En el Broadway madrileño de la Gran Vía hasta el 27 de mayo
en el Teatro Rialto está el musical “Más de 100 mentiras” sobre la obra de
cantautor Joaquín Sabina.
La obra narra la historia de 4 amigos de barrio de toda la
vida, de los bajos fondos, Magdalena (Guadalupe Lancho), una puta, que ha
dejado de ejercer la calle, Juan (Javier Godino), el dueño de un bar de putas,
el “Darling's”, que ha sacado de la calle a Magdalena dándole un curro allí, Tuli
(Jaime Zatarín), que ha salido de la cárcel después de pasar tres años por robar
en el chalet de un millonario al dejarle tirado su colega Juan cuando llegó la policía, y Samu (Toni Viñals), el hermano de Magdalena, que murió en dicho robo y que aparece en espíritu, pero que sólo Juan puede
ver. También está “Manitas” (Diego Paris), un ex boxeador sonado y algo simple
que está enamorado de una puta y es amigo de todos por su carácter, este actor
no tiene formación en musicales por lo que en los bailes se mantiene al margen
y en las canciones solo dice una palabra.
La obra está ambientada en el “bar Darling's”, donde las
bailarinas en bragas y con escotazo van paseando buscando clientes. Los números
musicales son de lo más sensual, parece que te encuentres en una barra
americana, sólo con eso los hombres han amortizado el dinero de las entradas. La
orquesta toca en directo en la parte superior del escenario.
La historia está bien encajada con las canciones de Sabina,
hasta 27 cantan en las 3 horas que dura el musical, la corografía es agradable
y sensual, pasas un buen rato, pero no convence. La música de Sabina y su voz
son muy personales para escucharla en otras personas, tal vez sean mejores
cantantes pero no son él. Las canciones tienen distintos arreglos para encajar
en la historia. Cabe destacar varios temas, “Yo quiero ser una chica Almodóvar”
en la que la corografía es muy divertida, apareciendo un chico disfrazado de
Miguel Bosé en “Tacones lejanos” (1991), la canción de “Contigo” que interpreta
Magdalena al final del primer acto, donde la actriz destaca con su
interpretación, “19 días y 500 noches” al principio del segundo acto como si de
una fiesta flamenca se tratara, “Pacto entre caballeros” donde se narra cómo los
amigos conocieron a Sabina y éste les compuso una canción, y “Una canción para
Magdalena” donde Ocaña (Juan Carlos Martín) canta de forma muy convincente.
Lo cierto es q un musical así es arriesgado. Como tú dices, Sabina tiene un estilo muy personal, y es difícil desvincular las canciones q conocemos de su imagen y su voz en el recuerdo…lo consiguen muy pocos (Serrat, Aba Belén…y supongo q porque se conocen de toda la vida).
ResponderEliminarPor ese hecho hay q felicitar a los artífices. Defender algo así es muy difícil.
No me suelen gustar esos musicales. Pero aplaudo la iniciativa, que por demás está suendo muy usada últimamente (no me puedo levantar, king of pop, incluso un ballet clásico con coreografías para canciines de los '80 y '90 -ese sí me hubiera gustado verlo-) .
El teatro tiene la magia de lo inmediato, y es un placer ir a ver el trabajo de actore, actrices, cantantes…es una profesión compleja, poco conocida en sus tripas (donde hay mucho esfuerzo y menos glamur, y también mucha tontería).
Gracias por traer esta crítica!!
Me encanta el teatro!! Espero muchas más de diferentes producciones!!!
Gracias sensei!
Un beso!
R
Ésta no es mía Reina, es de mi amigo RaySheen, pero aún no hemos puesto la firma jejeje.
ResponderEliminarEl teatro musical está muy en boga y tiene mucho fan y éxito, lo cual, sean de mayor o menor calidad, siempre es una alegría que se hagan cosas.
Un beso.
Pues bravo x RaySheen!!!
ResponderEliminarY gracias igualmente!!! Es estupendo encontrar también teatro aquí…
Besos!!!