Una de las claves que han hecho eterna esta historia de amor
es lo bien tratado que está el triángulo amoroso. Aquí no hay un villano que
hace que todos queramos que la chica se quede con el bueno, que nos preguntemos
por qué está con semejante personaje, por qué no huye con el héroe. Aquí no hay
villanos, todos nos caen bien e incluso son admirables en muchos sentidos,
entendemos a la perfección la admiración que Ilsa siente por Victor, que
es retratado como ideal, lejos de manipulaciones burdas para que nos parezca
peor que Rick, de hecho Rick tiene aspectos más despreciables. Así veremos el
incondicional amor de Victor a Ilsa, cómo intenta que ella escape a toda costa,
echándole piadosas y evidentes mentiras para que acepte irse sin él, ya que
sólo es posible lograr un visado para ella. Por supuesto Ilsa se negará,
manteniéndose a su lado. No podemos más que respetar y admirar a Laszlo, como
también hace Rick, un Rick que es clave en toda la trama de los salvoconductos,
evidentemente.
Ferrari también aparecerá retratado a la perfección, con
loros que siempre están a su lado, como la sombra de ese que vemos en el encuadre
cuando les dé la pista sobre Rick a Ilsa y Laszlo, con su puro y su matamoscas. No hay ni un solo
personaje, por pequeña que sea su participación, sin cuidar al máximo. Otro
ejemplo de esto lo tenemos en el ladrón, que vimos al inicio de la película
timar a dos pobres ingenuos y luego volverá a hacerlo con un cliente de Rick, de
forma poco sutil, en un divertido gag.
Todas las escenas tienen un sabor especial gracias a un
trabajo de dirección e interpretación de primer nivel, te quedas embobado
viendo a Bogart, cómo sirve su copa a Renault en la conversación que ambos
tienen a continuación, mientras nos dejan fascinados con los magistrales
diálogos, en especial las líneas de Renault, siempre brillantes.
“Le dije a Strasser que no encontraría los salvoconductos,
pero a mis hombres les mandé ser muy destructivos. Ya sabe lo que eso
impresiona a los alemanes."
La progresión narrativa es perfecta, con la tensión en aumento,
como vemos en la pelea que interrumpe Rick. Crispación, tensión, odio entre
bandos con una chica, Yvonne, como excusa.
Entramos en la que es la fase más tensa pero sobre todo más
emotiva de la película, con una sucesión de secuencias entrañables o de
desbordante emoción. La primera es la simpática escena del camarero Carl (S. Z.
Sakall), con la veterana pareja que ha conseguido sus pasajes para América y no
tienen ni idea de inglés. Detalles como la copita que el camarero se lleva para
brindar con ellos son los que hacen especial a esta película. Son judíos.
La segunda me emociona especialmente. He comentado las
reiteradas apariciones de una parejita búlgara en segundo plano durante la
narración. Primero mirando las detenciones de la policía, luego mirando el
avión que lleva a Lisboa, posteriormente en la prefectura donde Laszlo e Ilsa
van a ver a Renault y por último en el “Loro Azul”. Su historia acaba en el
“Rick’s Café”. Todo acaba en el “Rick’s Café". El último destino al que
encaminaron a la pareja fue al despacho del capitán Renault, allí nuestro
cínico jefe de policía chantajeó a la joven pareja, a ella concretamente,
Annina Brandel (Joy Page), para que la bonita joven le proporcionara sexo a
cambio de dinero, el juego habitual de Renault. La virtud de esta historia es
que gracias a su planteamiento y exposición (sus continuas apariciones) no es
un episodio suelto, gratuito, que tiene la simple intención de retratar las
dramáticas circunstancias de tanta gente en Casablanca, sino que se relacionará
a varios niveles con la historia principal, vinculando a personajes con ella
(Renault, Rick…), y haciendo que su historia se relacione de forma tangencial
con la historia de amor principal, influyendo en ella, ya que logrará la
identificación de Rick con el sacrificio que la chica está dispuesta a hacer.
“Nadie me ha amado de ese modo."
Así tendremos un hermosísimo gesto de Rick, cuando se había
negado inicialmente a seguir hablando con la chica, manipulando la ruleta para
que el chaval que está jugando y perdiendo el dinero gane el suficiente para
que su amada no necesite rebajarse al chantaje de Renault. Rick parece que sí
es un sentimental, como le recordará de nuevo Renault poco después, y las
palabras de la chica surtieron más efecto del que quiso dejar ver. Los gestos
de Carl, las miradas de la novia, de Renault, el abrazo de la chica con Rick…
acaban definiendo una escena magistral. Me conmueve especialmente.
