Lloyd llegará a casa y se desahogará con su mujer, criticará
a Margo por lo sucedido y alabará a Eva… Lloyd está confundido, ya que
efectivamente, Margo no sabía que Eva era su sustituta. En cualquier caso la
reacción de su marido da a Karen una idea, un tanto maquiavélica, para dar una
lección a su amiga. Aquí Karen recupera la voz over en la primera escena donde
Margo no aparece desde que ésta la obtuviera, un nuevo ejemplo del rigor en el
punto de vista que mantiene Mankiewicz. Las maquinaciones de Karen se ruedan
con ésta de espaldas frente a una chimenea encendida, una espléndida imagen,
muy sugerente, para mostrar el momento. Vemos que la bondadosa Karen también
sabe engañar y perpetrar retorcidas tramas, aunque sin mala intención. Toda
esta mascarada nos recuerda también a esos engaños aleccionadores tan
socorridos en el teatro, incluido Shakespeare.
Los cuatro amigos, Margo, Karen, Lloyd y Bill pasarían un
fin de semana en el campo. Bill no se presenta así que lo harán tan solo los
tres restantes. Su tensa escapada, donde se pretende que Margo no llegue a
tiempo para su representación preparando un problema en el coche para ello y
así ser sustituida por Eva para aleccionarla, acaba en una reconciliación y el total
arrepentimiento de Margo de forma sincera, sin que medie nadie en ello, lo que
creará mala conciencia en Karen. Margo, tras sus arrebatos de ira y obsesión, es
capaz de rectificar, comerse el orgullo y pedir disculpas, renunciar a sus
posturas tras la reflexión, lo hace aquí y lo hará en la parte final cuando las
cosas se le ponen complicadas a Karen por el chantaje de Eva, resolviéndose
solo el problema.
Karen: “Tú deberías saber mejor que nadie lo que vale tener
paz y silencio”.
Margo: “Para eso te vas a una biblioteca”.
Margo se abrirá y sincerará con Karen (sonará en la radio la
misma música que Margo pedía en la fiesta de cumpleaños de Bill, “Sueño de
amor”, ahora se le dará otra importancia), la petición de perdón, su
reconocimiento de errores, hacen de ella un personaje aún más grande, uno de
los grandes personajes que ha dado la historia del cine. Luego la definiremos
con mayor profundidad. Fumando y mostrando un temperamento y una fuerza sin
comparación cerrará este sincero discurso con otra referencia al teatro y la
representación. “Telón lento y final”.
Margo: “Detesto el sentimentalismo”.
Margo: “Todos me conocen a mí. Todo el mundo. Yo, sin
embargo, no he conseguido conocerme todavía”.
El callejón donde vimos aparecer a Eva por primera vez en el
flashback es el escenario donde Addison DeWitt recupera la voz over. Eva se
había encargado de prepararlo todo muy bien y citar a la prensa para su momento
de gloria. Aquí veremos a la cándida Eva enseñar definitivamente la patita
cuando la oímos declararse sin vergüenza a Bill, haciendo otra referencia a la
comparativa arte y vida al preguntar a Bill si “siempre busca la verdad en
escena, ¿y fuera de ella?”… Bill la rechazará con contundencia. Todo
presenciado por un Addison agazapado y oculto tras la puerta del camerino.
Majestuosos diálogos. Es la escena del desenmascaramiento de
Eva, subrayado con el gesto de quitarse la peluca e intentar destrozarla tras
la frustración que le ha producido la decepción del rechazo. Addison entrará en
ese momento y Eva se recompondrá con su velocidad habitual.
Karen recupera la voz over de nuevo. Se encontrará con
Addison y Eva que informará de que su antes denostado y despreciado Hollywood
ha venido a entrevistarse con ella, ante lo que se mostrará contradictoriamente
ilusionada. Addison avisa que ella no irá ante la palpable decepción en el
rostro de Eva. Toda esta escena y los gestos son mostrados con la mayor de las
sutilezas, en plano general, sin subrayados en primer plano, una planificación
teatral.
Hollywood siempre presente, tan temido como seductor.
