La relación entre Andrew y Nicole (Melissa Benoist), una
chica muy mona, es extraordinaria y deja una de las escenas románticas más
encantadoras vistas en mucho tiempo.
Su relación empieza con timidez, un Andrew (Miles Teller) que no se acaba
de decidirse a decirla nada por falta de confianza y vergüenza, pero cuando se
sienta valorado por su profesor, Fletcher (J. K. Simmons), se lanzará sin pensarlo, una petición
en plano frontal lateral con bromas de aceptación. Es posible que ni os
percatéis, pero cuando se rompa el hielo con la broma de Nicole, la cámara
avanzará imperceptiblemente, cerrando el vínculo. Detalle de director
talentoso.
La escena de la pizzería es una de las escenas románticas
más encantadoras y entrañables vistas en mucho tiempo. Dos chicos tímidos,
solitarios, con sus complejos, sincerándose y creando un vínculo honesto…
Lástima que la cosa termine como termina, siguiendo la concepción nada
complaciente de la cinta.
El momento donde Andrew se confiesa diciendo que aún va al
cine con su padre y el infantil gestito con el pie de ella, resultan
francamente encantadores.
“Todavía voy al cine con mi padre”.
Hablarán de las críticas de sus padres, de sus vergüenzas,
de la timidez de Andrew bajando la mirada cuando hablaba con ella en el cine, de
Jay Leno… Los planos pasarán a ser muy cortos, primeros planos de los rostros,
cuando las preguntas sean más personales. Aquí se marcarán ciertas diferencias entre los personajes, ella es una chica
normal, sin una ambición concreta, mientras que Andrew presume de escuela por
ser la mejor del país, un paso lógico para él si quiere convertirse en
estrella. Esto avergonzará algo a Nicole, como si se sintiera
mediocre, pero optará por abrirse hablando de su autenticidad y de cómo se
siente desplazada en su escuela, algo en lo que coincide con Andrew… Momento de
la confesión de sus visitas al cine con su padre. Una autenticidad que también
los une, una sinceridad que los vincula.
La escena de la cena en familia escenifica y muestra la
filosofía y forma de ser de Andrew, cada vez más seguro de sí mismo, su
convicción, basada en el modelo de su profesor. Una escena de naturalidad
extraordinaria.
Cuando el ego de Andrew se vaya viendo más satisfecho,
cuando vea su sueño más cerca, empezará a dudar de su relación. Primero no
contestará al mensaje al móvil que Nicole le manda y poco después decidirá
cortar por lo sano en una dura y fría escena. Se anticipará usando el prejuicio
y cierta cobardía personal, rompiendo con la chica por considerar que puede ser
un motivo de conflicto futuro en su carrera, que querrá una atención que no
podrá darle porque quiere centrarse en su sueño. Una opción compleja, ya que
denota la cobardía mencionada y a su vez una especial valentía y honestidad.
Melissa Benoist, que interpreta a Nicole, aguanta magníficamente los primeros
planos muy sostenidos que tiene en esta escena. Chazelle se muestra solidario con ella, no comparte este gesto de él, algo que escenifica en la planificación de la secuencia, en la que si observáis, la cámara se acerca a ella en sus planos y se aleja de él en los suyos, quedándose con un gran primer plano del rostro de la chica y un contraplano lejano de él.
Si hubiera justicia el montaje de “Whiplash” se llevaría el
Oscar de calle, no sólo por su virtuosismo intrínseco, sino por cómo está
integrado con la misma esencia de la película, recreación visual de la música,
del Jazz, es un montaje jazzístico, imágenes acompañando a la música como en un
vals que llega a sus momentos más excelsos en las interpretaciones musicales.
Cámara y montaje bailarán en perfecta comunión, danzando subordinados al ritmo
de la música, del Jazz.
Un montaje que lejos de resultar muy sincopado en esa buscada fusión con la música, está medido a la perfección, usado cuando
se debe.
-Desde el mismo inicio Chazelle desvela sus bazas, al ritmo
de Whiplash seguirá a nuestro protagonista saliendo del conservatorio y
utilizará un montaje con los exteriores y los edificios que se fusiona al ritmo
de la música.
