Clásico absoluto del cine de aventuras, espadas,
retorcidísimos secretos familiares, humor y romanticismo. No sólo fascina por
su trepidante ritmo, magnífica dirección, escenas de acción y romanticismo, por
sus situaciones límite e imaginación desbordante, sino porque además cuenta con
un extraordinario elenco de personajes inolvidables y de actores excelentes.
De entre la amplia gama de personajes buenos destaco dos, el
propio Scaramouche, André Moreau (Stewart Granger) y su incondicional novia
Leonor (Eleanor Parker), ellos son de lo mejor de una película que sólo tiene
virtudes.
"Scaramouche" está basada en la novela del mismo nombre de
Rafael Sabatini, autor entre otras de “El Capitán Blood”, “El Halcón del mar” o “El
cisne negro”, historias de aventuras y espadachines, novelas de capa y espada que
fueron verdaderamente exitosas no sólo como novelas sino como adaptaciones
cinematográficas.
El encantador sinvergüenza André Moreau es testigo directo
de cómo el marqués Noel de Maynes mata en duelo a espada a su hermano adoptivo
Philippe de Valmorin, por lo que se ve obligado a huir para no correr la misma
suerte pero no sin antes jurar venganza. Para ello tendrá que ocultarse en un
teatro errante donde hará el personaje enmascarado de Scaramouche. Desde esa
posición irá planeando como cumplir su juramento y venganza. Todo ambientado en
la Francia prerrevolucionaria.
Volviendo a los dos personajes destacados anteriormente
diremos de Scaramouche que es frívolo, alegre, encantador, divertido, de
sentimientos variables, poco estable, liante, mentiroso, superficial,
enamoradizo, pendenciero, impulsivo, manipulador, jovial, carismático... un
encantador sinvergüenza en definitiva, muy bien interpretado por Stewart
Granger y que podía haber sido un papel digno también para un Cary Grant por
ejemplo.
Leonor es interesada, romántica, idealista y materialista a
la vez, contradictoria, soñadora, manipuladora, seductora, coqueta, generosa y
sacrificada en sus sinceros sentimientos hacia Scaramouche.
Si algo me desagrada de la película es que estos dos
personajes no acaben juntos.
Lo cierto es que en su aparente ligereza y su indisimulado y
exagerado tono folletinesco, todo está perfectamente calculado desde el guión y
la magnífica dirección de George Sidney. Este estupendo director cuida todo con
el máximo detalle, logra transmitir la jovialidad, ligereza, fuerza y energía
de sus personajes e historia, dando un ritmo trepidante, fascinante, repleto de
acción, humor, romanticismo y aparente despreocupación. Ese detallismo lo
podemos ver por ejemplo, en la evolución del enfrentamiento entre Scaramouche y
el marqués Noel de Maynes a través de sus sucesivos encuentros y duelos a
espada. En el primero Scaramouche, que aún no ha aprendido a manejar la espada,
es humillado por el marqués y se libra con fortuna de la muerte. En el segundo,
después de haber recibido clases del mismo maestro de esgrima que Noel de
Maynes, llamado Doutreval, se logrará defender ya, aunque a duras penas y
teniendo los fundamentos básicos pero desconociendo las sutilezas del arte de la
esgrima. En el tercero y último, después de recibir clases del maestro del
propio Doutreval y de que con la colaboración de Leonor y Alina (Janet Leigh)
impidieran otro duelo de forma prematura en varias ocasiones, es Scaramouche el
que resulta vencedor por fin. Una progresión cuidada y perfecto ejemplo de que
no se deja nada al azar.
