Es cierto que la edición de los Oscar de 2008 no destacó por
la calidad de sus producciones, pero tampoco creo que “En tierra hostil” fuera
la mejor cinta del año, ni mucho. Si sobrevalorada estaba aquella lo mismo ocurre
con el último título de Kathryn Bigelow, una correcto thriller alimentado por
una polémica que no se sabe muy bien de donde sale, pero no pasa de ahí.
Es lógico que la investigación, la búsqueda, el
descubrimiento y la caza del personaje más buscado y odiado por los americanos
tuviera la máxima expectación al convertirse en película. La historia de cómo
se encontró y mató a Osama Bin Laden. Lo que luego se ha exagerado es la
supuesta polémica y demás historias, algo que parece sólo buscaba vender el producto,
un truco de marketing porque se han hecho cientos o miles de películas que han
sido mucho más transgresoras o han expuesto las interioridades políticas al
desnudo con más contundencia. No hay nada que sea realmente morboso o polémico,
ninguna sorpresa que no se hubiera comentado, visto en otras ocasiones o
supuesto… Aquí parece reducirse al uso de las torturas para sonsacar
información sobre Al Qaeda y la localización de Bin Laden.
Lo mejor de la película lo tenemos al inicio y al final, con
la misión para capturar al líder de Al Qaeda. También son interesantes algunos recursos de puesta en
escena, algunos demasiado vistos en el cine moderno, pero muy coherentes y que
muestran un gran detallismo en dicha puesta en escena, así como el retrato de la
protagonista, que se acaba definiendo como alegórico, otro gran detalle.
La película se inicia de manera brillante, el simple sonido de desesperados testimonios el día del atentado del 11 de septiembre de 2001 a las torres
gemelas de Nueva York, con un fondo negro. Un eco que deberemos tener siempre
en mente para captar en todo su sentido al personaje principal.
La escena del seguimiento a Abu Ahmed, por las
multitudinarias calles, también está rodado con esa planificación casi
documental. Una buena escena con tensión, juego de miradas, esperas y sudor.
Del mismo modo la descripción e incluso evolución de la
protagonista, Jessica Chastain, así como del torturador principal, Jason
Clarke, éste de manera visual, son aspectos interesantes.
Otro rasgo estilístico interesante es el uso que la
directora hace de los desenfocados y enfocados, de las distorsiones visuales
que enfatizan el carácter de los acontecimientos y personalidad confusa u
obsesiva de los personajes. Esto le sirve para mostrar distintos planos en un
mismo encuadre y definir emociones, como expliqué. El momento en el que
Bradley (Kyle Chandler), se sabe despedido es un buen ejemplo.
Las torturas.
Este es el aspecto más polémico y del que más se ha hablado,
las torturas permitidas por la administración Bush que luego fueron prohibidas
con la llegada de Obama. En las primeras escenas veremos cómo se procede en
estás torturas, con una protagonista que aunque de inicio muestra cierta
inseguridad ante ellas poco a poco se sentirá cómoda en la obsesiva búsqueda de
su objetivo, incluso incitará con decisión a ellas sin problemas. Dan (Jason
Clarke), el torturador que lleva las riendas, aparecerá con un look desastrado, con
barba. Esto cambiará, le veremos posteriormente más humanizado jugueteando con
unos monos, poco antes de decidir que abandona esa actividad para oxigenarse un
poco. Finalmente lo veremos perfectamente aseado. Cuando la protagonista
lo requiera para ayudarla veremos como su barba vuelve a aparecer,
en la escena donde regala un estupendo coche a un contacto.
La investigación llevará años y se iniciará tras los
atentados. Nuestra narración comenzará dos años después de ellos.
La fidelidad de los miembros de Al Qaeda es máxima, se
resistirán o mentirán dando pistas falsas o confusas.
