La cita con Olivia Wilde no acaba de la mejor forma. Todo va
bien, hay complicidad, pero cuando empiezan los besos y ella habla de
compromisos la cosa se frustra. Lo cierto es que Theodore se comporta con mucha
corrección, y aunque ella lo defina como raro la realidad es que es su
comportamiento el que resulta más extraño. También corregirá la forma de besar
de él, con menos lengua. En la cinta veremos de nuevo flashes de la relación de
Theodore con su mujer. Al verse en una cita es un recuerdo recurrente.
“Eres un tipo muy raro”.
Las canciones que compone Samantha para expresarse, para
expresar lo que siente en cada momento, capturarlo, son hermosos detalles de la
poesía de Jonze. El momento en la playa es soberbio. Tras la reconciliación
Samantha compondrá otra canción, una canción que pretende ser una fotografía de
ambos, capturar ese instante juntos.
Parece insinuarse un triángulo amoroso entre Amy, al dejar a
su marido, Theodore y Samantha, pero Jonze no cae en el tópico y huye de eso
enseguida. Una simple mención de Samantha a ciertos celos, pero el desarrollo
posterior hará evolucionar el amor de Samantha y Theodore y la amistad sin matices
sentimentales ni coartadas románticas de Amy y nuestro protagonista.
La conversación que mantienen Theodore, Samantha y una niña
en una fiesta pone el dedo en la llaga de la falta de cuerpo del Sistema
Operativo, va aumentando en ella la desazón.
Una escena importante y obligada es la que reúne a Theodore
con su mujer para firmar el divorcio. Aquí Jonze vuelve a hacer gala de su
talento minimalista, logrando mostrar el dolor y el desgarro con una simple
firma. Poderío y sutileza visual. Por supuesto tendremos nuevos flashes con
recuerdos de Theodore, unos placenteros, otros dolorosos, estampas románticas,
en lo que es un magnífico recurso para conocer las interioridades de un
personaje, lo que se esconde detrás de los formalismos sociales, las fachadas,
las apariencias o las caretas del disimulo.
Esta escena provocará otro cambio en Theodore, que como he
comentado es influenciable, al poner Catherine el dedo en la llaga del temor
oculto de él, que se considere raro, que no se acepte bien esa relación
peculiar… Que se esté evadiendo de la realidad.
-Catherine: Me entristece que no puedas sentir emociones
reales.
-Theodore: ¡Son emociones reales!
Catherine parece actuar dolida por la reivindicación que Theodore hace de Samantha,
por lo que le apretará las clavijas, reprochándole su situación y forma de ver
las cosas, es la única persona en toda la cinta que mira con reticencia su
relación con un Sistema Operativo. Esto es lo que hará tambalear la recién
adquirida seguridad de Theodore. Catherine con esto obliga a la reflexión a
nuestro protagonista, desarrollando la tesis de la cinta, el conflicto
realidad/ficción. ¿Emociones reales o evasión de una realidad para evitar
complicaciones?
A partir de aquí Theodore se cuestionará su relación y se
mostrará menos romántico, ya comentó antes que no sentía igual las cartas que escribe a
otros desde que se separó, ahora se lo manifestará a su compañero
Paul (Chris Pratt) y su novia (Laura Kai Chen) después de concertar una cita
para 4. Es muy simpática la naturalidad con la que la otra pareja se toma la
noticia de que Theodore salga con un Sistema Operativo. También a partir de
aquí le veremos con un vestuario más sobrio, de colores más neutros y apagados.
Los complejos y miedos de Theodore saliendo a la luz.
“Sólo son cartas de otras personas”.
Samantha irá un paso más allá en su complejo, proponiendo a
Theodore una difícil solución, una modelo de cuerpo que simularía el suyo.
La chica pone el cuerpo y Samantha la conciencia… De nuevo lo físico para
complicarlo todo. Esto se planteará en una nueva conversación nocturna en la
cama. La cosa saldrá mal, decir te amo a la cara de una desconocida, que ni
siquiera es creación de tu imaginación, es complejo y desconcertante. Es la
idea que relaciona nuestro interior y nuestro exterior. Theodore sabe que se lo
estaría diciendo a Samanatha, como tantas veces, pero ese físico no es suyo y
además, aunque se anule, esa chica tiene su propia personalidad.
La ruptura, breve, de Theodore y Samantha está muy bien
rodada por Jonze, con bonitas metáforas visuales, planos dispersos, que parecen
divagar, como la mirada perdida de Theodore, que se centran en una alcantarilla
(tirando por tierra la relación); o en una chica que se aleja
(como ocurre con la decisión de Theodore); la mirada al alto edificio (marcando
la lejanía en el momento de la ruptura); el picado que sobrevuela la ciudad de
forma desoladora; la pantalla gigante con un ave que parece cazar a Theodore
(atrapado en su inseguridad)… Todo ello genera en Samantha un agudo conflicto
interno al sentirse rechazada y cuestionada en su misma esencia.
