Crítica: AL FILO DEL MAÑANA (2014) -Parte 1/3-

DOUG LIMAN

 

Tom Cruise es la mayor estrella que ha dado el cine en las últimas décadas, cuatro para ser exactos, desde los 80 hasta la actualidad en la cima gracias a una inteligencia indiscutible para seleccionar los proyectos, su carisma, su físico y su talento como actor, aspecto que algunos quieren minimizar, pero que resulta el más importante de todos ellos. Un actor realmente notable, excelente, una estrella indiscutible. Cuatro décadas, se dice pronto, como si eso lo regalaran… Cruise ha tenido que padecer el desprecio de algunos que no han sabido separar su incuestionable calidad como actor de aspectos de su vida privada, muchos inventados o exagerados, y videos sueltos para denigrarlo o intentar manchar su carrera, su filmografía, su trabajo, su talento y su trayectoria… El hecho es que ahí sigue, demostrando todas esas virtudes señaladas, su talento interpretativo y su atractivo para el espectador. Una de las claves de este éxito que parece eterno lo tenemos en su capacidad para elegir proyectos y sacarles todo el partido. Las cintas de Cruise podrán gustar más o menos, pero todas ellas tienen esto en común, un gran trabajo para ir algo más allá de lo que se ofrece habitualmente al gran público, con guiones más elaborados, historias que van más allá de lo convencional y lo que acostumbra el espectador medio, siendo a su vez completamente comercial, siempre hablando de sus títulos más mainstream, se entiende. Un talento y esmero que marca diferencias y no encontramos en otro actor de este éxito. Aquí vuelve a conseguirlo de nuevo, otro triunfo más, un espectáculo de primera dentro de la ciencia ficción.

“Al filo del mañana” nos cuenta la historia de una invasión alienígena, una guerra de 5 años en la que sólo sufrimos derrotas con la salvedad de una batalla en Verdún gracias a una nueva tecnología, una chaqueta metálica, un exoesqueleto, que iguala las cosas. Ahora todo parece verse con otros ojos, una victoria definitiva cercana, una heroína a quien seguir… Cage es un militar de despacho, un vendedor, que se verá obligado a entrar en combate. No tardará en morir en esa batalla, pero para su sorpresa volverá a renacer para vivir ese mismo día una y otra vez si vuelve a morir en dicha batalla. Este bucle y su unión con la heroína Rita Vrataski (Emily Blunt), le acabarán convirtiendo en un soldado más que competente.

“Al filo del mañana” es como la “Odisea” de Homero adaptada de alguna forma a la ciencia ficción metafísica, donde nuestro protagonista, Cage, es una especie de Ulises inmaduro que lucha por reunirse con Rita, su Penélope, en Ítaca tras vivir numerosas aventuras. La estructura de la “Odisea” se puede apreciar en innumerables películas, una de las estructuras más socorridas.

Cruise se ha centrado en los últimos años en el género de la ciencia ficción y el thriller, abandonando temporalmente los proyectos más ambiciosos a nivel artístico en cuanto a prestigio crítico se refiere (“Leones por corderos” de Robert Reford en 2007 o “Valkiria” de Bryan Singer en 2008, por ejemplo), que siempre ha simultaneado. Unos proyectos francamente excelentes, a cual mejor, empezando por la última entrega de "Misión imposible”, la mejor de la saga junto a la primera, y siguiendo con el soberbio thriller “Jack Reacher” (Christopher McQuarrie, 2012), que ha pasado algo desapercibido, pero que merece toda la atención del mundo, en lo que podría ser una nueva saga de éxito, algo que sin duda merecería viendo el nivel de esa primera entrega, que estoy seguro que con el tiempo se valorará en su justa medida. Con “Oblivion” (Joseph Kosinski, 2013) ha pasado algo parecido, recibida con reticencias inicialmente ha ido cobrando prestigio y seguidores y se convertirá, sin duda, en cinta de culto, una película que mezcla equilibradamente ciencia ficción espectáculo con ciencia ficción filosófica, uno de los grandes títulos del género en los últimos años. Ahora nos llega “Al filo del mañana”, un título que si bien no renuncia en absoluto a las reflexiones, desarrollando conceptos muy interesantes de forma brillante, está enfocado al puro entretenimiento, a la gozosa evasión del espectador, algo que consigue con creces, puro frenesí de acción, adrenalítico, muy inteligente, que parece ha puesto de acuerdo a crítica y público. El blockbuster del año.

