viernes, 8 de marzo de 2013

Crítica: EL LEGADO DE BOURNE (2012)

TONY GILROY









La trilogía de Bourne ha sido un auténtico y justo éxito. Se ha convertido en un referente y una de las más notables sagas de acción que se han realizado, de influencia esencial en el estilo y forma de muchas cintas que han venido después. Una acción realista con guiones muy trabajados, coreografías espléndidas y estilo visual muy europeo. La elaboración y reinvención del héroe, su oscuridad y realismo, han influido a buen seguro en la nueva imagen de James Bond, por poner un ejemplo, que comenzó con “Casino Royale (Martin Campbell, 2006). Esta visión distinta del héroe tuvo su remate definitivo con los “Batman” de Christopher Nolan, que pudo coger mucho de las intenciones de esta cinta también, ¿por qué no?



Las escenas de peleas en la trilogía original de Bourne son algunas de las mejores que se han rodado en el cine moderno, luchas de una contundencia asombrosa, realismo y brillantez en las coreografías, absolutamente deslumbrantes, que hacen palidecer a la mayoría de las que vemos en el resto de películas. De influencia indispensable. Las peleas son lo más destacado, pero todas las escenas de acción son extraordinarias. Esto sería fuego de artificios sino hubiera detrás un buen guión y entramado, así como un protagonista bien dibujado y desarrollado, un mimo por los personajes. Evidentemente lo hay.


Pues de todo esto que comento, de todas las virtudes que hicieron de esa trilogía un referente, queda poco, tan solo ecos, en esta nueva entrega que pretende beneficiarse del prestigio de la trilogía original protagonizada por Matt Damon en 2002, 2004 y 2007. No se han escatimado recursos y además tiene un gran reparto, el cada vez más conocido, especialmente en el cine de acción, Jeremy Renner, la bella Rachel Weisz y Edward Norton son el trío protagonista.





El agua es un elemento indispensable en la saga de Bourne, un montón de acontecimientos importantes ocurren en ella, aquí iniciaremos la narración donde la dejamos, en apariencia, con nuestro héroe en el agua… sólo que es un héroe distinto. Es algo así como el líquido amniótico del que salen los protagonistas, nuevos comienzos, nacimientos o renacimientos. El baño que se da Aaron Cross (Jeremy Renner) en Alaska, en medio del hielo con un plano aéreo final espectacular, es una buena forma de empezar.



Un grupo especializado de agentes, superiores al resto merced a una medicación que potencia su físico y su inteligencia, empieza a ser eliminado para no dejar rastro del programa al que pertenecen, por causa de la huida de Jason Bourne.



Renner, Aaron Cross, será el único superviviente de la matanza, afortunadamente. Las escenas iniciales lo muestran superando en tiempo récord una prueba y encontrándose con otro miembro del equipo. Él es curioso y sociable, su compañero es más retraído y blindado. Mantendrán una tensa conversación, que no llevará a nada, en estricto plano-contraplano. En la cabaña de este nuevo agente verá tallado el nombre de Jason Bourne. Nuestro protagonista demuestra ser un excepcional superviviente, una presentación adecuada para que veamos su competencia, teniendo en cuenta la persecución que va a sufrir. Los tejemanejes políticos y la prueba de supervivencia y resistencia de Cross se mostrarán en un montaje alterno, paralelo. De igual manera se introducirá otra trama, la que protagoniza Rachel Weisz en su laboratorio, el que supervisa a esos superagentes y crea la sofisticada medicación. Estas tramas, como es lógico, se acabarán fusionando. Aaron Cross ha asimilado la pastilla que le dota de gran superioridad física, ahora permanente, algo que él no sabe. Querrá que la doctora Marta Shearing le inocule el virus que le hará asimilar también el desarrollo mental. En este sentido es interesante el planteamiento de héroe limitado, brillante gracias a los medicamentos, vulnerable por tanto, intelectualmente, ya que era limitado en este sentido. Esta vulnerabilidad deja instantes emotivos, como cuando se lo confiesa a Marta. Aaron también explicará a Marta que debe romper cualquier vínculo con su vida pasada, cualquier conexión afectuosa, para poder sobrevivir.