-Amy: ¿Acaso no es una relación de verdad?
-Theodore: No lo sé, ¿tú qué piensas?
-Amy: No lo sé, no estoy en ella.
Con esa conclusión Amy da una clave esencial, el único que
es capaz de saber lo que verdaderamente siente es él, nadie más, nadie más
puede cuestionarle o contradecirle, nadie más puede saberlo. Debo decir que
quiero una amiga como Amy.
En la escena de la reconciliación en la escalera tenemos otro pequeño simbolismo, un basurero limpiando la calle, como hacen los dos con su
relación. Gigantesco Joaquin Phoenix, un papel tremendamente complejo.
“Cuando te fuiste hoy pensé mucho. Sobre ti y cómo me
estabas tratando y pensé “¿por qué te amo?”. Y entonces sentí que todo a lo que
me aferraba desaparecía y me di cuenta de que no tenía una razón, de que no la
necesitaba. Confío en mí misma y en mis sentimientos. No voy a tratar de ser
algo más de lo que soy. Espero que puedas aceptar eso.”
Es bella la imagen de ese avión en picado visto en
contrapicado.
La cita con Paul y su novia dejará nuevas reflexiones y
supondrá el inicio del giro en la personalidad de Samantha. La aceptación de lo
que es la lleva en una dirección distinta y a otro ritmo que Theodore, en un
eco magnífico de una frase que pronunció el propio Theodore referida a su
relación con su mujer. La corporeidad, la mortalidad, la aceptación de uno
mismo y las diferencias con respecto al resto son elementos que está escena
plantea para la reflexión.
Preciosa y nostálgica, en ese tono tan de Jonze, es la
canción que enmarca los momentos en la nieve de Samantha y Theodore, lugar
donde la relación mostrará fisuras por parte de Samantha. Celos, inquietud, un
nuevo confidente… la pareja creciendo a ritmos distintos por su distinta
naturaleza y facultades.
La escena donde Samantha confiesa estar enamorada de otras
641personas es desoladora para Theodore. Vemos en ese momento la nueva realidad
en la que nos movemos, la inseguridad que también nos generan las nuevas
tecnologías, lo difícil que hacen la fidelidad, la lealtad, la sinceridad, la confianza…
Personas pegadas a máquinas subiendo la escalera donde Theodore habla con su
pareja, relacionándose con ellas, ajenas al resto… quizá relacionándose con la propia
Samantha…
Es maravillosa la labor de Phoenix aquí también, el miedo
a preguntar que transmite, la desolación ante la contestación que recibe…
El libro de cartas que le publican a Theodore por mediación
de Samantha, “Cartas desde tu vida”, también resulta simbólico. Es un libro de
papel, auténtico, como los de antes, distinto a lo que ahora se maneja, e implica
de alguna forma un punto culminante en la evolución de Theodore en busca de sí
mismo. También de su relación con Samantha, que llega en ese momento a su fin.
La ducha que se da Theodore en esta parte final es una ducha
purificadora, obligada para emprender el último ascenso en su madurez y
evolución. Habrá más metáforas visuales, bellas. Además de los omnipresentes
ascensores, que también veremos en esta parte con su simbolismo habitual,
tendremos un magnífico plano en el momento de la despedida, con Theodore
tumbado con Samantha en la cama y el polvo inconexo flotando. Es la fragilidad
de las relaciones, la invisible conexión que nos une y nos separa sin que
podamos entenderlo.
Lo que más me fascina de la película es su autenticidad, su
sinceridad. Las conversaciones de la pareja desprenden eso en su amor sincero,
no se mienten ni manipulan ni engañan. Como mucho callan en alguna ocasión, pero
siempre dirán la verdad finalmente.
-Theodore: Jamás he amado a nadie como te he amado a ti.
La sonrisa de Theodore en la despedida aliviará el dolor, es
la sonrisa de la comprensión y el vínculo más íntimo de todos, el de nosotros
con nuestros sentimientos. La carta a su mujer supone el final del trayecto,
una carta propia, ya no es de otros, donde por fin ha superado los lastres que
le sumían en la apatía, gracias a Samantha… y Amy.
Fin a ese camino de transición que cierra mientras sube con
Amy por más escaleras hacia la azotea del edificio. Esto será en un montaje
paralelo, vinculando ambos actos simbólicos, llegando al fin en su madurez. El
silencio, sus miradas, la complicidad.
“Siempre te amaré porque crecimos juntos, porque me ayudaste
a ser quien soy”.
“Siempre habrá una parte de ti dentro de mí. Y estoy agradecido
por eso.”
Jonze dedica su obra, entre otros, a James Gandolfini, el
inolvidable Tony Soprano de Los Soprano, fallecido el año pasado.
Joaquin Phoenix está sublime, un actor capaz de cualquier
cosa. Uno de los grandes talentos actuales.
Sensible, íntimo, romántico, sentido, desgarrador, sutil, matizado.
