lunes, 28 de enero de 2013

Crítica: EL PADRINO (1972) -Parte 1/6-

FRANCIS FORD COPPOLA








Un monumento cinematográfico. Una de las más grandes obras de arte que ha dado el cine. Una de las mejores películas de todos los tiempos. Una de las mejores sagas jamás realizadas.

Ante esto nos enfrentamos y… nos deleitamos.

El Padrino” es puro placer, caviar cinéfilo, una obra de excepcional complejidad y calidad, que coge lo mejor de varios géneros, el cine negro y de gangsters, el melodrama, la tragedia, las sagas familiares... en su maravilloso recorrido por un universo tan único como fascinante, por una saga familiar que se expande en el tiempo para rendir a los más escépticos espectadores de cualquier época. “El Padrino”, no sólo esta primera parte que nos ocupa, sino toda la trilogía, es tan enorme e inabarcable como es común a las obras maestras más absolutas e inmortales. Un encargo convertido en película de autor que está en el Top de todas las listas de las grandes películas de la historia, y que fue un rotundo éxito de taquilla y crítica desde el mismo momento de su estreno. Un clásico instantáneo.


Sumergirse en “El Padrino” provoca el mismo placer que meterse en una bañera caliente tras un día frío, ser arropado y abrazado al lado de una chimenea o sentir una brisa fresca en la cara un día caluroso. Una película de contrastes, suave con su tempo y ritmo pausado como si de una caricia a un bebé fuera, y dura y seca como si de un partido de rugby se tratara. Todo esto está personificado en el inolvidable personaje interpretado por Marlon Brando, capaz de la ternura y la crueldad a partes iguales. Una de las películas favoritas de la mayoría de cinéfilos y que incluso los no cinéfilos suelen citar para presumir de erudición cinéfila (que no tienen), algo que la emparenta con “El Quijote”, libro indiscutible y de cabecera, pero que muchos ni han leído.



El caso es que tanto “El Quijote” como “El Padrino” fueron éxitos monumentales en su época, valoradísimos por la crítica, si bien es cierto que no tanto por sus propios autores, Cervantes lo consideraba un simple entretenimiento para el público (él pensaba que sería “La Galatea” el libro que le daría la inmortalidad), y Coppola un encargo, aunque luego vio que podría sacar algo excepcional de ahí (con todo él valoraba más “La conversación”, un proyecto personal estrenado el mismo año que la segunda parte de “El Padrino”, 1974).

El Padrino” es pausada, envolvente, hipnótica, pide que la paladees, como al buen vino o al buen jamón de bellota. Para tomar con deleitación y calma, para respirarla y embriagarse con ella.

Cine negro, tragedia griega, Shakespeare, la familia, el tiempo, la lealtad, el respeto, la venganza, la violencia, la corrupción de la inocencia, la redención… Mil y un temas y referencias, imposibles de aglutinar en su totalidad (aunque haré un buen esfuerzo), que iré comentando y desarrollando. El dramático fatalismo de las tragedias, los personajes obsesivos, las reflexiones sobre el poder, el destino, también fatal en muchas ocasiones, de los dramas y tragedias shakesperianos, el sabor y ritmo del mejor cine negro, multitud de referencias literarias y cinematográficas atravesando continuamente sus fotogramas y trama, desde Maquiavelo a Goethe, desde Antonioni a Bresson



La dirección de Coppola es de un clasicismo absoluto y si bien tiene elementos que nos permiten situarla en los 70, su trabajo es intemporal. Coppola siempre ha acertado con el tono de sus cintas, te mece, te baña en claroscuros y nocturnidad, te zarandea con arrebatos crecientes, te aterra de placer, te deleita de horror…



El Padrino” posee una tensa progresión dramática que es ejemplar, cogiendo lo mejor de la tragedia griega, el cine negro y de gangsters y la sabiduría dramatúrgica de los clásicos. Una obra maestra descomunal y sin parangón, donde fondo y forma deslumbran en cada plano, donde todo elemento técnico y artístico resulta perfecto. Una atmósfera tan confortable como incómoda en ese juego de contrastes que también es habitual en muchas obras maestras.

