miércoles, 10 de octubre de 2012

Crítica BIG FISH (2003) -Última Parte-

TIM BURTON









Sandra Templeton.

El rudo y entrañable encuentro con el hombre lobo Amos concluirá el contrato de Ed. Amos le dará el nombre de su amada para que vaya a conquistarla… pero tras pasar tres años recibiendo información no todo será como Ed espera. El humillado vecino (David Denman), que padeció el éxito de Ed en su pueblo natal, resulta que está prometido con su amada.

“…era la única manera de que mi esposa se casara conmigo”.


 



















Es evidente que los románticos detalles de Ed cautivarían a la mayoría de chicas, aunque para decidirla aún tendrá que recibir una paliza. Eso sí, la recibe por petición de ella, que si no…

Que la flor favorita de Sandra sea el narciso es especialmente simpático, habida cuenta de la egocéntrica personalidad de Ed.

Ed hará una pequeña pausa en su relato y reflexionará, en otro detalle metalingüístico, algo muy presente en “Big Fish”, sobre la forma de contar historias, lo sencillo, pero aburrido, que resulta contarlas de forma lineal, causa de que él use digresiones o historias paralelas. Así, exactamente, es como está planteada la narración de la película, de forma no lineal, cruzando líneas argumentales de forma constante.

La historia del servicio militar.

La boda entre Ed y Sandra se tiene que aplazar para que Ed pase su servicio militar, y como todo en la vida de nuestro protagonista este servicio será poco normal. Se arriesgará en las misiones más peligrosas para que lo envíen pronto a casa. Así que Ed se convertirá en una especie de James Bond y conocerá a unas simpatiquísimas siamesas que lo ayudarán. Todo envuelto en un increíble romanticismo, acentuado por la fotografía, hasta la reunión final con su amada Sandra. Hay cierto toque fordiano en estas escenas.


Josephine y Will tendrán una conversación íntima acerca de la relación de él con su padre, una bonita escena rodada en la penumbra y con planos muy cortos que acrecienta esa sensación de intimidad y confidencia. Él necesita certezas, los hechos. Mentiras, cuentos… realidad. Will se creía todo lo que su padre le contaba y luego su vida “real”, quizá, lo decepcionó. Esto creó cierta incomprensión y rencor en él, quería sinceridad sin darse cuenta de que su padre siempre fue sincero, en esencia, los adornos son simplemente eso, adornos para hacer esa verdad más atractiva. La esencia del arte, de la creación. Al final de la película, cuando Will conozca cómo ocurrieron algunos de los hechos que le relató su padre, se dará cuenta de ello.


Todo esto nos llevará a una obligada conversación entre padre e hijo. Es impagable el gesto de Billy Crudup, muy sutil y acertado, cuando su padre comienza a contar su historia sobre un iceberg. En esta conversación Will se sincerará con su padre y expondrá lo mencionado anteriormente, su padre en cambio se decepcionará al ver que su hijo no le entiende, que nunca le entendió ni conoció verdaderamente, que no supo apartar la hojarasca de sus historias.


Will se siente tremendamente mal porque perdió la confianza en su padre producto de sus mentiras, algo comprensible, y Ed porque no lo entendiera, algo en cierta medida comprensible también. Ed peca de egocentrismo al mirar sólo a la comprensión que necesita de su hijo y no a lo que él podía sentir. Curiosamente llegarán a entenderse mutuamente, aunque Will cederá algo más, por el amor y cariño que se tienen.

Esta conversación es importante, aunque no llegará a buen puerto. Ed se obstinará por el hecho de que su hijo no vea autenticidad en él, un enfado comprensible.

La evolución de Will sigue sin que él se dé cuenta, el mundo fantástico de su padre lo va poseyendo conforme pasa tiempo con él y va consiguiendo información, así creerá ver un pez, el Big Fish, en la sucia piscina que limpia en casa de sus padres.

Una mano multiuso hará rememorar a Will otras historias, una mano que nos recordará a las de “Eduardo Manostijeras” (1990).







La historia de su vida como viajante.

Ed, como no podía ser de otra forma, logrará un tremendo éxito como vendedor. En uno de sus viajes se encontrará con Norther Winslow, el poeta que conoció en Espectro, y se verá envuelto en un robo sin comerlo ni beberlo. Buscemi está magnífico. De esta accidentada asociación nacerá una gran amistad y éxito en los negocios, Norther se hará millonario y pagará sus servicios de consejero a Ed, con lo que nuestro protagonista comprará la ansiada casa con su valla blanca. Una evidente referencia al sueño americano. El plano de Norther reflexionando sobre su futuro en Wall Street con un pozo petrolífero al fondo del encuadre redunda en esta idea.


