Decepcionante, fallida y pretenciosa película de ambiciones
jamás cumplidas ni logradas. Una cinta bélica, o antibélica, porque ahora toda
cinta ambientada en la guerra parece obligarse a dejar clara su
oposición a la misma, como si hubiera que intelectualizarla y dejar clara la
posición políticamente correcta, en lo que en muchas ocasiones supone una
palpable hipocresía, que entre escenas de acción pretende reflexiones
supuestamente profundas vistas mil veces y con bastante más enjundia y talento.
Un blockbuster que no engaña a nadie pero tiene su peor pecado en que intenta
hacerlo, quedando como resultado un producto superficial, esquemático y de
espectacularidad discreta.
Tomarse excesivamente en serio a sí misma, en vez de apostar
por el entretenimiento de forma decidida sin ínfulas, es el principal problema
de esta película de David Ayer.
Es interesante la valoración que se hace al talento y a la
tecnología alemana en el inicio, recalcando la superioridad de los tanques
alemanes, los Tiger, sobre los americanos, sobre todos los demás… En “The imitation game” (Morten Tyldum, 2014), cinta nominada al Oscar, también se
recalca esa superioridad tecnológica alemana con la máquina de cifrado que
construyeron.
La cinta quiere marcar su tono desde el inicio, un tono lúgubre, decaído, de espíritu negativo y pesimista, como retrato fehaciente de la guerra, incluso en una situación de inminente victoria, como iba a ser la americana en territorio alemán. Su ritmo es lento, sobre todo al inicio, tardando en arrancar. Una extraña atmósfera derrotista que no encaja del todo bien, es decir, se entiende lo que se pretende, retratar un infierno incluso en esa situación, pero el planteamiento se antoja excesivo en ocasiones. Violencia seca y un caballo blanco como símbolo de esperanza, que hay que vincular con el final de la película. Un inicio que también marca el estilo de la dirección, sobria y segura, con planos largos. Travellings descriptivos de calidad en lo que es una buena puesta en escena, sobre todo en el inicio, ya que la película irá en casi todo de más a menos. Muchos planos de pies, barro y charcos marcarán el tono. La dirección también acierta en los momentos más intimistas, logrando una buena y claustrofóbica atmósfera en el interior del tanque.
Ayer no escatimará en truculencias efectistas que buscan
realismo, pero que tienen más de licencia de puro espectáculo que otra cosa.
Fusión y camaradería.
Ayer funde en una piña a ese grupo de soldados junto a su tanque, “Fury”, que acaba convertido en un personaje más. Los veremos habitualmente en el interior del tanque, momentos donde estarán unidos de una manera absoluta, una amistad y camaradería irrompible, una colaboración necesaria. Así se nos presentará al grupo, dentro del tanque tratando de huir de un infierno de muerte, con las protestas, recriminaciones y reticencias lógicas, así como menciones a hechos pasados, recuerdos y batallas superadas, donde se forjó esa amistad y camaradería a prueba de bombas. Un grupo formado por Brad Pitt como líder, Shia LaBeouf, Michael Peña y John Bernthal, a los que se unirá el ingenuo Logan Lerman. El cañón del tanque, bautizado con su nombre, será encuadrado en multitud de ocasiones. Hay otros encuadres interesantes, como ese donde una pequeña cruz de hierro oculta el rostro de Norman (Logan Lerman).
Un tanque que posee en su interior recuerdos y trofeos, así
como truculentos detalles, exponentes del horror del pasado, museo del triunfo
por el infierno. Un museo del horror que Norman deberá limpiar de restos
humanos, limpieza que no elimina el testimonio del recuerdo. El funcionamiento
en el interior del tanque quedará perfectamente mostrado, todo muy bien
retratado. Un tanque que funciona de metáfora de la necesaria coraza que
necesitan esos soldados para soportar ese infierno.
El tanque terminará convertido en una tumba, soldados y
carro blindado todo uno, una fusión completada, una identificación total y
plenamente coherente, simbólica. Norman quedará fuera de esta idea,
lógicamente.
Los personajes están aceptablemente definidos, al menos
alguno, lo suficientemente dibujados en algún aspecto para crear ciertos contrastes
a los que no se les saca ningún partido o se tratan de forma superficial. Algunos
de los personajes están poco más que esbozados. El personaje que interpreta Brad
Pitt debe proteger la coraza exterior
que ha ido creándose para lograr soportar ese infierno y que su grupo vea en él
una roca en la que protegerse, a la que seguir, y así soportar también ese
inferno, pero no es insensible a todo ello y en intimidad le veremos la
necesaria debilidad, el necesario desahogo.