Otro aspecto muy significativo es el de las máscaras, todo
el mundo tiene alguna de algún modo, nadie es quien dice ser. Todos, o bien se
hacen pasar por otro, ocultan su verdadera personalidad o confunden inconscientemente
la suya. Así André Moreau usará la máscara para ser Scaramouche; el marqués Noel
de Mayne y Alina tendrán una identidad desconocida o equivocada en principio
para Scaramouche; el propio padre de André Moreau (Scaramouche), oculta su
verdadera identidad a éste; el hermano adoptivo de André, Philippe de Valmorin,
se oculta de la justicia en su cruzada revolucionaria con un nombre falso; el
maestro de esgrima Doutreval entrena a su “enemigo”, que no sabe sus verdaderas
ideas; el marqués Noel de Mayne nos descubrirá la verdadera identidad de
Philippe en la escena del duelo de ambos; tanto Alina como Leonor mentirán a
Scaramouche para evitar que se bata en duelo con el marqués; el Scaramouche
original, como no podía ser de otra manera, aparecerá con máscara, así como
toda la compañía de teatro de Leonor, ella misma es actriz, usará un montón de
vestidos distintos y ocultará su verdadera identidad cuando le interese, como
pasa al intentar casarse por ejemplo. La compañía de teatro y su función es
básica en el tema mencionado, como es lógico, y además añade una interesante
reflexión sobre la vida como arte, como gran mascarada, la vida como teatro,
como ficción, vinculando la vida verdadera con la actuada llegando al punto
culminante en la escena del duelo final, donde Scaramouche saldrá del escenario
y de su papel de actor para dar la cara antes Noel de Mayne. El engaño del
teatro, el uso de máscaras, el homenaje a la comedia del arte y sus personajes
están perfectamente integrados con el espíritu de la obra y de los sucesos que
acontecen. Un canto a la idea lúdica de la vida.
“Scaramouche” es una de las mejores películas de George
Sidney, si no la mejor, un director que ha cultivado todo tipo de géneros y que
tiene una puesta en escena generalmente espectacular, fresca, lujosa y rica.
Aquí nos deleita, como en otras, con un mundo de color, jovial, fresco, donde
todo el mundo parece estar pasándoselo pipa, lleno de ritmo, picardía, humor y
entretenimiento, pero nada superficial, todo es un adorno para la profunda
inteligencia que desprende su sabiduría cinematográfica. Por ello en dicha puesta
en escena se ven sus intenciones en todo momento de forma sutil, aplicando la
tesis de que el mundo es un teatro casi en cada plano. Un buen director.
Entre sus películas más destacadas encontramos “Escuela de
sirenas” (1944), para mayor gloria de Esther Williams, el musical “Levando
anclas” (1945), mítico título a mayor gloria de, en esta ocasión, Gene Kelly y
Frank Sinatra, o la magnífica adaptación del título de Dumas “Los tres
mosqueteros” (1948), una película también de aventuras con espadachines, como
todo el mundo sabe, y que como ésta que nos ocupa es una gozada llena de color,
ritmo y vitalidad desbordante.
Siguiendo el tema de la tesis de Sidney en esta película
debemos mencionar su excelente puesta en escena, con múltiples planos o
secuencias enteras donde un personaje observa a otros a modo de espectador o en
un plano distinto. Otras veces los veremos espiando y en otras ocasiones el director sitúa
la cámara desde un lugar alejado para crear esa misma sensación. Esto entronca
con la idea del mundo como teatro, donde en ocasiones somos espectadores y
otras veces actores. Como ejemplos tenemos la estupenda escena del coche de
caballos tomado por Scaramouche para
impedir el casamiento de Leonor con un rico y veterano ingenuo. Su aparición
por encima de ambos en el coche se asemeja al de una deidad encuadrada en la
ventana superior y con el cielo de fondo. Una deidad que mira socarronamente a
su lasciva y manipuladora amiga, vestida con un traje de novia con lacitos de
colores, un arco iris de lujosa vulgaridad. Otros ejemplos los vemos en la
escena donde Scaramouche espía a Doutreval; donde vemos, al inicio de la
película, en un plano lejano luchar al marqués Noel de Mayne; en el plano donde
el propio Noel de Mayne y la reina observan a las pupilas entre las que será
elegida Alina; escenas donde André Moreau observa a Alina a cierta distancia o
cuando se ve obligado a mirar el combate de su hermano adoptivo con el marqués
etc.etc.etc. Todo esto sin mencionar el evidente recurso del teatro, su
homenaje a la comedia del arte en sí mismo y cómo muchos personajes miran
embelesados la actuación.