Las torturas consistirán en malos tratos, asfixia con agua,
encierros claustrofóbicos sin apenas espacio, en cajas, humillaciones y
vejaciones, como dejarlos desnudos, premiarlos si colaboran, Trash Metal a todo
tren para privarles del sueño… La directora consigue transmitir en estas buenas
escenas la vulnerabilidad del rehén, su impotencia, vergüenza, humillación, su
pérdida de dignidad… En teoría faltaría el contrapunto para ponerse a favor o
entender al torturador, pero la directora cuenta con el imborrable impacto de
lo sucedido el 11-S para ello, recordemos como empieza la película, un fondo
negro con el sonido de la desgracia…
Las escenas de tortura son rodadas con pulcra objetividad, un
nuevo ejemplo de esa idea documentalista que tiene el film, donde ni se
justifica ni se critica dicha práctica y donde la protagonista estará
completamente en sintonía con ellas.
El personaje que interpreta Mark Strong llegará a decir que
sin el programa de torturas está difícil conseguir resultados, justo cuando se
dé luz verde al asalto a la fortaleza donde podría estar Bin Laden.
“Hagan su puto trabajo y denme personas que matar.”
Cristales y monitores. Un mundo aislado.
La aparición de monitores y televisiones es constante, así
como imágenes de satélite etc. Se ejemplifica así un mundo sin contacto con lo
“real”, con lo aparentemente normal, que se comunica e informa a través de estos
medios, sin apenas contacto humano, un elemento de distancia, que tiene
perfecta coherencia con la descripción del personaje protagonista. Monitores
como el que vemos en la primera escena de tortura, en los despachos, pantallas
donde la protagonista ve torturas buscando pistas, la escena en la que vemos
anunciar a Obama la suspensión de las torturas en una televisión, televisiones
con imágenes de informativos contantemente…
Del mismo modo veremos a los personajes tras cristales,
rodeados de ellos o usándolos de forma efectiva en multitud de escenas, lo que
recalca ese aislamiento del mundo exterior, personajes dedicados a una sola
cosa, encontrar a Bin Laden, donde lo demás no tiene la menor importancia.
Cristales o espejos como cuando nuestro torturador y su jefe, interpretado por
Kyle Chandler, bajan una escalera, desenfocados; el rostro reflejado en un
cristal de Maya tras el atentado en el que muere Jessica; Dan (Jason Clarke),
mucho más aseado, recibiendo la llamada de Maya para que le ayude, también se
verá tras un cristal; lo mismo ocurre con el superior de Dan que reza a la
Meca, se reflejará en un cristal; la escena donde Dan regala a su contacto un
lamborghini también la veremos tras cristales; la búsqueda a Abu Ahmed, el
seguimiento en furgoneta, está repleto de cristales, reflejos en espejos
retrovisores, uso de cámaras… Un cristal será el lugar donde Maya vaya
escribiendo los días que pasan sin información nueva que permita atacar la
fortaleza donde presumiblemente se oculta Bin Laden (78, 94, 99, 100, 129…), el
cristal del despacho de Mark Strong, que interpreta a George.
En otra notable escena, la del atentado al coche de Maya, los
cristales tendrán también vital importancia, su contenido se hace aún más
explícito, son protectores, protectores de ese mundo en el que se mueven los
personajes de la cinta y de los propios personajes. Gracias a su blindaje Maya
saldrá indemne.
Saltaremos temporalmente y geográficamente en muchas
ocasiones durante la narración, Pakistán, Afganistán, Polonia, Londres y el
atentado del 7 de julio de 2005, Arabia Saudí, Kuwait, distintos sitios de
estas ciudades, bases americanas… De 2001 a mayo de 2004, del 7 de julio de 2005
al 20 de septiembre de 2008, del 30 de diciembre de 2009 al 1 de mayo de 2010…
La bandera.
La bandera americana aparecerá en varios momentos, casi
siempre medio oculta, tapada, aunque ondee. Cuando en una reunión en un
despacho, organizada por el jefe de la CIA (James Gandolfini), se trate el tema
de la fortaleza donde se sospecha que puede estar oculto Bin Laden veremos la
bandera perfectamente enmarcada junto a fotos de los presidentes. Del trabajo en
la sombra, esa que se representa con esas banderas que casi no se ven, al
orgullo patrio de despacho.
Un personaje puramente alegórico.
