
Poderosas voces, aunque el cantante Olaf Senkbeil se muestra
mucho más limitado que el líder de Fair Warning, Tommy Heart , ampulosidad con
épicos teclados, y melodías, y unas guitarras tan personales como intensas,
agudísimas e inconfundibles. CC Behrens, el batería, también es
miembro de los Fair Warning.
Pura melodía que rellena los altavoces con coros casi
operísticos, melodías casi orgiásticas de desaforado lirismo y armonías que
funden la sentimentalidad melódica con la potencia más heavy.
Un estilo que enamora o satura pero difícilmente dejará de llamar la
atención.

Además como en el caso de Fair Warning hay temas duros,
medios tiempos y baladas, y no se renuncia a los matices acústicos.
Un proyecto de gran envergadura y calidad, muy personal y
que sigue a la perfección la senda de los Fair Warning. Es fácil que los
Scorpions también vengan a la cabeza alguna que otra vez.
Este “Here Comes The Flood” es su disco debut y el mejor de
su discografía, que hasta ahora consta de tres álbumes. El resto, manteniendo
los mismos parámetros y calidad en la ejecución, tienen un nivel inferior
bastante marcado, mucho menos inspirados, aunque con buenos momentos.
Olaf Senkbeil a las voces, Helge Engelke en las guitarras,
Torsten Lüderwaldt en los teclados, Ole Hempelmann en el bajo y C. C. Beherens
a la batería.

Ten Years Blind: Riff contundente para un tema pesado y
potente. Canción más oscura pero con patrones que se asemejan. Menos vistosa
pero de la misma calidad. Detalles que recuerdan a unos alegres Led Zeppelin en
las primeras estrofas. Todo cambia en el puente, florido y muy melódico, de
nuevo parece un estribillo, además contrasta con él, ya que éste es más pesado y
mucho menos pegadizo, más hardrockero. Vuelven las estrofas zeppelianas hasta
el puente y el nuevo estribillo, que contiene coros oscuros. Una estrofa tremendamente
melódica y muy épica florece de forma magnífica tras éste segundo estribillo.
Parón instrumental, que también tiene un deje zeppeliano, y que da paso al puente y
el estribillo. Voces principales dobladas en el estribillo que antecede a otro
virguero solo de guitarra, lucido y muy chispeante, que nos acompañará hasta el
final y compartirá presencia con intermitentes coros épicos. Otro final de
antología.
Come With Me: De nuevo detalles de sintetizador y teclados
espectaculares dan comienzo a otra barroca melodía aorera. Estrofas melódicas
que cobran intensidad de aliento heavy y alcanzan un puente que de nuevo podría
pasar por estribillo, y cuando parece que volveremos a otra estrofa llega el
verdadero estribillo, perfecto e intenso, que vuelve a ejemplificar las mejores
virtudes del grupo. Lirismo exacerbado e intenso. Una vez se repite la
estructura llegamos a un nuevo solo de Engelke tras el estribillo,
brillantísimo, muy lírico y agudo y tomándose mimo y tiempo para elaborarlo y
clavarlo con todo el sentimiento posible. El puente que sigue al solo, con
ciertas variaciones melódicas sutiles, es una maravilla. Un amanecer lírico y
melódico, puro dramatismo aorero. En la parte final se juega con el estribillo,
detalles de coros grandilocuentes, aceleraciones de batería, cambios en la
línea vocal principal y las imprescindibles armonías con la guitarra virtuosa
luciéndose. “Dreamtide”, siempre dramáticos, pomposos y espectaculares.

Crashed: Pequeño solo de sintetizador y reminiscencias
orientales para dar inicio al tema. Un tema duro de coros potentes, una canción
más seca aunque contenga los mismos elementos barrocos y vistosos habituales,
pero en el estribillo los duros coros dan un contraste más seco y pesado al
tema. Dicho esto el estribillo vuelve a ser otro acierto, larguísimo y muy
elaborado en la línea habitual. Tras el segundo estribillo tenemos un parón
donde una voz nos habla y la guitarra de Engelke se luce en segundo plano hasta
estallar en su virtuosismo habitual, rubricado con los sintetizadores distorsionados que escuchamos
al inicio. Las estrofas vuelven a crecer en intensidad para encarar el final
con el estribillo a todo poder, y un Olaf Senkbeil desgañitándose antes y
durante el espectacular cambio de ritmo, que también tendrá una importante
presencia de la imprescindible guitarra de Engelke, que se luce hasta el final.
Un final sensacional.

