A partir de aquí la acción, el suspense y la tensión se hacen
con las riendas, por lo que disfrutamos de la mejor parte de la película. Aquí
es donde este thriller más se acerca a la esencia del serial con continuos
momentos de tensión y misiones que se van sucediendo. A la media hora llegará
la primera escena de acción, una estupenda secuencia que parece querer dar vigor a
la narración, energía. Sombras, buenas peleas y giros imprevistos, una de las
claves del cine de Lang, que siempre suele deleitarnos con alguno en sus
thrillers. En esta ocasión será el asesinato de la desdichada Katerin Lodor a sangre fría,
escalofriante, rodado con sequedad y discreción. Una escena muy bien rodada con
muchas sombras, picados y contrapicados acentuando la acción, especialmente
relacionados con Gary Cooper.
Destaqué los ambientes y decorados en interiores, además de
su forma de mostrarlos, pero los de exteriores no van a la zaga, son
excepcionales. Un ejemplo lo tenemos en los previos a la mencionada escena de acción para
intentar rescatar a la secuestrada Lodor, pero todo se sublima con la escena
del submarino y su llegada a la costa. Quedo embobado con esta secuencia, con
su tempo y tratamiento visual, la noche, la lluvia, el agua, las rocas, el suspense,
las vigilancias, las luces rompiendo la oscuridad… La acción. Bien es cierto
que la coherencia interna de la secuencia pueda ser algo cuestionable, esa
falta de vigilancia en la zona y que nadie se percate del desembarco, pero la
verdad es que el deleite visual es tal que queda minimizado.
En esta escena es donde conoceremos a Gina (Lilli Palmer),
una eficaz asesina aliada. La chica de
la película apareciendo pasada la media hora. No pueden faltar los juegos
lumínicos, ya vimos algún uso de las sombras, y uno de los más destacados será
el reconocimiento de la sensualidad de Gina por Jesper a la luz de una cerilla
en el camión que los oculta. Íntimo y personal.
Siguiendo con esta vertiginosa fase de la película tendremos
uno de los mejores momentos de suspense de la misma con la escena del camión,
puro Hitchcock… Una escena extraordinaria.
De la acción desenfrenada vamos pasando al suspense más
minimalista, como vimos en la mencionada escena del camión y como seguirá en la
escena de la entrevista de Jesper con el doctor Polda, el otro científico que
puede ayudar a los aliados y que se encuentra secuestrado y chantajeado por los
nazis en Italia. Han secuestrado a su hija y le amenazan con la muerte de la
misma. De nuevo el decorado y sus elementos cobran importancia. Una gigantesca
foto de Mussolini presidirá la estancia, todo parece se irá al traste por el
miedo de Polda, pero finalmente el científico protegerá la mascarada de nuestro
protagonista. Esta entrevista definirá una nueva misión para el protagonista en
ese tobogán estilo serial en el que se ha convertido la cinta en esta fase,
rescatar a la hija de Polda, prisionera nazi.
En la conversación veremos a Jesper en plano de superioridad
cuando recrimine a Polda (Vladimir Sokoloff) su actitud, mostrando su dignidad y minimizando a su
compañero científico por la debilidad emocional y de valores en la que se encuentra
en ese momento.
Hay un elemento bastante cuestionable y maniqueo en la
trama. Todos los científicos se nos presentan como hombres de honor que si
hacen cosas malas es debido a las circunstancias, cosa que tiene poco que ver
con la verdad, vamos, que no.
No resulta creíble que Polda conozca el paradero de su hija,
donde la mantienen secuestrada, es más bien absurdo. Del mismo modo tampoco es
muy lógico que los nazis que retienen a Polda permitan esa entrevista sin
vigilancia o espionaje, por mucho que Jesper (Gary Cooper) se presentara como
un nazi.
El detalle de las cerillas, que alimenta las sospechas del
nazi que vigila como un halcón, desde lo alto y en picado, la marcha de Jesper,
es un elemento que no llevará a nada salvo sugerir la mencionada sospecha. Otro
objeto que Lang utiliza para marcar tonos.
