La perspectiva sobre el tiempo es muy cambiante, parece no
avanzar cuando somos jóvenes, vemos el futuro como algo deseable, ilusionante,
lejano, muchas veces desesperantemente lejano, incluso con cierto aura ficticia
o imaginaria. En cambio, conforme llegan las responsabilidades, los años, la
madurez, vamos refugiándonos más en el pasado, miramos más hacia él, hacia el
recuerdo, de nuevo como lugar entrañable, deseable, seleccionando los grandes
momentos, quizá idealizándolos, pero asumiendo que en esa antología de nuestra
vida nos forjamos. De idealistas a nostálgicos.
Cuando miramos al pasado del cine se erigen en monumentales
los grandes clásicos, y es raro el cinéfilo que no ve en los dorados años del
cine clásico la mejor época, la soñada, incluso aunque no la viviéramos en
persona. Bien se haría en tener siempre un ojo en ese pasado en lo que al cine
respecta. Siempre. Ahí está todo, ahí se forjó todo, en esos clásicos se basa
todo, son la base, lo que hace posible lo que vemos ahora, donde radican la verdadera
innovación, la verdad y las bases de todo. La supuesta originalidad de lo que
veis ahora está guardada en algún rincón del cine clásico.
Siguiendo una petición de mi hermano con la idea poco
estricta de un listado de películas clásicas en blanco y negro importantes por su
influencia, significación en la historia o evolución del cine, viajaremos un
poco por el pasado de ese cine clásico en blanco y negro.
Viaje a la luna- Le Voyage
dans la lune (Georges Méliès, 1902): El cine es sueño, imaginación, fantasía,
el cine es donde se crean los sueños y Méliès uno de sus profetas. Más que un
director, Méliès era un artista, un mesías de la fantasía, un ilusionista. Sus
innumerables cortos eran viajes al subconsciente, al paraíso de la imaginación.
Decorados de otro mundo, quimeras hechas historia. “Viaje a la luna” es quizá
su título más conocido y referenciado, una de las cintas más influyentes de la
ciencia ficción y que más imaginaciones despertó. La creación de otros mundos,
su descubrimiento desde un prisma casi inocente, como si de la mirada de un
niño se tratara, arrebatan aún con esas imágenes iconográficas imperecederas,
como ese cohete hincado en el ojo de la Luna.
Méliès fue un mago de los efectos especiales y los usó con
el talento de los más grandes, ayudar a un fin, el de crear nuevos universos
para contar buenas historias, alimentar la imaginación y despertar vocaciones
artísticas. Su legado es su éxito, que llega hasta nuestros días.
El Nacimiento de una nación-
The Birth of a Nation (D. W. Griffith, 1915):
David W. Griffith es el padre del cine y el lenguaje cinematográfico moderno.
Con “El nacimiento de una nación” sentó las bases narrativas del Séptimo Arte,
una obra maestra descomunal, posiblemente la más influyente de la historia del
cine, aunque conceptual y temáticamente sea censurable. Su mensaje
decididamente racista siempre ha causado polémica y ambivalencia por estar
inserto en una película tan asombrosa a todos los niveles. Las innovaciones que
contiene “El nacimiento de una nación” son innumerables, imprescindibles para
el estudio y evolución del cine, para el desarrollo del mismo, lo que la
convierte, a pesar del lamentable mensaje que contiene, es una de las
principales obras de referencia de todos los tiempos. El uso del primer plano,
la alternancia de los planos generales con planos medios y primeros planos, el
flashback, el montaje paralelo, los movimientos de cámara, el relato histórico,
el manejo de la profundidad de campo, incluso el suspense dramático, entre
otras innumerables innovaciones, tienen aquí su nacimiento y perfecto
desarrollo.
Fueron muchas las críticas que recibió, con razón, en su
época, lo que llevó a Griffith a realizar otra película, “Intolerancia” (1916),
que resulta una nueva obra maestra destinada a contradecir a su predecesora,
con éxito. Una obra que a día de hoy deja perplejo por su calidad y
espectacularidad, que mejoró y desarrolló todos los conceptos técnicos de la
obra anterior.
