El grupo liderado por Chris Ousey ha logrado hacerse un gran
nombre en el mundo del AOR, un grupo muy respetado y que sigue sacando discos
en la actualidad muy bien acogidos por los fans del género.
Lo cierto es que Heartland tiene todos los componentes para
entusiasmar a los aoreros más exigentes, pero de alguna forma no acaba nunca de
lograr un álbum completamente redondo, si bien el primero es una gran joya.
Todos sus elementos son brillantes pero juntos no acaban de funcionar del todo,
sin que ello signifique que no haya siempre buenos temas, algunos magistrales,
en todos sus discos.
La voz de Ousey es excelente y tremendamente personal, las
guitarras también suenan muy particulares y personales (los armónicos en el
disco suenan espectaculares) y las armonías y gusto con los teclados son
excelentes. Hay sentimiento y gusto, pero las composiciones no siempre sacan el
merecido partido a todos estos grandes ingredientes. Un buen ejemplo lo tenemos
en este disco que nos ocupa, el cuarto en la carrera de la banda, donde la
irregularidad es la nota predominante, desde algún tema memorable, ese “Castle in the sand”, pasando por algunos buenos aunque menos espectaculares y otros
muchos insulsos u olvidables. Si hubiera un referente para la voz de Ousey ese
sería John Waite, si bien Ousey es mejor cantante sin discusión. Su voz
entrecortada, arrítmica y original, que mezcla desgarro y sensibilidad con una
variedad de matices desbordante, hacen de este cantante algo especial.
Voz y sonido de guitarra forjan el inconfundible estilo
que tiene el grupo.
El grupo ha ido endureciendo el sonido, haciéndose más
grandilocuente conforme publicaba álbumes, este “Brigde Of Fools” supone una
especie de punto de inflexión en este sentido, un sonido más duro, de guitarras
más potentes y espectaculares. Lo cierto es que salvando el primero, que tiene
muy buena prensa en general y resulta destacado en su estilo de AOR más
clásico, ninguno acaba de rematar, aunque este cuarto disco del grupo tiene
algunos de los mejores momentos que ha dejado la banda.
Es un grupo algo frustrante por esos mimbres tan buenos que
tiene y cómo los desperdician obra tras obra. Para conocerlos lo más
recomendable es escuchar su debut y este disco que nos ocupa, por ejemplo. El
resto se escuchan bien, son correctos discos con elementos interesantes, pero
que dejan insatisfechos.
10 son los discos que lleva publicados el grupo, en parte
gracias a ese prestigio adquirido con su debut, está claro que más vale caer en
gracia que ser gracioso. Muchos grupos con mejores discos, más repercusión y
talento, no han llegado tan lejos. Confiemos en que su constancia acabe por
darnos alguna obra sobresaliente, de esas que se intuyen en su estilo, pero que
no acaban de llegar.
Chris Ousey a las voces, Steve Morris en las guitarras y
los teclados, Chris Lloyd en los teclados, Steve Gibson en la batería, Tim A.
Duncan al bajo.
Tomorrow Won’t Wait: Teclados distorsionados y una
insinuante guitarra dan inicio melódico a este primer tema. La inconfundible
voz de Ousey hace placentero acto de presencia, una voz entrecortada y
vibrante francamente excepcional. Buenas estrofas y mejor puente en un inicio
suave que rompe en el estribillo donde estallan las guitarras y Ousey sube la
intensidad. Un estribillo muy bueno, buen representante del estilo del grupo. Buen
tema donde la producción y las distorsiones no son lo más sobresaliente. Los
teclados que acompañan al puente son muy elegantes y precisos, calidez con la
voz de Ousey. Llegamos, tras repetir estructura de nuevo al estribillo, que
tiene momentos muy buenos. Solo melódico de guitarra con mucha distorsión y
sonido tremendamente reconocible. Reiteramos todo y volvemos a un tercer
estribillo aún más intenso, muy buenos los teclados decorando el mismo. Final
guitarrero con el personalísimo sonido que Morris saca a su instrumento. Indudable
calidad y variedad de matices. Buen tema.
Castles In The Sand: La joya del disco. Un temazo
absolutamente soberbio, quizá el mejor que ha hecho el grupo nunca. Pletórico,
brillante y espectacular a todos los niveles, un himno del Rock melódico, tema
que ejemplifica el estilo. Muy hardrockero, maravillosa e intensamente
melódico. Los armónicos iniciales son memorables y la armonía de teclados que
se añade sublime, un comienzo magistral. Arrancamos con batería, riffs y
armonías de puro Rock melódico. Primeras estrofas que avisan de que estamos
ante algo especial con un Ousey proporcionando placer. Acompañamiento
entrecortado muy acorde con el estilo del cantante. Puente ejemplar y
estribillo realmente deslumbrante, el Rock melódico sublimado y en la voz de
Ousey más aún. Largo y exquisito. Los teclados acompañan las estrofas en todo
momento y los armónicos, que son la seña de identidad del tema, hacen las transiciones. Tras el puente llegamos al majestuoso estribillo de nuevo, que no queremos que se
acabe nunca. Ousey canta de forma única y saca todo el partido a su estilo en
el estribillo, con esa melodía entrecortada, cálida y matizada que saca de sus
cuerdas vocales. Una vez acaba el segundo estribillo tenemos un espectacular
solo de guitarra con unos agudos y punteos extraordinarios, armónicos y tappings
para redondearlo. Encaramos la parte final de nuevo con el estribillo, puro
sentimiento, feeling por doquier. Así llegaremos hasta el final. Deslumbrante,
imprescindible.
