El fraccionamiento narrativo fue uno de los signos
distintivos de Tarantino, sobre todo en los inicios, luego ha jugado con esta
fragmentación de forma más madura (flashbacks), variadas (uso de distintas
formas narrativas, como introducir manga en medio de una película), o montajes
paralelos mezclando el presente y el pasado o el presente y el futuro, como
ocurre en ésta que no ocupa en varias ocasiones. Un ejemplo lo tenemos en esta escena
con los del KKK, donde se ve la preparación del ataque y el ataque mismo de
forma alternativa.
En la conversación que mantendrán Django y Schultz, tras la
historia de Sigfrido y Broomhilda que le cuenta el último, más íntima, veremos a
Schultz desenfocado mientras habla, como si de un espíritu abstracto que
estuviera influyendo en Django se tratara. Luego se acercará a Django, que sí
estaba enfocado, para proponerle un trato, de lo poético a lo práctico. Pacto
sellado.
Schultz y Django recuerdan a las parejas del cine de Leone,
donde uno era hierático y silencioso y el otro histriónico y charlatán, uno con
pasado y el otro sin él. Siempre llamaba la atención por qué Leone nos mostraba
el pasado de Eli Wallach, por ejemplo, pero omitía el de Clint Eastwood en “El
bueno, el feo y el malo” (1966)… sencillamente era porque los personajes que interpretaba Clint
Eastwood tenían ese componente mítico del que también, y magníficamente, los dotaba
Sergio Leone, con ese detalle lo acentuaba (además de la pose,
objetos o vestuario…).
Esta relación paterno-filial o de mentor y alumno, también
la apreciamos en “Kill Bill”.
Los personajes tarantinianos suelen estar muy bien
dibujados, un ejemplo del desarrollo de su personalidad lo tendremos en los
escrúpulos que muestra Django en su primer trabajo, cuando tiene que matar a un
hombre en presencia de su hijo, todo visto desde la lejanía. Django está
aprendiendo, practicando, entrenando, ensayando… el oficio de cazarrecompensas.
Mississippi.
Otra mesa albergará la planificación del rescate a la mujer
de Django (nueva representación, volverán a llamarse personajes a sí mismos). Aquí Tarantino volverá a usar la fragmentación narrativa y veremos cómo se
ejecuta el plan a la vez que los vemos sentados planificándolo. Se nos
presentará al gran Leonardo DiCaprio, que interpreta a Calvin Candie.
Un picado sobre la escalera y las peleas de mandinga inician
la farsa ideada. Franco Nero tendrá un pequeño homenaje y guiño como
protagonista del “Django” original, un guiño simpático. También veremos disfrutar sádicamente a DiCaprio con la violentísima pelea de mandinga, pelea a
muerte entre negros.
Los parches, los ojos sacados, como en la pelea de mandinga,
remiten a “Kill Bill”, donde todo eso está muy presente. “Kill Bill”, película
vertebral en la filmografía tarantiniana, especialmente en la creación de
mitologías.
Franco Nero: “Lo sé.”
DiCaprio: "Caballeros, ya tenían mi curiosidad. Ahora tienen mi
atención".
El retrato del personaje interpretado por DiCaprio es
excelente, su ligero amaneramiento, su sofisticación, su cigarro, los drásticos
zooms a su rostro… Su personaje irá dando muestras de su crueldad, y
amabilidad, de forma indirecta, como en la escena donde ordena que los perros
ataquen a uno de sus luchadores, probando el estómago de nuestros dos
protagonistas. Django se dará a valer como hombre libre en todo momento,
generando desconcierto en los que le rodean y no están acostumbrados a hombres
negros libres tan descarados.
Las apariciones fantasmagóricas de la mujer de Django en
traje amarillo, como el mono de la protagonista de “Kill Bill”, parecen indicar
que nos acercamos al objetivo, aunque es cierto que sobran.
Otro de los deslumbrantes personajes de la cinta se nos
presenta a la llegada a la gran mansión de Candie. Es su mayordomo, un negro
maravillosamente interpretado por Samuel L. Jackson, que parece padecer una
especie de síndrome de Estocolmo y desprecia a todos los de su propia raza. Sus
diálogos y apariciones son francamente descacharrantes y despreciables, un
personaje brillante en todos los sentidos. Un negro esclavista.