La película se estructura como un viaje o periplo de
iniciación, de madurez y de autodescubrimiento en el que Brad Pitt y su grupo
es el medio y el ingenuo personaje de Logan Lerman el fin, el objetivo, el que
emprende ese viaje. Lerman tiene un rol similar al que ya le vimos en “Noé”
(Darren Aronofsky, 2014), incluso a nivel gestual. Siempre en un rol
paterno-filial traumático. El joven tendrá un recibimiento poco afectuoso del
grupo, inicio de sus enseñanzas para hacerle sobrevivir en ese infierno,
obligarle a dar el paso de niño a hombre. Incluso su fe será puesta a prueba.
Es un viaje donde todo juicio o prejuicio en base a la
civilización debe ser abandonado, dejado de lado, para que todo acabe reducido
al “tú o yo”. Es la guerra, y tendrán una primera escaramuza en una emboscada
protagonizada por niños.
Norman matará a conciencia por primera vez, algo que puede
entenderse como gesto de piedad y rabia, dando un paso más en su evolución,
viendo el uso que hacen los soldados de los civiles y los niños, como escudos
humanos.
Hay interesantes reflexiones, resueltas con superficialidad, pero al menos planteadas. Una ambivalencia que impulsa a no luchar y a la vez a no rendirse, por ejemplo; la idea de la muerte, que lo es todo, que todo lo sobrevuela, que es lo que se pretende evitar y lo que se desea para el enemigo. Otro aspecto interesante sobre el que se puede reflexionar, la normalidad vista como excentricidad en ese universo bélico, códigos morales rotos, desaparecidos, que deben romperse y desaparecer de hecho, para poder subsistir y aguantar ese infierno. Obviarse. Blindarse como única forma de supervivencia psicológica, es la enseñanza que Pitt emprende a toda velocidad con Lerman. Generosidad basada en la muerte, matar por tus compañeros, por su vida, por su supervivencia, no por ti. El retrato del horror, donde la civilización y sus códigos se vuelven inservibles, absurdos, es liviano con respecto a otras cintas bélicas, cumple sin más recurriendo en demasiadas ocasiones a la complacencia comercial y el efectismo. Sus amagos por trascender siempre recorren caminos manidos y trillados.
“Las ideas son pacíficas, pero la historia es violenta”.
Lo mejor.
La película no es un desastre total dentro de esa
superficialidad, descompensación y pretenciosidad, deja momentos sueltos
apreciables, dos o tres secuencias notables y elogiables. Dos de ellas son de
acción, la otra dramática. La primera de ellas es el espectacular tiroteo a enemigos
ocultos con los tanques, la primera escena de acción de la película, destacable
sobre todo por los sensacionales planos generales que permiten ver la acción y por
las balas luminosas que surcan el campo de batalla y sus impactos. La escena
continuará con una lección salvaje de Pitt a Lerman, obligándole a matar,
acelerando su proceso de blindaje ante el horror, eliminando sus capas morales
para ayudarle a sobrevivir allí, que también es un buen momento. Veremos a Pitt
en plano de superioridad con respecto al chico, retratando su domino sobre él,
que está completamente superado por las circunstancias. A Lerman le veremos más
de una vez a punto de caer mareado por el agobio.
Habrá algún tiroteo más que también resulta aceptable, por
ejemplo el que tiene lugar en la ciudad y el susto con el disparo a un abuelo
que aparece.
La segunda escena de acción apreciable la tenemos en el
duelo de los tres tanques americanos contra un único Tiger alemán. Una escena
donde de nuevo destacan los planos generales, los picados y los disparos, todos
los momentos que permiten ver la acción en su globalidad.
Como los romanos, los soldados se repartirán el botín una
vez conquistada la ciudad, llena de niños soldados y sin atisbo de moralidad. Aquí
se inicia una de las mejores secuencias de la película, la mejor a nivel
dramático, con el descubrimiento de dos chicas ocultas y el intento de
reencontrarse con el yo civilizado, humano, cocinando, fumando, buscando
evasión y relax. Es la escena de la comida en la casa de las chicas, primas.
Las féminas además podrán disfrutar el cuerpazo de Brad Pitt, que está cuadrado
aunque con la espalda surcada de heridas y cicatrices de guerra. Sensibilidad,
humanidad, vinculadas al arte, al piano, el canto, la música, sensibilidad y
humanidad más avanzadas. Sexo de desahogo entre Norman y la joven, pero no frío
ni animal, es amoroso, humano.
