muy concretas. Sucede constantemente. Todo ha cambiado
mucho desde la época de Lincoln, cambio y matices, pero es un magnífico ejercicio
de verdadera memoria histórica que quede claro que el partido demócrata se
oponía a la abolición de la esclavitud mientras que el republicano apostaba con
firmeza por ella, de hecho la idea de la abolición de la esclavitud fue una de
las principales para su gestación, para su nacimiento como partido, si no la
principal.
Todo esto, y es lógico, proviene de unos partidos hacia los
otros, donde se pretende dar la imagen más simple y reducida al absurdo más
negativo posible. En cierta medida son mensajes a sus seguidores, conocedores
de que son como “fans” dispuestos a creerse todo lo que les digan y nada de lo
que diga el enemigo, lo que engorda la superficialidad y anula cualquier
capacidad de análisis, convirtiendo todo en un cliché, un tópico alejado de la
realidad pero fácilmente vendible. Son conocedores del fanatismo que encierra
la política.
Este manejo de la propaganda y la publicidad siempre se le
ha dado mejor a la izquierda, que se apropia de valores y lanza sin problemas y
escrúpulos ideas de fácil asunción y asimilación por su público, un mensaje simplista
y demagógico que llega muy bien. Esta práctica procuran llevarla todo a cabo
todos, pero a unos se les da mejor que a otros.
El cine serio de Spielberg.
Spielberg siempre ha sido considerado uno de los grandes
maestros modernos del cine de entretenimiento, con justicia, pero lo cierto es
que en las dos últimas décadas ha alternado ese cine de entretenimiento con
proyectos más “serios” o “respetables” para los apologetas del prestigio
cinematográfico. Proyectos densos, profundos. Esto comenzó en 1985 con “El
color púrpura”.
Cintas como la trilogía de Indiana Jones, “Hook” (1991),
“Parque Jurásico” (1993), “Minority Report” (2002), “La guerra de los mundos”
(2005)… se han alternado con obras de una aparente mayor densidad conceptual, política
o un mayor compromiso como “El imperio del sol” (1987), “La lista de Schindler”
(1993), “Amistad” (1997), “Salvar al soldado Ryan” (1998), “Munich” (2005)… y
en muchos casos congeniando a la perfección ambos universos, el de
entretenimiento con la seriedad o temática más “trascendente”, e incluso el
gusto por lo sensible.
Dos cintas están íntimamente relacionadas con este
“Lincoln”, una mencionada bastante como es “Amistad”, que trata el tema de la
esclavitud, la otra que no se menciona tanto, “El color púrpura”, su primera
cinta comprometida, que resultó un éxito, se la llenó de nominaciones a los Oscar
y no se le dio ninguno, que trata el tema del racismo.
“Amistad” fue profundamente criticada por el planteamiento
tan sensiblero del tema que tocó, en exceso alegórico, una concepción similar a
la de “E.T. El extraterrestre” (1982), y que si bien es cierto no ha sido la
obra más acertada de Spielberg tampoco es del todo desdeñable en absoluto. “El
color púrpura” es una estupenda cinta que no renuncia a las claves habituales
de su autor y a esa sensibilidad tan suya con el tema racial como componente
principal.
Se ha comentado sobre “Lincoln” que no recurre a la habitual
sensiblería spielbergiana, sobre esto debo comentar que Spielberg recurre a la
emoción cuando lo cree conveniente y en general de forma efectiva. Sus excesos
en esto rubrican un virtuosismo de la emoción y la narración que ha enamorado
al público, pero es incierto que lo aplique en todo su cine. Son multitud de
películas las que no tienen ese toque tierno y muy emotivo que podríamos ver en
“E. T. El extraterrestre”, por poner un ejemplo. Ahí está la saga de Indiana
Jones, “Munich”, “La lista de Schlindler”, “Inteligencia artificial” (2001),
“Minority Report” (2002), “Atrápame si puedes” (2002), “Las aventuras deTintín: El secreto del unicornio” (2011)… Independientemente de esto es cierto
que Spielberg en muchas ocasiones se ha mostrado tierno y ha hecho un cine muy familiar,
pero porque la familia siempre ha sido un tema clave en su cine... que la familia
en “La guerra de los mundos” (2005) se reúna al final del film puede resultar
artificioso pero no sensiblero…
“Lincoln”, por su parte, rehúye cualquier atisbo
sentimental, ciertamente, aunque es una cinta perfectamente reconocible de su
autor, donde la familia vuelve a ser un tema esencial. Seriedad, sobriedad,
solemnidad y un retrato profundo de lo personal y público del presidente mejor
valorado por los americanos, un mito al que Spielberg humaniza.