Nada sería igual sin David W. Griffith y “El nacimiento de
una nación”, una epopeya, una obra legendariamente épica de más de tres horas
donde se pretende condensar el surgimiento de la nación más poderosa de la
tierra, su sacrificio, dolor y superación, manchado por la ideología racista
que subyace y se defiende.
Nosferatu (F. W. Murnau,
1922): El expresionismo alemán fue una de las corrientes artísticas que más
influyeron en el cine. A raíz del estreno de “El gabinete del doctor Caligari”
(Robert Wiene, 1920), película de referencia del expresionismo por considerarse
pionera y por su tremenda calidad e influencia, se extiende esta corriente en
la que muchos otros directores y artistas estaban trabajando, que ayudaron a
definir y desarrollar. Desde Fritz Lang, pasando por Friedrich Wilhelm
Murnau hasta Michael Curtiz y tantos
otros, muchos directores mamaron y se sumergieron en esta corriente estética a
la hora de realizar sus proyectos. Una corriente que muchos de esos directores
llevaron a EEUU, donde se convertiría en columna vertebral a nivel estético y
conceptual de géneros cinematográficos tan complejos y definitorios como el
cine negro y el cine de terror. Los Wilder, Lang, Curtiz, Siodmak… utilizaron
las corrientes expresionistas y las desarrollaron al abrigo de la industria
americana para completar algunas de las más sugerentes y subyugantes películas,
definiendo una estética eterna e imperecedera que hoy día perdura y es capaz de
dejar las estampas más bellas, evocadoras y perturbadoras.
"Nosferatu" supone la sublimación del expresionismo y sus
características principales, esos decorados de pesadilla, el juego con las
luces y las sombras, los claroscuros violentos y amenazadores capaces de la
sugestión más intensa... Es uno de los claros ejemplos que definen el terror
como el género más poético del cine, que tiene en la sugerencia, la sugestión,
la esencia misma de su ser. Una obra maestra de obligado visionado para
entender una corriente estética que definió géneros y es utilizada en la
actualidad con absoluta naturalidad.
Metrópolis- Metropolis
(Fritz Lang, 1927): Para muchos es la mejor película de ciencia ficción de la
historia, pero desde luego ningún cinéfilo podrá negar que está en el TOP del
género. Además es uno de los títulos de referencia del expresionismo alemán.
Fritz Lang, uno de los 5 mejores directores de todos los
tiempos, maestro y pionero, referente de lo que sería uno de los principales
movimientos artísticos y conceptuales del cine, el expresionismo, creó un
universo único, de influencia permanente y eterna, reconocible en muchas
películas actuales de ciencia ficción y obras maestras del género, desde "Blade Runner" (Ridley Scott, 1982) hasta "Matrix" (Hermanos Wachowski, 1999). Las
megalópolis, la deshumanización urbana, las inteligencias artificiales, los
humanos-robots, los peligros de la tecnología, la lucha de clases… son sólo
algunos de los temas que se desarrollan en esta magistral película. Referente
de todas las distopías que han sido y serán, la dimensión de “Metropolis” se
expande cada década más allá de cualquier consideración. Como tantas obras
capitales, fue un fracaso en su estreno y aunque hoy día puedan resultar
ingenuos algunos momentos, resulta imprescindible para entender de dónde viene
el cine y la ciencia ficción.
Alas-Wings (William A.
Wellman, 1927): Esta película es conocida, además de por sus espectaculares
escenas aéreas, por ser la primera en alzarse con la más ansiada estatuilla del
mundo del cine, el Oscar. La ceremonia de los Oscar se celebró por primera vez
en 1929 y “Alas”, de William A. Wellman, se alzó con el premio a mejor película.
Wellman fue un más que aceptable director, uno de los grandes artesanos del
cine clásico que dejó un buen número de joyas en todo tipo de géneros. Un
director a reivindicar.
Las escenas aéreas de “Alas” aún hoy sorprenden por su
calidad y virtuosismo, sencillamente asombrosas.