Además hay otro pequeño detalle que me encanta personalmente,
el gesto de cariño de Rick a su crupier, demostrándole su total confianza y
complicidad, un eco del pequeño “desliz” que tuvo al “permitir” que un cliente
consiguiera 20 mil francos. Como dije, nada queda suelto en “Casablanca” y
todos los personajes y sus relaciones quedan perfectamente definidas y tratadas
con mimo. Todas las historias se cerrarán, por pequeñas que sean. Por esto, y
otras muchas cosas, es una de las mayores joyas del cine.
Todos los personajes de “Casablanca” están perfectamente
dibujados, por pequeño que sea su papel.
Esta escena tiene su paralelismo con la tercera de esta
terna mencionada, que es una de las más recordadas, míticas e inolvidables de
la cinta. La de La Marsellesa cantada a coro por todo el “Rick’s Café”. Dos
escenas que tienen mucho en común en su contraste. Una es un acto casi secreto,
altruista, discreto, pequeño, el de Rick. La otra es un acto heroico,
grandilocuente, público, simbólico, el de Laszlo. Dos luchas, dos formas, la de
Laszlo constante, firme y decidida; la de Rick progresando en su evolución,
como avergonzado por no poder contener su pulsión interna con su coraza. El
idealista resquebrajado de Rick.
Una escena de exaltación patriótica y emoción absolutamente
desbordada que es muy difícil que no conmueva, imposible. Un gesto y un momento
de liberación ante la opresión usando elementos simbólicos, un himno, que
permite hacer sentirse un poco libres a los allí congregados, que se sienten
presos y oprimidos, asfixiados, y a los que La Marsellesa les hará respirar un
poco de aire fresco. De nuevo una canción, la música, liberadora y canalizadora
de sentimientos, emociones, recuerdos… Símbolo y motivadora de compromisos.
Un pulso entre el himno alemán, prepotente, imponiéndose aunque
son pocos, que debe ceder finalmente ante la decisión de la mayoría y La Marsellesa, una mayoría falta de
un líder hasta que llega Laszlo. El juego de miradas aquí se hace apoteósico,
épico, magistral. Una dirección digna de un genio, no falta un solo plano. Las
miradas de Rick, su permiso para que la banda inicie La Marsellesa, la panorámica
a Renault, la frustración alemana, el plano a la frívola, emocionada y conmovida
Yvonne cantando, la agitada respiración de Ilsa, que es la de todos, la
cantante y su guitarra afinando, la pasión de Laszlo comandando, que cuando tiene su primer plano en el momento álgido de La Marsellesa emociona a todo espectador de forma sublime, la mirada de
Ilsa de absoluta admiración y amor hacia su marido… una victoria simbólica ante
los alemanes, premonitoria, quizá, comandada por un firme, impulsivo e
irreductible director de orquesta. Victor Laszlo. Admirable.
El humor salpica toda la narración, no sólo en los diálogos
sino también con gags visuales, alguno he comentado. Otro ejemplo lo tenemos en
el juego con la copita de licor que Carl le quita a Rick y como éste lo fulmina
con la mirada. Es especialmente divertida por lo que tiene de descriptivo del
personaje protagonista, Rick, un duro sin fisuras.
La relación entre Renault y Rick es uno de los elementos
indispensables de “Casablanca”, un vínculo casi invisible, dos personajes muy
similares que se tienen un especial aprecio, por eso Renault no se enfadará por
la actuación de Rick con la pareja búlgara que le evitó una noche de pasión.
La relación de amor-odio entre Rick y Laszlo, sobre todo por
parte de Rick, sigue su curso. Laszlo querrá conseguir los salvoconductos que
tiene Rick, apelará a su pasado idealista, pero nuestro protagonista no cederá,
el rencor e Ilsa se lo impiden.
“Pregunte a su mujer."
La reacción alemana a la osadía de Laszlo no se hará
esperar. El “Rick’s Café” cerrado. La tensión aumenta, las amenazas aparecen
sin disimulos.
-Crupier: Sus ganancias, señor.
-Renault: Muchas gracias.
