Un monumento cinematográfico. Una de las más grandes obras
de arte que ha dado el cine. Una de las mejores películas de todos los tiempos.
Una de las mejores sagas jamás realizadas.
Ante esto nos enfrentamos y… nos deleitamos.
“El Padrino” es puro placer, caviar cinéfilo, una obra de
excepcional complejidad y calidad, que coge lo mejor de varios géneros, el cine
negro y de gangsters, el melodrama, la tragedia, las sagas familiares... en su
maravilloso recorrido por un universo tan único como fascinante, por una saga
familiar que se expande en el tiempo para rendir a los más escépticos espectadores de cualquier época. “El Padrino”, no sólo esta primera parte que nos ocupa, sino toda la trilogía, es
tan enorme e inabarcable como es común a las obras maestras más absolutas e
inmortales. Un encargo convertido en película de autor que está en el Top de
todas las listas de las grandes películas de la historia, y que fue un rotundo
éxito de taquilla y crítica desde el mismo momento de su estreno. Un clásico
instantáneo.
Sumergirse en “El Padrino” provoca el mismo placer que
meterse en una bañera caliente tras un día frío, ser arropado y abrazado al
lado de una chimenea o sentir una brisa fresca en la cara un día caluroso. Una
película de contrastes, suave con su tempo y ritmo pausado como si de una
caricia a un bebé fuera, y dura y seca como si de un partido de rugby se
tratara. Todo esto está personificado en el inolvidable personaje interpretado
por Marlon Brando, capaz de la ternura y la crueldad a partes iguales. Una de
las películas favoritas de la mayoría de cinéfilos y que incluso los no
cinéfilos suelen citar para presumir de erudición cinéfila (que no tienen),
algo que la emparenta con “El Quijote”, libro indiscutible y de cabecera, pero
que muchos ni han leído.
El caso es que tanto “El Quijote” como “El Padrino” fueron
éxitos monumentales en su época, valoradísimos por la crítica, si bien es
cierto que no tanto por sus propios autores, Cervantes lo consideraba un simple
entretenimiento para el público (él pensaba que sería “La Galatea” el libro que
le daría la inmortalidad), y Coppola un encargo, aunque luego vio que podría
sacar algo excepcional de ahí (con todo él valoraba más “La conversación”, un
proyecto personal estrenado el mismo año que la segunda parte de “El Padrino”,
1974).
“El Padrino” es pausada, envolvente, hipnótica, pide que la
paladees, como al buen vino o al buen jamón de bellota. Para tomar con
deleitación y calma, para respirarla y embriagarse con ella.
Cine negro, tragedia griega, Shakespeare, la familia, el
tiempo, la lealtad, el respeto, la venganza, la violencia, la corrupción de la
inocencia, la redención… Mil y un temas y referencias, imposibles de aglutinar
en su totalidad (aunque haré un buen esfuerzo), que iré comentando y desarrollando.
El dramático fatalismo de las tragedias, los personajes obsesivos, las
reflexiones sobre el poder, el destino,
también fatal en muchas ocasiones, de los dramas y tragedias shakesperianos, el
sabor y ritmo del mejor cine negro, multitud de referencias literarias y
cinematográficas atravesando continuamente sus fotogramas y trama, desde
Maquiavelo a Goethe, desde Antonioni a Bresson…
La dirección de Coppola es de un clasicismo absoluto y si
bien tiene elementos que nos permiten situarla en los 70, su trabajo es
intemporal. Coppola siempre ha acertado con el tono de sus cintas, te mece, te
baña en claroscuros y nocturnidad, te zarandea con arrebatos crecientes, te
aterra de placer, te deleita de horror…
“El Padrino” posee una tensa progresión dramática que es
ejemplar, cogiendo lo mejor de la tragedia griega, el cine negro y de gangsters
y la sabiduría dramatúrgica de los clásicos. Una obra maestra descomunal y sin
parangón, donde fondo y forma deslumbran en cada plano, donde todo elemento
técnico y artístico resulta perfecto. Una atmósfera tan confortable como
incómoda en ese juego de contrastes que también es habitual en muchas obras
maestras.
