Centrándonos en la película hay que comentar que estamos
ante una experiencia cinematográfica fascinante. Se comentó en su estreno que
distraerse un momento, ir al baño o a la cocina a por agua, significaba
perderse por completo en este laberinto lógico y perversamente inteligente
creado por Nolan, y es cierto. Christopher Nolan y su hermano Jonathan, autor
del cuento “Memento Mori” en que se basa la película, tejen una historia de
estructura rocambolesca, precisa y compleja, aunque la historia en sí no lo sea
tanto. Un artificio brillante que atrapa irremediablemente y del que más vale
no perderse un solo detalle.
“Memento” se bifurca en dos direcciones, del pasado al
presente y del futuro al mismo presente, encontrándose ambos caminos al final
de la cinta. Siendo gráficos, la historia, temporalmente, que cuanta Nolan
sería una línea recta que va dibujándose a la vez desde los dos bordes hacia el
centro. Además hay saltos temporales, mediante flashbacks, al pasado del
protagonista, antes del nudo central de la trama. La historia que avanza desde
el futuro hacia atrás será en color, contando episodios que nos acercan hacia
el centro de la línea mencionada. La historia que avanza desde el pasado será
en blanco y negro, y básicamente se basa en una conversación telefónica donde el
protagonista cuenta la historia de Sammy Jankis. Ambas líneas se van alternando
en la narración, color, blanco y negro, color, blanco y negro… hasta confluir en el centro de la
línea imaginaria, que mencioné, al final de la película.
John Ford y Howard Hawks cuestionaban el uso del flashback
por el artificio que suponía, salvo en contadas circunstancias, aunque lo
usaran en ocasiones. Nolan hace una auténtica virguería con su uso en esta
película, no es que la película sea en flashback, es que hace un estudio del
mismo con la estructura de la cinta. Tampoco es que la película contenga sucesivos
flashbacks, es que la película es un flashback en sí misma, los flashbacks de
verdad vendrán a través de recuerdos del propio protagonista. Con todo, hablar
de pasado, presente o futuro en esta cinta se antoja absurdo.
¿Es una licencia gratuita, snobismo, la decisión de narrar
la película hacia atrás? ¿Es un simple recurso que busca ser original de forma arbitraria sin sentido alguno o, por el contrario, está justificado de alguna
manera?
Está plenamente justificado. Nolan logra algo muy difícil y
que se da muy pocas veces, integrar forma y fondo, y con forma me refiero a los
recursos cinematográficos que están a su disposición más que a la estética, los
recursos de dirección, montaje y estructura. Como hiciera por ejemplo,
Spielberg con “E.T. El extraterrestre” (1982) que fusionaba decisiones de
dirección, como las posiciones de cámara o no mostrar adultos, con la tesis
final de la cinta… Esto no oculta lo retorcido del planteamiento y el artificio
de la propuesta que es “Memento”, ni quiere ocultarlo, al contrario.
Nolan reflexiona sobre el funcionamiento de la memoria y
para ello recrea en la película dicho funcionamiento a través de la estructura
de la misma. La memoria trabaja viajando al pasado para regresar al presente y
hacer posible el futuro o lo que planificábamos. Si no encontramos unas llaves,
la memoria irá hacia el pasado para recordar lugares donde pudimos perderlas. Una vez localizados iremos a esos sitios a comprobar y una vez encontradas nos
posibilitará seguir nuestro camino y abrir la puerta con la mencionada llave…
Eso mismo es lo que recrea Nolan en la película. Fusión perfecta de forma y
fondo.
Por supuesto con esto además se logra que sintamos lo mismo
que el protagonista, ese desconcierto, de forma sobrevenida. Nolan te obliga a
hacer el esfuerzo de recordar todo lo visto anteriormente. Esto se logra porque
al iniciar la secuencia el espectador sólo ve los efectos, pero no conoce las
causas, carece de la información para entender por qué sucede lo que sucede,
como si no lo recordara o no tuviera memoria, algo que adquirirá en la siguiente escena, cuando vea las causas de esos efectos… esto en cada secuencia. Un
logro magnífico.