Nuestra protagonista es completamente obsesiva, tiene un
objetivo y lo único que le importa es cumplirlo, de hecho lo único que sabremos
de ella es eso, que quiere cazar a Bin Laden. Para ello se mostrará obstinada
(un buen ejemplo lo tendremos en su insistencia con la pista de Abu Ahmed),
firme, constante, visceral, clara, vehemente, decidida, segura (otro ejemplo lo
tendremos cuando diga estar 100% convencida de que Bin Laden está en la
fortaleza encontrada, 95% por no abusar.)… se dará a valer y dirá las cosas por
su nombre, no buscará hacer amigos precisamente. Será fría y cruel si hace
falta, no le temblará el pulso ante nadie e irá cogiendo fuerza conforme avance
la narración, como he comentado, de ciertos apuros al presenciar las torturas
al principio, aunque en ningún momento dudará, a incitarlas sin complejos. También
evolucionarán las opiniones hacia ella, de la falta de confianza ante su labor
y capacidad a rendirse ante su perseverancia y descubrimientos. Representa al
pueblo y al sentimiento americano ante este tema, esa es la alegoría que supone
el personaje que interpreta Jessica Chastain, Maya.
Maya (Jessica Chastain), es, como digo, un personaje
alegórico, un símbolo que representa a los Estados Unidos, su sentimiento tras el
11-S y con respecto a los que lo cometieron, por ello nos la presentan sin
pasado, dirá que antes de ese trabajo no hizo nada; sin amigos ni familia, no
sabrá que contestar cuando su amiga en la cena en el hotel Marroit le pregunte
por ellos… Un personaje que parece nacido y colocado ahí, única y
exclusivamente para este caso. Su llanto al final de la película, cuando su
obsesión logre apaciguarse, adquirir la paz, representa precisamente esa paz
buscada por todo un pueblo que quería que el culpable de aquel atentado pagase.
Aliviada, una catarsis emocional, íntima, la de una nación. Es el llanto de paz
de toda una nación. Un gran plano sostenido final.
El ansia por ser riguroso, o supuestamente riguroso, en el
trabajo de campo, lastra el ritmo de la película, ya que se reiteran
situaciones donde desde la puesta en escena no se logra nada y donde esas
conversaciones no nos llevan a nada claro, pistas falsas, referencias a
Gandalf, interrogatorios constantes, confusiones y diálogos que dilatan una
historia que se podría haber contado en bastante menos tiempo, una narración morosa,
con momentos algo soporíferos, aburridos… Esto se hace especialmente patente
tras los primeros veinte minutos y hasta llegar al final, salvando algún
momento entre medias. Le cuesta arrancar una vez pasados esos primeros minutos.
Una rigurosidad supuesta ya que hay que mencionar que han
salido artículos cuestionando muchas de las cosas que aparecen en la película,
por erróneas, torpes o inciertas, aunque otras muchas sí que son fieles. Lo de
las torturas parece ser que está algo exagerado y los procedimientos mostrados no
se corresponden con la realidad, tampoco se corresponden algunas fechas, ya que algunas de las técnicas que se mencionan en la película se abandonaron en 2003
no en 2009, además ciertos comportamientos de los gentes resultan incorrectos
como agentes de la CIA. Por poner algunos ejemplos.
1 de mayo de 2011.
La mejor escena de la película es el clímax final en la
fortaleza de Bin Laden, rodada con verismo absoluto y un documentado cuidado de
cómo proceden los equipos militares en estas misiones. Bigelow nos regala
momentos de buen cine de suspense y acción. Un thriller potente en esta parte
final.
La escena se inicia con un buen momento cuando Chastain,
Maya, se queda sola en la base viendo como parten los helicópteros hacia la
vital misión, su duro y laborioso trabajo llegó hasta ahí. Observará su vuelo
presidido por otra bandera americana. Un helicóptero caído, las lentes de
visión nocturna, la tensión, el ritmo constante, los soldados rematando a los
muertos como parte del protocolo, las maniobras seguras, el juego maestro con
los puntos de vista, una escena realmente bien rodada. Una escena de sabroso
cine que muestra una misión militar con gran autenticidad.
La muerte de Osama Bin Laden.