El retrato que hace Coppola está repleto de matices, es un
grandioso fresco sobre la mafia, sobre las costumbres ítalo-americanas, sobre
la familia, sobre América, de la que todo parece una metáfora.
Oír los primeros acordes de la maravillosa banda sonora de
Nino Rota con el logotipo de la Paramount surgiendo, una vez conoces la
película, no puede más que erizar la piel, incluso del cinéfilo más curtido.
Un rodaje duro y con muchos problemas que comentaremos, pero
el duro parto dio como resultado la mejor de las criaturas. Un cinta que
pensaba explotar el tema mafioso que se había puesto de moda tras la
declaración de Joseph Valachi desvelando los secretos de la Organización y la
posterior publicación del libro “The Valachi Papers” de Peter Mass. Todo esto desembocó en el estreno de “Mafia” (Martin Ritt, 1968), que fue un fracaso.
Tal era el interés en el tema que dicho fracaso no intimidó a Paramount, que apostó por
otra cinta sobre el asunto, la que nos ocupa, que si bien en un principio iba a
tener un presupuesto pequeño de cerca de 2 millones de dólares, se acabó triplicando, hasta ser de más de 6.
El cine de gangsters es casi tan antiguo como el cine, son
multitud las obras maestras que han tratado el tema de forma más o menos
directa. Un género que ha acabado incluido en el más general de cine negro, si
bien es cierto que es anterior, ya que el cine de gangsters se comienza a desarrollar de
forma más concreta en los años 30, mientras que el negro clásico lo haría en los
40. El género más completo, junto al western, que tiene el cine. Este cine
corre en paralelo con la historia de América, es intrínsecamente americano,
aunque haya tenido grandes título en todas las filmografías, especialmente la
italiana.
Hay que distinguir bien entre los enfoques que se han hecho en el cine de gangsters, o con gangsters, que no es lo mismo. Un recorrido
placentero y cinéfilo por centenas de obras de arte que desnudan y explican una
sociedad, la americana, y un universo blindado y fascinante, terrorífico y
atractivo, el de la mafia.
El pueblo americano siempre ha admirado de una forma u otra,
también temido, la figura del bandido, del gángster, representan la libertad,
la individualidad, algo profundamente enraizado en la cultura americana,
también representan la oposición a la ley, a lo establecido, algo que viene
desde el lejano oeste…
El gángster, el bandido, el ladrón, han sido en muchos
momentos símbolos de libertad, una libertad muy reivindicada por la sociedad
americana siempre. Esto llevó a la idealización en muchos casos de la figura
del gángster, hasta tal punto de que el público convertía en auténticos héroes
a esos personajes, especialmente si salían en pantalla. La perversión del sueño
americano, éxito sencillo. Esta situación obligó a muchos cineastas, a sus
productoras, a incluir mensajes introductorios donde se dejaba muy claro que se
condenaba a dichos personajes, ya que sus historias no despertaban más que
fascinación en el público. Los gangsters eran gentes que se hacían a sí mismos,
que progresaban desde lo más bajo, que luchaban contra circunstancias injustas
y se sobreponían a las peores situaciones provocadas por guerras, crisis,
políticas… Algo que queda maravillosamente explicado en, por ejemplo, "Los
violentos años 20” (Raoul Walsh, 1939). La “Ley Seca” fue una mina para mafias,
contrabandos y… películas. Las cintas sobre el contrabando, los gangsters,
provocaban admiración, esto lo vio rápido el visionario J, Edgar Hoover, que
dándose cuenta del poder del cine lo uso para lograr el efecto contrario, que
la gente encontrara fascinante la lucha contra el crimen, a los policías. Clint
Eastwood lo muestra a la perfección en “J. Edgar” (2011) y el estreno de “Contra
el imperio del crimen” (William Knightley, 1935) apadrinada, nunca mejor dicho,
por el propio Hoover. Películas ambas protagonizadas por el genial James Cagney, que en
una hacía de gángster, como pocos, y en la otra de agente de la ley.
