jueves, 31 de enero de 2013

Crítica: EL PADRINO (1972) -Parte 4/6-

FRANCIS FORD COPPOLA









El Padrino” es una cinta con muchos elementos expresionistas, que homenajea la iluminación clásica del cine negro. Colores ocres, sobre todo en interiores, marrones, claroscuros, sombras y luces… otro ejemplo lo tenemos en la llegada de Michael a la casa paterna tras el suceso. En esta misma escena existe otro contraste evidente, la decoración navideña y el duelo con tonos marrones.


La fotografía de Gordon Willis es una auténtica maravilla, aunque se las tuvo tiesas con el director.

La familia Corleone es consciente del cambio de los tiempos, y como ella el resto de familias, rehúyen la violencia generalizada en contraposición a tiempos pasados, como los años 30. Estamos en el año 46. Estos cambios que se producen en la mafia, que debe readaptarse penetrando en los núcleos de poder, está perfectamente mostrado también en “El Padrino”.

La supervivencia de Vito es vital para la familia, sin él perdería su influencia.

El círculo de confianza de Vito reflexiona sobre los pasos a seguir. Tom aconsejará a Sonny firmar el trato con Sollozzo, además se reivindicará como hijo ante él. En esta reunión Coppola muestraMichael desubicado, fuera de sitio, como si no perteneciera a ese grupo. El resto son Sonny, Tom, Clemenza y Tessio. Recibirán un mensaje siciliano para que sepan de la muerte de Luca Brasi, “está durmiendo con los peces”, cabe recordar aquí los dibujos de peces pintados en el cristal del bar donde entra Luca antes de ser asesinado, era un presagio puesto ahí por Coppola.


Otro ejemplo del vínculo entre los distintos aspectos de la familia, el íntimo y el de los negocios, que Coppola no para de señalar, lo tenemos en la escena donde Clemenza se lleva a Paulie, el guardaespaldas que faltó a su puesto el día del atentado al padrino, para acabar con él sin que éste lo sepa. La escena se iniciará con unos niños que disfrutan con su coche de juguete, regalo de Navidad, en plano general, donde se ve una casa con decoración navideña. El plano siguiente será el de Clemenza despidiéndose de su mujer. Esa despedida podría omitirse, pero para Coppola mostrar esos aspectos de la intimidad familiar es indispensable, que veamos el vínculo. Ese hombre, amante esposo, con hijos que disfrutan de los juguetes que les ha traído Papá Noel, se va a trabajar, un trabajo que consiste en asesinar al chico que conduce a su lado. Lo cotidiano, los cannelloni; lo extraordinario, el asesinato… Escalofriante. Detallismo puro.



El plano general repleto de sombras al pasar por la carretera bajo el tren, con la conversación en over, presagia ya la futura muerte.

Exterminados, vaya una palabra”.

La Estatua de la Libertad es un símbolo importante en la trilogía de “El Padrino”. En la segunda parte su figura sufrirá una evolución, en esta primera parte aparecerá una vez. El idealismo que llamó a Corleone difuminado o prostituido por él y su familia. La Estatua de la Libertad aparecerá, lejana, como un eco casi inaudible, al fondo del encuadre en la escena donde Rocco y Clemenza matan a Paulie. Un plano general en un trigal, el asesinato y la banda sonora como firma de los Corleone.


Trae los cannelloni.”

Ese tempo especial que tiene “El Padrino”, esa pausa, se aprecia a la perfección en el asesinato comentado, esos breves segundos en plano general hasta que Rocco dispara a su víctima.


El retrato de Michael sigue su evolución, siempre se le muestra ajeno, solitario, fuera de sitio, como en ese jardín donde pasa el rato antes de que lo llamen por teléfono. Tom y su propio padre verbalizarán la idea de que quieren mantenerlo alejado de todos los asuntos delictivos de la familia. Él mismo le dijo a su pareja que no era así, pero la evolución sólo tiene un camino. Antes lo vimos unido a Kay y alejado de su familia, que debe esperar para hacerse la foto con él, ahora está en stand by, alejado de todo, a medio camino de nada. En esa conversación telefónica veremos los apuros y el sonrojo de Michael al tener que decirle “te quiero” a su novia. Este momento sería un toque de humor sin más, pero resulta especialmente significativo viendo la evolución de Michael, que no tendrá ningún apuro en cometer las más horrendas acciones. De alguna manera se duda de los verdaderos sentimientos del personaje y se apunta que esa evolución que lo lleva de ella hacia su familia sigue su curso. Ese machismo reinante y que vertebra la familia. Toda la escena será en un plano sostenido, menos breves insertos más cortos para el momento de la conversación telefónica y la que posteriormente tiene con su hermano Santino (Sonny). Todo esto lo veremos con mayor claridad en la escena siguiente, con la fría cena entre la pareja en la que Michael se despide sin darle certezas de la continuidad de la relación a Kay.