No hay adornos ni subrayados, habrá un simple comentario
sobre el hecho, la importancia del mismo, cuando se le haga ver al soldado que
mata a Bin Laden lo que acaba de hacer, algo que seguro ocurrió. El registro, el
cadáver y la apresurada huida… por supuesto será Maya la que dé la definitiva
confirmación al ver el cadáver, lo que tanto había deseado y por lo que tanto había
luchado, muerto ante sus ojos. La paz.
“¿A dónde quiere ir?”
“La noche más oscura” es un thriller correcto sin más, no
cae en efectismos ni coartadas románticas, pero resulta moroso y estirado. El
tema tratado ha llevado a sobrevalorarla o bien a infravalorarla, pero
vista con perspectiva quedará como una cinta aseada e interesante sobre una de
las más importantes acciones militares de los últimos tiempos, que cierra, en
cierta medida, la herida que tenía la nación americana tras el 11-S.
Buenas interpretaciones, con una gran Jessica Chastain, una
vez más, y una dirección competente con grandes momentos. Podemos ver a Harold
Perrineau, el Michael de “Lost” en un pequeño papel.
Aceptable.
Hola Mister:
ResponderEliminarTengo que decir que ZDT me supuso una verdadera decepción. Acudí a verla muy emocionado, ya que el trailer me gustó, y me las prometía muy felices.
La peli parece más un reportaje de Informe Semanal que una obra cinematográfica. Echo en falta acción dramática. Bigelow intenta ser tan aséptica en la narración, que nos restan cualquier tipo de emoción que no sea matar a Bin Laden.
Creo que todo esto se debe, al poco tiempo pasado desde que ocurrieron los hechos, al rodaje de la película. Quizá para hacer una obra más dramática y menos aleccionadora o moralista, habría que haber dejado pasar más tiempo.
Salvar, solo salvo la última mediahora, me gusto como se desarrolla la acción de los Seals. El resto se me hizo excesivamente largo. Creo que no hay historia para 2:40h de metraje.
De la actriz, mucho se ha hablado del trabajo de la Chastain y creo que su mayor mérito, es mantener ese pelazo pelirrojo de manera tan fantástica en un ambiente tan reseco como el desierto. Ser tan inexpresiva como Víctor Mature, no me parece un mérito suficiente para ganar un oscar.
Los que me gustaron fueron Tanto Jason Clarke como Joel Edgerton, en sus papeles están impecables.
A la peli le doy un 3.
Un abrazo.
Muy buenas amigo Vicent, de acuerdo en casi todo, a mí Chastain sí me gustó en su sobriedad, además creo que se lo va a llevar, es la única categoria en la que creo tiene posibilidades esta película. En lo demás completamente de acuerdo, lo has clavado, la friadad, la falta de un sustento dramático que identifique más al espectador, ese exceso de lejanía deja muy frío al espectador y acaba por aburrirle muchas veces.
EliminarLo mejor, como dices, el final, el resto muy pesado en ocasiones y moroso. Siempre digo lo mismo, Raoul Walsh con ese tiempo y este material te hace 5 pelis en una jajaja.
Un abrazo.
Jajajajajaja, es que a Raoul Walsh le hubieran dado el guión de Días Extraños y te hubiera hecho algo de repercusión similar a Blade Runner, y la Bigelow solo pudo hacer, eso, Días Extraños (Que me encanta, dicho sea de paso...)
EliminarAsombrosas nuestras coincidencias jajajaja. Perfectamente explicado y muy cierto, DÍAS EXTRAÑOS está muy bien jajaja
EliminarHola, mister:
ResponderEliminarAdemás del detalle pasado por alto acerca del estrabismo del SEAL que mata a Osama (jeje), un par de detalles:
Como indicas, la sobriedad (el absoluto profesionalismo) de los SEAL que, tras cerrar con éxito la misión más importante de sus vidas, apenas hacen un comentario (¿te has dado cuenta de lo que has hecho? O algo así), y continúan con su labor: ni una muestra de júbilo, se ponen a ordenar pruebas como si fuera un día más en la oficina. A mil jodidas millas de Abu Grahib.