-No siempre habrá este juego con el montaje, la película en
general es realmente sobria y depurada en todo momento, una dirección
excepcional, el uso del montaje en sentido musical se centrará en las
actuaciones y otros momentos donde lo musical sea importante. En el
resto de escenas habrá un lenguaje cinematográfico clásico, de planos y
encuadres precisos y sobrios, depurados, sin estridentes movimientos de cámara
gratuitos, todo muy medido, de planos sostenidos y ritmo trepidante y
ágil.
-Chazelle mima toda la liturgia musical y lo hace a través
del montaje, planos cortos con los músicos cuidando y preparando sus
instrumentos, acariciándolos, colocándolos, montándolos, probándolos. Las
piezas de cada instrumento, afinándolas, preparándolas, cada una es esencial y
Chazelle casi les rinde pleitesía. Esos planos arbitrarios, pequeñas notas,
siguen esa filosofía que fusiona la música y la imagen, ya sea fundiéndolas en
ritmo o jugando con el contenido de las estampas.
Saxos, trompetas, baterías, soplando, golpeando, una rutina
fascinante.
-Serán muchas las escenas donde Chazelle recurra a mostrar
los instrumentos musicales, antes o durante una actuación, especialmente la
batería. Las baquetas, sus golpeos frenéticos o suaves, el plato vibrante, la
caja marcando el ritmo, los bombos atronadores…
-De hecho, la batería será casi un personaje más, siempre
presente en las actuaciones, siempre en plano de alguna forma cuando Andrew va
a tocar, compartiendo encuadre o con algún elemento, una baqueta, un bombo, apoderándose del
mismo en su totalidad.
-La primera clase de Andrew, tocando “Whiplash”, es un baile
de la cámara, moviéndose con soltura por el aula, al ritmo de la música,
apareciendo el montaje de forma ocasional en interrupciones. Lo de J. K.
Simmons en cada aparición, pero centrándome en esta secuencia también, es de
otro mundo. Espectacular.
-Las escenas de Andrew ensayando en soledad, con las
baquetas llenando los planos, el montaje sincopado simulando el frenético
golpear de la batería, las panorámicas rápidas que van de la caja a los
platillos o el "Charlie", son música visual de una excelsa intensidad. El duro
sacrificio visualizado en la sangre en las manos de nuestro protagonista.
“Dígame qué tengo que decir”.
-El clímax nos deja el cénit del virtuosismo en el montaje,
travellings, cortes muy sincopados en los arranques rítmicos, panorámicas y
barridos cuando es menester, una gozada… Música e imagen en perfecta comunión.
Son muchos los planos que vemos de la nuca de Andrew, en
travellings de seguimiento, también de frente, pero los que vemos de su espalda
son especialmente llamativos y numerosos. Es el retrato de una obsesión,
andando decidido por pasillos, descubriendo el duro camino del proceso
creativo, de llegar a nuestros límites, esos que no sabemos que tenemos, de superarlos. Y es
que la dirección deja muchos detalles interesantes a todos los niveles, desde
la concepción del montaje a la búsqueda de intensidad dramática, pasando por la
dirección de actores, que logra interpretaciones portentosas.
Chazelle también busca la naturalidad y libertad que definen
la esencia del Jazz en muchos de sus encuadres, ante los que permite que
desfilen personajes tapándolos momentáneamente, cruzándose ante el objetivo.
Hay más detalles brillantes de dirección, además de los que
he ido desarrollando durante el análisis, por ejemplo, esa cámara lenta
retratando el éxtasis egocéntrico de Andrew tras su amable primera conversación
con Fletcher el primer día de clase.
Más ejemplos en los encuadres, serán numerosos los planos
lejanos con puertas enmarcando a los personajes o dejando el encuadre vacío tras
pasar por él, recursos que irían de Bresson a Ozu, sobre todo en la parte
final, y que retratan ese entorno asfixiante para Andrew, castrado sin poder
perseguir su sueño.
Pero q análisis tan bueno!!!
ResponderEliminarMucha curiosidad por ver esa escena romántica q tanto te ha llamado la atención.
Realmente vibrante. Como la peli.
Estoy disfrutando mucho.
Espero verla pronto…
Gracias x el trabajazo de las imagenes. En post de hoy, con tantos planos, contraplanos, nucas, etc viene muy bien.
Esperando la última. Snif.
Bss
Jjajaja me gustó mucho, es bonita y entrañable, y muy sencilla. Es una película muy potente, a pesar de estar mucho tiempo en salas de ensayo y esas cosas. Creo que te gustará.
EliminarBesos.