Por derecho propio Riddick pasa a formar parte de los grandes
personajes de la ciencia ficción, independientemente de la consideración que se
tenga de la trilogía donde aparece. Un personaje carismático y realmente
atractivo al que da forma excelentemente Vin Diesel.
Dicho esto, soy defensor de esta trilogía, de la que la
primera parte es una excelente muestra de ciencia ficción y terror con gran
pulso y saber hacer, sólo lastrada por ciertas decisiones de dirección
gratuitas y absurdas, horteras, en los aspectos más visuales.
“Las crónicas de Riddick” (David Twohy, 2004) fue una
secuela cuestionada, pero también un título muy reivindicable, entretenido, con
pulso y que tiene la virtud de no apostar por repetir fórmula sino que es una
secuela que amplía el universo Riddick de forma bastante satisfactoria.
Con esta tercera entrega sí hay algo de decepción, aunque la
película ofrece lo que promete. La decepción viene porque aquí sí hay
repetición de fórmula y aunque el comienzo es muy notable la cosa va de más a
menos, con una segunda parte más tópica y casi calcada a “Pitch Black” (David Twohy,
2000), aunque con menos fuerza y sin el factor sorpresa que tenía aquella.
Traicionado por los suyos Riddick aparece en un nuevo
planeta donde todo parece querer matarle. En soledad, rodeado de enemigos,
tratará de sobrevivir hasta que ve una salida, un rescate que tampoco trae
buenas intenciones, precisamente.
Con las piernas rotas y rodeado de extrañas alimañas da
inicio la nueva aventura de Riddick en un inhóspito planeta. Una presentación
donde Riddick (Vin Diesel) busca hacerse más primitivo, olvidar cualquier atisbo de
civilización para poder sobrevivir en ese entorno. Hay momentos similares a
“Apocalypse Now” (Francis Ford Coppola, 1979) tanto en el concepto mencionado
como en planos que nos la recuerdan, como ese donde el héroe saca su cabeza del
agua lentamente…
Lo cierto es que los efectos especiales en esta parte son
discretitos, basados en crear las alimañas digitalmente se les ve demasiado el
cartón y claro, sólo están ellas con Riddick por lo que… En cualquier caso
Twohy sostiene el entramado con seguridad, ya que esta primera parte es lo
mejor de la cinta sin ningún lugar a dudas.
Twohy también abusa de los planos cortos, especialmente en
los duelos de Riddick con estos animalitos, supongo que buscaría ahorrarse
efectos y que se vieran las deficiencias, pero incomoda porque no ves la acción
como deberías.
Una primera parte notable de puro cine, sin apenas palabras, una
narración perfecta, con fuerza, segura y que atrapa desde el primer momento.
Tan solo nos acompañará la voz over del propio Riddick. La acción no cesa, los
sucesos son continuos, los problemas constantes, un ritmo incesante y destacable.
Un flashback nos contará brevemente lo que ocurrió tras “Las
crónicas de Riddick”, cuando lo dejamos liderando a su pueblo… La traición que
sufrió Riddick por descuidarse, por un exceso de civilización, que ahora en soledad
pretende eliminar.
“Tenía que volver a encontrar mi lado animal”.
Como veis las menciones a “Apocalypse Now” (Francis Ford
Coppola, 1979) no son nada gratuitas. También habría que mencionar a “Conan, el bárbaro” (John Milius, 1982) y “Conan, el destructor” (Richard Fleischer, 1984)
como cintas que vienen a la cabeza.
Este viaje al primitivismo, a la búsqueda de ese lado
animal, es sensacional, veremos cómo usa sus amenazas, a sus enemigos, para
hacerse más fuerte, cómo aprende de sus cualidades, como usa sus venenos en
beneficio propio…
Twohy saca todo el partido a su propuesta y a la situación,
dando siempre un poco más de manera notable, como debe hacer, con gran imaginación
y recursos, a pesar de los efectos especiales y el exceso de planos cortos. Así
vencerá un combate pero aparecerá un rival todavía más poderoso y grande.