La reunión de la resistencia en una pequeña habitación deja
otro buen retrato de ambientes, con ese humo presente siempre. Sencillas y
suaves panorámicas seguirán el vaivén de Pink (Robert Alda, padre del actor
Alan Alda), el líder, centrado en el encuadre, por la estancia, recalcando su
importancia y liderazgo.
Bache romántico.
Tras el frenesí de acción y suspense enraizado en el serial
pasamos a una fase que ralentiza el ritmo en exceso para desarrollar la relación
entra Jesper y Gina, su relación amorosa. El problema es que parece un episodio
aislado dentro de la trama, mal integrado porque se alarga en exceso olvidando
la historia principal. Esto se podría haber solventado alternando escenas para
aligerar el ritmo y dar dinamismo, pero el hecho es que esta fase se alarga en
demasía resultando un bache narrativo, y romántico, evidente. Con todo, y como
no podía ser de otra manera, el desarrollo de los personajes y su relación es
muy bueno, sobre todo en lo que concierne a Gina y su miedo, su coraza para
protegerse de los sentimientos que en época de guerra ya le hicieron sufrir
anteriormente.
La noche, los ojos de un gato, la intimidad, el coqueteo, el
conocimiento mutuo desarrollándose en la soledad de la habitación e incluso
bromas metalingüísticas sobre la propia escena, donde se menciona el tópico en
la ópera, y cualquier obra dramática, forzando las situaciones para que
la pareja quede a solas... Esa broma será ante un espejo, precisamente, cuando se
habla de una creación artística. Un espejo que tendrá sentido más adelante
también cuando Gina deba fingir que Jesper es su marido.
-Gina: Al, no todo lo que digo va en serio.
-Jesper: Sé que no.
El gato es otro cebo y un elemento narrativo que Lang usará
con habilidad, primero para hacer crecer el vínculo de la pareja y luego como
elemento de tensión dando por finalizada la tranquilidad casera.
La pareja vagará por distintos sitios esperando a poder
reunirse con sus compañeros una vez logren rescatar a la hija de Polda, en lo
que constituye el bache narrativo reseñado. Estos lugares estarán a menudo
derruidos, una feria en declive donde veremos a Jesper (Gary Cooper) trabajar
en fórmulas matemáticas, comer una manzana y reflexionar sobre su energía
contenida, como eco de su escena de presentación, y donde la pareja se
deleitará con recuerdos amorosos, o un edificio derruido, donde Gina y Jesper
tendrán su noche de pasión. Un mundo destruido que ansía renacer perfectamente
mostrado en esas pinceladas por Lang.
En otro piso, propiedad de una amiga nazi de Gina, donde la
pareja se estacionará por breve tiempo, tendremos otro espejo protagonista en la
escena, con Gina más coqueta y femenina ante él, mirándose, sintiéndose bella,
teniendo un momento egocéntrico, embelleciéndose en un interesante
contraste con el anterior espejo, que servía como símbolo de la mentira y la
fachada que debían proteger.
“En mi trabajo no hay lugar para el amor”.
Aquí se aprecia el mencionado bache narrativo con claridad,
de forma muy marcada, con una reiteración de situaciones evidente, buscando el
desarrollo de la relación, pero sin que la historia avance en paralelo. Desde
el guión se insertan elementos de tensión artificiosos (el casero que busca su
gato, las monjas que llegan al piso…) para dar ritmo y apariencia de fluidez a una
historia que está estancada. Romance y drama salpicados de suspense
artificioso.
En este piso será donde Gina (Lilli Palmer), más coqueta y
sintiéndose mujer de nuevo, como comenté, rompa su coraza y se entregue a sus
nacientes sentimientos. Su frustración, que rompe su esperpéntica carcajada con
un llanto, es el momento culminante de esto. Así, una vez huyan de allí de nuevo,
bajo un puente, Gina y Jesper se besarán por primera vez.
“Quiero que pienses que soy una chica inocente a la que
nunca han besado”.
Tras cerca de 25 minutos la acción se retomará con una
escena primorosa, la salvaje y violenta pelea entre Jesper y el nazi que
sospechó de él en su visita a Polda. Aquí, por supuesto, vuelve a sorprender la
extremada competencia del científico en el cuerpo a cuerpo. Una gran escena de
acción con momentos sublimes, como todo lo que acontece después de que Jesper
dé buena cuenta del villano.