El cantor de Jazz- The Jazz Singer (Alan Crosland, 1927): El cine
es imagen en movimiento, pero el sonido estaba condenado a sumarse a la fiesta
con el fin de ser más fiel a la realidad, de aumentar los recursos expresivos y
crear una experiencia audiovisual completa. El cambio del mudo al sonoro fue
traumático, especialmente para muchos artistas, como tan magistralmente retrató
“Cantando bajo la lluvia” (Stanley Donen, 1952), pero era una evolución
obligada y ante la que no podía ponerse frenos.
“El cantor de Jazz” tiene un lugar de honor en la historia
del cine por ser la primera película sonora. No es que haya mucho sonido,
alguna canción, alguna escena dialogada, en una película de esencia muda, pero
fue una auténtica revolución. Ni es un mal film ni una obra maestra, pero lo
que es indiscutible es que estamos ante un hito en la historia del cine.
COMEDIA: La comedia es uno
de los géneros pioneros de la dramaturgia universal y el cine, como no podía
ser de otra forma, lo adaptó a la perfección a sus reglas. La comedia romántica
es una de sus más exitosas derivaciones y alcanzó sus cotas de mayor calidad en
las décadas de los 30, 40 y 50, como la mayoría de los géneros, es decir, la
época dorada del cine. Aunque hubo comedias románticas desde casi el inicio del
cine y es un género que tiene ilustres exponentes anteriores al Séptimo Arte (¿por
qué no citar a Shakespeare de nuevo, por ejemplo?), podríamos señalar a “Luces
de la ciudad” (1931) de Chaplin como la primera gran comedia romántica que dio
el cine, aunque sería “Sucedió una noche” (Frank Capra, 1934), considerada la
primera screwball comedy (comedia de peripecias, comedia loca) de la historia,
la que sentaría las bases de un género que llega hasta nuestros días saludado por
actrices como Julia Robert, Meg Ryan y cía.
Howard Hawks, otro de los 5 mejores directores de la
historia y que logró obras capitales en casi todos los géneros, fue un maestro
de la comedia romántica, la screwball comedy y el slapstick, géneros que
sublimó. Además fue un innovador, viniendo del mudo fue de los directores que
mejor se adaptó al sonoro, jugando con los diálogos como pocos. Suya es la
invención de los diálogos pisados, que utilizó por primera vez en “La comedia
de la vida” (1934), aunque fue en “La fiera de mi niña-
Bringing Up Baby” (Howard Hawks, 1938) donde llevó esto a su máximo
virtuosismo. “La fiera de mi niña” es la fusión y ejemplificación perfecta de
la comedia hawsiana y contiene en sí misma todos los tipos de humor posible,
fusionados con la locura magistral de un genio irrepetible para mantenerse
fresca hoy día. El slapstick (comedia de golpes y caídas, física), el suspense
cómico, los diálogos hilarantes, el gag visual, la elipsis humorística, la
sugerencia, la ironía, el enredo, la transgresión y provocación, el absurdo, la
alta comedia… Una comedia total que dio a luz a la más perfecta pareja en la
historia del género, Cary Grant y Katharine Hepburn.
Con faldas y a lo loco-
Some Like It Hot" (Billy Wilder, 1959), para muchos la mejor comedia de la
historia en un ranking difícil, es uno de los grandes logros de uno de los
mayores artistas que ha dado el celuloide, Billy Wilder. Una película que, como
la anterior, acaba siendo una comedia total y, sin recurrir al surrealismo de
la obra maestra de Hawks, juega con los códigos de la comedia romántica para
pervertirlos y llevarlos a límites insospechados. Desviaciones de guión, mezcla
de géneros, enredos, confusiones sexuales, diálogos sublimes, gags visuales,
una pareja cómica mítica y el mayor icono de la historia del cine, Marilyn
Monroe. La perfección hecha comedia del mejor heredero que tuvo otro grande del
género, Ernst Lubitsch.