El retrato que hace Coppola está repleto de matices, es un grandioso fresco sobre la mafia, sobre las costumbres ítalo-americanas, sobre la familia, sobre América, de la que todo parece una metáfora.

Oír los primeros acordes de la maravillosa banda sonora de Nino Rota con el logotipo de la Paramount surgiendo, una vez conoces la película, no puede más que erizar la piel, incluso del cinéfilo más curtido.

Un rodaje duro y con muchos problemas que comentaremos, pero el duro parto dio como resultado la mejor de las criaturas. Un cinta que pensaba explotar el tema mafioso que se había puesto de moda tras la declaración de Joseph Valachi desvelando los secretos de la Organización y la posterior publicación del libro “The Valachi Papers” de Peter Mass. Todo esto desembocó en el estreno de “Mafia” (Martin Ritt, 1968), que fue un fracaso. Tal era el interés en el tema que dicho fracaso no intimidó a Paramount, que apostó por otra cinta sobre el asunto, la que nos ocupa, que si bien en un principio iba a tener un presupuesto pequeño de cerca de 2 millones de dólares, se acabó triplicando, hasta ser de más de 6.



Ha habido muchas cintas de gangsters y de cine negro, pero no se había visto ninguna como “El Padrino”.



El cine de gangsters es casi tan antiguo como el cine, son multitud las obras maestras que han tratado el tema de forma más o menos directa. Un género que ha acabado incluido en el más general de cine negro, si bien es cierto que es anterior, ya que el cine de gangsters se comienza a desarrollar de forma más concreta en los años 30, mientras que el negro clásico lo haría en los 40. El género más completo, junto al western, que tiene el cine. Este cine corre en paralelo con la historia de América, es intrínsecamente americano, aunque haya tenido grandes título en todas las filmografías, especialmente la italiana.

Hay que distinguir bien entre los enfoques que se han hecho en el cine de gangsters, o con gangsters, que no es lo mismo. Un recorrido placentero y cinéfilo por centenas de obras de arte que desnudan y explican una sociedad, la americana, y un universo blindado y fascinante, terrorífico y atractivo, el de la mafia.

El pueblo americano siempre ha admirado de una forma u otra, también temido, la figura del bandido, del gángster, representan la libertad, la individualidad, algo profundamente enraizado en la cultura americana, también representan la oposición a la ley, a lo establecido, algo que viene desde el lejano oeste…

El gángster, el bandido, el ladrón, han sido en muchos momentos símbolos de libertad, una libertad muy reivindicada por la sociedad americana siempre. Esto llevó a la idealización en muchos casos de la figura del gángster, hasta tal punto de que el público convertía en auténticos héroes a esos personajes, especialmente si salían en pantalla. La perversión del sueño americano, éxito sencillo. Esta situación obligó a muchos cineastas, a sus productoras, a incluir mensajes introductorios donde se dejaba muy claro que se condenaba a dichos personajes, ya que sus historias no despertaban más que fascinación en el público. Los gangsters eran gentes que se hacían a sí mismos, que progresaban desde lo más bajo, que luchaban contra circunstancias injustas y se sobreponían a las peores situaciones provocadas por guerras, crisis, políticas… Algo que queda maravillosamente explicado en, por ejemplo, "Los violentos años 20” (Raoul Walsh, 1939). La “Ley Seca” fue una mina para mafias, contrabandos y… películas. Las cintas sobre el contrabando, los gangsters, provocaban admiración, esto lo vio rápido el visionario J, Edgar Hoover, que dándose cuenta del poder del cine lo uso para lograr el efecto contrario, que la gente encontrara fascinante la lucha contra el crimen, a los policías. Clint Eastwood lo muestra a la perfección en “J. Edgar” (2011) y el estreno de “Contra el imperio del crimen” (William Knightley, 1935) apadrinada, nunca mejor dicho, por el propio Hoover. Películas ambas protagonizadas por el genial James Cagney, que en una hacía de gángster, como pocos, y en la otra de agente de la ley. 