Where The Pieces Fall: Tema más lento con acústicas
presentes y un sabor de indiscutible calidad, algo común al grupo, aunque a
veces no rematen. Suaves y muy melódicas estrofas, pura elegancia con
sentimiento, los matices y la voz de Ousey elevan siempre el producto. Puente
y estribillo bastante acertado, guitarras con distorsión acompañando. Un
estribillo bueno pero al que parece le falta un poco de nervio para acabar de
deslumbrar. Buenos teclados en las estrofas, cubriendo los huecos de forma
perfecta. Tras el nuevo estribillo solo de guitarra acústica, suave, con un
tempo perfecto y sencillez, elegancia al por mayor. Arrancamos de nuevo hasta
llegar al estribillo que nos guiará hasta el final, aumentando la intensidad y las improvisaciones. Buen tema, cumplidor.
I Will Wait For You: Sintetizador llevando la melodía con
distorsión, la voz de Ousey comandando las primeras estrofas. Otro tema lento
de buena melodía. Puente magnífico que no rompe en el estribillo, un puente que
parece un estribillo en sí mismo. Los apuntes del teclado en el mismo, como
siempre, ejemplares. El estribillo es excelente, de lo mejor del álbum, clásico
de AOR, un gran tema, de atmósfera conseguida y progresión melódica perfecta,
donde estrofas, puente y estribillo resultan inspiradísimos. Repetimos la
estructura entera para deleitarnos con el nuevo estribillo. El sentimiento
incomparable que ofrece el Rock melódico. Estrofa onírica para dar paso al
solo, como siempre con mucha distorsión. Pandereta que acompaña a la percusión
en el estribillo, más intensidad y estupendos apuntes de teclado. Ousey más
intenso que nunca para poner la guinda a un gran tema.
Elena: “Elena” rubrica el gran inicio del disco. Guitarra reverberante
y teclados perfectos para una atmósfera cálida y nocturna. La voz de Ousey
tiene la facultad de introducirse por los poros de la piel y buscar nuestros
puntos más sensibles. Buen estribillo para este tema lento. Volvemos a las
estrofas donde los teclados se exhiben con su elegancia a la hora de rellenar
la melodía. El puente pasa más desapercibido, un cambio muy sutil que desemboca
en el estribillo al que acompaña la guitarra. La voz de Ousey despierta el
alma de su letargo, pone siempre algo especial a las canciones. Fase
instrumental con mucho teclado y guitarra acústica que se sobrepone al
acompañamiento reverberante. Estrofa más intensa y distinta. Mucho sabor y
matices, algo común en todo el álbum. El estribillo final aumenta la fuerza de
su ejecución con un Ousey que desgarra los tímpanos con su sensibilidad e
indescriptible timbre de voz. Aceptable tema.
Front Page News: Tranquilo inicio de nuevo. Toques de
guitarra y teclados con una intermitente percusión mientras Ousey desgrana las
primeras estrofas. Ruptura con las guitarras y estribillo más duro con la
cadencia típica del grupo. Un tema algo más soso pero más movido. Buenos
detalles de teclado y de distorsión guitarrera para las nuevas estrofas. Puente
con una guitarra más potente y aguda y estribillo contundente y algo anodino.
Lo mejor, los matices instrumentales, parte instrumental algo psicodélica.
Puente y estribillo que en la reiteración se hace algo cansino, si añadimos que
no era nada del otro mundo tenemos como resultado un tema correcto pero
olvidable.
Only A Heartbeat Away: Una insinuante y relajada guitarra melódica
inicia este nuevo tema. Ousey desnuda la primera estrofa de forma exquisita,
en el puente se añade una guitarra para acompañar. El estribillo es otro de los
grandes momentos del tema. Es el tema más largo del disco. Un nuevo tema lento
que arranca con fuerza en el estribillo. Pausa sutil, un tempo perfecto que
crea un clima íntimo ideal. La guitarra deja bluseros detalles casi
imperceptibles mientras regresan el puente y el sensacional estribillo. Las
guitarras de acompañamiento suenan algo esquemáticas, quizá debido a una
producción poco conseguida. Solo blusero, lento y sutil, con el que bailan
detalles de teclado. Tras llegar al estribillo, previo paso por estrofas y
puente, la intensidad del mismo sube, Ousey se esfuerza al máximo, con
variaciones y una armónica guitarra que lo acompaña. Una gozada que se despide
con calma y una guitarra tranquila y protagonista.
