Encuadrada en el primer tercio de la carrera del siempre
magnífico Douglas Sirk, “Tempestad en la cumbre” tiene algunas de las constantes
más comunes de su director y que usaría a lo largo de toda su carrera, su gusto
por el crimen y el melodrama, que mezcló en no pocas ocasiones y de lo cual
ésta es otra muestra.
Ciertamente es mucho más esquemática que las grandes obras
maestras de Sirk, y más simple también, pero lo cierto es que resulta muy
entretenida. Tenemos un personaje femenino con un conflicto, un personaje bien
desarrollado, tenemos un crimen, tenemos melodrama, tenemos una orgía de
simbólicas escaleras, tenemos una gran dirección…
Debido a una tremenda tempestad mucha gente se ve obligada a
refugiarse en un convento-hospital. Entre ellos se encuentra una condenada a
muerte. Aunque ella defiende que no cometió el crimen del que se le acusa, sólo
encontrará en sor María alguien que la crea. La monja pondrá todo de su parte
para intentar demostrar la inocencia de la chica.
Notables escenas de tormenta, que casi recuerdan a la gran
depresión, y gran ambiente el creado por Sirk en ese convento que va tornándose
cada vez más claustrofóbico al no poder salir nadie de él. Es una lástima que
la monja saliera en una escena para buscar al novio de la chica condenada.
Se retrata muy bien, con fluidez y gran ritmo, cómo se
organiza el convento ante la llegada de gente para refugiarse de la lluvia. Un
gran orden y disciplina. La recreación no impide la evolución ni de la historia
ni del planteamiento de los principales conflictos de la trama.
Sirk muestra una gran maestría en el encuadre, como ejemplo
tenemos el primer conflicto entre sor María y la enfermera que no para de
cuestionarla, la enfermera Philips (Phyllis Stanley), cuando sor María da explicaciones al doctor,
la enfermera está en un plano más cercano que ellos, desenfocada, haciendo
sentir al espectador con antelación la incomodidad y la discusión que se
avecina entre ambas mujeres.
En esos primeros minutos y a través de acusaciones, como las
que le realiza la enfermera Philips, y de revelaciones que ella misma hace,
vamos conociendo las características de la personalidad de la protagonista.
Atormentada por el suicidio de su hermana, de lo que se siente culpable por no
haber sido transigente, intenta encontrar el camino para alcanzar la paz de
espíritu. Esa lucha, esa confrontación entre la sensación y posibilidad de
repetir errores en su búsqueda del auténtico asesino y la fe que tiene en
lograrlo, es uno de los aspectos más interesantes de la cinta, muy bien
desarrollado además.
La conversación entre sor María y la madre superiora es una
muestra, vertebral además, del talento en la puesta en escena de Sirk. Un
diálogo en las escaleras, subiendo y desarrollándose en el espacio entre
distintos tramos de la misma, resulta no sólo un diálogo importante como
confesión de los sentimientos de la protagonista, sino una escena cargada de
profundidad al convertir Sirk ese espacio en algo simbólico. Símbolo de su
búsqueda, del progreso en su madurez y superación de sus complejos. La escalera
como tránsito, como lugar de conflictos, como evolución.
La película está llena de escaleras, como gran parte del
cine de Sirk, aunque aquí se produce una verdadera orgía. El retrato del
convento y muchas de las monjas es encantador, como esa monja detective que
ayuda a sor María.
Ann Blyth está correcta y menos edulcorada que en otras
cintas, pero es difícil de soportar, siempre resulta cargante, parece una
actriz adecuada para papeles de niña mimada y consentida, aquí además algo
atacada de los nervios, aunque no es para menos. De sus mejores papeles.
Sor María ve en esa chica condenada a muerte (Blyth) una
posibilidad de redención, salvar una vida en base a su fe y creencia, que
compensaría su mala conciencia injustificada. Para ello deberá lucha contra la
oposición de todos y las propias sensaciones de poder estar equivocándose de
nuevo.
La intriga está bien llevada y mantiene el interés en todo
momento, una intriga, que con los elementos mencionados anteriormente,
trasciende el mero entretenimiento de suspense. Una intriga con personajes bien
dibujados, muchos con profundidad, que dan como resultado una película muy
eficaz y compacta. Nada está dejado al azar, por ejemplo esa intriga que va
aclarándose a través del papel impreso (periódicos, cartas secretas…).
El personaje de sor María es estupendo y nunca se resistirá
a la ley, pero no se someterá ante ella, se muestra comprensiva con las
recriminaciones policiales, pero nada la impedirá realizar aquello que cree.
Una película que en definitiva habla de la fe. Interesante también el villano,
sólo desagradable en la resolución.
El final tiene
estupendos momentos de suspense. Las escaleras en ese final vuelven a cobrar
protagonismo, así el doctor se desenmascarará en ellas e intentará asesinar a
sor María en otras. Además la escena final, con sor María de blanco ascendiendo
sin interrupciones por la escalera hasta arriba, como símbolo del conflicto
superado, es el colofón definitivo al uso que Sirk hace de ellas.
Una muy interesante película que aunque esquemática y algo
desproporcionada en cuanto a las virtudes (grandes personajes y propuestas,
otros, en cambio, más abandonados), tiene un gran nivel general, además de una
buena muestra del talento de Sirk.
Es una adaptación de la obra teatral Bonaventure de Charlotte
Hastings.
Me gustan mucho los análisis que haces de las películas. Siempre que leo un post de este blog, me digo, "en la próxima peli que vea me voy a fijar en todo mucho más" Aunque luego te dejas llevar y te das cuenta que se te han pasado por alto miles de cosas. Pero bueno, siempre nos quedará leer post aquí :) Buenas clases de cine las que nos das.
ResponderEliminarUn saludo,
Patricia
Muchas gracias Patricia, a veces yo no acabo de disfrutar por eso mismo, cuando me veo una sin presión es una gozada y eso que en ocasiones me vienen tropecientas ideas a la cabeza jaja. Lo importante es disfrutar y si encima te pasas por aquí mejor que mejor.
ResponderEliminarUn saludo.
Jolin!! X fin me funciona la página!!!
ResponderEliminarDebes haberme hecho vudú por pesada!!!
Sirk!!! Ya has descubierto la escena q se me quedó grabada en la retina a qué peli pertenece?
Me encantan tus analisis!! Por cierto, la escenografía es elegida x el director para señalar lo q explicas d la escalera?
En The Artist también se utilizan: el actor en decadencia y la acriz en auge!! Debemos empezar a pensar en evoluciones o involuciones cuando veamos una escalera?
Un besote Sambo!!
Jajaja pues sí Reina, siempre que veas una, sobre todo en la vida real, implicará eso jajaja.
ResponderEliminarEs un símbolo muy usado, generalmente sí lo pedirá el director, como es lógico.
Muchas gracias Reina y de vudú nada, eres TOP aquí.
Atenta a la próxima semana...