Por su parte Will investigará en el pasado de su padre y llegará a la casa de Jenny (Helena Bonham Carter).

La historia de la gran tormenta.

Jenny relatará el paso de Ed por Espectro, su regreso años después de su primer encuentro y su relación de amistad, algo que tirará por tierra los prejuicios de Will y lo encauzará casi de forma definitiva hacia la comprensión total de su padre. En esta historia veremos, una vez más, a Ed bajo el agua.

El pueblo de Espectro acaba resultando otra alegoría, una alegoría vital, idealizado, ilusionado y capaz de todo cuando el joven Ed llegó allí por primera vez, y ruinoso y en declive en su madurez. Cuando Ed devolvió su esplendor a Espectro se fue para no volver jamás. Jenny hará entender a Will que su padre contaba infinitas fantasías, pero era plenamente consciente de qué era lo más importante para él, lo real. Su familia.


La parte final es la más intensa emocionalmente. Ed empeora y toda la familia va a velarlo. Will, que se mostraba reticente a reconocer lo mucho que quiere a su padre, se rendirá en estos momentos. Aquí veremos escenas realmente hermosas y muy conmovedoras, como la despedida de Sandra de un Ed inconsciente, haciéndose a sí misma con la mano de Ed el gesto de complicidad que tenían ambos, el suave pellizco en la barbilla. Una escena donde no hay palabras.

El médico de la familia, Dr. Bennett (Robert Guillaume), contará a Will la verdadera historia de su nacimiento en esos momentos. La historia del médico no es nada emocionante y aunque Will dice que le gusta, en su rostro se refleja esa falta de emoción. Will entenderá en este desenlace que las historias de su padre son una simple manifestación de cómo ve él las cosas, la mágica mirada, la fascinación y la belleza con que percibe y siente lo que le importa. Relatado con una viva imaginación. Ed jamás dejó de ser un niño.







La belleza de sus historias son actos de amor relatados, una forma de trasladar lo especiales e increíbles que fueron los momentos sobre los que habla, el nacimiento de su hijo, su enamoramiento…

Así que en los últimos momentos de Ed, Will se verá “obligado” a crear una historia al estilo de su padre, a mentir, a inventar, a relatar… todo eso que decía odiar. Y en su creación demostrará el profundo conocimiento que tiene de su padre, que permanecía oculto, negándoselo a sí mismo. Y Ed comprenderá que su hijo sí lo conoce. Y Will entenderá que su padre en realidad no le mentía…


Veremos como Ed se tira una botella de agua por la cabeza, necesita estar mojado como un pez, recreará y mencionará a todos los personajes que protagonizaron de una forma u otra, en mayor o menor medida, sus relatos.  Josephine colgará los zapatos en un cable, como hacía Jenny, Will conducirá el estupendo coche rojo que acompañó a Ed en sus viajes… después de todo, las historias de Ed calaron hondo en su hijo, además de haberlas oído muchas veces. Padre e hijo viviendo una última aventura juntos. Ed hará el íntimo gesto en la barbilla a su mujer, su sirena del río, justo antes de que su hijo lo sumerja en el agua.




Y te conviertes en lo que siempre has sido. Un pez muy grande”.

Ficción y realidad se dan fraternalmente la mano en el funeral de Edward Bloom. No hay palabras. Vemos al gigante, alguien verdaderamente alto, al director del circo, al poeta y las cariñosas siamesas, que en realidad son gemelas, un trío bien avenido, al enano “mojapompis”…





El poder de las historias, de los relatos, del arte… que dan la inmortalidad, una inmortalidad representada en ese eterno pez, que siempre vivirá en esos cuentos que van pasando de generación en generación.

Will presenciará el amor y cariño que Ed fue capaz de transmitir en vida al ver como todos los personajes de sus historias van a rendirle homenaje, algunos con sutiles diferencias a como los describió, pero los mismos en esencia. Descubrirá, sin ningún género de dudas, quién es su padre. Es por ello que lo veremos eternizando sus historias, manteniéndolas vigentes al contárselas a sus hijos. Así es como se forjan las leyendas y la inmortalidad. Edward Bloom, un personaje mítico, en el más amplio sentido del término.

Big Fish” nos dice que todos necesitamos de las historias, de los relatos… de la fantasía. Que debemos intentar mirar la vida con alegría, con felicidad y transmitírsela a los que nos rodean.