El cine de gangsters se desarrolla en los años 30, son tres
las películas iconográficas de este estilo, las que marcan los cánones, “Hampa
dorada” (Mervyn LeRoy, 1931), “El enemigo público” (William A. Wellman, 1931) y
“Scarface” (Howard Hawks, 1932). En estas tres joyas se muestra la subida y
posterior caída de un gángster que empieza de la nada. Protagonizadas por
algunos de los más grandes actores que han personificado al gángster por
antonomasia, como Edward G. Robinson en la pionera “Hampa Dorada” o James
Cagney en “El enemigo público”. “Scarface”, que pasa por ser el principal
referente de este género, fue censurado por su extrema violencia, en ella
podemos apreciar uno de esos mensajes morales advirtiendo de lo malo que es ser
gángster. Esta última está protagonizada por Paul Muni. En estas cintas se
apreciaban las interioridades de las organizaciones mafiosas, cómo se podía
ascender, se desarrollaba la personalidad decidida y ambiciosa de esos
personajes, su éxito y lujo, así como la posterior fatalidad. Estas cintas
entroncan mucho con “El Padrino”, guardando las distancias.
Anteriormente se habían hecho películas de gangsters, siendo
“La ley del hampa” (Josef von Sternberg, 1927), la pionera. “La horda” (Lewis
Milestone, 1928), es otra película a tener en cuanta en los inicios.
Hay películas sobre gangsters o la mafia de todo tipo,
haremos un profundo recorrido por ellas y cómo el cine ha tratado el tema. La
propia ambición de “El Padrino” justifica este recorrido.
1º. Películas que describen y analizan las interioridades de
la mafia. Ninguna como la que nos ocupa en este sentido. Aunque “El Padrino”
puede incluirse en cualquiera de los tipos que mencionemos, los engloba todos, entraría de forma especial en éste. Entre éstas ya cité esas tres pioneras, “Hampa
dorada”, “El enemigo público” y “Scarface”, que marcaron el cine de gangsters
moderno, las películas referenciales. Son películas que examinan o reflexionan
sobre la Organización, muestran sus interioridades y funcionamiento, nos
sumergen en ese mundo blindado y fascinante. Cintas como “Uno de los nuestros” (Martin
Scorsese, 1990), “Casino” (Martin Scorsese, 1995), son ejemplos cristalinos. “Érase una vez en América” (Sergio Leone, 1984), aunque sus intenciones son distintas, muestra
la subida de los jóvenes protagonistas al éxito, incluso llegando a la
política. El excelente remake que hizo Brian De Palma de “Scarface” en “El
precio del poder” (1983); “Los violentos años 20” (1939), la obra maestra de
Raoul Walsh; “El funeral” (Abel Ferrara, 1996); “Donnie Brasco” (Mike Newell,
1997), una historia real donde se muestran algunas de las formas de proceder de
la mafia para subir escalones y sus interioridades; “Carne viva” (Michael
Ritchie, 1972); cintas italianas, que como es menester tocan el tema, de la
calidad de “Salvatore Giuliano” (Francesco Rossi, 1962); “El día de la lechuza”
(Damiano Damiani, 1968); “Gomorra” (Matteo Garrone, 2008), también “Lucky
Luciano” (Francesco Rosi, 1973); otras más discretas como “Camorra” (Pasquale
Squitieri, 1972); “El Don ha muerto” (Richard Fleischer, 1973); “Hampones”
(Bill Duke, 1997)… son algunos de los muchos ejemplos.