Aquí radica, de forma especial, la genialidad de la propuesta.
Blanco y negro y color.
Habrá al menos 22 secuencias en blanco y negro donde veremos
a Leonard (Guy Pearce), contar por teléfono la historia de Sammy Jankis y
hacerse un tatuaje. Esta historia irá hacia delante de forma normal. La
historia a color se contará episódicamente, con pausas en el citado blanco y
negro, y cada episodio tendrá una narración lineal que avanza normalmente, pero
temporalmente cada episodio irá retrocediendo en el tiempo, así el primero que
veamos estará situado en el futuro y los siguientes que vayamos viendo nos
contarán como llegamos a ese futuro, es decir, con forme avance el metraje los
episodios a color irán retrocediendo llevándonos al pasado, al comienzo de la
historia, que será a su vez, el final de la película. La historia a color es un
continuo flashback…
De esta manera el blanco y negro mostraría el “pasado”, si
bien el pasado y el presente pretenden relativizarse con la estructura de la
película, y el color muestra el presente retrocediendo sobre sí mismo para
encontrarse con ese pasado en blanco y negro.
La parte en blanco y negro estaría situada, cronológicamente,
justo antes de la historia a color.
Toda la película la veremos bajo el punto de vista subjetivo
de Leonard, pero habrá breves apuntes en tercera persona, donde aparecerá la
figura de Nolan para darnos algún detalle. Además se incluirán flashbacks con
recuerdos, unas veces manipulados y otras reales, que hay que discernir.
Ya la primera escena nos muestra las reglas que deberemos
seguir, una escena a modo de ejemplo, como recurso estilístico que escenifca
lo que veremos continuación. Una escena hacia atrás donde veremos el asesinato
a Teddy (Joe Pantoliano). Primero veremos una foto de un cadáver recién
revelada que va perdiendo nitidez hasta introducirse de nuevo en la cámara,
luego cómo se hace dicha foto al cadáver para finalizar la secuencia con el
momento de la ejecución a cargo de Leonard, el protagonista.
Leonard cada vez que se reinicia busca situarse, “¿dónde
estás?”, un latiguillo adquirido mediante repetición, estos detalles son
importantes para discernir en la ambigüedad de la cinta.
La voz over de Leonard nos guiará por su errático caminar
indagatorio, marcando además el punto de vista en primera persona. Un punto de
vista en primera persona que no es fiar, con lo que Nolan tendrá el detalle de
intervenir ocasionalmente para centrarnos mediante el uso de la tercera
persona, muchas veces encubierta.
En su habitación de hotel, en las escenas en blanco y negro,
explicará que le gusta leer la Biblia y comenzará a citar a Sammy Jankis,
protagonista de una historia muy importante en la trama. Un caso que él, como
investigador de una agencia de seguros, llevó. Sammy Jankis tenía su mismo
problema de memoria. Leonard nos irá contando cómo se organiza, la necesidad de
usar notas, tener un sistema que le permita orientarse dentro de lo que cabe. No parará de compararse con Sammy Jankis, comparación y mención obligada,
porque lo usará como parte de su sistema, aprenderá todo lo referido a él por
repetición, algo que ya explicaré. Él mismo es consciente de que hay gente que
puede aprovecharse de su situación. En estas escenas veremos cómo desde su
habitación, la 21, ve fugazmente la otra que le han alquilado, la 304, justo
enfrente.
De igual manera nos explicará el uso de los tatuajes, que
usará a modo de anotaciones importantes y permanentes, tatuajes que serán esenciales,
en casi todos los sentidos, para desentrañar todos los aspectos de la historia,
para la evolución de la trama y para entender al personaje.
Espejito, espejito.
Leonard se reflejará en multitud de ocasiones en espejos, de
forma que Nolan retrata visualmente su escisión y su falsedad, falsedad que el
personaje no logra reconocer. Es curioso que las dos primeras veces que se
ponga frente a un espejo ni siquiera se mire el rostro, la primera en una de
las escenas en blanco y negro, justo antes de que se produzca la llamada que lo
tendrá ocupado contando sus cosas. La segunda será a color, mientras se lava
las manos y mira algunos de sus tatuajes antes de encontrarse con Natalie
(Carrie-Anne Moss).