El cine de gangsters se desarrolla en los años 30, son tres las películas iconográficas de este estilo, las que marcan los cánones, “Hampa dorada” (Mervyn LeRoy, 1931), “El enemigo público” (William A. Wellman, 1931) y “Scarface” (Howard Hawks, 1932). En estas tres joyas se muestra la subida y posterior caída de un gángster que empieza de la nada. Protagonizadas por algunos de los más grandes actores que han personificado al gángster por antonomasia, como Edward G. Robinson en la pionera “Hampa Dorada” o James Cagney en “El enemigo público”. “Scarface”, que pasa por ser el principal referente de este género, fue censurado por su extrema violencia, en ella podemos apreciar uno de esos mensajes morales advirtiendo de lo malo que es ser gángster. Esta última está protagonizada por Paul Muni. En estas cintas se apreciaban las interioridades de las organizaciones mafiosas, cómo se podía ascender, se desarrollaba la personalidad decidida y ambiciosa de esos personajes, su éxito y lujo, así como la posterior fatalidad. Estas cintas entroncan mucho con “El Padrino”, guardando las distancias.

Anteriormente se habían hecho películas de gangsters, siendo “La ley del hampa” (Josef von Sternberg, 1927), la pionera. “La horda” (Lewis Milestone, 1928), es otra película a tener en cuanta en los inicios.

Hay películas sobre gangsters o la mafia de todo tipo, haremos un profundo recorrido por ellas y cómo el cine ha tratado el tema. La propia ambición de “El Padrino” justifica este recorrido.

1º. Películas que describen y analizan las interioridades de la mafia. Ninguna como la que nos ocupa en este sentido. Aunque “El Padrino” puede incluirse en cualquiera de los tipos que mencionemos, los engloba todos, entraría de forma especial en éste. Entre éstas ya cité esas tres pioneras, “Hampa dorada”, “El enemigo público” y “Scarface”, que marcaron el cine de gangsters moderno, las películas referenciales. Son películas que examinan o reflexionan sobre la Organización, muestran sus interioridades y funcionamiento, nos sumergen en ese mundo blindado y fascinante. Cintas como “Uno de los nuestros” (Martin Scorsese, 1990), “Casino” (Martin Scorsese, 1995), son ejemplos cristalinos. “Érase una vez en América” (Sergio Leone, 1984), aunque sus intenciones son distintas, muestra la subida de los jóvenes protagonistas al éxito, incluso llegando a la política. El excelente remake que hizo Brian De Palma de “Scarface” en “El precio del poder” (1983); “Los violentos años 20” (1939), la obra maestra de Raoul Walsh; “El funeral” (Abel Ferrara, 1996); “Donnie Brasco” (Mike Newell, 1997), una historia real donde se muestran algunas de las formas de proceder de la mafia para subir escalones y sus interioridades; “Carne viva” (Michael Ritchie, 1972); cintas italianas, que como es menester tocan el tema, de la calidad de “Salvatore Giuliano” (Francesco Rossi, 1962); “El día de la lechuza” (Damiano Damiani, 1968); “Gomorra” (Matteo Garrone, 2008), también “Lucky Luciano” (Francesco Rosi, 1973); otras más discretas como “Camorra” (Pasquale Squitieri, 1972); “El Don ha muerto” (Richard Fleischer, 1973); “Hampones” (Bill Duke, 1997)… son algunos de los muchos ejemplos.