Una de las grandes secuencias de “El Padrino”, aunque menos famosa que otras, es la que acontece en el kafkiano hospital donde tienen a Vito Corleone y al que va Michael a visitarlo. Un hospital desierto, de largos y tétricos pasillos, que en muchas ocasiones aparecen encuadrados sin ningún personaje (ya explicaré alguna cosa al respecto en curiosidades), acrecentando la tensión y el suspense. Coppola logra transmitir auténtico terror con mínimos elementos. Han abandonado a su suerte al líder de los Corleone… afortunadamente ha llegado Michael. Esta escena es la que comienza a dar conciencia de su verdadera naturaleza a Michael, comenzará a actuar con decisión, sin dudar, para poner a su padre a salvo. Planos larguísimos sin movimientos de cámara apenas, sosteniendo la creciente tensión, la sensación de terror, muchos encuadres dentro del encuadre, usando puertas principalmente. El suspense no para de crecer, tendremos un momento especialmente sublime con el cambio de habitación y el sonido en over de unos pasos. ¡Siempre reivindicaré el sonido de los pasos en el cine! ¡Esa capacidad de sugerencia, especialmente en el cine de suspense y terror! ¡El gozoso placer de los pasos en el cine!



Coppola, como sucede en toda la narración de “El Padrino”, no se limitará a un género y mezclara el más excelso suspense y terror con el más emotivo melodrama. Resulta especialmente conmovedor el momento íntimo entre Michael y su padre en esas circunstancias y la emoción de ambos personajes. Michael besará la mano de su padre, el gesto máximo, un paso más en ese camino hacia su destino, hacia la sucesión. En el siguiente plano lo veremos avanzar cubierto en sombras hacia cámara, iluminándose su rostro al final del trayecto. Su camino hacia el lado oscuro ha comenzado.


Fuera, junto al pastelero Enzo, será donde Michael se dé cuenta de su verdadero ser. Aparentando proteger a su padre coordinará toda la farsa para engañar a los esbirros de las otras familias que pretenden matar al líder de los Corleone. El silencio, los nervios, un coche sigiloso y lento que tantea la puerta… Enzo está como un flan y cuando el coche pase sus manos temblarán descontroladas al encenderse un cigarrillo, pero Michael comprobará su templanza, su tranquilidad en esos momentos de máxima tensión, sorprendiéndose. Empieza a comprenderse a sí mismo. Ha nacido para eso.



Por supuesto, no había otra explicación, el jefe de policía está untado por “El Turco” para que quitara toda la vigilancia, un jefe de policía interpretado por el inolvidable Sterling Hayden, que también surgirá de entre las sombras, lo que recalca su falsedad.


La separación entre los dos troncos de la familia, mencionados en múltiples ocasiones, también se relaciona con el propio Michael, que se da cuenta de que está recorriendo el mismo camino que su padre. Va asumiendo que es la única forma de congeniar ambos ámbitos, los necesita, e incluso pondrá por delante los negocios a sus propias relaciones personales. No puede renunciar a ninguno, tan solo poner un muro para que no se mezclen, en lo posible. Conforme avance su evolución Michael comprenderá que no puede renunciar a su familia mafiosa, que jamás renunciaría a ellos ni por su mujer, aunque eso signifique sentirse solo, cojo… ella deberá aceptar esas reglas. Esto será así hasta su final redención, donde sus prioridades cambiarán drásticamente, en la tercera parte de la saga.









Llegamos a un punto culmínate en “El Padrino” y en el personaje de Michael Corleone, la escena de su transformación. Sonny, con sus galones de nuevo jefe y su carácter impulsivo, se niega a parlamentar con “El Turco” y los suyos, sólo quiere venganza, algo que empieza a cumplir cuando anuncia que han matado a Bruno Tattaglia, al que vimos en la escena del asesinato de Luca Brasi. No quiere oír las sensatas recomendaciones de Tom acerca del diálogo. Como curiosidad en esta escena Sonny pronunciará la mítica frase, de nuevo, de “el asunto es tan bueno que no podremos negarnos” referenciando a “El Turco”.




Tom hará entender de la conveniencia de no ceder a la venganza ni acabar con el corrupto jefe de policía, ya que implicaría que todas las familias se volvieran en contra de ellos y perdieran todo el poder, incluso la protección política y judicial. En ese preciso instante tendrá lugar un momento decisivo, Michael intervendrá para defender la postura de Sonny. Coppola situará la cámara en plano general, una panorámica seguirá a Tom y nos dejará a Michael en el centro, en ese momento comenzará a hablar de su plan, el resto ya es accesorio, el resto de personajes ya no tienen importancia, son secundarios, incluso Sonny, el jefe hasta ese momento, al cual oiremos en off. Coppola irá acercando la cámara hacia el rostro de Michael mediante un zoom lento llegando al primer plano, hasta que su rostro inflamado apabulle el encuadre… Michael se está convirtiendo en El Padrino. Esta escena está escrita por Robert Towne, guionista de “Chinatown” (Roman Polanski, 1974), aunque no está acreditado.