Sencillamente perfecto, es difícil que no te conmueva su trabajo y la cinta.
Por su parte la voz de Scarlett Johansson no puede ser más sugerente, sexy,
íntima, acogedora, sus susurros, sus inflexiones, los momentos donde se le
quiebra la voz, dotan al personaje de absolutamente todo para enamorarte y
emocionarte... y sin cuerpo… como las telenovelas de la radio de antaño. Te
enamorarás de ella incondicionalmente, de su voz. Además nos canta una hermosa canción.
La poética de Jonze es nostálgica, tierna, entrañable,
extraña, romántica, dura en ocasiones, pero siempre matizada por los elementos
anteriores, siempre esperanzada. Aquí logra su mejor película, repleta de
matices, la perfecta muestra de su agridulce y nostálgica poética y
sensibilidad.
Una fusión estilística perfecta donde la imagen y el sonido
actúan de envolvente, hipnótico y coherente apoyo al trasfondo conceptual. La
música de Arcade Fire es importante en todo esto. Una joya, una obra maestra
sobre el amor puro, sincero y auténtico aunque, quizá, caduco.
BRAVO!!
ResponderEliminarComplicidad. La intimidad más grande que dos pueden tener (y seguir siendo dos) porque llega al alma que es la que nos configura. Nuestro yo más íntimo. Y que, al fin y al cabo, es incorpórea.
Y la exclusividad de ese sentimiento, o su contrario, lo que hace que una relación perdure o se diluya. O se rompa abruptamente.
Crecer a dos ritmos distintos. Ese es el otro gran desafío.
Una peli con planteamientos profundos. Sí señor.
Y lo único q no me gusta de Joaquin Phoenix es el bigote (comentario frívolo por quitar trascendencia al asunto…)
Gracias Sensei. Un análisis precioso y preciosista. Increiblemente (de hecho de increible, nada) dulce, sensato y sentido.
Ah…espero que encuentres una amiga como Amy.
:-)
Un gran abrazo
Eso tan bonito y tan doloroso... Si te compartes a ti mismo y te rompen es duro, aunque mientras ocurre es mágico.
EliminarUn bigote que no es muy futurista jajaja
Tengo alguna buena amiga así, por ejemplo tú!
Un abrazo y muchas gracias. Me alegro de que te gustase.
Esta historia de amor que en la cinta se refleja no esta tan lejos de la realidad. Me refiero a que, por ejemplo, en Twitter hay millones de relaciones así, unas terminan conociendo a la persona y otras solo quedara con un avatar o un nick... No se si me explico bien, en definitiva, para mi, el amor puede romper toda barrera existente e inexistente.
ResponderEliminarPreciosa critica, película que sin duda no me pienso perder.
Lo has conseguido, me he enamorado de ella , como suponía!
Tu "has capturado el momento" y la esencia mágica de los sentimientos en esta crítica. Felicidades!
Tienes Amy a montones, estoy segura :)
Gracias y besotes chikitillo! :
Es tremendamente actual y real. Montones de relaciones se han generado a distancia con éxito y tienen que mantenerlas así y las mantienen. Así es la vida y son las relaciones ahora.
EliminarMuchas gracias Luna, espero que cuando la veas te entusiasme aún más.
Besos!!
Música para mis oídos. Para plasmar un sentimiento, es esencial haberlo sentido antes. Como dice Mr. Sambo, así es la vida y son las relaciones ahora. Tengo la sensación de que algo así le ha tocado de cerca :)
ResponderEliminar"Lo que más me fascina de la película es su autenticidad, su sinceridad. Las conversaciones de la pareja desprenden eso en su amor sincero, no se mienten ni manipulan ni engañan. Como mucho callan en alguna ocasión, pero siempre dirán la verdad finalmente"
Gran bloguero, es la tónica habitual.
Un beso de una fan incondicional.
Pues sí, he vivido cosas así, pero lo bueno es que los sentimientos, procedan de donde procedan y procedan como procedan, son los mismos y todos podemos sentirnos identificados. Quizá alguien no entienda estas nuevas formas que se imponen, pero los sentimientos que se contienen ahí son igualmente sinceros y con los que puede y debe identificarse cualquiera.
EliminarMuchas gracias y espero que sigas siendo fan! Un beso.
Aquí estaré querido amigo, he encontrado una joya ;)
ResponderEliminarEso me alegra, y más que así lo considere!
EliminarAunque quizás tarde, pero vale la pena cada segundo que tarde en escribir este comentario en agradecer tu gran análisis, es de admirar, es algo que buscaba sin buscarlo.
ResponderEliminarPor otro lado el personaje que me gusto mucho fue Amy, quién no quisiera una amiga asi.
Saludos y bendiciones.
No es tarde en absoluto y se agradecen mucho tus palabras. Amy es, como bien dices, un personaje absolutamente encantador.
EliminarUn saludo y bendiciones para ti también, Jocobu.