2º. Películas que tratan a la mafia, pero de forma más tangencial y sin adentrarse tanto en su funcionamiento y alcance más allá de la trama. Retratan la lucha contra ella, por ejemplo la de un policía contra alguna banda por cualquier circunstancia, un personaje que se ve metido o relacionado con mafiosos y debe resolver sus problemas... En otras ocasiones son películas desde el punto de vista de alguien en el interior de la Organización o desde el interior de la Organización misma, sin que ello suponga un análisis de la misma. Hay gran cantidad de títulos en este estilo…y de joyas. “Al rojo vivo” (Raoul Walsh, 1949); “Ángeles con caras sucias” (Michael Curtiz, 1938), de nuevo con el gran Cagney... Películas como “A quemarropa” (John Boorman, 1967), título destacado del cine negro de los sesenta, o “El soborno” (John Cromwell, 1951), presentan ya una mafia alejada de la violencia y perfectamente integrada en la sociedad, ya no se esconden en locales clandestinos sino que trabajan en grandes rascacielos y están infiltrados en todas las esferas de poder, algo que también veremos en “El Padrino” en esa evolución de la mafia que muestra la cinta de Coppola a lo largo de varias décadas. Clásicos imprescindibles como “M, el vampiro de Düsseldorf” (Fritz Lang, 1931); esa maravilla que es “Forajidos” (Robert Siodmak, 1946); la excelente “Sin conciencia” (Bretaigne Windust, Raoul Walsh, 1951), con el imprescindible Humphrey Bogart; “Los sobornados” (Fritz Lang, 1953), una de las grandes joyas del cine negro de todos los tiempos; “Un gángster sin destino” (Lewis Seiler, 1942), también con Bogart; “Relato criminal” (Joseph H. Lewis, 1949), una magnífica y transgresora película en muchos aspectos; “Testigo accidental” (Richard Fleischer, 1952); “Calle river, 99” (1953) y “El imperio del terror” (1955) de Phil Karlson, esta última es una cinta muy contundente que podría incluirse en el anterior punto; otros más modernos como “The french Connection” (William Friedkin, 1971); “Los intocables de Eliot Ness” (Brian De Palma, 1987); “Manhattan sur” (Michael Cimino, 1985); “Atrapado por su pasado” (Brian De Palma, 1993); “El gran tipo” (John G. Blystone, 1936); “El último gángster” (Edward Ludwig, 1937); "Dillinger, enemigo público, nº 1” (Max Nosseck, 1945); “Brighton Rock” (John Boulting, 1947); “Flic Story” (Jacques Deray, 1975); una de las joyas de los hermanos Coen, “Muerte entre las flores” (1990); “Cuidad de Dios” (Fernando Meirelles, 2002); “Una historia de violencia” (David Cronenberg, 2005)… una inacabable lista de cintas, muchas de ellas imprescindibles, que siven de perfecto ejemplo a este apartado.


3º. Películas con mafiosos, pero donde la mafia no es prioritaria en la trama, ni su análisis, han inundado de títulos las pantallas. Que en un triángulo amoroso uno de ellos sea mafioso, por ejemplo, pero donde aunque el contexto sea de algún entramado delictivo, la historia principal va por otros lugares de forma prioritaria, “Gilda” (Charles Vidor, 1946), por ejemplo. “Callejón sin salida” (William Wyler, 1937); “El gángster y la bailarina” (Archie Mayo, 1940); otra “Callejón sin salida” (John Cromwell, 1947), distinta a la anterior pero más brillante aún; “Más dura será la caída” (Mark Robson, 1956); “Chicago años 30” (Nicholas Ray, 1958); “Pulp fiction” (Quentin Tarantino, 1995); “Traffic” (Steven Soderberg, 2000); “Bajos fondos” (Samuel Fuller, 1961); “Gloria” (John Cassavetes, 1980); “Sospechosos habituales” (Bryan Singer, 1995)…

4º. También hay películas que han parodiado el tema. Comedias de talento que han tratado de forma más o menos directa el tema de la mafia, “Con faldas y a lo loco” (Billy Wilder, 1959); “Balas sobre Broadway” (Woody Allen, 1994); “Una terapia peligrosa” (Harold Ramis, 1999); “Mickey, ojos azules” (Kelly Makin, 1999)…
En otros casos se muestra a mafiosos, pero no de las altas esferas, sino de los estratos más bajos del hampa. Matones o traficantes del tres al cuarto, películas que serían una especie de mezcolanza del primer y segundo punto mencionado, como “Malas calles” de Martin Scorsese (1973).