2º. Películas que tratan a la mafia, pero de forma más tangencial y sin adentrarse tanto en su funcionamiento y alcance más allá de la trama. Retratan la lucha contra ella, por ejemplo la de un policía contra alguna banda por cualquier circunstancia, un personaje que se ve metido o relacionado con mafiosos y debe resolver sus problemas... En otras ocasiones son películas desde el punto de vista de alguien en el interior de la Organización o desde el interior de la Organización misma, sin que ello suponga un análisis de la misma. Hay gran cantidad de títulos en este estilo…y de joyas. “Al rojo vivo” (Raoul Walsh, 1949); “Ángeles con caras sucias” (Michael Curtiz, 1938), de nuevo con el gran Cagney... Películas como “A quemarropa” (John Boorman, 1967), título destacado del cine negro de los sesenta, o “El soborno” (John Cromwell, 1951), presentan ya una mafia alejada de la violencia y perfectamente integrada en la sociedad, ya no se esconden en locales clandestinos sino que trabajan en grandes rascacielos y están infiltrados en todas las esferas de poder, algo que también veremos en “El Padrino” en esa evolución de la mafia que muestra la cinta de Coppola a lo largo de varias décadas. Clásicos imprescindibles como “M, el vampiro de Düsseldorf” (Fritz Lang, 1931); esa maravilla que es “Forajidos” (Robert Siodmak, 1946); la excelente “Sin conciencia” (Bretaigne Windust, Raoul Walsh, 1951), con el imprescindible Humphrey Bogart; “Los sobornados” (Fritz Lang, 1953), una de las grandes joyas del cine negro de todos los tiempos; “Un gángster sin destino” (Lewis Seiler, 1942), también con Bogart; “Relato criminal” (Joseph H. Lewis, 1949), una magnífica y transgresora película en muchos aspectos; “Testigo accidental” (Richard Fleischer, 1952); “Calle river, 99” (1953) y “El imperio del terror” (1955) de Phil Karlson, esta última es una cinta muy contundente que podría incluirse en el anterior punto; otros más modernos como “The french Connection” (William Friedkin, 1971); “Los intocables de Eliot Ness” (Brian De Palma, 1987); “Manhattan sur” (Michael Cimino, 1985); “Atrapado por su pasado” (Brian De Palma, 1993); “El gran tipo” (John G. Blystone, 1936); “El último gángster” (Edward Ludwig, 1937); "Dillinger, enemigo público, nº 1” (Max Nosseck, 1945); “Brighton Rock” (John Boulting, 1947); “Flic Story” (Jacques Deray, 1975); una de las joyas de los hermanos Coen, “Muerte entre las flores” (1990); “Cuidad de Dios” (Fernando Meirelles, 2002); “Una historia de violencia” (David Cronenberg, 2005)… una inacabable lista de cintas, muchas de ellas imprescindibles, que siven de perfecto ejemplo a este apartado.
3º. Películas con mafiosos, pero donde la mafia no es
prioritaria en la trama, ni su análisis, han inundado de títulos las pantallas.
Que en un triángulo amoroso uno de ellos sea mafioso, por ejemplo, pero donde
aunque el contexto sea de algún entramado delictivo, la historia principal va
por otros lugares de forma prioritaria, “Gilda” (Charles Vidor, 1946), por
ejemplo. “Callejón sin salida” (William Wyler, 1937); “El gángster y la
bailarina” (Archie Mayo, 1940); otra “Callejón sin salida” (John Cromwell,
1947), distinta a la anterior pero más brillante aún; “Más dura será la caída”
(Mark Robson, 1956); “Chicago años 30” (Nicholas Ray, 1958); “Pulp fiction”
(Quentin Tarantino, 1995); “Traffic” (Steven Soderberg, 2000); “Bajos fondos”
(Samuel Fuller, 1961); “Gloria” (John Cassavetes, 1980); “Sospechosos
habituales” (Bryan Singer, 1995)…
4º. También hay películas que han parodiado el tema.
Comedias de talento que han tratado de forma más o menos directa el tema de la
mafia, “Con faldas y a lo loco” (Billy Wilder, 1959); “Balas sobre Broadway”
(Woody Allen, 1994); “Una terapia peligrosa” (Harold Ramis, 1999); “Mickey,
ojos azules” (Kelly Makin, 1999)…
En otros casos se muestra a mafiosos, pero no de las altas
esferas, sino de los estratos más bajos del hampa. Matones o traficantes del tres
al cuarto, películas que serían una especie de mezcolanza del primer y segundo punto
mencionado, como “Malas calles” de Martin Scorsese (1973).
No sólo el cine se ha ocupado de este tema, la televisión ha
dado grandes series, algunas consideradas como las mejores de la historia, ahí
tenemos a “Los Soprano”; “The wire”, esta de forma más tangencial, o la más
reciente “Boardwalk empire”.