Una vez más el uso de idiomas estará justificado en la
cinta, el alemán que domina Schultz, él es de allí, será la justificación para
acercarse a la mujer de Django, que tiene conocimientos de alemán también. Una
negra algo cultivada.
Es bonito y divertido el momento del encuentro entre Django
y Broomhilda que prepara Schultz, después de haberla visto sufrir. Amor y
dolor. Tarantino se muestra capaz de una gran sensibilidad y tacto. Pulso,
paciencia y tempo. Todas las chicas tienen una pose tremendamente predispuesta,
casi lasciva.
Tarantino demuestra un gran talento a la hora de mostrar ese
personaje bisagra que es Stephen (Samuel L. Jackson). Travelling desde la
cocina donde se encuentran los negros, siguiendo a Jackson, que pasa al salón,
donde se encuentran los blancos. Él irá de un lugar a otro de forma constante.
Así se inicia la extensísima escena de la cena, donde, como de costumbre, se
mezclarán tramas, aumentará la tensión, habrá negociación, largas
conversaciones y todo desencadenará, cuando menos lo esperes, en una espiral de
violencia. Tarantino juega y modula la acción a su antojo. Nos recordará a
“Malditos bastardos”, evidentemente.
Será Stephen el que se dé cuenta del engaño y se lo
explicará a Candie, su adorado amo, intuye que la chica y Django se conocen y
ella es el verdadero objetivo de los protagonistas. DiCaprio le hará caso, pero si bien la tensión es máxima no acabará en violencia, por ahora, sino
en una cara compra. Un negro traidor a su raza, pero más inteligente que su
amo. Toda la trama bien elaborada.
En la disertación que da DiCaprio sobre la sumisión de la
raza negra se referirá a un gen especial que los hace ser así, por lo que no se
rebelan. La mención a la genética es un anacronismo. En esta disertación ante
una calavera DiCaprio se traviste de una especie de Hamlet sureño.
Todo en la escena está perfectamente dirigido, planos
largos, travellings, planos-contraplanos, primeros planos e insertos (el
revólver), en los momentos oportunos, el travelling circular sobre Jackson para
resaltar su importancia y jerarquía.
Una vez resuelta la negociación por Broomhilda todo se calma
un poco, una tensión contenida contrastada por la música de un delicado arpa.
La violencia llegará cuando todo parece calmado, por un
sencillo gesto… y la tensión y frustración acumuladas. En “Malditos bastardos”
fue un simple gesto al pedir unas cervezas, aquí será la insistencia de Candie
en que Schultz le de la mano para sellar el trato, a lo que el alemán no está
dispuesto. Schultz fiel a sus valores hasta el final.
Cámaras lentas, salpicones de sangre, disparos, el sonido de
la sangre, coreografías, el sincero cariño de Stephen a su amo, los apuros de
Django… una orgía sangrienta con un picado como conclusión a la misma cuando
Django no tenga más salida al ser amenazado con matar a su esposa. No se le
matará porque es un héroe mítico.
La elipsis es un recurso narrativo que Tarantino no domina
muy bien…
La tortura, que también comienza en un picado, nos recuerda
a “Pulp fiction”. Hay muchos planos de botas en la película, algo común a
muchos westerns, sobre todo en el spaghetti. El plano inclinado desde la
perspectiva de Django (que está colgado bocabajo), mostrando al primer
torturador que quiere cortarle “las pelotas”, y luego a Stephen, entre las
piernas, es un magnífico encuadre. Grandes y largos discursos con Jackson
(Stephen) mirando a la cámara directamente incluso, acentuando la dureza de la
historia y sus palabras.
La minera LeQuint Dickey.
La facilidad para lo mítico de Tarantino. Stephen explicará
que “cortarle las pelotas” o cualquier otra tortura ideada se queda corta con respecto a
la idea de llevarlo con la minera LeQuint Dickey. De esta forma tan sencilla
Tarantino logra transmitir y evocar en el espectador la idea de algo inaudito,
algo mítico casi salido del infierno. Tarantino nos hace disfrutar en la misma
medida que nos vacila, ya que nunca llegaremos a ver a la mencionada minera,
creando una expectación y una imagen con ella que alimenta los más perversos
pensamientos del espectador, y que incluso puede servir al director para usarlo
en una posible secuela…
Son cuentos macabros, así lo plantea Tarantino, cuanta una
historia impactante, verbalmente, para crear ese halo mítico, legendario, en
sus personajes o peripecias.
