Luminoso trabajo de Philip Bardowell, seguramente el mejor
de su carrera, una obra redonda de principio a fin donde todo suena perfecto en
una producción de auténtico lujo. Las teclas, sublimes, las guitarras melódicas
y potentes y la voz de Bardowell redondean una de las grandes joyas de 2005. Un
disco que pasó desapercibido más allá del cerrado círculo del Rock melódico y
el AOR pero de una incuestionable calidad con un sonido modélico y unas
composiciones ejemplares repletas de energía y melodía.
Grandes talentos del Rock melódico y el AOR participan en
esta joya, viendo algunos de los nombres era fácil prever que este trabajo iba
a ser sobresaliente, a pesar de ser desconocido fuera del género.
Bardowell es un cantante excepcional, motivo por el que pasó
por Unruly Child en sustitución del legendario Mark Free, ahora Marcie Free,
una de las mejores voces del Rock melódico, si no la mejor, para grabar el
álbum “III” de la banda. Bardowell es un cantante cristiano y lo deja patente
en sus álbumes, Rock melódico cristiano de primera calidad, algo que se ha
sublimado en su último y reciente trabajo “To The End Of The Eart”, un disco
muy tranquilo y una alabanza a Dios. El cantante tiene cuatro trabajos en el
mercado, el primero es de 2001, llamado “In A Perfect World”, en 2005 publicó
este “In The Cut”, su mejor obra. En 2007 lanzó “Fall To Rise”, su tercer disco
y ahora en 2013 el mencionado “To The End Of The Earth”, un disco muy
espiritual.
Nacido en Jamaica ha tenido influencias de todo tipo, desde
el Pop de los Beatles, al Pop-Rock de Queen, pasando por el Hard Rock de los Led
Zeppelin, pero es en el ámbito del Hard Rock melódico, el Rock melódico y el AOR
donde ha encontrado su verdadero camino. La mejor muestra la tenemos en esta
auténtica joya. Un cantante de la onda de los Mark Free (Signal), Jimi Jamison
(Survivor), Lou Gramm (Foreigner)… Algo nada gratuito ya que muchos de estos
cantantes y sus grupos vienen a la cabeza al oír este soberbio álbum.
Resulta curioso que cuando escuché este disco sentí que había una atmósfera similar al “Loud and Clear” de los mágicos
Signal, el grupo que lideró Mark Free. Posteriormente me enteré de que lo sustituyó
en Unruly Child en 2002 y todo cobró más sentido. Lo mismo me ocurrió al oír el
maravilloso último trabajo de Jimi Jamison, "Never Too Late” (2012), un disco
que también me remitió a Signal y a este álbum que nos ocupa (Curt Coumo
participa en los dos discos, por si fuera poco). Todo joyas. Su feeling, su
sabor, su luminosidad, acaban relacionándolos de alguna forma y teniendo en
cuenta las coincidencias, no deja de tener sentido. La relación entre Jamison y
Bardowell está con Survivor, grupo que también vendrá a la cabeza al oír este
“In The Cut”, ya que Jim Peterik participa en la composición de algunos temas.
A la calidad innata de Bardowell se suman unas
colaboraciones de lujo. El cantante se ha rodeado de verdaderos talentos,
algunos de los más grandes del género participan en el disco, ya sea
en su composición o tocando algún instrumento.
Jim Peterik de Survivor, Mark Spiro, Curt Coumo (Signal,
Steve Perry…), el gran Stan Bush, Tommy Denander, que también es el guitarrista
del álbum… firman uno o más temas del disco. Compositores de primer nivel,
maestros.
Con estos mimbres nada podía salir mal, lo que sale es un
disco excepcional del mejor AOR y Rock melódico del mercado.
Philip Bardowell a las voces, Tommy Denander en las
guitarras y los teclados, Daniel Flores en la batería y Al V Dohn al bajo.
-Through My Eyes: Tremendo hit, aunque casi cualquier tema
del disco podría serlo. Inicio de balada con estrofas bellas y sensibles en la
voz de Bardowell que se enmarcan en unos ritmos relajados y Pop. Pronto
cambiará el tono pasando a un puente de puro AOR y un estribillo antológico,
largo, intenso y precioso. Un medio tiempo que ejemplifica a la perfección el
estilo. Volvemos a disfrutar de la estructura y melodía en progresión, una
melodía que crece con la canción alcanzando el punto álgido de intensidad en el
estribillo, como es lógico. Los teclados hacen una labor discreta pero
imprescindible. Estrofa intensa de melodía variada para dar paso al solo de
guitarra, nuevamente brillante con excelentes agudos. Tras un nuevo puente
encaramos el estribillo como si se presentase un gran espectáculo, la batería
se da unos segundos para ello hasta que entra Bardowell y lo ejecuta. La
cadencia y apuntes de teclados en el estribillo, decorando y rellenando todo
hueco, son claves. Coros reinician el
estribillo, que cobra la máxima intensidad conforme se acerca al final con un
Bardowell pletórico. Denander vuelve a despedir con su guitarra el tema
nuevamente. Una de las joyas del disco, con toda la esencia de Mark Spiro,
autor del tema.