La inteligencia y poderío físico de Cross quedará patente en todo momento, ejemplos hay muchos, como cuando acaba con los lobos que le perseguían poniéndose como cebo o se saca el chip de localización de su cuerpo. Es un cazador.

Habrá múltiples referencias a la trilogía original, se hablará de Bourne, veremos su foto, también veremos a Albert Finney y a Joan Allen (a la que se considerará una traidora por ayudar a Bourne, trabajo de propaganda)…


Edward Norton interpreta al villano de la función, que manejará los hilos para acabar con los agentes del programa. Conoce a Cross, como nos lo mostrarán en un flashback. Allí veremos a un Cross con conciencia moral. Norton es el poder oculto que debe mantener un orden en base a sus objetivos, pocas veces morales. Otro flashback nos mostrará algún encuentro entre Marta y Aaron cuando pasaba reconocimiento. Norton usará los medios de comunicación para crear la opinión pretendida y también situar a sus objetivos en el punto de mira, lo veremos con la doctora Shearing (Rachel Weisz) y también al final con Joan Allen. Estos villanos tendrán todos los medios a su disposición, de todo tipo, para intentar cazar a nuestros protagonistas.


Hay tres o cuatro escenas destacadas, a nivel de espectáculo. Ninguna está a la altura de la trilogía original, a años luz de hecho, pero son lo más potable de la cinta. Lo cierto es que cuando acaba el clímax te quedas con cara de ¿esto es todo? El momento en el que Cross acaba con el avión que pretende matarle al inicio, que deja un buen plano cuando lo vemos estrellarse detrás del protagonista; la escena donde Cross rescata a la doctora Shearing, que tiene un notable plano sin cortes en el que vemos al protagonista escalar por el exterior de la casa, introducirse dentro y matar al agente femenino; el clímax final con la persecución de un competente agente de rasgos orientales, incansable, que deja buenos momentos en moto, coche y por los tejados, con buenos detalles de montaje y puesta en escena, aunque son buenos momentos sueltos porque en general todo resulta excesivo y confuso a nivel formal, con un montaje en exceso sincopado. El montaje con mucho corte es un rasgo distintivo de la saga, pero aquí no acaba de estar tan acertado como en las cintas originales. Allí las peleas se veían realmente bien, aquí se suponen más bien… Estas son las escenas más destacadas a nivel de acción.



Las peleas han quedado tremendamente reducidas y tienen poco interés.




También es destacable la locura homicida de uno de los compañeros de laboratorio de Marta, un agente encubierto que debe eliminar todas las pruebas que allí se conservan. Esta escena deja buenos momentos de suspense.

El resto de agentes irán muriendo uno a uno, un cambio en la medicación parece la forma más efectiva.

Viajaremos bastante, Corea, Chicago, Manila…

Hay proliferación de cristales y espejos en la cinta, monitores y videos, un mundo oculto y aislado, falso también. Los decorados también serán usados con aciertos en ocasiones, el espejo donde se refleja Weisz, la escalera de caracol de su casa… son elementos que anuncian claves de la trama, la falsedad, las apariencias, la espiral de acción, violencia y engaños donde está a punto de caer la protagonista. Marta es una brillante científica, sin apenas vida privada, controlada por los agentes que van a buscarla a su casa. Quiere viajar para encontrarse con su pareja, aunque eso no sucederá. Estos agentes pretenden matarla, hacerla pasar por una suicida, pero Aaron hará de Deus ex machina.




Aaron irá siendo consciente, al hablar con Marta, de lo que era para sus mandos, un objeto, un número.

Esta “El legado de Bourne” acaba por ser una película de semi superhéroes, donde, merced a las pastillas, agentes como Aaron adquieren casi superpoderes. Todos estos detalles provocan que la cinta tenga una incómoda sensación de falta de concreción en su tono, del realismo pretendido en su look, que viene de la saga original, a ciertas licencias que restan fuerza en ese sentido.

Manila.