En cambio, “Vacaciones en Roma- Roman
Holiday” (William Wyler, 1953) acaba suponiendo la quintaesencia de la comedia
romántica más clásica, sin la desenfrenada locura de las dos anteriores, pero
llevando a la estructura del amor imposible entre una pareja que proviene de
dos mundos completamente distintos y aparentemente irreconciliables a unas
cotas de encanto pocas veces conseguidas. Es alta comedia llena de chipa,
frescura, vivacidad y elegancia, además de elevar a la altura de mito a otro
icono irrepetible del cine y de la moda, Audrey Hepburn. Su acompañante,
Gregory Peck, que ya era una estrella, se acabó convirtiendo en el mejor héroe
de la historia del cine gracias a su interpretación de Atticus Finch en “Matar
a un ruiseñor” (Robert Mulligan, 1962).
Es obligado recordar a otros directores como Leo McCarey o,
sobre todo, George Cukor, grandes maestros de la “Alta Comedia”, que dejaron
títulos eternos como “La pícara puritana” (1937), “Historias de Filadelfia”
(1940), “Vivir para gozar” (1938)…
Charles Chaplin: El cine
siempre ha sido imagen en movimiento, por lo que el cine más puro no es otro
que el mudo, visto ahora como una antigualla… El cine británico ha dado dos
genios, Charles Chaplin y Alfred Hitchcock, ambos comenzaron en el mudo, pero
el que rompió moldes en esa época fue el primero con su alter ego Charlot.
Chaplin fue el rey indiscutible del humor mudo y comparte podio con otros dos
talentos indiscutibles, Buster Keaton y Harold Lloyd, un trío excepcional donde
cada uno tiene acérrimos defensores. El maestro Chaplin tuvo la virtud, además,
de lograr pasar al sonoro sin merma en sus facultades, esa imaginación
desbordante para el gag visual, esa agilidad superlativa y una inteligencia
fuera de rango. Acusado de exceso de sentimentalismo en muchas ocasiones, como
Capra o Spielberg, lo cierto es que el legado de Chaplin se mantiene vigente
hoy día, tanto en sus cintas mudas con las obras maestras protagonizadas por
Charlot, como en las sonoras, donde dejó obras antológicas de una enjundia y
hondura fuera de toda duda.
Es necesario mencionar a otros genios del humor de la
primera época del cine, muda y sonora, como Laurel y Hardy, o sea, “El Gordo y
El Flaco” y, por supuesto, los Hermanos Marx.
Ciudadano Kane- Citizen
Kane (Orson Welles, 1941): Considerada durante muchos años y por una inmensa
mayoría como la mejor película de la historia del cine, la opera prima de Orson
Welles, uno de los mayores genios del Séptimo Arte y de cualquier cosa que se
propuso hacer, pasa por ser además de una obra maestra una de las películas más
innovadoras de todos los tiempos. Texturas visuales inauditas, angulaciones imposibles,
recursos narrativos nunca vistos… La profundidad de campo y de foco, la nitidez
con la que se veían los distintos planos del encuadre, el juego con el gran
angular, la iluminación lateral en vez de vertical que permitía ver los techos
de los escenarios, el falso documental, la ejecución de los diálogos, la
diversificación de los narradores para componer la descripción de un personaje,
elipsis temporales manteniendo la unidad de espacio… Algunos de estos hallazgos
e innovaciones no se vieron por primera vez en esta película, algunos los
recogió Welles de su adorado Ford, del cual vio “La diligencia” (John Ford,
1939) en 40 ocasiones, pero los llevó hasta una dimensión jamás vista hasta
entonces. Una película revolucionaria que crece en cada visionado. Es imposible
no distinguir una película de Welles con tan solo ver un plano, uno de los
estilos más barrocos y reconocibles que se han asomado a una pantalla, pero en
“Ciudadano Kane” llevó la experimentación hasta el límite, con plena libertad y
radical valentía. Otra obra maestra de referencia que fracasó en su estreno.
De nuevo tuvo que ser la crítica francesa la que rescatase y
valorase en su justa medida esta obra de antología hasta convertirla en obra de
culto y colocarla como una de las mejores películas de la historia.