Not Till Heaven Falls: Guitarra desnuda a la que sustituye
una eléctrica tremendamente melódica que marca el tono de este brillante y
luminoso tema. La entrada de Ousey es puro placer melódico. Una voz tan
rockera y desgarrada como melódica. El puente es largo y acompañado
magníficamente por los teclados. El estribillo, muy entrecortado, ideal para la
voz de Ousey, es muy aceptable. Transición para la melódica guitarra.
Intermitente bombo de batería para la nueva estrofa y la acústica alegre
acompañando a Oussey. Teclados arrítmicos en el puente y el irremediable
estribillo, muy efectivo. Solo de guitarra notable y muy rockero. Intensidad y
desgarro rockero, repetimos estructura hasta llegar al estribillo que se
repetirá hasta el final, percusión entrecortada y Ousey dando fuerza al tema. Otro
de esos temas que prometen, que están bien, pero no acaban de arrebatarte.
Hardworking Man: Rockero inicio con una guitarra solista
marcando las pautas a seguir. Ousey entra junto a los teclados descubriéndonos
un tema de puro AOR. Avanzamos por nuevas estrofas y un puente muy matizado y
sutil, brillante. El estribillo redondea uno de los grandes temas del disco, un
estribillo pletórico de melodía, fuerza e intensidad, más la matizada voz de
Ousey que mezcla a la perfección fuerza, desgarro y suavidad. Sensacional. Transición
guitarrera para comenzar la segunda parte del tema, que repite los mismos
elementos dirigidos por la fascinante voz de Ousey. Llegamos de nuevo al
estribillo que dará paso a un nuevo solo de guitarra con distorsión y que
contrasta en ritmo con el de la percusión. Pronto irrumpirá una guitarra más
agresiva para dar conclusión a la fase instrumental. Puente con variaciones
vocales y estribillo para desbocarnos hacia el final, un estribillo repetido y
cada vez más intenso. Ousey se luce a conciencia, da gusto oírlo. Temazo.
Feels Like Magic: Fiestero tema, alegre y jovial con grandes
teclados y armonía de guitarra. La entrecortada voz de Ousey dando el matiz
perfecto. Parámetros similares de muchos otros temas, puente arrítmico y
estribillo espléndido, muy alegre, positivo e ideal para despertar una sonrisa
y encaminar el día con optimismo. Imposible no sentirse un poco mejor tras
oírlo, especialmente por su acertadísimo estribillo. Gran solo de guitarra, tras
repetir estructura y salir del estribillo, en dos fases con tapping y virtuosos
punteos. Uno de los temas más cortos del álbum y muy directo. Nuevamente en el
estribillo con un gran juego de los platos en la batería y las improvisaciones
maravillosas de Ousey en la voz, que dan más intensidad. De los mejores momentos
del tema, a los que se añadirán coros inclusive. Una gozada.
Still Got My Feet On The Ground: Más Rock melódico,
acústicas llevando el peso y una eléctrica marcando la melodía para comenzarlo.
Estructura clásica, estribillo para lucimiento de Ousey, que se eleva al
máximo. Un estribillo correcto sin deslumbrar. La modulación y matices de
Ousey son asombrosos. Un tema muy jovial y alegre también, donde los teclados
tienen peso en la base melódica. Fase instrumental tras el segundo estribillo,
teclados iniciales y guitarra que se exhibe a continuación. El tema más corto
del disco y donde Ousey se desgañita con ganas. Con el estribillo nos
despediremos de este correcto tema.
Don’t Let The Fire Die: Inicio solemne con una trepidante
batería y una melódica guitarra que se calma para da paso a las estrofas de
Ousey. Un inicio espectacular que se convierte en lento. Las estrofas se van
endureciendo, haciéndose más hardrockeras. Buen estribillo, duro y entrecortado
y con esa mezcla tan particular entre suavidad melódica y ritmo seco de la voz
de Ousey. De vuelta al estribillo damos paso al solo de guitarra, tan
particular como todos los de Morris, muy acertado. Riffs hardrockeros
acompañando las estrofas y nuevo estribillo de ritmos grandilocuentes y
cambiantes, que nos llevan hasta el final junto a las improvisaciones y
variaciones del gran Chris Ousey. La despedida repite el inicio, un tema
circular, un trepidante bombo y la melódica guitarra. Contundente y muy
apreciable tema.
Una obra correcta, con muchos matices y detalles de gran calidad,
con la voz de un cantante especial y realmente talentoso, con algunos temas
sobresalientes y uno de ellos magistral, “Castles In The Sand”, y el regusto de
la elegancia, sentimiento y sabor del AOR y el Rock melódico bien hechos.
De igual manera hay otros temas que se quedan a medio camino, sin rematar y
aunque se disfrute de las virtudes comunes del estilo y la voz de su cantante
no se les saca todo el partido desde la composición. En definitiva, un disco
disfrutable.
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