Francis Coppola tiene un estilo muy pausado, tranquilo,
sereno, intenso, clásico. Un clasicismo muy personal. Ese tempo cadencioso es
influencia reconocida, de lo que hablaré posteriormente, de gente como
Antonioni o Bresson, y es uno de los sellos autorales de este director que pasa
por ser uno de los más brillantes de su generación y digno de ser uno de los
grandes de la historia del cine.
No son pocas las obras maestras que nos ha dejado Coppola, a
la trilogía de “El Padrino” hay que añadir la deslumbrante y personalísima “La
conversación” (1974), una de las mejores cintas sobre la guerra que se han
filmado jamás como es “Apocalypse Now” (1979) o “La ley de la calle” (1983).
“Rebeldes” (1983), “Drácula de Bram Stoker” (1992), que son auténticas joyas,
la fracasada e interesante “Corazonada” (1982)… son más ejemplos del talento
del autor ítalo-americano. Cintas más convencionales, en apariencia, o que no han
tenido tanto el beneplácito crítico se desenmascaran como profundamente
personales cuando se mira su obra con perspectiva, “El valle del arco iris”
(1968), “Cotton Club” (1984), “Peggy Sue se casó” (1986), “Tucker, un hombre y
su sueño” (1988), “Jack” (1996)…
Coppola es un autor mayúsculo e irregular, capaz de obras de
genialidad pocas veces alcanzada y de intrascendencias, pero lo que no se le
puede negar es que logra llevar a su terreno casi todas sus obras, aunque sean
de encargo. Ha ido del éxito a la bancarrota en varias ocasiones. En este
sentido no hay mejor ejemplo que “El Padrino”. Cintas convencionales como
“Legítima defensa” (1997), aparentemente un mero ejercicio alimenticio también,
deja 3 o 4 momentos de cine de primera calidad absolutamente ejemplar. Todo
esto tiene que ver con su habilidad para integrarse en el juego de Hollywood,
asumiendo una mezcla de artesano y autor cuando convenía, aceptando encargos
(“El Padrino”, “Jack”, “Legítima defensa”…), para acometer con los beneficios
sus proyectos más personales, una flexibilidad que le distingue de una de sus
máximas influencias, Orson Welles, que se mantuvo firme en defensa de su
independencia lo que provocó que durante buena parte de su carrera no pudiera
enfrentarse a sus proyectos deseados.
Como autor es fácil discernir sus temas y obsesiones, sus
constantes. La familia, la herencia (“El Padrino”, “Jack”, “Peggy Sue se
casó”…); sus reflexiones sobre el tiempo, con personajes que luchan contra él o
que viven ajenos al mismo (“Drácula”, que es casi inmortal; “Jack”, que
envejece de forma prematura; “Peggy Sue se casó” que viaja al pasado; la misma
trilogía de “El Padrino”, que presenta una saga que se extiende en el tiempo;
“La ley de la calle” y esos chavales que parecen ajenos a la realidad…); los
personajes obsesivos ( en “El Padrino”, “Tucker, un hombre y su sueño”, “La
conversación”, “Apocalypse Now”, ”Drácula”…), que luchan contra un entorno que
pretende someterlos, también poderosos, ambiciosos, solitarios, incluso
rodeados de gente, blindados por su propia desgracia, fatalidad o condenación.
La fantasía, no tanto como un conflicto entre ella y la realidad sino en el
sentido del retrato de personajes que crean un mundo propio que se enfrenta a
lo “real” o los aísla de ello (“El Padrino”, “Demencia 13”, “Corazonada”, “La
ley de la calle”, “Rebeldes”, “El valle del arco iris”, “Drácula”, “Apocalypse
Now”…); sociedades endogámicas o universos dotados de sus propias leyes, al que
no puedes acceder si no eres de “los suyos”, la idea de “familia” expandida,
también la de jerarquía y respeto, principios que permiten el funcionamientos
de dichos universos (“La ley de la calle”, “Rebeldes”, “El Padrino”, “Cotton
Club”, “Jack”, “Peggy Sue se casó”, “Corazonada”, “La conversación”…);
personajes míticos, trágicos, que quieren cambiar el mundo que les rodea, su
entorno (“Tucker, un hombre y su sueño”, “El Padrino”, “Apocalypse Now”,
“Drácula”…); reflexiones sobre el poder, la ambición (“El Padrino”, “Tucker, un
hombre y su sueño”, “Drácula”, “La conversación”, “Rebeldes”, “La ley de la
calle”…); la confrontación entre modernidad e innovación y clasicismo (“La
conversación” versus “El Padrino”)… aparecen de forma frecuente en su obra.