Jessica Chastain, correcta en su obsesión (como a Vicent, también me gustó Jason Clarke). Me tienta comparar su papel con el de la Carrie Mathison de Homeland, mucho más templada y real la pelirroja, pero no me da tiempo.
Esa psicosis única por atrapar al malo, por cumplir la misión, desactiva al personaje una vez que esta termina. Pasa con la protagonista de esta película (al final, cuando la preguntan en el avión ¿dónde quiere que la lleve? No lo sabe, no sabe qué hacer a partir de ahora), y pasa con el prota de En Tierra Hostil, en esa escena en que aparece en medio del súper, completamente perdido, antes de volver a Irak. Hay un paralelismo en ambas ahí.
Me interesaba el tema, así que soy algo más indulgente con la película, pero está claro que eres tú el que sabes, jeje (otra vez me has sorprendido con lo de los cristales, crack).
Un abrazo, míster
Perfecta la comparación con HOMELAND, se ha mencionado en ocasiones por ahí y lo has traido muy bien. Lo del comentario sin más ante la muerte de Bin Laden lo comento por ahí. El tema de su desactivación lo explico en esa intención de hacer de ella un personaje alegórico, comento que no tiene pasado ni profesional ni personal, una clara señal, representa a todo un pueblo, no es un personaje "humano" digamos.
EliminarMuchas gracias pro el aporte querido Dienekes, la película tiene bastane prestigio y me alegra que te haya gustado. También el haberte sorprendido jaja.
Un abrazo.
Usar las grabaciones reales es, como poco, morboso, rayando el mal gusto. La escena final tal vez sea la mejor cinematográficamente hablando, nunca he sido cinéfilo. Si puedo decir que la cagan al pasarse medio asalto hablando. Un asalto así se hace en silencio, y comunicándose mediante señales. En muchas otras películas quedan perfectamente bien reflejadas las Señales en Combate Táctico, aquí... ¿para qué, si hablan directamente?. Por no hablar del momento "Osama bonito, asoma la patita..."
ResponderEliminarJajajjaja JM buen detalle. Lo cierto es que han salido artículos de ex agentes y militares donde elogiaban el verismo de la escena, pero no te falta razón.
EliminarMuchas gracias por el aporte.
Hablando con otros amigos la conclusion fue... buen asalto, excepto por la falta de señales de combate táctico. Había dos soluciones, usar las señales y subtitular qué significa, para que la gente se enterase, o que hablasen continuamente. Personalmente, escogieron la peor.
EliminarEs posible que sea así, supongo que era más cómoda.
EliminarPor cierto, añadir que ese detalle de ver la realidad solo por pantallas es precisamente el que abre uno de los mayores debates éticos sobre los conflictos armados actuales: la crítica es que, al no enfrentarse a tener que arrebatar la vida a otro, al verlo solo a través de las pantallas y que parezca un videojuego, eso nos aleja de la realidad de lo que se está haciendo, matar, y puede hacer que se considere que matar a distancia no es matar. Del otro lado, los militares, que consideran que es llevar a cabo una misión sin arriesgar vidas.
ResponderEliminarSí, muy cierto, las guerras ahora han perdido el componente épico, heróico e incluso romántico, si se le puede llamar así.
EliminarGuerra, Robots y Etica
EliminarAunque no la he visto, iba a leerte la crítica por que esta si que sabes como acaba... pero nada mas leer el primer párrafo, lo dejaré para cuando la haya visto.
ResponderEliminarLos colegas que comparten mis gustos cinematográficos me han dicho que es un peliculón, y para que no me encabrones, al igual que Lincoln, la veré y luego hablamos, xDxDxD
PD: Tu capacidad para producir críticas super curradas a toda pastilla es acojonante, Master. Mi admiración.
Jajajajajajaja no es mi intención encabronarte jajaja, ya me contarás qué te parece. LINCOLN al menos la he puesto mejor ¿no? jajaja
EliminarYa tengo todo sistematizado jajajaja salen como churros. Muchas gracias amigo Taillon.
Tu y yo tenemos algo pendiente desde la crítica de Prometheus, xDxDxDxD
EliminarPero ese duelo quedo muy claro jajajajajaja
Eliminar