La forma de sentarse en el sillón lo muestra ya como un líder, como el sillón del padrino, un movimiento inverso al que vimos en la primera escena en la que se presentó a su padre, Vito, que retrocedía hasta hacerlo aparecer en el encuadre. La significación de un simple movimiento de cámara.




Aunque se reirán en principio, ya que Michael se había mantenido fuera del juego de la familia, acabarán cediendo ante la firmeza de éste. Dispuesto a mancharse las manos de sangre. El argumento del uso de la prensa para mancillar el nombre del policía corrupto, campañas, será definitivo.

Adoctrinando, planificando, ensayando… “Si hubiéramos cortado por lo sano como debieron hacer con Hitler en Múnich… no habríamos llegado a esta situación y no tendrías que irte de vacaciones”.

La escena donde Michael aprende a disparar está planificada al revés de lo tradicional. Plano corto de la pistola y su disparo, pasamos a plano más general que incluye a Clemenza y al propio Michael, nuevo plano aún más amplio que muestra mejor el entorno en el que se sitúa la acción y plano general final que enseña toda la habitación. En medio hay algún plano corto intercalado cuando Clemenza se muestra más íntimo con Michael dándole su confianza. Lenguaje cinematográfico perfectamente pensado.

La siguiente escena se planifica de forma similar, primeros planos de los comensales y paso a plano general para ver la llegada de Tom. En esta escena Coppola muestra a las claras la depuración total de su estilo, un plano general que enseñará la comida y del que el director no se moverá, ni él ni su cámara, incluso cuando Sonny se levante a atender una llamada de su contacto. Lo veremos levantarse, su paseo y cómo coge el teléfono al fondo del encuadre desenfocado (el resto de personajes se mantendrán perfectamente enfocados), sin insertos ni planos cortos, así como su regreso a la mesa.




Todo dispuesto, Tessio y Clemenza consejeros, la despedida de sus hermanos. Un tenso viaje en la noche rodeado de enemigos, como Sollozzo y McCluskey, que ya golpeó a Michael, muy amables y precavidos.











En el restaurante Louis tendrá lugar la caída definitiva en el lado oscuro de Michael, del pensamiento al acto. Son varias al escenas en las que vemos un plano de situación en el que entra un coche por un lado del encuadre, lo vimos en el hospital donde está Vito Corleone, en algunas escenas en la casa de la familia o en esta misma escena al llegar al destino.



Como ya he comentado habrá vino, es como una comunión de muerte. En otro ejemplo de pausa y tempo regulado, que además acrecienta la tensión, veremos como el camarero descorcha tranquilamente y con parsimonia la botella de vino que beberán los comensales. El uso del italiano, las pausas, los planos generales intermitentes, las miradas… aumentan el suspense enormemente. Escalofriante la fría mirada de Pacino, realmente soberbio su trabajo.


Una tensión contenida que no cesa en ningún momento, como cuando Michael busca la pistola en el baño… y tarda un poco en encontrarla. En el momento del clímax, de la catarsis violenta, oiremos trenes en over de fondo, símbolo del camino sin retorno que está a punto de comenzar a recorrer Michael Corleone. Su frialdad, se sienta y espera el sonido del tren, la tensión de su rostro, el ligero temblor de su barbilla, la violencia seca y descarnada… Michael actuó. Mató. Es su destino.


El montaje de “El Padrino” es una maravilla. Tras el asesinato de Michael, Coppola hará un montaje con periódicos y episodios de la rutina de los mafiosos, un montaje que vuelve a ser un ejemplo de contraste, ya que los actos que vemos hacer a los personajes son de total tranquilidad, uno hace crucigramas, otro escribe, otro se tumba, otro duerme, otro come, otro toca el piano (el padre de Coppola, Carmine), otros cocinan, siempre alegres y relajados, en contraposición con los titulares que van mostrando los periódicos. Tumulto y espiral de violencia.