El componente autobiográfico está muy presente en su obra,
no solo porque use a numerosos miembros de su familia, sino por episodios
concretos de su vida que se pueden relacionar con sus películas, como la
poliomielitis que padeció cuando era niño y que le obligó a mantener reposo
durante un año entero y que sale a relucir en “La conversación”, en “El Padrino
2”, con la cuarentena de Vito por viruela, en “Jack”…
La mirada a la familia antes de “El Padrino” no era del todo
positiva en líneas generales, con la salvedad de “Llueve sobre mi corazón”
(1969). Cuando los padres se desentienden las situaciones acaban siendo
trágicas o negativas (“La ley de la calle”, “El Padrino 2”… cuando esto no
ocurre se evitan (“Jardines de piedra”, "Jack”…).
Coppola logró jugar perfectamente sus bazas en Hollywood,
alternando proyectos alimenticios con otros personales, esta forma de mezclar
lo artesanal con lo artístico fue uno de los legados que le dejó Roger Corman,
mentor de grandísimos cineastas modernos (Jack Nichsolson, James Cameron,
George Lucas, Martin Scorsese, Jonathan Demme, Peter Bogdanovich, John Sayles,
Ron Howard… y el mismo Coppola.
Además de sus conceptos y constantes, Coppola tiene un
estilo muy definido, hablé anteriormente de su clasicismo y tempo, pero el
director ítalo-americano ha dotado a sus películas de distintas atmósferas
según conviniese a la historia que contaba, sumergiéndose sin problemas en
géneros clásicos. Lo cierto es que lo predominante ha sido un peculiar estilo
clásico donde su cámara casi no se mueve, se centra sobre todo en el encuadre y
utiliza, como Ford, la planificación clásica. “El Padrino” es paradigma de todo
esto, con todos los rasgos habituales del cine de gangsters y cine negro,
también del melodrama, y un pulso y dirección, sin apenas movimientos de
cámara, centrando todo en encuadres precisos aunque, y esta es una
peculiaridad, alterando el orden de planificación, como comentaré, en muchas
escenas. El orden habitual de plano general, plano medio y primer plano con
planos y contraplanos en las conversaciones, Coppola lo altera, colocando los
planos generales no al principio, sino a mitad o en cualquier otro momento de
la escena. Otro rasgo apreciable, muy de la época, es el uso de objetos o
decorado entre la cámara y los personajes, que los ocultan en ocasiones o
comparten plano, hay multitud de ejemplos en la cinta, simulando un toque
documental, espía…
Dedicada a Culé1899, un reto intenso. Un gran agradecimiento a Rubén Redondo por sus aportes para esta entrada.
ESTOY ENTUSIASMADAAAAAA!!!
ResponderEliminarMil gracias por esta primera parte! Miles de referencias cinéfilas q podrían tenenos ocupados un año. Si me permites añadir una: Un Gangster para un Milagro, de Capra, con Glenn Ford y esa entrañable Bette Davies!! No sé ctas veces la habré visto y disfruto cada vez.
Ay Sambo, qué emoción. Sabes lo especial q es para mi esta peli y su BSO!!!!!
Ansiosa por leer las restantes!!!!
Besazos gordísimos y saltos d alegría!!!
UN GANGSTER PARA UN MILAGRO, ciertooooo, iría en el cuarto grupo con las comedias y en el tercero. La última peli del gran maestro Capra.
EliminarA ver si te gusta el trabajo completo y está a la altura de lo especial que es para ti.
Un beso preciosa.
Enhorabuena Sambo, pero publica todas las partes hoy!!!!!!
