Uno de los rasgos distintivos de este remake con respecto a
la original está en el tratamiento psicológico de Murphy y su relación con su
familia, que no existía en la obra de Verhoeven. Murphy se relacionará con su
familia, la recordará en todo momento y no perderá su humanidad, a pesar de
ciertos intentos en algunos momentos por parte de los científicos y los
empresarios.
Hay bellos momentos que retratan ese vínculo al que se
agarra el protagonista, como ese flashback con Frank Sinatra de protagonista
donde Murphy recupera recuerdos en travellings circulares mientras está siendo
tratado.
Resultan frías las escenas en familia, ya lo resultó el primer encuentro con su mujer, con vínculos muy sutiles, antes del sexo frustrado, producto sobre todo de la poco expresiva interpretación de la bella Abbie Cornish. La visita a casa convertido en máquina será un momento duro. Es llamativo ver a ese valeroso agente-soldado temeroso ante la idea de ver a su mujer y su hijo. El frio contacto de Clara, su mujer, con la coraza que es su cuerpo marca muy físicamente la dificultad de esa pareja. Padilha además encuadrará a su hijo entre ambos. Más tacto como forma de unión, dura y compleja unión, el del hijo en esta ocasión a su padre. En esta escena Joel Kinnaman, Robocop/Alex Murphy, está muy bien, una interpretación que mejora con creces la de Peter Weller. El trabajo de Kinnaman con la mirada es bueno y sencillo, se aprecia en ella cuando cobra y cuando pierde esa humanidad con la que juegan médicos y corporaciones.
En la presentación del entorno familiar de Murphy, con
conversaciones íntimas y sexo interrumpido, será donde se cometa el atentado
contra el protagonista. Atentado que es un claro homenaje a la obra maestra de
Fritz Lang, “Los sobornados” (1953), no en balde la cinta va de policías
corruptos…
Su despertar será traumático, así como la asimilación de su
nueva condición, su renacimiento. Su primer impulso será el de intentar
liberarse de eso, de lo que él considera una pesadilla, evadiéndose, corriendo…
pero no es independiente, aspecto interesante de la cinta. Este tratamiento
psicológico también está bien mostrado en la película. Padilha desenfocará la
horrible visión de Murphy cuando vea lo que queda de su cuerpo para acto
seguido hacer un picado sobre su cerebro, su esencia, un brillante detalle
visual que enfatiza la importancia del ser.
“Quiero morir”.
El siguiente paso será la aceptación, precisamente, por el
vínculo con su familia, se negará a verse más sin su traje y asistiremos a una
emotiva e incómoda escena, la conversación de Murphy con su mujer. Padilha
vuelve a demostrar talento para los detalles al retratar la vergüenza de Murphy
previa a la llamada, reduciendo el plano de la cámara para que se le vea lo
menos posible, un vano intento por parecer normal, por dar una
imagen que él cree más aceptable. Su encantadora mujer, Clara (Abbie Cornish),
será puro amor y comprensión por encima del evidente dolor. Así se desarrollan
y exponen elementos que no se tocaron en el original, una de las grandes
virtudes del film.
La descripción de las particulares normas y rutinas del
nuevo Murphy, su alimentación estándar, su medicación… pretenden ser más científicas
que en la original y quedan bien expuestas. No nos queda claro si Murphy es
zurdo o diestro, en ocasiones usa la diestra, en ocasiones ofrece la zurda para
dar la mano… Del mismo modo asistiremos a sus avances con entrenamientos, donde
tendrá inferiores resultados a los robots puros por su conciencia humana…
Reflexiones sobre la humanidad.
Dónde radica la humanidad, qué define la misma, en qué consiste, cual es nuestra esencia, qué nos hace únicos y humanos… son algunas de las reflexiones que ya había en el “Robocop” original, pero que aquí se desarrollan con mayor profundidad y desde distintos puntos de vista, ampliando las miras sobre el tema y enriqueciendo el conjunto, dando sentido a un remake, como comenté. Aquí radica una de las grandes diferencias de esta nueva versión con respecto a la original, vinculada a su relación con la familia. En la cinta de Padilha, Murphy nunca deja de ser humano y tener plena conciencia de sí mismo, hace un viaje distinto al Murphy original, que irá recuperando recuerdos paulatinamente durante la narración y no tendrá contacto con su familia. Esa idea desarrollada en la original resulta más limitada con respecto a esta nueva versión. Aquí Murphy será utilizado a conciencia, dependiente, un aspecto que mencioné con anterioridad y que es importante. Cuando la humanidad de Murphy sea problemática se limitará, se jugará con ella, se reducirá hasta casi eliminarla, hasta casi convertirlo en un robot pleno. Cuando Murphy recupere su humanidad por sus propios medios, en una lucha interior, saldrá a la luz la noción de “alma”, la parte incorruptible que tenemos, que nos define, intocable. Todas estas reflexiones y diferencias con respecto al original quedan perfectamente expuestas en la conclusión, con diferencias notables que comentaré posteriormente. El “alma” se citará con ironía por los empresarios, un simpático detalle.