-Cuando conteste a la llamada, en blanco y negro, aceptará
charlar al oír el nombre de Sammy Jankis y volverá a mirarse en un espejo, en
esta ocasión para verse los tatuajes a lo largo de su cuerpo. Será la primera
vez que explique en qué consiste su problema. Lo recuerda todo hasta el
“incidente”, a partir de ahí no puede crear recuerdos nuevos. Leonard sigue
intentando diferenciarse constantemente de Sammy, especialmente porque él tiene
un objetivo, algo de lo que Sammy carecía. Aquí se muestra claramente una de
las constantes citadas en los personajes de Nolan, una razón, un objetivo, una
misión, un rival, un antagonista, como única razón para sus existencias, sin
ello dichos personajes no tienen sentido. También se mirará al espejo para
verse los tatuajes en la escena donde lee los documentos que Natalie le ha
pasado sobre Teddy.
-No será un espejo pero sí un cristal a través del que
veremos a Leonard la primera vez que visita la casa de Jankis y su mujer. De
hecho veremos a Leonard un par de veces ante el cristal de la puerta en esta
escena. Otra forma visual de desvirtuar su personalidad. El uso continuado de
estos recursos muestra la personalidad escindida del personaje. También
aparecerá tras el cristal de la puerta de Natalie y de los cristales del coche.
Otras de las veces que veremos a Leonard tras un cristal será al comienzo de la
cinta, la primera vez que explique su problema de memoria al portero del hotel
en el que se hospeda. Allí también rememorará a su mujer. Hay un detalle
metalingüístico, algo muy del gusto de Nolan, que desarrollaría aún más en
“Origen” (2010), cuando es el propio portero del hotel el que menciona que lo
que le ocurre a Leonard es “como si todo funcionara hacia atrás”, describiendo
la propia estructura de la película.
En la primera conversación que vemos entre Leonard y el
portero del hotel, nuestro protagonista le dirá que si mantienen una
conversación larga seguramente él perderá el hilo de la misma, que olvidará de
qué hablaban. Esto no lo vemos en ningún momento de la película a pesar del
aviso.
-En el Bar Ferdy’s, cuando Lenny se tome la cerveza llena
de escupitajos, tendrá un espejo a su espalda, una vez más renunciando a un
espejo…
-Cuando Leonard recuerde y cuente el día del asesinato a su
esposa lo veremos pasar fugazmente ante el espejo de su habitación y luego ser
golpeado contra el del baño, una vez más los espejos ignorados o usados de
forma amenazante. Que el golpe sea contra un espejo es llamativo e interesante,
como si la personalidad de Leonard se rompiera o desapareciera en ese mismo
instante.
-En el apartamento de Dood (Callum Keith Rennie), Leonard se mirará los rasguños
que le hizo Jimmy (Larry Holden) en el rostro, de las pocas veces que se mira el rosto
directamente.
-Uno de los momentos más recodados de la película es cuando
Natalie lee ante un espejo el tatuaje que Leonard tiene escrito al revés, aquí
Leonard sí se mirará y dirá que reserva el lugar en su corazón para cuando
encuentre al tal “John G.”. Un momento significativo.
-Otro espejo devolverá el rostro, en esta ocasión de
Natalie, cuando se mencione el nombre de John G. Ella conseguirá los datos de
la matrícula que Leonard tiene en su muslo tatuado. Interesados datos para que
Leonard vengue a su novio. El espejo y el engaño. Que se mencione a John G. a
través de espejos indica que lo relacionado con él no es real o cierto…
Leonard explicará en su conversación telefónica en blanco y
negro que era investigador de una agencia de seguros y su trabajo era descubrir
posibles engaños. Esto nos recuerda de alguna forma a “Perdición” (1944), el
clásico del cine negro del maestro Billy Wilder, donde teníamos una mujer
fatal, un crimen y un investigador que pretende descubrir el fraude. De hecho
entroncar “Memento” con el cine negro es sencillo.
El caso Sammy Jankis.
