Uno de los más brillantes escritores actuales, algo
desconocido aquí aún, Patrick Modiano, el autor de la “trilogía de la ocupación”,
nos regala esta obra cortísima de belleza extraordinaria. La calidad literaria
de Modiano para transmitir la nostalgia, la evocación, la búsqueda de la propia
identidad, el dolor por la inocencia perdida, se encuentran en cada palabra de
éste y muchos otros de sus libros.
Modiano, para quien no lo conozca, es ganador del premio
Goncourt y ha escrito guiones para el cine, para Louis Malle, por ejemplo.
Algunas de sus novelas han sido llevadas al cine. Su nombre está sonando
últimamente para el Nobel incluso, e imagino que poco a poco se irá haciendo
más conocido por estos lares.
En “En el café de la juventud perdida” nos recrea un París
de cafés bohemios, poetas y estudiantes maravillados con ese ambiente, un retrato
encantador y fascinante, casi onírico y muy nostálgico. Pero es además un
llanto por la juventud y la inocencia perdida, como indica su título, por la
pureza de esos momentos donde nos buscamos a nosotros mismos y luego la vida
nos aleja de lo que creíamos o queríamos
ser.
La novela se cuenta
desde el punto de vista de varios personajes masculinos que conocen a Louki,
una misteriosa joven que en su breve paso por su vida se hizo inolvidable para
ellos. Encuentros que no tienen nada de especial en su mayoría pero que de
alguna forma dan un sentido alegórico al personaje, es la juventud que se va.
Todos desean a Louki, un personaje que no parece tener
identidad definida. Un relato de búsqueda, la de ellos y la de la propia chica.
Louki es un personaje extraordinario y la forma de ir creándolo desde la perspectiva
de otros lo hace aún más fascinante. La búsqueda, imprescindible en Modiano.
Una mirada melancólica, evocadora, que en Louki adquiere un
sentido casi trágico, el dolor de lo que pudimos ser o de lo que nunca
encontramos. La nostalgia por lo efímero que se nos va de las manos a cada
segundo, la incapacidad para sostener el presente.
Sé que si hablas de estas cosas puede resultar poco
atractivo pero si entras en la novela descubrirás un talento literario excelso,
no defraudará, y cuando te des cuenta habrás acabado de leerla pero tu
imaginación quedará volando sobre ella todavía.
Cada palabra y cada frase son una maravilla, desde luego es
una recomendación que hago con toda pasión, además la novelita es cortísima,
por lo que si prefieres la acción y las aventuras no tendrás que sufrir mucho.
Recuerdos, nostalgia, melancolía, deseos…
La memoria y la búsqueda de la identidad son dos de los
temas más evidentes en Modiano y que están presentes desde trabajos tan dispares
como la mencionada trilogía sobre la ocupación alemana en Francia.
El novelista moderno de la nostalgia.
“En el café de la juventud perdida” es una obra subyugante y
sugestiva. Te la leerás sin darte cuenta.
Gracias x la recomendación, sensei....Pesea q el título y temática suenan algo melancólicos, tu presentación lo hace atractivo!
ResponderEliminarEstoy a punto de acabar el q tengo entre manos....
Beso
R
Dale una oportunidad R, me parece extraordinario, y si no te gusta ¡es muy corto! jajaja.
ResponderEliminarBesos guapa.
Tomo nota yo también de la recomendación, Sambo.
ResponderEliminarSuena bien, desde luego.
Si lo lees, cuéntame eh
ResponderEliminarGracias por la recomendación, amigo, tomaré nota.
ResponderEliminarY como decía Mike Hammer, ése tío tan duro que con los sobacos doblaba candados, al referirse a una dama, en concreto a la Louki que mencionas, tomaré dos notas.
Por cierto muchacho, salgo ahora mismo, tras dejar la faena razonablemente encaminada, a comprar el paraíso del amigo Milton. Ya te contaré.
ResponderEliminarLeer es completamente fascista jajajaja. A ver qué te parece. A lo tonto tenemos unas cuantas lecturas que hacer jejejeje
ResponderEliminarYo tengo que encargar "Puerta al verano", que leeré en breve.
ResponderEliminarBueno, pues recién terminada de leer la novela. Como te he comentado por el pajarito, me ha gustado muchísimo. Preciosa novela.
ResponderEliminarBueno, ya hace un par de días que terminé la novela de Modiano.
ResponderEliminarLo que más me ha llamado la atención es ese ambiente, durante toda la novela, es la sensación de desconcierto vital, la desorientación ante los cambios vitales, y el intento de subsanar ese desgarro en refugio en el grupo, los personajes del café, si bien (a la hora de la verdad) la búsqueda particular del propio camino, de la propia identidad, es un camino solitario, como no puede ser de otro modo, y la reflexión nostálgica de esa constancia flota por toda la novela: al final, nadie sabe tanto del otro, solo datos concretos, deslavazados, como fotos que al final no explican lo que mueve a cada uno de ellos (la libreta, un apodo sin nombre, preguntas que quedaron por hacer).
El ambiente parisino de los sesenta, esas calles (algunas las he recorrido hace muy poco) proporcionan una visión de París muy conocida, hasta tópica: ese otoño, la lluvia, hasta te parece oír un acordeón. Y eso pese a que para el personaje principal el otoño no es melancólico, sino de inicio.
Final abrupto. Muy abrupto, que te deja con la sensación de no haber llegado a conocer porqués, quizá como al propio personaje de la novela; conocer algunas respuestas, aunque esas respuestas (en la novela y, a veces, en la vida) no cambian nada.
Muy facil de leer. agradable.
( me parece que no pasaré el listón de tus comentaristas, cada vez me da más corte escribir aquí...buff, qué nivel! pero las ganas de leerte/os no se me pasan; al contrario!).
Un beso sensei, y gracias por la recomendación!
R
Bueno, si te gustó en cierta medida me alegro.
ResponderEliminarLa intimidad es algo expresamente inidvidual, nadie nos conoce enteramente, pueden conocernos mucho o poco, pero nadie por entero ni nosotros a los demás. Aunque a veces creamos que sí.
Un beso R.
¡ Increible tu pronóstico ¡ ¡muy bien ¡
ResponderEliminarJejeje muchas gracias Anónimo. Un saludo.
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