El momento cumbre de la secuencia llega con la aparición del
resto del grupo de Pitt en el desayuno. Una magnífica escena dramática, tensa,
inquietante, llena de reproches y recriminaciones, donde los compañeros de Pitt
reivindican su lugar por el pasado inferno vivido juntos, por los sacrificios
sufridos, pidiendo reconocimiento y unidad, afianzándose como grupo ante el
joven Norman, al que se sitúa como un extraño, viendo injusto el beneficio
concedido por Pitt hacia él con la chica. Pitt desprecia esa actitud inhumana
de superioridad y falta de educación, ese abuso infundado, dando una lección de
saber estar y civilización.
Ambas mujeres apreciarán el respeto que Pitt y Norman las
han mostrado, que las hayan hecho sentirse personas, valoradas, sentirse
mujeres. La separación de la joven y naciente pareja será trágica con la muerte
de las dos mujeres en un bombardeo inmediato. Es un paso más en la evolución de
Norman, que comprenderá y motivará el odio y la venganza, el dolor de la
pérdida… Aspectos tratados, como la mayoría, de forma esquemática.
Un chico que irá teniendo raptos de ira, que matará y
obviará sus principios, una vez se ha ido gestando ese estado emocional con el
horror y las pérdidas, la de la chica con la que intimó, por ejemplo. Un
proceso que seguramente tuvieron que pasar todos los miembros de su grupo, sus
compañeros de tanque y de ejército.
Religión.
El tema de la religión tiene cierta importancia en los
aspectos conceptuales del film. De entrada se plantea la historia como una
experiencia horrenda hacia el descubrimiento de la ausencia de Dios, hacia la
pérdida de fe en un infierno sin compasión, pero a través de los personajes se
adquieren ciertos matices. El personaje de Brad Pitt es un descreído, de
apariencia cínica, un blindaje ante el horror que presencia a diario, pero
siempre da la impresión de que quiere o necesita creer en algo, creer en Dios,
ya que insiste continuamente en preguntas teológicas a su compañero Biblia
(Shia LaBeouf). Biblia, de hecho, es el creyente, exponente de la fe sin
fisuras, el guía espiritual del grupo, una fe que conservará incluso ante ese
horror, un horror que incluso le reafirma en esa creencia. Norman, el ingenuo protagonista,
también es creyente, una fe que será puesta a prueba.
Pitt confirmará lo mencionado, su deseo de creer,
confesándose lector de la Biblia, conocedor de sus enseñanzas y versículos. Su
amistad con LaBeouf además se vincula mucho a este aspecto, una relación
especial entre ambos, aunque de nuevo esquemática.
LaBeouf será siempre el más afable y comprensivo con el
novato Norman, un LaBeouf que logra uno de sus mejores papeles a nivel
interpretativo, muy sobrio y sincero. Su monólogo en la parte final es
estupendo, un gran momento del actor. Sus ojos llorosos y vínculo religioso con
Pitt son aceptables, aunque siempre en un tono muy definido.
Una nueva misión marca la segunda parte del film, conservar
una importante posición para evitar la superioridad enemiga en una zona clave.
La artificiosidad y la falta de cohesión son patentes de
forma continua, como ejemplo esa escena sacada de la manga donde el macarrilla
Travis (Jon Bernthal) se disculpa con Norman, en una evolución de su relación
gratuita y sin sentido, falta de elaboración, artificiosa en suma.
El clímax es un completo desastre, planteado de forma
heroica y fatalista, sin esperanza alguna de supervivencia, pero repleto de
artificiosidad y efectismo sensiblero. Proteger una posición con un tanque
destrozado e inmovilizado. Brindis, asunción de lo que está por venir, ante el
sacrificio, camaradería ante la muerte…
Da la impresión de que el presupuesto se agotó
repentinamente y se nota en exceso en el desastrado clímax, desastrado a todos
los niveles, en coherencia interna, trama, estética… De pronto se hace de
noche, una noche amarilla para facilitar las emboscadas suponemos, aunque
parece más bien para gustarse en el esteticismo y ocultar todos los defectos de
esta bochornosa parte final. Nuestros protagonista irán muriendo uno a uno,
cumpliendo con el asumido sacrificio. Travis (Jon Bernthal), el primero, luego
“Gordo” (Michael Peña), luego “Biblia” (Shia LaBeouf)... La munición se irá
agotando y la fatalidad del destino acercándose. Así tenemos a un tanque con 5
soldados completamente rodeado por todo un ejército, que incluso se permiten
salir de dicho tanque a hacer sus expediciones, y los alemanes no tienen narices
de abatir a casi nadie ni acercarse e invadir el carro blindado… Se dedican a
protegerse, ver como matan a compañeros suyos y disparar desde lejos a la nada…
Absurdo. Brad Pitt matando alemanes desde fuera del tanque y nadie es capaz de
dispararle por la espalda estando rodeado por todos lados… No es creíble.