“Bueno, ya habrá podido usted observar que la vida en
Casablanca tiene muy escaso valor."
Ilsa y Laszlo.
La relación de Ilsa y Laszlo tiene una escena clave, su
conversación en el hotel antes de que él salga a una reunión clandestina. Allí
veremos el absoluto amor y comprensión de ese bendito que es Laszlo, su
conocimiento, aunque no lo parezca ni de síntomas de afectación, sobre lo que
ocurrió entre Rick y su mujer en París. Los besos de la pareja son castos, en
la cara, lo que denota falta de pasión y da una pista sobre los verdaderos
sentimientos de Ilsa, que no dudará en succionar la boca de Rick a conciencia
en cuanto se dé la ocasión. Hay un evidente desfase entre el amor de Victor y
el de Ilsa. Él lo declarará explícitamente, ella no.
Los dos saldrán del hotel, cada uno por su lado, ella en
secreto. Los dos luchando a su manera por el otro, por sus ideales y por amor.
Si bien Ilsa no declara su amor sí hará gestos que demuestran sus sentimientos
de cariño y fidelidad a Laszlo, aunque se rendirá cuando Rick se ponga
dramático.
Un plano “encarcelado” de Rick y Carl muestra el estado en
el que se encuentra el Café, otro detalle magistral. La relación de Rick con
sus trabajadores es fantástica, cariño y respeto, amistad y fidelidad sin
matices ni fisuras. En la versión doblada se hablarán respetuosamente de usted,
lo que traslada de forma adecuada el tipo de relación que tienen, donde Rick es
el jefe firme, pero donde el cariño es evidente. Respeto y cariño. Una relación
que es complicado ver en el cine actual, desgraciadamente.
Si bien la cinta es tremendamente fluida gracias a los
movimientos de cámara, travellings, panorámicas, ágil montaje y movimiento de los
personajes dentro del encuadre típicos de Curtiz, la cinta también tiene, como
es normal en el cine clásico, grandes planos sostenidos.
“Ahora soy Richard, como en París."
El esperado nuevo encuentro entre Ilsa y Rick se iniciará
con un ligero contrapicado y durante la conversación Rick verbalizará su nueva
filosofía.
Ilsa, dispuesta a todo, amenazará a Rick con un arma, el
recurso característico para mostrar un hecho tan sorprendente será el
travelling rápido de acercamiento.
“Anda dispara, me harás un favor."
Ilsa no podrá y lo que no logró un arma lo lograrán sus
lágrimas, enternecer a Rick, no olvidemos que es un sentimental. Por supuesto
que con Rick sí que habrá un buen beso en la boca, el contraste en escenas
sucesivas es evidente y marcan muy bien la diferencia. También se sugiere algo
más que un simple beso.
“El día que te fuiste de París no sabes lo que pude sufrir,
no sabes cómo te he querido… y te quiero todavía”.
El foco volverá a aparecer, iluminando intermitentemente a
un Bogart que se asomaba entre sombras a la ventana. Luces y sombras para esa
tormentosa relación. Ilsa explicará que creyó muerto a Laszlo, que se enteró de
que vivía justo el día en que debía irse con Rick de París y que la necesitaba,
esa fue la causa del abandono. Mientras Ilsa habla Rick descubre que sí le amó
de “esa manera”, al contrario de lo que le dijo a la joven búlgara. Ilsa actuó
de forma responsable, protegiendo a los dos hombres de su vida. Aquí los
primeros planos volverán a ser un auténtico monumento, íntimos, acogedores,
después de los generales que situaron la escena.
“Tienes que pensar por los dos, por todos nosotros."
Sacrificios y renuncias por amor, la verdadera esencia del
mismo. Carl llevará a un herido Laszlo al Café y allí descubrirá a Ilsa, la
cara de ésta aparecerá reflejada en un espejo y se ensombrecerá, mostrando su
doble juego de forma visual. Lo mismo ocurrirá poco después cuando Rick vaya a
atender a Laszlo, veremos cómo éste desciende las escaleras a través de otro
espejo, retratando la ocultación y la mentira ante Laszlo. No faltarán las breves notas intensas del “As time goes by” cuando Carl vea a Ilsa.
Rick y Laszlo tendrán una clarificadora conversación con
diálogos maravillosos, como es costumbre. “Casablanca” es una película para
deleitarse viéndola… y escuchándola.
“No respire y morirá. No combata al mal y morirá el mundo."