Para una mayor eficacia del “humano-robot” se le limitará la
“conciencia”, se le eliminará, consiguiendo maximizar sus rasgos mecánicos.
“Ilusión de libre albedrío”.
“Es una máquina que cree que es Alex Murphy”.
Es simpática la ocurrencia que convierte en negro a Robocop,
una mayor comercialidad, muy justificado con esa manipulación mediática que
expone la cinta y esa ambición empresarial personificada por Keaton.
La escena del entrenamiento del nuevo y zombificado Murphy
vuelve a recurrir a la planificación de tiroteo de videojuego, aunque resulta
sosa. Robocop contra 54 máquinas y su despreciable entrenador. La sonrisa de
satisfacción de Murphy ante el sufrimiento de dicho entrenador (Jackie Earle
Haley), es un rasgo inhumano.
Uno de los defectos de este nuevo “Robocop” es que tarda en
entrar en materia, en definirse, divaga en la trama. Esto es un defecto
relativo ya que la principal causa es la mayor profundidad que pretende
en la psicología de todos sus personajes, en las emociones y los aspectos más
reflexivos. Lo cierto es que la trama policial resulta muy básica también,
secundaria, dejando a las claras cuales son las principales intenciones de
Padilha con esta cinta. Este remake también resulta mucho menos trepidante que
la original, en parte por esa apuesta por lo psicológico, lo que le resta
fuerza como cinta de acción.
Hay un proceso inverso de inicio al de la cinta original,
recordando quién es, luego se le convertirá en un robot casi puro y él solo
recuperará su esencia, recuerdos y humanidad. Este Murphy siempre se siente
humano, se sabe humano, aunque se le intente hurtar todo rasgo en este sentido.
La eficacia mecánica es máxima, como demuestra su detención el día de su presentación en
público. Luego Murphy cumplirá con un proceso similar al del protagonista de la original, encontrando el camino con sus recuerdos y vínculos afectivos hacia la
humanidad.
La mencionada dependencia de Robocop suscita interesantes
reflexiones, religiosas incluso, una dependencia en la que se juega
con su esencia, su vida o su actividad, ante la que se rebelará. Esta
independencia la adquirirá a través de su “dios”, el doctor Norton (Gary
Oldman), tras engañar a Sellars (Michael Keaton). Padilha retratará a Keaton
reflejado y desenfocado tras su mentira a la mujer de Murphy y cuando va a
anunciarla a la prensa, exponiendo visualmente su falsedad.
Cuando vemos perder la mano robótica a Robocop en el clímax
final no podemos evitar verlo como un sutil y poco gore homenaje a la cinta
original. En este clímax Padilha recurrirá al Deus ex machina para resolver
ciertos apuros, parece imprescindible siempre usarlo alguna vez en estas
cintas. Será el compañero de Murphy, Jack Lewis (Michael K. Williams), el que
salvará al protagonista apareciendo de forma providencial.
En la primera, Robocop era en esencia una máquina, un monstruo de
Frankenstein que pretende ser humano o quizá lo anhela, que finalmente asume
esa condición a través de recuerdos. Aquí es todo más profundo, llevando ese
mismo proceso pero ampliándolo con muchos más matices. También se vio una
crítica al capitalismo en la original que se mantiene vigente, los empresarios
como Sellars son los auténticos villanos de la función, su gran corporación
mentirá, manipulará y manejará en todo momento, aunque se amplifica también a
otros sectores, militares, médicos, periodísticos... Ha perdido humor esta revisión, ironía y sarcasmo, aunque su crítica a los medios está presente, sin resultar tan incisiva o cínica. Este remake se toma demasiado en serio a sí
mismo, resulta en exceso trascendente sin necesidad. Además muchas de las
escenas de acción son muy convencionales, intrascendentes, a pesar de las
citadas virtudes de dirección.
En la conclusión, Robocop se impone a su propia
programación, la que impide atentar contra nadie de la corporación liderada por
Sellars. Esta idea es importante ya que este remake juega bien con esa dualidad
del personaje, hombre/robot, haciendo que se imponga finalmente su parte humana
por propia voluntad. Esto contradice la original, donde si bien el protagonista
también contacta con esa parte, necesita ser despedido para que su
programación, es decir, esencia robótica, le permita matar al villano, cumpliendo
con dicha programación, lo que resulta más ambiguo o define al personaje más
como robótico que como humano. Todo nos lleva a una reunión familiar en
apariencia feliz.