Además, los respetuosos alemanes cesarán en sus disparos y ataques para que
nuestros protagonistas se dediquen a charlar, a reflexionar y a contarse cosas
cada cierto tiempo. Pausas ensimismadas ridículas, artificiosas y efectistas,
como si los enemigos esperaran a que nuestros amigos se repusieran un poco de
cada impacto o cada muerte… Más majos que las pesetas estos alemanes. Además les da ocasionalmente por aparecer ante las ametralladoras para caer abatidos, como tontos. Un
francotirador será el que dispare y mate a Pitt finalmente, aunque morirá en la
intimidad junto a su amigo Norman.
Todo tremendamente previsible, quedando al final el veterano Brad Pitt y el novato Logan Lerman, para que el primero muera emotivamente, una glamurosa emoción poco auténtica y, de nuevo, artificiosa. La bondad alemana se extiende con el gesto de piedad del soldado que no delata al novato Norman tras descubrirle bajo el tanque, detalle que pretende huir del maniqueísmo, fracasando en el intento. Al menos el detalle del alumno con su mentor en la guerra, de Lerman a Pitt, es bonito, un homenaje al difunto.
Incluso la idea de que sólo sobreviva el novato, el
inocente, suena a tópico y recurso fácil. Un clímax del que sólo puedo salvar
planos sueltos.
Una cinta muy decepcionante, pretenciosa, discretita,
fingidamente dura, esquemática, superficial y artificiosa, de heroísmo glamuroso
y falsamente realista y auténtico, sólo destacable por la corrección técnica y
alguna buena escena. Una ocasión perdida.
No me gustan demasiado las pelis de guerra. Pero menos me gustan las pelis de guerra blanditas por forma o contenidos. O sea: si hay q ver esas pelis o tipo Apocalypse Now o tipo Adiós a las Armas.
ResponderEliminarBuen cine bélico lo hay, pero si ya dices q esta se queda en un terreno de indefinición, mal vamos. Y como Brad Pitt tpoco m motiva…
En fin gracias por traer todo tipo de pelis. Aprender a ver. Eso es lo q me gusta de pasarme por tu casa.
Bss Sambo!!!
Sí, me pareció muy fallida, pero me ha servido para buenas reflexiones jejeje.
EliminarMuchas gracias por tus palabras y fidelidad.
Besos, Reina.
Buenos dias Mister,
ResponderEliminarLa vi en febrero y ya no la tengo fresca, pero recuerdo que me dejo mejor sabor de boca que a ti. Es cierto que no me gustó la estética y la ambientación. Para ser una película de la 2ª GM los personajes parecen sacados, más de Mad Max que de Hermanos de Sangre (mi referencia para pelis de esa ambientación) Aun así, la escena de Pitt, lavandose el pelo en la casa de las alemanas y todo lo que acontece en el desayuno, me parece muy interesante. El cambio de personalidad de los que aun se sienten humanos, y el continuo comportamiento animal , de los que la guerra ha destrozado y ya nunca volveran a ser personas normales. Nos prepara para el final, nos anuncia un camino sin retorno. Eso sí, que el novato sobreviva, no puede ser mas que una frivolidad. Yo que soy mucho de Happy Ends, éste, patina.
Una abrazo.
Es la mejor escena con diferencia, pero son pequeños oasis en una nada general, ese es el problema.
EliminarYo también soy de finales felices, pero si entre las opciones es coherente y lógica. En ese caso siempre lo preferiré. Aquí resulta absurdo, no ya porque sobreviva, que también, si no por cómo lo hace...
Me acuerdo de "Anzio" una pelicula de los anyos sesenta de esas con gran reparto (creo que Robert Mitchum) y que pone en la tele de vez en cuando. Esta ambientada en la Segunda Guerra Mundial mas concretamente sobre las tribulaciones de los pocos supervivientes de un batallon de Rangers aniquilado por los alemanes entre el desembarco en la batalla de Cisterna.
ResponderEliminarAl final, como nó lod dos protagonistas principales se fuman un pitiillo y charalan sobre "las guerras que al final nadie sabe porque se lucha". Pues bién, yo que soy de ciencias, instintivamente hice el calculo y me exclamé; "En los dos minutos que habeis estado haciendo filofia barata doce personas , entre ellas tres niños han sido gaseadas".