El caso de Sammy Jankis será recurrente para Leonard, le
servirá para engañarse, para justificarse, para marcar diferencias e incluso
corregir errores en su engaño. No parará de repetir la historia y tendrá un
tatuaje en la mano, un lugar de fácil acceso para su mirada que reza “Recuerda
a Sammy Jankis”, un ambiguo mensaje. Con la repetición logra asumir hábitos,
aprender y recordar ciertas cosas, como se explicará. El caso de Sammy Jankis
es una.
Sammy Jankis tuvo un accidente que le provocó una lesión que
le impedía retener recuerdos desde dicho accidente. A los dos minutos se
“reiniciaba”. A Sammy le gustaban los anuncios, podía entenderlos al ser
cortos… El problema estará en que Leonard cree atisbar en su mirada, el ojo de
nuevo, reconocimiento, por lo que sospecha que puede que su enfermedad no fuera
real o no consistiera en algo físico, sino psicológico, por lo que la agencia
aseguradora podría ahorrarse pagar al matrimonio. Esto lo argumentará Leonard
demostrando que Sammy no logra aprender por repetición, si fuera físico debería
aprender por repetición, pero Sammy no lo logra. Leonard mantendrá que se puede
aprender no usando la memoria, sino por instinto. Él mismo se pondrá como
ejemplo diferenciándose de Sammy, él sí responde a condicionantes, en él los
condicionantes sí funcionan, por tanto, si es consciente de ello es porque
logra usar datos aprendidos por repetición, aspecto clave en la cinta.
El problema vino cuando la mujer de Sammy, desesperada, pone
una prueba a su marido jugándose su propia vida para ver si así reaccionaba, si
en realidad fingía, prueba que salió mal y acabó con la muerte de ella. Ella le
pedía cada cierto tiempo que le pusiera su inyección de insulina, al no
recordar que lo había hecho siguió haciéndolo, por lo que la llevó al coma y a morir
de hipoglucemia. La mujer aceptaba un suicidio si su marido no reaccionaba… y
no reaccionó.
La mujer de Sammy (Harriet Sansom Harris), como Leonard, no es capaz de pasar página
debido a sus dudas, la incertidumbre. Cuando Lenny le diga “Creo que Sammy
debería estar capacitado para crear nuevos recuerdos”, se desencadenará la
tragedia.
Aquí se plantea un problema, Leonard reconoce que se
equivocó con Sammy, por tanto la no respuesta a los condicionantes también
puede darse en una patología física y no obligatoriamente psicológica. Es
decir, reconocer el error con Sammy implica que su teoría es errónea también y
referida a él mismo plantea lagunas. El caso es que él admite que los
condicionantes funcionan en él, y efectivamente parece ser que los aquejados
con este trauma pueden aprender por repetición. Lenny, Leonard, mantiene así
que su mal es físico, producto del golpe recibido el día que dos asesinos
entraron en su casa y violaron y mataron a su mujer.
Se vinculará visualmente a Sammy con Leonard al encuadrar su
ojo, como se hizo con Leonard en la primera escena en blanco y negro.
En la conversación telefónica veremos cómo Leonard se hace
un tatuaje a sí mismo, abundarán los planos detalle del proceso, incluso con
interrupción de la llamada incluida. Un tatuaje que describe el “Hecho 5:
Acceso a la droga” y que luego cambiará por “Traficante de drogas”. Es
importante analizar los tatuajes, igual que darse cuenta de que esos tatuajes,
que Leonard toma como verdades absolutas e incuestionables, son a menudo producto
del engaño de otros, que lo manipulan interesadamente, como en el mencionado
“Hecho 5”, o de él mismo, como en el caso de la matrícula del coche de Teddy.
Es decir, nada en la realidad que se forma Leonard es verdadero, es su realidad
pero no es la verdad.
La llamada, en las escenas en blanco y negro, irá
evolucionando, su interlocutor comienza a mostrar sus intenciones, no sólo
escucha sino que da información interesada para manipular a Leonard, así llegará
a la conclusión del “Hecho 5”, un hecho que cambiará por la llamada de Teddy,
que lo encauza en la dirección que le conviene.