Addison cumple y elogia sin medida a Eva, lanzando puyas
evidentes contra Margo por el hecho de interpretar a personajes que no son de
su edad, el tema que más perturba a nuestra estrella. Margo se desboca pero al
menos logrará la reconciliación con su adorado Bill que se da cuenta de todo.
“Entre nosotros (el mundo del teatro), todo el mundo es
culpable hasta que demuestra su inocencia. Una de las diferencias entre el
teatro y la civilización”.
Eva va quedando al desnudo.
A todo el mundo parece habérsele caído la careta con respecto a Eva menos a Lloyd, el autor de las obras, quizá por la seductora idea de que una actriz de la edad debida las interprete, algo que se negaba a reconocer antes. Un Lloyd que parece hipnotizado y borracho de ego, tanto que le provoca una discusión con su mujer Karen. Recordamos que la anterior conversación entre el matrimonio se resolvió con la solidaridad de Karen con su marido, algo que ahora no sucederá. Las dudas de Karen aumentarán pensando que Lloyd un día no volverá a casa para irse con la manipuladora Eva.
Aquí no se libra nadie de discutir.
Me emociona especialmente el momento de la llegada de Bill
para abrazar a Margo tras leer la columna de Addison.
Boda. Bill y Margo por fin se deciden al compromiso. Lo
celebrarán con sus amigos íntimos. Es posible que el desarrollo de todos los
temas mencionados haga que otros pasen algo más desapercibidos.
El hecho es que “Eva al desnudo” es una excepcional cinta
sobre la amistad, aquí los amigos íntimos, discuten, se reprochan, se enfadan,
se juran odio eterno, se mienten (de hecho son muchos los asuntos y muchas las mentiras que no se desvelan al final de la narración)… pero jamás se rompe la esencia de su
relación. Podemos verlo en la escena de comunión donde los cuatro, Bill, Margo,
Karen y Lloyd, celebran y brindan por la boda de los dos primeros y la amistad
de todos. Esto se resalta con el encuadre que incluye a todos en la mesa.
Bromas, distensión, una naturalidad en las interpretaciones total, como en esa
mirada enamorada de Margo a Bill mientras Karen, tensa, lee la nota que ha
recibido.
Contrastes. De la amistad del grupo a la soledad de Addison,
de la generosidad de la relación del grupo al mero interés en la relación de
Addison con Eva.
La escena en el tocador tiene tintes aterradores, una escena dramática de arrepentimiento que se convierte en confesión de un maquiavélico plan retratado en el escalofriante rostro de una glacial Eva (extraordinaria Anne Baxter). Su conversación con Karen está rodada en estricto plano y contraplano manteniendo a las dos en cuadro. Los planos y los contraplanos se inician cuando Eva interpele con la mirada a Karen, antes Mankiewicz las encuadró juntas de frente. Volveremos al plano medio cuando se cambie de tema, cuando Eva hable del ostracismo al que está siendo sometida. Karen verá a Eva a través de un espejo, un espejo que ni siquiera vemos, en un detalle absolutamente maestro y sutil. Es la falsedad en persona.
Cuando Eva se percate de que no logrará convencer con sus
pucheros a Karen mostrará su verdadero rostro. Karen de pie y Eva sentada, una
digna y víctima de un chantaje, la otra manipuladora y la que lo prepara. Eva
quiere el papel de Cora que Lloyd escribió para Margo, pero necesita que Karen
se lo pida a su marido, es la única forma de lograrlo. Su chantaje está en la
amenaza de contar la verdad de lo que ocurrió el día que Margo no llegó a la
representación.
El fin justifica los medios.
El cinismo, la mezquindad y las mentiras de Addison y Eva.
Eva juega bien con faroles pero al
enfrentarse con Addison tiene las de perder, la posee por sus mentiras. Cae en
la misma trampa que tiende a Karen.
“Es un bicho”.