Me da un profundo asco ese santibelicismo chic que, eso si, solo se manifiesta en contra nuestra, nunca en contra de los de enfrente.
Totalmente de acuerdo. El antibelicismo bienqueda y superficial llega a desquiciar, especialmente cuando es tan hipócrita. Una falta de autenticidad que resulta algo obscena. En fin...
ResponderEliminarUn saludo.
"Es interesante la valoración que se hace al talento y a la tecnología alemana en el inicio, recalcando la superioridad de los tanques alemanes, los Tiger, sobre los americanos, sobre todos los demás…"
ResponderEliminarEso de la superioridad tecnológica alemana ya cansa un poco. Es cierto en algunos caso, pero ni de lejos toda la tecnología militar alemana era superior a sus equivalentes del bando aliado. Pero claro, si eliminas el rollo de la enoooooorme superioridad tecnológica alemana, a ver como explicas que los aliados (con su apabullante superioridad numérica) tardasen tanto en ganar la guerra. Porque la respuesta correcta a esta pregunta (que los alemanes eran mejores soldados que sus enemigos) me parece a mí que no la vamos a ver en ninguna película de Hollywood en un futuro cercano.
También es cierto evidentemente, pero la categoría alemana a todos los niveles era excepcional, me gusta que se valore. Sí hay películas americanas o de otras nacionalidades donde se valora la inteligencia y competencia alemana, también de los soldados y espías, pero es cierto que en general se les trata como a "los malos" sin más, a menudo estúpidos.
EliminarMuchas gracias por el interesante aporte.
Yo le hubiese cascado un dos, MrSambo. Me esperaba mucho de esta película, David Ayer puede hacer más que esto. Suya es Harsh Times (Vidas al límite), y es el guionista de Training Day. Dos películas que me encantan.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en todo lo que dices en tu crítica. Superficial, con fallos de guión... Y para mí una sensación de "esto ya lo he visto antes". El que me sobra es Brad Pitt, personaje para su lucimiento personal rutinario de "yo soy el que manda, a mí me sale todo bien siempre, soy el puto amo". Solo faltaba que se hubiera tirado él a la alemana, y hasta lo insinuó cuando el novato tenía dudas. Y no me importaría todo esto sino fuera porque Brad Pitt no vale para papeles dramáticos, aunque el personaje que interpreta sea un chulo, que es lo que se le da mejor. Pero no. No muestra expresividad, al menos en mi opinión.
Para mí lo único interesante es cuando al principio llegan ya a su campamento a reponer cosas, decidir su nuevo destino, etc. Me encantan los diálogos que aparecen en esas escenas. Y la famosa escena en la casa con las dos alemanas. Poco más se salva. Del final ya se ha dicho todo, decepcionante. Y para matar al soldado alemán que deja vivo al novato. Se carga a medio pelotón tuyo y lo dejas vivo??? WTF??!!! xDDDD Si David Ayer quería darle un toque de "también en el otro lado había buenos", ahí ha fracasado pero con creces debido al ridículo.
Sí me gustaría decir en favor de la peli que las interpretaciones de los tres colgaos que trabajan para "Chacal" son excelentes. Sobretodo el personaje de Jon Bernthal, secundario de lujo como ya hemos visto aquí, The Walking Dead y El lobo de Wall Street.
En fin, yo por mi parte estoy cansado ya de ver lo de "nazis malos, los demás buenos". Que fue así en realidad pero ¿para cuando una peli del carnicero Stalin?, que el tío Adolf como asesino fue un aficionado al lado del ruso. Me gustaría que se fuese realista también con el resto de bandos. Y el mejor film de alemanes nazis que he visto es El Hundimiento. Peliculón, peliculón y peliculón.
Me ha salido una crítica, parece que estuviera de mala leche jajaj. Un saludo Sambo.
Lo ha clavado usted, querido amigo El Salvilla, no puedo estar más de acuerdo en todo lo que has expuesto. Se salvan fogonazos sueltos, lo demás tópico y superficial cuando no ridículo...
EliminarUn saludo, crack.
Si antes lo digo MrSambo... http://www.filmaffinity.com/es/film135606.html xD
EliminarTengo hecha hace meses la reseña del libro, que es una gozada. A ver que tal la adaptación.
EliminarBrad Pitt realiza una buena actuación en este filme. Esta es una película de guerra que nos muestra lo difícil que era la supervivencia. Tiene escenas fuertes y crudas, pero tampoco abusan de este recurso en toda la trama. Comentario con cuenta de correo Gamail, ANCHOR TEXT
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