Tremendamente decepcionante y floja película de propaganda,
de esas que dan mala fama a este tipo de cintas a pesar de que el reparto es
excelente. Una cinta sin apenas historia, alargada de forma innecesaria, de
progresión dramática insustancial y casi nula y personajes planos y vacíos,
meros estereotipos. Además su tono es fallido e inconsistente, pasando de la
aventura y la comedia a la tragedia brusca sin medida y tacto.
“Los puentes de Toko-Ri” reivindica a los héroes de la
Guerra de Corea recreando un asalto casi suicida a los puentes de Toko-Ri.
Harry Brubaker (William Holden) será uno de los encargados de llevar a cabo
este arriesgado pero vital ataque, presenciaremos cómo vive el día antes de la misión junto a los suyos y la ejecución de la misma.
Mark Robson es más que un competente artesano con muchos
interesantes, buenos o magníficos títulos en su haber, por ejemplo en el terror
con “La séptima víctima” (1943), “La isla de la muerte” (1945) o “Bedlam,
hospital psiquiátrico” (1946). Con “El ídolo de barro” (1949) alcanzó una de
sus cimas artísticas, una de sus obras maestras, ambientada en el mundo del
boxeo, junto a “Más dura será la caída” (1956) con Humphrey Bogart, también
ambientada en el mundo del boxeo… Por supuesto no podemos olvidar otra de sus
joyas indispensables englobada en el cine de suspense, la maravillosamente
hitchcockiana “El premio” (1963), que alargó una pequeña alianza con Paul Newman
con el que rodó junto a su mujer, Joanne Woodward, “Desde la terraza” en 1960.
Estos son algunos de sus títulos más notables, pero tiene otros muchos realmente
apreciables.
Entrando en la cinta que nos ocupa, en su inicio tenemos
algunos de los mejores momentos del metraje, con un Robson mostrando
magistralmente el protocolo militar de la marina para el despegue y aterrizaje
de aviones en sus portaviones, su metodología, planos excelsos que nos hacen
sentir que estamos más en un documental que en una obra dramática. Esto que es una
virtud en esta escena, acaba siendo uno de los grandes defectos, ya que “Los
puentes de Toko-Ri” carece casi por completo de historia y narración y tiene
sus puntos fuertes en este inicio y en el clímax final, con una parte central que
engloba la práctica totalidad de la cinta donde la digresión y la falta de
desarrollo es la nota predominante.
Tras la primera secuencia, que está muy bien y donde se presenta
a los personajes con un tono que va de la aventura a la comedia con estilo
documental, pasamos a una fase de intrascendencia plena donde se pretende
dibujar a los personajes, el conflicto interno de la mujer de Brubaker, Nacy,
interpretada por Grace Kelly en un papel que no tiene apenas nada que llevarse
a la boca, por ejemplo. La relación de amistad entre Brubaker (William Holden) el simpático
Mike (Mickey Rooney) y el resto de soldados problemáticos resulta bastante
absurda y superficial, como mencioné antes, sin relación con nada y que sólo
pretende justificar un vínculo que no acaba de convencer. Estas escenas de
comedia con Rooney están alargadas hasta la exasperación y resultan redundantes.
Como descripción de personajes resultan vulgares. Unas digresiones que se
extienden con el matrimonio protagonista y escenas como la de la piscina.
Bifurcaciones sin sentido. Alimentando una pretendida tensión en tono de
comedia, estirando los tiempos de manera gratuita e insustancial, dejando clara su falta de contenido.
La escena entre Holden y Kelly en la cama desarrolla mejor
los miedos de ambos, pero resulta esquemática, arquetípica y rígida, académica.
Llegado este punto, los previos al ataque, se hace evidente
que estamos ante una descarada y mal elaborada cinta de propaganda, falta de
cohesión y completamente dispersa.
La trama central y principal es la del ataque a los puentes,
pero tras la mención inicial no volveremos a saber de ella hasta el último
tercio, con el clímax y los momentos de tensión en soledad de Brubaker,
temeroso con razón de que esa misión suicida sea la última, de no ver más a su
familia, su mujer y sus hijos.
En los preparativos tendremos escenas notables desde el
aspecto visual, como el video en plano subjetivo que se enseña a los valerosos
pilotos. Aquí será donde Robson dedique algo de tiempo a los conflictos
psicológicos de su protagonista, aunque resultan de una evidencia y simplismo
atroz, con ataques de pánico estirados de nuevo en demasía, sólo compensados por
el buen trabajo del magnífico William Holden.
Así tenemos tres partes plenamente diferencias, la primera
con los protocolos y metodología de la
marina y la aviación, sin importancia narrativa pero visualmente excelente, una
segunda que pretende desarrollar personajes pero que resulta completamente
superflua, convencional, simplista y un tanto absurda, y la tercera con el
ataque donde Robson pone toda la carne en el asador a nivel visual.
El clímax es excelente, un ataque aéreo deslumbrante y realista que le valió a la película el Oscar a los mejores efectos especiales. Grandiosos planos de ataques aéreos y respuestas de enemigos invisibles, pasadas de los escuadrones que no pierden aviones en los primeros ataques destruyendo puentes con éxito, maravillosos planos subjetivos y la mala suerte de nuestro protagonista, que es el único alcanzado, un tanto gafe. También es brillante cuando todo se hace minimalista para la tragedia, la cobertura de los aviones protegiendo a su compañero, el intento de rescate en helicóptero de Mike (Mickey Rooney), la tragedia… Está bien tratada la idea de enemigo invisible, que sólo aparece al final… Lamentablemente el trágico final desconcierta por la indefinición en el tono de la película, no encaja bien, nunca hay sensación de fatalismo, no se acaba de mostrar ese aspecto de forma concluyente, por lo que el final resulta descafeinado y poco acertado. En realidad no es el final lo desacertado sino la indefinición del tono.
El reparto cumple como no podía ser de otra manera, Grace
Kelly y Mickey Rooney hacen lo que pueden competentemente con lo que tienen,
mientras que William Holden está muy correcto. Robson cumple en los puntos
fuertes, pero poco más puede hacer con este guión.
Una cinta que toca un conflicto bélico poco tratado en el
cine, la Guerra de Corea, pero con poco éxito viendo los resultados, aunque
sólo por ello tiene cierto interés.
A pesar de toda la crítica basura que antecede ...seguramente roja como los chinos de la película es una película magnífica por su tema y desarrollo más allá de la impecable actuación del principles actores del film sin desperdicio ...demasiado para el corto tiempo que dura la película
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