Margo ha madurado, la progresión dramática que parecía
llevarnos a la fatalidad se rompe con el rasgo de madurez de la actriz, que
como en la escena del coche sin gasolina rectificará y se confesará para mostrarse
tal y como se siente en ese momento. Sus tormentos por aparecer seductora y
atractiva ante Bill, su interpretación de jovencitas como forma de engañar a la
verdad y mantener equivocadamente la creencia de que así es como retendría a su
novio, cesan por fin con su aceptación a la propuesta de matrimonio. Sus dudas
y su inseguridad han cesado. Margo quiere interpretar papeles que le vayan como
mujer madura y casada. Una resolución tan sencilla como coherente que aliviará
a su amiga como nadie sabrá. La carcajada.
“Todo. Todo es muy gracioso”.
La progresión de la actuación de Celeste Holm, Karen, en
esta escena es magnífica, de su tensión e incomodidad iniciales, a las muecas y
gestos de mala conciencia, todo muy sutil, ante las palabras de amistad de
Margo, para acabar con esa reacción paulatina de verdadero alivio. Un gran
momento de la actriz.
La madurez venciendo a la maldad irónicamente.
Karen nos narrará con su voz over los pormenores de los ensayos
de la obra con Eva, los conflictos entre autor y director, siempre acerca de
Eva y producto de una situación nada fácil, a lo que se añade que Lloyd es el
que menos rencor tiene hacia Eva.
Esa relación menos tensa entre Lloyd y Eva siembra las dudas
en Karen. Aquí veremos que nuestra maléfica amiga Eva no descansa y procurará
captar al autor, lograr una alianza que la eternice en el estrellato, casarse
con Lloyd, robárselo a Karen. Para ello crea un plan donde, aquí sí, el rigor
del punto de vista cede momentáneamente en la escena de la llamada nocturna de
la vecina de Eva a Lloyd, cuando vemos que todo estaba preparado por Eva, algo
que estaba siendo narrado por Karen.
“Footsteps on the ceiling”.
La película es totalmente de interiores, salvo alguna breve escena, incluso en éstas se usarán transparencias como en el paseo de Eva y Addison por la calle frente al teatro Schubert.
Es clave la escena de la conversación en el apartamento de
Eva entre ésta y Addison. Una relación muy compleja y fascinante, de interés,
dependencia, deseo, poder… Eva dirá que su matrimonio con Lloyd es cosa hecha,
tergiversando los sucesos de la noche en que su vecina llamó al autor para
hacerlo pasar por un amor arrebatado de éste hacia ella. Esta mentira hará
sacar las garras a Addison que no aceptará sus manipulaciones e impondrá las
reglas de lo que será su relación. Descubrirá todas las mentiras de la actriz y
la pondrá en una situación extrema y sin salida. No admitirá que se ría de él y
le mostrará hasta que punto le pertenece.
La descripción que hace DeWitt de los dos es el perfecto
resumen.
Eva romperá en otra carcajada, pero será interrumpida casi
antes de nacer por un bofetón de Addison, a ella la catarsis no le está
permitida. El desvelamiento de las mentiras de Eva tendrá lugar con ésta frente
a un espejo, que apenas se ve de nuevo. Una Eva perseguida, acorralada…
Derrotada.
“Que yo te quiera se me antoja ahora repentinamente como
algo inverosímil, pero quizá sea esa precisamente la razón. Eres una persona
inverosímil Eva, y yo también. Eso tenemos en común. Junto con el desprecio por
la humanidad, incapacidad para amar y ser amados e insaciable ambición y
talento. Nos merecemos el uno al otro”.
Volvemos al inicio y al plano fijo que vimos. Eva recibe el
premio pero Mankiewicz logra retratar la inmensa soledad de ese galardón. Ella,
consciente, dirá que se va a Hollywood por poco tiempo, aunque sabemos que no
será así. No pertenece a ese mundo, la purista del teatro Eva emigra a un lugar
donde la aceptarán mejor. Eva rendirá homenaje a todos los personajes que la
ayudaron, aunque no obtendrá ningún gesto de cariño, salvo frías felicitaciones
después de su discurso.
Veremos que el matrimonio de Karen y Lloyd no presenta
fisuras.
Dedicada a Rústico, que espero aguante hasta el final.
Lee aquí la 1ª Parte del análisis.
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