Es obligado hacer mención a Mel Ferrer, que está esplendido
en su papel de villano que no lo es de una pieza exactamente, ya que es capaz
de sentimientos y acciones comprensivas con Alina por ejemplo, y su
espectacular manejo de la espada. También a Janet Leigh, perfecta en su rol
secundario.
Hay muchísimas escenas destacables en “Scaramouche”, desde el
mismo inicio con Noel de Mayne combatiendo por placer y eliminando
contendientes, al cual se nos presenta en un alejadísimo plano general en
contrapicado; la divertida presentación del héroe y su enredo buscando a
Leonor; la memorable escena que le sigue, donde Leonor va a casarse y André
irrumpe en su carruaje para impedirlo, donde están los mejores valores de la
película, humor, picardía, luminosidad, descripción de personajes, talento de
puesta en escena… La vivaracha escena del coqueteo entre Scaramouche y Alina,
todo el flirteo y su resolución final, otra chica, otro carruaje, otra escena
que condensa los aspectos más vitalistas y alegres de un film tremendamente
vitalista y alegre. Más escenas destacadas, el duelo entre Philippe y Noel de
Maynes, el primero un personaje al que Sidney le dedica 3 escenas pero le da la
suficiente importancia para que te encariñes con él, le dedica mimo, por eso su
muerte impacta más para hacer comprensible la venganza a la que se dedicara André
desde ese momento. Memorables son, igualmente, los momentos en el teatro donde
André Moreau se convertirá en Scaramouche, con tremendo éxito además, y todas
las escenas donde le vemos ejerciendo de actor. Sidney dedica todo el tiempo
del mundo a estas escenas, homenaje sentido al teatro y a la comedia del arte.
Mención especialísima tienen todas y cada una de la escenas donde Eleanor
Parker y Stewart Granger comparten
plano, su extrema picardía, su liberalidad amorosa, esa llamada “química”,
sus enfados y reconciliaciones, son una de las grandes marcas diferenciales de
la película. Los minutos pasan sin darse cuenta cuando ellos interactúan. Las
clases de esgrima también son extraordinarias, con un Granger que muestra sus
habilidades en estas lides. Tras el duelo entre Noel de Maynes con Philippe y
el propio André, podemos disfrutar del segundo entre los dos antagonistas, en
esta ocasión accidentalmente al descubrir el marqués las clases que Doutreval
le está dando a André, otro momento cumbre. Una bonita escena entre nieblas,
una escena romántica, de increíble fotografía, desarrolla la relación entre Alina
y André Moreau, un amor aparentemente imposible. Me decepciona que al final sea
ésta la pareja que llega a buen fin y no la de André y Leonor, que parecen tal
para cual. Es curioso que mientras en la relación entre André y Leonor se
suceden las escenas pasionales y carnales, en las que protagonizan André y Alina
ni siquiera hay un simple beso durante toda la película, incluido el final.
Se podrían mencionar más, pero es momento de destacar, quizá,
el punto más álgido de esta obra maestra. El combate definitivo entre André
“Scaramouche” Moreau y el marqués Noel de Maynes en un teatro y por todo él
mismo, escenario, gradas, asientos, al borde de la caída desde las alturas del
antiteatro o entre bastidores. Uno de los más grandes y mejores duelos de
espada jamás realizados, de unos 7 minutos, rubricado con esa escena de amor
donde Leonor renuncia a André, un momento, el de Leonor, francamente emotivo.