Riddick es puro mourinhismo, no es un cínico en absoluto,
salvo en su pose dura, valorará siempre la lealtad, los méritos demostrados y
la autenticidad. En esta nueva entrega tendremos un buen número de ejemplos. Le
veremos haciendo amistad con una alimaña que demuestra una gran resistencia,
soportando como él el veneno que se inocula, la hará su compañera cuando le
demuestre su lealtad saliendo a defenderle; velará la muerte de la chica
detenida, violada y maltratada por el grupo de mercenarios liderado por Santana
(Jordi Mollá), sin contacto y sin palabras; y respetará a algunos de los mercenarios, los que demuestran ser sinceros y tener principios, la chica, Dahl
(Katee Sackhoff) el chico religioso, Luna (Nolan Gerard Funk), que siempre está
apegado a su Biblia, y el padre de su enemigo en la primera parte de la saga,
Johns (Matt Nable)… Un respeto extensible a Twohy, por el tratamiento que les
da y el final que les dedica.
La amistad entre el rudo Riddick (excelente Vin Diesel) y la
alimaña resulta entrañable, aunque el bicho crece realmente rápido o bien es
que pasa mucho tiempo… Amistades necesarias, es lo que tiene la soledad.
Tras media hora en solitario Riddick recibirá compañía
humana, Santana y su grupo, un Santana interpretado por Jordi Mollá, que vuelve
a hacer de villano, al que hay que mostrar cruel y violento, aunque luego no es
para tanto… Un “mindundi” poco amenazante. Un villano que intimida poco.
Una segunda nave llegará al planeta contestando a la llamada
de Riddick, que ve en ellos su pasaporte para largarse de allí. Entre las dos
tripulaciones comenzarán las luchas de egos, las fanfarronadas de machitos y
las rivalidades que nuestro héroe sabrá explotar. El líder de la segunda nave,
Johns, intimida algo más, parece más seguro y contundente. Es el padre del
Johns traidor de la primera parte. Se jugará dramáticamente con su carácter, si
es igual que su hijo o por el contrario es alguien íntegro.
“Es sólo un tío”.
Riddick irá acabando con los hombres de la banda de Santana,
tres en la primera noche. Twohy no escatima ideas a la hora de mostrar el
peculiar universo de ese mundo en el que está encerrado Riddick, su fauna, sus
fenómenos e incluso sus pinturas rupestres, reivindicaciones de Riddick a su
planeta natal, Furya… En contraposición a este primitivismo los mercenarios
sacarán motos voladoras para capturar a Riddick y su extraño perro fiel.
El chico joven y religioso es un personaje positivo, como ya
viéramos otro en la primera parte de la saga. Twohy siempre ha incluido un
elemento religioso en sus cintas y siempre positivo. Le veremos rezando y con
su Biblia habitualmente. Los avisos del chico serán siempre correctos y
lógicos, e incluso Riddick exculpará a Dios de lo que ocurre.
“No es a mí a quien debéis temer”.
Son muchos los ecos a la primera cinta de la trilogía, el
planeta inhóspito, el religioso, la chica intrépida, los humanos como la mayor
amenaza para ellos mismos, bichos nocturnos, un nuevo Johns, Riddick haciendo
de visionario y advirtiendo que no es a él al que deben temer, así como
menciones explícitas a esa primera película…
Una tormenta, fenómeno climatológico perfecto para
desencadenar el clímax, traerá consigo el último de los problemas para Riddick (Vin Diesel),
un ejército de bichos-serpiente que salen de debajo de la tierra. En esta
ocasión no son voladores como en “Pitch Black”, sino terrestres.
