Las elipsis se irán marcando con sucesos o a través de
líneas de diálogo que explicarán las evoluciones de los personajes, por ejemplo
con la hermana de Jiro, de la que sabremos que quiere estudiar medicina y
posteriormente conoceremos que ya es doctora… Saltaremos dos años también desde el
terremoto a un Tokio que se recupera de la tragedia lentamente.
La última película de Miyazaki tiene una narración
impresionista, pequeñas anécdotas, momentos, escenas, estampas, que van
brincando constantemente sin definir una narración precisa, llevando al
protagonista de un lugar a otro, una película en exceso saltarina. Una cinta
indefinida, como el viento.
La película también resulta excesivamente reiterativa en los sucesivos
proyectos aeronáuticos y se alarga en exceso, sobra algo de metraje. Un foco
algo disperso, poco concreto.
Mi personaje favorito de la película es el eternamente mal
encarado Kurokawa, un “meritócrata” mourinhista, exigente y duro, pero será el
que siempre estará al lado del protagonista para valorarle como merece, hacerle
progresar e incluso ayudarle en su vida personal, siendo padrino de su boda y
propiciando la misma. Será la pieza clave en la vida profesional y personal de
Jiro. El momento de su emoción en la boda es tan tierno y entrañable como
cómico. Kurokawa es pura formalidad.
Los jefes de Jiro serán “meritócratas”.
La boda de Jiro y Nahoko así como los días que la pareja
pasará juntos serán de una gran belleza y una sensibilidad exquisita. Esta
relación está marcada por la fatalidad, un amor fatalista, sólo hace falta
recordar como su primer encuentro queda marcado por el terremoto y como su
relación en el hotel supone la antesala de la tuberculosis y la guerra. Estos
breves momentos juntos serán disfrutados al máximo, momentos llenos de ternura…
que no renunciarán a la pasión, como en la sutil noche de bodas.
La escena en la que Nahoko se duerme agarrada a la mano de
Jiro mientras éste trabaja y fuma o cuando la bella chica tapa a su cansado
marido para dormir juntos, son instantes enternecedores, romanticismo tierno.
Trenes. El viento.
Los trenes son un elemento muy socorrido por parte del
director, ya analicé su uso en “El viaje de Chihiro” (2001), una de las cintas
más indiscutibles de Miyazaki. Aquí tendrán un uso similar, aunque mucho menos
conseguido.
Los trenes y el viento serán los elementos simbólicos y
poéticos para definir la vida de Jiro, los que irán marcando el destino. Los
trenes aparecerán de forma constante en la película, no sólo como elemento
funcional que posibilita el desplazamiento del personaje, sino como elemento
simbólico, llevándole a su destino, a su sueño y a su amor. El viento se sumará
a esto para centrarse sobre todo en el aspecto amoroso, será el viento el que
haga volar el sombrero de Jiro en el primer encuentro de la pareja, del mismo
modo que el viento será el que haga volar la sombrilla que posibilite el
reencuentro. El viento también será clave para que los aviones de papel que
lanza Jiro alcancen su objetivo en la terraza de la joven… El viento, clave en
la aeronáutica también y uno de los grandes símbolos y elementos utilizados en
el cine del gran Miyazaki.
“El viento se levanta. Hay que intentar vivir”.
Todo esto tiene un carácter claramente espiritual, que
acerca a los personajes tanto a Dios como a la naturaleza, conceptos que
parecen íntimamente ligados en el cineasta.
-El primer tren que vimos fue en el sueño donde se nos
presenta a Caproni, representando el destino a seguir para conseguir un objetivo. Acto
seguido y tras una elipsis temporal veremos a Jiro más crecido, universitario,
en otro tren, esta vez fuera de un sueño. Será el tren que lo vinculará a la
que será su amor y su esposa, de nuevo el destino marcando su vida y
simbolizado por el tren. Un objeto, el sombrero, también unirá a la pareja, de
hecho los objetos serán también vinculadores, utilizados por el destino para
unir a la pareja. Ahora es el sombrero, posteriormente serán una sombrilla o
los aviones de papel que Jiro lanza a Nahoko.