Aquí nuestro protagonista mostrará los primeros síntomas de deterioro por la falta de medicación. Aunque seguirá deshaciéndose de guardas de forma contundente su estado físico, tras la inoculación del virus que le hará asimilar el medicamento que lo hará estable también en sus extraordinarias capacidades mentales, no tardará mucho en padecer los efectos del virus. Una cámara que distorsiona la imagen recreará su estado. Casi paralizado. Revivirá su pasado. Es bonita la escena donde Aaron pide a Marta que lo abandone para salvarse ella. Por la mañana comenzará la parte final, Aaron abandona el estuche donde guardaba las pastillas, colgándolo de un espejo, abandonando a la persona que fue. Recuperado justo a tiempo.


La película se vertebra en la clásica estructura de persecución y supervivencia, lo que llegará a su punto álgido en esta parte final. Persecuciones por tejados, el agente oriental tenaz y eficiente, y con el que suponemos un enfrentamiento que llega de forma muy tangencial y sosa, persecución de motos y coches… Los protagonistas realizan un gran trabajo físico, especialmente Jeremy Renner.




La persecución en moto es vistosa, si bien es cierto que resulta demasiado fantástica y exagerada, no resulta creíble que un coche logre mantener el ritmo de una moto en una carretera atestada de vehículos… Finalmente será Marta la que acabe con el villano, que tendrá un espectacular accidente.



Tendremos un buen detalle en ese encuadre que muestra el reloj que tenía Aaron en la pulsera del dueño del barco que lleva a los protagonistas en la escena final, una forma de explicar cuál fue el pago por ponerlos a salvo en alta mar. Otra vez el agua y lo primitivo como salida a la persecución tecnológica a la que eran sometidos nuestros protagonistas.

En estos momentos de paz habrá tiempo para la sutileza amorosa en forma de declaración de Marta (Weisz).



Esperaba que nos hubiéramos perdido”.


 



El legado de Bourne” mantiene, vulgarizados, los rasgos estilísticos de la trilogía original, usados con infinito menos talento. La voluntaria dirección imprecisa, con movimientos de cámara constantes y nerviosos, los bruscos saltos en los encuadres, de la lejanía a la cercanía, la inestabilidad de los mismos, zooms pronunciados… Todo ello da como resultado una cinta flojilla, decepcionante por el nivel de sus predecesoras, que sabe a poco por las diferencias en lo que han sido los tradicionales puntos fuertes de la saga, una buena trama, aquí muy adelgazada e intrascendente, y las escenas de acción, aquí bastante normalitas en líneas generales, sólo destacables en momentos muy concretos. Además de esa sensación de realismo que aquí se pierde a menudo. 

Entretenidilla pero muy por debajo de la excelente trilogía original.






2 comentarios:

  1. Buenas Master...

    De acuerdo. Buena peli pero no le llega a la trilogía ni a la suela de los zapatos... se podía haber sacado mas. Medios tenían y Renner me parece un tipo muy válido para estos papeles...

    La duda que me quedó es si va a ser otra trilogía...


    PD: Vi el otro día "war horse", te he leído la crítica y en esta no estoy tan de acuerdo. Buena peli, grandes paisajes y muy bien ambientada... pero me pareció muy lenta.

    Me voy a ver Looper... jejeje esta va a ser un peliculón si o si.... xDxD

    Cuídate.

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    1. Muy buenas Taillon, coincido con lo de Renner, se está haciendo un nombre en el mundo del cine de acción. Supongo que era complicado mantener el nivel. No sé si habrá nueva trilogía o más secuelas, aunque debo reconocer que lo daba por hecho.

      Siento que no te gustara WAR HORSE. Parece que ahora Spielberg va a pasar de ser uno de los mejores narradores que ha dado el cine y el crack del entretenimiento al tío más pesado del mundo jajaja. No puedo estar de acuerdo, su ritmo es tranquilo y sí entiendo que si estás acostumbrado o te gusta otro tipo de ritmo se pueda hacer pesada, pero la narración es magistral, avanza en todo momento desarrollando set pieces a la perfección con continuos personajes nuevos a los que hay que presentar y desarrollar, aunque sea brevemente... Pero bueno, no es una cinta perfecta y sé que a mucha gente no entusiasmará, lo veo normal.

      LOOPER es una buena cinta de scifi con profundidad, aunque también tiene defectos, espero que la disfrutes más sin duda.

      Un abrazo amigo.

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