Puro cine con mayúsculas.
Resulta simpático ver los paralelismos entre “Scaramouche” y
“La guerra de las galaxias”. Los duelos a espada, especialmente el final; la
sorprendente resolución de secretos familiares, especialmente los finales; que
el mismo maestro enseñe a los dos antagonistas; el uso de máscaras para cubrir
el rosto desfigurado del verdadero Scaramouche; la atracción del protagonista
hacia su supuesta hermana, aunque en “Scaramouche” va en sentido contrario al
de la saga galáctica…
Todos los aspectos técnicos y artísticos son magníficos, desde
las interpretaciones, las ya mencionadas y la de Stewart Granger, que está
maravilloso, o los secundarios, todos ajustadísimos, hasta el montaje, ágil y
dinámico, o la dirección ya destacada. La fotografía y la música son de una
altura impresionante, con momentos sublimes. La música subiendo en el momento
en que Scaramouche perdona la vida a Noel de Maynes o la fotografía realzando
los colores, dando una vivacidad, alegría y dinamismo totalmente acorde con el
espíritu de la película o sumergiéndonos en románticas escenas entre nieblas,
como las del inicio o la mencionada escena romántica entre André y Alina. Una
fotografía ejemplar, en exteriores, interiores, de día o de noche.
Salvo por el desenlace de la relación amorosa, que como
comenté no me gusta, hubiera preferido otra elección por parte del
protagonista (aunque Leonor acabe con Napoleón), que es lo único negativo que
se me ocurre oponerle, “Scaramouche” es un deleite en su totalidad. Las lagunas
de guión, las cosas poco verosímiles o el recurrir al tono folletinesco no son,
en absoluto, defectos. George Sidney es perfectamente consciente de lo que hace
y aplica todos los elementos sin el más mínimo complejo, los maneja a su antojo
logrando una obra cumbre del cine de aventuras.
Scaramouche, scaramouche, will you do the fandango…🎶)
ResponderEliminarLo único que me pone de los nervios es ese maquillaje y vestuario tan fifi…
ResponderEliminarPero porque lo veo con mis ojos. Con los de la nena torbellino que fui no tendría la más mínima importancia. Es más, ella me parecería una verdadera princesa elegante y señorial…supongo…pero el color estorba ahora. Envejecen mejor las de B/N. Y eso q es trepidante y divertida…
Yo es que tengo la capacidad para captar y adaptarme a las formas pasadas, exageradas o no, cuando la palidez era sinónimo de belleza y el moreno de vulgaridad...¡Cómo hemos cambiado! jajaja. Quizá por eso no me molestan tanto ese tipo de cosas, sus excéntricos y ultra elegantes vestuarios, incomodísimos, y ese tipo de cosas, pero entinedo que pueda pasar.
Eliminar¡Viva la palidez!
ResponderEliminarA mí lo que me fastidia es la mota gorda que ponen a Leonor en el pómulo izquierdo. La piel sin manchas reales o fingidas, por favor.
La verdad es que uno se pasa la película deseando que ambos sienten las cabezas juntos. Lo peor es que a ella le endilguen a Napoleón.
Que acabe con la pareja Scaramouche-Alina es una manera de establecer la madurez de André y ensalzar los valores del matrimonio fiel. Encuentra su amor verdadero en una mujer que no va de un hombre a otro, intentando casarse con viejos ricos por sus fortunas; su impulso sexual se le queda fijado en la mujer concreta, Alina, en vez de estar revoloteando de una mujer a otra.