La cinta se ha ido introduciendo en terrenos más tópicos y
previsibles, perdiendo fuelle por momentos a pesar de incluir estos nuevos
elementos, que no logran tener la fuerza necesaria. También habrá ciertas
licencias o tonterías, que no cierren la puerta donde guardaban los nodos una
vez comprobada; todo el asunto de los nodos, de hecho, resulta algo flojo; que el sensor
que detecta al perrete de Riddick funcione sólo cuando le apetece al guionista;
que no maten a Riddick cuando tienen ocasión si es lo que querían…
“¡Menudos cojones tiene el cabrón!”.
El momento más emotivo lo tenemos con la muerte del único
amigo de Riddick, su perro alimaña, a manos de Jordi Mollá. Tras esto sabemos
que tendrá una muerte dolorosa el pobre, de hecho será la más espectacular, eso
sí, flipada y retorcida al máximo.
“Me gusta ser un hombre de palabra”.
Una vez los intentos de negociación han fracasado sólo queda
la violencia, que aparecerá de forma inesperada una vez llegue la tormenta y
los invitados que trae. Habrá alguna muerte a lo “Aliens: El regreso” (James
Cameron, 1986).
Un acierto de Twohy es que a menudo da una solución a sus
escenas que no es el que se espera, si vemos que Mollá va a violar a Dahl y
Riddick saca el cuchillo supondremos que cuando el villano aparece
ensangrentado ha sido Riddick el que le propinó la paliza, cuando en realidad
fue la propia chica. Otro ejemplo lo tendremos con Johns, cuando abandone a
Riddick pero no con la intención de dejarlo a su suerte, ya que regresará para
rescatarlo.
El clímax es calcado al de la primera película, lluvia, la
oscuridad, la noche, rayos, bichos por todos lados, motos voladoras…
recreándose en la estética que triunfó en “Pitch Black”. Riddick satisfecho y
autocomplacido y una orgía de bichos algo aburrida y falta de imaginación nos
irán llevando hasta el final, con misión de rescate de los imprescindibles
nodos, el macguffin, para complicar las cosas.
Resulta curioso que se tarde tanto en llegar en moto
voladora al lugar donde Riddick tiene guardados los nodos y en cambio mediante
una escapista elipsis el regreso a pie de Johns sea en un santiamén… Demasiado
artificioso. Además los bichos son malos, matan por matar, lo cual está muy
mal, para que digan que eso sólo lo hacemos los hombres, pero con Riddick lo
serán algo menos, ya que esperarán a que se cauterice la herida, se calme, se
concentre y esté dispuesto de nuevo para la lucha… Asesinos pero nobles los
bichos… Eso sí, el pinchazo que le dieron fijo que le dolió.
Riddick (Vin Diesel), por su parte, matará bichos de estos como si fueran
cucarachas, les vimos tremendamente poderosos acabando con varios de la
tripulación, a los que elevaban y lanzaban como si no costase, en cambio para
Riddick son comer y cantar, lo que hace perder impacto al clímax. Incluso hacia
el final vemos a Riddick matando bichos con un palo, sólo le faltó quitarse la
alpargata…
El redimido Johns y la dura Dahl volverán para rescatar a
nuestro héroe, y es que Riddick es capaz de volver a pseudolesbianas en
viciosas sedientas de su sexo…
“… luego, cuando todo haya terminado y el resto os dediquéis
a recoger los cadáveres, voy a metérsela a Dahl hasta el fondo, pero sólo si
ella me lo pide. Con cariño.”
-Dahl: Voy a pedirte una cosa. Con cariño.
Un final feliz con varios supervivientes, el chico
religioso, la chica viciosa y el padre de Johns, demostrando coraje familiar.
El vínculo de la chica hacia Riddick no se entiende muy bien, pero es lo de
menos.
Riddick (Vin Diesel) es un extraordinario personaje, uno de los héroes
recientes más notables, un antihéroe puro de valores muy interesantes y que
aunque esta tercera entrega de la saga ha perdido fuelle, él mantiene su buena
forma.
El principal fallo de la peli es el trailer, que salen las escenas con los humanos y tiene un porrón de spoilers.
ResponderEliminarYo me libré del trailer, sólo lo vi cuando lo puse aquí jajaja
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