En este mismo sentido es importante el informe policial, un
informe al que le faltan páginas, que pudo quitar cualquiera, pero que también
está tachado, lo que indica la mano de Leonard. Que falten páginas no es
significativo, aunque acaba siendo un añadido, pero que haya tachones sí indica
que Leonard manipula ese informe para que encaje con lo que él necesita, como
le dirá Teddy al final de la cinta. Es otro detalle más a añadir a la
resolución.
Es evidente que el personaje interpretado por Joe Pantoliano
(Teddy), es un mentiroso, pero también actúa en cierta medida como conciencia
de Lenny, Leonard. Le dice lo que no quiere oír. Por esto mismo Leonard se
pondrá avisos contra él.
“No contestes al teléfono”, tatuaje que le previene contra
Teddy.
En una de las secuencias en blanco y negro veremos como el sonido del teléfono atormenta a Leonard (Guy Pearce), el sonido de la verdad. Él se resistirá a cogerlo cuando un sobre se desliza por debajo de su puerta, un sobre que contiene una foto suya. La reacción de Leonard al ver dicha foto es significativa, parece reconocerla y aumentar su inquietud, su tormento. Esto le impulsará a contestar finalmente de nuevo al teléfono, pero mientras habla dará la vuelta a la foto para no verse, como si no aguantara la visión de lo que retrata. La foto con su feliz rostro actúa a modo de espejo, ya comentamos la importancia de los mismos en distintos momentos y cómo incluso Leonard no llega ni a mirarse en ellos. Al ver esta foto intuimos que algo se mueve en el interior de Leonard. El teléfono atormentador nos recuerda al de “Érase una vez en América” (Sergio Leone, 1984), donde también un teléfono era un elemento de tortura y tormento para el protagonista.
En una de las secuencias en blanco y negro veremos como el sonido del teléfono atormenta a Leonard (Guy Pearce), el sonido de la verdad. Él se resistirá a cogerlo cuando un sobre se desliza por debajo de su puerta, un sobre que contiene una foto suya. La reacción de Leonard al ver dicha foto es significativa, parece reconocerla y aumentar su inquietud, su tormento. Esto le impulsará a contestar finalmente de nuevo al teléfono, pero mientras habla dará la vuelta a la foto para no verse, como si no aguantara la visión de lo que retrata. La foto con su feliz rostro actúa a modo de espejo, ya comentamos la importancia de los mismos en distintos momentos y cómo incluso Leonard no llega ni a mirarse en ellos. Al ver esta foto intuimos que algo se mueve en el interior de Leonard. El teléfono atormentador nos recuerda al de “Érase una vez en América” (Sergio Leone, 1984), donde también un teléfono era un elemento de tortura y tormento para el protagonista.
En las últimas secuencias en blanco y negro, cuando Leonard
no aguanta ver su rostro en la foto que Teddy le ha mandado, asistiremos a la
prueba que la mujer de Sammy le plantea a su marido, escenas duras. Es en este
momento, cuando Leonard nos cuente que Sammy tras matar involuntariamente a su
mujer fue internado, cuando asistiremos al vínculo definitivo entre la historia
de Sammy y la del propio Leonard. Veremos a Sammy plácidamente sentado en una
silla, pero al pasar una figura por delante de él veremos fugazmente el rostro
de Leonard. Aquí Nolan no puede evitar intervenir y pasa del punto de vista de
Leonard a la tercera persona, algo a lo que recurrió varias veces con escenas
donde Leonard no estaba presente, aunque nos contara la historia. Así se da a entender
que el internado fue en realidad Leonard tras matar por accidente a su propia
esposa.
La última secuencia en blanco y negro se hilará con la trama
a color que hemos ido viendo, pasando a color en el mismo plano cuando las dos
converjan. Esto nos sitúa a Lenny y a nosotros en el comienzo, que a la vez es
el final, de la historia, lo que dará sentido a todo y la cerrará
definitivamente. El puzle de Nolan obliga a estar replanteándose constantemente
lo que ves, redefiniendo la película, con la originalidad de que además el
comienzo de la historia que nos narra es lo que cierra la película
definitivamente, no la conclusión de dicha historia con la muerte de Teddy que
vimos en la primera escena.