El sombrero y la sombrilla no serán los únicos objetos
importantes, una regla o una camisa también serán elementos con los que se
jugará y que vincularán a Jiro y Nahoko. Ella devolverá dichos objetos en una
insinuación del futuro encuentro. Los cigarrillos también será significativos,
los personajes fumarán como carreteros.
Hay muchos títulos anteriores de la filmografía de Miyazaki
que vendrán a la cabeza, ya sea por algún elemento estético fugaz o de la trama
a nivel general. Esos aviones de papel nos traen “El viaje de Chihiro” (2001) a
la mente, el carácter más realista y su apuesta decidida por el mundo
aeronáutico como parte esencial de la historia, tema siempre presente en el
director, nos remiten y acercan a la cinta que más se parece a la que nos
ocupa, la fordiana “Porco Rosso” (1992). “El castillo ambulante” (2004) o la
más fallida “Nausicaä del valle del viento” (1984) también se recuerdan de
alguna forma…
-El terremoto de Kanto frenará el tren donde se conocen
Nahoko y Jiro, si el tren es símbolo del destino esa interrupción suponte un
parón en el mismo, este aspecto confirma el carácter simbólico mencionado, ya que
efectivamente la relación de Nahoko y Jiro se interrumpirá en ese momento, así
como su historia de amor hasta que el destino vuelva a unirlos… a través del viento.
“Todo llega”.
-Otro tren llevará a Jiro a Nagoya, a trabajar para
Mitsubishi. Un tranvía llevará a Jiro a otro momento descriptivo de su
personalidad, su generosidad con dos niños que esperan a altas horas de la
noche a sus padres, poco antes de que otro tren aparezca en lo alto de un
puente anunciando su pronta marcha a Alemania. En la siguiente escena otro tren
llevará, de hecho, a Jiro a la fábrica alemana.
-Amigo: Porque la pista está al lado de la fábrica.
-Otro tren, ahora de nuevo en un sueño, en primera instancia
en un paraje invernal donde asistirá a la destrucción de un avión japonés, pero que
ya no le desvelará, y en segunda instancia con un nuevo encuentro con Caproni,
que indagará en la pasión y determinación de Jiro para seguir su sueño. Caproni
impulsará el ideal de Jiro, de nuevo, en un sueño donde habla de aprovechar la
creatividad y en el que veremos distintas banderas al tiempo que habla de la
pobreza italiana sin que ello suponga un límite para él. Una vez más un sueño
inspirador.
“¿Qué me dices, el viento se levanta aún?”.
-Tras una exitosa prueba con el avión de Jiro, un nuevo tren
aparecerá para llevar a nuestro protagonista a su destino personal, con Nahoko,
justo para que se vuelvan a encontrar mientras él pasea y ella pinta.
Miyazaki juega con los silencios de forma magistral,
instantes que subliman su poesía, los usará en muchas ocasiones, dejando que
los gestos y la imagen lo diga todo, como en la separación de Jiro y Nahoko tras el terremoto una
vez el chico las deja a salvo, por ejemplo.
Uno de los mejores ejemplos del manejo del silencio lo tenemos
en esa escena mencionada en la que Nahoko arropa a Jiro y se acurruca junto a
él para dormir, no se puede decir más con menos. Los vínculos invisibles a
través de los silencios, a través de los gestos.
-Jiro se verá obligado a trabajar en secreto, ya que es
buscado por revolucionario. En esta parte asistiremos a una de las secuencias más bellas de la
cinta. El viaje fugaz de Jiro para ver a su amor, convaleciente por su
enfermedad. Habrá estampas realmente hermosas, como cuando vemos a Jiro
viajando, en tren por supuesto, y sus lágrimas caen en los folios sobre los que
trabaja. El encuentro de la pareja es muy sutil y emocionante.
-El tren también se relacionará con Nahoko, se verá uno
antes de su salida del sanatorio donde se trata su tuberculosis, la llevará a
su encuentro con Jiro, a su casamiento, y tras pasar un tiempo con él regresará
en otro al mismo sanatorio…
Naturaleza.