Aquí el propio Tarantino, en el viaje que nos conduce a
conocer a la mencionada minera, tendrá su cameo, donde se reserva la muerte más
espectacular.
Django logrará camelar a los que lo conducen con la minera,
esto lo rodará Tarantino con un acertado travelling circular, es la
confabulación, la manipulación, la seducción… aplicando las enseñanzas de su
difunto mentor Schultz. Con todo, resulta excesiva la ingenuidad de los
esclavistas que llevan a Django.
En esta escena tendremos un detalle más del carácter mítico
del personaje de Django, desde la puesta en escena, su aparición tras el humo al estallar la bomba que sostenía el personaje interpretado por el director. Tarantino parece querer resumir sus ideas en la
admirada mirada del negro cuando observa el cabalgar de Django en su marcha.
Como es de suponer Django no se detendrá ante nada ahora,
así que tendremos más violencia, música y gore. Como contraste Tarantino nos
ofrecerá una emotiva despedida, la de Django del cadáver de su amigo Schultz,
cuando regrese a la mansión de Candie para recuperar el recibo que da la
libertad a su mujer. Un bonito gesto.
Django terminará por definir, por fin, su look, con su
cigarro y sus gafas, además de la doma de su caballo, en honor a su maestro.
“Hola, pequeña problemática”.
La madurez de Tarantino se intuye en esa idea final que hay
tras la venganza, una venganza que busca reencontrarse con el ser querido, con
la familia, proteger esa institución y ese sentimiento, una imprescindible
necesidad del vinculo familiar, aunque sea disfuncional, en los personajes
protagonistas. Esto lo vimos con “Kill Bill” donde Uma Thurman busca a su hija,
aquí en “Django desencadenado” lo vemos con el propio Django, que busca el
reencuentro con su esposa. El resolutivo poder del amor.
El tema de la amistad sigue vigente, ya lo vimos desde sus
inicios y en esta cinta está muy presente también. Como el de la traición.
Temas de Morricone, un clásico de las bandas sonoras del
spaghetti, un maestro, como “Two mules from sister Sara”, “The Braying Mule”,
“Rito Finale”, “Norme con Ironie”, “The Big Risk”, “Minacciosamente Lotano” o “Un
Monumento”, entre otras, así como el réquiem de Verdi que se oía en “Battle Royale”, forman parte de la banda sonora. Luego hay temas más modernos buscando un marcado anacronismo.
Todas las interpretaciones son excepcionales, con mención
especial para Christoph Waltz, de nuevo ejemplar con Tarantino, Leonardo
DiCaprio, una vez más y Samuel L. Jackson. En el pequeño debe la de Jamie Foxx.
Una cinta mucho más depurada que las anteriores, una obra
que muestra una mayor madurez y flexibilidad, pero que no va más allá en lo que
ya nos había mostrado el gran Quentin Tarantino. La parte final es más floja
que el resto, demasiado truco de guión y cierto atropello. Esto es cine de
entretenimiento, es difícil encontrarle más lecturas en general, no hay más.
Esto puede llevar a cierta vacuidad, con la que en ocasiones tontea Tarantino,
que sale airoso por su talento e ingenio en muchas ocasiones, pero en otras no
sale tan bien la jugada.
Disfrutaréis, en especial si os gusta este cineasta, el más
influyente de las últimas décadas.
Gracias sensei. Explicas las cosas tan bien que al final hasta dan ganas de ver las pelis solo por poder comentarlas!! Jajaja!!
ResponderEliminarUn beso!!
Jajajaja gracias a ti siempre Reina. Lo intento, así volvéis jajaja. Si has pasado un buen rato con eso vale y si has descubierto algo sobre cómo hace las cosas Tarantino, mejor.
EliminarUn besazo.
...me encantó es como estar en el mismo oeste ,vivir sensaciones y apurar al máximo las mismas emociones...no pestañeé en todo su bagaje de buen vieaje del maestro Tarantino ...Mr.SAMBO, excelente tu trabajo de diez en toda regla por lo expresivo ,documentado y estilo narrativo donde el cine plasma su acción entre lineas y fotogramas que dan de este una dedicación con sabor a gran labor... desde Mis Horas Rotas , tendre presente esta proyección...