Tom Cruise pasa ya casi por ser un clásico del género. 

No en balde vivimos buenos tiempos para la ciencia ficción, no hay más que recordar algunos de los títulos que han ido llegando estos años. “Avatar” (James Cameron, 2009), “Moon” (Duncan Jones, 2009) “Distrito 9” (Neill Blomkamp, 2009), “Origen” (Christopher Nolan, 2010), “El origen del planeta de los simios” (Rupert Wyatt, 2001), “Código fuente” (Duncan Jones, 2011), “X-MEN: Primera generación" (Matthew Vaughn, 2011), “Super 8” (J. J. Abrams, 2011), “Looper” (Rian Johnson, 2012), “Los vengadores” (Joss Whedon, 2012), así como otras del universo Marvel, los “Star Trek” que ha dirigido J. J. Abrams en 2009 y 2013, “Gravity” (Alfonso Cuarón, 2013), “Her” (Spike Jonze, 2013), “Pacific Rim” (Guillermo del Toro, 2013), “Oblivion” (Joseph Kosinski, 2013)….

Cruise nos presenta un héroe distinto con una interpretación magnífica. Un héroe que no es un héroe, sino todo lo contrario, por lo que durante la narración asistiremos a su conversión en verdadero héroe de forma creíble y muy bien desarrollada y narrada. Cruise interpreta a William Cage, un militar, comandante, vacuo, cobarde, prepotente, chulo, miedoso, inexperto… Cuando el general británico le ordene ir a combate se opondrá de lleno, una decisión sin aparente lógica ante la que opondrá todo tipo de justificaciones e incluso amenazas… Ni la encantadora sonrisa de Cruise logrará convencer al general, aunque su insistencia en mandar a ese inútil al combate resulta extraña al espectador, algo que se explicará después cuando nos descubran que es un impostor, no es ningún oficial. Este radical rechazo del personaje que interpreta Cruise lo aleja de su rol de héroe sin fisuras habitual, algo que tendrá que adquirir durante la narración. En esta presentación Cage parece más un publicista que pretende vender un producto, la heroína Vrataski (Emily Blunt), en lo que es una brillante idea de guión para retratar a ese insustancial personaje, un héroe con pies de barro… Estamos en Londres y aparentemente la misión a la que mandan a Cruise no tiene riesgo alguno, lo que se desmentirá pronto. La escena de la conversación está rodada en estricto plano y contraplano, con mucha sobriedad.

Una vez veamos a nuestro protagonista en acción todas las cualidades que se insinuaron en la conversación con el general se confirman, inexperto, torpe, cobarde… Su guía será un sonriente Bill Paxton, habitual del cine de James Cameron, con el que esta película guarda evidentes paralelismos, un personaje muy importante a nivel conceptual ya que marca todas las líneas reflexivas de la cinta, aunque pueda pasar desapercibido este aspecto. Paxton interpreta al sargento Farell y hablará de ideas como la redención, el destino y el sacrificio… Será él el que descubra la farsa de Cage, considerado un desertor, confirmándole como un fraude. Es el inicio de la redención del personaje. Paxton sienta las bases conceptuales del film, sus pilares temáticos.

“¿Dónde está el seguro?”

Una vez sentadas las bases de la acción y la situación, asistiremos al reinicio del personaje, que volverá a vivir el mismo día cada vez que muera en combate. En este primer reinicio veremos a un Cruise más expectante, digiriendo la situación, asimilando y asumiendo lo que ocurre a su alrededor, asustado y extrañado, incluso aliviado. Así veremos cómo intenta avisar al chico gordo que fue aplastado por una nave y cómo salva a Rita (Emily Blunt) poco antes de volver a morir… Mejorando las prestaciones en una estructura que va desvelando sus bazas.

Los “renacimientos” y las resurrecciones se van acelerando.

En el tercer despertar Cruise se mostrará más activo intentando explicar que viene del futuro... sin éxito. Del mismo modo le veremos más ágil salvando al chico gordo. Poco a poco evitará morir a las primeras de cambio y entablará contacto con Rita, un vínculo que se iba anticipando y que cobrará sentido cuando ella se percate de que Cage tiene el don, lo que sugiere que ella conoce ese poder…

“Búscame cuando despiertes”.

