Una de las obras más famosas de Sándor Márai (1900-1989) cayó en mis manos hace dos navidades, como tradicional regalo de Nochebuena. No había oído
hablar sobre este autor húngaro, y por lo que se ve no es raro, ya que aunque tuvo un
extraordinario prestigio en su época cayó en un estrepitoso olvido debido
a la prohibición, as usual, que el régimen comunista hizo de su obra.
“Los rebeldes” es un libro crepuscular, el final de la
adolescencia y el paso a la vida adulta. Una vida adulta de la que los
protagonistas quieren huir en parte por inmadurez pero sobre todo porque
significa la muerte. Ser adulto significa ser llamado a filas. La Primera
Guerra Mundial.
El libro tiene un tono nostálgico, otoñal, melancólico,
adecuado en suma al sentimiento de una época y en concreto del micro universo
que retrata, el mundo de los cuatro chavales protagonistas, Tibor, Abel, Erno
y Béla.
No se le puede negar calidad literaria a Márai porque lo
cierto es que la tiene, y notable, pero es igualmente cierto que en esta novela
no interesa lo que escribe. Ni historia ni personajes, salvo quizá el del
decadente actor que hace las veces de mentor en las perversiones de los chicos,
resultan interesantes.
Las supuestas transgresiones y desfases de los chavales
antes de abandonar esa vida adolescente resultan convencionales, infantiles y
casi puritanas. Que el colmo de la transgresión sea fumar, pero no marihuana,
que eso sería casi hardcore, sino cigarrillos, beber un poco y algún robo
insignificante… pues ya me dirán.
Márai siempre ha sido especialmente considerado por su
estilo realista, lo que podría explicar que las transgresiones sean modestas, o
directamente no sean…
Hay momentos interesantes y de bastante densidad y profundidad,
capítulos, como el del teatro, muy buenos, pero el resultado general dista de
ser apasionante en esta obra de culto que pasa por ser una de las imprescindibles de su autor.
Forma parte además de una trilogía completada por los
títulos de “Los celosos” y “Los ofendidos”.
La decadencia de una época, de una sociedad y de una clase
social, insinuaciones homosexuales y buen estilo literario es lo que ofrece
esta obra que resulta aburrida en su historia.
No he leído la que propones, pero sí otras dos: La Mujer Justa y La Amante de Bolzano.
ResponderEliminarHe de decir q S.Marai llegó a mis manos por recomendación de una avezada lectora, así que me zambullí sin prejuicios.
Su talento es innegable, pero su lenguaje es, para mi gusto, algo alambicado.
Lo mejor es la capacidad de dar forma a reflexiones, esos pensamientos que pasan por la cabeza, pero penaliza las vueltas q da para ello, aunque estén bien escritos.
En la segunda novela, interesante por tratar de un crepuscular Giacomo Casanova y sus reflexiones, tiene párrafos preciosos en lo que se refuere al oficio de escribir.
A mi entender, y pese al lenguaje, más interesante que la primera.
Gracias, sensei, por dejarnos tu trabajo, me fio mucho de tu criterio, y con la cantidad de libros que hay en este mundo facundo, ayuda a seleccionar.
Un beso,
R
Cierto R es difícil elegir con tanto donde hacerlo. Tomaré nota de lo que dices a ver qué me parece, comparto tú opinión con respecto a él, debe ser que no es cosa sólo de un libro.
ResponderEliminarUn beso.
En mi opinión, lo que suele ser brillante en las novelas de Márai no es la trama "externa", sino la descripción de la interioridad de los personajes, de la experiencia que se da de la piel para adentro. Como creo que ocurre en nosotros todo el tiempo, el pasado y el presente se entremezclan, los miedos, el deseo, el amor, la agresión: todo se confunde y se sucede en instantes cortos.
ResponderEliminarEn esta novela, me parece que el tema de las relaciones y la amistad, tal como se viven en la subjetividad de un adolescente, está muy bien captado, y está trazado con sutilezas que distingue bien cualquiera que esté al tanto de sus propios dinamismos internos.
Las transgresiones de los chavales sorprenden, no por su grado de "malicia", sino precisamente porque, siendo objetivamente inofensivas, entrañan un sentido de rebeldía muy poderoso e imaginativo.
Para mí es una excelente novela: da cuenta de lo humano con intuición profunda e imaginativa.
Hola Bernardo, me ha gustado mucho tu comentario, me ha parecido magnífico. Muchas gracias por el aporte.
ResponderEliminarLeer a Sanador Marai es, en mi humilde opinión, adentrarse en los pensamientos de los personajes. Unos personajes admirablemente desarrollados y de los cuales aprender. Me apasiona la tranquilidad con que afrontan los conflictos y problemas. No chillan. No pierden los papeles. Quizás sean en parte derrotistas, conformistas o tal vez mejores que las personalidades que acostumbro a ver. Esto se refleja a la perfección en La herencia de Esther. Para mi gusto Los rebeldes es una fantástica novela al más puro estilo Marai pero sin duda su mejor novela -de las traducidas a español- es El último encuentro. Estoy de acuerdo con lo que comentas de su novela pero no comparto con R lo expuesto acerca de su lenguaje. Al leerlo flotas en la historia. No utiliza un lenguaje artificioso o falto de naturalidad sino que lo encontraréis magistral. Solo unos pocos pueden decir tanto en tan pocas páginas. Acostumbrados a la literatura basada en bestsellers al peso se agradecen novelas pulidas, breves pero intensas y llenas de contenido.
ResponderEliminarEstupendo, y muy bonito, comentario, transmite amor y pasión por el autor, algo que me congratula siempre, independientemente del tema. Muchas gracias por plasmarlo aquí, Anónimo.
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