No sólo el cine se ha ocupado de este tema, la televisión ha dado grandes series, algunas consideradas como las mejores de la historia, ahí tenemos a “Los Soprano”; “The wire”, esta de forma más tangencial, o la más reciente “Boardwalk empire”.




Francis Coppola tiene un estilo muy pausado, tranquilo, sereno, intenso, clásico. Un clasicismo muy personal. Ese tempo cadencioso es influencia reconocida, de lo que hablaré posteriormente, de gente como Antonioni o Bresson, y es uno de los sellos autorales de este director que pasa por ser uno de los más brillantes de su generación y digno de ser uno de los grandes de la historia del cine.

No son pocas las obras maestras que nos ha dejado Coppola, a la trilogía de “El Padrino” hay que añadir la deslumbrante y personalísima “La conversación” (1974), una de las mejores cintas sobre la guerra que se han filmado jamás como es “Apocalypse Now” (1979) o “La ley de la calle” (1983). “Rebeldes” (1983), “Drácula de Bram Stoker” (1992), que son auténticas joyas, la fracasada e interesante “Corazonada” (1982)… son más ejemplos del talento del autor ítalo-americano. Cintas más convencionales, en apariencia, o que no han tenido tanto el beneplácito crítico se desenmascaran como profundamente personales cuando se mira su obra con perspectiva, “El valle del arco iris” (1968), “Cotton Club” (1984), “Peggy Sue se casó” (1986), “Tucker, un hombre y su sueño” (1988), “Jack” (1996)…


Coppola es un autor mayúsculo e irregular, capaz de obras de genialidad pocas veces alcanzada y de intrascendencias, pero lo que no se le puede negar es que logra llevar a su terreno casi todas sus obras, aunque sean de encargo. Ha ido del éxito a la bancarrota en varias ocasiones. En este sentido no hay mejor ejemplo que “El Padrino”. Cintas convencionales como “Legítima defensa” (1997), aparentemente un mero ejercicio alimenticio también, deja 3 o 4 momentos de cine de primera calidad absolutamente ejemplar. Todo esto tiene que ver con su habilidad para integrarse en el juego de Hollywood, asumiendo una mezcla de artesano y autor cuando convenía, aceptando encargos (“El Padrino”, “Jack”, “Legítima defensa”…), para acometer con los beneficios sus proyectos más personales, una flexibilidad que le distingue de una de sus máximas influencias, Orson Welles, que se mantuvo firme en defensa de su independencia lo que provocó que durante buena parte de su carrera no pudiera enfrentarse a sus proyectos deseados.



Como autor es fácil discernir sus temas y obsesiones, sus constantes. La familia, la herencia (“El Padrino”, “Jack”, “Peggy Sue se casó”…); sus reflexiones sobre el tiempo, con personajes que luchan contra él o que viven ajenos al mismo (“Drácula”, que es casi inmortal; “Jack”, que envejece de forma prematura; “Peggy Sue se casó” que viaja al pasado; la misma trilogía de “El Padrino”, que presenta una saga que se extiende en el tiempo; “La ley de la calle” y esos chavales que parecen ajenos a la realidad…); los personajes obsesivos ( en “El Padrino”, “Tucker, un hombre y su sueño”, “La conversación”, “Apocalypse Now”, ”Drácula”…), que luchan contra un entorno que pretende someterlos, también poderosos, ambiciosos, solitarios, incluso rodeados de gente, blindados por su propia desgracia, fatalidad o condenación. La fantasía, no tanto como un conflicto entre ella y la realidad sino en el sentido del retrato de personajes que crean un mundo propio que se enfrenta a lo “real” o los aísla de ello (“El Padrino”, “Demencia 13”, “Corazonada”, “La ley de la calle”, “Rebeldes”, “El valle del arco iris”, “Drácula”, “Apocalypse Now”…); sociedades endogámicas o universos dotados de sus propias leyes, al que no puedes acceder si no eres de “los suyos”, la idea de “familia” expandida, también la de jerarquía y respeto, principios que permiten el funcionamientos de dichos universos (“La ley de la calle”, “Rebeldes”, “El Padrino”, “Cotton Club”, “Jack”, “Peggy Sue se casó”, “Corazonada”, “La conversación”…); personajes míticos, trágicos, que quieren cambiar el mundo que les rodea, su entorno (“Tucker, un hombre y su sueño”, “El Padrino”, “Apocalypse Now”, “Drácula”…); reflexiones sobre el poder, la ambición (“El Padrino”, “Tucker, un hombre y su sueño”, “Drácula”, “La conversación”, “Rebeldes”, “La ley de la calle”…); la confrontación entre modernidad e innovación y clasicismo (“La conversación” versus “El Padrino”)… aparecen de forma frecuente en su obra.