-Heart Of A Hero: Guitarra melódica de riff clásico aorero
marca el tono y deja el camino abierto para Bardowell y su voz. Precioso puente,
que podría ser un estribillo de primera categoría, intenso y con una inflexión
final que es una maravilla, para dar paso al verdadero estribillo, emocionante,
vibrante y con apoyo de los coros en los inicios que impulsan la melodía del
mismo. Una vez más el punto álgido del tema resulta un éxito, largo, elaborado
e intenso. AOR puro de talento indiscutible. Teclados, guitarra y voz siguen
desgranando nuevas estrofas y el puente para llevarnos de regreso al estribillo,
que en esta ocasión desembocará en una estrofa de melodía alternativa, donde
disfrutaremos de frescos ritmos y buenos detalles de platos, que baja la
intensidad antes del solo de guitarra. Saliendo del puente volvemos al
estribillo que no nos abandonará hasta el final, con alguna improvisación vocal
cuando la melodía va cesando. Un himno clásico de Stan Bush, autor del tema,
con el punto justo de épica. Temazo.
-I Gotta Believe: En esta ocasión será el piano el que inicie
el tema, algo normal tratándose de una balada. Acompañará a Bardowell en este
suave comienzo que va creciendo según avanzamos hasta el desgarro del puente y
el estribillo, adornado con coros ambientales. Una balada AOR más que decente.
Los suaves ritmos retornan a la melodía, el piano sigue presente aunque la
guitarra va cobrando protagonismo, dejando sutiles pinceladas mientras el tema
vuelve a crecer en intensidad. Bardowell dota a la canción de una gran pasión,
especialmente en el puente. El estribillo tiene inflexiones más dulces que
comparten protagonismo con las más intensas. Solo de guitarra de comienzo sutil
que se acaba expandiendo con gran sentimiento. Sencillo. El estribillo vuelve a
erigirse en protagonista en la parte final, donde todo es más intenso. Unas
bonitas notas de piano nos despedirán de la bella canción. Otro tema compuesto
por Stan Bush.
-She Will Never Know: La voz de Bardowell se anticipa a
cualquier otra cosa definiendo por completo la melodía, otro tema excepcional.
El acompañamiento, con la guitarra y la batería con su cadencia, van dibujando
un melancólico medio tiempo de Rock melódico. El puente tendrá una voz doblada
que subraya la principal, en un excelente detalle, y da paso al estribillo, suave
y nostálgico, que parece definir en su melodía y tono a la perfección la
decepción, en este caso amorosa. Diálogo de voz principal y coros le dan forma,
muy bueno. La guitarra distorsionada deja pequeños apuntes otoñales, como el
teclado, mientras las estrofas siguen cayendo y avanzando inexorables hacia la
repetición del estribillo. Las teclas son como gotas intermitentes en un día
triste, como hojas cayendo, preciosos arreglos. La guitarra de acompañamiento
se mantendrá constate durante todo el tema y servirá de apoyo a la guitarra
solista que pinta el solo, distorsionada, muy desnuda. Detalles de coros también
lo adornan. De lo instrumental caemos en el puente y tras una espera tensa en
el estribillo, que se hace más intenso en la voz de Bardowell, improvisando y
alargando las notas. El final, como anochecer de otoño, se va desvaneciendo
instrumentalmente, con detalles de coros distraídos y una guitarra solista
blusera. Nostálgico y melancólico tema muy conseguido, aunque algo más soso.
-Never Too Late For Love: Sugerente inicio con una solitaria
guitarra, aguda e incisiva, que rompe la melodía y teclados decorando hasta que
todo se aclara, la melodía se define y la batería aparece para acompañar la voz
de Bardowell. La guitarra aparece tímidamente, haciéndose presente y
constante, pero sin querer llamar la atención, es el piano el que lleva el peso
del acompañamiento mientras la voz principal nos guía. El sonido se endurece,
la guitarra pierde la vergüenza y pide a Bardowell que la siga en su recién
adquirida intensidad, sin que los teclados vayan a la zaga. El puente deja
aportes breves de una guitarra solista y vuelve a aumentar la energía para
entrar a gusto en el estribillo, que es una gozada, de los más brillantes del
disco. Pura energía rockero melódica. Una obra de arte que define un estilo y
sus estribillos. Todos los elementos clásicos expuestos y ejecutados a la
perfección, una melodía sensacional, teclados perfectos, una guitarra
acompañando poderosamente, coros intensos dialogando con la voz principal y
largas estrofas para nuestro deleite. AOR clásico atemporal. La guitarra
solista actúa de impulso entre estrofas para hacerlas más intensas, así
recorreremos la melodía para volver al estribillo. La estructura del estribillo
es inversa, comienza potente para descender en intensidad. La estrofa
intercalada de melodía variada es una auténtica maravilla y dará paso al solo
de Denander, que es excelente. Así se repetirán puente y estribillo para llegar
de la mejor manera posible al clímax. Variaciones e improvisaciones dejarán
escapar esta joya finalmente. Otra maravilla.