ResponderEliminar...traigo
ecos
de
la
tarde
callada
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
COMPARTIENDO ILUSION
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE LABERINTO ROJO LEYENDAS DE PASIÓN, BAILANDO CON LOBOS, THE ARTIST, TITANIC SIÉNTEME DE CRIADAS Y SEÑORAS, FLOR DE PASCUA
José
Ramón...
Muchísimas gracias por tus palabras y tu aporte José Ramón, me ha gustado mucho el post así que no me resistiré a ver tu recomendación, le dedicaré un buen rato esta noche.
EliminarUn abrazo fuerte.
Hola Mister:
ResponderEliminarComo ya hemos comentado a mí, la peli me gustó, y al igual que Argo es de 4. No espero que con el tiempo suba al 5, le falta algo, o quizá le sobra Jamie Foxx. Es hombre tiene la cara de palo y los ojos inexpresivos. Solo hay que ver las fotos de tu post y ser lo suficiente canalla para compararlos con los de di Caprio. Los de Leo en cada foto nos cuentan algo de la peli, Con los de Foxx se podría hacer un copy/paste en cada una de las fotos y no se notaría.
Como ya te conté en su día, toda la peli queriendo ser Clint con ese rictus, para acabar pereciendo Martin Lawrence en la escena del caballo, es para matarlo o para volver a colgarlo de los pies. (Este primer plano de los pies me recuerda a los pies de Uma, pero a millones de año luz, por supuesto)
Y para acabar una cuestión, esas gafas de sol tan ortopédicas ¿son anacrónicas? No las acabo de ver yo en un western. Y creo que aparecen en una escena con rap de fondo, con lo cual, todo apunta a broma tarantinera.
Un abrazo.
Muy buenas amigo Vicent, lo comparto todo, la película está muy bien sin ser de lo mejor del director, los pequeños peros mencionados la lastran ligeramente, sobre todo lo que comentas de su protagonista, Jamie Foxx, al que se le ve un tanto perdido buscando el tono adecuado.
EliminarLo de las gafas puede ser una licencia tarantiniana, creo que Will Smith sacaba unas de ese estilo en WILD WILD WEST, la cosa esa donde también se jugaba con anacronismo en el oeste, ¿no?.
Un abrazo fuerte.
Buenas, Master.
ResponderEliminarYo no entiendo mucho de cine, pero disfruté la peli como un enano... se me pasaron las tres horas volando.
No se por qué, pero a mi me ha parecido la mejor de Tarantino desde Pulp Fiction.
No vi del todo mal la interpretación de Fox, a lo mejor queda enterrada por la gran interpretación de Waltz y DiCaprio... y la de Samuel L. Jackson, que me pareció la mejor de todas.
Para mí reune lo mejor del cine de Tarantino, esas largas charlas del absurdo que acababan en 4 tiros en plan gore que te dejaban mas satisfecho que si hubieses visto Rambo.
Y tiene muchas charlas brillantes, mientras que de ese estilo, en malditos bastardos, solo encuentro la de la taberna.
En fin, para que enrollarme. Peliculón...
PD; No te he leído la crítica de "Lincoln" por que tengo que ir a verla, y aunque se que muere, si leo tu crítica no hará falta ir a verla... ya te comentaré las dudas que me salgan... xDxDxD
Yo también la disfruté Taillon, aunque esos arranques sangrientos son más habituales desde KILL BILL, antes su violencia impactaba pero era menor. Lo que comentas de Jamie Foxx, puede ser, yo le veo indeciso en su interpretación, no resulta nunca divertido y su imitación a Eastwood no acaba de funcionar bien, ni quizá pegue del todo con el tono.
EliminarEn cualquier caso la película es muy satisfactoria.
Esas pelis con spoilers... jajaja. Aquí te espero para que comentes. Un abrazo amigo.
He vuelto a disfrutar con una película de Tarantino. Como siempre.