Ed Bloom inventa, recrea, adorna y varía recuerdos, pero en realidad no miente, inventar no es mentir si la esencia es auténtica.

Hay mucho de las historias sureñas y el sueño americano en “Big Fish”, todo ello maravillosamente retratado. Está basada en la novela de Daniel Wallace, “Big Fish”. El propio Wallace hace una pequeña aparición como profesor en la escena en la que Ed declara su amor a Sandra mediante una diapositiva. La adaptación que hace John August, es soberbia.

La música de Danny Elfman alcanza cotas de un lirismo maravilloso, una partitura muy bella, y la colección de canciones clásicas no puede ser mejor.

Billy Crudup está muy bien en su papel del racional hijo de Ed Bloom, muy acertado en todo momento. Albert Finney, muy distinto a McGregor, está magnífico y conmueve como el Ed Bloom veterano. Marion Cotillard está deliciosa y encantadora como la dulce novia de Will, igual que Jessica Lange, en su papel de entregada esposa. Los secundarios, en sus excéntricos papeles, Bonham Carter, DeVito, Buscemi… están excelentes.

Mención aparte merece Ewan McGregor, me cae realmente bien este actor, y aquí vuelve a estar sembrado. Da a la perfección con el tono de la película y el personaje, sus sonrisas, especialmente cuando se le hace un primer plano, que muestran esa confianza y autenticidad que posee su personaje, despiertan la sonrisa en el espectador siempre que las ve. Una interpretación expresiva, excesiva y con un gran sentido del humor. Un maravilloso trabajo.

Todo esto no esconde un defecto que no es baladí. Un defecto que no es intrascendente porque plantea problemas en una de las claves de la cinta, la relación de Will con su padre y el desarrollo del personaje que interpreta Billy Crudup. La historia de Will se plantea como una incomprensión y cierto rencor hacia un padre que le contaba mentiras, un padre por el que perdió la confianza. La relación con su padre es de gran importancia para Will, es lo que vertebra el entramado psicológico de la cinta. Por eso, si la ignorancia de los hechos verdaderos perturba tanto a Will, no se entiende por qué no se ha molestado en investigarlos verdaderamente, y no me refiero a grandes investigaciones. Es muy extraño e incoherente que Will no haya sido capaz de preguntar por el día de su nacimiento a su madre o al propio médico que se lo cuenta, ¡por propia voluntad! , ya que estuvo presente, por poner un ejemplo. Es evidente que la madre le ha contado algunas cosas que lo contradecían, pero parece como que esa preocupación que los separa no fuera en realidad tanta en esa actitud pasiva de Will.



Big Fish” es una de las grandes genialidades de Tim Burton, un director que lleva años muy irregular, pero capaz de la más absoluta genialidad. “Big Fish” te enamorará, te cautivará, te seducirá, como el personaje de Ed Bloom, te emocionará y conmoverá y te dirá una serie de cosas que deberías anotar. La pasión por la vida, por contagiar de felicidad a los demás y vivir cada mínimo gesto y suceso como si del cuento más fascinante se tratara, es una idea absolutamente maravillosa. Por ello, si te ha gustado la película, o te dispones a verla, aplicaros el cuento y vivid la vida como si de la mejor y más bella historia se tratara, porque, al fin y al cabo, todas esas personas que os rodean y os quieren hacen que, en realidad, así sea.

No hay vida mediocre, sólo visiones mediocres de la vida.

 

Dedicada a Obabakoa, al que espero haber complacido como merece. Y a Nora, el pez más grande, para la que espero que esta crítica sea tan especial como lo es la película.

17 comentarios:

  1. Coincido en todo. Maravillosa, divertida, conmovedora y entrañable. Se hacen muy pocas así hoy día. Tendría que revisar "Eduardo Manostijeras", no me llegó ni mucho menos como "Big Fish". Por ello creo que ésta es la mejor película de Burton claramente.

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  2. Muy buenas Raúl, pues sí, una de las grandes, aunque tiene un error grave, el mencionado, que la sitúa por debajo, aunque el impacto emocional puede ser el mismo que en otras. Eso ya es muy íntimo, claro.

    Muchas gracias por la opinión.

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  3. Tengo que verla otra vez. A ver si un día se la pongo a mi señora, que no la ha visto.