La mayor parte de las claves de Miyazaki, como he comentado,
aparecen en la cinta, pero algunas de una forma mucho más tangencial,
minimizada o indirecta, secundarias en importancia. Por ejemplo el tema de la
naturaleza, que si bien no tiene la importancia conceptual que tiene en otras obras, será significativa en todo momento, no sólo a nivel estético, ya que enmarcará a los
personajes y su historia siempre, acentuando y dando mayor sentido a su
carácter romántico e idealista, o con el uso de los fenómenos climatológicos
con carácter simbólico, sino con pequeños detalles que resultan importantes en
la trama, como los bueyes que transportan los aviones a las pistas de despegue,
las raspas de caballa que inspirarán el diseño definitivo de Jiro o el
manantial al que Nahoko pide que Jiro llegue a ella, en un claro vínculo divino
entre naturaleza y Dios, un manantial que le concede el deseo.
Ejemplos del carácter simbólico en el uso de los fenómenos
climatológicos, la lluvia que enmarca el fracaso en la prueba del avión en la
que habían depositado tantas esperanzas antes del viaje de Jiro a Alemania.
En “El viento se levanta” apenas pasa nada, es una cinta
llena de estampas impresionistas sin carácter narrativo, reiteraciones o
anécdotas, lo que lastra un poco la agilidad de la historia. En este sentido
tenemos la parte de la trama donde aparece el huésped alemán, Castrop, un
bondadoso personaje sin incidencia en la historia. Él aportará datos y situará la
época, con Hitler y los nazis avanzando sin remisión. También fumará mucho,
como casi todos los hombres de la película, rivalizando entre cigarrillos
alemanes y los japoneses.
El último sueño se desboca en la apuesta por la alegoría y
la poesía, metales retorcidos, aviones destrozados y acumulados… el infierno de
la guerra… Ya pasó una década de creatividad y Jiro vuelve a hablar con su
admirado Caproni, que será quien anunciará y hará visible la muerte de
Nahoko, de una manera bella y sutil, como corresponde a la cinta y a Miyazaki.
Una bella muerte de sueño.
El dibujo tradicional, la dirección de Miyazaki, la
excelente música de Joe Hisaishi… todo es excepcional y subraya todas las
virtudes comentadas.
“El viento se levanta” es una película adulta de amor y
pasión puras, de amor y pasión por los sueños, las ideas y la pareja… Una
película muy hermosa, algo difusa en su saltar y en su foco, en su dispersión,
en su falta de cohesión, carente de cierta garra emocional, que resulta
excesivamente larga, un metraje demasiado estirado producto de numerosas
reiteraciones en la trama, pero que complace finalmente. Miyazaki se despide
con una cinta bella, poética, delicada, elegante, que habla del amor y del
dolor, de la vida y de la muerte, de los sueños y la lucha por conseguirlos, de
la transformación, la madurez y el cambio, de la educación en las relaciones
humanas, que demuestra una vez más que el cinismo está en las antípodas de su
sensibilidad y su forma de ser... Una obra romántica, triste, adulta, sutil y
hermosa que deja la sonrisa cómplice y cálida en el rostro del espectador al
final de su metraje. Una película que vuelve a hacer palpable lo invisible, a
transmitir lo que no se ve.
Dedicada a Menuda Reina, amante de Miyazaki y con una sensibilidad aún más auténtica que él.
Gracias por traer esta peli.
ResponderEliminarQue me encanta Miyazaki no es un secreto. Aunq esta no sea uno de sus totems, como bien dices la cinta contiene pequeñas (bellas) dosis de su talento.
Resulta conmovedor este análisis por ser el q estudia su última obra, como tú, siento q sea la última q vayamos a ver pero también es cierto que su legado es ya imperecedero: Totoro (q delicia…), Chihiro (a la q tgo tanto cariño por detalles significativos para mí), El Castillo Ambulante, La Princesa Mononoke…su filmografía, en fin, con títulos menores pero cuajados de pequeños destellos de su talento.