Mucha gente se ha sentido algo decepcionada por este planteamiento
solemne de Spielberg, tan clásico, echando de menos más acción. Ante esto nada
se puede decir, pero sí explicar que la concepción de la película por parte del
director ha sido extremadamente cuidada y pensada, ha dado el tono y ejecutado
el planteamiento reseñado con absoluta convicción. Él mismo ha explicado que
tenía varios borradores de guión, la mayoría donde se contaba en paralelo el
asunto político y el de la guerra, con muchas escenas de batallas, la doble
dimensión de esta historia alternativamente, pero Spielberg renunció a todos
estos guiones porque se desviaban de lo que él quería contar, la labor del
presidente en todo lo que ocurrió. Es una película sobre Lincoln y su trabajo
político, además de un retrato personal. Por ello la cinta es casi exclusivamente
de interiores y sobre interioridades de la política, de despachos, de
conversaciones, de negociaciones, de persuasiones… era imprescindible en esta
visión, que es la más acertada a la hora de tratar esta figura, no salir a ver
el conflicto, centrarnos sólo en lo que sucede en esos interiores que luego
tendrá un eco, eco casi invisible pero terrorífico, en el conflicto que se gesta
en over. Por eso es tan magistral ese momento final donde una vez ha concluido
todo, Lincoln, a lomos de un caballo, pasea con desolación pero también orgullo
por lo logrado, descubriendo el reguero de muertes, dolor y cadáveres que dejó ese conflicto
que Spielberg se guarda mucho en mostrar.
Es por esto que “Lincoln” es una obra maestra completa, la
cinta perfecta que debía hacerse sobre el tema y el personaje. Una nueva
apuesta por el clasicismo más absoluto de uno de los más grandes directores de
las tres últimas décadas.
Curiosamente la cinta comienza con unas breves y salvajes
escenas de guerra, enmarcando la narración, protagonizadas por un regimiento de Kansas de hombres negros
en combate contra los rebeldes. De ese barullo pasaremos a la semiintimidad de
una conversación entre dos de esos soldados y su presidente, Abraham Lincoln.
Uno de estos soldados será más reivindicativo, el otro más sosegado. El movimiento
de grúa con el que comienza esa escena es similar al inicio de “El Padrino” y
su “Creo en América”. Se encuadrará el rostro de estos soldados que se
reivindicarán y explicarán ante el presidente, el poderoso Lincoln, que
aparecerá según esa grúa retroceda para incluirlo en el plano de espaldas. Así
adoptaremos el punto de vista de nuestro protagonista. La escena concluye de
forma muy bella, con Spielberg mostrando el profundo calado que las palabras y
discursos de Lincoln tuvieron en los jóvenes, que los recitan de memoria, primero
unos soldados blancos y luego el soldado negro que se mostraba más
reivindicativo. Luchan por la dignidad del ser humano, que se les considere a
todos iguales. Unidos por ello. La grúa, desde la espalda de Lincoln mientras
el joven soldado se va y en ligero picado, se acercará al presidente para
mostraros su eterno perfil. Un mito.
Lincoln (Daniel Day-Lewis), se mostrará cordial y bromista
con blancos y negros, sin ningún tipo de diferenciación. Esta cordialidad y
sentido del humor la mostrará en todo momento.
Llevamos cuatro años de Guerra Civil y Lincoln ha sido
reelegido presidente. Es 1865, aquí comenzará la narración.
Spielberg vinculará política y familia continuamente durante
la película de forma sutil pero evidente, no en un sentido explícito sino
uniendo ambos mundos en planos, encuadres y detalles de guión… ejemplificando
de esta forma que además de sus principios, la importancia de su familia, de lo
que son para él, de que crezcan y vivan en un lugar donde todos los seres
humanos sean iguales, acaba resultando una de sus motivaciones más importantes.
