martes, 24 de noviembre de 2015

Crítica: ONCE (UNA VEZ) (2006) -Última Parte-

JOHN CARNEY










Vínculos complementarios.

Marketa y Glen son perfectamente complementarios, en un juego de guión muy simpático y divertido. Dos personas que encajan y que se encuentran en el momento perfecto.

Su relación parece fruto del azar, pero se intuye una idea de destino, de predestinación entre ambos. Lo que le falta a uno lo tiene el otro, lo que necesita el uno se lo proporciona el otro. Ambos pasan por situaciones similares y se comprenden a la perfección, tienen las mismas pasiones y aficiones. Complementos perfectos, seres hechos casi a medida.

-Glen repara aspiradoras junto a su padre, podría ser cualquier cosa, pero las aspiradoras son su especialidad. Marketa tiene, precisamente, una aspiradora averiada, con lo que la complementación, el azar y el juego del destino no pueden ser más evidentes. Esto se conocerá en su primer encuentro y su primera conversación.

-La música será el principal vínculo de la pareja, pero mucho más allá de su pasión por ella. Ella tenía un padre músico, violinista en una orquesta, que se suicidó por una artritis que padecía. Ella además tocará el piano, complemento perfecto para la guitarra de Glen, y le hará coros.



-Él toca música Pop con una guitarra destrozada, ella hace sus pinitos con música clásica en pianos de tienda.

-Un tema escuchado en un discman en la habitación de Glen desembocará en una proposición frustrada de sexo. Una metedura de pata de Glen con Marketa al usar el vínculo de una manera poco honesta. La reconciliación será inmediata, con el discman como objeto para el perdón y vinculador, con las canciones compuestas por Glen.

-Otro ejemplo de complementación en la pareja, también vinculado a la música, lo tenemos con la canción compuesta por Glen a la que le falta la letra. Será Marketa la que redondee el tema, la que lo termine, poniendo letra a la música de su amigo.

-Más ejemplos que los complementan y vinculan perfectamente. Ambos han perdido a un padre, Glen perdió a su madre y Marketa a su padre.




-Otro vínculo y complemento lo tendremos cuando Glen decida montar su banda provisional para grabar algunos de los temas que ha estado componiendo y tocando con Marketa, que será la primera y principal componente del grupo para realizar el trabajo.

-En pequeños detalles: el romanticismo de él se complementa con la determinación de ella, que llevará la voz cantante organizativa en el proyecto musical, logrando el estudio por 1000 euros menos, adecentando a Glen, poniéndolo elegante y logrando un préstamo con el banco enseñando las canciones de su amigo… El momento con el prestamista melómano es muy divertido.



Libertad y liberación.

Es interesante el juego que se hace con los espacios naturales. Hay dos escenas concretas que resultan especialmente reseñables y simbólicas. La primera con el viaje motero de la parejita, que terminará en una conversación con confidencias ante un acantilado frente al mar. Ahí es donde Marketa le confesará a Glen que está casada, pero separada de su marido, que sigue en la República Checa. También le confesará su incompatibilidad con él, motivos de la distancia.





La digresión posterior, con Marketa luchando porque Glen le deje conducir la moto, escenifica una amistad lindante con el amor sencillamente encantadora.


El siguiente momento escenifica de una manera portentosa esta idea. Estamos en un viaje hacia la liberación, que queda maravillosamente representado, de manera metafórica, en ese tema que primero se graba en estudio, encerrados, tensos, nerviosos y expectantes, y luego oímos al aire libre, con todo el grupo divirtiéndose en un paraje natural. La música: de algo íntimo y regenerador a algo expansivo, libre y casi universal. Satisfactorio.









Glen sigue dolido y enamorado de su novia, no sería justo iniciar algo en ese estado con Marketa, pero su amistad se hará eterna, unida por hilos invisibles y musicales. La llegada del marido de Marketa y la decisión de Glen de ir a Londres para ver a su novia, resuelven la tensión, una vez nuestros protagonistas han curado sus heridas, se han levantado y han superado sus etapas de crisis y transición, más fuertes. Esto es lo que lleva a Marketa a incumplir su promesa de verse por última vez con Glen, porque de hacerlo todo podría haberse ido al traste debido a los sentimientos que los unen.




La pareja apuesta por la decisión conservadora, no arriesga a una aventura nueva juntos, por ese amor puro e imposible que sienten, pero en los planos finales se escenifica lo especial que es su relación.




El bello regalo de Glen, el piano, estará como un eterno recuerdo redentor que lo simboliza todo. Un espíritu vinculado, trascendente, no físico, pero real. Una amor/amistad intangible, verdadera, unida en la distancia por hilos invisibles, como notas musicales. Esto queda escenificado a la perfección en la bella grúa final que sale desde la mirada de Marketa hasta el infinito.



Once” (Una vez) nos habla, por tanto, del poder redentor de la música, de la amistad, una amistad que casi se funde con el amor, haciéndose indescifrables, indistinguibles, con una insinuación romántica nunca consumada, como le gusta a Carney, sobre la superación, la regeneración y el impulso vital, la alegría de vivir y perseguir nuestros sueños…




Una pequeña joya llena de frescura y naturalidad, con una banda sonora que es un prodigio de temas Indie, Folk, Pop y al estilo de cantautor, que hacen de su visionado algo que merece mucho la pena. No te la pierdas.







4 comentarios:

  1. Delicioso análisis.
    Suspiros soñadores.
    Gracias Sambo.
    Bss

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    1. Creo que no quedó mal! Mañana el de su hermana mayor a 3 días jajaja

      Besos.

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  2. Como dato curioso: hay que ver lo bien que puede sonar una guitarra desvencijada! Y la metáfora que encierra esa guitarra y el paralelismo con su dueño. Cómo la agarra cuando toca metiendo los dedos por los huecos donde la caja está rota, y aún así, brotar belleza en forma de música, con sonidos a veces imperfectos, desgarrados; como una forma de insinuar que pese a que la vida no le trate demasiado bien, ello no le impide agarrarse a la misma, seguir viviéndola tratando de exprimirla, liberándose a través de la música.
    No sé si te has fijado, MrSambo, en el detalle de que las cuerdas de la guitarra están completas, sin recortarlas -como suele ser habitual-, y que se mueven libremente más allá del clavijero. Creo que esto no es casual. ¿Crees que tiene algùn significado. o me estoy imaginando cosas?


    salu2

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    1. Sí me fijé en la guitarra, aunque no le encontré un significado especial más allá de suponer un elemento más que nos describe al personaje, su autenticidad y apego a sus raíces. El paralelismo que encuentras en ese ser roto que conocemos y la propia guitarra es muy interesante.

      Un saludo, Antonio.

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