Quizá retirarse cuando eres consciente de que tu plenitud se aleja es duro, pero lo mejor que se puede hacer.
La sensibilidad que nos deja este genio ahí queda. Para disfrutarla una y otra vez. Ese es el legado.
Gracias de nuevo por tu dedicatoria y tus palabras. Haces bueno lo que miras. Porque tu bondad lo cambia todo para bien.
Un beso. Eres grande, chico con alas.
TOTORO será un reto, una de mis favoritas! Nausicaa es posible que caiga tambien, pero en el lado negativo de su filmografía jaja. Me alegra que hayas disfrutado con el análisis y que compartas esa sensibilidad.
EliminarLo bueno es que me quedan muchas suyas por analizar jajaja.
Un beso Reina!!
Tengo muchas ganas de verla: me enamoré de Miyazaki gracias a películas como Porco Rosso. Una maravilla. Una maravilla verte escribir, Sambo.
ResponderEliminarMuchísimas gracias Alex, me honras con tus palabras. Estoy seguro que disfrutarás con ella en muchos momentos. Un abrazo fuerte.
EliminarPd. Adoro Porco Rosso!!
Excelente análisis. Enhorabuena.
ResponderEliminarNada que añadir, puesto que ya se ha dicho todo. Únicamente subrayar la excelencia de la animación, la brillantez de las escenas oníricas y de las escenas de vuelo (nadie jamás ha realizado escenas de vuelo como las de Miyazaki, cosa que debe de tener su dificultad) y la habilidad para sugerir más que mostar los sentimientos de los personajes.
Lo peor, sin duda, la debilidad argumental, que es el gran talón de aquiles del anime en general (salvo alguna honrosa excepción). Por lo que leí, en esta película no tenían un guión cerrado, sino una serie de escenas para desarrollar, que luego iban enlazando sobre la marcha. Y lo cierto es que en el resultado final se nota.
En cuanto a la presencia de los trenes en la filmografía de Miyazaki, la verdad es que los trenes están omnipresentes en toda la filmografía japonesa de todas la épocas, tanto de anime como de imagen real. Supongo que es un medio de transporte muy popular allí.
Por último, habéis destacado la presencia del viento como elemento que aparece siempre en los momentos clave de la película, cosa que es verdad. Pero se me estaba ocurriendo que puede haber otra referencia implícita: al fin y al cabo, los cazas Zero fueron los más utilizados en ataque suicidas o "kamikaze" durante la segunda guerra mundial. Y "kamikaze", en japonés, no quiere decir otra cosa que "viento divino". Dado que la película trata de la vida del diseñador de los Zero, no creo que esta referencia al viento haya dejado de ser tenida en cuenta por Miyazaki.
Muchísimas gracias JCRR. Tu aporte es magnífico, muy acertada tu apreciación sobre las lagunas narrativas, si lo que comentas es verdad puede estar ahí gran parte de la explicación.
EliminarTu idea sobre el viento y la palabra kamikace es excelente y una reflexión que me ha gustado mucho.
Muchas gracias de nuevo.
Leído! genial una vez mas!
ResponderEliminarConcuerdo contigo en lo de Kurokawa un “meritócrata” mourinhista, jajajaja que gracia me ha hecho esto!! Es uno de los personajes que mas me gusta, él y su mujer, encantadores...
En esta cinta hay tres bases importantes... los viajes en tren constantes, los sueños y ,como no, el viento... Estos tres elementos hacen mover el mundo.
Gracias por especificar cada detalle de la cinta, cuando lees alguno que se me ha escapado, pienso: es verdad! jeje
Solo hay , para mi, una frase que resuma esta película...." los sueños se cumplen!" y yo soy mucho de soñar.. :)
Hasta la próxima, chikitillo!
Jajajaja qué bueno que también te gustara Kurokawa. A que es un mourinhista total!!!!???
EliminarEso que comentas es mi mayor objetivo, ese "pues es verdad". Me encanta!!! Muchas gracias.
Pd. Claro que se cumplen!!