La distracción seductora de Gina en la actualidad debería
ser más explícita de lo que vemos en esta película, cosas de los tiempos… Como
reconocimiento a guionista y director hay que decir que tras el asesinato al nazi
dedicarán una escena para que Cooper muestre su impacto tras haber matado a una
persona, lo que compensa en cierta medida, junto a los errores que cometió al
inicio, el mencionado defecto de su extraordinaria competencia como agente de
campo sin haber sido entrenado en esos menesteres.
El reencuentro con el resto del grupo de la resistencia
tendrá un eco visual, las sombras y falsas alarmas al abrirse una puerta, como
vimos cuando Gina confundió los ojos del gato con algún peligro antes de que
Pink (Robert Alda) y los suyos marcharan. También habrá simpáticas sugerencias
sexuales cuando Pink relate la manera en que rescataron a la hija de Polda
aprovechando la “amabilidad” de una empleada del hotel…
Mencioné anteriormente un giro sorprendente, muy del gusto
de Lang, con la muerte de la profesora Lodor (Helene Thimig), y aquí tendremos
otro con la noticia de la muerte de la hija de Polda y la nazi que se hizo
pasar por ella para descubrir donde se escondían nuestros protagonistas. Una
nazi en exceso prepotente y chula estando a merced del grupo de aliados, de
hecho no tardará en morir… Este clímax es excelente y tenso, ya que el grupo
quedará rodeado en la casa, que es acribillada a conciencia, sin aparente
salida hasta que Pink informa del pasadizo por el que Jesper, Gina y el
profesor Polda pueden huir para alcanzar el avión que espera para llevarles a Estados
Unidos. Huirán por la retaguardia enemiga. Auténticos héroes y mártires de la
causa.
Esto lleva a un final agridulce, con el objetivo de alcanzar
el avión e ir a Estados Unidos, pero con una separación amorosa de futuro
incierto. Un final en absoluto feliz que no es una excepción en el cine de la
época aunque a veces se diga lo contrario.
La banda sonora de Max Steiner es una virguería, debo decir
que me entusiasmó porque suena realmente moderna, actual, podría servir para
cualquier thriller o cinta de aventuras o superhéroes actual. Gran fotografía
de Sol Polito también.
Todo el reparto está correcto, pero quiero destacar al gran
Gary Cooper. Gary Cooper es imponente y un actor magnífico, por algo ha
frecuentado todos los géneros con una solvencia insultante y una naturalidad
pasmosa, trabajando con la mayoría de los grandes directores de la época. Aquí,
como agente secreto, está soberbio, como lo estaba de sheriff o científico
despistado e ingenuo. Lástima que no frecuentase más el género negro, podría
haber dado grandes alegrías.
Así concluye un título muy apreciable, irregular, que sin
ser de lo mejor de Lang deja momentos sublimes, pero que ciertos baches
narrativos y trompicones en la historia la hacen flojear, especialmente en la
parte central, ya que al final la película recobra el vigor.
Dedicada a Patricia L., espero que haya sido de tu gusto.
Gracias MrSambo por transmitir tanta pasión por el cine. Después de leer el post lo primero que pienso es que ojalá nunca se olvide a Fritz Lang, a Gary Cooper y mil etc. Que todo este trabajo que haces sirva también para que mañana lleguen otros y sientan curiosidad por acercarse a estas películas.
ResponderEliminarGracias por compartir, y viva el cine. Un abrazo,
Patricia L.
Muchísimas gracias Patricia, y que te llegue, que logre transmitírtelo, me llena de satisfacción. Ojalá sirva!!!!
EliminarUn abrazo y gracias a ti.
Ya sabes que lo que más me gusta de esta película son las mujeres. Quedo enamorada del papel de Gina. Enhorabuena por el análisis al completo, me ha dejado maravillada; si la primera parte me gusto la segunda me ha encantado, con lo cual en resumen me has dejado boquiabierta.
ResponderEliminarMe alegra, porque aquí sirve muy bien para apreciar en qué consiste eso del "bache narrativo", un defecto que a veces tienen las películas. Muchas gracias como siempre, Sara!
Eliminar