-It’s A Long Road: Lentísimo inicio en forma de balada,
sutiles guitarras la despiertan y un piano decora la voz de Bardowell. La
progresión también es discreta y sutil, con la entrada de los platos en la
percusión según avanzamos por las estrofas. La melodía es sencilla, emotiva y
bonita. Un breve arranque guitarrero fuerza a Bardowell a intensificar su voz, la
batería también entrará, intermitente, con fuerza, aunque el piano seguirá
siendo la base predominante en el puente y se dejará la puerta abierta a un
intensísimo estribillo de sentimentalidad desbordada, donde la balada se
convierte en un AOR de exacerbado sentimiento. El regreso a las estrofas vuelve
a ser lento pero con ligeros matices, la sutil percusión tiene más protagonismo
y el bajo se hace notar de manera clara marcando el ritmo. Según avanzamos la
batería, con su caja, cogerá fluidez y la balada pasará a ser medio tiempo. El
juego del “charlie” es magnífico. El puente, que acentúa aún más los ritmos de
percusión, nos vuelve a elevar la emoción justo antes de derretirnos y rendirnos
con el excepcional estribillo. Sutiles coros aparecen como prueba de la
maestría en los arreglos de esta gente del AOR. Solo de Denander en su habitual
estilo y regreso al estribillo que nos llevará al final. El trabajo de los
teclados rellenando la emotiva melodía y a la vez haciendo un ligero contraste
en su intensidad es perfecto. La parte final también será para la guitarra de
Denander, que remata esta preciosa joya.
-One Day In January: Bucólico inicio, como un amanecer en un
día navideño. Una guitarra nostálgica y desnuda, teclados ocasionales poniendo
notas de melancolía, voz decorada con leves ecos, una atmósfera casi onírica para el comienzo. El estribillo es sencillo en cuanto a letra, una simple frase,
pero logra transmitir toda la resignación y el desgarro de un recuerdo triste. Una preciosidad, ciertamente. El ritmo se hace más marcado pero la atmósfera
mantiene sus constantes, con la guitarra salpicando de notas la melodía y las
teclas cayendo como lágrimas ocasionales. Una canción sobre la empatía y el
amor. El segundo estribillo dará paso al solo de guitarra de tintes bluseros,
acorde con la atmósfera y tono del tema. Muy bueno también. Estrofa más ligera,
pero igualmente intensa, de transición con coros en forma de eco que da a un
nuevo estribillo, al que se añaden más de los mencionados coros. Las notas de piano
son muy conmovedoras, si se presta atención. Bardowell forzará su voz mostrando
todo el desgarro posible en esta parte final. Sencillo, bello y nostálgico
tema, muy conmovedor.
-Dreamin’ With My Eyes Wide Open: Suave Rock melódico donde
el piano lleva las riendas hasta que entra la voz de Bardowell. La guitarra
acompaña y el melódico piano se hace más rítmico. El puente es parte de la
segunda estrofa y da paso al estribillo, que para variar es una auténtica joya.
AOR puro, clásico, inspirado y con clase a raudales. Su estructura es clásica,
frase con el título del tema, coros apoyando de fondo, estrofa que desarrolla la
rima, repetición de la frase inicial y estrofa de conclusión. Rockeras estrofas
donde destacan los apuntes de piano, contrastando melódicamente el ritmo
rockero, y retorno al estribillo. Estrofa de transición, un puente que enlaza
con el solo de guitarra. Nueva estrofa de enlace que anticipa un nuevo
estribillo donde se acentúan y varían los coros y la línea vocal principal
para hacerlo más intenso, como conviene
al clímax, donde aparecerá nuevamente la guitarra solista haciendo armonías. Un
gran tema de Rock melódico, realmente destacado.
-Voices Of The Heart: El final del disco deja otro tema
extraordinario, una balada de inicio a piano compuesta por el gran Jim Peterik,
clásica de su estilo, en onda Survivor total y que bien podría estar en uno de
sus álbumes o en su proyecto “Pride of Lions”. Estribillo de comienzo lento que
rompe intensamente para lucimiento de Bardowell, otro estribillo redondo. La
épica de los Survivor en este tipo de temas muy presente. El piano sigue siendo
clave en las transiciones y acompañando las suaves pero intensas estrofas. La
batería entra sutil según avanzamos por las mismas. Estribillo más potente, con
alguna guitarra eléctrica de fondo, que va creciendo de forma desgarradora, un
llanto desconsolado. Solo de guitarra con apuntes vocales de Bardowell por
encima que crean un excelente momento. En el clímax el estribillo acogerá de
forma sublime unos coros portentosos, máxima intensidad y sentimiento, sacando
todo el partido posible al tema. La triste despedida vendrá guiada por el
llanto del piano. Preciosa balada.
Una atmósfera inigualable, un vocalista excepcional, unos
temas ejemplares, sentimiento, luminosidad, pasión, melodías perfectas y una
calidad musical e instrumental fuera de toda duda. Delicatesen del género
desconocida pero de primer nivel. Otra obligada visita y recomendación.
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