La llegada del Don está rodada con multitud de picados en distintos planos, dando solemnidad al acontecimiento. He mencionado la importancia de la religión, que aquí se toca de manera tangencial y que en la tercera parte se afrontará más explícitamente, pero son muchos elementos los que la hacen estar presente. Los comentarios de Vito acerca de su consciencia de que la Iglesia Católica condena muchos de sus negocios, las cruces que se ven durante el metraje, en el cuello de Sonny, en la habitación del convaleciente Vito… 











El Padrino” es una película profundamente masculina, las mujeres guardan un estricto segundo plano, lógico teniendo en cuenta la labor dentro de la familia, pero su tratamiento no deja de ser interesante. Son un referente moral, la mamma, merecen respeto y aunque no intervienen en los negocios de la familia son tremendamente protegidas por ella. En los asuntos conyugales hay un estricto respeto, nadie se mete en esa sociedad patriarcal, pero suelen desencadenar conflictos a nivel emocional, como el que llevará a Sonny a la perdición. Siempre las veremos presentes en lo cotidiano, cocinando, poniendo orden en la mesa, llamando la atención a sus hijos, por mayores que sean, en conflictos conyugales, en infidelidades, sufridas o causadas…

Es conmovedora la profunda amargura y decepción de Vito Corleone al enterarse de que ha sido su hijo Michael el que mató a Sollozzo (Al Lettieri). En la habitación de Vito veremos espejos y cómo se refleja en ellos Tessio, futuro traidor.









Hay multitud de escaleras en “El Padrino”, generalmente lugar de conflictos, un ejemplo lo tendremos en las recriminaciones de Sonny a Tom, al que incluso echara en cara su procedencia adoptiva… El belicoso Sonny se arrepiente a la misma velocidad que se enciende, lo vimos en una de las primeras escenas, cuando destroza una cámara y la paga a continuación (aunque aquí mucho arrepentimiento no había), en otras discusiones cuando sus hermanos logran atemperarlo o en esta misma escena donde se disculpa enseguida con su hermano Tom. Esto puede resultar otra influencia de Bresson, gran maestro retratando escaleras desnudas y con contenido, muy admirado por Coppola.




Connie, en una comida familiar, señalará uno de los puntos en los que más he insistido, la separación de los dos troncos de la familia. Sonny hablará de negocios en la mesa y su hermana le hará ver que su padre no llevaba las cosas así. Sonny resulta un jefe en exceso impetuoso y poco sutil. También la mamma marcará su gran jerarquía con respecto a sus hijos. Cada uno sabe perfectamente cuál es su sitio.

Por otro lado es hermoso ver al débil Fredo velar a su padre, casi avergonzado por no haber sabido defenderle, sentándose al lado de una cesta de regalo con las imprescindibles naranjas (aquí recogidas, no sueltas por el suelo como en la escena del atentado). Un guiño maravilloso, un vínculo que relaciona esta escena con el momento donde Vito fue tiroteado ante los ojos de su hijo.


 

Dedicada a Culé1899, disfrútala como yo he disfrutado haciéndola









4 comentarios:

  1. Gran disección MrSambo. Vito, Sony, Michael, las diferencias entre ellos. Hay una fundamental, aparte del carácter de cada uno, Vito es italiano, sus hijos son ya americanos. Es un detalle que está muy bien cuidado. Santino es Sonny para todos menos para su padre. Aunque es cierto que Fredo no es "Fred" para nadie. Cuando Michael habla en italiano en el restaurante con Sollozzo, se le nota incómodo, de hecho en un momento vuelve al inglés. Es en la segunda cuando se muestra lo mal que sienta en la famillia que Michael se aliste voluntario, en el ejército de una nación que Vito vé como extraña, y trata de educar a sus hijos mostrándola como algo "extraño" a la familia.

    El personaje del policíaa corrpto McCluskey que interpreta Sterling Hayden, tiene un matiz que me gusta mucho. El policía mafioso al que nadie se atreve a tocar, porque matar a un policía, por chungo que sea, es saltarse una "norma de convivencia". El mostrar esa convivencia es una crítica feroz a la sociedad americana de la época, crítica repetida enmuchas películas y en distintas épocas. No pasa sólo en EE.UU. Por poner un ejemplo, jamás un empleado del Barcelona mataría a un árbitro aunque este los perjudicase (en ese extraño supuesto), pues la reacción corporativa de los árbitros les haría perder toda la influencia que tienen XDD.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué gran comentario Keyser!!! Esa diferencia es vital, la cita Bonasera en la primera escena, cuando nombra a los chavales no italianos que violan a su hija.

      Muy bien apuntado el flashback de la segunda parte donde se muestra lo mal que se toma Sonny el alistamiento de su hermano. Lo último, sobre el asesinato a un policía, es lo que trata de explicarle Tom a Sonny, la mafia es muchas cosas pero se rige por código estrictos, especialmente internos, esos valores que menciono a veces y que representa Vito, ese lugar blindado del que hablaba en entradas anteriores.

      Eliminar
  2. Disfrurando y aprendiendo del sensei y de los agudos comentarios.
    Muy buenos lectores tienes, Sambo!!
    Bss

    ResponderEliminar