ResponderEliminarA la larga lista de cosas que agradecerle, se suma la de haberme descubierto a Christoph Waltz, al que no había visto nunca antes de Malditos bastardos. Y es curioso que los dos personajes escritos por Tarantino que ha interpretado Waltz parezcan la cara y la cruz de una misma moneda, uno malvado, otro bueno, los dos alemanes, el carismático nazi y el carismático cazarrecompensas que ayuda a un esclavo negro. Porque hay semejanzas entre lo que los nazis hicieron a los judíos y la esclavitud en Estados Unidos en el período previo a la Guerra de Secesión, al fin y al cabo se trataba de cosificar al ser humano. Hay un pasaje muy interesante en Matar a un ruiseñor en el que una maestra critica en el colegio lo que hacen los nazis, pero en el juicio por violación de Tom Robinson comenta algo así como “estos negros, cualquier día hasta querrán casarse con nosotras”.
Waltz, DiCaprio y Samuel L. Jackson están fantásticos. Creo que en los grandes premios Waltz bien podía haber sido nominado como mejor actor protagonista. La interpretación de Jamie Foxx es la más floja. Tampoco me gustó la elección de la actriz que interpreta a la hermana de Candie. Sin embargo, sí me llamó la atención-dentro del grupo de capataces, negreros, torturadores, o como quieras llamarlos, de Candyland- la mujer de los ojos azules, que cubre el resto de su cara con un pañuelo, y que tiene sólo dos planos, creo, uno de alborozo cuando los perros van a destripar a D’ Artagnan y otro jugando al solitario antes de que Django los mate a todos.
La escena de las capuchas mal confeccionadas es buenísima, demostrando que no hay nada sobre lo que Tarantino no se atreva a reírse.
Están presentes en la película la violencia, tan característica en el universo tarantiniano, y los diálogos, magníficos. Y también podría pensarse que un elemento común a las películas de Tarantino es que no hay escenas de sexo. Sin embargo, siendo, como parece que es, Tarantino un fetichista de los pies, sí incluye escenas de pies desnudos en todas sus películas, en Django de los pies de Kerry Washington. Por suerte para él, además, enseñar pies desnudos no afecta a la clasificación de las películas todavía;-)
En fin, me chifla Tarantino. Ya estoy esperando su próxima película (¿Kill Bill 3?)
Bueno, soy consciente de que el comentario me ha quedado muy deslavazado, pero a esta hora no doy para más.
Mil besos, Sambo y, como siempre, enhorabuena por el blog y por tusd críticas.
Muchas gracias por la opinión y el aporte querida Pearlsbu, y me alegro mucho de que te gustara, a mí también lo hizo. Sí, KILL BILL 3 será la siguiente. Has comentado cosas muy interesantes, sobre el tema de los pies recordar el diálogos sobre ellos en PULP FICTION, sobre los masajes.
EliminarInteresante y cierto también lo que comentas sobre MATAR A UN RUISEÑOR,así son las cosas...
Donde mejor ha estado Waltz es con él y efectivamente representa dos cara de la misma moneda.
Espero haber satisfecho o estado a la altura de lo que viste con la crítica.
Muchas gracias a ti y un beso grande.
bolsonxx: Bueno, bueno, que más se puede añadir después de lo que explicas en esta segunda parte. Perfecto. Y como cada uno tiene su opinión tan solo decir que a mí si me gustó ver a Don Johnson haciendo de señorito sureño, como le pega el personaje y el traje. Di Caprio será mejor actor pero Don tiene más presencia y en el cine eso también es mucho.
ResponderEliminarY del fetichismo de Tarantino con los pies poco más que añadir; el repaso que le pega a los pies de Salma Hayek en Abierto... es mítico.
Jajajaja buen repaso a la buena de Salma , cierto. Fue un detalle, seguro que disfrutó mucho de Miami Vice el bueno de Tarantino.
EliminarUn saludo, Bolsonxx.
No me termina de convencer esta historia. El reparto es de los elementos más representativos de esta película, siendo Leonardo DiCaprio, Kerry Washington mis favoritos. Respecto a la historia la verdad es que es muy poco original, con la clásica figura del cazarrecompensas movido por el dinero, la justicia “sui generis”, y un relato de emparejamiento “buddy movie” y venganza adornada con flashbacks y escenarios que remiten tanto a los paisajes almerienses de Eastwood. Narrativamente se alarga sin medida contando una historia sobre esclavitud y racismo en el sur de los Estados Unidos, empleando violencia gratuita suavizada por la comicidad y el desenfadado con rasgos de humor negro, maniqueísmo, caricatura. Le falta énfasis en el tono paródico e inventiva.
ResponderEliminarGracias por el aporte, Pía.
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