El sueño eterno- The big
sleep (Howard Hawks, 1946): El detective, el tipo duro, la mujer fatal, la
noche, la ciudad, el destello de las farolas reflejado en las calles húmedas,
los claroscuros, las luces y las sombras rasgando los encuadres, la solapa de
un sombrero acuchillando la mirada, un cigarrillo mecido de forma imposible en
el labio de Humphrey Bogart, una mirada gatuna de Lauren Bacall, la muerte, el
crimen, la trama confusa y retorcida, el flashback, la voz over… El Cine Negro.
Muchas de estas características que definen el género están
en este clásico indispensable, perfecta definición del mismo, del que ni sus
responsables tenían clara la trama. El maestro Hawks, con guión de Faulkner que
adaptaba a Chandler… casi nada. Si además añadimos a uno de los tipos más duros
que ha dado el cine, mito del género y uno de los actores con mejor filmografía
de todos los tiempos, Humphrey Bogart, junto a la que fue su mujer y pareja
imprescindible en el celuloide, Lauren Bacall, poco más hay que añadir. El cine
negro, junto con el western, el género cinematográfico más completo del cine.
Tal es la complejidad de la trama de esta película, que
cuando Hawks llamó a Chandler para conocer la identidad del asesino del chófer,
el escritor le contestó: ¿Cómo lo voy a saber yo? ¡Resuélvalo usted! Y colgó.
¡Qué bello es vivir!- It'sa Wonderful Life (Frank Capra, 1946): Frank Capra fue el director estrella en
los años 30 y 40 y estaba convencido de que “¡Qué bello es vivir!” iba a
convertirse en la mejor película de la historia, un éxito seguro porque el
material no podía ser mejor y él estaba convencido de haberle sacado todo el
partido, lo que la convertiría en una obra imperecedera, de antología… Se
equivocó, aunque sólo en principio. Tras la 2ª Guerra Mundial la inocencia del
público se perdió, por lo que la positividad y el optimismo de las obras de
Capra dejaron de entusiasmar, algo que el director no vio venir, por lo que la
película no fue, ni mucho menos, el éxito que esperaba... Sólo el tiempo la
colocó en el lugar de referencia que tiene ahora mismo.
La influencia de “¡Qué bello es vivir!” es indiscutible,
rara es la serie televisiva que no ha hecho un capítulo recogiendo la trama de
la película, todas las Navidades alguna cadena la emite y muchos grandes
cinéfilos acuden a la cita con George Bailey el 24 de diciembre aunque sea con
su DVD… “¡Qué bello es vivir!” es la más hermosa manifestación de los valores
católicos que tanto propugnaba el gran Capra, uno de los grandes del Séptimo
Arte. Es, decididamente, la película de la Navidad, que contiene una de las
interpretaciones más sublimes que hemos visto en una pantalla, la de James
Stewart, un TOP 3 en la historia del cine y el actor que mejor filmografía
tiene en su haber. Es complicado que las lágrimas no salgan de visita cuando
suena la campanilla del árbol en casa de los Bailey.
El séptimo sello- Det
sjunde inseglet (1957): Ingmar Bergman es uno de los directores europeos más
influyentes y reputados, paradigma del cine de autor y de arte y ensayo por sus
extrañas películas, llenas de simbolismos y alegorías que en muchas ocasiones
han envejecido mal y se hacen evidentes al espectador actual, pero que en otros
muchos casos siguen conservando todo su poder de sugerencia y potencia visual.
Su dimensión ha sido y es tremenda, siendo principal referente de grandes
directores de la actualidad, como Woody Allen, por ejemplo. Un sello único con
la introspección personal, la muerte, las relaciones personales, el pasado
perturbador… como temas recurrentes en su filmografía, siempre mostrados con un
talento visual extraordinario, terrorífico, sugerente…
Una de sus películas más conocidas es “El séptimo sello”,
una obra críptica, de complejo simbolismo y poder alegórico sobre el silencio
de Dios. Es la obra de referencia de su autor, aunque él prefiere otras, la que
le situó como uno de los grandes autores cinematográfico y en la que se aprecia
con plena madurez ese estilo tan personal y alegórico. Una obra tan difícil
como fascinante.