Moment Of Truth: Uno de los temas más destacados del disco.
Inicio suave con violines acompañando a una guitarra casi sin amplificar que
sirven de marco a las primeras estrofas de la línea vocal. El estribillo
estalla con intensidad pero con una solitaria guitarra acompañando a la voz
principal, una vez acaba entrará el resto del acompañamiento, excelente.
Engelke nos deja detalles de su maestría como transición para seguir avanzando.
La intensidad va subiendo, variaciones de Senkbeil hasta llegar a un
estribillo con todos los recursos del grupo a pleno rendimiento. La guitarra
entra de forma muy sutil, casi como una línea melódica que se va desarrollando.
Parón donde empiezan a entrar coros, femeninos, como pausa antes de llegar al
verdadero y espléndido solo de guitarra. Los estribillos no nos abandonarán
hasta el final, pero como acostumbra el grupo irá añadiendo multitud de
elementos, coros femeninos que dialogarán con la voz principal, variaciones en
la melodía del estribillo y detalles guitarreros por todos lados. Otro final
orgásmico y barroco de gran belleza.

Heaven Knows: Nuevo inicio de sintetizador para esta
preciosa balada. Una melodía preciosa acompañada de unos espectaculares y ampulosos sintetizadores, cuerdas, coros y una suave pero
grandilocuente base de percusión. Incluso en los temas más sencillos en
apariencia “Dreamtide” marca su estilo más barroco. No hay riffs, no hay
guitarras ni una batería potente. Es todo orquestal, pero tan dramático y
operístico como acostumbran. Los coros
en el estribillo son una gozada.

I Take The Weight Off Your Shoulders: Magnífica melodía la
que tiene este tema, iniciada con un sintetizador y luego una guitarra para
romper con la batería. Una onda a Bob Catley y los Magnum en su estilo.
Pegadiza, intensa y muy lírica, aunque menos épica inicialmente. El puente es
sublime, alargado y extenso, impecable. Gran estribillo muy de AOR clásico con
grandes apuntes de teclado del omnipresente Torsten Lüderwaldt. Pausa tras el
segundo estribillo con estrofas distintas y un ritmo más calmado para entrar en
el solo de guitarra, nuevamente brillante. El uso del vibrato de Engelke es una
maravilla en todos los temas, rasgo imprescindible de su estilo. Estrofas casi
sin acompañamiento y ruptura hacia el final con juegos de voces en el
estribillo, improvisaciones, grandilocuentes coros, la base melódica de la guitarra
y buenos puenteos. Otro soberbio tema.
Cross The Line: Tema muy en la onda de U2, especialmente en
las estrofas y ese inicio muy típico de Bono y los suyos. La cosa cambia un
tanto en el estribillo, coros femeninos presentes y la intensidad lírica clásica del
grupo aunque mucho más matizada. Buena melodía y trabajo melódico del bajo. La
guitarra lleva un riff con wah wah, un recurso que Engelke usa mucho. La
estructura se repite hasta que al final del tema entra la guitarra para romper el
orden e iniciar las improvisaciones del clímax. Agradable tema.
Phoenix Tears: Para concluir un tema instrumental para total
lucimiento de Engelke, si bien es cierto que al haberse lucido de forma
descomunal a lo largo del álbum aquí se muestra elegante y discreto. Es
obligado mencionar el uso del vibrato una vez más guiando la melodía en sus
momentos más agudos. Una preciosa melodía. Lenta y sensible.
Temas muy extensos en su mayoría, muy elaborados. El disco
tiene dos pequeños defectos, la voz de Olaf Senkbeil, que no puede hacer
olvidar en ningún momento a Tommy Heart, y no parece el cantante más adecuado
para el lirismo exacerbado y épico de las melodías del grupo, y una producción
poco limpia, no muy depurada, que no logra sacar todo el partido a la
espectacularidad del grupo, un sonido no del todo definido que tapa matices y
da sensación de barullo en ocasiones. Esto no impide que disfrutes de esta
grandísima obra, pero un sonido más limpio hubiera dado como resultado una obra
verdaderamente impresionante a nivel sonoro.
Magnífico disco, con pocos peros que ponerle, salvo que su
marcado estilo te sature, cosa que tampoco sería rara, pero si conectas con él
deslumbra. Mención especial para el trabajo de Helge Engelke, su uso del
vibrato y los agudos es una maravilla.
El legado de Fair Warning, prácticamente un nuevo disco de los teutones tras sacar aquél "4" (con sus altos y sus bajos, pero con temazos), y decidir separarse (por un tiempo).
ResponderEliminarPara mi fue sensacional descubrir que Engelke decidía seguir explorando su música y su sonido a través de éste proyecto, los dos primeros discos me encantaron, aunque reconozco que con el último he fruncido un poco el ceño.
Ahora bien, también debo decir que los discos recientes de Fair Warning tras reunirse no han sido santo de mi devoción, me da la sensación de que les falta el alma que tenían en sus primeros trabajos, como en mi adorado "Go!".
En definitiva, Helge Engelke no decepciona, Here Comes The Flood es un pedazo de disco si te mola el rollo Fair Warning, de cabeza.
El GO! Qué discazo por Dios!!!! Grandísimo Engelke.
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