Muchas de estas ideas están presentes en su oscarizado guión de “Patton” (1970).

El componente autobiográfico está muy presente en su obra, no solo porque use a numerosos miembros de su familia, sino por episodios concretos de su vida que se pueden relacionar con sus películas, como la poliomielitis que padeció cuando era niño y que le obligó a mantener reposo durante un año entero y que sale a relucir en “La conversación”, en “El Padrino 2”, con la cuarentena de Vito por viruela, en “Jack”…

La mirada a la familia antes de “El Padrino” no era del todo positiva en líneas generales, con la salvedad de “Llueve sobre mi corazón” (1969). Cuando los padres se desentienden las situaciones acaban siendo trágicas o negativas (“La ley de la calle”, “El Padrino 2”… cuando esto no ocurre se evitan (“Jardines de piedra”, "Jack”…).



Coppola logró jugar perfectamente sus bazas en Hollywood, alternando proyectos alimenticios con otros personales, esta forma de mezclar lo artesanal con lo artístico fue uno de los legados que le dejó Roger Corman, mentor de grandísimos cineastas modernos (Jack Nichsolson, James Cameron, George Lucas, Martin Scorsese, Jonathan Demme, Peter Bogdanovich, John Sayles, Ron Howard… y el mismo Coppola.

Además de sus conceptos y constantes, Coppola tiene un estilo muy definido, hablé anteriormente de su clasicismo y tempo, pero el director ítalo-americano ha dotado a sus películas de distintas atmósferas según conviniese a la historia que contaba, sumergiéndose sin problemas en géneros clásicos. Lo cierto es que lo predominante ha sido un peculiar estilo clásico donde su cámara casi no se mueve, se centra sobre todo en el encuadre y utiliza, como Ford, la planificación clásica. “El Padrino” es paradigma de todo esto, con todos los rasgos habituales del cine de gangsters y cine negro, también del melodrama, y un pulso y dirección, sin apenas movimientos de cámara, centrando todo en encuadres precisos aunque, y esta es una peculiaridad, alterando el orden de planificación, como comentaré, en muchas escenas. El orden habitual de plano general, plano medio y primer plano con planos y contraplanos en las conversaciones, Coppola lo altera, colocando los planos generales no al principio, sino a mitad o en cualquier otro momento de la escena. Otro rasgo apreciable, muy de la época, es el uso de objetos o decorado entre la cámara y los personajes, que los ocultan en ocasiones o comparten plano, hay multitud de ejemplos en la cinta, simulando un toque documental, espía…


 


Dedicada a Culé1899, un reto intenso. Un gran agradecimiento a Rubén Redondo por sus aportes para esta entrada






















39 comentarios:

  1. ESTOY ENTUSIASMADAAAAAA!!!

    Mil gracias por esta primera parte! Miles de referencias cinéfilas q podrían tenenos ocupados un año. Si me permites añadir una: Un Gangster para un Milagro, de Capra, con Glenn Ford y esa entrañable Bette Davies!! No sé ctas veces la habré visto y disfruto cada vez.

    Ay Sambo, qué emoción. Sabes lo especial q es para mi esta peli y su BSO!!!!!

    Ansiosa por leer las restantes!!!!

    Besazos gordísimos y saltos d alegría!!!

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    1. UN GANGSTER PARA UN MILAGRO, ciertooooo, iría en el cuarto grupo con las comedias y en el tercero. La última peli del gran maestro Capra.