Psicosis- Psycho (Alfred
Hitchcock, 1960): Otro de los 5 mejores directores de la historia del cine que además
es, posiblemente, el mejor realizador. Un maestro absoluto de universo
complejísimo, casi indescifrable, soterrado, encubierto en sus brillantes
thrillers y cintas de suspense. Con Alfred Hitchcock ocurrió como con otros
grandes directores, fueron despreciados por muchos en su día hasta que la crítica
francesa los reivindicó y demostró con sus estudios y artículos la verdadera
dimensión de maestros absolutos que tenían. Le ocurrió a Ford, le ocurrió de
manera sangrante a Hawks, a Welles, a Lang y, por supuesto, le ocurrió a
Hitchcock… Es decir, a casi todos los directores que a día de hoy son
considerados los mejores de todos los tiempos. Hitchcock tuvo la suerte de que
sus películas fueron grandísimos éxitos de taquilla, aunque a él sólo se le
consideraba un astuto hacedor de thrillers, películas de suspense entretenidas
para pasar el rato. Ni más… ni menos. “El Maestro del suspense”, una lamentable
infravaloración. Fue la crítica francesa, con Cahiers du Cinema a la cabeza, la
que señaló a esos directores como verdaderos autores.
“Psicosis” fue el mayor éxito de Hitchcock en una época
donde el maestro encadenaba obra maestra tras obra maestra. Rodada con técnicas
televisivas, el gran director inglés hizo gala de otra de sus virtudes, la de
publicista. Fue un pionero a la hora de vender sus películas y con “Psicosis”
este aspecto llegó a su clímax, utilizando todo tipo de recursos
propagandísticos para llamar la atención del espectador, algo que sólo se había
visto con el estreno de ”Las diabólicas” (H. G. Clouzot, 1955) en una dimensión
mucho más discreta. Sus hallazgos narrativos, sus perversiones y errores
voluntarios en la estructura de guión para sorprender al espectador, el uso de
la música (las cuchillas de violín de Bernard Herrmann), el blanco y negro
cuando casi todo se hacía ya a color, sus imágenes iconográficas e inolvidables
que se sellan con fuego en la pupila de los espectadores... hacen de “Psicosis”
un referente del thriller y del cine de terror, imitado hasta la saciedad pero
jamás igualado. Hitchcock es el mejor manipulador y dominador de los resortes
cinematográficos, un maestro juguetón, socarrón, de universo lascivo, oscuro,
fetichista, turbio… riquísimo.
El hombre que mató a Liberty Valance-
The Man Who Shot Liberty Valance (John Ford, 1962): El western existe casi
desde el mismo inicio del cine, el género más completo, junto al cine negro,
que ha dado la historia del Séptimo Arte. Sea cual sea el tema que se te ocurra
encaja a la perfección en el western de forma natural. Su época de mayor gloria
y apogeo llegó en los 50. El western es una de las más perfectas
manifestaciones de la genialidad americana, capaces de crear todo un género
cinematográfico de unos pocos años de su breve historia.
John Ford, seguramente el mejor director de la historia,
definidor excelso del cine clásico y el estilo invisible, fue un
artista-artesano, un director de género que, como él mismo decía, “hacía
películas del oeste”. El western y John Ford van indefectiblemente unidos. Si
bien “Centauros del desierto” (1956) es una de sus cintas más reputadas y
valoradas por la crítica, de las más conocidas de su director, en realidad es
“El hombre que mató a Liberty Valance”, no menos valorada y reputada, una
película más completa y reflexiva, la que contiene toda la esencia de Ford en
sus distintas etapas y toda la esencia del propio género, el western. Con “El
hombre que mató a Liberty Valance”, Ford da por cerrado un género que él mismo
definió y desarrolló, el western clásico, siendo además máximo exponente del
mismo e iniciando todo lo que sería el western posterior, el western
crepuscular. En esta obra maestra sin parangón está todo, está toda la
sabiduría del más grande director de cine de todos los tiempos, todo su estilo,
su filosofía, su evolución y su capacidad narrativa y reflexiva de autor
mayúsculo.