En la primera escena de Lincoln junto a su mujer estará
presente un espejo, que aparecerá en otras escenas, también de la pareja. Allí
Lincoln confesará sus inseguridades y pesadillas (pesadillas que lo vinculan
con su hijo, que también las tiene, en su caso por mirar fotos de esclavos,
quizá), a su confidente, su intérprete de sueños, su mujer, Mary Todd (Sally
Field). Spielberg jugará con los contraplanos usando el mencionado espejo, como
un Lincoln escindido, una perfecta presentación de ese personaje que
descubriremos en su doble vertiente, personal y política. Allí hablarán de la decimotercera
enmienda, la de la abolición de la esclavitud, significado de su sueño, un
asunto político que dará paso a una escena completamente familiar.
Una habitación en penumbra, una chimenea iluminando a un
niño dormido, imprescindibles en
Spielberg, que había estado mirando fotos de esclavos, la sombra de Lincoln bañándolo al entrar por la puerta, acostándose
a su lado en el suelo… Una bellísima y tierna estampa paternal y cotidiana,
protectora y amorosa, acogedora y segura. Cuando Lincoln lo lleve a la cama
ambos recordarán a su hermano fallecido hace tres años, William, que murió en
1862. Este pequeño es Thomas.
Spielberg resuelve el homenaje a la bandera con planos casi
documentales, identificándose con el público allí reunido. Acto seguido se irán
desarrollando los conflictos políticos. Lincoln se ocupará de asegurar el voto
de todo su partido, con ello se nos mostrarán las distintas sensibilidades
dentro del partido republicano, donde los conservadores prefieren evitar
problemas y aunque no negarán su voto a Lincoln prefieren ver cómo se
desarrollan las circunstancias antes de asegurarlo, ya que dan prioridad al
término de la guerra antes que a esa enmienda por la que no se preocupan mucho. Una enmienda rechazada 10 meses atrás. Los
republicanos tienen mayoría, el 56 %, pero se necesitan dos tercios de la
cámara y ante la oposición demócrata, claramente a favor de la esclavitud,
faltan 20 votos para lograr la mayoría necesaria (son 182 en total, se necesitan
122). 20 votos que hay que conseguir de las filas demócratas precisamente.
Todo esto puede resultar aburrido si esperas acción, pero
resulta apasionante por su verismo y lo que supuso en la historia, además de
por el pulso narrativo de Spielberg. Para la captación de esos demócratas se
centrarán en los que no tienen trabajo, lo perdieron 64 de ellos (39 parecen
imposibles de convencer), para esto Lincoln no se pondrá límites, hay que
lograrlos como sea. Ese "como sea" es lo que ha resultado polémico, ya que se
usaron sobornos y tentadoras propuestas, estirando la ley hasta su límite
máximo en su lucha por un derecho humano básico, la dignidad y el ser
considerado igual. Derechos que todavía no estaban vigentes. La declaración de
la ONU será en 1948.
Gran película.
ResponderEliminarSe puede hacer cine lento( ;-) ) sin caer en el sopor. Esta cinta es la demostración.
Gran Daniel Day-Lewis, Oscar seguro.(Denzel Washington en "El Vuelo" no sé si entra en concurso pero también hace una actuación prodigiosa, pero la película es un pestiño de cuidado, mal Zemeckis).
Gran ambientación, otro Öscar fijo. Y a la mejor película entiendo que también, dado el tema tratado.
Así es amigo Eddie, más que lenta es pausada, pero como dices lo "lento" siempre se usa de forma peyorativa.
EliminarA la mejor película no veo a otra candidata, salvo LA VIDA DE PI, al resto de candidatas les falta el director o el guión en las nominaciones, lo cual es un problema para que te consideren mejor película, sería algo difícil de justificar. Sólo se lo podría disputar LA VIDA DE PI, por tanto. ARGO no me importaría que se llevara lo que fuera, me parece extraordinaria. Veremos.
ARGO no he podido verla por problemas en el stream.... ejem.
EliminarY La vida de Pi me han dicho que es un gasto de tiempo y dinero ahorrable.(Y también lo he leído por twitter). Si tú la ves candidata para mejor película ya me haces dudar.
No, en realidad no la veo opciones, aunque a mí me gustó, lo digo porque es la segunda más nominada y tiene a director y guión nominados también, ARGO o DJANGO no, LOS MISERABLES tampoco, por ello las veo menos opciones. El resto, aunque pueden tener ambos aspectos nominados, como AMOR o EL LADO BUENO DE LAS COSAS, no las veo tosiendo a LINCOLN.
EliminarARGO, creo que te puede gustar, se merece todos los premios que se ha llevado.
A ver si la consigo ver, sí. La de Django me dececpcionó muchísimo, salvo Di Caprio y Waltz(y la ambientación), me parece un truño de cuidado.