      A ver si te gusta el trabajo completo y está a la altura de lo especial que es para ti.

      Un beso preciosa.

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  2. Enhorabuena Sambo, pero publica todas las partes hoy!!!!!!

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    1. Jajaja lo haría Wsmith, pero así tengo lista toda esta semana y me alivia de trabajo jajaja

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  3. Bravo. Aquí hay un trabajo inmenso. Felicidades, Sambo, esperando las otras 5 partes. Y las otras dos pelis. ;-)

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    1. Sí ha sido intenso amigo Rincewindcat, espero que el resto te guste igual.

      Un abrazo fuerte.

      Pd. Para las otras dame tiempo jajaja

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  4. Madre mía y es sólo el comienzo.

    Me abruma la cantidad de películas que citas.

    Cuando entres en materia comentaré mis impresiones de las películas y la incomprensión general que reina alrededor de la figura de Michael Corleone obligado por el destino a ser lo que repugnaba y de perder todo lo que más quería en el recorrido de su trágica vida.


    Enhorabuena amigo.

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    1. Muchas gracias Frjparen, espero eso aportes, que seguro serán magníficos.

      Un abrazo amigo.

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  5. Empieza bien la cosa. Seguro que continúa mejor.

    (Por cierto, no sé qué le veis a "la Conversación", me parece una película aburridísima, tal vez porque esperaba mucho más, no sé...)

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    1. No jodas eddie, es un peliculón.

      Te introduce en la paranoia y en el delirio persecutorio de manera fascinante, no le doy un 5 pero sí un 4 sin la menor duda.

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    2. Espero que así sea Eddie. Bueno, LA CONVERSACIÓN es una cinta que puede resultar difícil, pero es excelente, quizá la favorita del director.

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    3. Jajaj... sabía que mi opinión iba a ser polémica... A mi, la verdad, es que me aburre, necesito más acción hamijos. Sin embargo admito lo que comenta frjparen.

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  6. Jodé Sambo..., pedazo de entrada y eso que no has hablado de la peícula aún, jejejejeje


    Enhorabuena tio!!, Se que no me prodigo mucho dejando comentarios, pero si que me paso amenudo a leerte


    Un abrazo amigo!!

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  7. Soy metalmadrid, jejeje, que sale mi nombre normal e igual no sabes quiñen soy

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  8. ¡¡¡ Por fin !!!

    PD: a ver cuando empiezas a hablar de la peli. Tanto preámbulo :)

    PDI: espero que dediques una de las 6 partes en exclusivo a la escena en la que Robert de Niro se carga al gangster ... que recuerda iba de blanco.

    ¿Lo pillas, verdad? :):)

    Un saludo, mrsambo

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    1. Paciencia querido culé, aquí se hacen las cosas bien, es un blog madridista...

      Esa escena que dices no es de esta pelí, tu Padrino Mas te tiene despistado, es en la segunda jajaja.

      Un saludo.

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    2. Cierto, cierto ... pero es que el Padrino I y II (el 3 no tanto) forman parte de la misma película.
      Y el flashback de la II la hace casi la I.

      Creo que es la única película que me ha gustado más la II parte que la I.

      PD: yo creía que era un blog de cine :):)

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    3. Jajaja menudo lio tienes. Bueno la dos es aún más compleja.

      De cine y madridista, no hay conflicto con eso jeje

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  9. Gran entrada. Obertura necesaria y muy instructiva sobre El Padrino y el cine de mafia en general. Es una parte de la historia del cine, el análisis que has hecho sobre el tipo de cine de mafia. Muy variado con cine americano y cine europeo (francés y sobre todo italiano)


    Leyendo se me ocurre relacionar Lucky Luciano del gran Rosi con Cayo Largo de John Huston. El personaje que interpretaba Edward G Robinson estaba inspirado en el mafioso Lucky Luciano y su intento de volver a entrar en EEUU una vez deportado a Italia, a través de Cuba (intento que queda reflejada en la película de Rosi de pasada).