“¿Sabe usted la impresión que me da? La de un hombre que
intenta convencerse a sí mismo de algo que no puede creer. Cada uno tiene su
destino, para bien o para mal."
“Sabe usted mucho sobre mi destino."
“… como no hubo culpables no le pido explicaciones."
Aquí Laszlo conquista a todos los espectadores, su sabiduría,
elocuencia, la forma de retratar con acierto al bueno de Rick, su disposición a
sacrificarse, su gesto altruista y de amor puro hacia Ilsa para que Rick la
salve… hacen de este alegórico personaje un dechado de virtudes consciente de
todo, lúcido y auténtico, incluso más humanizado gracias a esta escena.
“… también soy un ser humano. Sí, la quiero hasta ese
punto."
Una intensísima y significativa conversación en estricto
plano y contraplano. La sonrisa cínica y de autocomplacencia y la calada a su
cigarro de Bogart en ligero contrapicado que se acerca a su rostro cuando
arrestan a Laszlo, en uno de los planos más recordados y fotografiados de la
cinta.
Rick se pondrá manos a la obra, manipulará a Renault y
fingirá una completa falta de escrúpulos para hacerle creer que quiere a
Laszlo encerrado, pero con cargos graves y así poder huir con Ilsa. Es posible
que se piense que Renault no acabó de entender del todo a Rick y por eso cae en
el engaño… o quizá lo entiende perfectamente. Además venderá su Café a Ferrari,
un sueño húmedo del personaje interpretado magníficamente por Sydney
Greenstreet, dejando perfectamente colocados a todos sus trabajadores, sobre
todo a Sam. Ferrari seguirá rodeado de loros y usando su matamoscas.
Un picado general mostrará el mítico Café de Rick vacio
mientras él se dirige a abrir la puerta a Renault. Un plano maravilloso de
ese bar que a estas alturas conocemos a la perfección.
Aquí Rick desvelará parte de sus intenciones, su engaño a
Renault, que se muestra algo contrariado. Como curiosidad debo mencionar que
cuando Renault pregunta por los salvoconductos hace el amago de mirar al piano
de Sam, que es donde Rick los tenía escondidos, sin que éste se lo haya dicho
aún, lo que hará en la siguiente línea de diálogo, si bien es cierto que es una
apreciación muy personal.
-Renault: Ese es mi punto menos vulnerable.
Todos los personajes en “Casablanca” son hábiles e
inteligentes, llegados a este punto tenemos varias muestras seguidas, el engaño
de Rick o la falsa llamada de Renault al aeropuerto que en realidad hace a
Strasser. Strasser también andará avispado.
Vimos niebla a la entrada de Renault en el Café y veremos
aún más en el aeropuerto, un elemento que le da todavía más sabor al
esplendoroso final. Un recurso, usado para ocultar limitaciones de producción y
en los decorados, convertido en virtud. Un clímax maravilloso.
Dedicada a Pablo Lázaro y Penny Lane, que seguro se emocionaron con La Masellesa.
Me encantan tu manea de explicarnos las cosas!! Gracias!!!
ResponderEliminar¿Sí? Genial Reina, me alegra mucho que te agrade. Un besazo.
EliminarTiene que ser una escena maravillosa para conseguir que yo me emocione con la Marsellesa, con el cariño que les tengo a los franceses...
ResponderEliminarJajaja eso hemos pansado unos cuantos amigo Keyser, creo que se logra porque lo universaliza, lo convierte en abstracto, no es el himno de Francia sino que acaba simbolizando el concepto de Libertad. Además es un himno muy bonito.
EliminarUn abrazo.
Pues sí MrSambo, es un himno muy bonito, las cosas como sean, y el significado de simbólico himno universal del liberalismo en la época del nazismo, fascismo y comunismo (aunque "aliado" a última hora...), y eso, el personaje de Víctor Laszlo en esa escena gana muchos enteros. Es una enorme película MrSambo, el master de ironía con todas las réplicas de Rick, estas escenas que comentas, la de trucar la ruleta a mí también me emocionó, dan ganas de volverla a ver. Nunca envejecerá.
EliminarEse abrazo de vuelta!
Sí, creo que nos pasa a muchos, seguramente a ti también, que de alguna forma cada cierto tiempo te llama de nuevo para que la vuelvas a ver, quizá para ver si Ilsa esta vez se queda y no sube al avión jaja.
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