Hacia tiempo que no leía algo sobre cine tan bueno. Si eres igual escribiendo que jugando al fútbol, CR7 tiene los días contados. Me ha encantado. Tienes que escribir más sobre Cine clásico, lo bordas. El recordatorio del maestro simplemente perfecto. Un amigo.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, enorgullecen estas palabras de un buen cinéfilo.
EliminarJajaja no se me da mal el fútbol, no jajaja.
Es curioso, el blog es básicamente de cine clásico, así era en un principio sobre todo, hasta que un amigo me pidió que incluyera algún estreno de la semana. Me pareció lógico y buena idea y lo hice. Con el tiempo en realidad ha seguido siendo un blog de esencia clásica pero quité límites.
Con los Oscars me centró más en películas actuales, como es lógico, porque es el gran acontecimiento y me pareció una idea apasionante dedicarle unas entradas, que ya son tradición.
En cualquier caso tiene usted muchísimo cine clásico en el blog y más que llegará porque tengo mucho en reserva y es una de mis grandes pasiones.
Muchas gracias de nuevo, Manu.
Estupendísimo Elenco, pequeñas píldoras de genialidad, expuesta con la genialidad que merecen.
ResponderEliminarSolo me faltan dos por ver…ALAS y EL NACIMIENTO DE UNA NACIÓN; imperdonable!!!!
Muchas gracias, Sambo. Gran resumen. Muy muy útil!!!!
Bss
Pues no está mal, Reina. EL NACIMIENTO es muuuy larga, pero claro, es la misma historia del cine.
EliminarMuchas gracias como siempre. Besos.
Hola Mister,
ResponderEliminarComenzando con Viaje a la Luna i siguiendo con D. W. Girffith, me das en el rodal del gusto. Haces que recuerde algún comentario sobre nuestra "clonicidad" Solo echo de menos una mención al cine de aventuras primitivo, mi favorito. En blanco y negro se rodaron maravillas como, El Capitán Blood, Tres lanceros bengalíes, Beau Geste, Gunga Din y por supuesto mi favorita, el Prisionero de Zenda. (si no lo digo reviento) El cine le debe a este genero, su crecimiento tecnológico, para poder crear los efectos visuales, de sonido y especiales, necesarios para hacer creibles estas películas. Pocas veces se le reconoce este mérito, considerandolo como un género menor. Y eso, tu y yo, no lo vamos a consentir.
Un abrazo.
Gran aporte y muy cierto. El cine de aventuras exigía lo máximo a nivel técnico, era el puro cine y el que más recurría a la idea básica del arte, imagen en movimiento. Sí que era un género que podría haber incluido de forma especial. Ser clónico tuyo es un orgullo jejeje. Todos los títulos que citas son sencillamente imprescindibles.
EliminarMuchas gracias por el estupendo aporte, Vicent, siempre un placer.
Un abrazo fuerte.
Me ha gustado mucho cómo lo has expuesto, y estoy bastante de acuerdo con lo que dices. Sólo me ha extrañado que no incluyeras Casablanca y El bazar de las sorpresas.
ResponderEliminarMuchas gracias Anónimo. Pues tiene su explicación, no pretendía ser una lista exhaustiva, y quería centrarme en algunas películas que han sido influyentes en la evolución del cine por algún motivo. “Casablanca” digamos que no es una cinta revolucionaria aunque podría estar por impacto, como otras, pero en el caso de la obra maestra de Curtiz influyó que la tenía analizada en el blog, como “Qué bello es vivir” y otras, así que todo ello pesó a la hora de dejarla fuera.
EliminarCon “El Bazar de las Sorpresas” ocurre algo similar, es una de las grandes comedias, pero allí cito tres que engloban bien lo que quería exponer y menciono otras varias sin pretender abarcarlas todas. Son infinidad las películas imprescindibles, esto es sólo un apunte con películas que nos sirven de guía para entender la evolución del cine a nivel narrativo o técnico entre otras cosas.
Un saludo.