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  4. Con permiso, Sambo. Te coloco un enlacito a mi estreno como autor de Tiempo de Héroes. Primer capítulo de mi parte de la trama: 'Peón de rey'

    http://www.tiempo-de-heroes.com/2012/10/acto-2-capitulo-5-hector.html

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  5. Pues yo creo que ésta será de las que le gustará, prueba a ver querido Osiris.

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  6. Hombreeee, esto promete Osiris jejeje. Luego te digo algo.

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  7. Ha sido como estar viéndola. Ha sido un cierre estupendo, enhorabuena :)

    Es que sintetizas todos los motivos por los que me gusta tanto esta película, y como siempre, aportas un montón de datos y análisis interesantes (la pega incluida, que nunca me había fijado, pero bueno, es un detallito).

    María (@nerodu)

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  8. Hola Nerodu, me alegra que te haya gustado y más siendo fan de la cinta, y que te hayas tomado tan bien esa pega jejeje.

    Muchas gracias por tus palabras.

    Nora, no llores mujer jajaja

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  9. jajajajajaja aish que bonito MrSambo! una gran crítica para una gran película!

    Sin duda Ed está sembrado de joven, me encanta ese romantico empedernido y esa mente imaginativa que todo lo decora y nunca deja de ser un niño, creo que por eso me gusta tanto esta película, porque me siento identificada con el protagonista...

    Ahora podemos decir que cinemelodic si está completo con peces grandes nadando por aquí...

    Gracias por el análisis y por supuesto por dedicarmela!!!!!!!!!!!!!

    Eres un sol (pero un sol en plan guay, no en plan grande, gordo y amarillo) jajajajaja

    Muacks!!!

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  10. Gracias a ti, es cierto soy un sol. Bueno, como sabrás por otras críticas también me siento identificado con él y estas cosas.

    Bueno ya podemos cerrar el blog entonces ¿no? jajaja

    Gracias a ti princesa.

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  11. Cerrar el blog?
    Grrrrr!!!!

    Un bello broche con tus palabras.

    Yo tb me pregunté pq no indagó pero…bueno, quizá entonces los cuentos mo tendrían sentido…

    Lo bello es la final comprensión mútua, el inmenso cariño que destila toda la cinta…

    Con eso me quedo…

    Gracias sensei!!
    (Y felicidades, Noritah, una preciosa peli para que te dediquen! You worth it!!)

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  12. Es una broma, no se cierra nada Reina jaja.

    Está claro que las virtudes se ponen por encima del defecto, pero lo tiene, y no es un defecto tonto además.

    Muchas gracias por todo Reina.

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  13. Buenas!!

    Como siempre, me ha encantado la crítica, los detalles, todo. Tras leerla, aprecio mucho más aún la película. Ahora que estabas preparándola he aprovechado para volver a ver la que para mí es la última gran película de Burton hasta hoy y escribir mi opinión la crítica en mi blog: http://bit.ly/PEDWsx

    Enhorabuena por la gran crítica! Díficil de superar! ;)

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  14. Muchas gracias Naiara, voy a ver lo que has puesto en el blog jiji. Me alegra mucho que lo hayas disfrutado. Un honor

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  15. Estoy seguro de que en las próximas décadas surgiran autores influenciados por Tim Burton, pues la innovación estética que supuso la llegada de este genio minusvalorado no ha sido aún entendida.

    Las películas de Burton destilan originalidad: desde las más hilarantes (Beetlejuice) hasta las más emotivas, como Eduardo Manostijeras o la genial "Big Fish".

    Además, su filmografía, como bien indicas, trata personales marginales, feos, apartados de la sociedad. Lo que hace Burton con ellos es precioso y digno de reconocimiento. Agradezco el aporte de quien cuenta que sufre asperger, pues son cosas que a veces pasan desapercibidas y no deberían.
    No todos han tenido un apoyo financiero y personal como Spielberg, no todos lo han tenido tan fácil.


    Big fish, la mejor película de Burton -y la última gran película que ha firmado, pues Sombras Tenebrosas o Sweeney Todd están bien como entretenimiento, pero nada más- es un homenaje a todos esos personajes marginales de la sociedad. Pero es mucho más, es una historia de sueños, de ilusión, de como la vida puede ser mucho más bella a través de las palabras.

    La historia, con tintes muy similares a "Muerte de un viajante" de Arthur Miller es preciosa.

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    1. Muchas gracias por el aporte, y sobre todo por el entusiasmo y la pasión que transmite. Yo, como ya sabrá, soy mas de la idea de que está sobrevalorado, aunque su estética sea única.

      Un saludo.

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