    En cine italiano también es muy interesante Los Secretos de la Cosa Nostra de Terence Young, con Charles Bronson. Película de la época de El Padrino y en la cual se analizaba la institución mafiosa con mucho detalle (claramente del primer grupo de películas). Película con Lino Ventura de gran Padrino y de las que mejor han descrito las interioridades del mundillo mafioso.

    Hay muchos ejemplos y los que has nombrado son geniales

    Un abrazo

    Ruben Redondo

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  10. Muchas gracias Rubén, se me ocurrió que ésta merecía este tratamiento y explayarme con el género, además del estilo del director.

    Grandes aportes, para completar más todavía la entrada. Gracias de nuevo compañero.

    Un abrazo.

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    1. Y en el apartado comedia: Dama por un día (la original de una gangster para un milagro que ya la comentaron por aquí) y Pasqualino siete bellezas de la Wermüller

      Inagotable el cine relacionado con la mafia (incluyo la financiación por la mafia de la película de Lucio Fulci Luca El contrabandista, película financiada por la mafia napolitana jaja)

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    2. Así es Rubén, la original del propio Capra. Más magníficos aportes.

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  11. Una crítica de 6 partes para la primera película, ahí es nada MrSambo.

    Enhorabuena por el curro, espero con impaciencia que entres a saco en las películas, pero una gran introducción!

    Un abrazo

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    1. 6 partes nada menos, la más larga que he hecho y las mismas entradas que con BLADE RUNNER, ahí es nada, Keyser.

      Muchas gracias y un abrazo fuerte.

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  12. Grande Master¡¡¡

    Pedazo de preámbulo, he aprendido mas sobre el cine de gangsters hoy que en el resto de mi vida.

    Deberías cobrar por entrar al blog... xDxD

    Un saludo.

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    1. Jajajaja muchas gracias Taillon, un honor que así sea. Me pensaré tu idea jajaja.

      Un abrazo amigo.

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  13. MrSambo, aquí con el Padrino me has tocado la fibra sensible. Un servidor se hizo cinéfilo con esta obra de arte, para mi, de lo mejorcito que se ha rodado nunca.
    Es otra opinión personal que la mejor entrega de la saga es la primera, la del Sr Brando, sobre su interpretación sobran las palabras, basta decir que desde su personaje, muchos gansters han copiado de él hasta su ronquera al expresarse... sublime.
    Quiero felicitarte por el análisis que realizas, me resulta completísimo, y quizá la referencia de películas "gansteriles" sea la lista más elaborada que he leído nunca, mereces un Óscar jajajajaja. En serio, eres un crack del cine.
    Gracias por tu blog, sabes que te sigo aunque no escriba demasiado.

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    1. Por cierto, soy pezuco, sorry.

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    2. Muchísimas gracias mi admirado Pezuco, me alegra que te haya gustado y que encima valores así el análisis. Así da gusto. Es un honor siempre que te pasas por aquí. Yo no sabría decirte si la primera o la segunda, quizá también le tenga más cariño a esta primera, aunque son algo distintas, una es más enérgica, visceral, la primera, y la otra más reflexiva, la segunda.

      Muy cierto lo que comentas, tanto película como en concreto la figura e interpretación de Brando, han sido imitados hasta la saciedad. Un total y completo referente.

      De lo mejor que se ha hecho jamás.

      Un abrazo compañero.

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  14. Caramba Mr. Sambo, hay que ver qué comienzo explosivo. Espero ansioso el resto de entradas, que esto pinta tan épico como el análisis de Blade Runner.
    Un abrazo y enhorabuena una vez más.

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    1. Jajajaja gracias Pablo, en cuanto a extensión lo ha superado por poquito, a ver si cubre expectativas.

      Un abrazo fuerte y muchas gracias.

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  15. Nacho:Una de las películas más grandes de la historia

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    1. Así es, Nacho, y en este análisis a 6 partes aprenderás seguro muchas cosas sobre ella :))

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    2. Nacho:Si muchas gracias me he visto las 3,pero me quedo con la primera y segunda parte ya que la tercera me pareció buena pero nada de obra maestra ni algo por el estilo,simplemente se queda en una buena película.

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