ResponderEliminarJajaja lo haría Wsmith, pero así tengo lista toda esta semana y me alivia de trabajo jajaja
EliminarBravo. Aquí hay un trabajo inmenso. Felicidades, Sambo, esperando las otras 5 partes. Y las otras dos pelis. ;-)
ResponderEliminarSí ha sido intenso amigo Rincewindcat, espero que el resto te guste igual.
EliminarUn abrazo fuerte.
Pd. Para las otras dame tiempo jajaja
ResponderEliminarMadre mía y es sólo el comienzo.
Me abruma la cantidad de películas que citas.
Cuando entres en materia comentaré mis impresiones de las películas y la incomprensión general que reina alrededor de la figura de Michael Corleone obligado por el destino a ser lo que repugnaba y de perder todo lo que más quería en el recorrido de su trágica vida.
Enhorabuena amigo.
Muchas gracias Frjparen, espero eso aportes, que seguro serán magníficos.
EliminarUn abrazo amigo.
Empieza bien la cosa. Seguro que continúa mejor.
ResponderEliminar(Por cierto, no sé qué le veis a "la Conversación", me parece una película aburridísima, tal vez porque esperaba mucho más, no sé...)
No jodas eddie, es un peliculón.
EliminarTe introduce en la paranoia y en el delirio persecutorio de manera fascinante, no le doy un 5 pero sí un 4 sin la menor duda.
Espero que así sea Eddie. Bueno, LA CONVERSACIÓN es una cinta que puede resultar difícil, pero es excelente, quizá la favorita del director.
EliminarJajaj... sabía que mi opinión iba a ser polémica... A mi, la verdad, es que me aburre, necesito más acción hamijos. Sin embargo admito lo que comenta frjparen.
EliminarEs puro Kafka.
EliminarJodé Sambo..., pedazo de entrada y eso que no has hablado de la peícula aún, jejejejeje
ResponderEliminarEnhorabuena tio!!, Se que no me prodigo mucho dejando comentarios, pero si que me paso amenudo a leerte
Un abrazo amigo!!
Te reconocí en cuanto vi el nombre amigo mio jajaja
EliminarSoy metalmadrid, jejeje, que sale mi nombre normal e igual no sabes quiñen soy
ResponderEliminar
EliminarYo no sé quién eres, :)
¡¡¡ Por fin !!!
ResponderEliminarPD: a ver cuando empiezas a hablar de la peli. Tanto preámbulo :)
PDI: espero que dediques una de las 6 partes en exclusivo a la escena en la que Robert de Niro se carga al gangster ... que recuerda iba de blanco.
¿Lo pillas, verdad? :):)
Un saludo, mrsambo
Paciencia querido culé, aquí se hacen las cosas bien, es un blog madridista...
EliminarEsa escena que dices no es de esta pelí, tu Padrino Mas te tiene despistado, es en la segunda jajaja.
Un saludo.
Cierto, cierto ... pero es que el Padrino I y II (el 3 no tanto) forman parte de la misma película.
EliminarY el flashback de la II la hace casi la I.
Creo que es la única película que me ha gustado más la II parte que la I.
PD: yo creía que era un blog de cine :):)
Jajaja menudo lio tienes. Bueno la dos es aún más compleja.
EliminarDe cine y madridista, no hay conflicto con eso jeje
Gran entrada. Obertura necesaria y muy instructiva sobre El Padrino y el cine de mafia en general. Es una parte de la historia del cine, el análisis que has hecho sobre el tipo de cine de mafia. Muy variado con cine americano y cine europeo (francés y sobre todo italiano)
ResponderEliminarLeyendo se me ocurre relacionar Lucky Luciano del gran Rosi con Cayo Largo de John Huston. El personaje que interpretaba Edward G Robinson estaba inspirado en el mafioso Lucky Luciano y su intento de volver a entrar en EEUU una vez deportado a Italia, a través de Cuba (intento que queda reflejada en la película de Rosi de pasada).