Bien interpretada, Joel Kinnaman se muestra como un
protagonista competente, caras de prestigio como Gary Oldman, Samuel L. Jackson
o Michael Keaton cumplen sin problemas, aunque la bella Abbie Cornish realiza
una interpretación desconcertante por inexpresiva en muchas ocasiones, algo
depresiva, en un tono new age similar al de Scarlett Johansson en “Lost in
translation” (Sofia Coppola, 2003).
Desde luego no estamos ante nada del otro mundo, nada
magistral, como tampoco lo era la original, conste, pero esta nueva “Robocop”
resulta interesante y aprueba como remake. Un remake que acarreó muchas dudas y
problemas a Padilha, pero al final el director sale airoso del reto y entrega
una aseda cinta de ciencia ficción, reflexiva, bien rodada y elaborada, sin
alardes, pero que resulta un más que aceptable remake de una película de culto,
con la dificultad que eso conlleva.
Creo q la clave la localizas en la frase "se toma demasiado en serio a sí misma".
ResponderEliminarRobocop (la original) nunca fue una peli de estar en la cumbre de la cinematografía. Se recuerda pq fue original en tema y tratamiento. Y bueno, esta quizá apruebe con corrección, pero las revisiones actuales caen, como bien reflexionabas, en un defecto de filosofar sin necesidad.
Y las caritas grunge las detesto.
Me gusta el traje, mucho.
Quizá es q tan oscurito se parece al de Batman!! ;-P
Gracias sensei.
Un beso.
En la primera parte trato un poco sobre el tema de los remakes y qué define que sean mejores o peores, reglas para que sean aceptables. Esta las cumple. El Robocop original está muy sobrevalorada, es lo que es y se ha convertido en película de culto, aunque como dices no tiene esa pretensión, lo que es una virtud, es casi una cinta de serie B interesante. Esta acierta en su propuesta pero hay una corriente en la que parece que se pretende ser transcendente con todo, lo que en muchísimas ocasiones no funciona bien.
EliminarBesos, Reina
La verdad es que me has animado a verla.....yo me quede enganchada con la primera, especialmente con un par de escenas....comparto contigo que quiza no es la gran pelicula que todos hemos mitificado....pero amigo es que yo era una cria cuando la estrenaron y cuando la vi un tiempo despues se añadia tambien el poder ver "algo prohibido"....algo muy frecuente con varias peliculas de mi generacion.
ResponderEliminarMe alegra si te ha animado, sobre todo siendo el remake de una cinta a la que tienes cariño. Esto nos pasa a todos, cintas que no son grandes películas o son malas pero nos gustan... y bien que se disfruntan, que es lo importante. Pero dejando eso atrás está bien analizar virtudes y defectos :))
EliminarGracias por pasarte y comentar, Sara. Un placer siempre.
Al final me ha parecido una peli entretenida....y poquito mas...me quedo con esa escena en la que un fragmento del concierto de Aranjuez se interpreta con las manos metalicas....o los recuerdos del protagonista asociados a la genial musica del maestro Sinatra...
ResponderEliminarEl "traje metalico" se nota mas evolucionado que en la primera del 87....y sobre todo mucho mas comodo, esa forma de andar....esos saltos....el final, sobre todo, la parte del helipuerto me ha dejado un pelin chafada....y del alegato final mejor no decir nada....
En resumen me quedo con la capacidad de sentir de las maquinas, los nervios al volver a ver a la familia, la curiosidad/miedo del hijo....con esos breves acordes de la banda sonora de siempre mas o menos a la mitad de la cinta....el juego de poderes....aquello de que las maquinas estan libres de la corrupcion.....y por cierto....he llegado a coger a Sellars una mania importante....
En fin...para entretenerse un ratito esta bien....pero creo que no da para mucho mas.
¿Y te parece poco?
EliminarJajajaja, querido amigo.....supongo que es suficiente....
ResponderEliminarNo lo es!! Entretener es la regla básica y esencial, si no... Así que si cumplió eso... Luego creo que como remake funciona muy bien por todo lo explicado y que incluso tú comentas.
EliminarUn abrazo
Entretenida si....tampoco para verla todas las semanas....jejejeje.....ya sabes que mis preferencias van en otro tipo de peliculas, de actores y de directores....
ResponderEliminarHombre, eso por supuesto, pero no creo que nadie diga lo contrario jajaja
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