El posible problema sería André, ¿va a olvidarse de André?. Por un lado, perdió el combate sin que le matara, con lo que se puede imaginar que Noel sabe que ya no hay afán de venganza contra él, además de que probablemente se entere de que son hermanos. No sé, pero a mí el personaje de Noel me parece el tipo que intentaría la revancha, aunque lo haría tratando de ajustarse a las normas del honor, no es un tipo que asesine por la espalda. Además pierde a Aline, a la que ama y no tenemos motivo para negárselo. Que se mantuviera la pareja Aline-Noel supondría la garantía definitiva de que Noel no buscaría venganza tres meses después, quedaría implícita la posterior redención a través de ese amor. Claro, que entonces quedaría en duda que André sentara la cabeza, o que Leonor no siguiera intentando casarse con ricos en un futuro infeliz para ambos.
Comentario TOP, Rojo4. Acertadísimas reflexiones y concuerdo en todo, incluso lo del lunar, que parece ponen para vulgarizar el personaje.
EliminarLa elección de Alina supone exactamente lo que comentas y también valoro la hombría de Noel. En los tiempos actuales daría para una secuela jajaja.
exite una fotografia en la que se ven a Andre y Noel juntos enfrentando una muchedumbre producto del comienzo de la revolucion francesa y existe otra fotografia en la que se ve a noel en el suelo con sangre en la comisura de sus labios y andre mirandolo como lamentando su muerte a manos de la muchedumbre, es todo lo que he visto no se como subirlas pero si lo supiera te las mostraria, al parecer el director george sidney tenia pensado otro final para la pelicula, puesto que estas fotografias en blanco y negro mostrando escenas de los dos hermanos al lado asi lo prueban sin embargo parece que se decidio por un final rapido y contundente, se preguntaba quien subio estas fotos la web si algun dia se podra ver una reedicion de la pelicula en dvd con esta escena rescatada, no lo sabemos ni siquiera cuanto se filmo de este final lo unico que hay son estas dos fotografias que podras encontrar en la web. Te felicito por interesarte tanto por un viejo film como scaramouche del cual se dice que la escena del duelo es la mejor escena de esgrima de la historia del cine desarrollada por dos actores sin dobles , una verdadera joya de un cine que no se hacia con efectos de computacion y con la intencion de reflejar otros valores como la violencia de las clases altas, las diferencias sociales, los hijos no reconocidos y sus consecuencias, los amores pasajeros y por conveniencia, los flechazos y el utilitarismo de la politica, sin dejar de olvidar las pasiones de la masculinidad y la femeneidad, con un toque de sexualidad sin mostrarla, cine de calidad para mentes de calidad, algo raro de ver hoy en dia. Necesitamos volver a buenos libros y buenos actores como los de esta pelicula para tener algo que trascienda, dejar los productos carilindos de hoy y los libros cuyo final se anticipa para usar mas la cabeza para dar vuelo al corazon, la cabeza, pelead con la cabeza olividad el corazon,,, una frase tan cierta que no se encuentra tan facil hoy en dia. Saludos y os felicito por tan buen blog.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras y estupendo comentario, Anónimo. Me ha interesado mucho el tema del otro final y las fotos que citas, voy a ver si las descubro, ojalá en futuras ediciones bluray o dvd podamos ver algo.
EliminarCierto es que ya no se hace cine como el de antes, la gloria máxima acabó en los 50, aunque siempre haya películas interesantes. Lo bueno es que siempre podemos rescatar estos grandes clásicos.
Muchas gracias por pasarte y leer el blog. Un abrazo.
La elección entre Leonor (Eleanor Parker) y Alina (Janet Leigh) es sencillísima, para preguntarselo a Charlton Heston en Cuando Ruge la Marabunta, y, ¡ eso que no sabía mucho de "pianos"! P.D. Por cierto leí que Ann Blyth en El mundo en sus Manos fue imposición de productor,¿podéis confirmarlo o desmentirlo?.
ResponderEliminarJajaja, intuyo que eres de lo míos, estimado Anónimo.
EliminarSobre Blyth no puedo asegurártelo, pero no me extrañaría, si me entero lo comentaré. Lo que sí puedo ofrecer es un análisis de EL MUNDO EN SUS MANOS en este mismo blog :))