En cine italiano también es muy interesante Los Secretos de la Cosa Nostra de Terence Young, con Charles Bronson. Película de la época de El Padrino y en la cual se analizaba la institución mafiosa con mucho detalle (claramente del primer grupo de películas). Película con Lino Ventura de gran Padrino y de las que mejor han descrito las interioridades del mundillo mafioso.
Hay muchos ejemplos y los que has nombrado son geniales
Un abrazo
Ruben Redondo
Muchas gracias Rubén, se me ocurrió que ésta merecía este tratamiento y explayarme con el género, además del estilo del director.
ResponderEliminarGrandes aportes, para completar más todavía la entrada. Gracias de nuevo compañero.
Un abrazo.
Y en el apartado comedia: Dama por un día (la original de una gangster para un milagro que ya la comentaron por aquí) y Pasqualino siete bellezas de la Wermüller
EliminarInagotable el cine relacionado con la mafia (incluyo la financiación por la mafia de la película de Lucio Fulci Luca El contrabandista, película financiada por la mafia napolitana jaja)
Así es Rubén, la original del propio Capra. Más magníficos aportes.
EliminarUna crítica de 6 partes para la primera película, ahí es nada MrSambo.
ResponderEliminarEnhorabuena por el curro, espero con impaciencia que entres a saco en las películas, pero una gran introducción!
Un abrazo
6 partes nada menos, la más larga que he hecho y las mismas entradas que con BLADE RUNNER, ahí es nada, Keyser.
EliminarMuchas gracias y un abrazo fuerte.
Grande Master¡¡¡
ResponderEliminarPedazo de preámbulo, he aprendido mas sobre el cine de gangsters hoy que en el resto de mi vida.
Deberías cobrar por entrar al blog... xDxD
Un saludo.
Jajajaja muchas gracias Taillon, un honor que así sea. Me pensaré tu idea jajaja.
EliminarUn abrazo amigo.
A tus pies Maestro.
ResponderEliminarMuchas gracias amigo Perill.
EliminarMrSambo, aquí con el Padrino me has tocado la fibra sensible. Un servidor se hizo cinéfilo con esta obra de arte, para mi, de lo mejorcito que se ha rodado nunca.
ResponderEliminarEs otra opinión personal que la mejor entrega de la saga es la primera, la del Sr Brando, sobre su interpretación sobran las palabras, basta decir que desde su personaje, muchos gansters han copiado de él hasta su ronquera al expresarse... sublime.
Quiero felicitarte por el análisis que realizas, me resulta completísimo, y quizá la referencia de películas "gansteriles" sea la lista más elaborada que he leído nunca, mereces un Óscar jajajajaja. En serio, eres un crack del cine.
Gracias por tu blog, sabes que te sigo aunque no escriba demasiado.
Por cierto, soy pezuco, sorry.
EliminarMuchísimas gracias mi admirado Pezuco, me alegra que te haya gustado y que encima valores así el análisis. Así da gusto. Es un honor siempre que te pasas por aquí. Yo no sabría decirte si la primera o la segunda, quizá también le tenga más cariño a esta primera, aunque son algo distintas, una es más enérgica, visceral, la primera, y la otra más reflexiva, la segunda.
EliminarMuy cierto lo que comentas, tanto película como en concreto la figura e interpretación de Brando, han sido imitados hasta la saciedad. Un total y completo referente.
De lo mejor que se ha hecho jamás.
Un abrazo compañero.
Caramba Mr. Sambo, hay que ver qué comienzo explosivo. Espero ansioso el resto de entradas, que esto pinta tan épico como el análisis de Blade Runner.
ResponderEliminarUn abrazo y enhorabuena una vez más.
Jajajaja gracias Pablo, en cuanto a extensión lo ha superado por poquito, a ver si cubre expectativas.
EliminarUn abrazo fuerte y muchas gracias.
Nacho:Una de las películas más grandes de la historia
ResponderEliminarAsí es, Nacho, y en este análisis a 6 partes aprenderás seguro muchas cosas sobre ella :))
EliminarNacho:Si muchas gracias me he visto las 3,pero me quedo con la primera y segunda parte ya que la tercera me pareció buena pero nada de obra maestra ni algo por el estilo,simplemente se queda en una buena película.
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