Poco a poco iremos viendo a un Cage más competente y también más seguro de sí mismo, pero junto al aumento de conocimiento y la adquisición de habilidades el personaje se irá sumiendo en el pesimismo, cierta angustia vital al no ver posible alcanzar sus objetivos. Esto se hará especialmente patente en su relación con sus compañeros, a los que trata de forma cansina cuando se enfrentan a él y en un día de vacaciones al ir a un bar, donde veremos su reflejo distorsionado, manifestación visual de su hastío y pesimismo…

Con todo, Cage se va convirtiendo en un fiero luchador, muy competente en la lucha cuerpo a cuerpo, avanzando en su conversión en héroe, en cuerpo y mente. Una catarsis obligada.

Su cansancio se va haciendo patente, especialmente el psicológico, porque es consciente del tiempo pero no logra generar vínculos. Sus sentimientos hacia Rita y su imposibilidad para acercarse más a ella le acercan al hastío vital, casi a la resignación depresiva… Ante esto, y como buen héroe, se rebelará, emprendiendo en solitario el viaje para matar al Omega hacia el lugar donde lo vio en su visión, un viaje que acompañado es imposible y que finalmente lo hace asumiendo la imposibilidad de acercarse a ella y para protegerla.

En la parte final, con el don perdido, Cruise deberá asumir el carácter de héroe puro sin matices una vez su proceso de madurez y su evolución física y mental han terminado. 

Una vez el personaje que interpreta Cruise alcanza su redención terminará la película, ese momento nos deja un excelente plano del actor, sus ojos empañados al ver a su amor y la posibilidad que se abre ante esos ojos de poder conocerse en profundidad, de que su relación evolucione y ella por fin le recuerde al día siguiente.

Religión.

“Al filo del mañana” es conceptualmente la clásica cinta de redención, superación y madurez. Un personaje que debe transformarse para lograr todos esos objetivos a base de aprendizaje y sufrimiento. En esta cinta todo ello se relaciona de manera sutil y muy inteligente con la religión.

-Cruise se ve inmerso en una especie de infierno o purgatorio en el que debe vivir hasta alcanzar su redención. Es aquí donde el personaje que interpreta Paxton nos desvela las claves de forma sutil. Así de entrada Farell (Bill Paxton) hablará de la batalla, de la guerra, como la “gran redentora”, que es justamente el periplo que deberá emprender Cage (Tom Cruise). La propia estructura de la cinta, un viaje de redención, un concepto muy ligado a la religión.

“La batalla es la gran redentora”.

Toda esta secuencia, y sus posteriores reiteraciones, sientan las bases conceptuales del film de forma magnífica, divertida y original.

-En este mismo sentido habrá más sutiles líneas de diálogo que lejos de ser relleno están dando las claves conceptuales, en este caso acerca de la concepción religiosa que tiene el film. Una de las más significativas es cuando Farell le dice a Cage…

“Mañana por la mañana serás bautizado. Volverás a nacer”. Esta frase se cumplirá literalmente, renacerá una vez tras otra cada vez que muera y todo será gracias a un “bautizo”, la sangre de uno de los aliens que cae sobre él, la explicación al suceso. 

-El guión, de esta forma, juega de manera inteligente e ingeniosa con el tema de los viajes temporales, poniendo en boca de un personaje inconsciente de lo que ocurrirá presagios sobre el porvenir, de forma plenamente coherente con el fondo de la película y su propia temática.

-En su primer “renacimiento” Cage, en su extrañeza, preguntará por el día en el que están y Paxton le dirá literalmente, “¿Para usted? El día del juicio final”. Poco después un soldado que se cruza con Cage le saludará al grito de “Bienvenido al infierno, amigo”… Todo esto no son más que sutiles cebos indicativos de la idea mencionada, la vinculación religiosa de la cinta, de la que se hacen continuas pero sutiles referencias que con seguridad pasarán desapercibidas para muchos.

-Teniendo esto en cuenta, que la escuadra en la que incluyen a Cage sea la “J” puede dar a simpáticas lecturas. “J” de Jesucristo, por ejemplo, no en balde Cage no para de sacrificarse por todos y en el clímax será dicha escuadra la que asumirá el sacrificio por la humanidad.

-La idea de elegido y de resurrección, vinculados a Cage, es un nuevo indicativo y ejemplo de todo lo expuesto.

-Por supuesto la redención llegará para el personaje, una redención que puede ser concluida en sacrificio o en logro de los objetivos buscados, unos objetivos que en muchos casos no tenía al principio de su viaje. Un premio. Su premio será Rita, fin de un tránsito religioso en el que será su luz, una vez superado su conflicto, una vez madurado y sacrificado, como escenifican los ojos empañados de Cage y su sonrisa.

 

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