Hasta la llegada de la última secuencia en blanco y negro
vemos que entre la trama en color y la historia en blanco y negro hay elementos
comunes pero no una relación directa en cuanto a la historia en sí, algo lógico
ya que en la habitación del hotel y las escenas en blanco y negro Leonard básicamente habla
de Sammy Jankis. Esto cambiará con esta última secuencia en blanco y negro,
donde todo se fusionará para iniciar la historia a color que hemos ido viendo
desde el principio y hacia atrás… Las dos historias, el pasado y el futuro, a
punto de converger.
Es por ello que tras ser manipulado por Teddy, veremos salir
de su habitación número 21 a Leonard para buscar a un tal Jimmy Grants, novio
de Natalie para más información. Veremos a nuestro protagonista con una camisa
de cuadros, un vestuario distinto al que hemos estado viéndole a color, y una
furgoneta que poco tiene que ver con el cochazo que conducía también en las escenas a color. Se encontrará
con Teddy, o más bien con el agente John Gammell, que es el que habla con él
por teléfono, le pasa fotos y miente a conciencia. Él le dará una dirección a
la que Leonard deberá dirigirse para encontrarse con Jimmy, la futura víctima. Veremos
cómo Leonard hace fotos de lugares y personas, su otra forma de guiarse… Y poco
a poco comenzaremos a ver los orígenes de muchas de las cosas que hemos ido
viendo, el momento en el que le hace la foto a Teddy, a su furgoneta, cómo
apunta la dirección de su hotel, comprobaremos que la dirección que Teddy le da
a Lenny es la del lugar donde se inició la película, comprobaremos que la
furgoneta que estaba allí estacionada sin que nadie supiera de quién era, es la
del propio Leonard y asistiremos al encuentro entre Lenny y el desgraciado
Jimmy, que reconoce a éste . Será el traje de Jimmy el que llevará Lenny
durante la película y su coche el que conducirá. Mientras Lenny espera la
llegada de la que será su víctima, veremos flashes de la mujer del
protagonista, donde ésta parece recorrer en paralelo los lugares por los que
pasa Lenny, como si el sitio fuera el mismo, vinculado a través del montaje.
Una vez Jimmy sea atacado por Lenny asumirá la traición de su socio en el
negocio de drogas, Teddy… En la pelea Leonard recibirá el arañazo que le hemos
visto durante la película en los momentos a color… Lo matará, le hará una foto,
se arrepentirá y terminará quemando dicha foto al entender su error…
Dedicada a Belén, una bella salmantina cinéfila.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar(Ay que no podía escribir bien!!)
ResponderEliminarMe parece una estructura compleja, pero creativa. Y muy bien explicada, mucho mérito hacer comprensible por escrito lo intrincado de esta película.
Expectante por las siguientes!!!
:-)))
Jajaja con esta parte mi temor era liar más aún a la gente que la entendió regular jajaja. A ver si la ves, Reina.
EliminarMagnifíca! De momento...me enteré de todo bien. :)
ResponderEliminarGenial Merce, me alegra que esté quedando claro, que siempre es un problema, y que además entendieras todo a la perfección.
EliminarUn beso.
Pero por qué se pone el traje de Jimmy??? Es algo que no entiendo...
ResponderEliminarNo recuerdo ahora mismo si había algún motivo concreto, supongo que quería cambiar de look para pasar más inadvertido en ese viaje hacia la desaparición de la propia personalidad o simplemente le moló el traje más que el suyo, que también podría ser jeje
EliminarGracias por responder :D Pensé que quizá habría algún significado, como hay tanto detalle por todas partes! Pero sí, puede que simplemente le gustara jajajaj
EliminarA ti por el interés! También le gustó más el coche que el suyo jajaja. Un saludo, Anónimo!
EliminarQué significa el tatuaje que dice «I did it» (lo hice) cerca del corazón cuando aparece recostado junto a su esposa? Qué sentido tiene que aparezca en esa escena?
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