ResponderEliminarA mí me gustó, la tengo hecha, cuando acabe con ésta la pondré. Tiene un problema, básicamente es lo mismo que KILL BILL, más toques en la estructura de MALDITOS BASTARDOS.
EliminarCuando la cuelgues la pondré fina.... para mi está a mucha distancia de Kill Bill Vol.2(el Vol 1. no me gusta pero por ser como es, no entro en si es un truño o no) y de Malditos Bastardos, salvo en las actuaciones de los mencionados.
Eliminarjajajaja eso me parece bien, variedad de opiniones ante todo.
EliminarPues gracias por el análisis, gran trabajo.
ResponderEliminarLa cuestión es q no está en mis previsiones…
No por nada, porque me fio ciegamente de tu criterio, pero mi tiempo es casi menor que cero y mi lista tiende a infinito.
Por eso me gusta leerte: al menos conozco novedades de forma detallada que de otra forma me perdería…
Un beso, Sambo!
Hay que seleccionar Reina, uno ve lo que hay en el mercado y elige jejeje.
EliminarUn beso fuerte.
peliculón que refleja perfectamente lo que fue el posiblemente mejor presidente que ha tenido USA.
ResponderEliminarDaniel Day Lewis en su línea, lo borda. La voz en versión original es impresionante.
la única pega que le pueden encontrar es el ritmo y que hay que saber sobre la historia de USA para entender todo. Pegas que le pondrán muchos,otros vemos más allá
Spielberg nunca decepciona
Así es Chu4che, ese va a ser el pero que le van a poner o le ponen, pero es la obra maestra que merecía tema y personaje. Soberbia y casi segura ganadora del Oscar.
Eliminara mi me gustaría que lo ganase Los Miserables pero es casi imposible
EliminarEs casi imposible, creo.
EliminarPues yo creía que Lincoln era una marca de coches (de cochazos, más bien),.
ResponderEliminarMe corroe la duda: ¿tú vives de la crítica de cine? Porque si no es así, no veo de dónde puedes sacar el tiempo necesario para ver, diseccionar y comentar tantas películas. Impresionante.
Confiésalo, MrSambo, tú eres Garci.
A propósito de la película, a ver si uno de estos días la puedo ver en el cine. Ayer asistí a "Los Miserables" y me decepcionó; ¡cómo se pueden elegir unos actores sin voz para una obra musical! Quizá tenía que ser así: ya era una obra magnífica en teatro y absolutamente magistral en novela: serlo también en cine desequilibraría el universo.
FGLurker jajajajajaja, me da que no. En realidad no tardo tanto y tengo un buen colchón escrito. Pondré el análisis antes de los Oscar seguro. LOS MISERABLES ha sido una de las cintas más potentes del año... Creo que lo de actores sin voz ha sido elección, o se elegía a cantantes que no actuaran mucho o al revés, además cantan en directo, una pretendida naturalidad y espontaneidad en la ejecución. Ha habido división de opiniones, claro.
EliminarMr. es un hombre ocupado. El diseño de orinales lo lleva absorvido. Y por las noches trabaja como animador socio-cultural en un tanatorio.
ResponderEliminarEs un cinéfilo desconocido su "negro" particular, el que le hace las críticas. Con la única condición de mantener el anonimato.
Sólo he podido descubri que cada crítica la envía en un sobre con las iniciales L.M.
El Agamanón Licántropus del Halo Inconcluso me ha comentado que lo vio echar una vez el sobre. Vio su silueta y se espantó. Algo así como un hobbit chepudo.
De nada por el dato.
La peli...estoy con ella, luego comento.
Jajaja tienes buenas fuentes
EliminarAhora continúo con el resto de la crítica. A bote pronto, supongo que coincidiré con Sambo. Quizá he visto la película en mala hora, con el sopor del almuerzo y la primera parte me ha costado un mundo. Mientras la veía, he admirado su factura, ha apreciado todo lo que comentais, pero como entretenimiento (en un amplio sentido) no ha funcionado para mí salvo hasta muy adentrada la narración. Le daré otra oportunidad en otro momento.
ResponderEliminarTú crítica o el pero que le pones a la cinta es intachable en el sentido de que entiendo que pueda pesar la cinta, es exigente y sobre todo si vas con otra idea el impacto se puede hacer excesivo, pero si entras en ella es deslumbrante. Es muy probable que si la ves otra vez te guste bastante más.
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